MÉTODOS PREHISTÓRICOS
b) Métodos
de Climatología prehistórica
c) Métodos
de Cronología prehistórica
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4.000
m.a. ? caliente
1.000 m.a. ?
fría
600 m.a. ?
normal
570
m.a.
Cámbrico cálida
225
m.a.
Triásico cálida
65
m.a.
Paleoceno caliente
55 m.a.
Eoceno caliente
35 m.a.
Oligoceno cálida
25 m.a.
Mioceno cálida
5 m.a.
Plioceno cálida
1,5 m.a.
Pleistoceno
fría
0
hoy normal
Desde hace 10.000 años estamos en una época
cálida, de disminución de las precipitaciones, y que ha permitido
la expansión de la humanidad. Pero esto es un paréntesis, dentro del periodo
de frío que sucede desde hace 1,5 m.a[1].
Por ley general, los cambios climáticos afectan más a las altas latitudes
que a las ecuatoriales, que es donde se ha desarrollado gran parte de la evolución
humana.
Los rastros dejados por los hielos se han venido utilizando desde antiguo
para establecer una escala de temperaturas a lo largo del tiempo.
Actualmente se tiende a utilizar las curvas
marinas de paleo-temperatura,
investigando los depósitos sedimentarios acumulados en los fondos marinos, a
partir del oxígeno encontrado en los foraminíferos.
Estos minúsculos protozoos viven en el mar, y cuando mueren sus
caparazones se acumulan lentamente en el fondo. Como es sabido, la proporción
de los isótopos del oxígeno en el agua de mar depende de la temperatura. En el
caso de los foraminíferos, la temperatura queda grabada para siempre en su
cuerpo cuando mueren.
Igualmente, se han estudiado en los fondos marinos los granos
de polen fósil para conocer qué plantas cubrían la superficie
terrestre.
La presencia natural de vapor de agua, dióxido de carbono, y otros gases
atmosféricos, hace que la temperatura media de la superficie terrestre sea de
15ºC y no de -15ºC. Si no fuera por el efecto invernadero natural, la
superficie terrestre estaría helada.
Por tanto, son peligrosas todas las emisiones producidas por la actividad
humana, ya que pueden variar las proporciones de los gases contenedores de la
temperatura media terrestre.
Cada uno de ellos produce efectos
muy diferentes. Pueden agruparse en:
-sucesos
catastróficos,
-evolución
geodinámica del planeta,
-comportamiento
del sistema hidrosfera-atmósfera,
-fluctuaciones
naturales de la órbita terrestre
-efecto
de la biosfera.
Los sucesos catastróficos, tales
como el impacto de meteoritos o macro-erupciones volcánicas, originan cambios de
corta duración.
La evolución geodinámica incluye
el flujo de calor que llega a la superficie terrestre, desplazamiento de los
polos geográficos, movimientos de la corteza terrestre.
El sistema hidrosfera-atmosfera es
muy complejo. La gran capacidad del agua para almacenar calor hace que los océanos
actúen como termostatos que suavizan las oscilaciones térmicas. Por otra
parte, los mares controlan las tasas de vapor de agua y de dióxido de carbono,
presentes en las precipitaciones, y responsables del efecto invernadero.
El movimiento de la tierra alrededor
del sol produce la alternancia de los días y las noches, la sucesión anual de
las estaciones, dos equinoccios[3]
y dos solsticios[4].
La hipótesis de Milankovitch viene
en relación a la relación entre grado de insolación y clima del planeta: si
la órbita de la tierra fuese circular, y la inclinación del eje constante en
23,5º:
-la
cantidad de radiación solar anual recibida sería constante,
-no
habría cambios climáticos.
Habrá entonces que analizar la variación:
-de
la órbita terrestre, que cambia con ciclos de 100.000 a 400.000 años,
-del
eje de rotación de la tierra, que fluctúa entre 21 y 24,5º con periodos de
41.000 años.
En el caso del Africa
ecuatorial, el calentamiento de las tierras interiores, en tiempo de
verano, provoca la entrada de aire húmedo del Atlántico ecuatorial. De
este modo, en el oeste y centro continental, las lluvias son muy abundantes.
Esto no sucede en el este, donde las precipitaciones no llegan por una barrera
montañosa que dificulta la circulación atmosférica.
En consecuencia, el progresivo descenso del volumen de dióxido de carbono atmosférico ha
tenido como resultado que el bosque tropical cálido del viejo mundo sufriese un
proceso de declive. Pérdida del hábitat que fue la que propició la desaparición de
muchas especies.
La separación del
linaje animal actual del primitivo
ocurrió hace 7-4,5 m.a, en la época en la que los niveles de dióxido de
carbono comenzaban a descender y a hacer sentir sus efectos sobre los
ecosistemas africanos.
En todo caso, los biólogos moleculares han calculado ese espacio de
tiempo por medio de los relojes
moleculares. Según estos, la diferencia genética entre dos especies
debe estar en función del tiempo transcurrido desde que ambas aparecieron.
Pero para que el reloj molecular funcione es necesario que se cumplan
muchas cosas: genes que nosotros si vemos pero que la selección natural no ve,
y ritmos constantes de evolución.
Todos los primeros pre-homínidos han sido descubiertos en
Africa
oriental, en el denominado Great Rift Valley, una enorme
fractura abarcable de Mozambique, los Grandes Lagos, Etiopía, Mar Rojo, hasta
Israel y Jordania.
La causa puede estar en el gran cinturón de selva tropical que se
extendió por esta zona a lo largo del Mioceno. Pero no se sabe nada más de
aquellos ecosistemas en aquellas épocas[5].
Lo cierto es que, de momento, de allí proceden los fósiles más antiguos, aparte de poseer animales tan extraños
como cocodrilos, tortugas o hipopótamos.
La idea de que los primeros homínidos eran cazadores o asesinos, fue
desarrollada ya en los años
1950. Para ello, se sirvieron de armas hechas con huesos, dientes y
cuernos de animales. Esto afinó su inteligencia y ayudó a poner erguida su
postura.
En los años 1960 y 1970 se pasó a
pensar que más que asesinos, los primeros australopithecus eran demasiado
indefensos en su hábitat, por lo que pasaron a construir esas armas.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1]
Millones de años.
[2]
Según los Ciclos de MILANKOVITCH.
[3]
Primavera y otoño, coincidiendo la duración del día y la noche.
[4]
Verano e invierno, produciéndose más o menos horas de luz.
[5]
Dos ciencias son las que entran aquí en juego:
-la
tafonomía, consistente en establecer si un hueso ha sido transportado
desde grandes distancias,
-la
paleomorfología, consistente en determinar cuál fue el ecosistema y
ambiente de los huesos.