CARBONO-14
a) Arqueología
b) Metodología
arqueológica
c) Método
del Carbono-14
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Todo historiador tiene la
posibilidad de elegir su propia perspectiva arqueológica, de posicionarse
dentro de un campo teórico y variable arqueológico, y cuyos extremos son:
-el
hiperpositivismo tradicional,
-el relativismo moderno de última hora.
Thomas Kuhn, en este
sentido, llegaba a decir que la arqueología avanzaba más por cambios bruscos
que de forma continua y acumulativa.
Y es que a diferencia otras
ciencias, la arqueología no presenta, ni siquiera en las épocas más estables,
un único paradigma, sino que varios legítimos compiten entre sí.
Eso sí, y como decía Kuhn, sin un paradigma teórico es imposible trabajar en la práctica.
En la prehistoria final
europea, la primera fecha histórica había surgido en el Egipto faraónico. Fue también
una verdadera suerte que el romano Censorinus dejara escrito que el año 139
d.C. coincidieron en Egipto el Año Nuevo oficial y el real, porque a partir de
ese dato fue posible ir hacia atrás. La tabla cronológica se llevó hasta el
3.100 a.C.
A finales del s. XIX, Petrie
descubrió cerámica de Creta
en un contexto egipcio fechado en torno al 1.900 a.C. Poco después se descubría
en Micenas
objetos egipcios iguales a los fabricados en Egipto en torno al 1.500 a.C.
Ya los arqueólogos del s.
XVIII habían hecho multitud de intentos para calcular la antigüedad absoluta
de los restos arqueológicos.
El primer método que había
surgido había sido la estimación en función del espesor de los estratos: cuanto más
gruesos, más tiempo duraron. Sin embargo, su fallo consistió en que los
estratos se depositaban con una velocidad que era cualquier cosa menos
constante.
El siguiente método
interesante fue el análisis de los sedimentos
glaciares, cuyo recuento sirvió para saber el tiempo transcurrido
desde el final de la última glaciación.
Otro fenómeno de
periodicidad anual descubierto fue la formación
de los anillos de los árboles, que hoy estudia la dendrocronología.
Si queríamos saber cuántos años vivió un árbol, no teníamos más que
contar los anillos que tenía desde la corteza hasta el núcleo.
Con todo, el método más
utilizado antes de las aplicaciones atómicas fue el llamado de cronología
cruzada: si en un contexto arqueológico aparecía algún objeto
igual a otro que ya resultó fechado en otro contexto, entonces la misma fecha
servía.
b) Metodología arqueológica
b.1) Análisis arqueológico
Se considera artefacto
arqueológico a cualquier objeto modificado por el ser humano en sus características
fundamentales (posición…).
Se considera atributo
arqueológico a cada variable independiente, dentro de un sistema concreto de
artefactos. Los atributos que permanecen constantes interesan menos que aquellos
que varían. El atributo puede ser una variable:
-nominal:
color, forma, lugar;
-nominal dicotómico: presencia-ausencia;
-ordinal: altura en el nivel estratigráfico;
-de intervalo: años transcurridos, grados centígrados;
-de razón: longitud, anchura, peso, ángulo, cantidad.
Se considera tipo
arqueológico a la clave para reducir la enorme variedad a un número manejable
de unidades abstractas. Los tipos se van reemplazando unos a otros a medida que
avanzamos en el tiempo y en complejidad tecnológica.
Se considera conjunto
arqueológico al grupo de artefactos asociados contemporáneos. Puede estar
formado por materiales de un mismo yacimiento o de varios sitios contemporáneos
y cercanos.
Se considera cultura
arqueológica al grupo de conjuntos dentro de un área geográfica concreta, que
abarcan la mayoría de las actividades realizadas. Existen 4 tipos de culturas
arqueológicas:
-subcultura,
si sólo se conoce la necrópolis, y no el poblado;
-área cultural, si varios grupos comparten elementos no materiales
(lengua, religión, administración…);
-grupo cultural, si existe relación entre distintas culturas;
-tecnocomplejos culturales, si distintas culturas hicieron frente común
ante factores ambientales o económicos.
Hay que tener en cuenta que
una misma cultura va auto-evolucionando, con sus periodos preformativo,
formativo, coherente y postcoherente, y con variantes en la elaboración de
atributos.
Siguiendo el orden de
unidades de análisis, los pasos
que hay que dar en Arqueología son:
-decidir
cuáles son los atributos que nos interesan, describiendo cada uno de ellos,
-agrupar los artefactos en tipos, mediante una tipología objetiva,
-sintetizar.
La medición de atributos es la
parte esencial, y por eso hay que seleccionarlos bien, ya que no se cuenta con
posibilidades de medirlos todos. Es preferible la calidad que la cantidad.
Para dar forma numérica al
estudio, y hacernos así una idea global, se puede extraer la media
aritmética de todos los valores obtenidos. No obstante, también hay
que obtener los márgenes de error, mediante estadígrafos que miden la dispersión
de los valores.
El método para obtener el mínimo margen de error es el método de la desviación típica, programa estadístico de ordenador.
Fue descubierto por Libby
en 1950, consistiendo en el método de datación absoluta más
conocido del mundo entero. En España, se utiliza en la universidad de Granada,
el CSIC Madrid, y la facultad de química de Barcelona.
En
la práctica, el método del C-14 requiere una serie de prevenciones:
-extraer
una muestra lo más grande posible,
-introducir
la sustancia orgánica a analizar en un recipiente inorgánico, como aluminio.
El análisis del C-14 se especifica
de la forma 3200 + 90 b.p, siendo b.p. antes del 1950 de nuestra era.
La historia comienza en la estratosfera,
a 12 km. altitud, donde se origina un 60%
del carbono radiactivo. Cuando los rayos cósmicos llegan a la tierra (con alta
energía en hidrogeno), éstos chocan con otros átomos que se van encontrando,
desintegrándose y produciendo reacciones en cadena. De todas
ellas, sólo una nos interesa ahora: la reacción entre un neutrón y un átomo
de nitrógeno.
Pues bien, resulta que al chocar un neutrón con el N-14 se produce un átomo
con núcleo de 6 protones y 8 neutrones, de masa 14, llamado Carbono-14.
El hecho de que el C-14 sea radiactivo es fundamental, porque su proporción
es siempre aproximadamente constante en toda la tierra, y su desintegración
sigue siempre la misma velocidad. Esta es la base del método arqueológico: la velocidad constante de desintegración
del C-14.
Un
gramo de C emite, por término medio, unos 13 electrones/minuto. Si la muestra
en estudio emitiera, por ej, la mitad (6,5 electrones), el tiempo transcurrido
desde su muerte sería de una vida
media de 5.568 años.
Si
la radiación fuera la mitad de la mitad, habrían transcurrido dos
vidas medias, es decir, 11.136 años. Y así sucesivamente.
Para que la datación del C-14 funcione bien se deben dar los supuestos
de:
-velocidad
constante de desintegración, y conocida con precisión,
-contenido
igual de C-14 en todo ser vivo, y alrededor de toda la Tierra,
-cantidad
inalterable de C-14 en la atmósfera, desde la prehistoria hasta hoy en día.
La velocidad de desintegración es aceptada hoy en día como constante,
ya que no depende de factores externos.
Mayor problema resulta el contenido existente del C-14 en la atmósfera,
ya sea en el siglo pasado, ya sea en uno u otro hemisferio. Es totalmente falso
que el resto orgánico haya tenido una concentración siempre igual en la atmósfera,
pues:
-hay
reacciones químicas en las que se adquiere, y no pierde, carbono,
-los
isótopos del carbono son tratados de manera diferente por cada ser vivo.
El
valor del error es fundamental, y es esencial reducirlo al máximo. Esto se
consigue mejorando los sistemas de medida, o aumentando el tamaño de la
muestra.
Es lógico que las muestras
más antiguas provoquen mayores errores, al ser su actividad
radiactiva menor, y estar por ello más afectada por la radiación de fondo.
También el tamaño de la muestra puede reducir errores. Por ejemplo, el carbón vegetal contiene un 70% de carbono, pero el hueso tiene menos del 5%, lo que quiere decir que para obtener un gramo de carbono hace falta una muestra de 20 gr.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia