ARTE TRIDENTINO

a) Renacimiento
b) Concepción artística de Trento
c) Propagación del Arte tridentino
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a) Primer Renacimiento

            Ya en el Trecento, algunas personas habían sentado precedentes de nuevas modas que desde la literatura y talleres gremiales habían empezado a surgir. En el mundo del arte, y sin precedente previo alguno, también vino a consumarse el surgimiento de nuevas modas[1], de la mano de:

-Cennino Cennini[2], con rasgos de gestación de un nuevo naturalismo,
-Lorenzo Ghiberti
[3], con una nueva sensibilidad hacia la Antigüedad.

            Con la llegada del Quattrocento y la generación de Brunelleschi[4], Donatello[5] y Masaccio[6], Italia experimentó cómo un nuevo arte había empezado a emerger, con los ingredientes de:

-nuevo modo de entender el mundo,
-optimismo en el hombre,
-confianza en la razón.

            A este cambio en la práctica artística acompañó una modificación paralela de las teorías en que aquella se apoyaba. Se trató, a forma de comienzos, de un naturalismo basado en los nuevos medios de la perspectiva y anatomía.

            Pero donde quedaron plasmadas estas ideas de una manera más acabada fue, sin lugar a dudas, en los escritos de Leon Battista Alberti, representante de una doctrina, la “renacentista”, que abrazará todas las ramas de la actividad humana.

            Los disturbios europeos de comienzos del s. XVI acabaron afectando también a Italia. El Saco de Roma-1527[7] y la erupción en Florencia de un nuevo sentimiento popular, fueron signos de esta inestabilidad.

            El arte italiano pasó a ser, en este contexto, un mero arte cortesano y secular, imposible de alcanzar las metas y estilo espiritual impuesto en Roma por Miguel Angel, ni su intensidad emocional ni su didactismo organizado. Se trató de un arte elegante, encaminado a glorificar a los nobles e inclinado hacia la mitología alegórica, exenta de toda significación espiritual.

            Por otro lado, es fácil prever como el arte cortesano devino en el mundo del retrato, siendo Pontormo[8] y Bronzino[9] sus principales impulsores.

b) Concepción artística de Trento

            Ya en el s. XV, Sixto IV había impuesto la necesidad de obtener un imprimatur diocesano para aprobar y exponer toda obra religiosa dentro de una Iglesia.

            Paradójicamente, y como resultado de los sucesos que siguieron al Saco de Roma-1527, se produjo un reforzamiento del poder del Papado en Italia, y los Estados pontificios aumentaron su prestigio mundial. Clemente VII se dio cuenta que su única esperanza residía en:

-una alianza con España,
-lanzar una contrarreforma católica,
-propagar la verdad.

            Junto a este panorama político, también el papado incluyó el desarrollo de nuevos métodos de composición artística, e impulsó la proliferación de escritos artísticos, no sólo para justificar la religión, sino también como arma de propaganda eficaz.

            En el Concilio de Trento[10] las disposiciones conciliares de 1563 hablaban de:

-velar por el contenido del arte religioso,
-autorizar sólo las esculturas y pinturas que fuesen de calidad,
-prevenir contra la indecencia o profanación.

            El acento artístico de Trento vino a pivotar, pues, en la precisión y representación, aún con un cierto margen concedido:

-a las ideas probables que tuvieran fundamento,
-a la sabiduría y erudición que pudiesen aportar los artistas consagrados.

            En cuanto a las filosofías clásicas, las más peligrosas fueron rechazadas por el Concilio, y fueron toleradas todas las demás mitologías clásicas, bajo el calificativo de inofensivas para el actual mundo racional.

c) Propagación del Arte tridentino

            Tras la celebración del Concilio de Trento, el mundo eclesial intercontinental, con instrucciones positivas al respecto, comenzó a resaltar el valor de:

-la pintura, para el mundo de la imagen,
-la escultura, para incitar a la piedad y conmover el espíritu,
-la arquitectura, para atraer la mirada de las personas distraídas.

            En arquitectura, Trento había propuesto estructuras artísticas duraderas, pudiéndose utilizar al caso los órdenes clásicos. Así, empezó a ser común, tras las prebendas tridentinas[11]:

-construir las iglesias sobre promontorios,
-esculpir figuras o adornos serios y decentes para las fachadas,
-elevar el altar sobre unas gradas, para oficiar con dignidad,
-unir la sacristía al transepto y no al presbiterio, para impulsar las procesiones,
-convertir en capillas los brazos del crucero, para oficiar allí los días festivos,
-conveniente iluminación,
-rica vestimenta, pero sin vana pompa,
-la obligación de restaurar la decoración y mobiliario anticuado
[12].

            La Iglesia Gesu de Roma[13], adaptada a la perfección al nuevo arte impulsado por Trento, fue el mayor ejemplo de “edificio de gran belleza ofrecido a Dios”, con:

-dimensiones de cuerpo humano perfecto, el de Cristo,
-interior más rico que el exterior, el del alma divina de Cristo,
-exterior adornado con todo tipo de órdenes clásicos, el del cuerpo humano de Cristo.

            En pintura, Trento había desaprobado la introducción de lo pagano en el arte religioso, al mismo tiempo que había sido riguroso respecto a la decencia, humor popular, leyendas populares, figuras desnudas[14].

            En esta teoría tridentina del decorum, la indumentaria de las figuras humanas debían obedecer a su rango y carácter, sus gestos ser apropiados, la escena ser bien escogida, el artista tener presente que su obra se destina a una iglesia.

            En cuanto a los detalles, Trento mandó hacer estudios[15] sobre las características que éstos debían tener en el mundo del arte, viniendo a convenir en:

-la majestuosidad, impresionando en la manera de lo posible,
-el esplendor, alabando las antiguas tradiciones eclesiásticas,
-el carácter religioso, imponiendo el acuerdo entre sacerdotes y artistas.

            En cuanto a los frescos, Trento propuso:

-todo tipo de ciclos y programas intrincados,
-dar utilidad a la arquitectura,
-introducir mensajes con filosofía moral,
-causar placer, y no sólo imitar la realidad
[16].

 

Manuel Arnaldos   
Mercabá, diócesis de Cartagena-Murcia    

más información
Diccionario Mercabá de Arte

Indice general de Enciclopedia Mercabá de Historia   

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[1] La moda de que el artista era un individuo autónomo, que necesitaba conocer todas las artes liberales y de la ciencia.

[2] Cennino di Andrea (Siena 1370-Florencia 1440), CENNINI fue el continuador de las innovaciones geniales de GIOTTO, destacando su Leyenda de la Cruz de San Francisco de Volterra. Su obra Tratado de la Pintura-1390 abriría un abanico de principios artísticos y técnicos a las nuevas generaciones que iban viniendo, ya en el mismo Trecento.

[3] Lorenzo Ghiberti (Florencia 1378-Florencia 1455), GHIBERTI fue el primer teórico del arte en Italia, fundando el primer gran taller artístico de Italia, y educando personalmente a DONATELLO, MICHELOZZO, UCELLO, MASOLINO, FILARETE… Sus Comentarii-1453 aportaron valiosas referencias a los jóvenes artistas, así como introdujo la 1ª autobiografía en la historia del Arte.

[4] Filippo di Ser Brunellesco Lapi (Florencia 1377-Florencia 1446), BRUNELLESCHI fue arquitecto italiano, más conocido por su trabajo en la cúpula de la catedral Il Duomo de Florencia, de elevada matemática y perspectiva cónica.

[5] Donato di Niccolo di Betto Bardi (Florencia 1386-Florencia 1466), DONATELLO fue escultor italiano, más conocido por inventar la stiacciato o escultura monumental de máxima profundidad en un mínimo plano, a forma de relieve aplanado. Famosos fueron su David de Sta. María de Fiore-1408 y sus bronces para la Basílica de San Lorenzo-1459, así como numerosas esculturas en mármol, terracota y bronce.

[6] Tommaso di Ser Giovanni di Mone Cassai (Arezzo 1401-Roma 1428), MASACCIO fue pintor italiano, conocido por aplicar a la pintura las leyes de la perspectiva científica.

[7] Sucedido el 6 mayo 1527, cuando el ejército español de CARLOS V entró y sometió a los Estados pontificios de Roma, al mando de CARLOS III DE BORBÓN y sus 20.000 mercenarios europeos, que asesinaron a casi 45.000 civiles y dieron así fin a la Liga de Cognac (de Francia, Milán, Venecia, Florencia y Roma) que se oponía al Imperio español. No obstante, el número de robos y destrozos llevado a cabo por los mercenarios de la Corona española hizo que el mismo emperador tuviese que pedir perdón y reconsiderar su posición respecto al papado de Roma.

[8] Jacopo Carrucci (Empoli 1494-Florencia 1557), PANTORMO fue pintor italiano manierista, destacando por su Descendimiento de la Cruz, del que se dice pintó su propio autorretrato. 

[9] Agnolo Tori di Cosimo di Mariano (Florencia 1503-Florencia 1572), BRONZINO fue pintor italiano manierista, predominantemente áulico y el cénit del refinamiento para con las clases nobles. Su Retrato de Lucrezia muestra una enorme madurez intelectual.

[10] 1545-63, y uno de los grandes Concilios de la historia, donde la Iglesia se posicionó respecto a la Reforma luterana, revisó todos los estudios humanísticos y artísticos eclesiales, impulsó la contrarreforma cultural, y puso los medios para el mayor de los florecimientos espirituales y misionales de la historia.

[11] Encabezadas por las directrices del arzobispo de Milán, SAN CARLOS BORROMEO, que fue publicando en numerosas obras de índole artística.

[12] cf. SAN CARLOS BORROMEO; De Nitore et Munditia Ecclesiarum, auténtico primer compendio de la historia del Arte orientado a la restauración artística.

[13] De los PP. Jesuitas, animadores y universalizadores del movimiento artístico de Trento, haciendo que:

-el público llano no sintiera temor al arte ni a la Iglesia,
-el arte fuese más accesible a la población,
-se potenciara artísticamente el halago de las emociones.

[14] Los cardenales BORROMEO (Milán 1538-Milán 1584) y PALEOTTI (Bolonia 1522-Bolonia 1597) añadieron el consejo particular de evitar la indecencia no sólo en las iglesias y arte religioso, sino en las casas privadas y arte de cualquier estilo. Consejo que adoptó en 1598 la Academia San Lucas de Roma, al exhortar a todos sus académicos a pintar “temas decentes y dignos de elogio” (cf. ALBERTI, R; Origine e Pregresso della Accademia, p. 79).

[15] Estudios que vieron la luz con las Instructiones Fabricae et Supellectilis Ecclesiasticae-1572 de SAN CARLOS BORROMEO.

[16] Como propuso la línea teológica impulsada por FRANCESCO GUAZZO (Milán 1525-Milán 1609), sacerdote que en su Compendium Maleficarum había destapado hasta 11 fórmulas satánicas llevadas a cabo por brujas de la época, las participaciones sexuales de hombres-súcubos y mujeres-íncubos y las ceremonias aquelarre que se habían puesto de moda.