GRITO
DE MUNCH
b) Munch
c) Pintura del Grito
de Munch
_______________________________________
Tuvo
su primer referente en Munch[1],
y fue una corriente pictórica muy criticada de principio a fin. Se trataba de
un movimiento absolutamente revolucionario y cambiante, con novedosas formas de
hacer pintura que les llevó a mostrar su identidad a través de la luz.
Coincidió
con un periodo gobernado por Guillermo
II de Alemania, que intentaba convertir su reino en una potencia
mundial que dominara al resto, y cuya política de Paz
Armada estaba a punto de desembocar en la I Guerra Mundial.
Inauguró
un conjunto de exposiciones
itinerantes[2]
bajo el nombre de Arte degenerado,
reuniendo en ella a los mejores pintores de la época y tratando de manifestar:
-la
gran pintura alemana, de apariencia grecorromana y exaltadora de la figura del héroe
alemán[3],
-la
pésima pintura extranjera, sobre todo la de los negros[4],
judíos[5]
y mutilados[6].
Tuvo 2 tipos de pintura expresionista:
-la
del
Die Brucke-Puente, donde destaca
Kirchner,
-la
del
Der Blaue Reitter-Jinete Azul,
donde destaca Marc y Kandinsky.
Pintor
noruego, Edvard Munch (1863-1944) fue un artista admirado y reconocido en
Europa. Amigo de Nietzsche y las corrientes nihilistas, tuvo formación científica
y quiso ser ingeniero.
Su
infancia
familiar fue dramática, pues su hermano mayor murió sin él conocerlo, su
hermana Sophie murió de tuberculosis con 15 años, a su otra hermana la
metieron a un manicomio y sus padres murieron cuando él contaba 10 años. Esto
le sumergió en la depresión hasta los 18 años, en que exclamó que “los ángeles
que vigilaban mi cuna eran la enfermedad, la locura y la muerte, y desde
entonces me han acompañado toda la vida”.
En
su adultez
se enamoró de Tulla, mujer casada de difícil relación que poco después le
abandona. No obstante, a Munch le enseñó que la belleza y el dolor del mundo
se dan la mano[7].
Empezó
su obra pictórica
imitando a los impresionistas, con un estilo agradable y amable, y queriendo
expresar al máximo lo que le estaba sucediendo[8].
Aborrece al máximo el uso de la cámara fotográfica[9],
y se decide por una pincelada tenue, desvaída y desgarrada, predominantemente
en color negro y rojo sangre[10].
Fue pintado por Munch en 1893, permaneciendo hoy en el Museo Munch de Oslo.
Se trata de su obra más contundente, símbolo de la angustia, la soledad del hombre y su propia angustia existencial.
Es el cuadro más expresivo, más homenajeado[11] y más veces robado del arte contemporáneo, y fue posiblemente inspirado en las momias peruanas de la Exposición Universal de París-1889[12].
Representa un rostro angustiado, que está solo y que se tapa los oídos. Al fondo hay una serie de lenguas de colores que conforman el paisaje[13].
ed.
Mercaba
Diócesis
de Cartagena-Murcia
Indice
general: www.mercaba.org/GET/cartel-enciclopedia.htm
_______________________________
[1]
Que recogió el testigo de VAN GOGH, CEZANNE, TOULOUSSE y GAUGUIN, introduciéndolos
en el s. XX y creando mediante ellos un arte propio, tras haberlos
asimilado.
[2]
A lo largo de muchas ciudades de Alemania. Exposiciones itinerantes que
luego se subastaban a bajos precios, para patrocinar el movimiento.
[3]
Con imágenes colosales de águilas imperiales...
[4]
Cuyo odio llevó a los alemanes, por ejemplo, a odiar el Jazz (por ser la música
de los negros).
[5]
Mediante carteles anunciadores de la exposición en los que se presenta a un
mono con la estrella de David.
[6]
Con obras en las que se integraban imágenes de personas mutiladas y con
deformidades, de forma peyorativa.
[7]
Lo que le llevó a retratarla como vampiresa, y a darse cuenta de que
él “estaba hecho para sentir la infelicidad del amor, la locura, la cara
horrible de la enfermedad mental, la total desesperanza de poder un día
amar”.
[8]
Como él mismo decía: “al pintar una silla, lo que debe pintarse no es la
silla sino la emoción sentida ante ella”. Y es que en los artistas
post-impresionistas la silla se había convertido en una especie de
autorretrato.
[9]
Pues “la fotografía nunca podrá competir con el pincel y la
paleta, mientras no pueda utilizarse en el infierno”. Además, para MUNCH
“la fotografía no puede mostrar de forma tan veraz como la pintura el
interior del alma humana”.
[10]
Sobre todo en autorretratos, y ambos colores como símbolo de la muerte.
[11]
Desde el mismo WARHOL hasta los neofuturistas, los Simpson, los graffiti y
películas actuales...
[12]
A la hora de trazar el rostro, enmarcado entre las dos manos.
[13]
Como él mismo dice: “Iba caminando con dos amigos por el paseo, el solo
se ponía, el cielo se volvió de pronto rojo. Yo me paré, no veía sino
sangre y lenguas de fuego. Mis amigos me habían dejado y, solo, temblando
de angustia me di cuenta del inmenso, infinito grito de la naturaleza”.