ESCRIBA DEL CAIRO

 

Auténtica joya del arte egipcio,

con todos los atributos de la cultura egipcia

 


Escriba de la IV dinastía, del 2.500 a.C. y hoy en su Museo del Cairo

Madrid, 1 septiembre 2021
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

           La mundo del glorioso Egipto abarcó el enorme período de tiempo:

-desde el 4.236 a.C, con la primera fecha del calendario egipcio,
-hasta el 29 a.C, tras la batalla de Actium y suicidio de Cleopatra, en que Augusto hace de Egipto una provincia romana más.

           En cuanto a las etapas y hechos significativos:

-en el Egipto Antiguo se construyeron los palacios de Memphis y principales pirámides de Guiza;
-en el Egipto Medio adquirió importancia Tebas, se extendió el reino hacia Nubia y se construyeron los grandes canales;
-en el Egipto Nuevo Tebas pasó a ser la capital por más de 500 años, y se construyeron los templos de Luxor y Karnak;
-en el Bajo Egipto los Ptolomeos derivaron hacia las ciencias, y Cleopatra decidió poner fin a la milenaria historia de los egipcios.

           Por último, se puede decir que Egipto fue el resultado de la fusión de 3 elementos incuestionables: el río Nilo, la figura del faraón y las creencias de ultratumba.

a) Contexto del Escriba

           La sociedad egipcia estaba dominada por una monarquía indiscutida y absoluta representada por la figura del faraón, ayudado por un primer ministro o visir. En torno a palacio estaban los funcionarios, cooperadores en la administración del país. Los gobernadores mandaban en cada provincia imperial. Egipto disponía de ejército profesional, que recibía su estipendio en concepto de tierras y en ocasiones de herencias. Los campesinos eran pobres, y junto con los artesanos[1], formaban el escalón más bajo del país.

           El faraón era hijo de Ra[2], recibía culto y a él se le pedía buenas cosechas y clima favorable, exigiéndose ante su presencia ponerse de rodillas y levantar los brazos. Era el señor de las dos tierras, el único capaz de dominar las fuerzas del caos circundantes a Egipto. Más de treinta dinastías, o reinados de una misma familia faraónica, llenaron la historia del glorioso Egipto hasta la conquista de Alejandro y posterior de Octavio.

           En cuanto a creencias, la religión egipcia tenía para todo una explicación divina. En ella, la figura de Maat, diosa de la justicia, y del resto de dioses, maestros de ceremonias… iban armonizando todo avatar y contratiempo de la historia. Egipto propuso como oficial la creencia en la vida de ultratumba, con inmortalidad del alma y otra vida más allá de la muerte. Con el tiempo, empezaron a momificar a los difuntos con tal finalidad.

           El Nilo, junto con el valle del Nilo, atravesaba de sur[3] a norte[4] los 2 reinos o provincias egipcias, abarcando de 5 a 20 km. ancho, espacio en el que llenaba de oasis lo que básicamente era un desierto sin principio ni fin. Por el delta norte, ensanche de la desembocadura, tiene forma triangular. El Nilo era rico en sales y minerales, como en limo, que daba a las aguas un color rojizo. De Julio a Septiembre, el río se desbordaba y fertilizaba las tierras. Por último, dos plantas crecen en sus riberas: el loto y el papiro[5].

a.1) Escribas egipcios

           La figura del escriba, cuyo tema es el que nos ocupa, viene a relacionarse directamente con varios de los vehículos de transmisión e información de los estratos o clases sociales egipcias:

-la escritura, traduciendo al y del acadio los mensajes del faraón y extranjeros, y transcribiendo generalmente la historia propia y ajena,
-los números, encargándose de organizar el pago de los tributos.

           Su constante representación de escribir o anotar sentado y con comodidad, ha de entenderse dados los distintos y lentos tipos de escritura existentes:

-pictográfico en un principio o jeroglífico después,
-hierático o sacerdotal,
-demótico o popular.

           Escritura que casi siempre la tenía que plasmar el escriba en papiro, tallo desenrollado, aplastado y secado con agua y aromas, de la principal planta floreciente del Bajo Nilo.

a.2) Arte egipcio

           El arte egipcio se debió a una serie de factores que lo determinaron así desde un principio, tales como la geografía, la religión y la monarquía, ya descritos con anterioridad.

           Las dos nociones fundamentales del arte egipcio fueron:

-grandiosidad, buscando convertir lo representado o construido en ilimitado,
-eternidad, buscando la sensación de poder y del valor absoluto.

           Otro de los elementos del arte egipcio fue el de las ausencias, tanto colectivas como anónimas, de:

-belleza, exaltándola por sí misma, quizás para humanizar algo que debía ser eterno,
-crueldad, como exhibición gratuita, quizás para minimizar algo que debía ser grande.

           En cuanto a la escultura, no existía un corpus sistemático, y tampoco bastaba con resaltar las cuestiones técnicas o estéticas. Pero sí debía explicar el porqué del uso de determinados materiales o colores, el valor exacto de ciertos adornos y mucha simbología más. Nunca separaba las extremidades de la pieza (para que no se rompiera), y solía usar la piedra caliza para el caso de los cortesanos, o la diorita o esquisto a la hora de esculpir las figuras faraónicas.

           La función principal de la escultura egipcia no era ofrecer goces estéticos ni engalanamientos, sino experiencias religiosas, tanto como alter ego del propio personaje esculpido (a forma de depósito de su ser para el más allá), cuanto para ofrecer modelos y ejemplos a seguir.

a.3) Museo del Cairo

           Custodia hoy día la mayor colección de objetos del Antiguo Egipto. Posee más de 120.000 objetos clasificados de diferentes épocas de la historia egipcia, sobresaliendo no sólo por la cantidad, sino también por la importancia de muchos de ellos. Más de 2 millones y medio de personas lo visitan anualmente.

           En el museo se exhiben objetos de todos los períodos egipcios:

-del Egipto tinita, como vasijas de piedra y objetos funerarios;
-del Egipto Antiguo, como esculturas, pinturas, relieves y objetos mobiliarios;
-del Egipto Nuevo, como el tesoro de Tutankamón, estatuas, relieves y objetos del periodo de Amarna y sarcófago de Akenatón, equipamiento funerario, joyas, maquetas y otros objetos, estatuas de reyes y personajes;
-del Bajo Egipto, como estatuas, relieves y objetos funerarios.

           En los jardines del museo se exhiben esculturas de varias épocas, así como puertas falsas e inscripciones jeroglíficas.

           En cuanto a su Escriba Sentado, nos encontramos, en palabras del gran egiptólogo Vandier, ante “el ejemplar más hermoso que se conoce en su especie, según es parecer unánime”.

b) Contenido del Escriba

           Se trata de una de las piezas maestras y más famosas del Museo del Cairo, con los datos de:

-material: piedra caliza,
-altura: 51 cm,
-anchura: 41 cm,
-perfil:  31 cm,
-localización: Saqqara,
-propietario: Egyptian Antiquities Service,
-fecha hallazgo: 1893,
-datación: dinastía V, ca. 2.500 a.C.

           Se trata así mismo, y como dato anecdótico, de la primera representación histórica de un oficio humano, la de un funcionario egipcio que está esperando al que viene a pagar impuestos, para poner por escrito lo pactado y acontecido.

b.1) Descripción del Escriba

           Se trata de una pieza de la IV dinastía egipcia (aunque generalizada en la V), en la que se muestra la figura de un funcionario egipcio (escriba) escribiendo con papiro y junco. Se muestra en postura sedente, con las piernas cruzadas, y sentado sobre una base de la misma piedra que ocupa la superficie (un paralelepípedo pétreo).

           Todos los miembros de la pieza están delineados, remarcándose en ellos tanto la musculatura de torso, brazos y piernas, cuanto el vientre, más prominente. Se representan detalles minuciosos tales como uñas de manos y pies. En el pecho se observa que falta un pectoral.

           Las manos están relajadamente apoyadas sobre el papiro que reposa en sus rodillas, llevándolo sujeto en la mano izquierda, mientras sostiene el cálamo con la mano derecha. Entre los dedos de la mano derecha hay un agujero, donde seguramente debía estar colocada la pluma para escribir.

           El rostro muestra serenidad y concentración, con los ojos fijos, y mirada inteligente y expresiva. Su estructura es huesuda, marcando los pómulos y la mandíbula inferior.

           Resalta el escriba por sus ojos de cuarzo y vidrio, que aluden así la alta fuerza intelectual del personaje. Su tenue mueca altiva realza al alto rango del personaje, y el orgullo con que ostentaba su cargo. La peluca alude a la creencia egipcia de que la escritura jeroglífica, de la que el personaje era experto, poseía poderes ocultos.

b.2) Elementos escultóricos del Escriba

           El Escriba Sentado se ajusta a una serie de normas escultóricas canónicas, constantes en el Antiguo Egipto y según los cánones previstos por los mecenas de las artes egipcias: los sacerdotes. En este caso, se pueden apreciar:

-la ley de la frontalidad, con simetría perfecta a lo largo de toda la pieza, y partiendo de un eje central que divide la pieza en dos unidades casi iguales;
-la ley del decoro, aunque no estemos ante el caso del faraón (cuyas dimensiones debían ser más grandes que las del resto). Pues el escriba podía considerarse dentro de la nobleza egipcia, y eso pero tenía que ser cincelado con hieratismo y falta de expresividad, invitando al respeto;
-la ley de la idealización, como se ve en la juventud de su rostro, cierta sonrisa en su gesto y cierto giro naturalista de la cabeza, haciendo caer en la cuenta al vidente en el alto modelo social que la figura representaba, en este palaciego.

           En cuanto a materiales escultóricos utilizados, estamos ante una figura sentada en una misma pieza sobre paralelepípedo pétreo, sobre la que se añaden los elementos funcionales de su profesión:

-papiro, desplegado sobre las rodillas,
-junco, para escribir con la mano derecha,
-peluca, por su alta condición social.

           La elección del cuarzo y vidrio para los ojos viene a reforzar su dimensión intelectual.

b.3) Un escriba adaptado al medio

           El Escriba Sentado del Cairo, así como el resto de expresiones artísticas del Egipto Antiguo, fue concebido (esculpido) en relación directa con la concepción de la vida ultraterrena[6]. No obstante, también fue una pieza enormemente adaptada al medio en que se desarrolló.

           En efecto, no es difícil apreciar en el Escriba un conjunto de:

-convenciones, que rigieron su construcción y escenografía,
-hieratismo en su cuerpo e incluso atributos,
-representación de sus partes y figura desde distintos puntos de vista
[7],
-la utilización de colores planos, ajenos al efecto del modelado y de la luz.

           Lo que se fue repitiendo a lo largo de los siglos, como forma clara de insinuar que las reglas y cánones del arte egipcio:

-no podían excederse en demasiadas libertades,
-sí debían estar bastante sujetas a condiciones externas y no ya internas.

           Fueron las condiciones geográficas, pues, las que quedaron plasmadas en esta pieza, y en todo este tipo de arte egipcio. Pues a lo largo de más de 1.000 km de longitud del río Nilo, y rodeado de confines infinitos de desiertos estériles:

-todo debía girar en torno a esta concepción mágica y salvadora del Nilo,
-nada podía escapar a un severo control de las fuerzas del caos.

           La historia, y también el arte egipcios, tenían que estar no ya subordinados pero sí enormemente adaptados al medio en que vivieron.

b.4) Un escriba ideado para sobrevivir

           El Escriba Sentado está impregnado al completo por el concepto de eternidad y el ansia de grandiosidad, propios de la mentalidad y arte egipcios. Lo que nos indica, ya para empezar, un par de elementos subyacentes:

-el de finitud, a la hora de reconocer el limitado tiempo vital,
-el de debilidad, a la hora de reconocer los escasos recursos naturales.

           A esto habría que añadir la enorme imaginación derrochada, las abstracciones tenidas que ser hechas, la utilización de las matemáticas y conceptos astronómicos hasta el grado casi infinitesimal... con tal de conseguir que la vida, la naturaleza y la cultura egipcias pudiesen perdurar en el tiempo.

           Se trata de una pieza, y de un arte, el egipcio antiguo, concebido para sobrevivir en la eternidad y temporalidad, y precisamente ese ha sido su mayor logro conseguido, de forma meritoria.

b.5) Un escriba dotado únicamente de excelencia

           Como consecuencia de las limitaciones y superaciones anteriores, el Escriba Sentado fue una pieza en la que el arte egipcio invirtió y concentró todos sus recursos en uno o dos intereses, y nada más. Sí que gozó para su elaboración de solvencia prima y económica (en general), pero no podía perder de vista lo anterior (a nivel particular). Y es por ello que destinó todos sus esfuerzos:

-a la ideología faraónica, en este caso a su principal pincel propagandístico (su escriba),
-al hábitat cotidiano del faraón, poniendo en relevancia su carácter sacerdotal y cortesano (hábitat de todo escriba).

           En el Escriba Sentado del Cairo, así como en el resto de artes mayores y menores egipcias, logró alcanzar Egipto la ansiada perfección:

-en escultura, en piedra predominantemente sobre la madera[8],
-en pintura y dibujo, tras los principios de ausencia de perspectiva y figuras de perfil
[9],
-en el resto de objetos, en cobre
[10], oro[11], o madera[12].

c) Comentario sobre el Escriba

           Para una administración tan centralizada como la egipcia, se requería gran número de oficiales con buena formación. Esta educación podía adquirirse en las escuelas adscritas al templo sacerdotal, donde “se copiaban libros y se recibía instrucción”.

           Los humildes escribas de los pueblos enseñarían sin duda a sus hijos, como discípulos aventajados, y quizás admitieran a otros parientes como discípulos.

           El nivel de los ejercicios escolares que se han encontrado en Deir el-Medina y otros lugares sugiere que los escribas lograron un gran nivel de discipulado en su entorno.

           La instrucción empezaba a los 4 años y terminaba a los 16, a juzgar por la carrera del sumo sacerdote Bakenkhons, durante el reinado de Ramsés II. Para aprender las expresiones de épocas pasadas, los escribas muchas veces tenían que luchar con una lengua casi muerta y difícilmente entendible. Pero es sólo así como se nos ha transmitido la cultura egipcia.

           El alumno empezaba por el aprendizaje de:

-memorizar los diferentes signos, agrupados en diversas categorías,
-descifrar las palabras, seleccionadas según su significado,
-copiar extractos de los clásicos, traduciéndolos a su lengua vernácula.

           El papiro era demasiado caro para ser gastado por los principiantes, y en su lugar se utilizaban tablillas y ostrakas-tiras de arcilla.

           La enseñanza de la escritura comprendía también otras enseñanzas: dibujo con la pluma, geografía, matemáticas, extranjerismos, artículos comerciales, equipo de viaje, fiestas religiosas, anatomía...

           El ideal egipcio era aprender sin esfuerzo, pero también se utilizó el castigo corporal, haciendo al alumno saber que si era perezoso se le podía apalear públicamente. No es extraño, pues, que los escolares prefiriesen hacerse soldados, granjeros o conductores de carros[13].

           También se hace alguna indicación acerca del placer de adquirir la ciencia por sí misma, con llamamientos a “adquirir la alta categoría del escriba, pues la pluma y el papiro son agradables y productivos, y da felicidad a lo largo del día”.

           También parece ser que algunas muchachas aprendieron a leer y a escribir para su provecho y placer. Por lo menos se habla de una escriba en tiempos del Imperio Medio, y en la Baja Epoca las expresiones son más grandilocuentes[14].

c.1) Escriba egipcio

           El escriba tenía un trabajo confortable y bien remunerado, en el ejército, el tesoro o el palacio. Podía llegar a ser lo que dieran de sí sus facultades:

-secretario privado del rey,
-escritor de cartas del pueblo,
-juez insignificante.

           Era muy útil a un escriba novato suceder a su padre en su ocupación determinada. No obstante, gente de origen humilde podía ascender de categoría hasta ocupar cargos importantes, por sus propios méritos[15].

           En la carrera de medicina se necesitaba también la instrucción de escriba. Un estudiante de medicina podía ir aprendiendo como aprendiz, de su padre o algún pariente,  pero para comprender los papiros médicos era preciso saber leer[16].

           Algunos servicios del templo, y sus oficinas, tenían que cubrirse con escribas experimentados. Los escultores y pintores no necesitaban saber leer y escribir, mientras fueran capaces de copiar los modelos de jeroglíficos moldeados por un diseñador[17].

           La categoría del artista era insignificante, siendo un trabajador despreciado y humilde al servicio de un oficial que se llevaba la fama. Sin embargo, tales opiniones ignoran el acercamiento esencial del artesano a su trabajo[18].

           Los artistas no proclamaban su vocación, y preferían enmascararse bajo el sumo sacerdote de Ptah. Pero a cambio obtuvieron hermosas tumbas en Tebas, regaladas por sus agradecidos soberanos[19].

c.2) Escritura egipcia

           El egipcio fue empleado en el área de Egipto y el moderno Sudán desde el 3.200 a.C. hasta el s. III d.C, como una sola lengua egipcia:

-camita,
-emparentada con la bereber,
-con muchos rasgos propios de los idiomas semíticos.

           La escritura egipcia sirvió:

-como decoración,
-como propaganda estatal,
-con propiedades mágico-religiosas.

           Se utilizaron soportes variados:

-la madera y la piedra, para paredes de tumbas y templos,
-el papiro, para asuntos mundanos, literatura, poesía y medicina.

           Egipto fue un gran productor de papiro, hasta la invención del pergamino en la época clásica griega. De hecho en escritura jeroglífica el ideograma de escriba es la paleta y pincel, representativos de su oficio, con los cuales escribía en papiro.

           Para representar gráficamente esta lengua se empleó la escritura jeroglífica[20], constituida por grabados sacros, observados por 1ª primera en las paredes de los templos y otros lugares religiosos.

           En sus inicios, la escritura fue pictográfica e ideográfica, y el objeto era expresado mediante la figura correspondiente (ideograma). Así, podían manifestarse únicamente objetos concretos[21].

           La representación abstracta llegó cuando se confirió a los ideogramas un sentido figurado[22].

           Se dio un paso decisivo en la evolución de la escritura egipcia cuando se utilizaron los ideogramas no sólo para representar un objeto o una idea, sino para indicar los sonidos que correspondían al nombre del objeto o de la idea. Los signos dejaron de ser imágenes directas y se transformaron en instrumentos gráficos, como en nuestros acertijos[23].

           La confusión que podía derivar se evitaba con la adición de signos gráficos: complementos fonéticos, determinativos. Así, los jeroglíficos originales, convertidos en signos puramente fonéticos, pudieron utilizarse en infinitas combinaciones, para indicar objetos y conceptos alejadísimos de su significado primitivo.

           Así pues, la escritura jeroglífica se hizo con dos tipos de signos[24]:

-ideográficos,
-fonéticos, que podían ser
alfabéticos (de 1 consonante), bilíteros (de 2 consonantes) o trilíteros (de 3 consonantes).

c.3) Desarrollo de la escritura

           Hacia el 3.200 a.C. comenzó el Egipto proto-dinástico, que comprendía las dinastías I y II. Se trata de un periodo mal conocido, del que apenas tenemos unos cuantos cementerios excavados, pero en el que ya empiezan a aparecer los primeros jeroglíficos, muchas veces difíciles de leer, como en la Paleta de Narmer.

           En la dinastía III, y con la llegada del Egipto Antiguo (2.660-2.180 a.C), el sistema de escritura jeroglífica quedó plenamente establecido y fosilizado, prácticamente hasta tiempos romanos, 2.500 años después.  El estadio de la lengua en este momento es el llamado egipcio antiguo, y su mejor exponente los Textos de las Pirámides, una colección de textos mágico-religiosos grabados en las paredes de las pirámides faraónicas desde la dinastía VI.

           Tras un periodo de caos, o I Periodo Intermedio, vino el llamado Egipto Medio (2.080-1.785 a.C), en que la lengua alcanzó su estadio clásico. Fue el egipcio medio, el cual vino a ser imitado en las inscripciones reales hasta época romana. Se escriben gran número de textos literarios, médicos y matemáticos. También se desarrolla un tipo de escritura cursiva llamada escritura hierática (simplificación del jeroglífico), ya que era engorroso pintar con tanto detalle los jeroglíficos en papiro.

           En el Egipto Nuevo (1.570-1.075 a.C) hay un desgajamiento del egipcio, utilizándose:

-la escritura jeroglífica, en las inscripciones reales y templos,
-la escritura hierática, en el ámbito sacerdotal,
-el egipcio medio, una forma fosilizada para los asuntos mundanos,
-el neo-egipcio, una forma evolucionada de la lengua.

           En el Bajo Egipto (1.075-332 a.C), y en su precedente III Período Intermedio, la escritura hierática dio lugar a la escritura demótica, una forma de abreviatura del lenguaje sacerdotal, que subsistirá hasta que en el periodo romano sea sustituida por el copto (lengua egipcia con alfabeto griego).

c.4) Literatura egipcia

           En el Reino Antiguo tenemos ejemplos de utilización de jeroglíficos en tareas no administrativas, como es el ejemplo de los libros religiosos, principal género literario egipcio:

-los Textos de las Pirámides,
-el Libro de los Muertos.

           En el Reino Medio, tenemos también obras de literatura novelesca, que entraron en uso como manuales escolares:

-la Historia de Sinhué, que bien pudiera ser una autobiografía,
-el Cuento del Naufrago o Cuento de los dos Hermanos.

           En el Reino Nuevo tenemos ejemplos de literatura sapiencial:

-la Sátira de los Oficios,
-las Instrucciones para el rey Merikare, compilada por
Kheti III,
-el Diálogo de un hombre cansado de la vida con su alma
[25].

           Por último, los textos históricos suelen reducirse a una sucesión de nombres de faraones, crecidas del Nilo y algún que otro hecho sobresaliente ocurrido en alguno de sus reinados. Incluían[26]:

-textos propagandísticos estatales,
-narraciones de victorias del faraón,
-inauguraciones y dedicaciones faraónicas.

c.5) Ciencia egipcia

           Las matemáticas, y especialmente la geometría, estuvieron relativamente avanzadas en el Antiguo Egipto, perfeccionando el cálculo de superficies circulares gracias:

-a la economía egipcia, de tipo palacial,
-a las crecidas anuales del Nilo, que muchas veces obligaban a volver a trazar los límites de los campos.

           La astronomía sirvió a los sacerdotes para fijar un calendario religioso, distinto del civil o regido por las subidas del Nilo.

           La medicina egipcia tuvo fama en toda la Antigüedad, especialmente por el tratamiento de fracturas, en el que los egipcios fueron verdaderos expertos.

           Sin embargo, a pesar de que las prácticas de momificación deberían haber mostrado a Egipto un mayor conocimiento sobre el interior del cuerpo humano, no parece que hubieran alcanzado los egipcios, en este sentido, grandes cotas de saber.

Madrid, 1 septiembre 2021
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

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[1] Los cuales trabajaban para el faraón o para los nobles.

[2] Dios del Sol.

[3] Alto Egipto.

[4] Bajo Egipto.

[5] Cuyo tallo, elaborado, se empleaba para escribir.

[6] En la que lo dominaba todo el todopoderoso Horus.

[7] Cabeza, piernas y pies de perfil; ojos y torso de frente.

[8] Que no era aquí muy apta para la construcción.

[9] Para poner en un solo plano el máximo de rasgos de cada objeto reproducido.

[10] Obtenido del Sinaí.

[11] Obtenido de la región de Kom Ombo.

[12] Traída desde el Líbano.

[13] En La sátira sobre el comercio, una y otra vez, el profesor intentaba motivar a  sus alumnos en sus aburridas tareas, comparando la fácil labor de un escriba experimentado con las miserias de otros oficios.

[14] Se nos han conservado tablillas de las dos hijas de AKHENATON, y hay un grafito en la Pirámide de Zoser con alusión burlesca a las aficiones literarias femeninas.

[15] Algunos de los altos dignatarios del estado durante el Imperio Nuevo alardeaban de su humilde origen, y aunque en la mayoría de los casos exageraban para adular al rey que les había ascendido, no obstante, un tal SENNEMUT tenía muy modestos antecedentes, habiendo obtenido su padre un vago, y posiblemente póstumo, título de utilidad.

[16] Así, habían tratados, casi científicos, sobre:

-cirugía y fracturas, como el Papiro Edwin Smith,
-ginecología, como el Papiro Kahun,
-recetas, panaceas y acontecimientos mágicos, como los que aparecen en el Papiro Ebers.

[17] En el yacimiento de Amarna hay pruebas que demuestran que temas y textos clásicos se copiaban mecánicamente año tras año, incluso cuando estaban pasados de moda, y si se corregían era cuando ya estaban tallados en la piedra. Durante el Imperio Medio se fabricaron masivamente ex­votos en Abidos, por ejemplo, por artesanos que no sabían escribir, estando las inscripciones garabateadas débilmente por una mano más acostumbrada a la pluma que al cincel.

[18] Es inconcebible que los antiguos egipcios, los más artísticos de la Antigüedad, y que embellecieron todo lo que tocaron, no hubiesen apreciado la maestría artística. Un texto parece indicar que TUTMOSIS III diseñó vasos de piedra, y parece asimismo improbable que el manierismo del arte de Amarna pudiera salir de otra mente que de la de AKENHATON.

[19] PARENNEFER tuvo el honor de una tumba en Amarna y otra en Tebas, donde se enorgullece de su título de copero real más que de ser el jefe de artesanos del rey. Y en una interesante biografía, el arquitecto real NEKHEBU, de la dinastía VI, menciona el hecho de que empezó su carrera como secretario de su hermano, supervisor de obras; pero falta en la lista de sus diversos títulos la prueba de que recibiera la instrucción de escriba.

[20] Del griego hieros (sagrado) y glyphein (grabar).

[21] Por ejemplo, el sol se representaba con un disco, y el buey y la serpiente con sus imágenes.

[22] De esta forma el disco significó, además de sol, día y tiempo.

[23] Por ejemplo, el ideograma de azada, que se leía mer, sirvió también para escribir el verbo amar, que sonaba precisamente mer.

[24] Muy pronto, mediante el uso de la escritura con tinta sobre materiales como el papiro, la madera y la terracota, se desarrolló una forma simplificada, que se llamó escritura hierática (o sacerdotal, porque sólo los sacerdotes la empleaban en época helenística).

Más tarde, de la hierática derivó otra escritura aún más simplificada, la escritura demótica (del griego demos, de uso corriente entre el pueblo), en la que ya resulta imposible reconocer los signos jeroglíficos correspondientes.

[25] Nuevo y sorprendente en Egipto es el Diálogo de un Hombre con su Alma, en el que el hombre representa la buena época antigua, ordenada y piadosa. En su narración aparecen los temas más significativos de la cultura de su tiempo, como el juicio tras la muerte, la esperanza en la vida ultraterrena, el pecado y su perdón, la vanidad de las cosas de este mundo, la miseria del tiempo presente y el deseo de morir.

          Por el contrario, el alma, que sostiene las ideas nuevas con escéptica y mordaz ironía, exhorta a entregarse al goce y a olvidar las preocupaciones.

[26] Exceptuando el viaje de WANAMON, texto autobiográfico en papiro, y algunas cartas o decretos, encontrados gracias a la sequedad y desiertos egipcio, podemos decir que los egipcios no consideraban la historia como un género literario sino como exhortaciones del faraón.