IMPERIO BIZANTINO

 

Esplendoroso del 330 al 802,

en Oriente Medio, Balcanes y Asia Menor

 


Etapa I del Imperio bizantino, o Imperio bizantino Antiguo, del 330 al 802

Madrid, 1 febrero 2020
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

           Constantinopla fue fundada el año 330 por el emperador Constantino sobre las ruinas de la vieja colonia griega de Bizancio, en el extremo este del continente europeo y como una avanzadilla de Roma hacia el Oriente, junto a un mar de Mármara que separaba Europa de Asia[1]. Se trató, pues, de la última de las ciudades de Occidente, fundada por el emperador de Roma en pleno estrecho de Dardanelos y bajo la idea de defender a Occidente frente a los invasores orientales, así como controlar y tasar el flujo de mercancías venidas del Oriente.

           Fue el inicio del Imperio bizantino, llamado en sus inicios Imperio romano Oriental, y convertido con el tiempo en Imperio oriental anti-Romano. Se trató de un Imperio que albergó el nido del cristianismo ultra-conservador, que llenó la corte de intrigas y maquinaciones palaciegas, que poseyó la más rica y exuberante joyería mundial, que inventó la refinada filología y sus lingüísticas locales, que ejecutó una ingeniería de fortalezas y acueductos kilométricos, que elaboró estrategias secretas en lo militar y comercial, que iconografió su devoción a la Virgen y su valentía ante el Islam, que mostró pavor ante todo lo occidental y que sibilinamente supo manejar todo lo oriental.

a) Imperio bizantino Antiguo

           Constantinopla contó en su origen con estructuras latinas, ciudadanos que gozaban de la ciudadanía romaioi (romana), y un emperador constantinopolitano que albergó el título, y se llamó siempre a sí mismo, basileus ton romaion (lit. príncipe de los romanos). A lo que había que añadir la intención de Constantino de fundar una Nueva Roma, cristiana de raíz y alejada del paganismo y decadencia romana[2].

           Pero todo eso fue implantado por Constantino sobre una geografía griega, sobre una población que era griega y que hablaba griego, y que en el momento de la verdad empezaron a defender lo suyo autóctono antes que lo planificado en la lejana Roma. Además, se trató de una población erudita y milenaria, que:

-en el 395, a la muerte de Teodosio, obtuvo la autonomía de su administración, respecto a la romana,
-en el 476, con la caída de Roma, proclamó a su basileus como sucesor legítimo del Imperio romano,
-en el 565, a la muerte de Justiniano, acaudilló sus propios derroteros imperiales, al margen de Roma
[3].

           Todo ello por sus propias raíces griegas y eruditas, pero también por la gran influencia de su ideología política cristiana, que unía a todo el pueblo griego esparcido por el Oriente y que vio en Constantinopla la oportunidad ideal para levantar un propio Imperio cristiano, con administración totalmente cristiana y como símbolo viviente de una nueva sociedad cristiana, triunfante sobre el paganismo[4].

           En efecto, el surgimiento y alargamiento de Bizancio (Constantinopla y su área de influencia) tuvo su centro de gravedad en la religión cristiana y su apego a la ortodoxia, realmente obsesivas en una Iglesia oficial ortodoxa que desde antiguo no había querido verse contaminada por las herejías pululantes por el Imperio romano. Una Iglesia que había hecho identificarse a la sociedad con su causa, que había preservado para ello su propia lengua autóctona (el griego, frente a las herejías latinas[5]), y que había mantenido sus costumbres con una resistencia implacable.

           Con el tiempo, comenzaron los bizantinos a establecer contacto con pueblos orientales[6], sobre todo desde la caída de Roma del 476, y una vez que empezaron a ver:

-vía libre en Oriente, para empezar a explorar sus propias posibilidades, al margen de una Roma ya caída,
-intactas estructuras imperiales en Oriente, las que había dejado allí bien instaladas Roma, y que ellos ahora empezaron a ocupar.

           Fue así como surgió el Imperio bizantino, usurpador de las estructuras romanas en Oriente y que pronto empezó a crecer bajo la figura de su nuevo emperador teocrático bizantino, príncipe romano que podía ejercer el poder:

-a su antojo, apoyándose cada uno de ellos en su propia Digesto o Constitución,
-porque el pueblo bizantino se lo había cedido, tal y como describía el Codex Iustinianus-535
[7],
-al ser él el elegido de Dios, teniendo por ello que rendir cuentas ante Él, y ante nadie más
[8].

b) Bizancio romana

           Constantino (330-337) fue el gran revolucionario que había fundado Bizancio (Constantinopla) como un proyecto personal suyo a nivel global, con propias innovaciones personales y sin nada que ver con aquella tetrarquía que había intentado años atrás su predecesor Diocleciano, el año 302. De hecho, tanta confianza había puesto en esta fundación, y tanto se había implicado en ella, que decidió otorgarle el privilegio de la acuñación de moneda bizantina[9], como prueba de que quería su preponderancia económica y su señal de distinción[10].

           La dinastía constantiniana no se extinguió hasta la muerte de Juliano, el año 363, no sin cierta atmósfera de enfrentamientos internos entre los sucesores de Constantino. Fueron años en que esta pars orientis de Roma salió de los baches económicos que sí sufría la parte occidental, y su economía se iba fortaleciendo paulatinamente.

           La muerte de Juliano expresó que una vuelta atrás era ya imposible, y que esta parte oriental del Imperio romano era ya inseparable de su fe cristiana. De hecho, el apodo de Apóstata que le pusieron en Bizancio, o su muerte a manos persas que los cristianos bizantinos tanto celebraron, puso en retaguardia a los siguientes emperadores del trono bizantino.

           La llegada de los bárbaros a las fronteras bizantinas provocó el desconcierto general en Constantinopla, pues al principio se les pudo contentar con trigo y abastecimiento, pero al poco empezaron a exigir la entrada y establecimiento en territorio imperial. La irrupción de los hunos provocó la desintegración total de la provincia bizantina de Ucrania, que desapareció del mapa. A lo que se sumó la llegada de los visigodos a la desembocadura del Danubio, el año 376 y en plena Rumanía. Fue entonces cuando la corte de Constantinopla decidió su integración en las fronteras imperiales, pero bajo promesa de que en menos de 2 años se marcharían y establecerían lo más al occidente posible, y si era en la misma Roma, mejor[11].

           La llegada del hispano Teodosio (379-395) salvó la situación imperial total, y embelleció todavía más la parte oriental bizantina[12]. Dotado de cualidades políticas y militares, supo unir a la gran mayoría mediante la búsqueda de un nuevo e inofensivo enemigo: el arrianismo[13]. Esto facilitó el encuentro entre la ortodoxia de oriente y occidente[14], provocó el florecimiento cultural en todos los rincones imperiales[15] y unió familiarmente lo que ya sería en adelante:

-el Imperio romano occidental, con capital en Rávena y en manos de su hijo menor Honorio,
-el Imperio bizantino oriental, con capital en Constantinopla y en manos de su hijo mayor Arcadio.

           Arcadio (395-408) careció del brillo y cualidades de su padre, y dejó entrar en la corte bizantina la sombra de la intriga palaciega. Así mismo, protagonizó enfrentamientos encarnizados con el patriarca Juan Crisóstomo, desterrándolo y provocando el incendio de Santa Sofía. Sufrió él mismo una muerte repentina, pasando su hermana Pulqueria a convertirse en la primera emperatriz bizantina, como regente del pequeño heredero Teodosio II, de 5 años.

           Teodosio II (408-450) consolidó la efectiva desviación hacia Occidente de los principales enemigos exteriores, y fortificó la ciudad de Constantinopla por tierra y mar, con las Murallas Teodosianas. Así mismo, elaboró el célebre Codex Theodosianus-438, que recogía las leyes desde Constantino hasta él mismo, elaboradas por mis predecesores cristianos. Supo también hacer frente al desafío herético de Nestorio, presidiendo un Concilio de Efeso-431 que ponía a la Virgen Theotokos como el centro de la iconografía y espiritualidad bizantina.

c) Bizancio de transición

           La dinastía teodosiana llegó a su fin con la muerte prematura de Teodosio II el año 450 y la de Pulqueria en el 453, aunque el Imperio bizantino no se vio afectado hasta la llegada de la futura dinastía justinianea del año 518. Se trató de 65 años de transición, en que fueron tomando el relevo en el cargo imperial, de forma respetuosa y temporal:

-Marciano I, cabeza del poderoso partido tracio, que evitó la presión externa germana,
-Zenón I, jefecillo de la región semi-helenizadar de Isauria, que falló en su campaña contra los vándalos del año 468, y promulgó el Edicto Henótico-482 de confusa unión religiosa
[16],
-Anastasio I, casado con la esposa del anterior y gran reformador de la administración económica
[17], pero que a nivel religioso optó por las tesis heréticas monofisitas[18], provocando el primer enfrentamiento con el papa de Roma[19].

d) Bizancio post-romana

           Supuso el intento serio y fallido de devolver al Imperio bizantino al seno de Roma, mediante el retorcido proyecto de reconquistar todo lo que Roma había perdido en su zona occidental, y volver a unir ambas partes imperiales en un sólo Imperio y una única identidad.

           Todo comenzó con la llegada al trono de Constantinopla de Justiniano I (527-565), inagotable político retórico e infatigable guerrero militar, que puso como objetivo nº 1 y único la Renovatio Imperii de la vieja Roma, 50 años después de que hubiese sucumbido ante las hordas bárbaras que la habían pulverizado. Es verdad que logró reconquistar el Caucaso, Persia, Africa[20], Italia[21] y la costa de España[22], así como dar fuerza y vigor a todas las provincias orientales de Bizancio. Pero esto había dejado las arcas vacías, y su mantenimiento y funcionamiento fue costosísimo. Además, comenzaron en estos años las primeras invasiones de los ávaros y eslavos en los Balcanes, que iban generando espacios de sclaviniai entre las regiones balcánicas.

           Como solución a las distancias gubernativas, Mauricio I (582-602) se decidió por la creación de exarcados bizantinos para Italia, Spania y Africa, a forma de circunscripciones administrativas excepcionales con poder civil y militar autónomo, concentrado en las mismas manos. Así como creó la casta de los soldados-guerreros para las zonas fronterizas, bajo el contrato de guarnecer ellos las parcelas fronterizas de tierras, a cambio de quedarse con ellas como sus dueños vitalicios.

e) Bizancio heráclida

           Tras el asesinato de Mauricio I y sus herederos a manos de Focas el año 602, y 8 años de incertidumbre y tiranías sin rumbo ni sentido, un Golpe de Estado-610 de Heraclio puso fin a las dudas sucesorias a la corona bizantina, e inició una era decisiva para el Imperio bizantino. Se trató de una etapa y dinastía larga y victoriosa, que hizo frente a las situaciones más difíciles de la historia de Bizancio, y que logró con aplome y constancia sacarla adelante.

           En efecto, Heraclio I (610-641) había sido curtido valientemente por su padre y exarca de Africa, para repeler todo tipo de enemigos desde la más estricta soledad. Y eso fue lo que a Bizancio le sucedió. Todo comenzó con el veloz avance de los persas sobre Palestina, Siria y Egipto. A lo que Heraclio contestó contundentemente, desde el riesgo y la astucia eficaz:

-abandonando la ciudad, y trasladando las fuerzas al campo,
-reclutando un ejército pequeño pero cualificado, capaz de hostigar y agotar al persa.

           Se trató de las Guerras Persas, en las que Heraclio concentró al ejército en su familiar Armenia[23], y desde ahí comenzó a desarrollar contra los persas la táctica del hostigamiento y retirada, hasta que fue desgastando y desmoralizando al enemigo[24]. Su victoria en la Batalla de Nínive-627 le abrió las puertas de Mesopotamia, entrando triunfante en Jerusalén[25] y estableciendo el Tigris como frontera oriental del Imperio bizantino[26].

           No obstante, poco después vendría la resaca a tanto éxito apetitoso. Tras la muerte de Mahoma el 632, y finalización del pacto de no agresión entre árabes y bizantinos, los sucesores de Mahoma se lanzaron felonamente sobre el ejército de Heraclio en el río Yarmuk, provocando en esta Batalla de Yarmuk-636 el descabezamiento militar bizantino, y abriendo al nuevo Imperio árabe las puertas de Siria, Egipto y Mesopotamia.

           Constante II (641-668) sucedió a su abuelo Heraclio tras una serie de intrigas palaciegas[26], mostrando interés por las posesiones bizantinas aún no tocadas por los musulmanes y frenando la construcción de la flota naval musulmana de Mucawiya[27]. Potenció la fabricación de la seda a nivel de secreto de estado, y su famosa Visita a Roma-667 constituyó la última visita de un emperador bizantino a la vieja capital occidental.

           Constantino IV (668-685), hijo del anterior, tuvo que sofocar los primeros intentos de razzias-saqueos musulmanes sobre Constantinopla. En el Asedio a Constantinopla-674 logró repeler a los musulmanes mediante la más temible y secreta de las armas bizantinas: el fuego griego[28]. Así como hizo intentos planificados para recuperar Egipto y Siria de la zarpa omeya. Por otro  lado, convocó el VI Concilio Ecuménico bizantino, o III Concilio de Constantinopla-680, para solventar los últimos flecos sobre la naturaleza de Cristo, y las ingenuas posturas intermedias del monotelismo y monoenergismo.

           Justiniano II (685-711) marcó el final de la dinastía heráclida, a pesar de solventar la Revuelta anti-Heráclida-695[29]. A nivel territorial, consiguió mantener una situación geopolítica coherente, dando por perdidas las plazas de Africa y Oriente Medio, poniendo freno al Islam mediante las fronteras themáticas[30], y dedicándose a una eslavización muy imaginativa de los Balcanes[31]. A nivel religioso, avanzó en la separación eclesial de Roma mediante el IV Concilio de Constantinopla-692[32], aportando las bases y medidas canónicas para la construcción de una Iglesia griega independiente.

f) Bizancio isáurica

           El asesinato de Justiniano II el año 711, en medio de una nueva oleada violenta anti-Heráclida, puso fin a la dinastía heráclida de Bizancio. En su lugar, vinieron a ocupar el trono de Constantinopla una serie de gobiernos de transición de escasa relevancia, hasta que León III logró hacerse con el poder tras un Golpe de Estado-717, e implantar en Bizancio una nueva dinastía siria[33] que habría de durar 90 años más.

           León III (717-741), conocido como el Isáurico[34] por su origen sirio, coincidió con la implantación en Occidente de 3 poderosos fenómenos:

-el califal Al Andalus, o califato omeya que logró hacerse con las provincias sureñas de España,
-el poderoso Imperio carolingio, heredero definitivo del viejo Imperio romano, y que amuralló toda Europa,
-el estado pontificio del Vaticano, o Patrimonium Petri, fortalecedor del primado papal a nivel exterior.

           A nivel territorial, León III fortaleció las fronteras themáticas frente al Islam, proclamándose él mismo el strategos de las themas de Anatolia y haciendo desistir a los moros de cualquier rincón fronterizo. Fortaleció la corte de Constantinopla y extendió el espíritu y entusiasmo bizantino por doquier, al verse liberados de sus enemigos musulmanes.

           Constantino V (741-775), heredero del anterior, reformó y dio mayor eficacia a la nueva administración implantada por su predecesor. A nivel militar, consiguió exitosamente la victoria en la Batalla de Akroinon-741 frente a los árabes, e importantes campañas frente a los rebeldes búlgaros[35]. No obstante, a nivel religioso chocó con la devoción tradicional bizantina sobre las imágenes, debido quizás a su origen religioso sirio más austero. Su oposición a las imágenes le granjeó al apelativo popular de Coprónimo (lit. excremento), y su Concilio Iconoclasta-754 provocó la Guerra civil Iconoclasta, solventada con:

-la Revuelta Iconodula-767, de creyentes en las imágenes religiosas, que reventó las prohibiciones imperiales,
-el VII Concilio Ecuménico bizantino, o II Concilio de Nicea-787, que volvió a restituir el culto a las imágenes,
-la Revuelta anti-Iconoclasta-843, de creyentes que destruyeron todos los textos y vestigios iconoclastas.

           La Revuelta Iconodula desbordó el terreno religioso el 770, y provocó una división y desestructuración tal que se echaron por la borda todos los éxitos militares. A la muerte de Constantino V, la emperatriz Irene (775-802) hizo de reina regente hasta el crecimiento de sus hijos y herederos León IV (780-780, que murió al año de reinar) y Constantino VI (al que sacó los ojos y privó del trono, por iconoclasta), intentando devolver al pueblo su devoción por las imágenes.

           La Coronación de Carlomagno-800 en Roma dejó perplejo y desencajado por completo al Imperio bizantino, y mucho más a unos estrategas palaciegos que empezaron a recelar de un matrimonio acordado entre Irene y el nuevo emperador de Roma[36]. De ahí las revueltas que desde dentro empezaron a conspirarse contra la emperatriz, que acabaron con el asesinato de Irene en el 802. Fue el final del Imperio bizantino Antiguo, y el inicio del Imperio bizantino Medio.

g) Política bizantina

           La organización estatal bizantina giró siempre en torno a los conceptos políticos heredados del Imperio romano, sobre todo en su etapa antigua del 330 al 802. Una concepción de la política que se reducía a[37]:

-encontrar una fórmula particular para cada situación particular,
-no tocar para nada el resto de estructuras centralizadoras imperiales.

           Como heredero del Imperio romano, el emperador bizantino asumió que él era el depositario único del poder. De ahí que prescindiera siempre y por completo de las magistraturas hereditarias, dinastías de prestigio, senado democrático o ejército autónomo. Y de que estas estructuras estuviesen gestionadas de ordinario por el propio emperador. El pueblo debía limitarse a ratificar el designio de Dios sobre cada emperador, y la fuerza militar permitía a éste sofocar cualquier intento de rebelión. Eso sí, nunca permitió el pueblo la divinización del emperador, ni el proceso de apotheosis imperial a la hora de su muerte.

           En cuanto a la figura del pontifex maximus imperial, o emperador religioso, tanto Graciano como Teodosio ya habían renunciado a ese título y habían decidido delegarlo ex nihilo en la figura del patriarca de Constantinopla, sin perder ellos la condición sacral del basileus kai iéreus (lit. emperador y sacerdote) para poder intervenir de forma excepcional. Este título otorgaba al patriarca la potestad para:

-mantener unida la única ideología imperial: el cristianismo ortodoxo,
-luchar directamente contra la herejía y el paganismo,
-elevar a cuestión de estado cualquier devenir religioso,
-convocar concilios ecuménicos bizantinos, sin tener que recurrir a Roma e informando solamente al emperador.

           Constantinopla fue siempre la gran y áurea capital, y desde el 359 estuvo dotada de un eparca de Constantinopla, que hizo las veces de prefecto de la prefectura de Constantinopla, o alcalde de la ciudad. En su origen, debía pertenecer a la clase senatorial constantinopolitana, y limitarse a hacer de representante de la ciudad. Más adelante, pasó a disponer de 1.000 funcionarios a su servicio, y a ejercer el papel de liderazgo en el senado.

           Otras figuras políticas relevantes en la administración central del Imperio bizantino Antiguo fueron:

-el comitatus, o acompañante del emperador para sus viajes y desplazamientos,
-el cubicularius, o funcionario mayor del imperio, designado por el emperador,
-el magister officiorum, o jefe mayor de las scrinia (oficinas) imperiales,
-el quaestor sacri palatii, encargado de la legislación imperial,
-el comes rei privatae, encargado de la gestión de bienes e ingresos imperiales,
-el comes sacrarum largitionum, encargado de los asuntos públicos imperiales.

           Se trató de una administración central que se desarrolló de forma paralela a la territorial. Una administración territorial que fue siempre independiente del poder militar, y que estuvo siempre dividida en diócesis o agrupaciones de provincias afines. Contó con las figuras de:

-el vicarius, o representante de cada circunscripción[38],
-los curiales, o recaudadores de impuestos imperiales en cada municipio,
-el exarca, o representante del emperador para Italia (con sede en Rávena) y Africa (con sede en Cartago).

           El populus o pueblo bizantino tuvo gran importancia en las decisiones políticas de carácter general, y paulatinamente fue haciendo del hipódromo de Constantinopla un circus maximus romano, sobre todo a nivel ideológico de aprobación o reprobación, y como forma imperial aceptada de refrendo popular, y de aprobación necesaria para el caso de ejecuciones de personajes importantes. Desde sus inicios, y como bien quedaba atestiguado en el hipódromo, siempre estuvo dividido el pueblo en 2 bandos:

-los azules, o defensores del emperador y centralización imperial,
-los verdes, o defensores de las provincias y descentralización imperial.

           A nivel de fronteras bizantinas, ya Constantino había dotado a Constantinopla de propia personalidad y competencias, respecto al control de Africa y Asia. A nivel administración central, Bizancio contó siempre con un sinkleton (senado) en Constantinopla, pero tan sólo a nivel consultivo y con unas atribuciones muy limitadas a las etapas de ausencia del emperador.

h) Fiscalidad bizantina

           El principio básico de la fiscalidad bizantina fue siempre el impuesto directo, sobre todo sobre cultivos, animales de labor y personas. Éste podía pagarse en especies o en oro, pero siempre a través del mecanismo de adaeratio o metalización[39].

           En impuestos indirectos, la situación variaba de una zona geográfica a otra, y acabó convirtiéndose en una carga insoportable para el comercio (en épocas de estancamiento) y campesinado (en épocas de recesión y descensos de productividad). Esto provocó la huída de sus domicilios de los contingentes incapaces de pagar, así como la delegación de funciones que hicieron los recaudadores imperiales,  poniendo la cuestión en manos de los curiales municipales.

           En cifras absolutas, Anastasio dejó a su muerte del 518 la cantidad de 320.000 libras de oro, cantidad insuperable en toda la historia del Imperio bizantino. Y lo consiguió a base de bajar los impuestos, y suprimir alguno de ellos como los odiados:

-auri lustralis collatio, que afectaba a las transacciones mercantiles,
-capitatio, en las épocas de dificultades de la población campesina.

           Bizancio consiguió siempre el equilibrio de finanzas a través de una acertada inversión del dinero público, una acertada aplicación de los expedientes administrativos y una acertada compra de productos agrarios.

i) Socio-economía bizantina

           Según diversas estimaciones actuales[40], el Imperio bizantino pasó por una demografía de:

-24 millones, en el año 350, con 200.000 habitantes en Antioquía y Alejandría, y 50.000 en Constantinopla,
-19 millones, en el año 600, con 500.000 habitantes en Constantinopla,
-11 millones, en el año 800, con 600.000 habitantes en Constantinopla y 30.000 en Antioquía.

           La economía bizantina tuvo un carácter eminentemente agrario, con un funcionamiento monetario puramente tradicional y alejado de todo modernismo. Por lo general, contó con el intervencionismo estatal semejante al dejado por el Imperio romano en su etapa final, salvo algún cambio o evolución particular.

           Durante los siglos IV al VI el estado era el que fijaba los precios y salarios, controlaba y reglamentaba las actividades. Esto protegía a los sectores más débiles, mediante la garantía de precios bajos y estables. Pero también frenaba todo posible progreso o despegue económico, al contraer la masa monetaria y reducir el empleo de la moneda. La vieja esclavitud romana fue sustituida por la nueva mentalidad feudal, simplificando la estructura poblacional y pivotando el esquema social en torno a la familia nuclear.

           Tras la Peste Bubónica-542, la vida urbana de Constantinopla trató de introducir ideas rupturistas, pero éstas chocaron con el fuerte estancamiento sufrido en algunas provincias imperiales, como Siria, Armenia y Asia Menor. En el caso de Antioquía, hubo un premeditado intento de Justiniano I por reconstruir la ciudad, pero los esfuerzos acabaron limitándose a la antigua polis y a un pequeño núcleo amurallado, a forma de kastron-fortaleza medieval.

           Del siglo VII al X el Imperio abandonó definitivamente el aparato urbanístico y administrativo romano, demasiado caro para sus posibilidades, y demasiado apetitoso para el nuevo vecino y enemigo musulmán. Las grandes ciudades se fueron convirtiendo en ciudades modestas y financiables, desaparecieron las viejas curias y barrios urbanos, y empezaron a proliferar los espacios y estructuras agrícolas y ganaderos. Además, el estado dejó de percibir los ingresos fiscales de las provincias arrebatadas por los árabes (Africa y Oriente Medio) y los godos (Italia y Spania).

           En cuanto a la agricultura, el Imperio bizantino Antiguo fue pasando de una dieta alimenticia mediterránea a una dieta continental. La vieja triada mediterránea (trigo, vid y olivo) empezó a no llegar a los puertos bizantinos (al haberse perdido el contacto con Africa y el Mediterráneo Occidental), y empezó a proliferar el cultivo autóctono de la avena, cebada y centeno, de suelos más precarios y menos cálidos que los mediterráneos. Se fueron generando así las primeras chorion, o agrupaciones de hábitats agrarios cercanos[41]:

-no aldeas ni latifundios, como sí ocurrió en la parte continental occidental, europea y de forma feudal,
-sí comunidades de campesinos, libres y solidarias entre ellas, a nivel de prostasía (lit. patrocinio) estatal, tras la Ley Agraria de Nomos Georgikos-710.

           La ganadería fue un elemento fundamental en Bizancio por sí mismo, y no sólo como complemento de la agricultura. En líneas generales, el caballo estuvo reservado para el ejército y asuntos imperiales, la lana fue el producto estrella comercializado en Bizancio, y la tecnología careció del arado y fue bastante rudimentaria.

           A nivel comercial, Bizancio era lugar de distribución de productos de lujo, llegados desde el Oriente y muy valiosos para la conservación de alimentos, pieles, armas y esclavos del norte de Europa. Contó para su distribución con los puertos de:

-Sebastopol, en el mar Negro, y como punto de entrada de productos hacia Rusia y países eslavos,
-Constantinopla, en el mar de Mármara, y como punto de recepción de nuevas especies orientales.

           Mención aparte merece la manufactura de la seda y brocados, asunto secreto imperial y no sólo a nivel económico sino también intelectual[42]. Y es que la utilización de tejidos de seda hacía distinguirse a unas clases sociales de otras, e incluso a unas ideologías imperiales de otras, en todos los protocolos oficiales, transacciones multilaterales y tratados internacionales. Fue la señal de distinción imperial, a nivel de secreto de estado[43], y la mayor fuente de riquezas del Imperio bizantino cuando éste se vio en necesidad, a través de la Ruta de la Seda[44] hacia Venecia (Occidente) o India-China (Oriente).

j) Cuestión themática bizantina

           Se trató de la cuestión estrella en el Imperio bizantino, y estuvo basada por completo en la stratiotike ge o ktema (lit. estrategia de fronteras), sobre todo defensiva frente al Islam y bajo las directrices de:

-circunscripciones de frontera, en las que se asentaban cuerpos del ejército imperial[45],
-parcelas fronterizas de frontera, en las que se asentaba la
casta de los campesinos-soldados[46].

           Fue ideada como tal por Mauricio, inaugurada oficialmente por la thema de Armenia[47], e implantada de forma sistemática por Heraclio en torno a las 5 themas de:

-el Armeniakon, o thema fronteriza de Armenia, frente al Imperio persa,
-el Anatolikon, o thema fronteriza de Turquía, frente al califato de Damasco,
-el Opsikion, o thema acantonada de la costa egea, frente al califato del Cairo y el Sahel,
-el Karabisianon, o thema naval del estrecho de Dardanelos, defensora de Constantinopla,
-el Thrakesikon, o thema fronteriza de Tracia, frente a la Europa occidental.

           A las que se unieron las nuevas themas instauradas por Justiniano II y sus sucesores[48]:

-la Hélade, o thema eslava de los Balcanes, frente a los vikingos del Norte,
-el Karavisianon, o subdivisión del Anatolikon en su parte oriental, frente al califato de Bagdad,
-la Peloponesia, o thema griega del Sur, frente a las islas del Mediterráneo Occidental.

           Cada thema estuvo dirigida siempre por el strategos o estratego de frontera, militar de alto rango con autoridad suprema sobre la zona, sobre la burocracia civil local y sobre los oficiales themáticos. Su sueldo era elevado y sus ganancias incluían parte del botín conquistado, pero su riqueza debía siempre estar invertida en asuntos de su propia thema. Se evitó así la competencia militar themática con el ejército imperial, pero no pudo evitar la aparición de las castas militares nobiliarias.

           A nivel de repercusión imperial, las themas provocaron cierta descentralización del poder. De ahí la creación imperial de la figura del logothetes, administrador imperial para cada thema, que ejerció las funciones de:

-inspector de thema, controlando los negocios tenidos lugar en ella,
-coordinador general, respecto a los planes imperiales sobre cada thema.

Madrid, 1 febrero 2020
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

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[1] Como defiende BURY, que considera que con la fundación de Constantinopla, Roma trataba de alargarse hacia el Oriente.

[2] Como se podía ver en la conformación de su Senado:

-fundado al 100% cristiano, por CONSTANTINO y luego TEODOSIO,
-mantenido al 100
% ortodoxo, a lo largo de todas las dinastías bizantinas.

[3] Como defiende STEIN en su Histoire du Bas Empire, explicando que hasta entonces no lo había podido conseguir por el fuerte control establecido sobre Constantinopla por los emperadores romanos.

[4] Como defiende STEIN, que sintetiza en 3 los ingredientes de la independencia de Bizancio (Constantinopla y su área de influencia) respecto de Roma: cristianización, helenización y orientalización.

[5] De hecho, el latín no consiguió nunca ser una lengua popular en Grecia y sus áreas de influencia, y paulatinamente fue relevada de la administración y del ejército en cuanto Constantinopla fue separándose ideológicamente de Roma. Y eso a pesar de las severas medidas oficiales tomadas al respecto por JUSTINIANO I y TRIBONIANO, que obligaron jurídicamente al latín en pleno s. VI.

[6] Como se ve en el caso de la:

-arquitectura bizantina, de gran influencia armenia y persa,
-escultura bizantina, obtenida por el Imperio bizantino del Monumento Oalat Seman de Alepo (en torno a la columna siria en que había vivido San Simeón Estilita).

[7] A nivel condenatorio, al intentar JUSTINIANO I volver a las costumbres latinas y romanas de antaño, aludiendo a que voces populi non sunt audiendae. Intento de vuelta hacia el pasado que logró que el pueblo dictara sentencia contra él en el hipódromo de Constantinopla, en una popular Revuelta de Niké-525 que dictó su destitución.

[8] Por mentalidad más oriental que griega. Pues ni Grecia ni Occidente habían tenido nunca en su historia ninguna monarquía teocrática, mientras que todo el Oriente había vivido siempre y durante milenios bajo monarquías teocráticas absolutistas.

           Elección divina del rey, tenida lugar en Constantinopla, y que será copiada por los visigodos en el III Concilio de Toledo-589, como primer eslabón de monarquía teocrática en Occidente, y para competir con Constantinopla.

[9] El solidus aureus, moneda de 4,5 gr. de oro puro y la de más alto valor en todo el Imperio romano.

[10] Imprimiendo en ella la imagen de su principal acuñador: el emperador, bajo el epígrafe de majestas.

[11] Promesa que cumplieron los visigodos pero a su manera:

-marchado el 377 de Constantinopla hacia Roma, según lo urdido con los bizantinos,
-exigiendo por las bravas su entrada en Roma el 378, tras acribillar al ejército romano y a su propio emperador VALENTE en la Tracia, en la Batalla de Adrianópolis-378,
-saqueando Roma el 410, como jaque al rey que les permitió el permiso de residencia por parte de HONORIO, como foederati (federados).

[12] Como se ve en el acabamiento que hizo de la Basílica Santa Sofía de Constantinopla, de una riqueza y exhuberancia exquisitas.

[13] Hejería y herejes a los que TEODOSIO I calificó de querellosos contra el pueblo de Roma, y a los que persiguió jurídicamente en el I Concilio de Constantinopla-381, justo tras la aprobación del cristianismo petrino como única religión oficial del estado, del año 380.

[14] En la búsqueda de fórmulas teológicas conjuntas, que unió lazos a ambos lados del Mediterráneo y que acabó celebrando la fijación de una misma terminología para griegos y latinos: la homousía, o consustancialidad.

[15] Como se ve en la filosofía de los padres capadocios, la mística de los padres del desierto, la liturgia de los padres milaneses, la retórica de los padres africanos... y el cénit de:

-la cultura cristiana occidental, en la figura de AGUSTIN DE TAGASTE,
-la cultura cristiana oriental, en la figura de JUAN CRISOSTOMO.

[16] Como puente de unión entre herejes y ortodoxos, por inspiración del patriarca ACACIO y que no convenció a nadie.

[17] A la que dotó de estructuras financieras, ahorrando para ello grandes cantidades de oro. Que fue lo que permitió al futuro emperador JUSTINIANO I, años más tarde, poder reclutar grandes y buenos ejércitos, para sus largas campañas hacia el Occidente.

[18] Tesis heréticas que no distinguían la naturaleza humana de la naturaleza divina.

[19] En la persona del papa GELASIO I, que fue el que escribió aquella célebre carta al emperador de Bizancio recordándole que:

-existían 2 ámbitos de poder distintos: el político (de los príncipes) y el religioso (de los sacerdotes),
-el 2º ámbito tenía superioridad sobre el primero: el religioso sobre el político, recogiendo el pensamiento teológico de San Agustín.

[20] Mediante su gran general BELISARIO, al que al poco de conseguir todas las victorias redujo JUSTINIANO I a la mendicidad, por envidia a su prestigio y popularidad.

[21] En las llamadas Guerras Celtas, en que logró recuperar a los lombardos los ducados de Lombardía, Spoleto y Benevento, pero en las que al poco se tuvo que conformar con:

-la franja Rávena-Roma,
-la franja Apulia-Calabria-Sicilia.

[22] En la que creó la provincia bizantina de Spania, fortaleciendo la franja Cartagena-Sevilla.

[23] Pues el linaje familiar de HERACLIO I procedía de Armenia.

[24] Aparte de agotarse también a sí mismo. Lo cual fue el motivo de que ambos imperios, el Persa y el Bizantino, cayesen muy poco después en manos de la expansión árabe, uno de ellos siendo mutilado (el Bizantino), y uno de ellos siendo extinguido (el Persa).

[25] Con su mujer y emperatriz MARTINA. Entrada triunfal que hicieron ambos portando la Vera Cruz de Jesucristo, que habían logrado recuperar de los persas, tras el robo persa que habían hecho de la misma, y secuestro que habían hecho de la misma en las fortalezas persas de Irán.

[26] Provocadas por la separación de su esposa MARTINA, y matrimonio incestuoso con su sobrina MARTINA. Lo que originó una serie de disputas familiares internas, así como las luchas sucesorias por el poder, una vez que HERACLIO I enfermó. Hasta que resultara imponerse sobre el resto el nieto de Heraclio y la primera Martina.

[27] Con la que la dinastía omeya de Damasco había empezado a planificar el asalto a Constantinopla, a nivel de Yihad total sobre el Imperio bizantino.

[28] Considerada como el 2º secreto de estado por la propia corte constantinopolitana, aparte del otro secreto de estado como era la fabricación de la seda. En este caso, se trataba de un líquido inflamable que se lanzaba desde unos barcos especialmente provistos de grandes cañones sifonóforos, que hacía arder cuanto tocaba y con la particularidad de que:

-no se extinguía en el agua,
-podían formar eficaces barreras de fuego en el mar.

[29] Con baño de sangre imperial incluido, y en la que el mismo JUSTINIANO II perdió la nariz.

[30] Sistema flexible de defensa fronterizo, que modernizó aquel sistema de castas de soldados-guerreros que MAURICIO I había ideado para las zonas fronterizas, bajo el contrato de guarnecer ellos las parcelas fronterizas de tierras, a cambio de quedarse con ellas como sus dueños vitalicios.

[31] Permitiendo asentarse bajo sus dominios a todo aquel bárbaro que deseara hacerlo, pero a cambio de:

-recibir catequización sistemática de los misioneros de la zona,
-establecer estructuras similares a las del resto del Imperio bizantino.

[32] Llamado también Concilio Quinisexto de Trullo:

-quinisexto, porque trató de completar la obra de los Concilios Ecuménicos V y VI,
-trullense, por el templo cupulado en que se celebró el concilio.

[33] De ahí el marcado acento oriental de esta nueva dinastía, como el mismo LEON III describió en su carta al papa GREGORIO II, al poco de declararse la Guerra Iconoclasta, y en la que él mismo se declaraba basileus kai iereus eimí, es decir, tanto emperador como sacerdote.

[34] Porque LEON III era originario del norte de Siria, bajo ocupación musulmana y según TEOFANES una zona de sarrakenóphoros (lit. sarracenos, pero traducido por su cronista del s. IX como isaúricos).

[35] Que le valió el apelativo militar de Bulgaróctonos (lit. exterminador de búlgaros), por parte de unos soldados que en el 813 fueron derrotados por los búlgaros, y comenzaron a recordar las hazañas de CONSTANTINO V en Bulgaria.

[36] En este caso, y según relatan algunas fuentes de la época, con los avanzados proyectos de matrimonio entre:

-la misma IRENE y CARLOMAGNO, si éste lograba enviudar prontamente,
-una hija de Carlomagno y un nieto de Irene, si no lograba Carlomagno enviudar.

[37] Desde las estructuras senatoriales iniciales (del s. IV) hasta la fase themática posterior (del s. VII en adelante).

[38] A forma de antiguo pretorio romano, cuando CONSTANTINO dividió el Imperio romano en 4 grandes prefecturas (Galia, Italia, Illyricum y Oriente). Se trató de una figura política, la del vicarius, de enorme importancia territorial en:

-las etapas y procesos de cambios administrativos,
-la combinación de elementos centralizadores y competencias locales transferidas.

[39] Proceso oficial bizantino de conversión, en pagos metálicos, de antiguos pagos en especies.

           Proceso que fue copiado eficazmente en la Europa occidental, pero que en la Bizancio oriental contó con numerosos efectos negativos, dejando muchas veces sin aprovisionamiento al ejército y provocando que el estado tuviese que tomar cartas en el asunto, mediante la coemptio (o compra forzosa a los particulares).

[40] Llevadas a cabo por ANDREADES en 1935, RUSSELL en 1958 y CHARANIS en 1967.

[41] Proceso subvencionado por la Ley del Epibole ton Aporon (lit. Ley de Propiedades Municipales), que permitía la explotación de tierras abandonadas al propietario más próximo que se hiciese cargo de los impuestos de las mismas. Y que al mismo tiempo evitaba la patrocinia, o acumulación de enormes masas de tierra de unas solas manos.

           Proceso de patrocinia que el gran LIBANIO DE ANTIOQUIA denunció existir en la zona de Siria, con manipulación estatal incluida en los ingresos fiscales.

[42] Como se ve en el monopolio imperial sobre la seda que acaparó por ley CONSTANTE II, prohibiendo la utilización de determinadas telas y reservándolas al basileus y familia imperial. O como se ve en la batería de leyes imperiales que desde entonces se aprobaron al respecto, reservando la fabricación y distribución de la seda al propio estado imperial, al nivel del más alto secreto.

[43] Secreto encontrado por los bizantinos en el mecanismo de un gusano cuando éste es alimentado con la hoja de morera. Y que Bizancio descubrió en China, de donde empezó a traer secretamente a Constantinopla capullos de ese gusano en sus báculos, para poder reconstruir todo el proceso biológico del gusano, y de esta forma vitalizar la novedosa industria sedera bizantina.

[44] A través de una antiquísima y kilométrica ruta comercial, ahora nueva Ruta de la Seda, que:

-atravesaba territorios con legislaciones muy diferentes,
-soportaba latitudes y temperaturas muy dispares,
-acarreaba todo tipo de peligros y dificultades, tanto humanos como geográficos,
-suponía un material logístico carísimo,
-dependía muy estrechamente de los intermediarios, que llevaban el producto de un sitio a otro.

[45] En su vertiente de tropas móviles y ligeras de asalto, conocidas como tropas tagmáticas y dirigidas personalmente por el emperador.

[46] En su doble vertiente de:

-campesinos que se ofrecían a la defensa de parcelas estratégicas, con derechos a cultivo y propiedad vitalicia a cambio de cooperación militar,
-soldados que custodiaban los lugares militares estratégicos, conviviendo y reclutando la ayuda de los propietarios civiles de los alrededores.

[47] Para las Guerras Pérsicas.

[48] Como harán en el Imperio bizantino Medio NICEFORO I (802-811) y TEOFILO I (829-842), que ampliaron a 21 el número de themas existentes, de un total de 23 provincias imperiales y bajo subdivisiones que fueron haciendo de las 5 themas fundacionales.

           Subdivisiones que tuvieron como objetivo evitar la acumulación de poder y riqueza en manos no imperiales, y que pasaron a llamarse:

-drunga, para todo tipo de subdivisión oficial de la thema (como fue el caso de las drungas de Charsianon, Capadocia y Seleucia, las 3 subdivisiones dependientes de la thema de Anatolia),
-banda, para todo tipo de libre agrupación de 200 soldados (como fue el caso de los numerosos bandos de Anatolia, que defendieron los puertos de los montes Taurus de Anatolia).