MONASTERIOS CAPADOCIOS

 

Auténtica línea espiritual de Bizancio,

en el mismo limes fronterizo frente al Islam

 


Interior del Monasterio Karanlik de Goreme, ejemplo de vida cristiana oculta

Madrid, 1 enero 2019
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

            La Iglesia nació en Jerusalén, y tuvo su primer desarrollo a través de los ríos Eufrates y Tigris (con los ritos melquita, maronita, siriaco, caldeo y armenio), y del río Nilo (con los ritos copto y etíope). Tras la caída de Roma del 476 frente a los germanos, el viejo Oriente cristiano sintió la necesidad de dar todavía mayor vigor a su fe, no fuese que a él le ocurriese lo mismo, y sobre todo cuando el Islam empezaba a hacer acto de presencia a escasos kilómetros, hacia el 610.

            La alargada y montañosa región de Capadocia, junto a sus vastos monasterios insertados en las colinas y montañas, sirvieron para hacer presente este vigor y resistencia cristiana. Y sin darse cuenta empezaron también a desarrollar la espiritualidad más profunda que haya conocido la Iglesia en su devenir. Fueron centros de espiritualidad y pensamiento, y su condición de aislamiento y limítrofe hizo forjar en su interior una pureza de vida y doctrina sin igual, expresada a través de sus frescos y mosaicos.

a) Capadocia

            Con un hábitat peculiar y natural originado en el 4.000 a.C, fruto del enfriamiento de la lava volcánica de las erupciones del Erciyes y Hasan[1], la Anatolia fue una de las primeras y más alargadas civilizaciones de la Antigüedad.

            Los hititas, citados en la Biblia como hittim, y de origen desconocido, fue la población indoeuropea que se estableció en la Anatolia, en el III Milenio a.C. y en el marco de las migraciones arias venidas por el Cáucaso (que ocuparon hacia el 1.900 a.C[2] la meseta central de Anatolia, hoy Capadocia).

            Los hititas dominaron e impusieron su idioma, cultura y dominio sobre los habitantes originales primitivos, llamados hatti[3], y sobre los hurritas[4].

            La organización política hitita se había basado en la federación de pequeños estados, unidos por tratados al gobierno central, con un gobernador representante del rey. Disponía de:

-Rey, de origen divino, gran sacerdote y juez, que escogía al heredero y necesitaba ser aceptado por el panku,
-Panku, o asamblea de notables, que hacía de la monarquía hitita un sistema “no absoluto”.

            Es posible que la primera ciudad establecida por los hititas fuese Kanis[5], cerca de la actual Kayseri. Poco después del 1.800 a.C. conquistaron la ciudad de Hattusas por obra de su caudillo Hattusili, y cuyos restos se encuentran en el actual yacimiento arqueológico turco de Bogazköy. A partir del s. XVII a.C. empezaron a mostrar datos escritos de su historia, con la llegada de su rey Labarna[6]. Y su siglo de oro llegaría de la mano de los monarcas Suppiluliuma (1.355-1.345 a.C) y Muwatayi (1.310-1.250 a.C), el último de ellos haciendo frente al mismo Ramsés II de Egipto en la Batalla de Kadesh-1.250 a.C[7].

           Trascendental y peculiar fue el mundo urbano hitita, basado en sus 36 ciudades subterráneas[8], el conjunto de aperos domésticos y agrícolas de superficie, los rituales hamman de sepultura de muertos[9], y hasta el sistema de kilimes-bordados anatólicos[10]. Durante 1.800 años éste fue el estilo de vida capadocio bajo los hititas, y durante otros 1.400 años también lo será bajo el nuevo mundo cristiano bizantino[11].

            En cuanto al mundo religioso, y según podemos transcribir del famoso Rescripto de Telepinu hitita, la creencia en Dios ocupó siempre un lugar primordial[12], al igual que lo hicieron los rituales[13].

            En la cultura capadocia, la piedra sirvió como elemento para mostrar el poder a nivel político, de una manera artística[14]. También fue importante en su configuración social la figura de los bosques[15], así como la presencia, en su economía comercial, de los abaru y asas, metales parecidos al hierro, y domesticados para su uso doméstico y artístico[16].

b) Capadocia bizantina

            Constantinopla fue la heroína que logró introducir en Capadocia, junto al ya asentado Cristianismo, la afirmación de una nueva cultura, ahora de corte romano, griego, ortodoxo y oriental.

            En este sentido, Bizancio “supo introducir en Capadocia los conceptos clásicos de la Antigüedad, creando al mismo tiempo su propio sistema de categorías”. Son palabras de Núñez Rodríguez, que añade que si la romanidad y urbanismo cobró protagonismo en Constantinopla con su emperador Justiniano (s. VI), tras la querella iconoclasta (s. VIII) Bizancio despertó hacia una cultura más rústica, teológica y monástica (s. IX al XV), donde lo griego fue su hilo conductor[17].

            A lo largo de este largo periodo de tiempo, el Imperio bizantino basó sus recursos en unirse frente a posibles cismas doctrinales, y defenderse del enemigo exterior llamado Islam. Una línea dura de ortodoxia (bajo el orden divino del Pantocrátor, canon central de la fe bizantina y capadocia), y otra línea distendida (la piedad popular, manifestada en la multitud de imágenes de santos), llevaron a Bizancio a conseguir este doble objetivo, por el periodo de más de 1.100 años.

            Fueron etapas de esta Capadocia bizantina, a lo largo de sus 11 siglos de existencia[18]:

-la dinastía Justiniana, del 527 al 602, e insistente en la romanidad y paleocristianismo,
-la dinastía Heraclia, del 602 al 711, y retrocedora de la iconografía imperial, junto a la promoción de lo griego,
-el periodo iconoclasta, del 726 al 842, y fomentador del exilio de los iconodulos hacia Occidente (para inicio del Románico europeo),
-la dinastía de los Macedonios, del 867 a 1056, y gran restauradora de la vieja imaginería cristológica y mariana,
-la dinastía de los Paleólogos, de 1259 a 1453, e introductora de la acción del icono sobre su receptor.

            Tras la Caída de Constantinopla-1453 ante el Islam, Moscú tomará el relevo del Imperio bizantino (con zares-césares imperiales incluidos), y Bizancio prácticamente desaparecerá.

c) Arqueología capadocia

            Fue el resultado de la fusión entre el recipiente material-luchador hitita y el espíritu misionero-filosófico del Cristianismo.

            En efecto, tras recibir el evangelio de San Pablo en los años 44-58 d.C, y junto con personal cristiano de apoyo que iba y venía a través de los montes Taurus, pronto la Capadocia se convirtió en el gran pulmón espiritual y filosófico de San Pablo, a lo largo de 3 viajes en que impregnó de escuelas misionales sus queridas Lystra, Derbe, Iconio y Pisidia, junto a su fiel compañero capadocio Timoteo.

            Poco tiempo después, y bajo las figuras de San Basilio Magno, San Gregorio de Nisa y San Gregorio Nacianceno[19], pesados monasterios subterráneos fueron repoblando la geografía capadocia, alguno de ellos con 15.000 monjes en su interior, y al mismo tiempo que la vida cristiana continuaba desarrollándose bajo las viejas ciudades hititas. Se trató de monasterios construidas sin apenas estructura arquitectónica, 50 m. bajo tierra o sobre colinas inaccesibles, y en los valles intransitables.

            Tras el Final de la Persecución Cristiana-313, y poco después de la Fundación de Constantinopla-324, otro conjunto de iglesias y monasterios fueron construidas al aire libre, introduciéndose los usos e iconografía primigenia.

            No obstante, tras la musulmana Conquista de Jerusalén-632, y posterior humillación árabe sobre los bizantinos en la Batalla de Yarmuk-636[20], los subsuelos hititas volvieron a ser poblados por la población capadocia, y Constantinopla empezó a instalar miles de themas fortificadas, puntos campesinos fortificados que, a lo largo de todos los montes Taurus[21], hicieron de limes fronterizo frente al Islam.

            En el periodo de guerra iconoclasta[22], iniciado por el papa León III y su Prohibición de los Iconos-726, y terminado por Teodora y su declaración de Libertad a los Iconos-843, casi toda la iconografía primigenia fue ocultada bajo yeso, o sustituida por la iconografía iconoclasta (sin figuras de personas ni animales).

            Tras el pacto de Constantinopla y los selyucidas musulmanes para la Permisión del Culto-1071 para ambas religiones, miles de capillas y ermitas fueron levantadas por toda la Capadocia[23], mostrando esta vez una iconografía de estilo sencillo, temática fija, y equilibrio entre interiores y exteriores[24].

d) Decorado bizantino

            Fue, sin duda, el gran patrimonio mundial que nos legó el mundo bizantino, tal y como veremos en el Monasterio Karanlik de Goreme. Y es que el fresco bizantino, al igual que su mosaico, fue el instrumento por excelencia utilizado por Bizancio para hacer visible, inamovible y entendible todo su legado civilizador y espiritual.

            Pero no fue fácil de conseguir, ni tuvo más modelo inspirador que la arquitectura y decorado termal romano, modelo en el que Bizancio se inspiró para sus:

-basílicas, de cruz cuadrada con altar en el centro, a imitación de la planta de las Termas Caracala de Roma,
-iconografía, de figuras coloreadas sobre fondo plano, a imitación de las pinturas decorativas de las termas villanas romanas.

            Eso sí, Constantinopla fue animada a la causa por la situación desesperada de la paleocristiana Roma, que empezaba a caer en manos bárbaras. Fue el momento en que Bizancio asumió su papel de hijo adelantado de una Roma que agonizaba[25], y recogió el testigo de todo su legado cultural.

            Pero vayamos al origen, a las técnicas que originaron este mosaico de mosaicos que fue el decorado bizantino. Pues tanto para sus frescos originales, cuanto para los iconoclastas y finales, dos fueron los pasos dados al respecto[26]:

-dibujar el boceto del diseño, sobre una capa de revestimiento de yeso,
-pegar por encima trocitos de piedra, ladrillo o vidrios coloreados.

            Con la época de esplendor de Justiniano, el uso del fondo de oro dio a las composiciones una espectacularidad de la que ya no se volvería atrás, hasta terminado el reinado de los Paleólogos. La composición de colores, la naturalidad de la obra, la policromía y las epigrafías griegas que relataban el tema o al personaje, siguen impresionando hoy en día al espectador.

e) Goreme

            Situada entre Nisa (a 17 km) y Urgup (a 6 km), fue la comarca fundada por Bizancio sobre el valle Avcilar (lit. “eh, aquí no puedes ver”), recibiendo la visita del mismo San Pablo en su camino de Cilicia hacia la nevada Galacia. Con el tiempo, llegó también a ser motivo de los ataques sarracenos del s. VII al XI[27], dada su condición de parte fronteriza entre el Imperio bizantino y el Islam.

            Con más de 400 capillas y oratorios entre rocas y montañas, Goreme fue el centro espiritual que inspiró a los grandes monjes y pensadores de la Iglesia oriental, destacando la Iglesia de la Hebilla (Tokali Kilise), la Iglesia de la Sandalia (Karikli Kilise), la Iglesia de la Virgen María (Meryem Ana Kilisesi), la Iglesia de la Manzana (Elmali Kilise), la Iglesia de la Serpiente (Yilanli Kilise), la Iglesia de Santa Bárbara (Barbara Kilisesi), la Iglesia de Nazar (Nazar Kilisesi) y la Iglesia Oscura (Karanlik Kilise).

f) Monasterio Karanlik de Goreme

            Ubicado al final de la cadena de Iglesias de Avcilar, en Goreme, el Monasterio de Karanlik es también conocido como el Monasterio Oscuro, debido a que su iglesia sólo posee una ventana comunicadora con el exterior, y a que muy poca iluminación directa puede entrar en su interior.

            Fue construido, como complejo monástico, hacia el 965[28], dentro del gran fervor restaurador capadocio del s. X sobre la vieja y triunfal imaginería cristológica, bajo la piadosa dinastía de los Macedonios. Fue también uno de los preludios arqueológicos de lo que supondrá artísticamente la dinastía de los Paleólogos (1259-1453), sobre el resto del Imperio bizantino.

            Fue planificado por el monje y sacerdote Nikephoros, sufragado gracias a la financiación del donante Juan Entalmatikos, y esculpido gracias a los canteros Basianos y Genethlios, todos ellos representados en los frescos de su interior[29].

            Sufrió un derrumbe en torno al bloque rocoso que sustentaba la fachada principal[30], y una vez llegada la invasión turca del s. XV fue utilizado como palomar hasta 1950, año 1º de los 14 años que duró el raspado de excrementos de palomas, impregnados en todas las paredes.

f.1) Arqueología del Monasterio

            Intentaremos resumirla a partir del preciso análisis hecho por el doctor Rodley[31], que cifra en 4 los grandes espacios monacales de Karanlik:

            -Vestíbulo de entrada. Situado en la antigua fachada principal, en su planta baja (o primer piso) y abierto hacia el exterior. Estuvo decorado con pinturas rojas ornamentales, decorativas de nichos ciegos en la pared trasera, y plasmadoras de las cruces-medallones griegas. Estuvo dividido en 3 secciones, divididas por pilares (de rudimentarios capiteles) que hacían además la tarea de sustentación de la techumbre, alargada y sobre una cornisa lisa de piedra.

            -Habitáculo monacal. Situado en la antigua fachada principal, en su planta segunda. Organizaba las habitaciones de los monjes en torno a un patio pequeño y de forma irregular, el cual hoy se ve en las ruinas que quedan de la fachada principal. Ese patio hacía también las veces de nártex de la Iglesia monacal, situada exactamente en la parte trasera del complejo, ocupando 3 pisos de altura.

            -Refectorio. Situado en los sótanos del monasterio. Conectaba con el habitáculo de los monjes (del 2º piso) por medio de una escalinata circular y puertas secundarias, y con el vestíbulo de entrada (del 1º piso) por medio de una escalera de piedra. Se trataba de una larga habitación con techumbre lisa de piedra, dotada con una larga mesa pétrea para la comida o reunión, y con brazos recortados de la mesa a modo de asiento. Todo ello de piedra, que le ha hecho mantenerse intacto con el paso de los siglos.

            -Iglesia monacal. Situada en la parte trasera del monasterio. Ocupaba la altura de las dos plantas de las dependencias de los monjes, más otra tercera añadida para el cincelado de las bóvedas. Se trató de una iglesia de planta central de cruz griega, con 5 cúpulas (sostenidas por 4 columnas) y 3 ábsides (uno grande y dos pequeños, a ambos costados). Sus escalinatas de piedra están desgastadas por la erosión, y su tendencia a la altura es acusada y entendible, dada la falta de espacio horizontal.

f.2) Decorado del Monasterio

            Excavada sobre roca, poca luz penetra en el interior de la Iglesia monacal de Karanlik. Esto es lo que ha permitido mantener la calidad de la pintura, y con mayor vivacidad los colores de los frescos. Todos ellos representan bellamente algunas escenas de la Biblia, tanto de forma original cuanto iconoclasta.

            Cabe destacar las escenas en fresco del Pantocrátor, la Ultima Cena, los Magos del Oriente, la Anástasis-Descenso al Limbo, el Bautismo de Jesús, la Crucifixión de Jesús, la Apostasia-Traición de Judas, San Marcos y San Juan… Fijémonos en algunas de ellas.

f.2.1) Anástasis

            Fue una de las escenas más queridas y habituales del arte bizantino[32]. En ella, descriptora del Descenso de Jesús a los Infiernos, nos encontramos con un Jesús majestuoso, bardabo y con nimbo crucífero, y de belleza impresionante. Está cogiendo a Adán con su mano derecha[33] para llevarle con él, mientras en la mano izquierda pincha con una cruz procesional al demonio. Jesús esta vestido con túnica dorada, y asciende con ella del negro infierno al cielo azul.

          Detrás de Adán nos encontramos a la Virgen María, vestida de blanco y encabezando un cortejo de 6 santos (mundo religioso). Detrás de la cruz procesional se sitúa el cortejo real, encabezado por los 2 emperadores (él y ella) y seguido por otros 2 miembros de la familia real (mundo civil).

          Bajo los pies de Jesús se distinguen las puertas rotas del infierno, y al demonio negro atado de manos, cuello y piernas[34].

f.2.2) Crucifixión

           Muestra los momentos previos a la muerte de Cristo, representado en el centro de la escena y siguiendo la ley de la jerarquía de personajes (el tamaño corporal de Jesús es bastante más agrandado que el del resto de personajes). Flanqueando a Jesús, también aparecen los tradicionales y epigrafiados:

-Longinos, atravesador con su lanza del costado de Cristo (para no quebrarle los huesos), e imagen figurativa de los sacramentos del bautismo y de la eucaristía (pues el evangelio escribió que salió sangre y agua de su acción, atravesadora de Cristo);
-Stephanos, ofrecedor de la esponja avinagrada a Jesús (para calmarle los dolores del suplicio, a modo de brebaje medicinal), e imagen figurativa de la sinagoga judía.

          Al lado de Longinos (de reducido tamaño jerárquico) se sitúan las figuras de María (bajo la advocación de Theotokos, o Madre de Dios), Salomé y María de Magdala (según las epigrafías que las coronan), y al lado de Stephanos (de reducido tamaño jerárquico) se sitúan las figuras de Juan Apóstol y del Centurión romano, exclamador del “este es el hijo de Dios”.

Otros elementos que entran en juego en la composición son:

-la gradación cromática, acentuándose el color luminoso en las figuras a resaltar (Cristo crucificado), y dejando casi en la penumbra a otras figuras secundarias (como las de Salomé y María de Magdala);
-la composición ática, dándose preeminencia absoluta a las figuras, casi sin referencia espacial (el fondo marrón del suelo y azul del fondo se esparce por el horizonte sin cortapisa);
-la perspectiva invertida, dando a las figuras anteriores menores dimensiones que a las traseras (como en el caso del primer plano de Longinos y Stephanos, reducidos ante el madero de la cruz, lo más trasero de todo);
-la perfección simétrica en la composición, con líneas y verticales en el trazado de las figuras, siguiendo la idea de su desmaterialización (el cuerpo de Jesús aparece totalmente geometrizado, en 2 pechos idénticos, en el vientre y en los brazos y músculos del antebrazo).

f.2.3) Ultima Cena

         Mostró una temática innovadora dentro de los cánones bizantinos[35], y en las tipologías seguidas respecto a cada uno de los apóstoles. Pues, en efecto, de su tipología sobre los apóstoles cabe destacar que:

-3 aparecen imberbes, los hermanos Juan y Santiago, y quizás su amigo Felipe (también discípulo del Baustista),
-2 aparecen con dalmática, quizás Juan y Mateo por su condición de lectores del evangelio,
-1 aparece separado del resto, Judas Iscariote por su condición de traidor,
-1 mete la mano en el vino, a especie de maestro de ceremonias, y que bien podría ser Pedro.

          También se introduce un pez gigante en vez del pan, las copas del vino de un rojo nada mezclado con el agua, y 6 cubiertos para la fracción del pescado. Jesús aparece con la filacteria (pintura del rollo de libros de la Biblia) en su mano izquierda, al tiempo que bendice con su derecha los alimentos (doble gesto de los Pantocrátor).

          Sobre el fondo aparece la Jerusalén celeste y, posiblemente bajo el símbolo del fuego, el Espíritu Santo (especie de “fuego salvador”, según las epigrafías adyacentes).

Otros elementos que entran en juego en la composición son:

-el paisaje conceptual, en este caso sin fondo de oro, pero con paisajes referentes a escenas evangélicas (como los 2 edificios arquitectónicos de la Jerusalén celeste, y el fuego purificador del Espíritu);
-la perspectiva abatida, o vista frontal y desde arriba (como en el gigante pescado que ocupa la mesa central, que además está jerarquizado);
-el recurso a la isocefalia, manteniendo todas las cabezas a la misma altura, salvo la de la figura que se quiere resaltar (las de todos los apóstoles, que se mantienen en línea recta los 11, y sobre cuyas cabezas la de Pedro aparece preeminente);
-el hieratismo de rostros y gestos, sin realismo ni tratamientos en los rasgos faciales, y siguiendo el idealismo de figuras-esquema del s. X.

f.2.4) Adoración de los Magos

           Se trata de la escena más bella de toda la iglesia. Estuvo dotada de una sencillez y elegancia insuperables, tanto en su conjunto como en cada una de sus piezas (cada una con su sitio, y con gesticulación, movimiento de caderas, mirada y conversación apropiada). En ella, 6 magos del Oriente se van acercando, en creciente proskynesis según van llegando, al trono de Cristo que es María Theotokos, junto a un José piadoso que bendice a los viajeros.

          La alusión a la estrella (por la mirada del cuarto de los magos), junto al ángel del Señor (observante de la escena), completan el repertorio. Y los regalos de los magos (que se esconden discretamente con los juegos de manos), junto a algún truco mágico (que parece que están haciendo los magos al niño), culminan el sentido de dignidad, sencillez, elegancia, discreción y afectividad de la obra, que viene a impregnar esta Epifanía del Salvador.

          Sus leyes de composición:

-siguieron la ley del marco, pues varias anatomías de magos han sido escondidas abriendo una segunda fila de magos, a la derecha de la principal;
-se saltaron la ley hierática de rostros y gestos, pues sí que existe realismo y tratamiento en los rasgos faciales;
-siguieron el clasicismo griego en las modas de vestir, pues el tratamiento de los pliegues y tocados de los magos dan cierto dinamismo a las líneas estáticas alineadas, y una dosis de afectividad,
-siguieron la ley de gradación cromática, pues el color luminoso ha sido bastante acentuado en las ropas de los magos, de un blanco resplandeciente;
-recurrieron a la isocefalia, pues las cabezas de los magos se mantienen todas a la misma altura, dejando las de José y María en un plano superior.

Madrid, 1 enero 2019
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

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[1] Ubicados a 3.950 m. altura en las altiplanicies norteñas de los Montes Taurus, descubiertas en 1958 por J. MELLAERT, y cuyo yacimiento de Catalhoyuk fue excavado desde 1965 por un equipo internacional al mando de los arqueólogos OMER DEMIR e IRFAN OLMEZ, destapándose materiales fosilizados de casi 9.000 años de antigüedad (como las diosas madre de Koskhoyuk, elegantes joyas femeninas, cerámica pintada y alfarería avanzada), y encabezando las investigaciones más de vanguardia sobre el origen de la humanidad, en competencia con la misma Mesopotamia.

             (cf. DEMIR, O; Katpadukya, ed. Cogaltilamaz, Nevsehir 1996, p. 6).

[2] cf. SANMARTIN, J; Historia antigua del Próximo Oriente, ed. Akal, Madrid 2006, p. 149.

[3] De lengua hática aglutinante (que no pertenecía al tronco indoeuropeo), y que comerciaban con Siria desde el s. XXI a.C.

[4] Súbditos minoritarios de los primeros, y de gran capacidad cultural.

[5] cf. DEMIR, O; Katpadukya, ed. Cogaltilamaz, Nevsehir 1996, p. 16.

[6] Conquistador de toda la Anatolia central, LABARNA extendió sus dominios hasta el Mediterráneo, reclutando para ello las famosas yazilikaya-tropas de Khatti, ejército hitita no despreciable que bajo MURSILI I (1.530 a.C) había conquistado todo el norte mesopotámico, y puesto fin a la I dinastía babilónica-amorrea, junto a la población casita.

             (cf. SANMARTIN, J; Historia antigua del Próximo Oriente, ed. Akal, Madrid 2006, p. 149).

[7] No obstante la derrota hitita en la Batalla de Kadesh-1.250 a.C, merced al arrojo personal del faraón RAMSES II cuando ya se veía perdido, importantes hititas poblarán las zonas del Oriente Medio, como NEFERTARI, esposa de AKHENATON y madre de TUTANKHAMON (s. XIV a.C), y BETFAJE, mujer del rey DAVID y madre de SALOMON (s. X a.C).

[8] De hasta 9 km. de longitud, 85 m. profundidad, con 3 y 5 pisos de altura y corredores de todo tipo.

             Esculpidas por los hititas, fueron reutilizadas luego por los primeros cristianos, como elemento de propagación secreta de su fe y práctica tranquila de su culto, así como lugar seguro ante las persecuciones imperiales (s. I al IV) y los ataques musulmanes (s. VII al XIII). Parece ser también que fueron también los centros de formación filosófica y misionera de la Iglesia Antigua.

             (cf. DEMIR, O; Katpadukya, ed. Cogaltilamaz, Nevsehir 1996, pp. 67-68).

[9] Ritual antiguo hitita, y continuado por el mundo cristiano capadocio, obtenido de los estudios sobre 100 sepulturas de Sobesos y las de Girtlandi, según lo cual se sepultaba mirando hacia el oeste, con la mano derecha en el corazón y con la mano izquierda en el brazo, sobre tumbas de barro cocido, e insertadas en muchas ocasiones en grandes sarcófagos familiares.

             (cf. DEMIR, O; op.cit, pp. 19 y 94).

[10] Lo que será clave para entender el mundo cristiano posterior, auténtico sucesor del mundo hitita, amén de los intentos romanos en ese sentido.

[11]  Por encima y al margen de la misma Constantinopla, no obstante las influencias reciprocas.

[12] Destacando:

-los istustayas, dioses menores hititas,
-Telepinu, dios patrón,
-Hapantaliyas, dios del campo,
-Miyatanzipas, dios del grano,
-Hannahannas, madre de los dioses, encargada de buscar monarquías que dieran estabilidad al país,
-Kamrusepas, diosa de la magia, encargada de los rituales.

[13] También fueron importantes los rituales hititas, llevados a cabo para casi todo, de:

-“mover agua del río Hattara con un ala de águila”, o rito de iniciación,
-“ungir un corazón con ungüentos fundidos”, o rito de purificación,
-“frotar cera de abeja en los ojos”, o rito de purificación,
-“cordero sacrificado”, necesario para saber si los augurios futuros eran favorables o no, leyendo sus intestinos.

[14] De ahí la Puerta de los leones de Hattusas, la Colección de Yazilikaya sobre los soldados de Khatti, el Zeus sentado en el Trono de Gulsehir, la Diosa madre de Koskhoyuk, las Vasijas Ceremoniales de Hacibektas...

             Se dice incluso que de este uso hitita de la piedra, sobre todo para las portadas de su ciudad principal, copió la misma Micenas griega.

[15] Los sahis y happuriasas eran tipos de madera bastante apreciados por todo el Oriente, provenientes de los Montes Ammuna y Montes Lihzina. El hatalkesnas, o tipo de árbol estival hitita, era considerado divino, según los dioses, y con duración eterna.

             (cf. SANCHIZ, H; Historia de Mesopotamia, ed. CEU, Madrid 2009, p. 16).

[16] Como se ve en los Renos de Urartu, del Museo Anatólico de Ankara.

             (cf. MINISTERIO TURCO DE CULTURA; Región de Anatolia Central, ed. Feed Back, Ankara 2008, p. 179).

[17] cf. NUÑEZ, M; “Bizancio, a la búsqueda de una civilización propia”, en RAMIREZ, J.A (dir.); Historia del Arte, vol. II: La Edad Media, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 19.

[18] cf. NUÑEZ RODRIGUEZ, M; op.cit, pp. 20-21.

[19] Conocidos como los padres del Oriente cristiano, y auténticos artífices de la unificación del cristianismo, haciendo superar conflictos entre las distintas filas, plasmando la perfecta imagen de Cristo como Dios, y atrayendo a los paganos que se oponían racionalmente. Pues:

- BASILIO MAGNO insistió en la creación de escuelas cristianas, implantando medios de educación superior e introduciendo la antigua poesía griega,
-GREGORIO DE NISA basó la perfección de vida en la contemplación de Dios, no como mero conjunto de dogmas sino en perfecto amor con Él,

-GREGORIO DE NAZIANZO compitió con los escritores paganos con enorme vitalidad, fundando una literatura cristiana plena y haciendo renacer las antiguas formas griegas.

            La filosofía capadocia, pues, partió siempre de la voluntad humana hacia el bien:

-formando las virtudes platónicas, según la naturaleza de cada hombre, con el debido adiestramiento y como fruto de la gracia divina;
-divulgando el clasicismo positivo, según el movimiento neo-ático del segundo movimiento sofista, y con un nuevo tipo de Retórica basado en la prosa rítmica acentuada.

[20] Aprovechando una tormenta de arena para atacar, y siguiendo luego la técnica del tornafuye (semi-retirada + envolvimiento), los 20.000 árabes de JALID derrotaron a los 100.000 bizantinos de HERACLIO DE BIZANCIO, 70.000 de ellos degollados allí mismo.

[21] Aun así, los ejércitos del califa UMAR lograron provocar estragos y martirios en la Anatolia, en sendas campañas del 717 y 718.

[22] En cuya época y lugares fueron sustituidas las bellas y antiguas iconografías por otras llevadas al extremo de la simpleza conceptual, simbolizando bajo líneas, triángulos y círculos, a los santos, Trinidad y Pantocrátor, y como bien han quedado plasmadas en muchas antiguas iglesias de Goreme, Ihlara y Soganli.

[23] Nada más que en las Ruinas de Zelve se han contabilizado unas 400 capillas y casas monacales, en los siglos X-XI de oro del Arte bizantino.

             (cf. DEMIR, O; Katpadukya, ed. Cogaltilamaz, Nevsehir 1996, pp. 14-15).

[24] Como ya empezó a retomarse en la cúpula de la Iglesia de Soganli (cf. Ibid., p. 14).

[25] Fundada en el 324 por el emperador CONSTANTINO como la nueva Roma, sobre la antigua y estratégicamente situada colonia griega de Bizancio (s. VII a.C), Constantinopla fue fundada según los más avanzados sistemas militares y urbanos, desbordando en materiales constructivos y privilegios en cuanto a arte e intelectualidad.

[26] cf. ASKIT, I; Kariye Kilise, ed. Askit Kulture, Istanbul 2006, pp. 10-11.

[27] Dado que no desistían en su empeño de encontrar grandes botines, agrarios, mineros o población, para sus consumos o para hacer proselitismo.

             (cf. RAMIREZ, J.A (dir.); Historia del Arte, vol. II: La Edad Media, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 22).

[28] Según los estudios arqueológicos de EPSTEIN en 1975, y no posterior al año 1050.

             (cf. KRAUTHEIMER, R; Arquitectura cristiana y bizantina, ed. Cátedra, Madrid 1984, p. 581).

[29] Según las epigrafías griegas, plasmadas encima de sus imágenes, y no sin dificultades de interpretación por el estado de las mismas, estaríamos hablando del:

-suplicante siervo de Dios, JUAN ENTALMATIKOS donante,
-
suplicante del siervo de Dios, el sacerdote NIKEPHOROS,
-
suplicante del siervo de Dios, BASIANOS,
-
suplicante del siervo de Dios, GENETHLIOS.

[30] Hoy en día, de la fachada principal sólo se conserva el nártex o patio separador de la Iglesia respecto de las dependencias monacales, que fueron las que se vinieron abajo, a excepción del refectorio.

             (cf. MAGI; G; Arte e historia de Turquía, ed. Bonechi, Ankara 1996, p. 56).

[31] Arqueólogo británico del Imperio bizantino, catedrático de la Universidad de Cambridge, y primero en dar al complejo de Karanlik la categoría de monacal, y no sólo cultual.

            No obstante las oscuras explicaciones dadas por RODLEY en su obra Cave monasteries of Byzantine Cappadocia, publicada en Cambridge-2010, pp. 48-56, éstas resultan muy intuitivas al recomponer piezas inconexas y muy deterioradas por la erosión y enorme humedad invernal de la zona.

[32] cf. ASKIT, I; Kariye Kilise, ed. Askit Kulture, Istanbul 2006, p. 68.

[33] Trascendental es esta simbología de las manos, pues Cristo coge y sube al hombre, caído por el pecado original, vencido por su muerte y resurrección. Simbología que sería retomada también años después en Constantinopla, donde se incorporó también a Eva, y se introdujo una salida simbólica de los “sarcófagos” del limbo.

[34] De difícil interpretación, tras el demonio aparecen rodeando a la puerta rota del infierno: 1 hueso, 1 llave, 4 clavos, 1 cadena, 1 estrella y otro utensilio de color blanco de igual material que lo anterior.

[35] Sabidas son las controversias brutales entre Bizancio y Roma acerca de los usos eucarísticos, sobre si hay que mezclar agua con el vino (como pedía Roma, y que luego explico con la analogía de humanidad-divinidad de Cristo) o no se tiene que mezclar (como hacia Bizancio, pues nunca desde los orígenes se había mezclado, ni adulterado según ellos).