Poema al Corazón de Jesús

+ Con el Padre Creador

y el Espíritu Consolador

te damos gracias, Señor,

te damos gloria y honor,

Corazón de nuestro Dios.

A ti, Señor, toda alabanza,

en ti, Jesús, toda esperanza.

 

+ Si quieres ser feliz,

ven al Corazón sin fin.

Si quieres ir al cielo,

busca en Cristo tu consuelo.

Y si buscas la alegría,

ven al Corazón de María.

 

+ Tú lo dices, mi Señor:

Si quieres perfección,

y si buscas solución,

ven confiado a mi Amor,

ven siempre a mi Corazón.

+ Así creo en el divino Amor

de este humano Corazón,

de infinito, sí, valor,

por ser Hombre y eterno Dios,

del Universo Rey y Señor.

 

+ Jesús, oh Divino Corazón,

por tu santa Encarnación

dame Tú la salvación

y por tu crucifixión

dame Tú la Redención,

tu dolorosa Pasión,

y por tu Resurrección

danos Tú la Bendición

y por tu fiel Ascensión

danos Tú la sanación,

dame pronto conversión.

 

+ Y así, Jesús, de tu Amor

espero tu gran perdón,

este pobre pecador.

 

+ En el frío invierno

te imagino, Corazón de mi Señor,

como un agradable calentador

que calienta las almas con tu Amor

con mucho ardor y fervor;

y en verano en el calor

como una fuente de color

que salta a borbotones

y refresca y alegra los corazones.

Y así, con calor o con frío,

Corazón de Jesús, en Ti confío.

 

+ Aguas limpias del Corazón vienen

aguas frescas del Amor provienen,

hacia el Padre, es el puente,

hacia nosotros, es la fuente.

 

+ Cristo, fuente así de caridad,

Cristo, fuente de fraternidad,

fuente de pura verdad,

de toda hermandad

y de gran unidad.

 

+ Así, Jesús, para ti es mi oración,

para tu Corazón, mi pobre canción.

 

+ Jesús, mi Dios y mi Señor,

me consagro a tu Corazón

y a tu misericordioso Amor.

 

+ Señor, tú en Getsemaní

sudaste Sangre por mí,

hazme digno de ti,

toda mi vida aquí y allí,

bueno como Tú así, así.

 

+ En los 7 Sacramentos de tu Amor:

Jesús, oh Sagrado Corazón,

en el Bautismo das la purificación;

perdonas en la Reconciliación,

en el Sacramento de la Confesión,

fuerza das en la Confirmación,

y lates de Amor en la Comunión,

la Eucaristía de nuestra salvación.

Sanas y curas con la Santa Unción,

instituyes la Sagrada Ordenación

para nuestra feliz santificación

y bendices a los esposos con unión.

+ A los enfermos das la curación,

ayudas a los pobres en su aflicción

y a los presos en la prisión,

a todos los faltos de amor

das la gran liberación.

 

+ Por el Santo Padre es mi oración,

es la Iglesia mi casa y mi labor,

la Biblia, tu Palabra y voz;

para el pobre, mi ración,

para el mundo, buena acción.

 

+ El Corazón de Dios siente dolor,

de espinas fue su coronación,

muy fuerte su flagelación,

dolorosa su Pasión.

Dios es sensible a tu pena y dolor

pero también a tu sincero amor.

Dios siente del mundo el dolor,

tiene de los hombres compasión

pero se alegra por toda obra de amor,

y desea de la Tierra la salvación,

la paz y el gozo del Redentor.

 

+ Jesús, nuestro Señor,

Corazón admirable y adorable,

amable y amigable,

alcanzable y abarcable.

Jesús, nuestro Dios,

Corazón agradable y apreciable,

deseable y confortable,

fiable y glorificable.

Jesús, nuestro Salvador,

Corazón imitable y elogiable,

saludable y bien palpable,

sí, Corazón por siempre saludable.

 

+ Mirad todos y todas

al Corazón traspasado en la Cruz,

es todo mi amor, es siempre la Luz,

es el Salvador, mi Señor Jesús,

fuente siempre de paz y gran quietud,

de gozo, santidad y salud,

ejemplo de toda virtud,

de feliz y eterna juventud,

de la mujer y hombre, entera plenitud.

 

+ Y así, en medio de nubarrones

y de gran oscuridad,

arriba siempre los corazones

calma, alma, tranquilidad,

sosiego, paz, serenidad.

 

+ Deseas, Jesús, mi oración,

pides Amor y Reparación,

penitencia y alegre satisfacción,

abnegación y sana mortificación;

buscas fidelidad y mucha amistad,

obras de paz, bondad y caridad,

misericordia y santidad,

premias con descanso en cantidad

toda acción de buena calidad.

 

+ ¡Dios es Amor!

Nos ama de corazón

con muy grande comprensión.

Eres mi Vida, Señor,

del mundo el Redentor,

eres mi Buen Pastor,

la grandísima Verdad,

la total seguridad,

mi fortaleza, la mayor certeza,

mi fuerte firmeza, la normal fijeza

mi leal franqueza, la mejor belleza,

de ciencia y sabiduría, la grandeza,

el Señor, mi Dios y Santificador,

Jesús, el mejor Amigo,

de la Tierra la máxima expresión

y del Cielo infinito resplandor,

oh Cristo, amado Corazón.

+ Las 7 Palabras en rima y oración

dijo Jesús en la Cruz de su aflicción:

Padre, para ellos te pido el perdón

no hay en Mí, ni venganza ni rencor,

a mis enemigos llega mi Amor,

por mis amigos ofrezco el dolor.

Dios mío, Dios mío, qué desolación

¡María es tu Madre de consolación!

Prometo el Paraíso al buen ladrón,

clamo por la sed de mi Corazón

con toda la fuerza de mi clamor,

pido para el mundo la Salvación,

doy mi Sangre hasta la consumación,

doy mi Espíritu y su inhalación,

atraigo a todos a mi Corazón,

y triunfo ya con mi Resurrección

y en vuestra futura resurrección,

¡es la Victoria de la Redención!

con el Espíritu Santo y su efusión.

 

+ Acepta, Señor, nuestro sacrificio,

sea amarte nuestro oficio,

servirte…, mi ejercicio,

sonreír…, el beneficio.

 

+ Y a este humilde Corazón

le tendrás mucha afición,

con afecto y acepción,

causa de tu perfección,

tu descanso en la aflicción,

en tu pena y tu dolor,

tu alegría y tu amor.

 

+ Este vivo Corazón,

fascinante Redentor,

del Universo Rey y Señor,

más que mundial Emperador,

de la Unión sin división,

de Misión sin dilación,

Luz de la Revelación,

centro de predicación,

¡Jesucristo es el Señor!

fuente de predilección,

foco de evangelización,

clave de la Dirección,

medicina de la Confesión,

el perdón de corazón,

del Amor la puerta es,

de la Paz es el portón.

Así en el gozo y en el dolor,

en ti confío, Señor.

 

+ Dice la monja “me caso con Dios”

¡Ser esposa del Señor!

Y expresa el novio y la novia:

“nos casamos en el Corazón de Dios”

y afirma el sacerdote y el Obispo:

“seré apóstol del Señor”

y el cartujo feliz: “es mi vocación”.

Al seminarista, Jesús, dale formación.

Quiere el padre, familiar unión

de su casa y hogar la bendición.

Anhelando entrar en su Corazón,

lugar de tanta Paz y Amor.

 

+ Con alegría mi determinación,

ser santo es mi firme decisión,

mi Esperanza, su Sagrado Corazón.

Dios es mi contemplación:

su Voluntad es mi mejor elección,

el Espíritu, mi motor y mi acción,

Jesús, mi mayor atención:

su Corazón, mi fuerte devoción,

Cristo, mi perpetua relación,

la Cruz, la real y más clara visión

nada falsa ni ficción.

¡María es mi gran advocación!

Mi hermano, mi más fiel conexión.

Con la fe por leal animación,

el amor, siempre mi donación,

al cielo, sí, sin duración

en total prolongación.

Cristo me amó

y tiene sed de mi amor.

Dios tiene compasión,

Dios tiene Corazón.

 

+ Señor, mi armazón:

tu Sagrado Corazón.

Jesús, mi mayor razón:

la Verdad de tu gran Amor

donde no hay sin-razón.

No quiero caparazón,

sólo tu fiel Corazón;

no tenga yo cerrazón,

deseo tu ligazón,

la unión a tu Corazón,

bueno y santo a la sazón,

no hay error ni tropezón

muy unido a tu Corazón,

sin soberbia ni hinchazón,

humilde es tu Corazón.

 

+ Así Cristo es nuestro Sol

y María, nuestra Luna,

son los Santos las estrellas,

todo el Cielo del Señor,

firmamento del gran Dios.

 

+ San Pablo y San Juan Pablo,

San Claudio y San Fernando,

Santa Rosa y mi Bernardo,

Santa Clara y Margarita,

mi Teresa y Teresita,

Santa Gema o Bernardita,

Maravillas o Santa Rita,

San Alfonso o Ildefonso,

Santa Brígida o Catalina,

San Antonio o mi Faustina,

mi amigo San Ramón

y San Pascual Bailón

todos los santos y santas de Dios

son de este fiel Corazón

una divina y dulce mansión,

su recreo y recreación,

sin miedo y sin temor,

que es Paz y Amor nuestro Dios,

sin dudas ni confusión,

que es certeza y radiación,

muy seguro es Salvación.

+ Alma enamorada de este Corazón,

con mucho amor y pasión,

con mucha fe y oración,

a Jesús, tu adoración,

al prójimo, caridad y buena acción.

Y así será amar y amar

tu agradable ocupación.

 

+ Como decía Pedro al Corazón:

Tú sabes que te amo, Señor.

Tú sabes que te quiero, Jesús.

Tú lo sabes todo, mi Dios,

Tú sabes que te amo, Redentor.

Como Tomás, tocar tu Corazón,

como Juan, recibir a María con amor.

 

+ Ayúdame, Madre del Creador,

auxíliame, Madre del Salvador,

sáname Madre de mi Redentor,

ampáranos oh Madre del Señor,

socórrenos, Madre de Dios,

por tu limpia Concepción,

por tu fiel Visitación,

por tu gloria de Asunción,

por tu gran Coronación,

en señal de devoción

y de fiel veneración,

tu constante intercesión.

Te entrego, María, toda mi libertad,

todo mi ser y mi voluntad,

por mi gran necesidad,

Señora de la Bondad,

Vencedora de la maldad.

 

+ Y así, de Jesús el Corazón

es toda mi salvación,

y de María el Corazón(1)

es toda gracia y favor,

y de José el Corazón,

mi constante protección.

De María es el honor,

que es la más preciosa Flor,

del perfume del Espíritu el olor,

de sus dones y virtudes el sabor,

por los siglos de los siglos su loor,

sin ninguna interrupción,

que Jesús es el Señor.

Dios te da consolación,

Dios te da la bendición.

 

+ Y por fin ya llegó la conclusión,

es mi ya final telón,

no cualquier exhortación,

no precisa explicación,

una sola aclamación:

“¡Viva por siempre su Corazón!”(2)

“¡Viva el Corazón del Señor!”

nuestro Rey y nuestro Dios,

humilde siempre de Corazón.

 

+ Terminada está mi redacción,

comienza ahora tu reflexión:

 

+ Y así nadie, Señor, como Tú,

en la Vida y en la Cruz.

¡Ven, Señor Jesús!

 

Notas:

(1)  “Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su Corazón”

(Lucas 2,19.51).

(2)  Así dice el Salmo hablando del Señor: “Viva su Corazón por siempre”

(Salmo 22 (21), 27).

(3)  Dice Jesús: “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os aliviaré. Aprended de Mí que soy manso y humilde de Corazón y encontraréis vuestro descanso” (Mateo 11,28-29).

Gustavo Johansson
sacerdote diocesano
Director espiritual de Mercabá