E.P: ¿Qué es Ud, sacerdote o científico?

            Soy un sacerdote católico, que tuve la feliz idea de atreverme con el mundo de la ciencia.

E.P: ¿En qué consiste su Teoría del Big Bang?

            A nivel científico, y según mi Teoría del Origen del Universo, cualquier característica de la materia, antes de un comienzo, se ha perdido completamente, por la contracción extrema en el cero teórico. Ese cero teórico fue físicamente el comienzo de nuestro Universo, el que vemos y palpamos.

E.P: ¿Qué implicaciones puede tener esa teoría?

            Las cuestiones de si fue un comienzo o una creación, o de si fue algo que comenzó de la nada, son cuestiones filosóficas, que no se las puedo resolver por consideraciones astrofísicas.

E.P: ¿Qué hace un sacerdote, en el campo de la ciencia?

            La mente humana está llamada a explorar los misterios del Universo, y a poner en ello sus esfuerzos. Está llamada a conquistar la Tierra y someterla, gracias a Uno que nos ha dicho "Yo soy la Verdad". El nos ha hecho libres, para entender mejor el Universo que nos rodea.

E.P: Pero la ciencia, ¿no es para los no creyentes?

            Los científicos, ya sean creyentes o no creyentes, intentan descifrar el palimpsesto de la naturaleza. Quizás, el creyente posea la ventaja de saber que sus enigmas poseen una solución, y que los problemas propuestos por la naturaleza se plantearon para ser resueltos, ahora o en el futuro.

E.P: Entonces, ¿deberían entenderse, la Ciencia y la Teología?

            Sí, a la hora de buscar ambas la explicación de la realidad objetiva. Pero cada una con sus diferentes caminos e intenciones.

E.P: ¿Dónde está pues, el malentendido entre Ciencia y Teología?

            Quizás los mismos teólogos tengan la responsabilidad, y en su tradicional forma de enseñar la religión. Pues cuando surge una nueva hipótesis sobre la base de nuevos hechos, muestran una rápida tendencia a no esperar a los resultados definitivos. Además, cuidan de forma muy meticulosa aquellos puntos de la doctrina que están proclives a los conflictos. Creo que la mejor apologética teológica sería una inteligente cortesía, hacia los círculos científicos.

E.P: Entonces, ¿la culpa es de la educación católica?

            La educación católica debe ser del mismo grado que cualquier otra educación científica, y en nada debe descuidarse de la formación profesional de sus maestros, o a la hora de renovar sus medios pedagógicos. La Iglesia no puede renunciar a la cima del progreso.

E.P: ¿Está obsoleta, pues, la Teología?

            Sí, pero no porque la cosmología no tenga ningún significado para la teología. Sino porque se mantiene aislada del pensamiento científico, y convierte sus sistemas en algo cerrado, o acaba derivando en una ideología peligrosa.

E.P: ¿Qué nos dice la Biblia del origen del universo?

            La narración bíblica describe el mundo de la manera más asequible a las personas corrientes, y no de una manera de investigación perseverante, de vacilaciones científicas ni de conocimientos sintéticos incuestionables.

E.P: ¿Y no podría Dios decirnos las claves de la naturaleza?

            Cuando Dios habla a través de las Escrituras, no trata de enseñar al hombre la constitución profunda de las cosas que estamos viendo. Quizás porque tal conocimiento no tendría valor para su salvación. Dios no puede reducirse al papel de una hipótesis científica.

E.P: ¿No está llena la Biblia de errores científicos?

            La Biblia fue escrita por hombres tan sabios o ignorantes como los de su generación, y escribieron relatos que nada más tenían que ver con la salvación. Por lo tanto, es absolutamente insignificante que hayan errores históricos o científicos en la Biblia, sobre cuestiones circundantes que aparecen en ella de forma accidental.

            Esa frase que Ud. me cita viene de una vieja falacia malintencionada, de personas con un conocimiento incompleto de la Biblia. Una vez que te das cuenta de que la Biblia no pretende ser un libro de texto de ciencia, la vieja controversia entre religión y ciencia se desvanece.

E.P: La Biblia habla de un comienzo del Universo. ¿En qué sentido?

            Las Escrituras atestiguan claramente un "comienzo", que uno esperaría que se reflejara en el mundo natural, y si es actual mejor. Pero la prueba científica solo viene de la consistencia con la evidencia empírica. Por tanto, la distinción de órdenes solo es relevante en el contexto de la verificación.

E.P: ¿En qué consiste el principio del que habla la Biblia?

            El "principio" del que habla la Biblia es un comienzo en el sentido de que no había nada antes. O de que si algo sucedió antes, eso no tenía influencia observable en nuestro Universo.

E.P: La verdad natural y la sobrenatural, ¿puede ser distinta?

            La verdad natural es proporcional a las capacidades de nuestra naturaleza inteligente, y la verdad sobrenatural nunca pudo haber sido alcanzada por nosotros mismos, sino que fue necesario que llegara a nosotros.

E.P: ¿Busca la ciencia actual la verdad?

            La investigación científica sigue siendo hoy una tarea para una cierta élite de la sociedad, que además ha podido ausentarse de la preocupación por el pan diario. Pero se trata de una élite que recoge activos y los analiza en laboratorios, para cumplir sus obligaciones para con la colectividad humana, y su derecho a saber la verdad.

E.P: ¿Necesita la Iglesia a la Ciencia?

            Claro que no. La cruz y el evangelio son suficientes para la Iglesia. Sin embargo, nada de lo humano puede ser ajeno al cristiano. ¿Cómo es posible que la Iglesia no esté interesada? Además, se trata de la más noble de las ocupaciones humanas, la búsqueda de la verdad.

E.P: ¿Debe ser creyente, el científico?

            El investigador sabe que el universo se ha hecho con la participación de Dios, pero también que Dios no toma parte en las cosas creadas. Además, la mano de Dios está oculta a los ojos humanos. No creo que sea una solución reducir a Dios al mero rango de una hipótesis científica.

E.P: Y el cristiano, ¿debe ser científico?

            El investigador cristiano tiene que dominar, y aplicar con sagacidad, la técnica adecuada a sus problemas. De hecho, sus medios de investigación son los mismos que los de su colega no creyente. Pero no puede involucrar su fe en las dificultades científicas, porque no tienen nada en común.

E.P: ¿Rechaza la Teología la Relatividad, si no habla de la Trinidad?

            La doctrina de la Trinidad es mucho más abstracta que cualquier asunto de Relatividad o Mecánica Cuántica. Pero no lo dude, si la teoría de la relatividad hubiese sido necesaria para la salvación, Dios la habría revelado en sus Escrituras.

E.P: ¿Qué la parece la Hipótesis de Solvay, sobre el Átomo Primigenio?

            Por lo que puedo ver, tal hipótesis permanece completamente fuera de cualquier cuestión metafísica. También deja las manos libres al materialista para negar cualquier ser trascendental. Puede ser útil para mantener la misma actitud hipotética en diferentes eventos y lugares del espacio-tiempo, tanto singulares como no singulares. Para el creyente, elimina cualquier familiaridad con Dios. Y se parece mucho a la racha de Laplace o al dedo de Jean, de Dios agitando el éter.

 

* Georges Henri Joseph Lemaitre (Charleroi 1894-Lovaina 1966) fue matemático y sacerdote belga, y fundador de la Ley del Origen del Universo, más conocida mundialmente como Teoría del Big Bang o Expansión del Universo. Distinguido con los premios mundiales Mendel, Janssen y Eddington, integró también el núcleo duro de los grandes y amigos científicos de la época: Eddington, Einstein, Planck, Shapley... Hasta que en 1927 logró resolver por sí mismo las ecuaciones de Einstein sobre la geometría del Universo, y en ellas se percató de que el universo se estaba expandiendo, por el corrimiento hacia el rojo de la luz, en nebulosas espirales. Tras más de 40 años de profesor de matemáticas en la Universidad de Lovaina, falleció el Padre Lemaitre a causa de la leucemia, tras ver cómo Hubble y los nuevos astrofísicos iban constatando sus teorías y fórmulas matemáticas.