E.P: ¿Qué significa ser un superhombre?

            No lo sé. No soy un superhombre.

E.P: Pero a Ud. lo llaman el Más Grande.

            El más grande del Boxeo, y sólo en relación con la lucha.

E.P: ¿Por qué cambió Ud. su nombre?

            Todos los negros tenemos en Estados Unidos los nombres que los maestros de esclavos nos dieron: los del hombre blanco. Usted es italiana y tiene un nombre italiano, que se adapta a su cultura. Casius Clay es el nombre que los blancos le dieron a mi amo esclavo. Cuando conseguí ser libre, y no pertenecer ya a nadie, devolví al estado mi nombre blanco, y elegí un hermoso nombre africano.

E.P: Entonces, ¿tiene Ud. raíces africanas?

            No he tenido suficiente tiempo para investigar, pero en mi familia estamos todos muy mezclados. Mi bisabuelo, por ejemplo, era blanco.

E.P: ¿Y por qué Mohamed Alí?

            Porque me lo propuso Elijah Muhammad, líder de los musulmanes estadounidenses, y me gustó. Mohamed es el nombre más común en el mundo, y Alí es un nombre tan hermoso... Mientras que Casius Clay significaba "sucio y sin ingredientes". A mis hijas les he puesto Hannah, que significa "feliz", y Jamillah, que significa "hermosa", los nombres más bonitos y con más significado que he encontrado.

E.P: ¿Qué le motivó a Ud. a pelear en Boxeo?

            Peleo por difundir la fe en Dios, la paz entre los hombres y para ayudar a los necesitados. Pelear por pelear no me interesa. Pero el boxeo me permite ayudar a la gente, ayudar a los negros y difundir mi pensamiento: Dios, la caridad y la paz. Esa es la verdadera pelea, la de Dios.

E.P: ¿Cuál es un día normal, en su vida?

            Por la noche me acuesto temprano, para despertarme en medio de la noche, antes que empiecen a circular los coches y la contaminación. Entonces me ducho, me cepillo los dientes y voy al parque a respirar el aire fresco, sin nadie alrededor y solo yo con la naturaleza. Entonces me siento feliz.

E.P: ¿Tiene Ud. alguna diversión, fuera del Boxeo?

            Mi diversión consiste en alabar siempre al Señor, por haberme dado la salud, mis sentimientos, unos hijos tan hermosos, haber conocido a mis padres... Mi felicidad es esa, y no ir a bailar ni al teatro.

E.P: ¿Cómo es su vida familiar?

            Vivo con mi familia en nuestra casa de Chicago. No obstante, no con el suficiente tiempo que desearía, lo cual me hace sufrir y sentirme desafortunado.

E.P: Me he fijado que viste Ud. siempre igual.

            No estoy de moda, en absoluto, y siempre uso lo mismo: trajes oscuros. Ni siquiera sé de dónde los saco, aunque noto que los pantalones siempre me quedan demasiado grandes. Viajo todo el tiempo y trato de ir ligero y cómodo. Cojo siempre trajes oscuros y camisas blancas. Me suelo cambiar las camisas, pero el traje es siempre igual, para todos los días.

E.P: ¿Y no lleva joyas, como sí llevan todos los boxeadores?

            No me gustan las joyas. Cuanto más espiritual me voy sintiendo, menos me van importando los valores materiales. Como un sabio escribió, "cuanto más te sientas atraído por Dios, más cosas de la tierra perderán su color y sabor".

E.P: Entonces, ¿debería ser el mundo más espiritual?

            Sí, especialmente Estados Unidos.

E.P: ¿Y eso?

            Porque es un país inmoral, sucio y corrupto.

E.P: Pero Ud. es americano.

            Sí, yo nací aquí y me encanta América, salvo en su lado malvado.

E.P: ¿Tiene Ud. otras aficiones, aparte del Boxeo?

            A veces la poesía. Pero, ¿no se suponía que debía hablar sobre la película?

E.P: No quería molestarle. ¿Está cansado de tantas entrevistas?

            Sí, estoy cansado de pasarme la vida respondiendo preguntas, a cada ciudad o país que voy. Pero hablaré con usted. ¿De qué parte de Italia eres?

E.P: De Roma, pero ya no vivo allí.

            Amo Roma. Cuando era niño gané la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma. Aparte de Roma, también he estado en Milán y Génova, donde visité la casa de Cristóbal Colón.

E.P: Vamos a la película. ¿Qué le movió a hacerla?

            Un poco de todo. Pero absolutamente no por la fama. A veces me gustaría ir solo y tranquilamente por la calle, e ir al restaurante sin ser molestado.

E.P: Anoche le vi en 6th Ave, con miles de personas que le saludaban. ¿No ve que la gente le ama?

            Yo también amo a la gente, y siempre estaré con toda esa gente que me ama. Pero es verdad que donde quiera que vaya siempre hay una multitud esperando. E incluso en Roma, cuando aterrizo, los hombres empiezan a besarme.

E.P: ¿Y los niños?

            Los niños viven por instinto, y entienden de inmediato la falsedad y lo que es auténtico. Por eso me buscan, porque encuentran en mí un verdadero amigo.

E.P: ¿Afecta esa popularidad a su privacidad?

            Sí, pero también es verdad que me permite hablar a todos sobre Dios y la religión. La fama es un precio costoso que tengo que pagar, pero lo hago con el placer de servir a Dios.

E.P: Volviendo a la película. ¿Cómo ha sido su experiencia como actor?

            Se puede decir que llevo actuando toda mi vida, a lo largo de todo el mundo. Pero respecto a esta película, ¡he tenido buenas críticas!

E.P: ¿Sigue Ud. el guión, el que le van marcando?

            Ah, yo sé muy bien lo que quiero. Y, si es preciso, cambio el guión y las cosas, según las circunstancias.

E.P: ¿Lo hace por dinero?

            A mí me darán el 10% de las ganancias, lo cual ya es mucho para mí. También he pedido que el 33% sea para los más necesitados. Eso sí, mi manager es el más listo de todos, y obtiene 12 millones de dólares por todo esto.

E.P: Entonces, ¿no quiere enriquecerse?

            Sólo para regalar el dinero. Para la caridad, para los niños, para hogares de ancianos. El año pasado di 100.000 dólares a una casa judía. Dios me ha bendecido con el dinero, pero para donarlo a los demás. Eso sí, he guardado para mi familia una granja de 180 acres, en Pennsylvania.

E.P: ¿A una casa judía?

            Todos somos el pueblo de Dios. Es verdad que las personas tenemos prejuicios, y nos separamos en judíos, mexicanos o italianos. Pero Dios no ve los colores, y prefiere observar los propósitos de las personas.

E.P: ¿Qué les diría a los de su raza?

            Creo que el hombre negro debería dar más amor y protección a sus hijos. Cuando me reúno con ellos, siempre les digo, señalando a los niños: "aquí está el futuro de nuestra raza".

E.P: ¿Conoce ya la Meca?

            Por supuesto. Una vez estuve con el rey Faisal, que me la enseñó. Se trata de una ciudad que nunca se detiene. Cuando la gente me reconoció, empezaron todos a mirarme y detenerme, y las mujeres empezaron a levantar sus velos para saludarme.

E.P: ¿Es Ud. presumido, de ser guapo y musculoso?

            No me gusta presumir, y trato de estar protegido de todo eso. Sobre todo de mujeres como usted, jóvenes muy a la moda que pueden resultar peligrosas o tentadoras, moviendo las piernas o con vestidos tan ligeros. Estoy bromeando pero es la verdad.

E.P: Entonces, ¿cómo ve Ud. la sexualidad, o a las mujeres?

            Dios ha creado el sexo para la procreación, pero el hombre lo tomó y lo usa a su manera. En cuanto a las mujeres, no son iguales a los hombres, eso es seguro. Pero necesita al hombre y debe obedecer a su marido.

E.P: ¿Qué piensa hacer en el futuro?

            Quién sabe. Diez veces dije que me iba a retirar, y luego seguí peleando. Entonces, ¿quién sabe la próxima sorpresa?

 

* Casius Marcelo Clay (Kentucky 1942-Arizona 2016) fue el mejor boxeador de todos los tiempos, aparte de influyente figura social y humanitaria norteamericano. Medalla de oro olímpica con 17 años, fue posteriormente 4 veces campeón mundial de los Pesos Pesados (en 1964, 1967, 1974 y 1978), siendo apodado por todos como el Más Grande. Derrotó a los más grandes de su época, como Frazier, Foreman, Norton, Cooper y Patterson, dejando su marca personal en 134-7 en su etapa amateur y 56-5 en su etapa profesional, en nº de victorias y derrotas. A nivel humano, ya desde pequeño mostró enorme timidez Casius en su Central High School, así como sentimientos de dolor en las peleas callejeras que veía. A nivel religioso, creció Casius a la sombra de su parroquia bautista familiar, leyendo la Biblia a todas horas y asistiendo a todas las reuniones de instrucción parroquial. Tras su oro olímpico de Roma, trabajó como ayudante de biblioteca al tiempo que empezó a recibir formación pugilista por parte de su nuevo entrenador, Angelo Dundee, que destacó de él que su templanza le permitiría no dejarse intimidar por ningún oponente. En el culmen de su carrera fue llamado a filas para Vietnam, negándose a empuñar un arma y oponiéndose a todo conflicto civil. A su retirada contrajo la enfermedad del Parkinson, que le ocasionó algún que otro trastorno en público, y le granjeó la amistad del público, viendo su sinceridad. Hasta que falleció de un choque séptico el año 2016, al poco de ver publicado el documental Facing Alí sobre su vida, el año 2010.