GRACIA

a) Fragilidad humana
b) Gracia y pecado
c) Gracia santificante
d) Gracia sacramental
e) Gracias actuales
f) Virtudes
g) Sacrificio
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a) Fragilidad humana

        Dios creó al hombre libre de sufrimientos y sin más limitaciones que las de su propia naturaleza. Sin embargo, las consecuencias del pecado original alcanzaron, directamente, al núcleo de esta naturaleza humana. El hombre perdió la amistad con Dios, y la naturaleza humana quedó "herida" (no corrompida) de muerte.

        El hombre es frágil:

-en su naturaleza. Que es irregular y tiene imprevistos con los que no se contaba;
-en la inteligencia. Que sólo piensa en sí misma, y que también se equivoca;
-en el corazón. Q
ue desea y no consigue, se gasta e impacienta, y con el tiempo se va llenando de espinas y fracasos.

b) Gracia y pecado

        Después del pecado original, todos sentimos una inclinación que nos lleva a ser vencidos por el mal. Es lo que llamamos concupiscencia, esa ley del pecado que llevamos todos por dentro. Y es que el hombre sólo puede vivir en uno de estos dos estados:

-estado de pecado. Es la vida del que vive derrotado por el pecado, bajo el dominio del demonio, que nos odia y nos esclaviza a su imperio sin que nos demos cuenta. Sumerge en la tristeza, y de ahí no se puede salir sin un gran esfuerzo;

-estado de gracia. Es la vida del que vence al pecado, bajo el amor de Dios, que nos quiere y nos va regalando sus bienes sin que nos demos cuenta. Lleva a la alegría, sana cualquier herida de la vida, y perfecciona y mejora al hombre.

c) Gracia santificante

        La gracia es un don sobrenatural por el que Dios nos hace capaces de todo lo sobrenatural. Es la ayuda que Dios nos ofrece, y que lo hace a través de 3 caminos:

-los sacramentos (gracia sacramental),
-la realización de buenas acciones (gracia santificante),
-en casos especiales (gracias actuales o especiales).

        La gracia es una sola (la ayuda de Dios), pero se nos da por medio de estos 3 caminos.

        La gracia santificante la recibimos sólo si estamos sin ningún pecado mortal, y si estamos confiando nuestra vida en Dios.

        Se nos da más o menos, según estemos dispuestos (ex opere operantis), y nos va santificando sin que nos demos cuenta.

d) Gracia sacramental

        Siempre que recurrimos a un sacramento, Dios nos va a dar su gracia (ex opere operato). Esta gracia sacramental nos puede:

-ayudar a cumplir los deberes de estado (matrimonio o sacerdocio),
-curar y mejorar la salud (unción),
-convertir nuestro corazón (penitencia),
-aumentar la inteligencia y fortaleza (bautismo y confirmación),
-darnos la gracia misma (eucaristía).

        La gracia sacramental se nos puede dar:

-siempre, en la penitencia y eucaristía,
-para siempre, en el bautismo, confirmación y sacerdocio,
-hasta que no la perdamos, en
el matrimonio y unción.

e) Gracias especiales

        Son bienes concretos y excepcionales que Dios puede conceder a determinadas personas y en determinados casos. Una persona que tras un accidente queda parapléjica, seguro que recibe de Dios una gracia especial (que los demás no recibimos) para poder ser feliz.

        Las gracias especiales son otros caminos diferentes por los que Dios puede convertir a las personas, solucionar males o pecados, y permitir una vida feliz en estados dolorosos.

f) Virtudes

        Son buenos hábitos que vamos adquiriendo con nuestro esfuerzo, y que completan la ayuda que Dios nos da. Se llaman virtudes porque están operativos en nuestra vida, y no meramente inertes o pasivos. Se pueden adquirir:

-mediante actos repetidos y constantes,
-mediante actos aislados pero intensos.

        Pueden ser teologales (o venidas de Dios):

-fe. Confiar en Dios y en la voluntad de Dios;
-esperanza. Saber esperar a que cada cosa llegue en su momento;
-caridad. Que
rer, porque quiero, al prójimo y el bien del prójimo.

        Pueden ser morales (o conseguidas por el hombre):

-justicia. Dar a cada uno lo suyo, y al más necesitado más;
-fortaleza. Tener firmeza en los momentos difíciles, ante las tentaciones del pecado, y para consumar lo empezado;
-prudencia. Acertar a saber cuando debo hablar o callar, y a distinguir lo bueno de lo mejor y de lo más conveniente;
-templanza. Se
r equilibrados en el juicio, en las costumbres, en los proyectos, en los deseos.

g) Sacrificio

        La vida no es un cuento y menos de rosas, que nos va a ir alfombrando nuestros pasos y expectativas. Ofrece cosas bellas, pero el mal siempre intentará enredar y dificultar.

        Hay, por tanto, que sacrificarse en esta vida, tanto para conseguir las cosas y un futuro, cuanto por reciclarnos nosotros y nuestro presente. El sacrificio, que es indispensable en la vida cristiana, consiste en:

-dominarse a sí mismo. Sacar fuerzas para ser personas íntegras, y no esclavizadas por los vicios, la comodidad o la curiosidad. Ser dueños de nuestra vida, y no al revés;

-combatir lo malo. Es decir, el pecado, no enredándonos en malas costumbres y cortando radicalmente con todo lo que sea ambientes malsanos;

-luchar por lo bueno. Creciendo en las virtudes, promoviendo la paz, y dejando el mundo mejor que como lo encontramos.

ed. Mercabá 
Diócesis de Cartagena-Murcia 
Indice general del Catecismo Juvenil Mercabá