VILLA
DEL VAL
b)
Villa del Val tardo-romana
c)
Villa del Val visigoda
d)
Transformación de Villa del Val
e)
Bibliografía sobre Villa del Val
La Villa del Val fue un yacimiento suburbano tardo-romano, que vino a
convertirse en villa agropecuaria y ganadera visigoda, coincidiendo con la época
de ruralización de los ss. V-VII. También contuvo edificios y
estructuras tardo-romanas, que pasaron a tener otro uso muy diferente en la época
visigoda.
Las campañas arqueológicas de 1970 y 1985-1990[1],
con descubrimientos de piedras de moler, terra
sigillata hispánica, naves industriales, zonas agropecuarias, almacenes de
cereal, molinos y solados de cantos rodados, pinturas de bigas con aurigas y
caballos, y hasta una iglesia… nos lleva a investigar qué fue y en qué se
convirtió, entre los poderes de Roma y Toledo, esta corriente y nada anormal
villa alcalaína.
Entre los ss. III y IV la Villa del Val ocupó un espacio de 5 ha, con
un heterogéneo grupo de construcciones más bien urbanas y de diferente
funcionalidad, tales como un área termal, una mansión señorial, almacenes y
establos.
La mansión señorial[2]
tenía fachada turriforme, con pórtico y dos torres (una semicircular y otra
cuadrangular), jardín interior de 25,60 m. de diámetro[3],
sala de recepciones de 15 x 10 m. y pavimentado de mosaicos geométricos, sala
del Auriga, pavimentos con mosaicos circenses…
Los establos tardo-romanos[4]
estaban dedicados a la transformación del cereal, disponiendo de un camino de
entrada que enlazaba con la vía que partía de Complutum hacia Zaragoza, en
paralelo al cauce del río Henares. Cada uno medía 8 m. de largo por 6 m. de
ancho, abarcando una longitud de más de 80 m.
Con la llegada de los visigodos y su proceso de ruralización, en la
Villa del Val:
-los
establos pasaron a ser el centro de la villa,
-las
salas palaciales de mosaicos pasaron a ser cabañas ganaderas,
-se
levantaron silos y vertederos en las afueras.
Pero vayamos por partes. Con la llegada visigoda, a finales del s. V,
quedaron atestiguados tres tipos nuevos de actividad en la Villa del Val:
-la
construcción de nuevas edificaciones,
-el
mantenimiento de determinados edificios preexistentes,
-los
cambios de función en cada una de las partes de la villa.
El primer hecho constatable de aportación visigoda fue la construcción
de la iglesia[5],
con ábside, mosaicos en el pavimento de la nave central, de cromática mínima
blanco/crema, negro y ocre/amarillo, de 29 x 19 m. de longitud-anchura[6],
de estructura de planta de cruz.
El
segundo hecho constatable de aportación visigoda fue la creación de
vertederos, como acumulación de basura, en la zona norte de la villa. Allí se
han descubierto botellas de dos asas y numerosos cencerros, de utilidad
agropecuaria.
Respecto a estructuras tardo-romanas que siguieron en pie, sin modificar
su función, cabe destacar los establos, que pasaron a ser el centro ganadero de
la villa, y cuyo rendimiento se alargó hasta el año 700. Nuevos silos también
fueron fabricados, en la parte norte de la villa.
Respecto al cambio de función de estructuras tardo-romanas, la mayoría
de las estancias del palacio fueron abandonadas. En su lugar fueron levantadas
en sus alrededores cabañas de madera[7],
rodeadas de 56 hoyos sobre el pavimento original, y otras 25 alteraciones
menores que también perforaron el pavimento. Tras estudios microespaciales, se
ha llegado a identificar en estos conjuntos de cabañas agrícolas: cocinas y
hornos de hogar, establos de animales, almacenes para el trigo.
Como
se ha podido comprobar, entre la excepcional organización programática romana,
y el uso hecho de ella por parte de la mentalidad rural visigoda, se puede decir
que la época visigoda trajo a la Villa del Val:
-la
desaparición de la antigua aristocracia romana,
-un
nuevo tipo de viviendas, rústicas y no residenciales,
-la
creación de vertederos sin control,
-una
nueva reestructuración de espacios y funciones,
-materiales
más pobres como la madera, y no ya la piedra,
-unos
nuevos usos, relacionados con tipos de vida nómada o semi-nómada,
-herramientas
de campo y espacios de ganadería,
-la
idea religiosa como suplidora de la actividad económica.
Respecto a este último aspecto, el de la ideología religiosa goda, habría
que destacar la importancia otorgada por el mundo godo, en esta Villa del Val, a
la necrópolis, auténtica “ciudad” de los muertos, verdadera “plaza
mayor” de la “aldea” de los vivos.
En
efecto, la presencia visigoda en la Villa del Val estuvo marcada por la necrópolis
del Camino de los Afligidos, de corte cristiana, y estudiada a partir de 1990.
Hasta el momento se han excavado en ella 118 sepulturas[8]
de un mismo sector, el que va en dirección norte desde la iglesia. No tuvo su
planta organizada en circuitos de calles, como sí lo tuvieron la mayoría de
necrópolis merovingias e hispano-godas[9].
Pero sí que presenta hileras perfectas de 4 y 9 sepulturas, con la misma
dirección. Parece que se trató, por tanto, de estructuras con estrecha relación
familiar[10].
BARBERO
DE AGUILERA, A; La sociedad visigoda y su
entorno histórico, Madrid 1992.
FUENTES
HINOJO, P; “Sociedad urbana, cristianización y cambios topográficos en la
Hispania visigoda”, en Estudios de
Historia Antigua, XXIV, Salamanca 2006.
SANCHEZ
MONTES, A; RASCON MARQUES, S; “La Villa del Val y la necrópolis del Camino de
los Afligidos”, en Zona Arqueológica,
VIII (La investigación arqueológica de
la Época visigoda: la ciudad y el campo, Alcalá de Henares 2006).
SANZ
SERRANO, R; Historia de los godos, ed.
Esfera, Madrid 2009.
Manuel
Arnaldos
Mercaba,
diócesis de Cartagena-Murcia
versión
imprimible
Indice:
www.mercaba.org/EnciclopediadeHistoria/1.htm
________________________________________
[1]
cf. SANCHEZ MONTES, A; RASCON MARQUES, S; “La Villa del Val y la necrópolis
del Camino de los Afligidos”, en Zona Arqueológica, VIII (La
investigación arqueológica de la Epoca visigoda: la ciudad y el campo,
Alcalá de Henares 2006), pp. 293-305.
[2]
cf. SANCHEZ MONTES, A; RASCON MARQUES, S., op.cit., p. 298.
[3]
Similar al Jardín de Rielves en Toledo o Cercadilla en Córdoba, y a
otros que hablan de las villas romanas imperiales.
[4]
cf. Ibid., p. 299.
[5]
Es de lo que peor se conserva en la Villa del Val. Su descubrimiento arqueológico
vino en 1985, en un estado pésimo, y que requirió una urgente intervención.
[6]
De media de 3 a 2, en longitud-anchura, lo que supone pensar que
estaríamos ante una martyria, y nada más.
[7]
cf. Ibid, p. 301.
[8]
cf.
Ibid, pp. 301-305.
[9] Véase así, las necrópolis visigodas:
-de
Daganzo, estudiadas por FERNANDEZ
GODIN y PEREZ DE BARRADAS en 1930,
-del Jardinillo, estudiadas por PRIEGO en 1982,
-del Espartal, estudiadas por ALONSO SANCHEZ en 1976,
-de Carabaña, estudiadas por A. FUENTES
en 1994.
[10]
Como las necrópolis de la zona episcopal de Valencia, estudiadas por RIBERA
y SORIANO en 1996.