Ignorancia de los Políticos


Políticos del s. XIX, tachados ya en su día de catetos chupatintas

Querétaro, 6 junio 2022
Luis Miguel Rubín, periodista de Observador

          Después de desayunar, comer y cenar con las opiniones de los y las intelectuales mexicanos de izquierda en torno a un asunto ya del pasado (el de Abascal), me pregunto: ¿Por qué ha causado tantas ámpulas un acontecimiento que pertenece a la vida privada del funcionario? ¿Acaso este suceso (que carece de interés nacional) no se fijó bajo el amparo del artículo 4º constitucional, que da a los padres el derecho a intervenir en la educación de sus hijos?

          No conozco al actual secretario de Trabajo, y no es asunto de este espacio hacer una auditoría a su desempeño (como algunos lo han pretendido), sino analizar lo absurdo de perder el tiempo en rasgarse las vestiduras ante el conservadurismo y el atentado contra la cultura que cometió el señor Abascal por un hecho de nula relevancia.

          Porque en su día todos los comunicadores, ideólogos, contestatarios y feministas no escatimaron saliva a la hora de pedir licencia, a la opinión pública, para meterse en la vida privada de una persona, quizás por haberse manifestado abiertamente católico. Como es obvio, el centro del debate que quieren avivar los politiquillos de izquierdas de hoy es crear escándalo en torno a una persona del pasado, y no centrarse en los hechos que hoy tiene lugar, como el recorte presupuestal del 45% al Instituto de Cultura del Distrito Federal, por parte de López Obrador.

          Me llama la atención que la elite cultural de este país reclame el cobro del IVA para los libros, y no diga ni pío por la reducción de 146 millones al presupuesto de la cultura del D.F. Por supuesto, es bueno fomentar las obras literarias de nuestros autores mexicanos de hoy día, pero sin olvidar aquellas palabras de un profesor que a menudo nos decía: "Lean mucho y de todo. Pero si leen poco, por favor que sean libros clásicos".

          El hombre es un ser en movimiento, y sus manifestaciones culturales son prueba de ello. Por eso considero un gran error frenar el desarrollo cultural de la ciudad más grande del mundo (México DF), así como atacar las raíces católicas de una persona (las de Abascal). Hay que recordar que lo que ahora se ataca (el catolicismo) ha sido durante muchos siglos el único promotor cultural de todo el Occidente, desde que inventara las universidades en el s. XI.

          El morbo por descubrir las fibras religiosas del señor Abascal ha nublado el interés por defender los pocos espacios culturales creados en México, desde el "gobierno diferente" del PRD.

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 Act: 06/06/22          @noticias del mundo             E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A