Jesucristo en Hollywood

 

            Entre todos los personajes de la historia, la existencia de Jesús es la que ha dado lugar a los más vivos debates. Hace unos años Hollywood lanzó la película El Cuerpo, film que suscita una vez más la eterna controversia centrada en la figura de Cristo: para quienes tienen fe, Jesús es el Ser alrededor del cual se desenvuelve la historia, Aquél por quien fueron hechos los siglos, El Hijo de Dios hecho Hombre, y para los demás es solamente un profeta judío de quien poco se escribió y que ha venido a convertirse, al correr de los siglos, en un mito.

            Lo cierto es que ante Jesús es difícil adoptar una postura indiferente. Mientras el espíritu moderno no tiene problema en admitir la muerte de Jesús como histórica por ser algo científicamente posible, percibe su resurrección como legendaria, por lo improbable que resulta este hecho a una mentalidad pragmática. Así queda evidenciado en este film protagonizado por Antonio Banderas.

            El tema central está claramente expuesto: ¿Qué hubiera pasado si Cristo no hubiera resucitado? La respuesta que dio Pablo de Tarso hace 20 siglos: «Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra predicación y vana nuestra fe» no parece inquietar al guionista. A través de la trama se divorcian radicalmente razón y fe: el hecho de la resurrección resulta intrascendente, quedando reducida toda experiencia religiosa a mero sentimentalismo, carente de fundamento racional.

            Cuando se reflexiona sobre el cristianismo en un intento serio por descubrir qué es lo que en realidad sucedió en sus orígenes, independientemente de ser creyente o no se llega a la conclusión de que debió surgir entre los discípulos de Jesús una certeza inamovible ante un hecho difícil de definir, algo que transmitió a un pequeño grupo de personas una fuerza inexplicable, una energía extrema, un convencimiento de tal impacto que, al cabo de 20 siglos, se sigue propagando con la misma fuerza, la misma verdad y el mismo suceso.

            Si se define lo histórico como lo real, como lo que no fue un sueño, ni una leyenda, ni producto de la imaginación, ni un dictado de le fe, llegamos a la conclusión de que la nueva película de Hollywood se aleja de la fe, pero más aún de la historia. En un intento más por desmitificar la figura de Jesucristo, su guión no es menos ficticio que La guerra de las galaxias.

 

PAZ FERNÁNDEZ, Querétaro, México

 Act: 25/01/18   @noticias del mundo           E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A