2 de Abril

Martes I de Pascua

Equipo de Liturgia
Mercabá, 2 abril 2024

a) Hch 2, 36-41

         Escuchamos hoy de boca de Pedro que "sepa toda Israel que Dios ha constituido Señor a este Jesús, a quien vosotros habéis crucificado". Pedro no va con circunloquios, ni toma ninguna precaución oratoria. Aborda de frente a su auditorio, a partir del suceso que acaba de producirse, la última condena a muerte que tuvo lugar en su ciudad.

         Entre los oyentes, estaban los había que habían intervenido algo en el suceso, mezclados quizás con los que habían gritado "crucifícalo, crucifícalo" a Poncio Pilato, 50 días antes. Y Pedro les propone que sean conscientes de la responsabilidad que allí contrajeron, crucificando al Mesías: "Ese Jesús que vosotros habéis crucificado, Dios le ha hecho Señor".

         Es preciso que meditemos esa fórmula esencial de nuestra fe: "Dios ha hecho a Jesús Señor". La resurrección, de la que han sido testigos, ha cambiado radicalmente la visión que tenían de él anteriormente. Le tenían por un hombre excepcional, un profeta y el hijo de Dios, pero todo quedaba vago en su mente. La resurrección fue el descubrimiento fulgurante, y demuestra que "Jesús es Señor," porque participa del ser de Dios. Y vosotros le habéis crucificado...

         Al oír esto, muchos judíos sintieron remordimiento de corazón, y dijeron a Pedro y a los apóstoles: "Hermanos ¿qué hemos de hacer?". Remordimiento de corazón, o cuestión de corazón traspasado. La expresión manifiesta un choque muy fuerte, brutal. De golpe se dan cuenta de lo que han hecho, y no vuelven de su asombro. ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí, a hacer esto?

         Pedro contestó: "Arrepentíos, y que cada uno de vosotros se haga bautizar". Esta es ya la Iglesia que preside la conversión de los corazones. Pedro es el que habla en nombre de Dios. Sustituye, por así decirlo, a Jesús, y repite sus palabras espontáneamente: "Convertíos".

         En esta 1ª predicación de Pedro, y sin ninguna controversia teológica, encontramos toda la precisión y todo el equilibrio espontáneo, sobre una cuestión difícil: ¿Hay que cambiar 1º de vida? ¿O bien lo 1º es dar los sacramentos? Pedro, espontáneamente, dice que hay que hacer ambas cosas: arrepentirse (que es cambiar de vida y esforzarse) y bautizarse (que es reconocer la gracia de Dios).

         La "promesa es para vosotros", concluye Pedro. La percepción de la Iglesia, pues, no es la de constituirse en un club o gueto (a forma de grupo privilegiado), sino la de invitar universalmente a todo el mundo. Aquel día, fueron 3.000 los que acogieron la Palabra y se hicieron bautizar.

Noel Quesson

*  *  *

         El mensaje de Pedro a sus compatriotas judíos no era fácil de captar. Significaba que el Jesús muerto por ellos en el Calvario, y aparentemente derrotado, había sido constituido por Dios "Señor y Mesías". ¿Cómo podían ellos asumir esa verdad que contradecía totalmente sus actitudes y juicios? Solamente la gracia, el don de la fe, podía cambiar interiormente a los judíos. Y algo de ese cambio acontecía al escuchar el testimonio valiente de Pedro. Éste en nada reparaba, pues quería testificar la verdad de su fe: Cristo vive, y es Señor y Mesías, y está a la derecha del Padre.

         Aunque no podamos comprenderlo bien, el impacto de la fe y de las palabras de Pedro afectó a muchos, pues entendieron y asumieron que ese señorío y mesianismo les colocaba bajo la protección y amparo del Crucificado. Por eso preguntaron qué actitud debían adoptar. La respuesta era fácil de dar: haced lo que no hicisteis antes (arrepentíos, convertíos, creed en Jesús, bautizaos, incorporaos a su vida) y tendréis la salvación.

         Ante el mensaje apostólico sólo cabe una actitud por parte de los judíos y para los paganos que sean de recto corazón: dejar la senda descarriada por medio de la conversión, la fe y el bautismo, que confiere el perdón de los pecados y el don del Espíritu. Para todos es necesario estar en estado de conversión permanente, pasar de un grado menos perfecto a un grado más perfecto en la vida cristiana. Esto es para nosotros vivir continuamente en misterio pascual.

         Sobre esta permanente conversión, comenta Rabano Mauro que "todo pensamiento que nos quita la esperanza de la conversión proviene de la falta de piedad; como una pesada piedra atada a nuestro cuello, nos obliga a estar siempre con la mirada baja, hacia la tierra, y no nos permite alzar los ojos hacia el Señor" (Tres libros a Bonosio, III, 4). Y Juan Pablo II escribió:

"El auténtico conocimiento de Dios, Dios de la misericordia y del amor benigno, es una constante e inagotable fuente de conversión, no solamente como momentáneo acto interior, sino también como disposición estable, como estado de ánimo. Quienes llegan a conocer de este modo a Dios, quienes lo ven así, no pueden vivir sino convirtiéndose sin cesar a él. Viven, pues, en un estado de conversión, es este estado el que traza la componente más profunda de la peregrinación de todo el hombre por la tierra en estado de viador" (Dives in Misericordia, 13).

         En el plan salvador de Dios, fruto de su misericordia, la resurrección ocupa un lugar central. Dios resucitó a Jesús y resucitará a todos los que creen en Él, en una resurrección de gloria, porque de su misericordia está llena la tierra. Así lo proclamamos con el Salmo 32:

"La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor, pues él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti".

Manuel Garrido

*  *  *

         Pedro termina su discurso de Pascua ante el pueblo reunido, con claridad y valentía. El que antes de la Pascua aparecía frecuentemente lento en entender los planes de Jesús, ahora está lúcido y ha madurado en la fe, conducido por el Espíritu. Pedro proclama el acontecimiento de la Pascua desde la perspectiva mesiánica: al Jesús a quien sus enemigos llevaron a la muerte, Dios lo ha resucitado, y lo ha constituido Señor y Mesías, "autentificándolo ante todos" en el acontecimiento de la Pascua.

         Lucas nos describe el camino de la iniciación cristiana, con sus diversas etapas. Pues ante los oyentes que se dejan convencer por el testimonio de Pedro, y que preguntan ¿qué hemos de hacer?, el apóstol primado les responde que:

1º se conviertan, abandonando su camino anterior equivocado, propio de una "generación perversa";
2º crean en Cristo Jesús;
3º reciban el bautismo, en nombre de Jesús y del Espíritu;
4º se incorporen a la comunidad eclesial, que empieza a crecer nada menos que con 3.000 nuevos miembros.

         Este programa, que va desde la evangelización hasta el bautismo y la vida eclesial, se irá repitiendo generación tras generación, con más o menos énfasis en cada una de sus etapas. Podemos cantar, con el salmo, que "la misericordia del Señor llena la tierra". Ojalá también nosotros, ante el acontecimiento de la Pascua, nos dejemos ganar por Cristo. Somos enviados a anunciar la buena noticia. Pero sólo será convincente nuestro anuncio si brota de la experiencia de nuestro encuentro con el Señor.

         La Pascua que hemos empezado a celebrar nos interpela y nos provoca, buscando llenarnos de energía y alegría. Se tendrá que notar en nuestro estilo de vida que creemos de verdad en la Pascua del Señor: que él ha resucitado, que se nos han perdonado los pecados, que hemos recibido el don del Espíritu y que pertenecemos a su comunidad (que es la Iglesia).

         Ayudados por la fe, hemos oído que también a nosotros el Señor nos ha mirado y ha pronunciado nuestro nombre, llamándonos a la vida cristiana. El popular canto de Gabarain, lleno de sentimiento, está inspirado en la escena de hoy: "Me has mirado a los ojos, y sonriendo has dicho mi nombre". Y nosotros nos hemos dejado convencer vitalmente por esa llamada, como los oyentes de Pedro (que preguntan qué deben hacer).

José Aldazábal

 Act: 02/04/24     @tiempo de pascua         E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A