REFORMAS
DE ALFONSO II
a) Asturias
b)
Alfonso II de Asturias
c) Reforma
política de Alfonso II
h) Repoblación interna de Alfonso II
i)
Fundación de Santiago de Compostela
___________________________________________________________
a) Asturias
Asturias y Cantabria fueron los primeros
núcleos de resistencia cristiana a la invasión islámica sobre
Hispania, y desde el principio habían mantenido madurez política y
territorial. Por otro lado, el Islam había dejado sin dominar muchas zonas de
España, como el río Duero, y se había centrado en los núcleos prósperos y
fortificados.
Estos dos elementos habían sido unidos en los primeros monarcas astures:
-don Pelayo (718-737), noble visigodo, caudillo de la 1ª
resistencia ante la invasión islámica, y fundador de la monarquía
y reino astur, que en la batalla de Covadonga-722 marcó el inicio de la
Reconquista, y la fundación del primer núcleo de resistencia en Cangas de
Onís.
-Alfonso I (739-757), yerno del anterior e introductor de la vocación expansiva de la monarquía astur, que aprovechó la sublevación berebere andalusí del 742[1], y expandió el reino hacia Burgos y Álava, que pasaron al control astur.
Los movimientos astures no habían pasado desapercibidos para el Islam
andalusí. Así, los monarcas siguientes en acceder al trono asturiano (757-791)
se habían visto sometidos
a pagar su libertad, bajo férreos tributos ante los emires
cordobeses[2].
Hijo de Fruela I (757-768) y de Munia, Alfonso II (Oviedo 760-Oviedo 842) es llevado al monasterio de Samos-Galicia al morir su padre, y recibe cuidados entre sus parientes maternos de Vizcaya[3].
Cumplidos los 30 años accede el trono de Asturias[4], tras la renuncia pactada que se hizo con Bermudo I, tras su derrota en la batalla de Burbia-791[5].
Comienza su reinado Alfonso II entablando relaciones con el emperador Carlomagno[6] y fijando su corte en Oviedo, ciudad que embellece con iglesias y palacio real[7].
En el 808 es instigado por un grupo nobiliario a retirarse al monasterio de Ablaña, hecho que no acepta, y que le sirve para redoblar sus esfuerzos en la reconquista y reorganización del reino.
Muere el 842 “tras haber llevado por 52 años casta, sobria, inmaculada y
piadosamente el gobierno del reino”[8].
Su cadáver fue colocado en el Panteón de reyes de Oviedo, en el que también
sería sepultada su esposa, la reina Berta.
-fijando en ella el nuevo Oficio palatino hispano-godo,
-vinculando el trono astur a la dinastía de los Pelayo,
-reclamando al Islam el cetro español, que le había sido arrebatado[9].
Tras lo cual, el monarca comienza a implantar en el reino astur:
-la ascendencia
goda de la monarquía, según recoge en sus Crónicas Asturianas,
-la herencia
goda, en todos los cargos, curia, edificios civiles…
-el Fuero
Juzgo de la jurisdicción visigoda, o Líber Iudiciorum visighotorum.
Alfonso II impone, pues, un concepto de monarquía de origen divino, en el que el rey es elegido por Dios para ser su instrumento eficaz, “para cumplir la justicia y dar a cada uno su derecho”[10]. El rey recibiría el poder directamente de Dios, pero con el reconocimiento del pueblo[11]. Aún con todo, la monarquía astur fue siempre hereditaria masculina[12].
En cuanto a la administración, Alfonso II la hace pivotar sobre el eje curia-corte real, recayendo siempre en los funcionarios reales, que no sabían distinguir lo privado de lo público. Las curias más destacadas fueron la cancillería (que recayó en un eclesiástico), la Casa Real, el tribunal de justicia y los cargos militares. Y junto a ese eje, la nobleza siguió teniendo sus propios poderes locales.
El ejército de Alfonso II, por su parte, no fue estable ni homogéneo. Cada hueste de Alfonso II tuvo mesnadas de la nobleza, obispos y grupos locales. Estas tropas tenían que reunirse en pocos meses, actuar rápidamente por la falta de recursos, y disolverse[13].
En cuanto al Fuero
Juzgo, o cuerpo legal elaborado en el lejano Líber
Iudiciorum de Recesvinto del año 654,
Alfonso II retoma y amplía el viejo cuerpo legal de 300 leyes[14],
para regir la convivencia y justicia común entre los ciudadanos, y con la
salvaje salvedad de “someter por igual a varones o a mujeres, tanto a grandes
como a pequeños”.
Supo establecer Alfonso II una fuerte religión asturiana, con el cristianismo ortodoxo como paladín, y con una estructura eclesial alejada de la influencia musulmana.
Trasladada la corte episcopal a Oviedo, consigue obtener Alfonso II las
sedes episcopales de Oviedo-Asturias (802) e Iría Flavia-Galicia (829):
-recogiendo así el testigo de la primada Toledo[15],
-vinculándose más estrechamente a la Iglesia carolingia[16].
No obstante lo anterior, la política religiosa de Alfonso II acabó
degenerando en una especie de regalismo,
consistiendo éste en que el monarca se podía entrometer en asuntos exclusivos
de la Iglesia y viceversa[17],
con concesiones mutuas. El ius regalium,
en este sentido:
-necesitaba el visto bueno de la jerarquía eclesial para la investidura
real;
-permitía al monarca otorgar dominios vacantes, nombramientos de titulares,
diezmos, rentas, impuestos y favores judiciales a la Iglesia.
El fisco, con Alfonso II, careció casi siempre de dinero, y no hizo distinciones entre lo privado y lo público, pues todo dependía del monarca. Ante esa carencia generalizada de dinero[18], y sin una moneda fuerte que generara comercio, todas las miradas del monarca se dirigen entonces hacia las tierras conquistadas, cuya explotación (agrícola y pastoril) pasa a constituirse en la única fuente de riqueza del reino (alrededor de cada pueblo)[19].
En efecto mediante el sistema de presura[20]:
-se empiezan a ocupar individualmente las tierras vacías, sin dueño
conocido,
-se inicia la creación de pequeños y medianos propietarios,
-se origina la creación de grandes dominios, aristocráticos o eclesiales.
En efecto, obras artísticas de Alfonso II son:
-el palacio de Oviedo, prototípica goda, y donde ofrece la Cruz de
los Ángeles[24],
-la Cámara Santa de Oviedo, donde guarda las reliquias de los santos
toledanos[25],
-San Tirso de Oviedo, con innovadores alfices enmarcadores de las
ventanas[26],
-numerosas iglesias por el Naranco, como las de Santa María de
Bendones[27],
San Julián de los Prados[28],
Santa Cristina de Liena[29]…
g) Reconquistas exteriores de Alfonso II
Alfonso II fue el gran reactivador de la Reconquista, tras la paralización de los monarcas anteriores. De hecho, y nada más acceder al trono, manifiesta Alfonso II su oposición a ser sumiso a Córdoba. Al final de su vida, las fronteras del reino astur abarcarían desde la Galicia del Miño hasta Álava, incluyendo al Bierzo y los altos valles leoneses[30].
Alfonso II ejecuta y sufre numerosas incursiones de castigo sobre poblaciones propias y ajenas, y así empieza a afianzar progresivamente la frontera cristiana exterior, levantando numerosas torres y puntos fortificados[31].
En la batalla
de Lutos-794[32],
y tras haber organizado un ejército fiel, consigue Alfonso II la primera
victoria campal sobre el Islam.
Reconquista posteriormente toda la Galicia,
y aprovechando las disensiones musulmanas, se interna en el corazón de Portugal,
plantándose a las puertas de la misma Lisboa, a la que saquea el 798.
Nuevamente, Alfonso II logra salir vencedor sobre los musulmanes en las
batallas:
-del río Oron-816, unido a los vascos,
-de Narón-824 y de Anceo-825, ante dos incursiones sarracenas por Galicia.
h) Repoblación
interna de Alfonso II
Los pueblos del norte, de baja romanización, habían sido los primeros en ocupar y explotar los territorios que los reyes astures iban reconquistando a los moros, siguiendo la idea de lucha y resistencia de lo propio frente al invasor, romano, visigodo o ahora musulmán.
Desde comienzos del s. VIII el reino de Asturias había basado su repoblación
en torno al desierto poblacional del Duero, pues:
-los bereberes se habían retirado del Duero para bajar hacia el sur[33],
-los astures habían empezado a instalar allí campamentos fortificados[34].
Se puede hablar, pues, y antes de la llegada de Alfonso II, de una
desestructuración en las zonas Duero-Cantábrico, con fuerte migración de unos
sitios a otros, y fuertes cambios de hábitats.
Alfonso I había sido el primer organizador del Reino astur, del
Nervia al Nervión (hoy Cordillera Cantábrica), abarcando 300 km.
largo x 60 km. ancho, y 18.000 km2.
Hasta el 770 Asturias había podido extenderse hasta Álava y Finisterre, gracias al flujo de población
venida del sur, del norte de Portugal y de la Rioja.
Tras las grandes conquistas de Alfonso II por todo el norte español, se comenzó la repoblación de los nuevos territorios. Fue aquí, y bajo Alfonso II, cuando empiezan a surgir fuertes contrastes regionales, junto a unas coordenadas comunes en torno a la necesidad de repoblación.
Al sur de la cordillera cantábrica, Alfonso II potencia la repoblación de los valles de la Peña de Orduña y de Reinosa, dando origen a una intensa colonización en las gargantas del nacimiento del Ebro, conocidas como las Conchas de Haro.
También busca el monarca lugares para los mozárabes[35] y muladíes[36], que habían venido del sur[37] y buscaban protección en el norte[38]. Galicia, al completo, fue el lugar elegido para ello.
En el lado oriental, la primitiva Castilla, mencionada por primera vez en una carta del año 800, empieza su andadura bajo Alfonso II, como pequeño territorio junto a los valles de Mena y Losa, y comprendiendo el valle de Espinosa de los Monteros bajando hacia Villarcayo, y Medina de Pomar. En cada lugar, va Alfonso II creando fortalezas y castillos que aseguraran el lugar.
Y junto a la labor
directa del rey, también deja Alfonso II a la Iglesia
ser la otra gran repobladora[39],
la promotora de la presura, y la que estableciera las diferenciaciones
regionales en torno a sus obispados y monasterios.
Campesinos, montañeros y grupos de familias van ser los principales
grupos de población que se van a ir trasladando a los lugares conquistados por
Alfonso II. Empezaran a surgir, así, los primeros
poblados, que se van moviendo de un sitio a otro, según el terreno a
explotar y la capacidad para defenderse. Entre ellos, cabe destacar[40]:
San Emeterio del Taranco[41],
Santa María de Valpuesta[42],
San Vicente de Fistoles[43],
Cervera[44],
San Román de Tovillas[45],
Brañosera[46],
Cuevacardiel[47]…
i) Fundación de Santiago de Compostela
El año 813 recibe Alfonso II la noticia más agradable de todo su reinado: el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, en Compostela[48]. Inmediatamente manda Alfonso levantar encima suyo un santuario-basílica[49], como buque insignia del cristianismo español[50], e independiente ya totalmente de las iglesias del sur[51].
El hallazgo arqueológico[52] de Alfonso II, junto a la ciudad y movimiento de masas que provocó a su alrededor[53], cerraron el ciclo del monarca-monje astur Alfonso II, conocido como el Casto[54].
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
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Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1] Junto a otras incursiones africanas sobre el sur peninsular.
[2]
Como el “tributo de las 100 doncellas” y muchos otros, que los reyes
asturianos tuvieron que pagar a Córdoba para poder seguir viviendo en
paz
(cf.
SANCHEZ SAUS, R; Historia de
Reconquista, ed. SP-CEU, Madrid 2010, p. 16).
[3]
cf. DE LA FUENTE, V; Historia eclesiástica
de España, ed. Algoz, Barcelona 1855, pp. 27-30.
[4]
En Cangas de Onís, el 14 septiembre del 791.
[5] En el contexto de los saqueos del emir HISHAM I
DE CORDOBA contra los
rebeldes cristianos del norte, donde BERMUDO I
DE ASTURIAS fue
derrotado en el puente de Villafranca del Bierzo, y
eso le costó el puesto.
[6]
Tres delegaciones astures viajaron a la corte franca entre el 796 y 798.
[7]
La Crónica Albeldense-881,
del clérigo DULCIDIO DE OVIEDO, resalta el plan de ALFONSO II DE ASTURIAS para hacer de
Oviedo una nueva Toledo,
instaurando para ello en la capital astur todo el
orden gótico toledano, tanto en las iglesias como en el palacio real.
[8]
Según narra la Crónica
Sebastianense-880, del obispo SEBASTIAN DE ORENSE, sobre la muerte del
monarca.
[9]
cf. LADERO QUESADA, M. A; Historia universal, II: Edad Media, ed. Vicens Vives, Barcelona
1996, p. 291.
[10]
Este origen divino del rey, no trasladado después a los señores feudales,
fue la clave del auge de las monarquías españolas, ante el enemigo
islámico
enfrente (cf. SANCHEZ SAUS, R., op.cit., 18).
[11] Al contrario que en Francia, donde la aprobación
del pueblo no era necesaria (cf. Ibid.,
p. 18).
[12]
Y no como la precedente goda, que había introducido en España el tipo monárquico
electivo.
[13]
cf. Ibid., p. 19.
[14]
Este número fue el perteneciente a la primera promulgación de esta
especie de vademécum visigodo de
control real. Con su incorporación al
Reino astur su número fue
aumentando, sobre todo cuando fue retomado por la monarquía leonesa y luego
castellana, una vez que se iban
reconquistando las provincias peninsulares
al Islam.
[15]
De la que la Iglesia astur había decidido separarse, siendo éste el
momento en que monarca y apoyo eclesiástico empezarán a ir de la mano, y
todavía más estrechamente que de antiguo. En efecto, Toledo estaba sumida
en el caos musulmán, con la herejía adopcionista interna y al mismo
tiempo
con continuas revueltas pro-cristianas.
[16]
Sobre todo con la llegada del hijo de CARLOMAGNO, LUIS EL PIADOSO, aunque ya
con el primero tuvo hasta 3 embajadas en idas y
venidas constantes al reino
franco.
[17]
Como se ve en varios de los sínodos que ALFONSO II DE ASTURIAS convocó con intención
neo-goticista, o con intención pro-carolingia, y en los que la
Iglesia fue
un firme aliado del monarca, a pesar de significar (sobre todo con el
reclamo de la corona española a favor de la dinastía de los
PELAYO)
el
enfrentamiento total con el Islam (cf. LADERO QUESADA, M. A; Historia
universal, II: Edad Media, ed. Vicens Vives, Barcelona 1996, p. 291).
[18]
De ahí viene, por ejemplo, la necesidad de las famosas razzias-incursiones
de saqueo (lit. unidad de caballería de asalto), que el mismo rey en
persona tenía que infligir sobre territorios musulmanes, para hacerse con
botines y alimentos rapiñados.
[19]
cf. KINDER, H; HILGEMANN, W; HERGT, M; Atlas
histórico mundial, ed. Akal, Madrid 2007, p. 193.
[20]
Sistema económico por el que cualquiera podía ocupar y explotar las
tierras que quisiese, pero siempre y cuando las acotara y pusiera en
explotación, ya fuera individual o colectivamente.
[21]
Enclavado en el núcleo de los Picos de Europa, se trataba de un
edificio con planta basilical de amplio crucero, importante altura,
jerarquización del entorno, con gran iconostasio coral, pinturas sobre la
Jerusalén celeste, enormes cruces visigodas presidiendo cada dependencia
monacal… Aquí fue donde implantó ALFONSO II DE ASTURIAS el no tener una imagen
representable de Dios, sino la única de la cruz (cf. RAMIREZ, J.A (dir); Historia del Arte, vol. II: La Edad Media, ed. Alianza, Madrid 2008,
p. 130).
[22]
Un texto de ALFONSO II DE ASTURIAS nos informa de su anhelo personal en relación con el
reino del cielo y Dios, lo que luego se traducirá en la imagen
más anicónica
occidental de Dios, trasladada después a la corte carolingia por obra de
TEODULFO (cf. RAMIREZ, J.A (dir)., op.cit, p. 130).
[23]
De hecho, el mismo monarca mandará renovar el viejo monasterio, con
criterios ya nuevos (estucado, abovedamiento, muros y arquerías
decorativas… y toda una serie de innovaciones que no vendrían en Europa
hasta bien avanzado el románico, en el año 1000), y siguiendo los moldes
godos y áulicos de Toledo.
[24]
El 808, y enchapada la madera con láminas de oro, con epigrafías en
el reverso y con filigranas de hilo con 48 engastes de piedras preciosas y
camafeos en el anverso.
[25]
De SANTA LEOCADIA mártir, SAN ILDEFONSO, SAN JULIAN, SAN ASTURICO y SAN EUGENIO
obispos… que luego serían devueltos a la sede primada el 25 mayo 1085, acompañando
la entrada triunfal de ALFONSO VI DE CASTILLA en Toledo.
[26]
A modo de medallones decorativos colgados de las ventanas, y de
posible origen celta-asturiano.
[27]
Donde ALFONSO II DE ASTURIAS introduce en la arquitectura asturiana el interesante
invento del alfiz.
[28]
De gran transepto y excepcional altura de las naves, recurriendo al
recurso estético del triple vano, para equilibrar volúmenes y crear el
efecto de
luces-sombras sobre el paramento.
[29] Cuyo curioso iconostasio recuerda a las futuras arcadas de la mezquita de Córdoba.
[30]
cf. LADERO QUESADA, M. A., op.cit, p. 291.
[31]
cf. Ibid., p. 291.
[32]
En
este año el emir HISHAM I DE CORDOBA había enviado dos expediciones
contra Asturias al mando de los hermanos IBN ABD WALID e IBN MUGAIT,
vencedores sobre los francos en una campaña anterior. Realizado el
itinerario Córdoba-Mérida-Zamora-Astorga-valle del Orbigo-río
Luna-valles de San Emiliano-puertos de Mesa… ABD AL-MALIK se presentó a
las puertas de Oviedo, la cual encontró vacía. Saqueada la ciudad con
destrucción de iglesias incluida, los sarracenos iniciaron victoriosos el
camino de regreso. Tras lo cual el rey ALFONSO II DE ASTURIAS, buen conocedor del terreno,
les emboscó en un angosto lugar llamado Lutos, donde la mayor parte de los
musulmanes, incluido el propio Abd al-Malik, resultaron muertos.
No obstante, las consecuencias de Lutos no se hicieron esperar.
HISHAM
I DE CORDOBA envió, al mando de ABD AL KARIM, un ejército
de 10.000 jinetes hacia Asturias, que tomaron y destruyeron de nuevo Oviedo
(aunque no lograron dañar el intacto reino astur).
[33]
Pues esas tierras les habían tocado en reparto, y no acababan de gustarles,
en comparación con las existentes en Andalucía. Así, dejaron en
vacío
poblacional el Duero.
[34]
A modo de campamentos móviles, que en cualquier momento podían
desplazarse. Como ocurrirá con las incursiones y saqueos de ALMANZOR, que
provocarán la huida temporal a la montaña; o con la llegada de FERNANDO I
DE CASTILLA, donde se multiplicarán estos campamentos fortificados en Toro,
Tordesillas, Cuéllar, Olmedo, Arévalo… al mismo tiempo que se fue
repoblando toda la zona, desértica, del Duero (cf. SANCHEZ SAUS, R., op.cit, p. 22).
[35]
Cristianos que vivían en territorio musulmán, en la zona de Al Andalus.
[36]
Hispanos convertidos al Islam, en la zona de Al Andalus.
[37]
De Córdoba, Mérida, Toledo y Zaragoza.
[38]
Por las continuas revueltas y rebeliones que habían protagonizado
contra el poder musulmán, especialmente intensas contra HAKAM I DE CORDOBA
(796-822) y
ABDERRAMAN II DE CORDOBA (822-852).
[39] Lugo, Oviedo y el valle de Mena van a comenzar a repoblarse, junto a otros lugares futuros, según los modelos y distribución eclesiales.
[40] cf. Diccionario Madoz.
[41]
Obra del
abad VITULO y el sacerdote ERVIGIO hacia el 800, hijos de los ricos LEBATO y
MUNIADONA, y que bajaron a las gargantas del
monte Ordunte por el puerto de
Tornos hacia el valle de Mena, llevando siervos de su casa, deseosos de
salir de las estrecheces de los valles
asturcántabros. Repoblaron el actual
pueblo de Burceña (construyendo iglesias) y Espinosa de los Monteros (junto
a la vía romana que iba de
Amaya a Flaviobriga), poniendo el centro de
gravedad de la zona en San Emeterio del Taranco.
[42]
Obra del obispo
JUAN en los valles de Valdegobia y Añaza, hacia el 805. Obispo de la
antigua sede de Auca (desaparecida en manos
musulmanas y en cuya antigua
jurisdicción se hallaba aquel territorio), heredó tierras que habían sido
de su madre MUNIA, y se adentró en el valle de
Valpuesta (regado por el río
Flumencillo). Allí restauró la iglesia de Santa María y organizó la
colonización de los alrededores, penetrando hasta el
corazón de Valdegobia
(donde construyó edificios, organizó el cultivo y fijó su morada en Santa
María de Valpuesta). El mismo ALFONSO II DE ASTURIAS
defendió estas fundaciones del
obispo Juan del ataque sarraceno del año 816, a orillas del río Oroncillo.
[43]
Obra del obispo QUINTILLA el 811, y de los nobles SISNANDO
y GUIDUIGIA, sobre la zona de Villacarriedo, y donde se asentaría el futuro
monasterio de Fistoles. Cinco años más tarde, el conde GUNDESINDO pasó a
ser el gobernador real de la zona, enriqueciéndola con iglesias,
monasterios y tierras en los valles de Pas, Miera, Pénagos, Cayón y
Liérganes.
[44]
En el norte de Palencia, sobre el 818,
y de la cual sabemos por el acta de obediencia que ciertos monjes del
monasterio de San Pedro de Nazaoba, en la
zona de Liébana, tuvieron que
testificar. En efecto, unos tales “FLAVIO y TRASICUS, ambos de Cerbaria, y
que tienen sus posesiones en aquella región, donan (al monasterio) todas
sus posesiones, tanto las que están dentro de Liébana como las que tienen
más allá de los montes”.
[45]
Obra
del abad AVITO hacia el 822, que en la zona de Valdegobia se dedicó a
construir iglesias (la de San Román, que todavía existe) y
cultivos,
donando a los pobladores que viniesen las grandes heredades que él mismo
había puesto en explotación. La iglesia de San Román sería
donada a 7
monjes, lo que habla de una fuerte repoblación de la zona.
[46]
Obra
del conde NUÑO NUÑEZ el 824, que debió gobernar las tierras de Liébana y
Campó en nombre de ALFONSO II, y que podría haber sido el jefe de la
corriente repobladora de la Morcuera. Lo novedoso es que fue la primera vez
que un noble astur intervino en el avance colonizador, hasta la fecha algo
eminentemente eclesiástico y popular. Extendió la repoblación por los
valles de Braniaossaria, hacia las ruinas de la ciudad cántabro-romana
Vadinia, cerca de la actual Barruelo de Santullán.
[47]
Obra del presbítero CARDELIO, hijo del rico
cántabro VITERIO, hacia el 836. Pues había decidido repoblar la zona de
Belorado, en el valle
de Oca, fundando el pueblo de Cardelio (hoy
Cuevacardiel).
[48]
Es verdad que en el 550 ya el Breviarum Apostolorum hablaba del lugar del enterramiento y
sepultura de SANTIAGO (junto a los otros lugares de PABLO y PEDRO) en el
“ara marmárica”; que los martirologios de FLORO y ODON, así como los
documentos del monasterio de Gemblours, también hablaban al respecto…
pero desde hacía un siglo, la pista del enterramiento del apóstol se había
dado por perdida.
Curiosamente,
había sido la descripción que había hecho BEDA EL VENERABLE, desde la
Irlanda del s. VII, sobre una meticulosa localización exacta del cuerpo del
apóstol en Galicia, la que luego se cumplió.
[49] Un opere parvo, según la expresión pronunciada por él mismo, al levantar la lápida sepulcral. Obra, no obstante, encomendada al obispo TEODOMIRO, que tuvo que trasladar su sede episcopal de Iria Flavia a Compostela, y que en el 820-830 levantó una iglesia para albergar la tumba del apóstol. Posteriormente el obispo SISNANDO acometería un segundo edificio, inaugurado por ALFONSO III DE ASTURIAS el 899, y saqueado posteriormente por el sarraceno ALMANZOR. ALFONSO VI DE CASTILLA, finalmente, construiría en 1078 la gran catedral románica de Compostela.
[50] El Camino de Santiago, como vía peregrina para visitar las reliquias del apóstol, se convirtió en un auténtico fenómeno medieval de masas, que comenzaron de inmediato. ALFONSO II promovió así también el flujo poblacional desde Asturias hacia Compostela, habilitando puertos costeros asturianos para la llegada de peregrinos europeos. Fue el inicio de los caminos de Santiago, o camino primitivo.
[51]
Y de las herejías:
-antropomorfista,
del obispo HOSTEGESIS DE MALAGA, que afirmaba que el Creador estaba en todas
las cosas no por esencia sino por penetración;
-adopcionista,
de los monjes FELIX DE URGELL y ELIPANDO DE TOLEDO, para congratularse con
los musulmanes andalusíes, y según la cual Cristo no era hijo natural sino
adoptivo de Dios.
[52]
Dos han sido las excavaciones realizadas sobre la tumba descubierta por
ALFONSO II DE ASTURIAS.
La
excavación de 1878 fue llevada a cabo por una Comisión
Internacional de Arqueólogos, encabezada por el arqueólogo italiano FIDEL
FITA, y otra Comisión Internacional de Médicos. Los resultados fueron
concluyentes:
-se
trataba de un sepulcro de la época romana,
-los
restos de tierra existentes, dentro de la urna sepulcral, eran del s. I,
-los
huesos humanos, de la tumba central y las dos adyacentes, eran del s. I.
La
excavación de 1954-55 aportó la existencia de la lauda
sepulcral del apóstol, lo que invalidaba toda especulación anterior, que
quería reducir el hecho a un mito legendario. También se permitió hacer
análisis a uno de los arqueólogos más reticentes. Venido expresamente de
Italia, y tras sus análisis sobre el altar descubierto debajo del altar
mayor, el arqueólogo confirmó que:
-se
trataba de un altar romano,
-los
tres cadáveres distintos pertenecieron, perfectamente, al s. I.
Otros
descubrimientos arqueológicos descubiertos en ambas
excavaciones, han delatado que:
1º Se trata de un contexto cerrado, es decir, capaz de aportar cronología absoluta, sin márgenes de error ni de forma relativa. El cadáver, pues, ha permanecido siempre, desde el siglo I, en el mismo lugar.
2º El cenotafio de dos plantas donde están enterrados SANTIAGO y
otros dos cadáveres ha permanecido siempre intacto, tanto en sus dos
primeras iglesias, las de TEODOMIRO y SISNANDO, como en las posteriores
catedrales.
3º En la cripta se aprecia la inscripción ATHANASIOS… Pues bien,
su grafía, basada en letras griegas y dos hebreas, se asemeja notablemente
a las encontradas por los arqueólogos TESTA y BAGATTI en el cementerio
cristiano situado en el Monte de los Olivos de Jerusalén. Esto constituye,
pues, un auténtico testimonio del origen jerosolimitano de la primera
comunidad cristiana, y hebrea, asentada en Galicia.
[53]
En el s. XI, y aparte de recibir Compostela hasta 500.000 peregrinos
anuales, el Camino de Santiago fue no sólo vía de peregrinación, sino
también de fuerte inmigración y actividad comercial, desde Cataluña hasta
el Atlántico, y que fue lo que provocó:
-población
del este trasladada al oeste, y del sur hacia el norte,
-la
urbanización, con artesanos y mercaderes venidos en gran número,
-la
instalación de comunidades judías y extranjeras,
-los
“burgos” en torno a las ciudades, y distintos ya a las labores
campesinas.
[54]
Pues no tuvo hijos, ni intención monacal de tenerlos, con su casta esposa
BERTA. No obstante, ya había ido asociando al trono a RAMIRO I DE ASTURIAS (842-852),
hijo de BERMUDO I DE ASTURIAS.