ARQUEOLOGÍA ETRUSCA

a) Etruria
b) Ar
queología civil etrusca
c) Ar
queología funeraria etrusca

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a) Etruria

            Los etruscos[1] fueron un pueblo de origen desconocido, que se establecieron entre la Toscana y el río Tíber, y fundaron hacia el s. IX a.C. su primera capital en Etruria[2], en torno al monte Vaticano y como vecinos, por tanto, de la incipiente Roma[3].

            Se puede decir que los etruscos gozaban ya en el s. VIII a.C. de un urbanismo precoz[4], con:

-ricas casas,
-drenajes y alcantarillados,
-construcciones de carreteras,
-poblaciones colindantes: Veyes, Tarquinia, Bolsena...
-la metalurgia del cobre y el hierro,
-intercambios comerciales con griegos y fenicios,
-refinada artesanía,
-productos ricos del Oriente, como oro, plata o marfil.

            También alcanzaron una arquitectura[5] precoz que, entre los ss. VIII-VI a.C. vino a introducir:

-la bóveda de cañón, importada desde el Oriente, y usada aquí para usos restringidos: pasadizos, alcantarillas, acueductos, puertas ciudadelas… pero nunca para las viviendas o templos;
-los templos, compuestos de:

            -pórtico abierto,
            -forma de cubo, para examinar el cielo,
            -cella o santuario cerrado, repartida en 3 habitaciones para 3 de sus dioses.

            La lengua etrusca[6] fue todo un misterio. Hacia el 700 a.C. los etruscos estaban en contacto con los griegos, de donde obtuvieron un alfabeto etrusco griego, aunque con propias reglas escriturísticas. Todavía está sin descifrar el contenido de su escritura, al no estar emparentada con ninguna lengua conocida. No es indoeuropea, y tampoco es griega.

            Por último, los 3 primeros reyes históricos de Roma fueron etruscos, originarios de Tarquinia, y descendientes de comerciantes corintios.

b) Arqueología civil etrusca

            Fue la producción cultural que acompañó a la civilización etrusca desarrollada en el centro de Italia, desde el s. IX a.C. hasta la total disolución de su identidad nacional en el mundo romano[7].

            Fue rica y articulada desde sus comienzos, alcanzando una arquitectura, civil y religiosa, perfecta en sus dimensiones. E igualmente exquisita en escultura y pintura, como ha quedado patente en sus necrópolis, auténticas ciudades de los muertos, y estudiadas a continuación.

            En materiales empleados, los etruscos utilizaron la materia prima local, obtenida de sus yacimientos mineros de Montes de la Tolfa en el Lazio, de las Colinas Metalíferas de la Campigliense, y de la isla de Elba en la Toscana. Aparte, gozaron de orfebrería de lujo importada del Oriente, como vasijas de plata, marfil esculpido, vasos de fayenza. En la Etruria meridional abundó la toba y el calcáreo sedimentado.

            En técnicas empleadas, innovaron el uso del torno, y florecieron talleres expertos en la elaboración del bronce y producción de vasijas. Las aportaciones del mundo griego sirvieron para combinar todo un repertorio decorativo local.

            En técnicos destacados, se establecieron en Etruria numerosos artesanos venidos de Samos, Mileto y Focea, aprendiendo las nuevas técnicas y metales empleados, y ayudando a intercambiar materiales y modas de un lado a otro del Mediterráneo.

b.1) Antefija con Minerva

            Del s. VI a.C. De 45 cm. de alto, la pieza es una terracota trabajada en molde y a mano[8]. Forma parte de las antefijas[9] que conformaban un conjunto orgánico. Se trata de personajes pertenecientes a las leyendas relacionadas con las divinidades volsinienses, y con sus santuarios.

            Representa a la diosa Minerva, protectora de la ciudad[10], con yelmo, con chitón y con egida, en fuga hacia la izquierda. Su cabeza está mirando hacia atrás con un misterioso gesto. A su lado aparece Cilens, divinidad nocturna de parecido funcional a Fortuna, con chitón y capa, en un gesto más tranquilo.

b.2) Estatuilla de Togado

            Del s. V a.C, y perteneciente hoy al Museo Arqueológico de Florencia. Mide 16,5 cm. de alto, y fue esculpida en bronce fundido.

            Representa a un joven togado[11], cuya mano izquierda sale del manto, y la derecha sostiene el borde del mismo.

            Muestra reflejos muy modestos y pobres de productos helenísticos corrientes, y muy difundidos también en santuarios laciales. Su significado viene relacionado con el ritual de iniciación del joven, de la infancia a la edad adulta, realizado en la fiesta de los Liberalia[12].

b.3) Cabezas votivas de Pozzarello

            Del s. IV a.C, y pertenecientes hoy al Museo Arqueológico de Siena, tras ser descubiertas en el Santuario de Pozzarello, en Bolsena. Miden 28,5 cm. de alto la terracota femenina, y 13 cm. alto el bronce fundido masculino.

            Los depósitos del Santuario de Pozzarello están formados en su mayoría por objetos que aluden al rito del sacrificio cruento de la oferta[13], y al culto a las divinidades etruscas de la salud. El área fue organizada durante el s. IV a.C. en relación con la fundación de la ciudad de Roma, y continuó siendo frecuentada hasta la mitad del s. III d.C.

            Los cultos documentados en Volsinii son aquellos etruscos de Selvans y aquellos romanos de Cerere y de la Buena Diosa. Las características relativas a la salud, al inframundo y a la fertilidad, encuentran un parangón estrecho con la tipología de la mayor parte de los objetos hallados en los depósitos votivos[14] y en la presencia del gran bothros[15].

            La Cabeza votiva femenina[16] representa una cabeza femenina velada, con peinado sofisticado y diadema alta con fajas verticales segmentadas; sus aros tienen forma de racimo.

            La Cabeza votiva masculina[17] muestra una raza noble y diferente, con ausencia de todo tipo de adornos (a diferencia de la versión femenina) y con fisonomía marcada en pómulos y labios; casi carente de necesidad idealizadora.

c) Arqueología funeraria etrusca

            Los etruscos siguieron el rito fúnebre de la cremación, depositando los huesos dentro de urnas constituidas por vasos de empaste de forma bicónica. Las urnas eran cerradas con tapas dadas la vuelta, y en ocasiones por un yelmo de bronce o empasto, y enterradas bajo tierra[18].

            En sus inicios, los sepulcros etruscos fueron ricos en ajuares uniformes en el s. IX a.C, y más heterogéneos en el s. VIII a.C, con tumbas aristócratas en cámara[19] y elementos orientalizantes.

            En el s. VII a.C. los centros tumulares de tumbas, de dimensiones ya imponentes, incorporaron grandes cellas, de planta circular o cuadrangular, cubiertas con una falsa cúpula o bóveda, mediante hileras de lastras progresivamente salientes, y precedidas de un largo dromos o corredor de entrada. Su interior fueron obras maestras de la arquitectura, con variedad de tipologías y soluciones de capacidad artística elevada[20].

            La decoración funeraria fue exuberante en objetos lujosos de marfil, hueso tallado, ámbar, oro, plata, pasta vítrea, vasijas para el simposio, armas de hierro y bronce, cetros principescos, pyxis o recipientes tapados, flabelos o abanicos, incensarios.

            En otra serie de elementos funerarios:

-las piezas de orfebrería fueron del más alto nivel artístico,
-la toréutica fue maestra de futuras culturas mediterráneas,
-la elaboración de metales fue totalmente inaudita en el mundo antiguo,
-los bronces tirrénicos fueron alabados por los mismos griegos del s. V a.C,
-la tyrrena sigilla será la enriquecedora de los futuros tesoros gentilicios imperiales.

            Como colofón funerario etrusco, cabe destacar:

-los frescos sobre la vida cotidiana, de inspiración griega, y que incluso en la misma Grecia no quedaron conservados,
-la prosopografía o listas de personajes u oferentes, como escritura hecha arte, perpetuando los muros de las tumbas, plasmando su alfabeto sobre las vasijas, tallando su escritura sobre tablillas y marfiles
[21].

c.1) Mater Matuta de Chianciano

            Del s. V a.C, y perteneciente hoy al Museo Arqueológico de Florencia, tras su descubrimiento en Chianciano. Mide 90 cm. de alto por 50 cm. de ancho, y fue esculpida en piedra fétida[22].

            La pieza fue hallada en la necrópolis de la Pedata de Chianciano, en el interior de una tumba en cámara excavada en la roca, con la entrada adornada por dos leones.

            En su interior, además de las cenizas de la difunta, fueron hallados un pequeño vaso ático, un broche, un anillo y dos aretes en forma de espiral de oro, que lamentablemente han sido perdidos.

            La así llamada Mater Matuta[23] pertenece a la producción de Chiusi de estatuas cinerarias[24], en las cuales se conservaban los restos del difunto en una cavidad realizada en la parte alta del busto, que se tapaba con la cabeza, realizada aparte.

            Forma parte de un grupo monumentos de tipo orientalizante, con figuras femeninas apoyadas sobre un trono, y brazos apoyados en forma de esfinge, que repiten el esquema de la figura masculina arcaica, sentada con función honorífica. En este caso, la mujer lleva en brazos un niño.

            Se trata, por tanto, de una mujer como muchas otras, en toda su opulencia de mater familias. El atributo ultraterreno de la granada[25], presente en muchos otros monumentos, no es suficiente para identificar a la Mater Matuta con Persefones, la diosa del Hades, o con otras imágenes divinas o divinizadas, como algunos creen ver.

c.2) Urna de Sarteano

            Del s. IV a.C, y perteneciente hoy al Museo Arqueológico de Siena, tras su descubrimiento en Sarteano, en la tumba[26] de los Sentinate Cumere. La tapa mide 82 cm. de largo por 47 cm. de ancho, y la caja mide 81 cm. de largo por 52 cm. de ancho. Fue esculpida en mármol alabastrino.

            Representa uno de los ejemplares de mayor calidad en el ámbito de la producción chiusina de cinerarios de alabastro[27]. Este material, muy difundido en Volterra, se empleó también en Chiusi para satisfacer las exigencias de la clase media del territorio. Con el periodo de “romanización” etrusca, el empleo del alabastro disminuyó vertiginosamente, mientras crecía el uso de la toba[28].

            Sobre la tapa de la urna[29] funeraria encontramos una figura varonil recostada, con torso desnudo, con una guirnalda en el cuello, con un rython[30] en la mano derecha, y celebrando un simposio[31]. Sobre el borde de la tapa está escrito en etrusco el nombre del difunto: Larth Cumeresa.

            Las partes desnudas del cuerpo están levigadas[32], mientras los elementos del ropaje están realizados con cincel de punta. Se crea, así, un contraste entre la superficie áspera de la tela, con la lisa que corresponde a la parte del cuerpo sin ropa[33].

            Sobre la parte frontal de la caja está representado el ciclo de Eteocles y Polinices, los hermanos tebanos e hijos de Edipo, que se mataron por la herencia del reinado paterno.

 

Manuel Arnaldos   
Mercabá, diócesis de Cartagena-Murcia    

más información
Diccionario Mercabá de Arqueología

Indice general de Enciclopedia Mercabá de Historia   

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[1] Del latín etrusci, llamados por los griegos como los tyrrenoi, y por ellos mismos como los rasennos.

[2] Etruria perteneció a la “cultura villanoviana” (de Villanova, necrópolis de Felsinia-Bolonia), proveniente de los pueblos del Danubio que bajaron a la zona en la Edad de Hierro (del 1.800 a.C. en adelante), y que se caracterizó por la agricultura y la extracción de metales. Fue la cultura que introdujo el latín y el véneto. Los etruscos se establecerían entre la parte oriental del valle del Po y la Campania Central (Capua) y suroccidental (Salerno).

[3] La fundación de Roma se hizo según el ritual etrusco de fundación de ciudades:

-los augures designaban el lugar de ubicación,
-se enganchaba un carro a una vaca y toro blanco,
-se señalaba el surco perimetral,
-se levantaban, alrededor del surco, los primeros cimientos.

            Los tres primeros pasos se dieron en el 753 a.C. para la fundación etrusca de Roma (según la tradición), y el cuarto o urbanístico tuvo lugar hacia el 625 a.C. (según la arqueología).

[4] cf. BRAVO, G; Historia de la Roma antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, pp. 26-27.

[5] cf. LOZANO LUCEA, M. D; Apuntes de Roma, ed. SP-CEU, Madrid 2009, p. 3.

[6] cf. LOZANO LUCEA, M. D., op.cit, p. 5.

[7] cf. CIANFERONI, C; Los etruscos, ed. MEC, Madrid 2007, pp. I-XIII.

[8] Método etrusco del impasto o empaste, habitual en Etruria para trabajar materiales no depurados. Con distintos desengrasantes, y trabajado a mano, se podía cocer a temperaturas más bajas que los materiales puros; esto confería a las piezas mayor solidez y resistencia.

[9] Elementos ornamentales usados en la arquitectura etrusca, y antigua en general, para ocultar los extremos de las tejas de los templos y proteger el techo. Los etruscos utilizaban las antefijas coloreadas.

[10] Una especie de lo que para los griegos significó Atenea.

[11] Prenda principal del vestido de los ciudadanos libres, consistente en un paño de lana, de color púrpura (para los senadores) o blanco (para los candidatos), y forma semicircular con una parte de pliegues.

[12] Fiesta dedicada al dios LIBER-BACO, y celebrada el tercer día después de los Idus de Marzo (el 5 ó el 17).

[13] Fiesta del sacrificio de un animal con cantos, que los dioses podían recibir o rechazar. Si los sacrificios eran aceptados, se hacía una libación con vasos en su honor.

[14] Los ex-votos eran ofrendas de cualquier tipo que hacía una persona a la divinidad, al mismo tiempo que hacía una promesa. En el mundo etrusco son conocidos desde el s. VII a.C, y solían ser de terracota o bronce, con representación de las partes del cuerpo, y cuya función consistía en pedir o agradecer a la divinidad la curación de lo representado. También fue usual en Etruria representar a niños en pañales para expresar la esperanza de la prole.

[15] Fosas-altares cultuales de los santuarios etruscos de los siglos VIII-V a.C, o especie de grandes altares cerca del templo, con pozos sagrados donde se metían las ofrendas ofrecidas en los rituales.

[16] cf. CIANFERONI, G. C;  Los etruscos, ed. MEC, Madrid 2007, pp. 214-217.

[17] cf. CIANFERONI, G.C., op.cit, pp. 218-219.

[18] cf. CIANFERONI, C., op.cit, p. 99.

[19] Formadas inicialmente por una caja hecha con lastras, sobre la que se situaba el túmulo, delimitado a veces por un círculo de piedras. A partir del s. VII a.C. los túmulos empezaron a alcanzar 10 m. de altura.

[20] cf. Ibid., p. 111.

[21] Como las famosas escrituras halladas en el “Circolo degli Avori” de Marsiliana d’Albegna.

[22] Piedra calcárea o caliza, característica de la zona de Chiusi.

[23] cf. RASTRELLI, A; La tomba a tramezzo di Poggio alla Sala nel quadro dell’ Chiusi, Florencia 2000, pp. 159-177.

[24] Objetos que contienen las cenizas que resultan de la cremación de un cadáver en sus piras funerarias.

[25] Ofrenda de semillas de granada, que junto a palomas y cisnes, se ofrecían a la diosa Turan-Venus.

[26] Las tumbas etruscas eran autenticas cistas a lo grande, enterramientos con forma de caja y consistentes en cuatro losas laterales y una quinta usada como tapa. Podían estar hechas de piedra o bronce. Las cistas pequeñas, o recipientes pequeños con tapas (cajitas, cofres) para guardar objetos ceremoniales o artículos de tocador, también fueron usadas en los rituales etruscos de enterramiento.

[27] cf. MANGANI, E; Le fabbriche a figure rosse di Chiusi e Volterra, Florencia 1992, pp. 115-143.

[28] Piedra caliza muy porosa, calcárea y de origen local.

[29] Las urnas eran recipientes realizados de distintos materiales, con tapa, y utilizadas para depositar las cenizas de los muertos, acompañadas de elementos personales de su ajuar. De tipología variada, en forma, factura y decoración.

[30] Vaso ritual para beber, con figuras de cabeza de toro. De origen minoico.

[31] De symposium, término de origen indoeuropeo que significa “los propios”. Alude a los banquetes que se desarrollaban entre la aristocracia etrusca (incluyendo a mujeres y hombres, ambos recostados en un mismo nivel de igualdad), y en los cuales se comía, bebía, y discutía sobre política o cotilleos.

[32] Desleídas en agua, por estar compuestas de sustancia pulverulenta-polvorienta.

[33] Técnica etrusca muy común, y aplicada al grupo de tapas en toba, con un estilo definido y meticuloso.