EVOLUCIÓN HUMANA
b) Evolución
del cerebro animal
c) Evolución de la sexualidad animal
d) Evolución del lenguaje animal
e) Evolución de la sociabilidad animal
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Todo historiador tiene la
posibilidad de elegir su propia perspectiva prehistórica, de posicionarse
dentro de un campo teórico y variable prehistórico, y cuyos extremos son:
-el
hiperpositivismo tradicional,
-el relativismo moderno de última hora.
Thomas Kuhn, en este
sentido, llegaba a decir que la Prehistoria avanzaba más por cambios bruscos
que de forma continua y acumulativa.
Y es que a diferencia otras
ciencias, la Prehistoria no presenta, ni siquiera en las épocas más estables,
un único paradigma, sino que varios legítimos compiten entre sí.
Eso sí, y como decía Kuhn, sin un paradigma teórico es imposible trabajar en la práctica.
b) Evolución
del cerebro
animal
Los seres humanos nos caracterizamos por poseer inteligencia, concepto de
que somos únicos. La región de nuestro organismo encargada de realizar esta
función es el encéfalo, que se compone de tres
órganos:
-cerebro,
que desarrolla las funciones de la inteligencia: abstracción, asociación de
información, articulación del lenguaje,
-cerebelo,
encargado de la coordinación motora y del equilibrio,
-bulbo
raquídeo, piloto automático que regula los ritmos respiratorios y
cardiacos.
El cerebro está constituido por distintas sustancias
cerebrales:
-la
materia blanca, que forma la parte interna del cerebro, y está compuesta
por axones-unidores de neuronas;
-la
materia gris, confinada a una delgada capa superficial o cortex-corteza, y
compuesta por neuronas.
La corteza cerebral:
-en
vertebrados no mamíferos, está ligada sólo a los estímulos olfativos (paleocórtex),
-en
vertebrados mamíferos, está más desarrollada en estímulos (neocórtex),
aparte de poseer paleocórtex,
-en
humanos, el neocortex compone la totalidad de la corteza cerebral.
La superficie de nuestro cerebro no es lisa, sino que presenta una serie
de sulcos
o surcos. Cuando los sulcos están bien marcados, reciben el nombre de cisuras
o fisuras, que separan entre sí amplias zonas hemisféricas, o lóbulos
del cerebro.
Cuatro
son estas zonas o hemisferios cerebrales:
-central
superior, o lóbulo parietal,
-central
inferior, o lóbulo temporal,
-derecho,
o lóbulo occipital, especializado en la habilidad, capacidad de globalizar,
memoria visual, armonización musical, reconocimiento de emociones.
Se
dice que el lóbulo frontal o izquierdo, el que mayor espacio ocupa y
responsable de las capacidades psíquicas, fue el motor de la encefalización, pues en él se dio el
crecimiento inexplicable del número de sulcos.
Las
mujeres tienen un encéfalo menor que el de los hombres, y ambos son igualmente
inteligentes. Luego el tamaño del encéfalo no guarda relación con el tamaño
de la mente.
Sí que guarda relación con la mente el índice de
encefalización. De ahí
que a menor tamaño corporal femenino se requieran menores tamaños encefálicos
femeninos.
El tamaño en peso del encéfalo
humano está en torno a 1.250 gr, muy superior al del gorila o
chimpancé[1]
y muy inferior al de los grandes mamíferos[2].
Según la ley de la disarmonía, común en
los seres vivos, los cuerpos mas grandes requieren encéfalos más grandes, para
una adecuada coordinación. Así pues, existe una relación matemática que
permite obtener el grado de encefalización
ideal, según el peso corporal de los organismos.
El peso real que tiene un encéfalo
se suele denominar valor encontrado. Y el peso
ideal, o aquel que le corresponde a un organismo en función de su
peso corporal, se suele denominar valor esperado.
El índice entre ambos valores (real/ideal) se denomina índice
de encefalización. Es obvio que cuando el índice de encefalización
es 1, los valores que le corresponden son los perfectos a su tamaño.
Surgen aquí 3 consecuencias:
-los
primates aparecen como altamente encefalizados,
-el
homo-sapiens es el más encefalizado de todos los mamíferos,
-los
delfines son los más parecidos en encefalización a los humanos.
Los pesos encefálicos principales
son:
-el
australopithecus afarensis: 426 gr,
-el
australopithecus africanus: 436 gr,
-el
paranthropus robustus: 523 gr,
-el
paranthropus boisei: 508 gr,
-el
homo-habilis: 619 gr,
-el
homo-ergaster: 805 gr.
Y sus grados de encefalización son:
-el
australopithecus afarensis: 1,3,
-el
australopithecus africanus: 1,4,
-el
paranthropus robustus: 1,5,
-el
paranthropus boisei: 1,5,
-el
homo-habilis: 1,8,
-el
homo-ergaster: 1,9.
De modo que un marcado incremento en la encefalización está ligado al
origen del género homo.
Es posible medir el volumen de la cavidad que aloja el encéfalo (aunque
el encéfalo no fosiliza, sí lo hace el cráneo, en cuyo interior se encuentra
la cavidad que lo alberga). De manera que: a una capacidad de 1.000 cc (capacidad
craneal) le corresponde un peso de 971 gr.
No existe ninguna medida para obtener el peso corporal de los organismos
a partir de sus esqueletos, pero sí que sirve
que: los huesos grandes deben corresponder a individuos grandes.
Para obtener estos resultados, no siempre se cuenta con esqueletos
completos, por lo que es indispensable contar con la columna
vertebral, hueso que soporta el peso corporal.
También
es aconsejable contar con las vertebras
lumbares y las extremidades inferiores. Aquí se
cumple que:
-la
longitud del fémur tiene que ver con la estatura, y no con el peso,
-las
articulaciones son proporcionales al peso,
-superficies
articulares grandes delatan pesos grandes.
c)
Evolución
de la sexualidad
animal
Cinco años después de su último periodo de celo, la orangutana
vuelve a ser sexualmente activa. También las chimpancés y las gorilas tienen
periodos de celo distanciados por varios años.
En el caso de la mujer:
-no
tiene ovulación detectable,
-su
sexualidad no está regida por el celo,
-incluye
gestación, lactancia y menopausia.
Cuando Darwin hablaba de selección natural se refería a la eliminación
de los individuos defectuosos, y a la supervivencia de los más aptos. Estas
variaciones eran las que producían distintos tipos de organismos.
Las
hembras
animales suelen elegir al macho mas adornado o aceptan pasivamente al que
derrota a los otros machos. Pero eso no ocurre con las mujeres, que no compiten
entre sí por un hombre, sino que los pesos corporales del 83% hablan casi de
igualdad.
En
los machos,
los testículos humanos están llenos de gran cantidad de espermatozoides que
compiten entre sí. Pero no así ocurre en los testículos animales, pues:
-los
gorilas machos no tienen que competir entre sí a nivel espermático,
-los
gibones son monógamos,
-los
orangutanes son polígamos no sociales.
En otras palabras, los hombres somos un tipo original de primates, con
exclusividad y permanencia de relaciones sexuales de cada varón con cada mujer.
En el mundo de los chimpancés, vemos:
-alianzas
entre machos para defender un territorio común,
-dispersión
de las hembras adultas de su hábitat natal.
Esto nos lleva a pensar en territorios amplios, de amplios
desplazamientos, con un sistema social de fusión, y división del grupo en
unidades. Todo ello en torno a una misma fuente, la fuente del alimento, que debía
ir engordándose.
En este hábitat abierto, las unidades familiares podían ser poligámicas,
formadas por un macho con varias hembras, para viajar por ecosistemas áridos, y
nada más. Pues los chimpancés siguieron siendo vegetarianos, sin tecnología lítica,
sin aumento cerebral y sin lenguaje.
En el mundo de los australopitecos,
existió bipedestación, y ésta nada tuvo que ver con los espacios abiertos,
sino con la monogamia:
-haciendo
al padre responsable de sacar adelante a la familia,
-usando
las manos para transportar comida al campamento.
Los seres humanos somos los únicos organismos que hablamos, transmitimos
información nueva, codificamos mensajes en sonidos y combinamos los sonidos.
De hecho, esta fue la principal disputa entre Darwin y Wallace, sobre cuál
fue el origen del complicado sistema lingüístico humano, y concluyendo que:
-según
Darwin, esto fue un resultado más del proceso evolutivo de selección
natural;
-según
Wallace, esto está más allá de toda acción de selección natural.
Dos áreas del hemisferio cerebral izquierdo están
íntimamente relacionadas con el habla de los humanos:
-el
área de Broca, que traduce los mensajes en una secuencia ordenada de
movimientos musculares,
-el
área de Wernike, que codifica y decodifica los mensajes.
Una lesión en el área de Broca perturba la capacidad de hablar y
escribir, pero no la comprensión del lenguaje hablado. Una lesión en el área
de Wernike sí que inhabilita una correcta comprensión del lenguaje hablado.
La segunda vía de investigación la constituye el conjunto de órganos
responsables de la emisión de sonidos. Estos se modulan en la tracto
vocal: laringe, faringe, y las cavidades nasal y oral.
En todos los mamíferos la laringe
ocupa una posición casi en la salida de la boca. Esta posición permite la
ingestión de líquidos sin que la respiración sea interrumpida.
Pero es la faringe, en el hombre más larga
que en ningún otro mamífero, la que capacita para modular toda gama de sonidos
diferentes.
En
efecto, la mayoría de los sonidos no se originan en las cuerdas vocales, sino en un
sonido base o tono laríngeo, capaz de reproducir ciertas frecuencias pero no
otras, a nivel de filtrado acústico. Pero para que esta compleja gimnasia
articulatoria pueda desarrollarse, es necesario:
-que
la boca y la faringe puedan actuar independientes,
-que
la laringe esté situada en una posición muy baja del cuello.
e)
Evolución
de la sociabilidad
animal
La etología, o estudio del comportamiento, establece que existen programaciones
genéticas de la conducta que co-determinan el comportamiento.
Exactamente, muchas pautas de la conducta son innatas, aunque un animal se haya
criado en la absoluta soledad.
Por supuesto, no toda nuestra conducta está planificada desde la cuna, y
tenemos gran flexibilidad de conducta, respuestas diferentes, propias
experiencias, aprendizaje, distintas circunstancias, problemas imprevisibles…
Al final, parece ser un factor decisivo de nuestro cerebro el tomar decisiones
sobre la conducta de los demás miembros
de nuestro grupo.
Con la informática, cuantas más instrucciones tenga un ordenador,
cuanto más software incorpore, más eficaz será al analizar situaciones y
tomar decisiones. En otras palabras, la genética,
ese nuestro ordenador, permite valorar opciones y escoger.
Todos los simios son sociables y tienen relaciones duraderas de adultos.
Los
orangutanes,
en cambio, son seres solitarios, con relaciones sexuales cada muchos años, y sólo
establecen vínculos entre la madre y las crías infantiles.
Los
gorilas
son muy sociables, y se desplazan poco a lo largo del día, renunciando a
grandes espacios. El peso corporal de la hembra, el 63%
del macho, hace que ellas compitan entre sí para seleccionar al macho.
Entre los chimpancés, las hembras adultas se van del grupo, y los machos permanecen en él para defender el territorio. En los chimpancés enanos hay unión entre hembras, que hace que los machos aislados no puedan imponer su autoridad.
En el caso humano, esta sociabilidad tiene una componente más. Cuando se pasa información de unas generaciones a otras, se está creando cultura.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
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