HISTORIOGRAFÍA NORTEAMERICANA

a) Sujeto de la historia
b) Objeto de la historia
c) Finalidad de la historia
d) Epoca
histórica
e) Método historiográfico
f) Tendencias historiográficas
g) Historia tradicional norteamericana
h) Nueva historia norteamerican
a
i) Reflexión
sobre la Historiografía norteamericana
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a) Sujeto de la historia

            Es el historiador. Y es que, en efecto, la historia ha sido inventada y desarrollada por sujetos humanos. Hoy día, de hecho, hasta la cronología mejor definida puede saltar fragmentada por los aires ante la nebulosa de un historiador cada vez más individualizado, que no obedece a ninguna ley. Y es que así es la historia actual, una historia del historiador más que una historia del tiempo[1].

            Otra de las tendencias actuales es la de introducir en el sujeto de la historia a otros sujetos alternativos al del historiador[2], como a:

-los simios y personas prehistóricas,
-el yo y mi identidad,
-el otro y sus reconocimientos,
-las ostras comerciales y naranjas nutritivas,
-las minorías marginadas,
-la condición social, sexual y deportiva.

            Se trata, pues, de rechazar el orden establecido y los roles precedentes, en el esfuerzo de construir un nuevo mundo organizado en torno a un vacío central, en el que todos puedan ejercitarse libremente[3].

b) Objeto de la historia

            Son los hechos escritos, o de los que han dejado testimonio oral o visual. En este sentido, las fuentes de la historia pueden ser[4]:

-primarias, supuestamente con mayor objetividad,
-secundarias, con información sobre las intenciones de las fuentes primarias.

            En cuanto a la interpretación de la historia, siempre hay detrás de todo escrito una filosofía, una actitud de principio frente a la realidad, una forma de dominar las cosas.

            No obstante lo anterior, la investigación por un objeto histórico no desplaza la preocupación por el hombre, antes o después acaba afectando al hombre, siempre estará afectada por el hombre. De ahí la necesidad de objetividad.

            De siempre, para que ese objeto de la investigación pudiera estar libre del influjo del sujeto que lo investiga, debían existir unos principios de objetividad:

-compromiso respecto a la realidad del pasado,
-interpretación libre de los resultados.

            Hoy día, esa unidad objetiva ha sido quebrada y ha dado paso a una gran variedad de clases de objetos, y el término objetividad ha quedado reducido a un mero protocolo metodológico, pactado en:

-conocimiento histórico,
-construcción escrita,
-normas académicas pertinentes.

            Así, pues, hoy día es posible que exista un número infinito de realidades pasadas, reflejando cada una de ellas un punto de vista diferente, alcanzando cada una de ellas una verdad diferente y obteniendo cada una de ellas un conocimiento igualmente válido. Sólo se necesita que se haya seguido una investigación con el método pactado.

            En el futuro, los actuales protocolos pactados pueden cambiar, y esto puede llevar a nuevos intereses, identidades y ficción[5]. Puede ser el derrumbe total del sistema, y el nacimiento de las microhistorias.

c) Finalidad de la historia

           Son los motivos del historiador, que ocupan un espacio específico a la hora de escribir historia, ya profese el escritor un tipo de historia conservadora, emancipadora o desafiante.

            Para conocer la finalidad de un texto histórico, pues, hay que contar con las 4 consideraciones de que:

-la historia no es una ciencia exacta,
-la historia nunca se repite,
-el carácter humano es imprevisible,
-las circunstancias ofrecen una variedad infinita.

            A esto hay que añadir que el interpretador es falible, y no cuenta con todos los datos para poder emitir un juicio. De ahí que siempre acabe:

-limitándose a la agenda, sin dar el paso a grandes afirmaciones,
-mostrando un perfil mercenario, por prudencia y realismo,
-manteniéndose en el terreno de lo políticamente correcto,
-justificando el orden y organización social existente,
-haciendo algún esbirro particular, dado su corazoncito y para que no ser inútil total.

            Hoy, los mayores desafíos del momento vienen de:

-la conciliación entre lo local y global,
-la red multidireccional de percepciones.

            Cuatro son las respuestas actuales a la finalidad de la historia:

-la historia no sirve para nada,
-la historia tiene fines políticos,
-la historia está al servicio del orden público,
-la historia transmite valores culturales.

d) Epoca histórica

            Es el espacio de tiempo abarcado por los hechos, con:

-larguísima duración, de 1000-1500 años, como sustratos culturas que subyacen[6],
-larga duración, de 400-500 años, como tendencias generales que coinciden
[7],
-coyuntura, de 20-25 años, que va cambiando de signo sin salirse del largo período,
-momento concreto, o espumas individuales que van llenando ese espacio.

            Periodo de hechos que es reconocible respecto a otro periodo porque ya no se le hacen las mismas preguntas[8].

            Y que debe ir acompañado, para reunir las cualidades de histórico, de: objetividad, intersubjetividad, previsibilidad, verificabilidad.

            Eliminaremos, pues, la teoría de la falsación de Popper, según la cual se pueden aprobar cosas sin verificación, hasta que se demuestre lo contrario.

            Y seguiremos la teoría del conocimiento explicativo:

-siguiendo los documentos escritos y orales, de hechos actuales y procesos inmediatos[9],
-buscando lo que es
[10] y lo que debería ser[11],
-integrando los distintos acercamientos al respecto
[12],
-poniendo en cuarentena los documentos que no se ajusten a este modelo explicativo, por medio de la censura lógica insalvable
[13],
-eliminando errores, opiniones, posicionamiento ideológico, juicios de valor, oportunismos
[14], futuribles[15], intelectualidad orgánica[16], propaganda[17], presentismo[18], cuasi-personas[19]

            Evitaremos así, como decía Ortega y Gasset, que “toda realidad mal entendida prepare su propia venganza”. Y podremos descubrir cuándo una decisión estuvo equivocada o no[20].

e) Método historiográfico

            Se trata de la estrella historiográfica, la piedra de toque para distinguir al historiador profesional del que no lo es. De hecho, desde la Ilustración es lo único que queda para definir la objetividad de un relato histórico.

            Aún así, surgen las dudas de si el método ha estado y debe estar o no al servicio de los fines, pues existen datos difusos, ausencia de interpretación contextual, imágenes del pasado creadas por medio del discurso narrativo, nexos meramente racionales entre el pasado y presente, modelos interdisciplinarios intercalados, grandes ideas organizativas o metahistorias, individuos liberados y no meros engranajes, desarrollos temporales de las minorías, identidades forjadas en el anonimato, relativismo estructural a la hora de seleccionar hechos...

            Por ello, todo método histórico debe tener en cuenta 4 factores:

-hechos presentes, adentrándose en las problemáticas, tramas, dramas…
-temporalidad, completando los hechos bajo el prisma de las acciones humanas,
-retorno a lo real, poniéndose en el punto de vista de las cosas del pasado,
-filosofía de fondo, para entender el mundo en que sucedieron los hechos.

            El género literario en que ha quedado escrita una fuente histórica también ha de ser integrado en el método de estudio de la historia. Pues casi siempre la historia se ha escrito en simples narraciones, pero otras veces lo ha hecho desde la libertad narrativa, pasajes inventados, literatura de novela intercalada, fuentes inteligibles integradas en un relato, detalles convencionales de la época, diferentes funciones comunicativas según las épocas, la naturaleza imprevisible del género humano.

f) Tendencias historiográficas

            La Historia global[21] propone la revalorización de otras culturas y pueblos, y no sólo de la europea. Nació en los procesos de descolonización del s. XIX, y se opone a toda forma de universalismo occidental, tanto en modelos y conceptos cuanto en invención de patrones.

            Apuesta por la actitud abierta y dialéctica materialista, trabajando juntos para elaborar una metodología y enfoques concretos, que liberen a los pueblos explotados y sin historia.

            La Historia de las minorías[22] nació en Estados Unidos en el s. XIX, cuando empezó a proliferar la literatura negra. Ha ido integrando a la historia de los afroamericanos, latinos y asiático-americanos, gays y lesbianas.

            La Historia de género[23] aglutina a todos los estudios sobre la mujer, desde la óptica de reprimida histórica bajo el otro sexo. Preconiza la revolución sexual, bajo el prisma ideológico del feminismo radical, y ha de llegar a transformar todas las superestructuras.

            Se trata de la creación de un nuevo meta-relato, con normas culturales y de conducta incluidas.

            La Historia profunda[24] sostiene la idea de que es imposible distinguir entre el género humano y otros primates de la prehistoria, con el relato creacional bíblico como separador artificioso y racista de ambos mundos.

            Así, la historia sería mera evolución, válida tanto en la época pre-humana como en la humana.

            La Historia virtual[25] es la escuela historiográfica favorita del mundo anglosajón. Trata de averiguar el qué hubiera pasado si otras circunstancias hubiesen ocurrido en el pasado, y en qué sentido eso hubiese cambiado la historia.

            Preanuncia su carácter de ficción, pero baraja el estudio de premisas totalmente históricas, a la hora de asesorar a los centros de poder mundial actual.

            La Historia de lo actual[26] es la historia del instante, tratando de aproximar socialmente la redacción y los hechos tratados, y de acercar materialmente al historiador a los hechos examinados. Trata también de explicar los acontecimientos políticos desde el pasado más inmediato.

            Se acerca a la investigación periodística, pero carece de análisis histórico para poder analizar exhaustivamente una decisión tomada en el pasado.

            La Historia popular[27] tuvo lugar en Inglaterra, con la intención de potenciar las visitas a lugares históricos y el conocimiento de personajes y hechos históricos. Se trata de llevar a la pantalla, videojuegos, best sellers… celebridades antiguas, sin análisis rigurosos en los contenidos, y cayendo casi siempre en tópicos de amateurs.

            La Memoria histórica[28] trata de revisar la historia escrita, obedeciendo a un concreto concepto:

-de identidad,
-de herencia cultural,
-de dominio de la masa popular,
-de dar voz a las olvidadas víctimas.

            Ha tenido una evolución muy diversa en cada país concreto, tanto en Inglaterra[29], Alemania[30], Francia[31], Italia[32], Rusia[33], Polonia[34] y España[35].

            La Nueva historia política[36] cogió fuerza a la caída del Muro de Berlín. Intenta integrar lo personal dentro de lo social, y lo subjetivo con la dimensión espacio-temporal, abriendo así nuevas categorías al clásico historiador.

            Complementa a los grandes personajes de la historia con los colectivos que los rodearon, las grandes batallas con los fenómenos sociales, los grandes gobiernos con las estructuras existentes. Pero sin demostrar los nexos de unión, la evolución de ambos.

            Propuso, para solventar los problemas de unión, el estudio de la prosopografía:

-de cada persona en su red de vínculos,
-de cada grupo según su comportamiento.

            La Nueva historia cultural[37] consiste en una historia de las mentalidades, que va penetrando en la forma de pensar de las grandes superestructuras[38] de las grandes etapas históricas[39]. Y de ahí va obteniendo temas secundarios[40].

g) Historia tradicional norteamericana

            Historiador británico, John Russell Vincent (Londres 1937) fue profesor de Historia Moderna en la Universidad de Bristol desde 1970, y columnista en los 80 del The Times y The Sun (hecho que le valió para que socialistas violentos irrumpieran en alguna de sus clases en la universidad). A parte de su labor periodística, también ha escrito para muchas otras publicaciones, como The New Society, The New Statesman, The London Review of Books, The Observer, The Sunday Times y The Guardian.

            En 1995 Oxford University Press se negó a publicar una de sus obras sobre historiografía, publicación que salió a la luz más tarde. En dicha obra, An Intelligent Person’s Guide to History (ed. Duckworth Overlook, Londres 2006), Vincent señala que no podemos movernos exclusivamente por las normas documentales más apreciadas por los historiadores modernos, sino por el volumen de testimonio de los documentos originales.

g.1) Principios de la Historia tradicional

            Tiene 3 acepciones, según John R. Vincent:

-arte de escribir la historia[41],
-estudio bibliográfico y crítico sobre la historia
[42],
-conjunto de obras de carácter histórico[43].

            En cuanto al estudio de la historia, el pasado:

-no es estudiable,
-se puede conocer a través de diversos testimonios.

            La historia, pues, consiste en el recogimiento que se hace de las evidencias que han sobrevivido[44]. Su número es muy pequeño respecto a las que fueron en su origen, y mucho menos fue el número de las que se pusieron por escrito[45]. Luego la historia habla:

-de una minoría minoritaria,
-de unos pocos, en ciertos lugares, y en algún que otro momento
[46].

            El análisis de la historia se debe centrar en:

-el estudio del pasado, y las teorías de cómo fue el pasado,
-el pasado en sí mismo, y la teoría de cómo debe estudiarse el pasado.

            Dos son las escuelas históricas actuales:

-la cristiana, que no explica nada, y siempre defiende el libre albedrío,
-la marxista, que manipula siempre desde la vertiente económica.

            Los datos que nos llegan hoy día, por tanto, y por medio de estas dos vías, están condicionados por vía cristiana, o deformados por vía marxista. Luego es necesario someter la historia a una crítica historicista, contando con que:

-la historia es masculina[47], aristocrática[48], religiosa, vieja[49], climática[50],
-las pautas no tienen por qué ser repetitivas,
-lo que se dice tiene detrás siempre un conocimiento diferente al mío y al resto.

            La política también sirve para entender la historia, como ciencia de los negocios humanos. Ahora bien, es complejo hacer juicios sobre cada personaje, aunque esto debe hacerse y no es imposible.

            Hoy se tiende a hacer historia de lo cotidiano, de la gente sin historia, con el deseo de ser recordada. Es el papel importante que puede aportar la individualidad, frente al colectivismo, que es el que siempre acaba imponiéndose.

g.2) Causalidad en la Historia tradicional

            Las causas no existen, dice Vincent, por principio histórico. Porque si influyen, lo hacen de una manera tan:

-general, que no dicen nada,
-particular, que son únicas y no aplicables.

            Las causas, pues:

-no se pueden conocer,
-sólo son circunstancias, y éstas particulares,
-pueden ir en una dirección o en la contraria.

            Luego la historia tiene que dar explicaciones, que nunca se han de confundir con las causas. Para ello existen métodos de análisis explicativos, y ha de tenerse en cuenta que:

-cada situación histórica es única e irrepetible,
-lo que llama la atención no es lo único que resuelve un problema.

g.3) Peculiaridad de la Historia tradicional

            Las fuentes han llegado siempre muy parcializadas, y los datos que ofrecen siempre son parciales. Luego muy difícilmente la historia puede llegar a ser imparcial.

            Por otro lado, cada historiador ve las cosas en parte[51], desde la parcialidad[52], desde lo cambiante[53], desde un momento muy concreto[54].

            Hoy en día:

-los que se equivocan son los de arriba,
-se quiere llevar el tipo de vida que se critica,
-cada persona pertenece a un grupo buscador de verdades,
-cada historiador está relacionado con su promoción académica, y de estas hay miles,
-la capacidad individual de hacer historia es mínima,
-se pone el énfasis en contar la historia, y no en hacerla,
-se aspira al prototipo de funcionario menor
[55].

h) Nueva historia norteamericana

            Historiadora norteamericana, Gertrude Himmelfarb (Brooklyn 1922) fue miembro del Council of Scholars de la Library of Congress, del Council of Academic Advisors, del American Enterprise Institute, y del Council del National Endowment for the Humanities. Se casó en 1942 con Irving Kristol, padre del neo-conservadurismo[56], y su hermano, Milton Himmelfarb, fue un destacado escritor sobre temas judíos.

            Aunque se le suele identificar como conservadora, en el Reino Unido es particularmente admirada por el Labour Party, que la cita frecuentemente en sus discursos y recomienda sus libros, por su amor a la historia de las ideas y sus trabajos para la Universidad de Edimburgo.

            Su obra principal, The New History and the Old, fue publicada en 1987 por la Universidad de Harvard.

h.1) Principios de la Nueva historia

            Himmelfarb trata el tema de los historiadores desde el campo social, desde el campo de las diversas escuelas sociales[57].

            La historia social, según Himmelfarb, rechaza hoy día las premisas de la vieja historia por el solo hecho de ser política. Ella critica, y dice que es bastante llamativo, el que ahora se quiera considerar como un triunfo social cambiar el viejo núcleo central de la historia, y que lo que antes fue nuclear ahora se quiera ver como periférico.

            Además, así no puede haber entendimiento entre la historia antigua y la historia moderna, entre lo que fue y lo que ahora quiere el historiador que sea. Dos puntos son antagónicos aquí:

-el historiador moderno, que no acepta la capitalidad de la política en la historia,
-el historiador viejo, que se niega a reconocer la superioridad del hombre como animal social.

            Esta nueva historia[58] estaría tendiendo hoy en día, según Himmelfarb:

-a lo analítico, y no a lo narrativo,
-al movimiento cambiante-dinámico de la historia, dando cabida a la historia ficción.

            Se trata, a modo de ver de la escritora, de una nueva falacia inventada por el movimiento whig, buscando hacia atrás lo que ellos valoran del presente. Falacia que va más allá, incluso, que el marxismo[59].

            Sin embargo, el punto débil de esta nueva historia social estaría en el concepto de infraestructuras, pues:

-el nuevo historiador social no puede llegar a explicar cómo eran las infraestructuras del pasado,
-el viejo historiador político sí puede explicar cómo fueron esas infraestructuras.

            La historia social acaba, pues:

-no viendo reflejada su visión en las fuentes, y no pudiendo dar pruebas a sus hipótesis,
-creando elitismos
[60], para intentar llegar a las categorías bajas de las gentes,
-devaluando la historia, al trivializar o sobrevalorar cosas que no se trivializaban ni sobrevaloraban en su época.

h.2) Cuantificación en la Nueva historia

            Es el segundo campo que aborda Gertrude Himmelfarb, haciendo hincapié en las dificultades de la nueva historia para cuantificar cosas que son cuantificables[61] o no cuantificables[62], tanto en sociedades iguales como distintas.

            Hay que mostrar los hechos, apunta Himmelfarb, pero no ser protagonistas de la historia[63].

            Es aquí donde el colectivo marxista[64] no separa sus ideas a la hora de hacer historia, al no querer ver que los campesinos -por ejemplo- no tenían su misma conciencia de clase[65] a la hora de llevar a cabo sus revueltas sociales.

            Además, los marxistas tratan de dar explicaciones propias a asuntos ajenos, al decir que los fracasos de los rebeldes primitivos se debían a que no tenían estructuras políticas detrás[66]. Eso consiste en hacer historia por otros medios, no por los historicistas.

i) Reflexión final sobre Historiografía norteamericana

            Se dice que cinco son las principales escuelas de análisis historiográficos de la actualidad, la francesa[67], italiana[68], anglosajona[69], alemana[70] e hispana[71].

            Existen otros intentos de análisis serios históricos actuales, como los de:

-Karl Popper y su revisión de falseamientos históricos[72],
-Arnold Toynbee y su historia de las civilizaciones
[73].

            Existe, así mismo, otra serie de análisis transversales, como los de:

-Edward Carr y su historia marxista[74].

            Y otra serie de análisis excéntricos, como los de:

-Francis Fukuyama y su extinción de la historia[75],
-Martin Allen y su mixtificación falsa de la historia
[76].

 

Manuel Arnaldos   
Mercabá, diócesis de Cartagena-Murcia    

más información
Diccionario Mercabá de Arqueología

Indice general de Enciclopedia Mercabá de Historia   

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[1] Eso sí, con 3 aspectos que hoy se consideran indispensables para que todo historiador pueda convertirse en dictaminador de ese tiempo histórico:

-tener como oficio y profesión la historia,
-dar a conocer a todos su proceso formativo y ambiente socio-profesional,
-estar al servicio de la universalización de los fenómenos históricos.

[2] Bajo el pretexto de salvar así a la Historia, y permitirle practicar un sano historicismo.

[3] Eso sí, tras haberse quedado despojado de toda cualidad universal, general, ideológica, teológica, filosófica… Se trata, en boca de C. NOICA, de esa “luz fría” ilustrada que fue despojándose de todo concepto universal.

[4] No estando ninguna de ambas fuentes exenta de subjetividad, ni tampoco de cobijar valiosísimas informaciones. Lo que amplía el abanico de material a disposición del historiador, siempre y cuando no las difumine, sino que las complemente mediante una visión integradora.

[5] Dando la vuelta a la moneda actual. Pues si la historia actual está siendo construida sobre unos propósitos, la historia futura podrá ser construida de acuerdo a otros propósitos.

[6] Como se ve en el caso de la Guerra Fría, que dividió las fronteras de Serbia y Croacia recurriendo a la lejanísima frontera entre el Imperio romano oriental y el Imperio romano occidental.

[7] Como se ve en el caso de la Europa actual, que viene siendo coincidente desde el Renacimiento.

[8] Como se ve en el caso de las 3 Revoluciones industriales:

-la I Revolución industrial, con su invento (máquina de vapor), fuente (carbón) y aplicación (comunicaciones);
-la II Revolución industrial, con su invento (electricidad), fuente (petróleo) y aplicación (automoción);
-la III Revolución industrial, con su invento (microchip), fuente (atómica) y aplicación (informática).

[9] Los que todavía no están en archivos.

[10] Lo investigado.

[11] Que no me sale, porque falta algún dato.

[12] Que no sean contradictorios.

[13] Dudar de las personas antes que de la realidad.

[14] No oportunos.

[15] Explicar un hecho como si hubiese sido de otra manera.

[16] De historiadores que se venden.

[17] Hechos realizados para hacer sólo ruido, sin nada detrás.

[18] Considerar un hecho como si tuviera presente.

[19] Grupos inventados para que sean sujetos de la historia (como el comunista “clase obrera”, el yanqui “choque de civilizaciones”…).

[20] Según las consecuencias hayan sido contrarias a lo que se pretendía, o no.

[21] cf. GOODY, J; The Theft of History, ed. Cambridge University Press, New York 2006 (como prototipo de historia global, al igual que BRAUDEL y NORBERT ELIAS).

[22] cf. VV.AA; Radical History Review, ed. Duke University Press, Durham 2011 (como prototipo de historia de las minorías).

[23] cf. MILLET, K; Política sexual, 1969; GREER, G; The Female Eunuco, 1970; FIRESTONE, S; La dialéctica del sexo, 1970 (como prototipos de historia de género).

[24] cf. GAMBLE, C; Origins and Revolution: Human Identity in Earliest Prehistory, ed. Cambridge University Press, New York 2007; SAMAIL, D; On Deep History and the Brain, ed. University of California, Berkeley 2008 (como prototipos de historia profunda).

[25] cf. FERGUSON, N; Virtual History: Alternatives and Counterfactuals, ed. Picador, Londres 1997 (como prototipo de historia virtual).

[26] cf. LACOUTURE, J; “La storia inmediata”, ed. LE GOFF, J; La nuova storia (como prototipo de historia de lo actual).

[27] cf. SAMUEL, R; Theatres of Memory, ed. Verso, Londres 1994; DAVIES, M; Historics: Why History Dominates Contemporary Society, ed. Routledge, Londres 2006; HARLAN, D; “The Burden of History Forty Years Later”, en ANKERSMITH, E; Refiguring Hayden White, ed. California University Press, Stanford 2009 (como prototipos de historia popular).

[28] cf. NORA, P; Le lieux de memoire, ed. Gallimard, París 1984; ROMERO SAMPER, M; “Memorias cruzadas. España y Polonia, 1939-1945”, en BIAGINI, A; Un intellettuale polaco sulle strade d’Europa. Studi in onore di Jan Wladislaw Wos, ed. Nuova Cultura, Roma 2010; LEBOW, R. N; KANSTEINER, W; FOGU, C; The Politics of Memory in Postwar Europe, ed. Duke University Press, Durham 2006; LEE KLEIN, K; “On the Emergence of Memory in Historical Discourse”, en From History to Theory (como prototipos de memoria histórica).

[29] Donde viene a aplicarse a todos los hechos populares de la historia inglesa.

[30] Donde viene a aplicarse al Holocausto de la II Guerra Mundial, bombardeos aliados, división de Alemania y Caída del Muro de Berlín.

[31] Donde viene a aplicarse a casi todos los ámbitos de su historia (época gala de oposición a Roma…).

[32] Donde viene a aplicarse a los bandos partisanos rojos y blancos italianos, durante la II Guerra Mundial.

[33] Donde viene a aplicarse a los horrores del stalinismo, y desclasificación de archivos secretos soviéticos.

[34] Donde viene a aplicarse al antisemitismo polaco no confesado durante la II Guerra Mundial, y a la dominación soviética y sus matanzas.

[35] Donde viene a aplicarse a las víctimas republicanas de la Guerra Civil.

[36] cf. GUERRA, F. X (como prototipo de nueva historia política).

[37] cf. ARIES, P; “Storia delle mentalitá”, en LE GOFF, J; La nuova storia; SERNA, J; PONS, A; La historia cultural: autores, obras y lugares, ed. Akal, Madrid 2005; SIRVAN, E; “La historia de la cultura: la superación de lo cuantitativo”, en New History, Nouvelle Histoire; LLERA, L; “De las generaciones a las tendencias: una propuesta de historia cultural neo-ortegiana”, en New History, Nouvelle Histoire (como prototipos de nueva historia cultural).

[38] Religión, economía, familia, cultura, trabajo…

[39] Sobre todo de la Edad Media, cuyos gastos superfluos en fiestas dio origen a los estudios de esta escuela historiográfica.

[40] Como la alimentación, sociabilidad, enfermedad, delincuencia, piedad popular…

[41] Como virtud, disposición y habilidad para hacerlo bien, a lo que habría que sumar el conjunto de reglas y preceptos necesarios para hacerlo mejor.

[42] Sobre sus fuentes y autores, que han ido tratando esta materia. Es el campo donde entra la historia como sujeto, las divergencias entre escuelas, y la parte más filosófica de la historia.

[43] A nivel escueto y sintetizado.

[44] Pues las evidencias que no han sobrevivido no son evidencias.

[45] Pues eso suponía saber escribir y leer, y el nivel de analfabetismo era brutal en la antigüedad.

[46] Que, además, han sido archivados por escrito, y estos archivos han perdurado con el paso lejanísimo del tiempo. Un libro quemado, por ejemplo, perdido está, y su historia perdida está.

[47] Pues las mujeres que han intervenido en historia lo han hecho por hacer cosas de hombres (en Egipto, por ejemplo, a una faraona se la pintaba como a un hombre). También la memoria familiar es masculina, sobre recuerdos o profesiones de abuelos y padres.

[48] Pues los perdedores nunca han escrito la historia de los que han vencido, sino que la han escrito los vencedores (en el alzamiento irlandés de 1798, por ejemplo, sólo hay 100 documentos rebeldes de los 100.000 documentos totales sobre los hechos). Además, también es importante el disponer de espacio para conservar los papeles, y los pobres no suelen disponer de este privilegio. JUANA DE ARCO y la Guerra civil española son dos ejemplos de querer re-escribir la historia el perdedor, pero la transmutación de papeles también queda atestiguada a la larga.

[49] Pues la juventud, salvo excepciones como ALEJANDRO MAGNO, tampoco ha tenido salidas ni cabida perdurable en la historia.

[50] Ya que juega mucho más papel en la historia el odio que el amor, y la curiosidad que la inteligencia.

[51] Hoy en día desde el status de funcionario de la hacienda pública, en la Edad Media desde la eclesialidad, en la Edad Clásica desde la crónica imperial…

[52] Pues todos ellos buscan, desde TITO LIVIO en adelante, justificarse antes de nada para ponerse a hablar de historia.

[53] La sociología apunta, por ejemplo, que los historiadores que nacen siendo heterogéneos, acaban siendo todos académicos monopolizados.

[54] Dependiendo de si ese día el historiador ha tenido una vivencia u otra contraria, de si su concentración ha sido mayor o menor, de si se ha dedicado ese día a una profesión o a otra, de si recibe sueldo a cambio y lucha por un estado fuerte o al revés…

[55] Un diputado comunista tiene más relación, por ejemplo, con un diputado que no es comunista que con un comunista que no es diputado.

[56] Grupo de los que ahora se habían hecho conservadores, pero antes no lo eran.

[57] De ahí que JACQUES TILLY hable jocosamente de HIMMELFARB y de su Old Old Social History, en contraste con lo que debía ser una Old New Social History.

[58] Fundada por PIERRE NORA y JACQUES LE GOFF en 1973, como 3ª generación de la francesa Escuela de Annales.

[59] Pues la historia social marxista acabó convirtiéndose en epifonoménica y en superestructura, contrariamente a lo que defiende la nueva escuela social, que es no crear estructura política alguna.

[60] Al ponerse ellos, historiadores sociales modernos, por encima de lo que decían los historiadores de la época.

[61] Toneladas de trigo, número de libros…

[62] Violencia, evolución, esclavitud…

[63] Aludiendo a los historiadores que rechazan todo lo anterior y validan sólo lo suyo; o a aquellos que se ponen por encima de los hechos, sobrevalorándolos u omitiéndolos.

[64] Aludiendo a HILL, THOMPSON, ROUDE, HOBSWAWM…

[65] La de ENGELS, claro.

[66] Sin darse cuenta, por ejemplo, de que los brigantes napolitanos que se opusieron a NAPOLEON llegaron a convertirse en el prototipo de ciudadanos, o de que los rebeldes españoles que se opusieron a Napoleón tenían detrás una entera estructura política… España.

 

[67] Conocida como Escuela de Annales, fundada en 1928 por LUCIEN FEBVRE y MARC BLOCH en torno a la revista Annales d’histoire economique et sociale y la necesidad de incorporar nuevas disciplinas al estudio de la historia (sociología, psicología…). Pasa a ser aquí el historiador el sujeto de la historia, y el que tiene que construirla más allá de los meros hechos (intentando explicar los procesos de larga duración). Participan de esta corriente BRAUDEL, DUBY, LE ROY, GOUBERT...

 

[68] Conocida como Escuela Storici, fundada en 1980 por GIOVANNI LEVI y CARLO GINZBURG en torno a la revista Quaderni Storici y la necesidad de desarrollar una microhistoria de los hechos históricos. Participan de esta corriente CIPOLLA...

 

[69] De novedosos enfoques metodológicos, tanto cuantitativos (Nueva Historia Económica…) cuanto cualitativos (de un solo hecho en todo su número de variables, protocolos y alcances). Participan de esta corriente, cada uno con su propia óptica, ELIADE y su historia de las religiones, WALLERSTEIN y su historia económica, CREIGTHON y su historia etnográfica, TRIGGER y su historia arqueológica...

 

[70] De gran introspección frente al papel propio adoptado en la historia, y con la novedad de integrar en sus análisis y conclusiones a historiadores de muy distintas ideologías. Participan de esta corriente HABERMAS, NOLTE, BRACHER, HANS-ULRICH WEHLER...

 

[71] Sobre el atractivo de la enorme materia prima documental de los archivos españoles y americanos, así como los vaivenes y enorme cobertura y alcance geográfico. Participan de esta corriente LEGENDRE, PEREZ, PARKER, GIBSON, PRESTON, ELLIOTT, LYNCH...

[72] Historiador austriaco KARL RAIMUND POPPER (Viena 1902-Londres 1994) fue profesor del London School of Economics and Political Science, matemático y judío, y perteneció al Circulo de Viena hasta su disolución con la llegada del partido nazi. Logró entonces exiliarse en Nueva Zelanda, tras intentar en vano emigrar a Estados Unidos y Gran Bretaña. Tras la guerra, marchó a Inglaterra y allí ejerció de profesor y consejero político y económico, hasta 1969 en que decide retirarse de la vida pública. POPPER fue recordado por defender una sociedad abierta frente a los sistemas totalitarios, tales como el comunismo y el nacionalsocialismo.

            En su obra más conocida, Sociedad abierta y sus enemigos, POPPER indaga en la historia de la filosofía para trazar:

-los orígenes del totalitarismo, que había desembocado en la guerra,
-la radical crisis del pensamiento occidental.

            Es notable que, desde sus primeras páginas, POPPER aborde el problema del optimismo respecto a la naturaleza humana, afirmando que el pensamiento totalitario y la destrucción asociada a él nacen del empeño sincero de los hombres en mejorar su condición. En concreto, POPPER otorga al comunismo un sincero interés en mejorar las condiciones de las clases humildes, pero duda de su interpretación del pensamiento político en la historia, y menos basada en la confrontación entre dos escuelas-visiones del mundo:

-una reaccionaria, que añora una comunidad cerrada y perfecta, heredera de la tribu,
-otra racional y crítica, que reconoce la limitación del conocimiento humano.

            En Miseria del historicismo, POPPER se dedica a atacar al fascismo, superstición en la que muchos cayeron para querer cambiar el destino histórico. Y es que no se puede hablar, dice el autor, de predicción del curso de la historia humana, y menos por medios científicos o racionales. El historicismo, por tanto, no da fruto ninguno, pues:

-el curso de la historia está fuertemente influido por el crecimiento de los acontecimientos humanos,
-no existe una ciencia de la naturaleza humana, ni tampoco una ciencia de la historia,
-no existe una teoría científica que mida el grado de predicción histórica,
-no podemos predecir el crecimiento futuro de los conocimientos científicos,
-no podemos predecir el futuro de la historia humana.

[73] Historiador británico, ARNOLD JOSEPH TOYNBEE (Londres 1889-Londres 1975) fue profesor en la Universidad de Oxford, especialista en filosofía de la historia, y el mayor de los historiadores del s. XX. Fue el padre de la Teoría Cíclica de las Civilizaciones, según la cual las civilizaciones son el resultado de la respuesta de un grupo humano a los desafíos que sufre, ya sean naturales o sociales.

            Autor prolífico y miembro del Foreign Office, escribió una ingente cantidad de obras. Su obra más reconocida e influyente fue A Study of History, doce volúmenes escritos entre 1934 y 1961, donde describe y aplica su concepto y desarrollo de civilización. De acuerdo con esta teoría, una civilización crece y prospera cuando su respuesta a los desafíos tiene éxito, y decae cuando ha sido impotente para enfrentarse a ellos. Y estando en lucha, es de gran importancia el factor religioso.

            TOYNBEE defiende la evolución de las civilizaciones sin determinismo:

 

-negando que éstas deban perecer necesariamente,
-reconociendo los procesos de decadencia que se introducen en cada civilización,
-defendiendo que cualquier civilización, incluida la occidental, es capaz de escapar a cualquier proceso decadente.

[74] Historiador británico, EDWARD HALLET CARR (Londres 1892-Londres 1982) fue feroz oponente del empirismo dentro de la historiografía, definiendo la historia como un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado. De 1916 a 1936 sirvió en el Foreign Office de Inglaterra, y fue parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París. Después de ser enviado como diplomático en Riga, aumentó CARR su fascinación por la literatura y cultura rusa, escribiendo varias obras sobre aspectos diversos de la vida de Rusia.

            En su Historia de la Unión Soviética, escrita desde el punto liberal de izquierdas, CARR trató de ofrecer un método historiográfico al comunismo. CARR plantea que el hecho histórico no es recibido de manera pasiva por el historiador, y que éste hace una selección de los hechos que quiere. Defiende, así mismo, que la consolidación de un hecho histórico depende de la aceptación que le den los historiadores. No hay que recoger todos los datos, afirma CARR, sino descubrir aquellos que sean relevantes, y convertirlos en hechos históricos. Los datos que nos llegan, además, están fragmentados. Luego la selección que se haga no tiene por qué ser perfecta. Toda historia debe ser historia contemporánea, y si se ve el pasado es a los ojos del presente, y a la luz de los problemas de ahora. Así, la tarea del historiador es la de valorar, y no sólo la de seleccionar datos.

            En El historiador en los hechos platea CARR la interrelación hechos-historiador, concluyendo que:

-los hechos nunca han llegado en estado puro, sino a través de los ojos del historiador,
-el historiador debe comprender imaginativamente las mentes del pasado,
-sólo podemos captar y comprender el pasado, si hemos antes dominado el pasado,
-no todas las interpretaciones son iguales, ya que hay propósitos detrás de ellas,
-los hechos no tienen dueño, y menos aún pertenecen al historiador.

            En La Sociedad y el individuo responde CARR a cuál es el objeto del historiador, concluyendo que:

-el hombre importa,
-los millones de personas son individuos,
-la comprensión del pasado ayuda al presente, y a dominar éste,
-no puede hacerse caso a las declaraciones de los protagonistas, sino al conjunto,
-hay que modelar las fuerzas que crean la historia.

            En Historia, ciencia y moralidad viene a defender CARR la historia como ciencia. Los científicos enuncian leyes a través de la formulación de hipótesis, y luego las corroboran en sus experimentos. Así deberían hacer los historiadores: formular leyes generales, y luego corroborarlas en sus experimentos. Pero para que la historia sea ciencia matemática habría que:

-no estudiar sólo lo particular, sino elevarlo a la categoría de lo general,
-ocuparse en dar relación a lo único con lo general,
-introducir la sociología como herramienta auxiliar.

            También debería la historia, para ser ciencia:

-enseñar algo, como puede ser el dar voz a los vencidos…
-tratar de pronosticar, mediante la descripción de contextos…
-ser objetiva, e impedir que el hombre esté siempre mirándose a sí mismo,
-solventar los problemas de religión y moralidad.

            Conseguir esto supone unos costes, como sucedió en la Revolución Industrial. Pero tiene que ser así, pues la historia es algo en movimiento, que no puede obviar las comparaciones. Como conclusión:

-la historia puede considerarse como una ciencia, sin diferencias respecto a las demás,
-el rechazo a esta visión viene de los filósofos de las humanidades,
-la historia debe ser cada vez más exigente consigo misma, para comprender y dominar el ambiente humano.

            En Causación en la historia plantea CARR que los historiadores deben buscar las causas de los hechos que narran, establecer una jerarquía de causas, y poner por encima de todas a la causa racional. Aquí surgen dos obstáculos:

-el determinismo en la historia, o “perversidad” de HEGEL,
-el azar en la historia, o “nariz” de CLEOPATRA.

            En Historia como progreso dice Carr que, en la Antigüedad, las visiones proféticas de un mundo mejor consistían en volver al pasado glorioso. De ahí que su decadencia viniera “de no tener ya sirvientes que les lavasen la vajilla, y tener que lavársela ellos solos; porque los sirvientes eran ya otra cosa, o porque lo que era decadencia para unos, no lo era para otros”.

            La historia, pues, es progreso, ayudada por las técnicas que se van adquiriendo, y aún con sus normales altibajos. Y aunque el hombre no sea perfecto, ni el futuro paradisíaco, este progreso tiene que ser ilimitado.

            La objetividad debe estar en el futuro, pues sólo ella será la que interprete el presente. Y así debe ir siendo interpretado el presente, según éste se va desplazando hacia el progreso. Esto se ve:

-por el triunfo de algo, que se ha impuesto y pasa a ser lo correcto,
-por el consenso, como el de hace 200 años y por el que todos tienden hoy en día.

            En Un horizonte deseable propone CARR propuso la síntesis de:

-la teoría, de modelos económicos y técnicos,
-la dialéctica, que debe seguir el pensamiento,
-la acción, en forma de lucha de clases.

            CARR pensaba que esto podía llevarlo a cabo el proletariado, y plasmarse así la verdadera sociedad sin conciencia de clases. Pero para ello se necesitaba la ayuda de la historia, con los historiadores convertidos en auténticos agentes sociales. Pues, a pesar de lo que digan los conservadores, “el mundo se mueve”.

[75] Politólogo norteamericano, FRANCIS YOSHIHIRO FUKUYAMA (Chicago 1952) y mejor conocido por su libro El fin de la historia y del último hombre-1992, argumentó que la difusión mundial de las democracias liberales pueden señalar el punto final de la evolución socio-cultural de la humanidad, y convertirse en la forma final de gobierno humano.

            Sostiene FUKUYAMA que la progresión de la historia humana es una lucha entre ideologías, y predice el triunfo final mundial del liberalismo político y económico.

           Ha escrito también FUKUYAMA sobre la creación de la prosperidad y del futuro post-humano, todo ello como consecuencia de la revolución biotecnológica. Argumenta para ello que, dado que la biotecnología cada vez permite a los humanos controlar su propia evolución, puede permitir también a los humanos alterar su propia naturaleza humana. Uno de sus más esperados resultados pudiera ser el terminar con la desigualdad radical.

            Se trata, FUKUYAMA, de un enemigo del clásico humanismo, que hoy día encabeza un movimiento intelectual que afirma la post-humanidad. Así, habría que analizar las perturbaciones actuales que las tradiciones morales han ido trayendo, y cambiarlas mediante la información, en nuevas normas y reglas sociales.

 

[76] Se trata de un tipo de historia alejada del consenso, campo central de trabajo y alcance crítico histórico. Muchas veces ha sido forjada en base a documentación primaria falseada (como los Protocolos de los sabios de Sión), secundaria estrafalaria (como los Plomos del Sacromonte) e incluso terciaria inventada (como el Diario de Hitler de ROPER).

 

            Así, sus consecuencias:

 

-distan bastante de la realidad histórica (como la de afirmar que el almirante chino ZHENG HE fue el descubridor de América),
-niegan la verdad histórica (como la negación del Holocausto que hoy el mundo musulmán trata de defender),
-trastocan los sucesos históricos (como los que afirman que la Guerra civil española comenzó en octubre de 1934).

 

            Participan de esta corriente muchos sujetos como DAN BROWN y su Código Da Vinci… Pero el personaje más destacado de este tipo de corriente historicista es, sin duda, MARTIN ALLEN y su Enigma Hess, en base a supuestos documentos británicos que sustentaban toda una serie de conspiraciones durante la II Guerra Mundial.

 

            Básicamente, trata ALLEN de realizar una profunda investigación de la operación que tramaron los servicios secretos ingleses para engañar a HITLER (cuyo acto final fue la llegada de HESS a Escocia). Esta arriesgada conspiración contribuyó a hacer que Hitler creyera inminente la paz con Inglaterra y lanzara la invasión de la Unión Soviética (opción que, finalmente, le haría perder la guerra).