Impresionismo

a) Origen del Impresionismo
b) Características impresionistas
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Fue el movimiento cultural surgido en 1872, como consecuencia de la obra Impresión del Sol Naciente-1872 de Monet, así como de la crítica negativa que le vertió Louis Leroy en 1874[1]. No obstante, para el autor de la obra la pieza representaba:

-lo inmediato a los sentidos, sobre lo que el ojo no sabe sino ve,
-la fugacidad de la escena, aunque la pieza pareciese no acabada,
-la espontaneidad filosófica, por encima de los cálculos elaborados.

-social, mirando modernamente al hombre[2] y su actualidad fugaz;
-filosófico, rompiendo el equilibrio tradicional entre temática-aspectos formales, y mostrando con claridad lo que la realidad es.

Los impresionistas fueron sistemáticamente rechazados por la Academia de París, y criticados ferozmente cuando exponían alguna obra en el Salón de París. De hecho, hubo intelectuales que, pese a su total impronta impresionista, no quisieron alinearse dentro del Impresionismo[3], y el movimiento en cuanto tal nunca estuvo organizado. De ahí que su único nexo de unión fuese el rechazo a la Academia de París, a su monopolio cultural y estatal, y al motivo de su exclusión: la falta de técnicas académicas[4]. Se trataba de un cauce impresionista no definido, sino sólo establecido, para burlas oficiales de los críticos[5].

Así, todos esos rechazados empezaron a reunirse en el Café Guerbois de Montmartre, y a analizar las críticas feroces que sobre ellos vertían[6]. En 1873 deciden crear la Sociedad anónima de Pintores, integrada por Morison, Monet, Renva y Pisagau. Y en 1874 comenzaron a aglutinar exposiciones impresionistas en el taller del fotógrafo Nadar, bajo el título de Exposición de los Independientes[7].

Tras la invención del término impresionista, muchos críticos continuaron utilizando el término en un sentido peyorativo, dándole el sentido de “percibir algo durante un instante, sin tiempo para que el ojo perciba los detalles”[8]. A lo que los impresionistas respondían con un sentido positivo, el de “salvar la 1ª mirada y ofrecerla con frescura, aunque cueste desesperación”.

Se trata de un movimiento, pues, que analizó la cultura clásica, pero superficialmente. Además, rompió oficialmente con el criterio institucional y política de la Academia de París, inclinándose por el gusto minoritario y desafiante. Fue el comienzo de la nueva forma de divulgar la cultura, y de la compra-venta especulativa de piezas culturales.

Sus obras se dirigen a un público urbano burgués, necesitado de impresionar a la opinión, fugaz por su libertad de movimientos, sin caracterizaciones sociales, necesitado de apariencias inmediatas, que quería verse reflejado en sus obras.

No obstante, también los extrarradios urbanos comienzan a llenarse de gente, la más pobre[9], y a estar unida al centro mediante el ferrocarril. Va a ser la cantera mayoritaria de seguidores del mundo impresionista.

Y en medio de este mundo de la apariencia urbana, solitario e indefinido, la naturaleza pasó a convertirse en su arcadia ideal:

-como sueño feliz al margen de los efectos industriales,
-como lugar académico buscado por los ciudadanos a las afueras de la ciudad,
-como descanso estival a tanto ajetreo diario.

No obstante, también fueron elementos modernos asumidos por los impresionistas:

-lo inacabado,
-la sensación de un motivo, por encima del motivo mismo,
-la búsqueda de lo espontáneo,
-la vida contemporánea,
-la elección de temáticas sin tema,
-los cambios atmosféricos,
-la invención de la fotografía, evidenciadora de contrastes,
-los ultramarinos japoneses, a nivel de técnica que había que incorporar.

[1] Al describir esa obra como lo que era: mera impresión, sin elaboración de elemento cultural alguno, y sin temática marina alguna sobre el Puerto de Le Havre que representaba.

[2] Su contingencia y frecuentes metamorfosis, sin bellezas abstractas indefinibles.

[3] Como es el caso de EDOUARD MANET.

[4] Tales como principios renacentistas, fines nobles y educativos, semejanza descriptiva de los elementos de la naturaleza…

[5] A pesar de los apoyos que recibían del escritor ZOLA y del psiquiatra PAUL GACHET.

[6] De que estaban enfermos de la vista, ambicionaban ser genios y estaban locos, lanzaban color sobre un lienzo y firmaban el resultado…

[7] Exposición de los Independientes que alcanzará la cifra de 45 visitantes anuales, en cada uno de los 18 años de existencia (mientras el Salón de París no bajaba de la cifra de 10.000 visitantes anuales, a pesar de que el estado dejó de financiarlo en 1884).

Y en la que podían exponer todos los excluidos del Salón parisino (como fue el caso de REDON, SEURAT, SIGNAC… a pesar de no ser impresionistas).

[8] Lo que sí que era correcto, y buscado por los impresionistas. Pues si había detenimiento del ojo, desaparecería la 1ª impresión, y ya sería el cerebro y no el ojo el que llevaría la delantera del pensamiento.

[9] Como se ve en el ejemplo de la París de NAPOLEON III DE FRANCIA, 1ª metrópoli del mundo y que había experimentado el rápido enriquecimiento de algunos mediante la especulación. Lo que había agravado las desigualdades sociales, y trasladado a los extra-radios urbanos a las viejas clases parisinas.