EXCAVACIÓN
ARQUEOLÓGICA
a) Arqueología
b) Destrucción
excavatoria
c) Decisiones
excavatorias
d) Sistema de
cuadrículas
e) Inicio de
la excavación
f) Niveles de
excavación
g) Recursos
en la excavación
h) Tratamiento
de lo excavado
_______________________________________________
Todo historiador tiene la posibilidad de elegir su propia perspectiva
arqueológica, de posicionarse dentro de un campo teórico y variable arqueológico,
y cuyos extremos son:
-el
hiperpositivismo tradicional,
-el
relativismo moderno de última hora.
Thomas Kuhn, en este sentido, llegaba a decir que la arqueología
avanzaba más por cambios bruscos que de forma continua y acumulativa.
Y es que a diferencia otras ciencias, la arqueología no presenta, ni
siquiera en las épocas más estables, un único paradigma, sino que varios legítimos
compiten entre sí.
Eso sí, y como decía Kuhn, sin un paradigma teórico es imposible trabajar en la práctica.
Los restos de nuestros antepasados son casi siempre muy humildes, pero
fueron creados por un comportamiento. No se excava, pues, piedra ni madera, sino
hombres. Y la finalidad no es sino esa, quitar la tierra que cubre los objetos
abandonados por el hombre
Pero excavar significa siempre destruir, y perder para siempre todo
aquello que no se registra. Y destruir mucho,
pues para obtener datos fiables es necesario excavar una gran
extensión, y no quedarse con la imagen engañosa que dan las pequeñas
catas.
Existen,
pues, muchas maneras de desenterrar los restos arqueológicos, y no existen dos
yacimientos que sean iguales.
Hay dos variables
a considerar antes de excavar:
-la
abundancia de elementos únicos o raros,
-la
calidad de los datos que se van a obtener.
Pero aquí se da una paradoja,
pues la información para decidir qué yacimientos son meritorios o no, sólo se
puede obtener una vez excavado.
Son direcciones erráticas, a la hora
de escoger un yacimiento: seguir las modas de investigación, querer contrastar
las hipótesis, dejar en vacío la investigación.
Una vez tomada la decisión de excavar en un determinado yacimiento, el
siguiente paso consiste en establecer el sistema de ejes o cuadrículas, para
poder reconstruir en el laboratorio todo lo hallado y los procesos tomados.
La técnica no es otra que la del dibujo lineal, de planimetrías y
altimetrías.
Uno de los principios del método es que el volumen de tierra que se
extrae:
-tiene
que tener forma geométrica rectangular,
-debe
presentar las paredes, o perfiles,
verticales,
-suele
dejar bandas de tierra, o testigos,
sin excavar.
Los yacimientos suelen estar formados por niveles
estratigráficos, colocados unos encima de otros. Cada nivel tiene un
significado cronológico y cultural. Cuando cambia el color del perfil respecto
del testigo, o los objetos aparecidos, se puede decir que ha desaparecido un
nivel y ha aparecido otro. Cuando ya se tienen varios niveles estratigráficos,
cada habitación se denominará con una sigla especial, para poder ser
identificada.
Conviene que el punto
cero, origen de las coordenadas, se encuentre fuera del yacimiento.
Así, todas las denominaciones seguirán la misma dirección. Si se coloca en el
centro, hacia un lado irán letras mayúsculas, y hacia el otro las minúsculas.
El punto cero siempre estará situado por encima del yacimiento, para que no
corra peligro de ser derribado.
Cada cierta distancia en los ejes principales es necesario clavar estacas,
comprobadas a diario.
Como es lógico, todos los trabajos han de ser efectuados mediante aparatos
de medición topográfica: nivel, mira, jalones, cinta métrica…
Con todo, serán los restos descubiertos los que marquen la dirección a
seguir.
e)
Inicio de la excavación
Para comenzar la excavación, hay ciertas reglas:
-si
es una fortificación, se ha de comenzar por el punto más alto,
-si
existen varios niveles, se ha de comenzar por la zona con más profundidad.
Es necesario decidir
también:
-el
lugar donde se va a arrojar la tierra excavada,
-si
se van a volver a cubrir las catas o no,
-si
se va a utilizar una pala mecánica o no.
Una vez que se comienza a levantar
la tierra:
-hay
que avanzar horizontalmente,
-no
se pueden mover de su sitio los objetos aparecidos,
-no
se levanta ningún pavimento o muro, mientras la excavación no lo exija.
Es muy común que aparezcan piedras
sin que se sepa si pertenecen a una estructura o no. Por ello se dejarán
siempre en su sitio. Los objetos sí serán registrados, en posición y forma,
incluso aunque estén fragmentados.
Un nivel es una capa
de tierra levantada, de 2-20 cm. Al comparar luego en el laboratorio
los materiales de cada nivel, se verán si existen diferencias entre los de
arriba y los de abajo, y si aparecen fragmentos del mismo objeto en diferentes
alturas.
Cuando se trata de niveles
finos o con información, la manera de levantar la tierra consiste en
raspar con la paleta milímetro a milímetro. Cuando se trata de niveles gruesos o sin información,
se puede utilizar el pico, pala y piqueta.
En
este caso los terrones levantados han de ser golpeados hasta ser reducidos a tierra
suelta. Posteriormente, la tierra que se saca de los niveles
excavados debe cribarse, puesto que muchos pequeños objetos escapan a la vista.
Un
método eficaz para recoger los restos orgánicos pequeños es la flotación
sobre un contenedor de agua, de forma que los fragmentos de interés quedan
flotando.
El dibujo de excavación se hará a
escala sobre papel milimetrado. Se utilizarán diversas convenciones y signos
para representar los distintos materiales. La colocación del dibujante por
encima del objeto que se dibuja, es esencial para una apreciación exacta.
Respecto a la fotografía,
aparte de las fotos aéreas, se utilizarán escaleras para elevar la cámara.
También va cobrando cada vez más importancia la toma de imágenes de video,
del día a día de la excavación.
Corresponde al director de la excavación llevar al día la redacción
del diario, incluyendo bosquejos
dibujados, y cuidando al máximo la denominación de los mismos, para evitar
confusiones posteriores. Si se trata de tumbas, se deberá indicar la colocación
del cadáver, del ajuar, y un croquis de la tumba.
Los materiales muebles excavados han de ser posteriormente lavados y
siglados.
Usualmente se escribe: clave del yacimiento + campaña de excavación +
contexto en que apareció. Hoy en día se tiende a describir las piezas de forma
codificada.
Por último, también es necesario documentar la forma, textura, volumen… con tablas de frecuencias y porcentajes. En cuanto al sombreado, es habitual insinuar la presencia de una luz mediante rayas o puntos en las zonas oscuras.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia