SALUSTIO
a) Gayo Salustio
b) Historiografía de
c) Conjuración de Catilina de Salustio
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Gayo Salustio Crispo (86-35 a.C) nació en Aminterno,
territorio sabino. Vivió una de las etapas más apasionantes de la historia de
Roma, el final de la República.
De joven se trasladó a Roma, donde inició sus estudios y el cursus
honorum. Era de familia noble, pero no perteneciente a la
aristocracia romana, por lo que debió tener dificultades para poder desarrollar
su carrera política.
El año 55 a.C. ejerció el cargo de tribuno
de la plebe. Por aquellos años había encarnizadas luchas entre los
candidatos al consulado, acabando la mayoría de ellas en autenticas peleas
entre bandos, con el consiguiente asesinato de adversarios. La plebe, por su
parte, se revolvía en algaradas con regularidad.
En este contexto, Salustio siempre salió indemne de todo tipo de acusación,
si bien se sospechaba que simpatizaba con los rebeldes. En cualquier caso, ya
sea por su inocencia o por su conveniencia, ni amigos ni enemigos le llevaron a
juicio por esta causa.
Su caída en desgracia sobrevino el año 50 a.C, cuando fue expulsado del
Senado, según algunas noticias, por conducta
inmoral[1].
También pudiera ser que la acusación fuera una mera excusa para disfrazar
intereses políticos.
Se alineó en el grupo de Julio César, y durante
la guerra civil combatió de su parte, cosechando resultados mediocres.
Rehabilitado por César, recuperó su escaño en el Senado.
Más tarde fue nombrado gobernador
de Africa Nova, provincia a la que, según Dion Casio, sometió a un
intenso pillaje. Regresó a Roma rico y se retiró a vivir en el palacio de los
Horto Sallustiani, dedicándose a escribir historia hasta el final de sus días.
De Salustio se conservan 3 obras, dos monografías (Bellum
Catilinae y Bellum Iugurthinum) y
una obra de mayor extensión (Historiae[2]).
Así mismo se suele atribuir a Salustio la composición de Inuectiua
ad Ciceronem y Epistulae ad Caesarem
senem de república.
En el proemio de la Guerra de
Yugurta, y tras una amarga crítica a los políticos, intenta justificar
Salustio por qué, en su vejez, dedica su tiempo a escribir sobre historia: por
la añoranza de la Roma antigua:
“Por
lo demás, entre las otras actividades que se ejercen con el espíritu, es de
gran utilidad muy en primer término el recuerdo de los hechos del pasado…
Y pienso que, puesto que he decidido vivir alejado de la política, habrá
quienes llamen esta importante y útil labor mía con el nombre de ociosidad…
Si estos individuos recapacitaran sobre los tiempos en que yo conseguí los
cargos y la calidad de los hombres que no pudieron lograr lo mismo, así como
sobre la clase de hombres que llegaron después al Senado, sin duda
opinarán que he cambiado de idea razonadamente y no por desidia, y que mi ocio
redundará en mayor beneficio del país que la actividad de otros…
Pues
yo he leído que muchas veces Quinto Máximo, Publio Escipión y otros ilustres
varones de nuestra ciudad solían decir que cuando contemplaban los retratos de
sus abuelos se les inflamaba el espíritu con gran vehemencia, instándoles a practicar
la virtud. Naturalmente, aquella cera y aquellas imágenes no tenían en sí
una fuerza tan grande, sino que esa llama crecía en el pecho de los hombres
singulares al recuerdo de las gestas, y no se extinguía hasta que su
virtud igualaba la fama y gloria de los mismos”.
Salustio es considerado por los propios romanos como el primer historiador clásico, y eso a pesar de que otros escritores anteriores ya habían escrito sobre la historia de Roma, como Polibio[3], Gelio, Pisón, Calio Antipatro, y sobre todo Sisena[4].
La preocupación más recurrente de Salustio fue la decadencia de Roma. Por ello narra los acontecimientos vividos o cercanos a él. Como Tucídides, se propone:
-desenmascarar
las verdaderas causas
que motivan los hechos[5],
-atender
especialmente al retratismo
de personajes.
Muchos han considerado de Salustio su tendenciosidad, contaminando su obra histórica con intereses políticos y personales. Se le acusa de distorsión de los hechos a la hora de destapar tan detalladamente la corrupción de los optimates[6].
No
obstante, Salustio también sabe dar alabanzas
a personajes de todas las clases, y por diferentes clases de
acciones.
No
obstante, Salustio comete graves errores en la narración de los hechos. En
algunas ocasiones incluye datos a todas luces inverosímiles, quizás por dar
mayor color e interés a sus escritos, o para redondear la narración. Sus
detractores también le reprochan su dudosa
conducta, y de ser “un ladrón inhábil de las palabras de Catón”.
En cualquier caso, es su estilo variado y conciso, tuvo muchos admiradores en Roma, y su estilo fue imitado en Roma con entusiasmo[7].
Titulada por el propio Salustio como Bellum
Catilinae, se trata de la primera obra que escribió. Según confiesa él
mismo en el proemio, en ella se propone “despachar con brevedad y lo más verídicamente
posible la conjuración de Catilina, pues yo considero este hecho
particularmente digno de recuerdo por lo insólito
de la criminal acción y del peligro”.
La narración fue concebida como una obra trágica. El personaje
principal es Catilina,
hombre malvado que intenta una acción criminal contra el Estado, y que fracasa
muriendo atrozmente. Los perniciosos planes de Catilina, no obstante, no se
deben sólo a su naturaleza, sino que encuentran su caldo de cultivo en el
ambiente de corrupción de Roma, que ha
perdido por completo sus antiguos valores. Sólo la actuación de unos cuantos
hombres sensatos logrará salvar a la República del desastre.
Como ya había ocurrido en su vida, también en esta obra Salustio vino a
ser acusado de partidista y parcial. No parece, por otro lado, que haya un interés
especial de Salustio en defender a unos ni a otros.
Se trata de una obra concisa. Eso sí, no se
pueden negar:
-las
incongruencias estructurales[8],
que desequilibran la narración,
-los
errores históricos, desenmascarados por los investigadores.
En este sentido, su otra gran obra, la Guerra de Yugurta, está mucho más conseguida, y denota una mayor madurez del autor.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1]
Según todas las referencias, SALUSTIO llevó una vida privada disoluta.
[2]
Dividida en 5 libros, el último de los cuales quedó inacabado a causa de
su muerte.
[3]
Que escribió en lengua griega.
[4]
Escritor, SISENA, del que Salustio apreciará su estilo variado y colorido,
y que él más tarde empleará en sus obras, frente a la frialdad de otros
escritores, como los citados GELIO, PISON, CALIO ANTIPATRO…
[5]
Es verdad que SALUSTIO cita entre sus causas a la fortuna, pero se trata en
todo caso de una fortuna “moderna”, alejada de la clásica fortuna, e
incapaz de regir destino alguno de las cosas.
[6]
Lo que sus enemigos relacionan con sus orígenes humildes.
[7] Como demuestran las obras espúreas que se le atribuyen a él, quizás por el intento de copiar su técnica. TACITO, por ejemplo, heredó de él su brevedad y rapidez escriturística. Y SAN AGUSTIN estuvo también imbuido por su pesimismo moral sobre la situación de Roma.
[8]
Donde incorpora discursos (como los de CESAR y CICERON), descripciones
amplias (como la de SEMPRONIA)…