TUCÍDIDES
a)
Tucídides
de Atenas
b) Historiografía
de Tucídides
c)
Guerra del Peloponeso de Tucídides
Político e historiador ateniense, Tucídides
(Atenas-454[1]-Atenas[2]-397 a.C) perteneció a
la familia de los Filaidas, hijo de
Oloro de Tracia y de madre ateniense descendiente de Milcíades.
-la
propia aportada por el autor[3],
-los
propios autores de la época
-la
del biógrafo Marcelino, del s. V d.C
Seguro es que:
-fue
ciudadano ateniense,
-por
vía paterna se remontaba a Tracia
-pertenecía
al demo de Alimunte
Respiró en su ciudad la más refinada
cultura de oro ateniense[8],
y fue educado esmeradamente[9],
ya que las rentas paternas permitían forjar su espíritu sin urgencias económicas.
También se inició en la Gramática y Medicina[10].
Surgió, pues, en Tucídides, un espíritu
racionalista-historicista, fundamentado en:
-las
altas clases políticas,
-los
análisis de pensamientos e ideas,
-el
carácter convencional de la ley
-las
bases científicas de las cosas
Ocupó
el cargo político de estratego
de Atenas, en cuyo mandato (424 a.C, en plena I Guerra del Peloponeso)
fue enviado a romper el cerco de Anfípolis, al mando de una flota imponente
ateniense, y en cuya misión fue derrotado por el ejército espartano y se
apartó de la política y de Atenas. Es el momento en que escribe,
del 424 al 411 a.C, todos los acontecimientos de la Guerra civil griega, algunos
testimoniados y contrastados, y otros mismos presenciales.
Fue, por tanto, testigo
directo de los acontecimientos que estaba narrando, entre los cuales
fue importante:
-que
contrajo la Peste que asoló Atenas el 429 a.C,
-que
participó en los acontecimientos de Anfípolis
-que
acudió a enterarse de las protestas populares tras el escándalo de los Hermocópidas
-que
conoció de primera mano los preparativos del Golpe de estado de Atenas-411 a.C
En cuanto a su destierro,
parece ser que Tucídides fue desterrado de su patria Atenas a causa del fracaso
en la campaña de Anfípolis. Es verdad que hoy día se pone en cuestión este
destierro, mencionado por el propio autor[16]
y en un intento de revisar el influjo del autor en sus descripciones[17],
pero las referencias clásicas siempre lo han mantenido[18].
Acabada la Guerra civil en el 404 a.C. parece que volvió a su ciudad
natal, donde pasó el resto de sus años.
b) Historiografía de Tucídides
Tucídides puede ser considerado como el primer autor con vocación
y método historicista de la historia, dando un salto cualitativo
respecto a los logógrafos Herodoto de Helesponto[19]
y Helánico de Lesbos[20].
No obstante, conoce la obra de sus predecesores, y también la de Antíoco de
Siracusa[21].
Se puede decir que Tucídides:
-hois
autós parén, escribe sobre lo que ha visto,
-para
ton allón pynthanomenos, escribe lo escuchado de otros
En
cuanto a lo
que ha visto, Tucídides es bien conocedor de:
-las
peculiaridades dialectales,
-las
sepulturas halladas en la isla de Delos,
-la
estructura urbanística de Esparta
Y en cuanto a lo
que ha escuchado de otros, Tucídides conoció:
-las
genealogías de asentamientos y colonizaciones,
-la
literatura cartográfica, etnográfica y periegética
Son características del método
historiográfico de Tucídides:
-la
autourgía, o inserción directa en
los acontecimientos,
-el
saphés, o búsqueda de lo cierto y
seguro, no tanto de lo bello o seductor,
-la
areté, o ausencia de calificativos en
los personajes
-la
gnomai, o unión de los planes humanos
con el destino de cosas
-la
alethestate prophasis, o búsqueda de
las causas verdaderas
Y son recursos particulares de la
ciencia histórica tucídica:
-la
iluminación de ciclos históricos futuros,
-la
identificación de pretextos sin causas, auténticos hilos que mueven la
Historia,
-la
síntesis de hechos y vida, cargándola de personalidad y psicología, formación
cultural, religiosa, filosófica y política
Tucídides
fue el prototipo de historiador que escribió desde el exilio, con contrato
adquirido ante el lector de contar “toda la sygraphein-verdad”. No fue un mero transmisor de palabras o logógrafo
(que es como tildó a Herodoto), e hizo pivotar su obra sobre 2 pilares
o columnas:
-los
erga-acontecimientos, según los
han visto los testigos (visitando los lugares y preguntando a los videntes) y
según las pruebas materiales que pudieran quedar;
-los
logoi-discursos, con
reconstrucciones aproximadas de lo que dijo cada personaje en cada lugar, y atención especial a aquellos que más atañían a las causas
de la
guerra: los políticos[29].
Tucídides propuso como método[30]
la búsqueda de la verdad (zetesis tes
aletheias, I, 20, 3), criticando a quienes aceptan la tradición oral (akoé,
I, 20, 1) sin comprobación (abasanistos).
Persiguió la exactitud (akribeia, I,
22, 2) con esfuerzo (epíponos, I, 22,
3), dio importancia a la observación directa de los hechos, y puntualizó
escrupulosamente todo criterio, de manera objetiva. Deseaba que su historia
fuera útil (ophélima) para los que
buscaban la verdad (to saphés), sobre
lo que ha sucedido y sucederá de nuevo, de acuerdo con la condición humana, y
como logro cíclico de la historia (ktema
es aiei, I, 22, 4).
En este sentido, su historia aspiró al establecimiento de leyes
universales, con la convicción
de que la historia se repite cíclicamente, y la naturaleza humana (anthropeia
physis) será siempre la misma.
Por último, buscó también Tucídides las motivaciones personales de
los personajes, sus ambiciones y
temores, la admiración y repudio de ideas, desde un intento constante de
objetividad, o punto de referencia bipolar.
Se
puede decir que la obra histórica de Tucídides se implicó de lleno en el
campo político, desde el intento de imparcialidad[31],
y con el deseo de extirpar de la sociedad y mundo griego las dos principales
epidemias que la ponían en peligro: su soberbia-hybris exterior y su ambigüedad política interior. El
panfleto publicitario o campaña electoral de Pericles, desarrollado en su Oración
fúnebre por Tucídides[32],
trae bastante cola de elementos positivos y contradicciones propias.
A
nivel exterior, Tucídides fue un ferviente seguidor de la política democrática
periclea. Lo que le llevó a plasmar por escrito sus elementos positivos, y
también los negativos. La experiencia visual de la guerra civil llevó a Tucídides a replantear
algunos esquemas helénicos elaborados desde los orígenes, y que había que
adaptar a los nuevos tiempos y fracasos.
El primero fue la concepción griega del bárbaro[33].
Y es que, a nivel exterior, la ciudad griega estaba definida como “la asociación
de seres iguales que aspiran, en común, a conseguir una existencia dichosa,
protegiendo para ello a sus ciudadanos de los extranjeros”. Fueron palabras
del mismo Aristóteles[34]
quien definió muy bien lo que fue, ya desde su fundación y hasta el final de
sus éxitos, esa hybris griega, esa
especie de soberbia o superioridad sobre lo extranjero[35].
Así,
Tucídides tuvo que demostrar que el estilo de vida griego no tenía por qué
ser mejor que el de otras culturas, que no tenía por qué tener más atractivo
especial que el resto de culturas. Cosa que, por otro lado Tucídides supo
explicar, y explicó[36].
A
nivel interior, Tucídides luchó contra las ambiguas políticas
internas[37],
sus contradicciones, y el autentico cáncer al alcance de los ciudadanos,
llamado sofismo, en su versión de[38]:
-relativismo,
bajo forma de “todo se muda y todo cambia”,
-venalidad,
bajo forma de “todo tiene que ser retribuido”,
-frivolidad,
bajo forma de “con tu palabra, fundarás una ciudad o la destruirás”,
-convencionalismo,
bajo forma de “las leyes son convenciones para vivir en sociedad”,
-subjetivismo,
bajo forma de “las cosas son como a mí me parece, pues soy la medida de todas
las cosas”,
-oportunismo,
bajo forma de “si los medios son buenos, todo fin vale”,
-indiferentismo,
bajo forma de “no hay cosas buenas o malas, todo depende”,
-utilitarismo,
bajo forma de “sigue tu conciencia y muévete”,
-agnosticismo,
bajo forma de “sobre los dioses, nadie puede saber si existen o no”.
En
el campo de las aportaciones
positivas, en las bases de esta democracia periclea existe en Tucídides:
-respeto
a la tradición,
-conciencia
del progreso hacia algo mejor,
-igualdad
esencial entre ciudadanos,
-identidad
colectiva en torno a la ciudad, no a la estirpe,
-elogio
de las instituciones y carácter atenienses, que se crean mutuamente,
-no
ser indistinto el modo de vida que se elija,
-los
caracteres, modelados en la ciudad, y cada uno contribuyendo al todo,
-reconocimiento
de los méritos,
-ejemplo
de los muertos, que han de servir de modelo para los jóvenes,
-necesidad
de antigüedad, que por sí misma tiene su valor,
-necesidad
de colectividad, pues el individuo solo no es pensable.
En el campo de las contradicciones
negativas, nos encontramos con
la denuncia que hace Tucídides del sistema de sorteo para la ocupación de magistraturas, consejerías o
congresos legislativos, impuesto por Pericles, e incompatible con sus deseos de
ejemplo ante el mundo de sabiduría y juicio.
En segundo lugar nos encontramos con la denuncia del enorme
derroche de dinero tenido que ser desembolsado para pagar a los funcionarios
estatales. Se dice incluso que éste era el incentivo que muchos buscaban al
ocupar cargos, y no otro.
La debilidad exterior y militar,
recuerda también Tucídides, y pese a los reiterados intentos de que no se
perdiera, acabaron perdiéndose. De hecho, nunca Pericles pudo llevar a cabo una
batalla definitiva, sino siempre parciales y de contención.
Por último, multiplicar entes sin
necesidad, o peritos por 2 años sin control, acabó cavando la
propia fosa cuando llegaron los momentos de debilidad (ocurridos cuando la
guerra y peste asolaron Atenas), y por eso, recuerda Tucídides, a Pericles se
le echó, literalmente, todo el pueblo encima.
Fueron relatadas por Tucídides en torno a:
-Incidentes de Corcira (I, 24-55),
-
-
-
Las Batallas del Atica fueron relatadas por Tucídides en torno a:
-1ª Incursión al Atica (II, 18-23),
-
-
-
-Caída de Mitilene (III, 26-29),
-
-Caída de Locria (III, 100-102),
-
-Campaña en Pilos (IV, 3-9),
-
-Campaña en Anfípolis (V, 10-13),
-
-Rendición de Atenas-421 a.C (V, 18-20).
-Traición de Alcibíades (VI,
15),
-
-
-Toma espartana de Plemirio
(VII,
21-25),
-
-Noticias de Sicilia en Atenas (VIII,
1),
-Miedo de Esparta, y negociaciones con persas (VIII,
16-22),
-
-Fin del relato de Tucídides (VIII,
109),
-Rendición de Atenas-404 a.C.
Como citado en 5 libros, destaca:
-Nicias
de Atenas,
libr. III (51), IV (27, 28, 42, 129, 153), V (16, 45, 46), VI (8, 19, 24, 47,
67) y VII
(1-10, 16, 42, 48-50, 60, 72, 76, 78-87).
Como citados en 4 libros, destacan:
-Hermócrates
de Sicilia,
libr.
IV (58), VI (32, 35, 72-75), VII (21, 73) y VIII (26, 29, 45, 85);
-Alcibíades
el traidor,
libr.
V (43, 44, 52-55), VI (8, 15, 28-30, 48, 61, 68, 93), VII (18) y VIII (6, 11, 12,
17, 26, 45-52, 56, 81, 86, 97, 106).
Como citados en 3 libros, destacan:
-Arquidamo
de Esparta,
libr.
I (79), II (10, 12, 13, 18-20, 47, 71-74) y III (1, 2);
-Brasidas
de Esparta,
libr.
II (25, 85), IV (11, 70, 78, 80-88, 102-107, 114-117, 120-128, 135) y V (2, 3,
6-11);
-Demóstenes
de Atenas,
libr.
III (94-97, 107, 111, 112), IV (29-32, 36-38, 76) y VII (25-27, 31, 42, 47-49,
72, 78-87);
-Pisístrato
de Atenas,
libr.
I (20), III (104) y VI (53);
-Cleón
el Sofista,
libr.
III (36), IV (21, 22, 27-29, 33, 36-38, 122) y V (2, 3, 6-10).
En cuanto al resto
-Homero,
libr.
I (3, 10) y III (104);
-Hesíodo,
libr.
III (96);
-Heracles,
libr.
I (24);
-Hermes,
libr.
VI (27, 28, 53, 60);
-Jerjes,
libr.
I (14, 129);
-Sófocles, libr.
IV (2, 46, 65).
Así como los mismos:
-Pericles,
libr.
I (111, 114-117, 127, 139, 145) y II (12, 13, 21, 22, 32, 34, 55, 56, 58, 59,
65);
-Tucídides,
libr.
I (1), II (70), IV (104-107, 135), V (26), VI (7, 93) y VII (6, 18).
De Liga de Delos son destacados:
-Delos,
libr.
I (8, 96), II (8), III (104) y V (1);
-Pireo,
libr.
I (93, 107), II (13, 93, 94), V (26) y VIII (1);
-Quíos,
libr.
I (19, 116), IV (51) y VIII (5, 14, 23, 24, 30, 32, 38, 40, 61-63, 100-108);
-Samos,
libr.
I (13, 40, 115, 116), IV (75) y VIII (16, 21, 25, 48, 63, 73-77, 78-84);
-Corcira,
libr.
I (24, 118, 136, 146), II (7) y III (69, 70, 76);
-Decelia,
libr.
VI (91), VII (18, 19, 27, 28, 42) y VIII (3).
De Liga del Peloponeso son destacados:
-Argos,
libr.
I (9, 135), II (68), V (14, 27-31, 36-41, 80-84) y VIII (25);
-Corinto,
libr.
I (13, 25), II (92, 93), IV (42) y V (30, 31);
-Potidea,
libr.
I (56, 60-62, 118, 139), II (2, 58, 70), III (17) y IV (135);
-Megara,
libr.
I (27, 103, 105, 107), II (9, 30) y IV (68, 69);
-Mesina,
libr.
III (90), IV (1, 24, 25) y V (6).
Otros lugares mencionados son:
-Delfos,
libr.
I (25, 28, 112, 118, 121, 143);
-Maratón,
libr.
I (18, 73) y II (34);
-Termopilas,
libr.
III (92) y IV (36);
-Micenas,
libr.
I (9, 10);
-Mileto,
libr.
I (15) y VI (78-88);
-Olimpia,
libr.
I (121, 143) y II (8);
-Iberia,
libr.
VI (2);
-Italia,
libr.
I (12) y II (7);
-Egipto,
libr.
I (104, 105, 109, 110), II (53) y VIII (35)
-Sicilia,
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1]
Según los datos arqueológicos encontrados sobre referencias escritas por
el propio autor sobre su vida. Descartamos, por tanto, la versión de la
fecha del 471 a.C. aportada por APOLODORO, Historia,
244f-247b).
[2]
De origen confuso es el lugar de su muerte, pues:
-al
finalizar la guerra (404 a.C) se le dejó volver a Atenas, con permiso de
regreso que ENOBIO parece concederle (cf. PAUSANIAS, I, 23),
-el
411 a.C. interrumpió su obra bruscamente, sin seguir relatando los
acontecimientos.
[3]
Sin olvidar que JENOFONTE fue el que editó y puso en circulación el
manuscrito original de TUCIDIDES (cf. DIOGENES LAERCIO, II, 57).
[4]
cf. PICCIRILLI, L; Storie dello storico Tucidide, Genova 1985.
[5]
cf. VULGO GIGANTE, E; “Il bios tucidideo di Marcelino e lo zelos
omerico”, en Annali Facolta Lettere
Napoli, Napoles 1981, pp. 5-16.
[6]
Como atestiguan las explotaciones mineras de las que fue propietario
su padre, OLORO, en dicha zona. También TUCIDIDES mostró siempre especial
vinculación a dicha región.
[7]
cf. PLUTARCO; Vida de Cimon, 4.
[8] Nada más que en la Atenas de PERICLES (495-429 a.C) Tucídides creció viendo:
-cómo aumentaban
los puestos de trabajo, construcciones navales, grandiosas obras
públicas, artesanía e intercambios comerciales…
-cómo
la ciudad se rodeaba de intelectuales como el filósofo ANAXAGORAS, el trágico
SOFOCLES, el arquitecto HIPODAMO…
-cómo se
instalaban colonias militares en el Egeo con habitantes atenienses, distribuyendo así la población
excedente,
-cómo se abrían nuevas economías, colocando guarniciones en puntos
estratégicos y vigilando a los aliados de dudosa fidelidad…
-cómo la
ciudad, saqueada e incendiada por los persas tras la Batalla de las Termópilas-480
a.C, necesitó de un ambicioso plan de reconstrucción material y moral,
materializándose los levantamientos de:
-los templos de Poseidón y Némesis,
-la muralla entre Atenas y El Pireo,
-la Acrópolis,
-los templos de Hefesto y
Dionisio,
-el Odeón y el Telesterion de ELEUSIS,
-los Propileos
de MNESICLES,
-el Partenón de FIDIAS, ICTINO y
CALICRATES,
-el Erecteion
de FILOCLES,
-el templo de Atenea Niké
de CALICRATES,
-el urbanismo racional de HIPODAMO DE MILETO,
-la construcción
de Turios… y la estatua de Atenea, de 12 m. altura y esculpida en oro y
marfil.
[9]
Notorias son las influencias en el espíritu de Tucídides de ANAXAGORAS (de
quien parece que llegó a tomar el termino eclipse), PRODICO, PROTAGORAS e incluso del mismo GORGIAS.
[10]
Las conexiones entre HIPOCRATES y Tucídides son bastante elevadas, sobre
todo a la hora de la descripción médica de la Peste del 429 a.C,
diagnosticando la enfermedad a base de la sintomatología y de sus causas
naturales (cf. LICHTENTAELER, C; Thucydide
et Hippocrate, Ginebra 1965).
[11]
Elemento importante para la posterior búsqueda de causas y
explicaciones de los sucesos, pues TUCIDIDES dejará siempre claro que en
historia el fuerte impone su decisión sobre el débil, y los dioses y
hombres dominan a quienes superan en poder. Como él mismo dice: “No hemos
sido nosotros quienes hemos establecido esta ley (la del más fuerte), sino
que existía cuando la recibimos, y la hemos de dejar a la posteridad para
que continúe vigente” (cf. II, 65).
[12]
cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides,
ed. Alianza, Madrid 2008, p. 15.
[13]
Donde acudió a socorrer a la población de las manos del espartano BRASIDAS,
y tras lo cual no volvió a su tierra de Atenas por el período de 20 años
(cf. WESTLAKE, H. D; “Thucydides and the fall of Amphipolis”, en Hermes,
XC, 1962, pp. 276-287; ELLIS, J. R; “Thucydides at Amphipolis”, en Antichthon, XII, 1978, pp. 28-35; SCHEPENS, J; L’autopsie dans la methode des historiens grecs du V siecle avant J.C,
Bruselas 1980, pp. 152-180).
[14]
cf. PICCIRILLI, L; “Eisangelia e condanna di Temistocle”, CCC,
4, 1983, pp. 333-363.
[15]
cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed.
Alianza,
Madrid 2008, p. 13.
[16]
cf. TUCIDIDES, Historia de la Guerra del
Peloponeso, V, 26.
[17]
cf. CANFORA,
L; Tucidide Continuato, Padua
1970; CANFORA, L; “Tucidide non esiliato e la testimonianza di Aristotele”,
en BIFG, IV, 1978, pp. 35-43.
[18]
cf.
CICERON, Orator, II, 56;
DIONISIO DE HALICARNASO, Tucidides,
41; PLINIO, Historia Natural, VII,
111; PLUTARCO, Vida de Cimon, 4.
[19]
cf. PLACIDO, D; “De Herodoto a Tucídides”, Gerión, IV, 1986, pp. 17-46; GENTILI, B; CERRI, G; Le
teorie del discorso nel pensiero greco e la storiografia, Roma 1975;
RAWLINGS, H; The estructure of Thucydides’History, Princeton 1981; SCHREINER,
J. H; “Historical methods, Hellanikos and the era of Kimon”, OAth, 1984, pp. 163-171.
[20]
Nacido en Mitilene (Jonia) en el 490 a.C, y principal impulsor de las
historias del templo de Argos, juegos carneos espartanos, origen del Ática,
sucesos de Troya y Persia, y del origen etrusco en la fundación de Roma,
como pueblo arcaico griego expulsado de su territorio por las invasiones
aqueas.
[21]
Por sus conocimientos aportados sobre documentos oficiales de Sicilia,
inscripciones y sepulturas descubiertas después por la arqueología, etc (cf.
GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed.
Alianza, Madrid 2008, p. 17).
[22]
cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía.
Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 113.
[23]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit, p.
18.
[24]
cf. Ibid, p. 18.
[25]
cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 558.
[26]
cf. MARINATOS, N; Thucydides and Religion, Meisenheim 1981; HUART, V. J; Gnome
chez Thucydide et ses contemporains, París 1973.
[27]
cf.
TUCIDIDES, Historia de la
Guerra del Peloponeso, I, 23 y VI, 60. Aparte, cf. ANDREWES, A;
“Thucydides on the Causes of the War”, ClQ,
IX, 1959, pp. 232-239; RAWLINGS, H. R; A
semantic study of prophasis to 400 B.C, Wiesbaden 1975; WILLE, G; “Zu
Stil und Methode des Thukydides”, Wege
der Forschung, IIC, Darmstadt 1968, pp. 703 y ss.
[28]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit,
pp. 21 y ss.
[29]
La costumbre de insertar discursos en medio de los hechos era ya una práctica
habitual griega desde HOMERO y HERODOTO. No obstante, Tucídides advierte en
su célebre capítulo metodológico (I, 22) que tales discursos van a estar
presentes en su obra sin frases manidas ni lugares comunes, aparte de dejar
de lado las hazañas pasadas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A., op.cit, p. 548).
[30]
cf. Ibid., pp. 551-562.
[31]
Claro está que Tucídides era un ferviente entusiasta del régimen democrático
instaurado por PERICLES, y que esto lo manifiesta hasta por escrito (cf. II,
65, Oración fúnebre de Pericles…).
Incluso se habla hoy día de su defensa a la concepción imperialista de
Atenas (cf. ROMILLY, J; Thucydide et
l’imperialisme athenien, París 1951; WESTLAKE, D; “The subjectivity
of Thucydides, his treatment of the four hundred at Athens”, John Rylands Library, 56, 1973, pp. 208 y ss; DONINI, G; La
posizione di Tucidide verso il gobernó dei Cinquemila, Torino 1969)…
Pero otra cosa fue la configuración de su obra, donde fue imparcial en lo
referente a la Pentecontecia y a la guerra de Sicilia, y cuando su amistad
hacia Esparta nunca fue en perjuicio de Atenas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir);
Historia de la literatura griega,
ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 559).
[32]
cf. TUCIDIDES, op.cit, II, 35-46.
[33]
Existen dos concepciones, casi antagónicas, del concepto de “bárbaro”
en la política griega:
-no
racista. Según algunos autores, el término no
tenía la connotación racista moderna. Por el contrario, los griegos
estimularon a los bárbaros a participar de la cultura griega, y a casarse
libremente; después, todos los europeos, asiáticos y africanos eran
incluidos en el concepto sonoro de Hélade.
El propio ALEJANDRO III MAGNO dio ejemplo anti-racista, casándose con una bella
princesa bárbara, una persa. Es el punto de vista más común.
-racista.
Las fuentes griegas dan cuenta de un empleo despectivo del término “bárbaros”,
empleo que será regularmente utilizado para designar como inferiores a los
pueblos con los que el mundo helénico se ve confrontado. Es la visión de A. Iriarte.
[34]
cf.
ARISTOTELES, Política, I,
5, 125a.
[35]
En
el arte, por ejemplo, esa intencionalidad de independencia y superioridad
griega, quedaba totalmente patente. De hecho, la mímesis-imitación
de la realidad del arte helénico dejó perplejo al mundo entero, y llegó a
crear recelos en el entorno. La
cultura egipcia, por ejemplo, rechazó
totalmente este planteamiento, al
decir que este tipo de esteticismo estaba bastante distanciado de la vida (cf.
BOARDMAN, El arte griego, ed.
Destino, Barcelona 1997, p. 23).
[36]
cf. TUCIDIDES, op.cit, III, 82-85.
[37]
El año 431 a.C, por ejemplo, Tucídides presentó contra ANAXAGORAS (ca.
460 a.C) una acusación en el Areópago ateniense, por su “medismo, asebia
y ateísmo, por negar la influencia de la divinidad en los ciclos naturales
del Sol y la Luna”, consiguiendo que lo encarcelaran, pagase una multa y
lo desterrasen a Lampsaco (cf. FRAILE, G; Historia
de la filosofía. Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 209).
[38]
Como alabará posteriormente ARISTOTELES sobre Tucídides, ya en su
obra se aprecia una lucha contra las funestas calamidades que los políticos
sofistas estaban introduciendo en Atenas y toda Grecia (no hay más que ver
su alegato de defensa moral que Tucídides introduce en su Historia
de la Guerra del Peloponeso, III, 82-85, en referencias a las
barbaridades políticas que habían llegado a impregnar la cultura griega).
Y
es que, en
efecto, PROTAGORAS (480-410 a.C), principal del sofismo ateniense, llegaba a
decir que cada uno era libre para actuar según su conveniencia (cf. PROTAGORAS,
Sobre el ser, p. 317b).
En
este sentido, no sólo Tucídides, sino también ARISTOFANES salió en su
defensa, demostrando que los sofistas eran capaces de pronunciar un discurso
justo y otro injusto sobre el mismo tema y al mismo tiempo (cf. ARISTOFANES,
Memorias, I, 6-13).
El
mismo SOCRATES (470-399 a.C) tuvo que oponerse violentamente a este sistema
lacroso político. Citado por boca de Platón, el “maestro” pensaba que
“los hombres debían superar esa conveniencia particular, y ocuparse de la
verdadera sabiduría, que saca de los bienes el bien, y que propone
conocimientos que son universales” (cf. PLATON,
Eutidemo, p. 278e).
[39]
Previa a esta causa 2ª sobre la Guerra del Peloponeso estuvo el período de
“Talasocracia” o dominio marino sobre el resto de Atenas, considerada la
capital cultural, comercial y militar del Mediterráneo en los años 478-431
a.C (Pentecontecia ateniense). Aun
así, habría que añadir otras tres causas más, resultando ser éstas por
su orden:
-la
competencia en los mercados,
-la
injerencia ateniense en los estados aliados,
-la
reacción anti-democrática interna y externa a Atenas.
Fuentes internas que hablan de estos sucesos fueron:
-JENOFONTE,
sobre la sociedad ateniense,
-DIODORO DE SICILIA, cuyos libros XI y XII abundan en detallismo,
-EFORO, autor presencial de los hechos,
-TIMEO, cuya obra hoy
está perdida,
-PAUSANIAS, sobre las Batallas de Tanagra y Eno,
-PLUTARCO, del s. I, sobre las figuras políticas en conflicto.
Fuentes numismáticas también hablan de la intensificación
de la circulación monetaria entre el 480 y 450 a.C, predominando en todas
las colonias mediterráneas el patrón y escudo ateniense.
Testimonios epigráficos también advierten una fuerte vitalidad adquirida rápidamente por Atenas y el entorno helénico, como se ve en el aumento de:
-los decretos políticos,
-las listas de tributos
atenienses,
-los cálculos de costes de edificios (se conservan el del
Partenón y Erecteion en Atenas, y el Asclepeion de Epidauro),
-los ostraca,
o tiestos de votación para el exilio en ostracismo de ciudadanos
atenienses,
-la documentación de cultos y festivales.
Testimonios arqueológicos, tanto en representaciones en vasos
cerámicos, como en viñetas esculpidas sobre la vida de la ciudad, y restos
monumentales todavía conservados, también avalan la presencia y pugna de
Atenas y Corinto, principalmente, en todo el arco mediterráneo.
A esto hay que sumar la formación de la
Liga de Delos bajo mandato ateniense, y formada por más de 200 ciudades a lo
largo del Egeo (salvo Melos), Grecia Central, Tesalia y Sicilia (Catania,
Regio y Leontinos), con un ejército de 300 trirremes, 16.000 jóvenes
atenienses, 1.200 jinetes tesalios y 13.000 hoplitas (cf. HERNANDEZ URIEL,
P., op.cit, Madrid 1993, pp.
503-512).
[40]
Tras las insistencias de:
-Corinto,
sobre el aspecto de la soberanía naval (posible únicamente mediante el
control del Istmo de Corinto),
-Megara,
para que no obtuvieran siempre perdidas respecto a los decretos comerciales
con Atenas,
-Esparta,
enemiga visceral de Atenas desde el momento (477 a.C) en que las islas del
Egeo dejan de confiar su defensa militar ante Persia en Esparta (ya que ésta
estaba siempre condicionada a su propia stasis interna), y eligen como hegemon-ejecutivo
de su Simmajia-Guerra a Atenas, con
centro federal jonio en Delos.
También
entrarían en esta Liga del Peloponeso los estados de Locria, Focea, Beocia (salvo Platea), del Adriático (Ambracia,
Leucade, Anactorion), Sicilia y Magna Grecia (Tarento, Locros, Siracusa),
sumando un ejército de 4.000 espartanos de infantería, 1.900 jinetes
beocios y 40.000 hoplitas de Esparta (cf. HERNANDEZ URIEL, P., op.cit,
pp. 522-529, 591-603).