COLONIZACIÓN GRIEGA

 

Ejecutada por las polis griegas,

desde la rusa Azov hasta Gibraltar

 


Talasocracia griega sobre el Mediterráneo, a lo largo del s. VIII y VII a.C

Madrid, 1 enero 2022
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

            Tras la Batalla de Troya (ca. 1176 a.C) tuvo lugar la caída y desaparición de la Grecia Micénica, de aquella portentosa raza de héroes que habían logrado forjar una hermandad de pueblos con toda una serie de batallitas y cuentos religiosos en común. Y durante 400 años Grecia permaneció en la más absoluta penumbra. No obstante, el 776 a.C surgen de repente aquellos fulgurantes Juegos I de Olimpia, que de golpe reunió a atletas helénicos de todos los rincones del mundo griego, casi de la noche a la mañana. ¿Qué ha pasado aquí?

             A lo largo del s. IX a.C se había iniciado en Grecia un lento proceso de recuperación, respecto al atraso y decadencia de la Grecia Oscura (1176-876 a.C). Había sido un siglo en que había tenido lugar el surgimiento de la escritura griega definitiva[1], la arquitectura pétrea civil y religiosa, una cerámica y escultura a niveles de máxima calidad, y la creación de unas embarcaciones que permitían salir al mar exterior y recabar las materias primas circunvecinas. Un siglo IX, en definitiva, en que Grecia logró salir de la oscuridad, y adquirir unas coordenadas que la iban a poner en la lanzadera del esplendoroso s. VIII a.C.

             A inicios del s. VIII a.C se vino a sumar a lo anterior la adquisición de 2 fenómenos fundamentales para la civilización griega: el desarrollo de las polis griegas, y la circunvalación griega por todas las cuencas limítrofes. Fue el momento del despegue de Grecia, que en pocos años fondeó al completo las costas e islas de todos los mares[2], llegando hasta la lejana Iberia. Surge así el 1º concepto fundamental de Grecia: la Hélade, o concepto de lo helénico, allá donde se encuentre un griego, un greco-parlante, una divinidad griega, unos valores culturales griegos o un estilo de vida griego.

             Con la llegada del s. VII a.C se va a sumar al concepto de Hélade (o lo helénico) el 2º concepto del macro-cosmos helénico: la Hybris, o concepto de la superioridad griega sobre todo lo extranjero. Una hybris que se empezará a manifestar tanto en el reforzamiento de los valores internos[3] como en el rechazo a los valores ajenos[4], de forma cada vez más acentuada.

a) Expansión griega por el Mediterráneo

             A partir del 800 a.C. las riberas del Mediterráneo comenzaron a poblarse de comunidades griegas desde un extremo a otro, y se fueron instalando en ellas la nueva forma de comunidad importada desde Grecia: la polis. Los propios griegos designaron a estas nuevas fundaciones apoikias[5], como nueva realidad en la que la propia casa era trasladada a otro lugar[6].

             Unas apoikias (o colonias) que, con el tiempo, se irían independizando de sus metrópolis griegas fundadoras (sobre todo a nivel económico y administrativo), aunque sin perder nunca los vínculos sentimentales, militares y religiosos. En todo caso, este proceso de expansión griega fue orquestado y organizado por cada polis griega, que decidía dónde fundar sus propias colonias, o qué tipo de personas llevar allí, o cuál sería su fisonomía económica y social.

             Respecto a las causas que motivaron a las polis griegas a lanzarse al mar y buscar esas nuevas tierras, hubo causas activas y condicionantes pasivos[7] en aquel 800 a.C. Entre las causas de la expansión, estarían:

-la presión demográfica, tras el baby boom[8] experimentado al empezar a ver Grecia la luz,
-la escasez de alimentos, que endeudó o arruinó a los campesinos,
-las dificultades del suelo griego, que impedían un cultivo extensivo de tierras,
-las revueltas interiores, de jóvenes o allegados buscando trabajo,
-la política selectiva griega, que dirimía entre políticos vencedores y vencidos, éstos últimos exiliados,
-las noticias de ida y vuelta, de que otros ya estaban buscando tierras, y yo no,
-el régimen de propiedad fundiaria, que empezó a implantarse en las colonias,
-el carácter aventurero griego, que ahora reflorecía de sus cenizas.

             Sin embargo, estos deseos no habrían podido ser llevados a la práctica sin la existencia de unos condicionantes de la expansión, tales como:

-los viajes de exploración precedentes, que en el s. IX a.C. habían trazado rutas en alta mar,
-los contactos ya existentes en esas exploraciones, sobre todo a nivel comercial,
-el conocimiento del arte de navegar, que se fue universalizando entre los griegos,
-la estratégica geografía griega, que tenía sus polis en todo tipo de recoveco, istmo, ínsula o estuario marino,
-la modernización de la flota griega, que avanzó en tecnología y recursos financieros,
-la centralización del Santuario de Delfos, que reunía a los aventureros y aunaba noticias y experiencias.

             Una vez adoptada la decisión de fundar una colonia, decisión que afectaba al conjunto de cada polis griega, se procedía a la elección de un oikistés (lit. fundador
[9]) y del equipo expedicionario. El oikistés se convertía en el líder de la expedición, estaba dotado con plenos poderes políticos y económicos, y estaba obligado a ofrecer todo tipo de soluciones logísticas y diplomáticas[10]. En cuanto a la leva expedicionaria, su elección se llevaba a cabo a través de un sorteo entre los candidatos (de forma libre), o entre el resto de la población si el número no había llegado a 1.000 (de forma forzosa). El viaje de la expedición se realizaba en naves pequeñas y reducidas, dotadas casi al completo de material bélico.

             En cuanto a los emplazamientos buscados, cada polis griega tenía sus preferencias de exploración, pero siempre desde las 3 coordenadas griegas por excelencia: las islas cercanas a la costa, los promontorios (o penínsulas) que sobresalían de la costa y las desembocaduras de los ríos. A ser posible, con montañas que separasen a la colonia del fácil acceso de los indígenas de cada lugar, y permitiese en ellas la instalación de los lugares religiosos y defensivos.

             Una vez llegados a la nueva fundación, se llevaban a cabo los 2 rituales religiosos preceptivos: el sacrificio de los augurios (para saber dónde poner el punto 0, y desde ahí establecer cada lugar público) y la implantación del fuego sagrado (traído en barco desde la metrópoli). Poco después, iban acudiendo desde la metrópoli los nuevos refuerzos que se iban necesitando, hasta ir completando la población y cubriendo los objetivos.

             En cuanto al reparto de lo conquistado, se dotó a cada recién llegado a la colonia de un clero (lote de tierra), sin atender a su condición social o privilegios precedentes en la metrópoli. Aunque no tardaron en crearse las diferentes clases sociales y aristocráticas, según la diferente adquisición de riquezas que unos y otros empezaron a atesorar.

b) Colonización de Sicilia e Italia

             La Sicilia oriental comenzó a ser colonizada desde el 770 a.C, y contó con unas condiciones que permitieron a los griegos trasplantar allí su estilo de vida (dadas las excelencias climatológicas) y sus políticas (al no existir ningún reino indígena establecido, ni indígenas que sirvieran a otros reinos externos). De hecho, muchos indígenas de la zona[11] pidieron ser admitidos como sirvientes de los griegos, y los escasos resistentes[12] fueron sometidos a la fuerza.

             Las colonias de Naxos, Leontini y Catania fueron fundadas por los griegos de Calcis, y controlaron la parte norte de la isla. Siracusa fue fundada por los griegos de Corinto, y ofreció un lugar excepcional por sus posibilidades defensivas y económicas (la fértil llanura del río Anapo). Megara Hiblaea fue fundada por los griegos de Megara, mediante una especie de acuerdo con los habitantes de la región.

             Las fundaciones de la Sicilia occidental fueron implantadas a partir del 700 a.C, y muchas de ellas fueron llevadas a cabo por las propias colonias de la parte oriental. Contaron con la presencia de un potencial y fuerte adversario: Cartago, que tenía ya establecidas allí sus propias colonias cartaginesas. No obstante, bajo un firme pacto comercial lograron los griegos adentrarse en esa zona insular, y así empezar a fundar sus colonias en Gela (fundada por los griegos de Rodas), Agrigento (fundada por los rodios, y una de las futuras ciudades más prósperas de su siglo), Selinunte (fundada por los megarenses de Megara Hiblaea) e Himera (fundada por los griegos de Calcis), ésta última como escala en la ruta comercial hacia Cartago, Etruria o Iberia.

             En general, fueron colonias sobresalientes fundadas por los griegos en Sicilia:

-Naxos, la 1ª colonia griega occidental,
-Siracusa, la colonia helénica más grande,
-Ortigia y Megara Hiblaea, en torno al río Anapo,
-Tapsos, llena de tholos micénicos,
-Akrai, Tindaris y Taormina, de excelentes teatros,
-Segesta, Selinunte y Agrigento, de templos griegos gigantes.

             En el centro de Italia fue fundada el 760 a.C la colonia de Pitecusas por los griegos de Eritrea (en la isla de Isquia, a la altura de Nápoles) y Cumas (sobre la costa de esa misma bahía), en una zona que ofrecía unas tierras fértiles y fácil suministro de materias primas, así como grandes posibilidades de comerciar con las comunidades indígenas del interior y la colonia etrusca de Capua (con cuya aristocracia se estableció una relación cordial).

             Muchas de las familias que se establecieron allí poseían esclavos y un gran uso de la escritura helénica, como lo demuestra la Copa de Néstor[13] descubierta en Isquia (del 750 a.C). Se desarrolló en esta zona una poderosa industria local (que incluía la metalurgia y la cerámica), y empezó a importarse a ella elementos fenicios del Oriente. Igualmente, se desarrolló allí (en Poseidonia) los más gigantes templos griegos de la época.

             En la costa sur de Italia fue fundada Regio por los griegos de Calcis hacia el 750 a.C, con el deseo de controlar el paso de los estrechos. Los griegos de Argos fundaron Sibaris (de riqueza legendaria, a causa de su privilegiada llanura fértil aluvial) y Crotona (promontorio que protegía las naves de la zona), mientras que los griegos de Esparta fundaron Tarento (única fundación espartana en toda la historia), pequeña península que separaba dos grandes puertos por un estrecho canal (como mejor posición estratégica de toda la época).

             El resto de colonias del sur de Italia fueron fundadas hacia el 700 a.C. Fue el caso de Locris, por parte de los griegos de Lócrida (tras engañar con un falso juramento a los indígenas sículos); Siris, por parte de los griegos de Jonia (llamada posteriormente Heraclea); y Metaponto, por parte de los griegos de Argos (con la mejor organización territorial de la época). Se trató de colonias que supieron internarse en el interior itálico indígena, ampliar las áreas de influencia comercial e incluso quitar a sus gentes del foco mediático de etruscos y cartagineses.

             En general, fueron colonias sobresalientes fundadas por los griegos en el centro y sur de Italia:

-Pitecusas, en la isla de Isquia,
-Poseidonia, de templos griegos gigantes,
-Regio, aliada de Atenas y llena de bronces,
-Leucipos, centro pesquero de la zona,
-Sibaris, de excelencias y exuberancias en el estilo de vida,
-Metaponto, de trazado octogonal,
-Tarento, la única colonia espartana,
-Egnazia y Otranto, de cultura mesápica adriática.

c) Colonización del Egeo y la Jonia

             Los estrechos de Dardanelos atrajeron desde el 760 a.C la atención de los colonos griegos, por su expansión natural de las costas griegas del Egeo hacia ellos. Se trataba de una región llena de desembocaduras de ríos, con abundantes montañas que proporcionaban independencia y con valiosos recursos naturales, como madera y materiales preciosos.

             No obstante, contaba la zona con numerosos inconvenientes, como los inviernos fríos y abundantes lluvias a lo largo del año, así como indígenas guerreros que tenían bien fortificadas sus poblaciones y mostraron una actitud hostil hacia los griegos. Lo cual llevó a los griegos a extremar las medidas de precaución (a nivel militar), así como a medidas disuasorias como el rapto de mujeres indígenas, si se torcía la convivencia.

             En cuanto a las islas del Egeo, fueron los griegos de la isla de Paros los que fundaron el verdadero puente con la zona dardanela: la isla de Tasos, el 700 a.C y en cuyas inmediaciones se encontraban importantes yacimientos de oro. Tras esa conquista, los griegos fueron ocupando y colonizando el resto de islas egeas más lejanas, que fueron cayendo en mano helénica una tras otra: Andros, Quíos, Lesbos... La isla de Samotracia, famosa por su Santuario de los Grandes Dioses, fue colonizada por los griegos de la isla de Samos, y ofreció el principal punto de suministros a las colonias del Egeo.

             La península calcídida, con sus sobresalientes promontorios, fue colonizada por las ciudades griegas de Eubea desde el 760 a.C, casi siempre mediante el uso de la fuerza[14].

             La Jonia, o actual costa turca occidental, fue colonizada casi al completo por las polis griegas de Mileto y Megara, tras hacerse ambas con el control militar en la zona. Mileto fundó Cízico el 757 a.C y se anexionó todo el sur de la Jonia, mientras que Megara estableció en la Jonia norte las importantes colonias de Bizancio, Calcedonia, Selimbria y Astaco.

             En este segundo caso, el de la Jonia norte, con la inestimable ayuda de Atenas, que para ello fundó su primera colonia tras más de 150 años de silencio colonizador: Sigeo, como entrada estratégica al Helesponto. No obstante, en cualquier caso rehusaron los griegos a internarse en el interior continental asiático, dado que los enemigos reinos de Lidia y Frigia establecieron de inmediato controles de montaña.

             En general, fueron colonias sobresalientes fundadas por los griegos en el Egeo y la Jonia:

-Tasos, hecha a base de mármol de isla de Paros,
-Samotracia, donde estaba el templo de los dioses griegos,
-Cízico, donde abundó la sal y atún,
-Bizancio, en la punta de los Dardanelos.

d) Colonización del mar Negro

             Las condiciones geográficas del mar Negro no resultaban demasiado favorables para la colonización griega, dado su clima extremadamente frío y sus inaccesibles montañas en los acantilados. A lo que se unía la lejanía de estas regiones, que desde el principio empezó a sembrar en las metrópolis griegas las leyendas fantasiosas sobre la zona[15].

             No obstante, los griegos encontraron en los estuarios de sus ríos un punto débil de entrada, y por ellos se adentraron hacia el 700 a.C. Así, lograron hacerse con una serie de puertos inexpugnables, y desde ellos inspeccionar las riberas marinas.

             Pronto se encontraron los griegos con la presencia en la zona de los tracios, escitas, getas, dármatas, taurios y colquios, que con un espíritu nómada y guerrero desarrollaban en la zona un extraño estilo de vida estepárico[16], lleno de ritos mágicos (chamánicos) y tumbas ancestrales (las célebres kurganes), crianza de caballos y familiaridad con el mundo animal, canibalismo y sacrificios humanos, ornato principesco[17] y religión animista.

             Con dichas tribus indígenas, los griegos trataron de mantener relaciones políticas y religiosas diplomáticas, a través de la obtención para sus reyes de todo tipo de lujos traídos desde el mundo helénico (sobre todo del vino, que al parecer fue el objeto griego más preciado por los monarcas escitas).

             Las fundaciones del mar Negro fueron impulsadas casi siempre por la polis de Mileto, que fundó 90 colonias y dejó colonizada al completo las costas del norte y del este, dejando como principales asentamientos las colonias de Istros (Rumanía, 680 a.C), Olbia (Ucrania, 670 a.C) y Panticapeo (Crimea, 650 d.C). En las costas del sur, los milesios fundaron Sínope (Turquía), y se hermanaron con la Heraclea Póntica fundada por los griegos llegados de Megara.

             Los griegos importaron a la zona los productos manufacturados del Mediterráneo (vino, aceite, cerámica...), y obtenían a cambio pieles y los minerales más caros encontrados hasta la fecha. Pronto pasaron a convertirse dichas colonias del mar Negro en las más ricas y prósperas de toda la Hélide, a pesar de su lejanía y propias peculiaridades locales.

             En general, fueron colonias sobresalientes fundadas por los griegos en el mar Negro o Ponto Euxino (futuro ostrakon romano):

-Istros, en la desembocadura del Danubio,
-Olbia, llena de minas preciosas de Ucrania,
-Quersoneso, puerto principal de Crimea,
-Gorgipia y Torik, en las costas rusas del Caucaso,
-Panticapeo y Hermonasa, cabos de acceso al mar de Azov,
-Tanais, punto de entrada a los ríos de Rusia.

e) Colonización del Adriático y Africa

             La colonización del Adriático fue un proceso casi natural de las polis griegas del Epiro y costa este griega, dada la cercanía de las islas y costas de la Italia oriental. De hecho, hasta muchos de esos indígenas ilirios ya conocían el griego hablado, a pesar de seguir viviendo en ethnos (comunidades tribales) y tener sus propias formas de gobierno (asambleas de indígenas) y propio santuario común, para nada parecido al helénico

             Dada la cercanía geográfica, todas las colonias fundadas por los griegos tuvieron en el Adriático una fuerte dependencia de la metrópoli, sobre todo de la metrópolis de Corinto (su principal polis colonizadora) y de su colonia aliada Corcira[18]. Una fuerte dependencia dado lo que había en juego: el control de la ruta de la plata, que desde el Occidente debía pasar por allí en su camino hacia el Oriente.

             Los principales enclaves fundados por los griegos de Corinto en aguas adriáticas fueron Apolonia y Epidamno, hacia el 650 a.C. Y ya en suelo italiano Adria y Spina, situados en el delta del Po (del 650 al 600 a.C).

             Respecto a la colonización del norte de Africa, ésta quedó reducida al delta del Nilo y a una pequeña parte de la costa libia, y como caso realmente singular. De hecho, la única colonia establecida en Egipto (la de Naucratis, el 660 a.C) fue orquestada por el propio faraón Psamético I, que quiso establecer allí[19] un emporio de diferentes mercaderes procedentes de todas partes, que cambiara el grano egipcio por las diferentes especias obtenidas del mundo helénico (sobre todo el vino, aceite y plata). Por ello, la presencia helénica en Egipto apenas se hizo notar.

             En la costa libia, denominada cirenáica, los indígenas bereberes se establecían en tribus pastoriles, bajo regencia de un rey común y sin ninguna población realmente importante[20]. Por ello, la fundación de Cirene que hicieron los griegos de Tera (el 632 a.C) fue un caso inédito en la zona, e incluso contó con la colaboración de los indígenas de la zona. La prosperidad de Cirene estuvo basada en la riqueza agrícola y ganadera, así como en el monopolio mundial que allí se hizo de una planta curativa local: el silfio.

f) Colonización del lejano Occidente

             Entre los griegos empezaron a circular muy pronto relatos legendarios sobre los confines occidentales del Mediterráneo, como las peripecias de Hércules en el jardín de las hespérides (Gibraltar), en busca de sus manzanas de oro y los toros de Gerión[21]. No obstante, no fue hasta el 650 a.C hasta que los griegos se decidieron a inspeccionar la zona y entrar en contacto con los indígenas del lugar: los tartesios, del legendario rey Argantonio.

             Un comerciante de Samos, llamado Coleo, fue el primero en llegar al lugar, desviado por los vientos. Y parece ser que obtuvo grandes beneficios de su visita. Esto hizo que algunos comerciantes de Focea se lanzaran también a la aventura, provenientes de la costa más oriental del Mediterráneo, y que también experimentasen la buena acogida de los indígenas tartesios, empezando a entablar relaciones de comercio y amistad. Para establecer una ruta segura, los focenses establecieron en el 600 a.C las colonias de Masalia (Francia) y Ampurias (España), como puerto seguro y bases de aprovisionamiento.

             No obstante, la lejanía y falta de apoyo helénico a la empresa, con escasas colonias en la zona, hizo que los focenses apenas pudieran resistir el monopolio de cartagineses y etruscos en la zona, y que hacia el 550 a.C sufriesen la derrota en la Batalla de Alalia, poniendo esa derrota punto final a la presencia griega en el extremo occidental del mundo entonces conocido.

             En general, fueron colonias sobresalientes fundadas por los griegos en el extremo occidental:

-Masalia, en torno a la céltica Tumba de Vix[22],
-Emporion y Hemeroscopion, en la costa mediterránea española.

g) Sistema colonial griego

             Las colonias fundadas por los griegos estuvieron jaqueadas por los fenómenos de la superpoblación (metropolitana) y los nuevos mercados con nuevos productos (colonial), así como por las propias directrices políticas marcadas por las grandes potencias de la época: Calcis (Eubea), Mileto (Jonia), Megara (Atica) y Corinto (Peloponeso).

             En general, hubo dos clases de colonias griegas: las agrarias y las comerciales[23]. Y en todas ellas stoas comerciales, tráfico de esclavos[24], asty (extrarradios agrario) y chora (núcleo urbano) y los clásicos espacios sociales de las metrópolis griegas (acrópolis, ágora...).

g.1) Sistema político colonial

             La mayoría de colonias griegas crecieron rápidamente, y se transformaron en activos centros de empresas y comercios. Esto llevó a la rivalidad entre los aristócratas fundadores y los nuevos sectores enriquecidos[25], en la búsqueda de una nueva redistribución del poder preestablecido. Con el fin de detener esos conflictos, muchas colonias apelaron a individuos prestigiosos para que actuasen como árbitros políticos: los esimnetas.

             El derecho imperante, que en un principio empezó a ser ejercido por la aristocracia metropolitana de forma oral, fue transformándose en normas escritas, que un grupo de legisladores (designados para el caso) empezó a redactar en forma de constitución colonial, recopiladora de las esenciales normas de convivencia. Las leyes escritas reglamentaron temas tales como los vínculos jurídicos entre los distintos estratos de la sociedad, y el castigo de los delitos. Y la intervención estatal terminó así con la venganza privada.

             Al mismo tiempo que los esimnetas, aparecieron en las colonias griegas los tiranos, que asumieron poderes políticos extraordinarios y se arrogaron la representación del pueblo (Partido Popular), combatiendo desde esa posición a la vieja aristocracia metropolitana (Partido Aristocrático). La rivalidad estaba servida, sobre todo a la hora de la selección de cargos y personas, sobre la cual orquestar la administración.

             Los tiranos solieron ejercer sus facultades con moderación, fomentando la producción artesanal, el comercio y el mecenazgo de las artes. Pero no por ello hicieron olvidar la falta de legitimidad de sus títulos, y por eso fueron sus regímenes muy inestables. Fue lo que ocasionó el auge de las oligarquías políticas, y poco después la aparición de sistemas abiertamente democráticos.

g.2) Sistema socio-cultural colonial

             Los griegos establecieron asociaciones o ligas entre colonias, denominadas anfictionías, y a través de ellas fueron configurando las coordenadas socio-culturales y religiosas de sus colonias. Las más famosas fueron la Confederación Délfica[26], al inicio del proceso colonial, y la Confederación Panhelénica[27], al final del proceso colonizador (tras la incorporación de Atenas).

             A pesar de la multiplicidad de las colonias, los griegos desarrollaron una profunda conciencia de formar un único pueblo, y eso empezó a plasmarse en todo tipo de manifestación religiosa y artística. A la hora de forjar una unidad religiosa entre todos los griegos, los colonos provenientes del norte redujeron su panteón religioso a Zeus y Apolo, mientras los del sur mantuvieron a Hera, Cibeles y Deméter.

             Los santuarios se convirtieron en centros de festividad panhelénica, y en dichas festividades sirvieron para reunir en un mismo momento y lugar a colonos de distintas colonias helénicas, e incluso en ocasiones a griegos de toda la Hélade al completo. En dichas festividades religiosas cobraron gran importancia los juegos deportivos[28], teatros literarios y espectáculos musicales, todo ello en honor de la divinidad.

             Otra de las expresiones de la unidad helénica colonial fue la lengua común, desde que en el s. IX a.C se forjase el alfabeto y escritura definitiva griega. Pese a que había muchos dialectos, todos los griegos se entendían perfectamente entre sí, y con el tiempo empezaron a escribir todas sus experiencias en forma de literatura prolífica, en sus variantes de sagas homéricas, lírica patriótica, poesía cíclica[29], tratados políticos, tragedia moral o comedia amorosa. Con mención especial, por supuesto, al nacimiento de la filosofía[30].

             En arquitectura, los ancestrales mégaron micénicos fueron tomados como modelos de inspiración sentimental, a la hora de levantar los nuevos edificios dóricos y jónicos[31] o de planificar a cuadrícula los emplazamientos de la colonia[32]. En escultura, las primitivas xóanas se fueron depurando hasta desembocar en los kuroi masculinos y korai femeninos, siempre bajo el modelo la raza juvenil griega[33].

             La cerámica colonial fue la más rica de las expresiones plásticas de la Hélade. Y no sólo por la vasta extensión de su influencia, sino por el giro totalmente novedoso que supo imprimir a la vieja cerámica geométrica micénica. Así, las metrópolis empezaron a utilizar la cerámica como seña de identidad, a la hora de pintar personajes y símbolos que recordasen a sus colonias (y no colonias) que ese producto era made in Corinto, Megara, Creta, Rodas o Atenas. Y la competencia y elegancia alcanzó niveles insuperables, en elegancia, colorido, sinuosidades, simbologías y elementos sentimentales.

h) Caída del mundo colonial griego

             Corinto se había convertido en la principal potencia colonial del s. VIII a.C[34], y alargó su dominio durante todo el s. VII a.C, tanto por sus consumados ingenieros navales como por su situación estratégica exclusiva: el istmo y canal de Corinto. Esto había permitido a los corintios a ejercer sobre sus incontables colonias un régimen de estrecho control político y militar, pero también dotaba (colateralmente) a los colonos de armas y tiranía.

             Por su parte, Atenas veía con recelo la hegemonía de Corinto sobre la Hélade, y por eso no dudó en lanzarse (tardíamente, en el s. VII a.C) a la aventura colonial, desde postulados que hicieran de contrapeso a la tiranía corintia. Fue el inicio del sistema democrático ateniense, con que Atenas dotó a todas sus colonias y empezó a hacer de contrapeso a Corinto.

             Por otro lado, las colonias griegas de la Jonia (Asia Menor) aventajaban al resto de colonias continentales e insulares, tanto por su prosperidad económica como auge demográfico y desarrollo cultural.

             Los dos sistemas metropolitanos (de Corinto y Atenas) se hicieron sentir, y mucho, en las colonias y entre las colonias. Así, algunas se revolvieron contra sus metrópolis[35], muchas se enfrentaron entre sí, y la mayoría empezó a ligarse según sus preferencias políticas. Fue el germen de las gigantescas Liga de Delos (de Atenas y sus colonias aliadas) y Liga del Peloponeso (de Corinto y sus colonias aliadas), que provocó la división de lo helénico en dos.

             Enfrentadas así las cosas, en 2 ligas adversarias, la unidad griega saltó por los aires, y el poder acumulado fue desgarrándose por las rivalidades internas[36]. Y cuando flojeó uno de esos pulmones griegos (el de la Jonia, en este caso), no hubo oxígeno que llegara desde el otro pulmón helénico, y la mitad del mundo helénico se vino abajo, y la otra mitad poco después.

             En efecto, en la Jonia no tardó el gigante asiático en coaligarse para tratar de echar mano a la exuberancia griega de la costa. Y con la llegada de los Mermnadas al reino de Lidia, ese proceso de expansión asiática hacia la costa griega no tuvo ya freno alguno. La región entre el río Halys[37] y el mar Egeo fue la 1ª en caer, bajo las manos de Creso I de Lidia. Y la adquisición de los recursos griegos en esa zona permitió a los lidios y frigios iniciar un acelerado proceso de desarrollo económico y militar.

             El poderío enemigo lidio y frigio fue en aumento, mientras los colonos griegos se vinieron económicamente abajo, abrumados por los impuestos y levas militares que tenían que aportar a los lidios, si es que querían seguir viviendo en sus colonias. Unos impuestos que no se limitaron ya a bienes agrícolas o artesanales, sino a la propia moneda que se inventó al caso (la dracma griega, inventada el 650 a.C. en Focea).

             Tras la caída económica de la Jonia, vino la caída militar, pues los otros enemigos asiáticos en la zona, los medos y persas, pronto se coaligaron para avasallar literalmente a los colonos griegos, en este caso en ínfima minoría respecto al poderío demográfico y militar del naciente Imperio Persa, destructor de la Grecia Oriental (s. VII a.C) y poco después de parte de la Grecia Occidental (s. VI a.C).

Madrid, 1 enero 2022
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

________

[1] Tras las escrituras lineal A y lineal B, precedentes del griego.

[2] Fondeando al completo el mar Egeo, el mar Negro, el mar de Azov, el mar Adriático y el mar Tirrénico, hasta llegar (desde el Oriente al Occidente) al estrecho de Gibraltar.

[3] A nivel educativo, político, filosófico, deportivo, teatral y religioso.

[4] Incluyendo el menosprecio griego hacia los vecinos fenicios, egipcios, persas o babilonios (por no citar a las tribus indígenas que se fueron encontrando por el camino colonizador).

[5] Lit. traslado a.

[6] cf. GOMEZ ESPELOSIN, F. J; Introducción a la Grecia Antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 51.

[7] cf. GRAHAM, A. J; “The Colonial Expansion of Greece”, en Cambridge Ancient History, III, p. 93.

[8] Un boom de la demografía en que el propio HESIODO aconsejaba la limitación a un solo hijo, y el abandono del resto de recién nacidos.

[9] Elección del oikistés fundador que tenía lugar por el oráculo local de la metrópoli.

[10] Como fue el caso de ZALEUCO DE LOCRIS, legislador de la colonia de Locros (sur de Italia) a través de su Código Locrio (1º código legislativo griego, del 700 a.C). Un Código Locrio conciliador de las diversas facciones políticas, y que se caracterizó por el simbolismo de las penas, relacionadas con la causa del delito.

             O como fue el caso de CARONDAS DE CALCIS, legislador de la colonia de las colonias calcídicas en Sicilia e Italia (y en cuyas leyes cantadas se inspirará ARISTOTELES para su Política, a través de los comentarios de HERMIPO).

             O como fue el caso más tardío de DIOCLES DE SIRACUSA, que fue el que propuso cambios legislativos en una dirección más democrática, y logró que una comisión de 10 ciudadanos presentase una nueva constitución ciudadana (la Constitución Dioclesiana, del s. V a.C), basada en la elección de magistrados por sorteo y no elección.

[11] Como los élimos (de la Sicilia Occidental) y sículos (de la Sicilia Oriental).

[12] Como los sicanos (de la Sicilia Central).

[13] Vaso cerámico del 720 a.C, célebre por llevar grabada una de las primeras inscripciones en griego definitivo, y la 1ª firma conocida de un ceramista.

[14] Según el testimonio de la época del poeta ARQUILOCO DE PAROS, que al parecer combatió en la zona.

[15] Como fue el caso de Sargón y los Argonautas, sobre colonos de Yolcos que se lanzaron en la nave Argo a la búsqueda del bellocino de oro, encontrándolo en la Cólquide o región más oriental del mar Negro.

[16] Estilo de vida indígena completamente ajeno a la mentalidad griega, completamente cosmopolita.

[17] Consistente en numerosos tatuajes por todo el cuerpo, y todo tipo de sortijas con que se decoraban no sólo los reyes sino toda la población.

[18] Colonia fundada por los eubeos, pero pasada al bando corintio por conflictos con su metrópoli de Eubea.

[19] A 70 km de Alejandría.

[20] Según relata extensamente HERODOTO en su Historia, a la hora de describir la idiosincrasia de los pueblos cirenaicos.

[21] Según el Mito de Habis, en que Hércules fue enviado al fin del mundo conocido (Tartesos, en la actual Cádiz) para proseguir allí sus hazañas heroicas, abriendo para ello el Estrecho de Gibraltar en dos, y plantando a ambos lados sus columnas de Hércules.

[22] Célebre colina celta de la Borgoña, llena de túmulos y ajuares prehistóricos. Unas tumbas que, al parecer, los griegos descubrieron, valoraron sobremanera e inmortalizaron en sus imponentes Cráteras de Vix, del 520 a.C.

[23] cf. KINDER, H; HILGEMANN, W; HERGT, M; Atlas Histórico Mundial, ed. Akal, Madrid 2007, p. 51.

[24] Cuyo centro de reclutamiento era la isla de Quíos.

[25] cf. GUELL, J; SISTI, M. E; VAN DOORN, L; Historia Universal, tomo I, ed. Visor, Buenos Aires 2000, p. 73.

[26] En torno al ancestral Templo Apolo de Delfos. Aunque la idea de dicha confederación no había surgido en Delfos, sino en Antela (en Tesalia, en torno al Estrecho de las Termópilas), y el propósito inicial fue reunir a los anfictiones (lit. reunidos bajo Anfictión, rey de Termópilas) o confederados en el Templo Deméter de Antela.

[27] En torno a los numerosos templos de Crisa (en la Fócida, en la parte sur del Parnaso).

[28] Divididos en Juegos Píticos, Juegos Olímpicos, Juegos Istmicos y Juegos Nemeos, organizados respectivamente por Delfos, Olimpia, Corinto y Nemea.

[29] En sus variantes de:

-poesía yámbica, alegre y acompañada con instrumentos de cuerda (como la desarrollada por ARQUILOCO e HIPONACTE);
-poesía elegíaca, melancólica y acompañada con instrumentos de flauta (como la desarrollada por CALINOS, TIRTEO y MIMNERMO);
-poesía mélica, tanto monódica (de sólo canto, la de TERPANDRO, ALCEO, SAFO y ANACREONTE) como coral (de canto y cuento, la de ESTESICORO).

[30] Surgida en Mileto en cuanto a estudio de la física, a través del análisis de sus principios y la búsqueda de su fundamento último (argé). Una filosofía en la que destacaron, a lo largo del s. VII a.C, TALES (que vio ese argé en el agua), ANAXIMANDRO (que vio ese argé en lo indefinido), ANAXIMEDES (que vio ese argé en el aire) y PITÁGORAS (que vio ese argé en los números).

[31] Descoyuntando por encima de todos el Templo Hera de Samos.

[32] cf. DURANDO, F; Guía Arqueológica de Grecia, ed. Libsa, Madrid 2012, p. 10.

[33] Deslumbrando el Kourós de Polimedes.

[34] Merced, sobre todo, a su consumada ingeniería naval, que ideó buques veloces de guerra (los pentekóntoros) y la trirreme (que no tardó en ser copiada por el resto de metrópolis coloniales).

[35] Como fue el caso de Corcira hacia Corinto, el más famoso de todos por no sólo levantarse la población colona contra su metrópoli Corinto, sino por infligirle una severa derrota que provocó cambios profundos en la propia Corinto (a partir de lo cual, empezó a pedir ayuda militar a Esparta).

[36] cf. COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND-ENTWISTLE, T; Historia del Mundo, ed. Molino, Barcelona 1979, p. 14.

[37] Límite entre las posesiones lidias y la de los medos.