CRONISTAS ROMANOS

 

Auténtico polvorín de datos y fechas

al servicio de la virtus fundacional de Roma

 


Guerras Púnicas, campo de trabajo que forjó a los cronistas romanos

Madrid, 1 junio 2018
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

            Las primitivas fuentes romanas hablaban de fechas y personajes importantes, y esto nos permitió obtener los primeros datos del nacimiento de Roma. Pero su fiabilidad era desigual, y no siempre mantenían la misma veracidad de los hechos.

            En general, fueron fuentes cronológicas romanas orales:

-los relatos, populares, gentilicios y aristocráticos,
-los elogia
[1], o memoria de hazañas de los ancestros,
-las oratio funebris, en los funerales de los mayores,
-las carmina convivalia
[2], o canciones de mesa recitadas en los symposion-banquetes y fiestas.

            Y fueron fuentes cronológicas romanas escritas:

-los Annales maximi de los sacerdotes[3], que iban recopilando todos los sucesos de Roma, y pasaban a ser documentos oficiales,
-las Tabula dealbata del pontífice máximo
[4], tabla blanqueada que cada año se inauguraba en su residencia oficial, y allí se escribían los hechos ocurridos ese año,
-las Tuscae historiae de los etruscos
[5], así como sus Res Etruriae y Tyrrhenika,
-los Tratados internacionales de Roma
[6], tanto entre las ligas internas itálicas cuanto con los fenicios, cartagineses y griegos,
-las listas de magistraturas de la República
[7], incorporando las fechas y persona que ocupó el cargo en cada momento.

a) Cronistas republicanos8

           Bascularon desde los anticuarios hasta los cronistas a sueldo, desde los inventores de fuentes a los sometidos a la presión oficial, desde los que no contrastaban[9] hasta los que simplemente contaban cuentos (Apuleyo...). No obstante, y a pesar de estos tristes poetas de la Historia, también existieron auténticos cronistas que manejaron y aportaron materiales históricos sobre la virtus romana, durante la Roma republicana. Veamos a los principales.

            Lucio Livio Andrónico (ca. 284 a.C)[10] fue el primer maestro y escritor de Roma, y a nivel particular:

-tradujo la Odisea y resto de obras griegas al latín, en versos saturnios sobre todo[11],
-aportó los primeros datos escritos sobre las divinidades latinas ancestrales
[12] y las ninfas camenas[13].

            Cneo Nevio (ca. 270 a.C)[14] fue el creador de la épica nacional romana, así como a nivel particular:

-inventó la fabula praetexta, o drama nacional, sobre Lupus y sobre Alimonium Romuli et Remi.

            Quinto Fabio Píctor (ca. 254 a.C)[15] fue el primer historiador romano, aparte de que:

-dató el nacimiento de Roma en la VIII Olimpiada de los griegos, año 747 a.C,
-escribió en griego la llegada de Eneas al Lazio,
-realizó observaciones que sirvieron de fuente al resto de investigaciones sobre los orígenes de Roma
[16].

            Lucio Cincio Alimento (ca. 245 a.C)[17] fue el cronista de la II Guerra púnica, campaña en la que:

-cambió su interés guerrero por los orígenes de Roma,
-ahondó en los rituales religiosos de la vieja Roma, que describió en lengua griega.

            Marco Porcio Catón (ca. 234 a.C)[18] fue el censor oficial de la República romana, cargo desde el que:

-defendió las tradiciones latinas, en contraposición a las lujosas escrituras griegas,
-incitó a muchos a escribir sobre el origen de Roma,
-consiguió que la lengua latina se impusiese finalmente sobre la griega,
-escribió 7 libros sobre 7 ciudades del Lazio en su Orígenes, con especial mención a la fundación de Roma y sus datos etnográficos y geográficos;
-aportó 150 sentencias morales sobre el espíritu naciente romano, en sus Discursos políticos,
-concluyó que el valor fundacional romano era contrario a la rebeldía y corrupción griega, en su Praecepta ad Filium.

            Quinto Ennio (ca. 232 a.C)[19] fue el gran poeta trilingüe siciliano, que:

-compuso en 18 libros de hexámetros la historia de Roma,
-sustituyó el viejo verso saturnio latino por el hexámetro dactílico griego,
-describió Roma desde Eneas hasta las Guerras púnicas.

            Aulo Postumio Albino (ca. 190 a.C)[20] fue el gran senador filo-helénico romano, que:

-trató con enorme dulzura y cultura la historia de Roma arcaica,
-volvió a la escritura en griego, en radical oposición a la línea oficial de Catón.

            Lucio Calpurnio Pisón (ca. 185 a.C)[21] fue el gran teórico que se opuso a los Graco, así como a nivel cronístico:

-escribió 7 libros sobre la historia de Roma,
-cayó en el error de intentar racionalizar los mitos y leyendas fundacionales,
-trató de idealizar los episodios natalicios de Roma.

            Publio Sempronio Aselio (ca. 175 a.C)[22] fue el cronista de la Campaña de Numancia, así como a nivel histórico:

-cambió los escritos cronológicos Annales por el nuevo estilo monográfico llamado Historiae[23],
-razonó cada acontecimiento que iba describiendo.

            Rufo Publio Rutilio (ca. 154 a.C)[24] fue el cronista de la Campaña de Yugurta, tras lo cual se exilió en Esmirna y:

-compuso una Historia de Roma con abundante material militar.

            Lucio Elio Estilón (ca. 154 a.C)[25] fue el padre de la filología romana, rama del estudio latino en la que:

-fue maestro de Varrón, Cicerón, Antipatro, Lucilio…
-a todos inculcó un origen de Roma basado en glosografías generales.

            Lucio Cornelio Sisenna (ca. 120 a.C)[26] fue el cronista de la Campaña de Mitridates, al margen de la cual:

-escribió un Orígenes mitológicos de Roma en 23 volúmenes,
-mostró especial atención a los conflictos y dramas sociales de los inicios,
-introdujo en Roma las Fábulas Milesias del griego Aristides de Mileto.

b) Cronistas clásicos27

            También aportaron datos sobre la virtus fundacional de Roma, retomando el ingente legado dejado por sus colegas precedentes, y aportando como propias una oratoria y retórica insuperables en el mundo. Veamos a algunos de estos clásicos de Roma, por sus aportaciones historicistas.

            Marco Terencio Varrón (ca. 116 a.C)[28] fue primer y gran enciclopedista romano, que en el mundo de la virtus romana:

-llevó la vasta cultura romana a su cénit,
-influyó en Pompeyo, Julio César, Cicerón y grandes del siglo de oro romano,
-inauguró la primera biblioteca pública de Roma,
-escribió 74 obras enciclopédicas sobre todos los ámbitos del saber,
-aportó valiosos análisis sobre los aspectos fundacionales de Roma.

            Marco Tulio Cicerón (ca. 106 a.C)[29] fue el más grande pensador en la historia de Roma, pudiendo decirse grosso modo que:

-creó el primer diccionario latino,
-en su Cartas a Ático marcó el cénit de la escritura política romana,
-en su Sueño de Escipión despertó el espíritu romano, a la hora de recurrir al origen de Roma.

            Quinto Caludio Cuadrigario (ca. 100 a.C)[30] fue primer historiográfico con dedicación profesional, trabajo en el que:

-compuso un Rerum Romanorum Libri en 23 libros, sobre los orígenes de Roma,
-hizo hincapié en la toma de Roma por parte de los pueblos galos,
-influyó sobremanera en Tito Livio.

            Cayo Valerio Cátulo (ca. 87 a.C)[31] fue el principal de los poetas neotéricos, que:

-trató de introducir la literatura alejandrina de Calímaco, de forma refinada y concisa,
-plasmó sus estudios sobre el origen de Roma con cierto subjetivismo y autobriografismo,
-aportó una ferviente elegía romana, dando a cada pasaje legendario diálogos y fechas cabalísticas.

            Lucio Maestrio Plutarco (ca. 46 d.C)[32] fue el último de los sacerdotes délficos de Apolo[33], así como a nivel historiográfico:

-describió al dedillo la geografía mediterránea,
-en su Vidas paralelas aporta numerosas biografías sobre los romanos famosos de la Antigüedad
[34],
-exploró en cada personaje fundacional romano la influencia de su carácter y personalidad moral.

            Publio Ovidio Nasón (ca. 43 a.C)[35] fue una especie de Homero latino[36], que:

-en su Fastos explica el origen del calendario romano y de cada una de sus fiestas,
-en su Metamorfosis asume los relatos mitológicos griegos, en versos latinos que desglosaban los orígenes del cosmos y la fundación romana.

            Lucio Aneo Floro (ca. 40 a.C)[37] fue el cronista de la Campaña de Cantabria, misión en la que:

-aportó numerosos relatos sobre Hispania, desde su residencia temporal de Tarraco,
-aportó un auténtico panegírico sobre la gloria fundacional de Roma, en su Compendio de la Historia de Roma.

c) Cronistas extranjeros

            Fueron autores extranjeros que aportaron datos externos sobre la virtus fundacional de Roma:

            Hesiodo de Ascra (ca. 680 a.C)[38], teólogo griego de la Grecia arcaica, que escribió en su Teogonía que “el encorajinado rey Latino gobernaba en su noble isla del Tirreno, en un tranquilo ángulo de tierra sagrada”.

            Timeo de Tauromenion (ca. 350 a.C)[39], cronólogo de las Olimpiadas griegas, que escribió en su Guerra del Pirro que “el troyano Eneas llegó a Lavinium, ciudad que fundó y donde dejó sus penates troyanos… Pues ya la tiria Dido había fundado ese mismo año Cartago”.

            Dionisio de Halicarnaso (ca. 60 a.C)[40], reductor del latín a mero dialecto helénico eolio, que trató de demostrar en su Antigüedades romanas que “los aborígenes latinos habían llegado a Italia desde Arcadia, los pelasgos habían llegado de Tesalia y los troyanos del Peloponeso”[41].

            Y es que Dionisio defendía categóricamente que Roma era una ciudad griega, así como ponía en duda todo aquello que alterara los planes griegos en el origen de la ciudad. Pues “los romanos no pueden acusar a la Fortuna de haber concedido en vano tal soberanía a una ciudad indigna... y los que han proporcionado a Roma su propia historia son completamente desconocidos entre los griegos”[42].

d) Polibio

            Polibio (200-118 a.C) nació en Megalópolis, capital aquea en Arcadia, en torno al año 200 a.C[43]. Su padre Licortas había desempeñado un papel importante dentro de la Liga Aquea.

            Recibió clases del general Filopemen, amigo de la familia, recibiendo así formación militar y política, aparte de la filosófica y literaria[44]. Siguió la corriente filosófica aristotélica, y conoció también la moral estoica.

            Su actividad política transcurrió entre los años 170 y 168 a.C.

            Tras la victoria de Roma sobre Perseo de Macedonia, en la Batalla de Pidna-168 a.C[45], Polibio fue acusado por Calícrates de no ser partidario de Roma, convirtiéndose en uno de los 1000 aqueos retenidos y mantenidos en el cautiverio.

            No obstante su cautiverio, Polibio dispuso de cierta libertad, que aprovechó para entrar en el círculo de los Escipiones, y encargarse de la formación de Emiliano Escipión.

            Recobrada la libertad el año 151 a.C[46], Polibio comenzó numerosos viajes para conocer in situ los lugares que Aníbal había seguido en sus rutas por España, los Pirineos y los Alpes. Visitó Alejandría, Sardes y Numancia, aportando esto mucho a sus conocimientos geográficos.

            Fue llamado Polibio a la II Guerra púnica como experto militar, y pudo así acompañar a su amigo Escipión. Estuvo presente en el asedio y destrucción de Cartago del año 146 a.C.

            Estuvo también presente en la caída de Corinto, relatando el orgullo de los griegos y la soberbia de los romanos. Actuó aquí de conciliador entre vencedores y vencidos[47].

d.1) Historia de Roma de Polibio

            Parece que escribió una serie de tratados menores, por la obra dedicada a Filopemen, y a la que Polibio hizo referencia en varias ocasiones. Pero sólo nos ha llegado hasta hoy día su principal y gran obra: Historia de Roma[48].

            Se trata de una obra compuesta por 40 libros, de los cuales sólo los cinco primeros nos han llegado intactos, y el resto lo han hecho fragmentados.

            El argumento principal de la obra consiste en narrar lo acontecido desde el comienzo de la I Guerra Púnica hasta el año 146 a.C. y la destrucción de Corinto.

            Y la fecha por escrito de la misma pudo haber sido:

-una parte, mientras estaba en el exilio, del 168 al 151 a.C,
-otra parte (15 libros) antes del año 146 a.C,
-el resto, después al 146 a.C.

            El esquema de la obra es:

-libros I-II: Introducción,
-libros III: I Guerra Púnica, hasta la batalla de Cannas,
-libros IV-V: Guerra de los aliados,
-libro VI: Constitución romana,
-libros VII-XV: Conquistas de Italia, Sicilia, España, Galia. Surgimiento de Aníbal y rebelión de Egipto,
-libro XII: Método historiográfico
[49], polémica con Timeo,
-libros XVI-XXX: II Guerra Macedónica, Guerra de Antíoco, III Guerra Macedónica, Batalla de Pidna,
-libro XXIV: Geografía,
-libros XXXVII-XXXIX: Destrucción de Cartago y Corinto,
-libro XL: Sumario.

d.2) Historiografía en Polibio

            Polibio fue uno de los primeros autores en compilar una Historia Universal, imprescindible para el estudio de los acontecimientos. No servía ya, decía Polibio, una historia parcial ni un estudio de lo aislado, sino que la historia debía ser vista desde todas sus partes.

            Su historia universal parte de la raíz de la dominación romana, pues Roma ha sido la única capaz:

-de unir en un Imperio a todos los pueblos,
-de ser la protagonista de la historia universal.

            Existen, para Polibio, tres tipos de narraciones:

-las que narran genealogías,
-las que narran fundaciones de colonias,
-las que narran las acciones de los pueblos y creación de los estados.

            Los acontecimientos debían seguir una estructura a la hora de ser escritos:

-dónde, cuándo, por qué[50],
-modo, tiempo y causa, siendo la causa la base de toda acción.

            En cuanto a las causas de los acontecimientos, éstas vienen influidas por:

-la divinidad, como Ser supremo y caprichoso,
-la fortuna, como algo simbólico pero que entra en el azar.

            En cuanto a referencias, el mismo Polibio nos habla de Éforo como su precursor. Aun así, también utilizó otros documentos y archivos, literarios u oficiales, como fueron:

-sobre temas de Grecia, a Arato de Sición[51] y Filarco[52],
-sobre temas de Roma, a Fabio Píctor
[53] y Filino de Agrigento[54].

            Otros elementos historiográficos de Polibio fueron:

-la búsqueda de causas,
-la originalidad expositiva de los hechos,
-la causa de que Roma triunfa por su condición
[55],
-el valor didáctico y unificador de la historia,
-la elaboración de un método histórico,
-la preeminencia política sobre lo demás
[56],
-la concepción cíclica del tiempo,
-la superación de las historias locales,
-la necesidad de incorporar la cronología,
-el deseo de ser convertido en fuente historiográfica,
-la selección de la causa más plausible,
-el elogio de la historia como ciencia.

e) Salustio

            Gayo Salustio Crispo (86-35 a.C) nació el 86 a.C. en Aminterno, territorio sabino. Vivió una de las etapas más apasionantes de la historia de Roma, el final de la República.

            De joven se trasladó a Roma, donde inició sus estudios y el cursus honorum. Era de familia noble, pero no perteneciente a la aristocracia romana, por lo que debió tener dificultades para poder desarrollar su carrera política.

            El año 55 a.C. ejerció el cargo de tribuno de la plebe. Por aquellos años había encarnizadas luchas entre los candidatos al consulado, acabando la mayoría de ellas en autenticas peleas entre bandos, con el consiguiente asesinato de adversarios. La plebe, por su parte, se revolvía en algaradas con regularidad.

            En este contexto, Salustio siempre salió indemne de todo tipo de acusación, si bien se sospechaba que simpatizaba con los rebeldes. En cualquier caso, ya sea por su inocencia o por su conveniencia, ni amigos ni enemigos le llevaron a juicio por esta causa.

            Su caída en desgracia sobrevino el año 50 a.C, cuando fue expulsado del Senado, según algunas noticias, por conducta inmoral[57]. También pudiera ser que la acusación fuera una mera excusa para disfrazar intereses políticos.

            Se alineó en el grupo de Julio César, y durante la guerra civil combatió de su parte, cosechando resultados mediocres. Rehabilitado por César, recuperó su escaño en el Senado.

            Más tarde fue nombrado gobernador de Africa Nova, provincia a la que, según Dion Casio, sometió a un intenso pillaje. Regresó a Roma rico y se retiró a vivir en el palacio de los Horto Sallustiani, dedicándose a escribir historia hasta el final de sus días.

e.1) Conjuración de Catilina de Salustio

            Titulada por el propio Salustio como Bellum Catilinae, se trata de la primera obra que escribió. Según confiesa él mismo en el proemio, en ella se propone “despachar con brevedad y lo más verídicamente posible la conjuración de Catilina, pues yo considero este hecho particularmente digno de recuerdo por lo insólito de la criminal acción y del peligro”.

            La narración fue concebida como una obra trágica. El personaje principal es Catilina, hombre malvado que intenta una acción criminal contra el Estado, y que fracasa muriendo atrozmente. Los perniciosos planes de Catilina, no obstante, no se deben sólo a su naturaleza, sino que encuentran su caldo de cultivo en el ambiente de corrupción de Roma, que ha perdido por completo sus antiguos valores. Sólo la actuación de unos cuantos hombres sensatos logrará salvar a la República del desastre.

            Como ya había ocurrido en su vida, también en esta obra Salustio vino a ser acusado de partidista y parcial. No parece, por otro lado, que haya un interés especial de Salustio en defender a unos ni a otros.

            Se trata de una obra concisa. Eso sí, no se pueden negar:

-las incongruencias estructurales[58], que desequilibran la narración,
-los errores históricos, desenmascarados por los investigadores.

            En este sentido, su otra gran obra, la Guerra de Yugurta, está mucho más conseguida, y denota una mayor madurez del autor.

e.2) Historiografía en Salustio

            Se conservan tres obras de Salustio, dos monografías (Bellum Catilinae y Bellum Iugurthinum) y una obra de mayor extensión (Historiae[59]). Así mismo se suele atribuir a Salustio la composición de Inuectiua ad Ciceronem y Epistulae ad Caesarem senem de república.

            En el proemio de la Guerra de Yugurta, y tras una amarga crítica a los políticos, intenta justificar Salustio por qué, en su vejez, dedica su tiempo a escribir sobre historia: por la añoranza de la Roma antigua:

Por lo demás, entre las otras actividades que se ejercen con el espíritu, es de gran utilidad muy en primer término el recuerdo de los hechos del pasado…Y pienso que, puesto que he decidido vivir alejado de la política, habrá quienes llamen esta importante y útil labor mía con el nombre de ociosidad…Si estos individuos recapacitaran sobre los tiempos en que yo conseguí los cargos y la calidad de los hombres que no pudieron lograr lo mismo, así como sobre la clase de hombres que llegaron después al Senado, sin duda opinarán que he cambiado de idea razonadamente y no por desidia, y que mi ocio redundará en mayor beneficio del país que la actividad de otros...

Pues yo he leído que muchas veces Quinto Máximo, Publio Escipión y otros ilustres varones de nuestra ciudad solían decir que cuando contemplaban los retratos de sus abuelos se les inflamaba el espíritu con gran vehemencia, instándoles a practicar la virtud. Naturalmente, aquella cera y aquellas imágenes no tenían en sí una fuerza tan grande, sino que esa llama crecía en el pecho de los hombres singulares al recuerdo de las gestas, y no se extinguía hasta que su virtud igualaba la fama y gloria de los mismos”.

            Salustio es considerado por los propios romanos como el primer historiador clásico, y eso a pesar de que otros escritores anteriores ya habían escrito sobre la historia de Roma, como Polibio[60], Gelio, Pisón, Calio Antipatro, y sobre todo Sisena[61].

            La preocupación más recurrente de Salustio fue la decadencia de Roma. Por ello narra los acontecimientos vividos o cercanos a él. Como Tucídides, se propone:

-desenmascarar las verdaderas causas que motivan los hechos[62],
-atender especialmente al retratismo de personajes.

            Muchos han considerado de Salustio su tendenciosidad, contaminando su obra histórica con intereses políticos y personales. Se le acusa de distorsión de los hechos a la hora de destapar tan detalladamente la corrupción de los optimates[63].

            No obstante, Salustio también sabe dar alabanzas a personajes de todas las clases, y por diferentes clases de acciones.

            No obstante, Salustio comete graves errores en la narración de los hechos. En algunas ocasiones incluye datos a todas luces inverosímiles, quizás por dar mayor color e interés a sus escritos, o para redondear la narración. Sus detractores también le reprochan su dudosa conducta, y de ser “un ladrón inhábil de las palabras de Catón”.

            En cualquier caso, es su estilo variado y conciso, tuvo muchos admiradores en Roma, y su estilo fue imitado en Roma con entusiasmo[64].

f) Livio

            Tito Livio (64 a.C-12 d.C) nació y murió en Padua, donde pasó la mayor parte de su vida. Su vida transcurrió paralela a la de Augusto[65], coincidiendo con los últimos años de la República y primeros del Imperio.

            Las noticias sobre su vida son tan escasas que se le ha llamado el historiador sin historia. A partir de la descripción que hace de la ciudad, y de una serie de anécdotas contadas por Plinio y Eliano, se piensa que Livio viajó a Roma tras la victoria de Augusto, donde habría tenido contacto con el propio emperador y con Claudio.

            Tuvo una importante formación en Retórica y Filosofía. Es más, Séneca menciona que Tito Livio había escrito Diálogos filosóficos e históricos[66]. En Retórica fue fiel seguidor de Cicerón.

            En cuanto a su labor profesional, Livio fue un historiador más cercano a la concepción que hoy tenemos al respecto; dedicó toda su vida a escribir, sin conocer ningún otro oficio.

            Supo además Livio combinar perfectamente el rigorismo de los annales con la técnica historiográfica de la res gestae, supo Tito Livio dar a su obra un tono general didáctico. Carácter didáctico que entroncó con los preceptos ciceronianos, que enseñaban a presentar la historia como maestra de la vida[67].

            Al igual que Salustio, Livio concibió la historia de Roma como proceso de degradación moral, que partió de un pasado intachable pero que abandonó las virtudes que fraguaron su grandeza, llegándose a un presente amenazado por la autodestrucción y el desconcierto[68].

            Para Tito Livio, Roma dominó todos los pueblos del mundo guiada por un destino sobrenatural. En cierto sentido, Roma podía ser considerada como un pueblo elegido por los dioses. Así, se ponía de manifiesto que Roma tenía que ser “el pueblo que está a la cabeza de todos los de la tierra”, “el Imperio más poderoso después del de los dioses”.

            Dentro de esta concepción, la religión ocupaba un lugar fundamental para Livio, y el cuidado o negligencia de los cultos podía ser el origen de la prosperidad o la adversidad.

            Pero la voluntad divina no era suficiente para el esplendor de Roma. A ella se le debía unir la virtus romana: el valor, el aguante, el esfuerzo, la fortaleza, la valentía… A lo que estaba estrechamente ligada la disciplina militar, auténtica garantía del mantenimiento del estado.

            El objetivo de Livio tuvo, pues, intención didáctica: evitar que se produzca una nueva caída de Roma. Pues el éxito de Roma estaba fraguado en la combinación de 3 factores: pueblo elegido, religión y virtus, y si éstos fallaban podía sobrevenir la decadencia total de Roma[69].

            De acuerdo con algunos críticos, la obra de Livio encierra intención política, y el apoyo a la restauración llevada a cabo por Augusto el 27 a.C. De ahí el fomento que hace Livio del orgullo patriótico, del espíritu ancestral romano, la asunción de la religión, la recuperación de instituciones y costumbres… que eran los principios básicos del proyecto político augusto[70].

f.1) Ab urbe condita de Livio

            Es la única obra que se ha conservado de Tito Livio. Su plan inicial era escribir la historia del pueblo romano desde el comienzo hasta sus días. De los 142 libros que compondrían inicialmente la obra, sólo 35 se han conservado, y no todos al completo[71].

            Para hacer abarcable una obra tan monumental, hoy se ha propuesto una división temática en pentadas y décadas, según los historiógrafos Stadler y Wille. La pentádica sería:

-libros I-XV: Desde la fundación de Roma hasta la Conquista de Italia,

            -libros I-V: Desde la fundación de Roma hasta el saqueo de los galos,
           
-libro VI-XV: Guerras Samnitas (VI-X) y Guerras contra Pirro (XI-XV),

-libros XVI-XXX: Guerras Púnicas,

            -libros XVI-XX: I Guerra Púnica,
           
-libros XXI-XXX: II Guerra Púnica, con Avance de Aníbal (XXI-XXV) y Contraataque de Roma (XXVI-XXXX),

-libros XXXI-XLV: Guerras en Oriente,

            -libros XXXI-XXXV: Guerra contra Filipo V de Macedonia,
           
-libros XXXVI-XL: Guerra contra Antíoco,
            -libros XLI-XLV: Guerra contra Perseo.

            De esta forma, la 1ª parte de la obra de Livio está compuesta por pentadas. La 2ª parte se centra más en los sucesos y problemas internos de Roma, decádicamente:

-libros XLI-L: Sometimiento final de Grecia y Asia,
-libros LI-LX: Asuntos internos desde la caída de Cartago hasta la llegada de los Graco,
-libros LXI-LXX: Desde la caída de los Graco hasta Livio Druso,
-libros LXXI-LXXX: Guerras civiles hasta la muerte de Mario,
-libros LXXXI-XC: Guerras civiles hasta la muerte de Sila,
-libros XCI-C: Ascenso de Pompeyo, hasta el año 66 a.C,
-libros CI-CX: Predominio de Pompeyo,
-libros CXI-CXX: Guerra civil de César. De la muerte de Pompeyo a la de Cicerón.

            Por último, los 22 libros no presentan signos de composición numérica clara:

-libros CXXI-CXXIV: guerra civil entre 2º triunvirato y republicanos,
-libros CXXV-CXXXIII: guerra civil entre Marco Antonio y Augusto,
-libros CXXXIV-CXLII: desde llegada de Augusto hasta Druso en Germania-9 a.C.

f.2) Historiografía en Livio

            Según podemos deducir de sus propias palabras, Tito Livio había abrazado el oficio de historiador por 3 razones:

-por patriotismo, creando una memoria colectiva del pasado glorioso romano,
-por criticismo, denunciando la penosa época moral presente,
-por historicismo, al faltar una historia completa y bien escrita hasta entonces.

            Para Livio, el historiador debe escribir:

-añadiendo nuevas certezas, a los hechos históricos ya conocidos,
-superando la rudeza de los antepasados, a nivel literario.

            Eso sí, nunca el historiador ha de apartarse de la verdad e imparcialidad[72]. Lo que no quiere decir desprenderse del patriotismo y alabanza de lo antiguo[73].

            En lo relativo a las fuentes, Livio ignora casi por completo a los autores no latinos -salvo a Polibio-, y parece inclinarse por Valerio Antias, Claudio Quadrigario, Fabio Píctor y Celio Antipater. Aunque, en general, Livio lamenta:

-la falta de información,
-la incertidumbre de la tradición.

            Es frecuente que haga mención expresa a dos o tres autores cuando existen varias versiones de un mismo hecho. A este respecto, pone Livio el criterio para decidir la fuente más adecuada[74]:

-la de mayor número de autores que se refieran al asunto,
-la de mayor proximidad temporal al asunto.

            La obra de Livio sigue una estructura episódica. En este método se han querido ver influencias normativas de Aristóteles, donde un episodio debía ser narrado como una acción unitaria de:

-planteamiento,
-nudo,
-desenlace.

            Así, Livio unificaba el contenido en torno a un tema principal[75], y concentraba la acción sobre un solo personaje, eliminando al completo los detalles y personajes secundarios.

            En cuanto al valor histórico de su obra, Livio:

-fue el primer historiador puro, sin dedicarse a otro asunto,
-vio como sus obras se iban publicando en resúmenes o Periocae,
-dio importancia al cómo y por qué,
-asumió el papel importante de la ley,
-hizo ver que Roma cumple su palabra, aunque la incumpla
[76],
-situó a la historia en la rama de la elocuencia
[77], con tono ciceroniano,
-sus referencias a la fundación troyana de Roma se insertan dentro de la leyenda,
-sus referencias a las magistraturas se ajustan por completo a los hechos,
-sus narraciones de guerras son veraces en fechas, aunque con pobres estrategias,
-sus ideas moralizantes son inexactas y distorsionantes
[78].

g) Tácito

            Publio Cornelio Tácito (55-117) nació en la Galia Narbonense, casándose con la hija de Julio Agrícola. Hacia el año 70 comienza su cursus honorum, y siete años más tarde llega a conseguir el cargo de senador.

            El año 81 alcanza el cargo de cuestor, mismo año en que muere Tito y le sucede Domiciano. Cuatro años más tarde Domiciano purga al Senado de sus funciones, coincidiendo con el cargo de edil de Tácito.

            El año 88 alcanza Tácito el cargo de pretor, y el año 97 el de cónsul, momento en que publica Vida de Julio Agrícola. A partir de este momento vino a dedicarse verdaderamente a la obra de la Historia.

            El año 98 publica su obra Germania, el 102 el Dialogo de los oradores[79], y el 104 sus Historias, terminadas de publicar el año 110.

            El año 112 Tácito es nombrado procónsul de Asia, y comienza la redacción de Anales. El año 117 termina Anales, y muere el año 120.

            Otros hechos contemporáneos a la vida de Tácito fueron:

-año 54: muerte de Claudio y sucesión de Nerón,
-año 61: nacimiento de Plinio, amigo de Tácito; Seneca se retira de la vida pública,
-año 65: se descubre la conjuración de Pisón,

-año 69: Guerra civil. Nerón es derrocado por la insurrección de Vindex[80]. Galba vuelve a Roma, toma el poder y adopta a Pisón como sucesor. Vitelio es nombrado imperator por las legiones de Germania. Otón suplanta a Galba, que es asesinado. Vitelio entra en Roma, y muere Otón. Vespasiano es proclamado emperador en Oriente y Egipto, y logra tomar el poder y ser proclamado emperador en Roma,

-año 70: Tito destruye Jerusalén,
-año 79: Muere Vespasiano, y le sucede Tito,
-año 81: Muere Tito, y le sucede Domiciano,
-año 88: Domiciano endurece su régimen,
-año 96: Muere Domiciano asesinado, y Nerva es nombrado emperador,
-año 98: Muere Nerva, y le sucede Trajano,
-año 101: I Campaña a la Dacia de Trajano,
-año 195: II Guerra Dacica,
-año 116: Trajano vence a los partos,
-año 117: Muere Trajano, y le sucede Adriano.

g.1) Annales de Tácito

            Fue compuesto originariamente por 18 libros, en los que se van relatando cronísticamente, año por año, y desde el año 14 al 68:

-los hechos del emperador, en torno a la corte y política exterior,
-los hechos del Senado, en torno a la política interior
[81].

            Hoy se desconoce la fecha de su composición, aunque hay indicios que el mismo texto va mostrando[82].

            Fue dividido el libro en la siguiente estructura:

-libros I-VI: Crónicas de Tiberio,
-libros VII-X: Principado de Calígula, y 6 primeros años del de Claudio,
-libros XI-XII: Principado de Claudio,
-libros XIII-XVI: Crónicas de Nerón, interrumpidas el año 66,
-libros XVII-XVIII: sin conservarse ninguno de ellos, pero que se supone relatarían los periodos posteriores a Nerón.

            Introdujo muchos testimonios orales, aunque no se fiaba del todo de ellos. Evitó hacer circular los rumores, aunque en ocasiones los introdujo sin discusión.

            Y es que, por sus funciones de político, tuvo Tácito acceso a archivos y gacetas, como:

-las Actas senatus populi[83] y los Acta diurna populi romani[84],
-las memorias de Claudio, Agripina, Suetonio, Mesala, Corbulón.

            Otra de las fuentes utilizadas por Tácito fueron las crónicas de sus predecesores, poniéndolas en comparación unas con otras, para ver:

-qué elementos tenían mayor credibilidad,
-qué elementos eran desviaciones del autor
[85].

            Por esta razón:

-desprecia a Veleyo Paterculo, al no poder ejercer su libertas[86], y estar impregnado del status político[87],
-recurre a Audifio Baso
[88], Servio Novano[89], Cluvio Rufo[90], Pompeyo Planta, Fabio Rústico[91].

g.2) Historiografía en Tácito

            En Diálogo de oradores Tácito trató de hacer un ensayo de crítica literaria relacionada con la oratoria y la elocuencia. Siguió el modelo de Cicerón, y estuvo ambientada en la casa de Materno, en torno al año 74. Trata temas como la crisis de la elocuencia y los méritos de la oratoria.

            En Agrícola narra  Tácito la historia de su suegro, uno de los que habían participado en la conquista de Britania, e introduce una crítica a Domiciano.

            En Germania describe Tácito los pueblos y costumbres del más allá del limes del Rihn.

            En Historie relata Tácito la crisis del 68-69, desde los comienzos de la corrupción de Nerón hasta la muerte de Domiciano y el inicio del mandato de Nerva. Su hilo conductor fue la ambición de los distintos personajes históricos para obtener el poder. Pudo componerse de 12 libros[92], de los que hoy sólo se conservan 5:

-libros I-III: sobre las luchas entre Otón y Vespasiano,
-libro IV: sobre la sublevación de los bátavos, y el papel de Julius Civilis,
-libro V: sobre la campaña de Tito en Jerusalén.

            En líneas generales, se puede decir que la obra de Tácito refleja:

-la admiración por el pasado de Roma,
-la presión del poder político,
-la crítica a la falta de libertad,
-lo negativo y caótico del momento presente,
-el funcionamiento imperial, a pesar del caos
[93],
-la sensación de crisis constante
[94],
-la estigmatización de vicios,
-la presentación de un modelo de virtud a seguir,
-el plano secundario dado a la economía y la guerra
[95],
-el plano negativo de los políticos y sus mujeres,
-el plano de paripé que ejerce el Senado,
-el plano principal del emperador, a cuya muerte se suceden las sublevaciones,
-la intervención de lo sobrenatural, en los hechos de la historia
[96],
-la reticencia a creer los presagios, que a veces son charlatanes,
-el determinismo como algo que escapa a las voluntades humanas,
-la crítica a la masa popular
[97],
-la propuesta del modelo de provincianos promocionados
[98],
-el gusto por los retratos y las laudatio, a las que no tenían derecho las mujeres,
-el valor de la palabra,
-la interpolación de hechos ajenos al Imperio,
-la crítica a los historiadores que no dicen la verdad,
-la independencia del historiador respecto a la autoridad.

h) Amiano

            De ascendencia griega, Amiano Marcelino (330-400) nació en la ciudad siria de Antioquía, de una familia aristocrática local, y donde recibió la formación griega de la paideia y una simpatía ideológica hacia los colectivos populares[99].

            Del 353 al 360 sirvió en la milicia del ejército mayor, a las órdenes del general Ursicino[100], participando en:

-la revuelta de Silvano, galo que se autoproclamó emperador,
-las incursiones del rey persa Sapor,
-los rumores internos sobre Ursicino.

            El año 360 Ursicino fue destituido tras la captura de Amida, y Amiano desaparece de la vida política[101].

            El año 363 vuelve a aparecer Amiano, esta vez junto al emperador Juliano en la campaña persa, con el que permanecerá hasta su muerte y la elección de Joviano como su sucesor. Hacia el 371 tuvo que acudir a su patria para mediar ante un acusado de traición imperial, y allí se queda por ocho años más. Fue la ocasión para visitar Egipto, Laconia y Tracia.

            El año 384 se trasladó definitivamente a Roma, donde permanecerá hasta su muerte. Allí empieza su publicación de obras en el género de la res gestae, y a entablar diálogos con sofistas y filósofos. El año 400 muere en la ciudad imperial.

            Amiano fue contemporáneo de Constancio II, Juliano el Apostata, Joviano, Valentiniano, Graciano y Valente; conoció a San Ambrosio y San Agustín, y prácticamente pasó por su época como el historiador olvidado[102].

            No obstante, le tocó vivir una de las épocas más convulsas de la historia romana[103], en plena metamorfosis del tiempo antiguo al medieval. Se dice que fue el último de los historiadores clásicos de Roma[104].

            Y de esto se da cuenta el autor, que pone en evidencia la falta de cultura general, y una sociedad perezosa y aficionada a lo lúdico, y alejada de los libros y la filosofía. Resalta sobre todo la pérdida de la virtus y la acogida de la avaricia y otros males, que estaban desmoronando el Imperio[105].

            Fue también Amiano testigo del fuerte conflicto religioso entre el fortalecido Cristianismo y los deseos del Senado por restablecer el antiguo paganismo como religión oficial imperial. Ahí fue Amiano:

-defensor del paganismo tradicional[106],
-tolerante con el cristianismo
[107].

h.1) Historiae de Amiano

            Tuvo su fecha de composición entre el 382 y el 397.

            Las fuentes de la obra consistieron mayormente en los testimonios orales y presenciales de los hechos, a los que se fueron incorporando las fuentes escritas de mayor alcance, para dar credibilidad a lo escrito[108]. Algunas de estas fuentes escritas fueron Herodoto, Eratóstenes, Hecateus, Timagenes, Ptolemaeus, Sexto Aurelio Víctor, Theoponpus y Juba de Mauritania[109].

            En cuanto a la estructura de la obra, ésta abarcó:

-libros I-XIII: desde el 96 al 353, continuando la obra de Tácito[110],
-libros XIV-XXXI: desde el 353 al 378, como testigo ocular:

            -libros XIV-XXV: hasta la muerte de Juliano, y elección de Joviano,
           
-libros XXVI-XXXI: sobre Valentiniano y Valente.

            Los libros I-XIII no han podido llegar hasta nosotros, y en los libros XXVI-XXXI advierte Amiano que la verdad de lo relatado ha corrido el riesgo de ser diluida, ya que se ha escrito sobre acontecimientos demasiado cercanos.

            Se trata, en fin, de una obra donde Amiano transmite una imagen viva de los avatares del s. IV:

-desde la óptica militar y griega,
-desde el espíritu veraz de los viejos,
-demostrando sus conocimientos, en los diversos campos,
-juzgando hombres y hechos, de manera mordaz,
-buscando la imparcialidad, mediante discursos y digresiones.

h.2) Historiografía en Amiano

            Se basa en la imitación de Tácito, a la que introduce:

-la dualidad guerra-intrigas,
-digresiones geográficas y etnográficas,
-las diversidades psicológicas de los personajes,
-descripción de la mentalidad de un periodo dado.

            Se puede decir que fueron aportaciones de su método historiográfico:

-la importancia del emperador, a nivel incluso de castidad,
-prestar atención sólo a las líneas generales,
-selección de hechos históricos de acuerdo a un plan establecido,
-selección elitista de los hechos, sin fijarse en las clases bajas sociales,
-introducción del contexto geográfico, siempre antes de la narración de hechos,
-investigar la verdad, ordenando cronológicamente las fuentes,
-la fidelidad, como esencial para la narración.

Madrid, 1 junio 2018
Mercabá, Artículos de Cultura y Sociedad

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[1] Entre las que cabe destacar las Elogia Tarquiniensia, sobre las hazañas en Roma de la familia etrusca de los SPURINNA.

[2] Sobre todo en época del rey NUMA POMPILIO.

[3] Que el año 123 a.C fueron publicados a instancias del pontífice máximo MUCIO ESCEVOLA, y ocuparon 80 libros completos.

[4] Costumbre iniciada al comienzo de la República, año 509 a.C.

[5] Propias cronologías etruscas, sobre su historia y cultura, y traducidas fielmente del etrusco al latín por VERRIO FLACO. No obstante, el propio emperador CLAUDIO se quejó de la versión etrusca del origen de Roma, y mandó armonizar lo que ésta tenía escrito con lo que autores romanos ya habían empezado a relatar en el s. IV a.C.

            (cf. MARTINEZ PINNA, J; Los orígenes de Roma, ed. Síntesis, Madrid 2009, p. 23).

[6] Como muestra espléndidamente:

-el Museo capitolino de Roma, en su sala VII, con todo tipo de documentación epigráfica administrativa (de los praefectura urbis, cursus honorum, cursus publicus...), comercial (de los tabula alimentaria, ligures baeibiani…) y militar (de los vigiles militaris, anuarius procuratorum...);
-el Museo etrusco de Roma, con tratados comerciales cuatrilingües tenidos lugar en Roma, en lengua etrusca, fenicia, hebrea y griega. Es el caso mencionado también por POLIBIO, a la hora de exponer por entero la vieja Constitución Romana (cf. POLIBIO, Historia de Roma, VI) o el I Tratado romano-cartaginés del 509 a.C (cf. POLIBIO, op.cit, III).

             (cf. GIUSTOZZI, N; CADARIO, M; Museo Nazionale Romano, ed. Soprintendenza Archeologica di Roma, Roma 2012, pp. 89-91).

[7] Como muestra espléndidamente el Museo Capitolino de Roma (Monte Capitolio, 1 y 3), en infinidad de mármoles cincelados y rellenados de pintura.  

[8] Escritores surgidos en el s. III a.C. como reacción a los griegos pro-cartagineses, con un fin propagandístico nacional, y dirigiéndose al público universal. Trataron de analizar, año por año y magistratura por magistratura, todo lo acontecido en la Roma primitiva.

[9] Recolectores de antigüedades entre los que cabría destacar a PLINIO, GELIO, MACROBIO, SERVIO y SOLINO, casi siempre de ideología pro-republicana. Pues preferiremos centrarnos en los escritores con cierto método historiográfico.

[10] cf. AUGUSTANA; Livius Andronicus, ed. University of Applied Sciences, Augsburgo 2008.  

[11] Viejos versos usados por los sacerdotes arvales del s. VIII a.C, cuando componían sus versos a Saturno.  

[12] Marte, Mercurio, Saturno...

[13] Náyades como Carmentis, Egeria, Antevorta… que habitaban en los manantiales del bosque Porta Capena de Roma, y que lanzaban oráculos a los particulares desde su bosque sagrado. Fueron el preludio de las vestales.

[14] cf. AUGUSTANA; Livius Andronicus, ed. University of Applied Sciences, Augsburgo 2008.  

[15] cf. BRITANNICA; Quintus Fabius Pictor, ed. Cambridge University Press, Cambridge 2012.  

[16] Tanto a TITO LIVIO como a DIONISIO DE HALICARNASO, CICERON...

[17] cf. PONTIGGIA, G; GRANDI, M. C; La literatura latina. Historia y textos, Milán 1996.  

[18] cf. ASTIN, A. E; Cato, the Censor, ed. Clarendon Press, Oxford 1978.  

[19] cf. QUINTO ENNIO, Fragmentos (trad. J. Martos Fernández), ed. Gredos, Madrid 2006.  

[20] cf. BRITANNICA; Aulo Postumio Albino, ed. Cambridge University Press, Cambridge 2012.

[21] cf. AUGUSTANA; Lucio Calpurnio Pisón Frugi. Cónsul 133 a.C, ed. University of Applied Sciences, Augsburgo 2008.

[22] cf. JIMENEZ CALVENTE, T; Sempronio Aselio, ed. MCN, Madrid 2011.  

[23] Llamado así por sus coetáneos, según explica GELIO en sus Atticae noctes, V, 18, 5.  

[24] cf. RUIZA, M; Rufo Publio Rutilio, ed. Biografías y Vidas SCP, Barcelona 2004.  

[25] cf. BRITANNICA; Lucio Elio Estilón, ed. Cambridge University Press, Cambridge 2012.  

[26] cf. AUGUSTANA; Lucio Cornelio Sisenna, ed. University of Applied Sciences, Augsburgo 2008.

[27] Conjunto de eruditos que trataron de contar, de forma solemne y majestuosa, las narraciones y hazañas de héroes y pueblos. Recurrieron a propios recursos estilísticos, aparte de utilizar:

-influencia homérica, introducida ya por LIVIO ANDRONICO con sus versos saturnos sobre la Odisea;
-historiografía nacional, introducida por CNEO NEVIO con su Bellum Punicum sobre la I Guerra púnica, y por QUINTO ENNIO con sus Annales (que sustituyó la mítica legendaria por propias gestas romanas);
-poesía alejandrina, introducida por los poetae novi y sus Epilios de mitologías eruditas, y por OVIDIO con su Metamorfosis e ideas helenísticas.

[28] cf. RUIZA, M; Varrón, ed. Biografías y Vidas, S.C.P, Barcelona 2004.  

[29] cf. PINA POLO, F; Marco Tulio Cicerón, ed. Ariel, Barcelona 2005.  

[30] cf. BRITANNICA; Quinto C. Cuadrigario, ed. Cambridge University Press, Cambridge 2012.  

[31] cf. CATULO, Poemas y elegías (trad. de A. Ramírez), ed. Gredos, Madrid 1993.  

[32] cf. PLUTARCO, Vidas paralelas, vol. I: Teseo y Rómulo; Licurgo y Numa Pompilio, ed. Gredos, Madrid 1985.

[33] Y último gran filósofo griego, aparte de escribir numerosas obras para emperadores, senadores e historiadores.  

[34] Tales como Rómulo, Numa Pompilio...

[35] cf. OVIDIO, Cartas del Ponto (trad. de R. Herrera), ed. Gredos, Madrid 2002.

[36] Discípulo del elocuente HIGINIO y del hispano PORCIO LATRON, lo que no le evitó ser exiliado al Ponto por sus desvaríos amorosos.

[37] cf. FLORO, Epítome de la historia de Tito Livio, ed. Gredos, Madrid 2000.  

[38] cf. HESIODO, Teogonía, vv. 969-1018.  

[39] cf. MOMMSEN, T; Historia de Roma, ed. Turner, Madrid 2003, p. 491 y ss.  

[40] cf. DIONISIO DE HALICARNASO, Historia de Roma Antigua (trad. de E. Jiménez), ed. Gredos, Madrid 1988.  

[41] cf. DIONISIO DE HALICARNASO, Antigüedades romanas, libro I, cap. 2 y 3.  

[42] cf. DIONISIO DE HALICARNASO, Antigüedades romanas, libro I, cap. 5.

[43] Fecha aproximada, pues:

-Polibio fue elegido embajador el año 181 a.C, en misión diplomática ante Ptolomeo V, junto a su padre Licortas y Arato (pues, según parece, todavía no tenía la edad legal para ello),
-Polibio fue nombrado hiparco de la liga aquea el año 170 a.C, y este cargo no podía ser adquirido sin tener los 30 años.

[44] De hecho, él en sus obras cita a poetas celebres como HOMERO, SIMONIDES y PINDARO, y a historiadores como HERODOTO (POLIBIO, Historia XII, 2, 1), TUCIDIDES (POLIBIO, Historia VIII, 1, 1) y JENOFONTE (POLIBIO, Historia VI, 45, 1).

[45] Que supuso el choque entre dos concepciones militares legendarias: la falange macedónica y la legión romana. Pero que no consistió en una batalla con todas las de la ley.

[46] Gracias a la influencia de ESCIPION y CATON.

[47] Los griegos supieron apreciar el favor que así obtenían de POLIBIO, erigiéndole después incluso una estatua en Megalópolis, con la inscripción de “Grecia, de haber seguido los consejos de Polibio desde un principio, no habría decaído; y cuando erró, sólo Polibio pudo ayudarla”.

[48] Con ediciones: Parisimos del s. IV, Vaticanus del s. X, Urbinas del s. X, Londinensis del  s. XV y Monacensis del s. XV.

            No obstante, la 1ª edición completa del texto será la de ISAAC CASAUBON de 1609, siguiéndole la de SCHWEIGHAUSER de 1795, BUTTNER WOBST de 1882, y la LOEB Classical Library de hoy día.

[49] Importante por la crítica que hace POLIBIO de la manipulación de los datos.

[50] “El trabajo y objeto de nuestra empresa consiste única y exclusivamente en escribir el cómo, cuándo y por qué todas las partes conocidas del mundo habitado vinieron a caer bajo la dominación romana”.  

[51] Fundador de la confederación aquea, y escritor de sus Memorias en 30 libros.  

[52] Autor de Historia de Grecia y Asia, en 28 libros, durante los años 270-220 a.C.

[53] A pesar de criticarlo como historiador, pero citado por su gran conocimiento de la tradición romana. Fue además el enviado por la gens Flavia a Delfos para consultar sobre la victoria romana en Cannas contra Cartago.

[54] Historiador que vivió durante la I Guerra púnica, y escribió sus Obras desde un punto de vista pro-púnico.  

[55] Queriendo decir que Roma actuó siempre por sentido común, sin almacenar mucho pensamiento detrás.  

[56] Pues la historia política es la que acaba conformando las demás políticas, según Polibio.  

[57] Según todas las referencias, SALUSTIO llevó una vida privada disoluta.

[58] Donde incorpora discursos (como los de CESAR y CICERON), descripciones amplias (como la de SEMPRONIA)...

[59] Dividida en 5 libros, el último de los cuales quedó inacabado a causa de su muerte.  

[60] Que escribió en lengua griega.

[61] Escritor, SISENA, del que Salustio apreciará su estilo variado y colorido, y que él más tarde empleará en sus obras, frente a la frialdad de otros escritores, como los citados GELIO, PISON, CALIO ANTIPATRO...

[62] Es verdad que SALUSTIO cita entre sus causas a la fortuna, pero se trata en todo caso de una fortuna “moderna”, alejada de la clásica fortuna, e incapaz de regir destino alguno de las cosas.

[63] Lo que sus enemigos relacionan con sus orígenes humildes.

[64] Como demuestran las obras epúreas que se le atribuyen a él, quizás por el intento de copiar su técnica. TACITO, por ejemplo, heredó de él su brevedad y rapidez escriturística. Y SAN AGUSTIN estuvo también imbuido por su pesimismo moral sobre la situación de Roma.  

[65] 63 a.C-14 d.C.  

[66] Obra que no ha llegado hasta nosotros.  

[67] Tal y como queda patente, además, en el Prefacio de la obra de LIVIO.

[68] En este sentido, y como señala WALSH, su obra puede ser considerada como “un monumento al pasado, y un mensaje para la posteridad”.

[69] Que es lo que le pasó a la República, parece decir implícitamente LIVIO.  

[70] No obstante, hoy en día se duda de esta interpretación, dada la relación no muy buena entre Augusto y Tito Livio. De hecho, el apelativo de “pompeyano” que recibió el historiador por parte de AUGUSTO implicaba cierta desaprobación hacia él. Por otro lado, Livio siempre se refiere a Augusto de manera respetuosa, pero nunca aduladora.

[71] La pérdida de una parte tan importante de la obra de LIVIO se explica por su propia extensión: era difícil multiplicar los ejemplares manuscritos en su integridad. Aun así, conocemos el contenido general de los libros gracias a citas directas o indirectas de otros autores.  

[72] Por ese motivo, había decidido LIVIO mantenerse al margen de los asuntos públicos, y a los intereses de las familias y partidos, para garantizar a priori su objetividad.

[73] Así, por ejemplo, retrasa LIVIO la fecha de la toma de Sagunto en la II Guerra Púnica, intencionadamente y respecto a la versión de POLIBIO, para demostrar que Roma no tardó en acudir en ayuda de sus aliados.

[74] Hoy en día, la opinión generalizada es que sus referencias a los autores más antiguos (ELIO TUBERON, VALERIO ANCIATE…) son secundarias, y estarían tomadas de autores más modernos.

[75] Que siempre fue: Origen e historia de Roma, Guerras púnicas, Guerras macedónicas.  

[76] Como en el ejemplo que pone de Numancia.

[77] Con la idea de: cautivar, conmover, agradar.

[78] Como son sus actitudes antiplebeyas, tendencias patrióticas, idealización de militares romanos, distorsiones moralizantes de personajes...

[79] JEAN BAYET establece otra cronología para esta obra, aunque tampoco se atreve a afirmar el año exacto de su realización. Su datación fluctúa entre el 80 y el 96.

[80] Con apoyo de la Galia e Hispania.

[81] “Aristocrática pero martirizada por la corrupción del poder imperial”, dirá de ella Tácito.

[82] Por ejemplo, en el libro II se habla de los límites del Imperio y entre estos se nombra el Rubrum Mare-Mar Rojo, siendo esta una datación muy concreta, y distinta a la que sería si pusiera el límite en el Golfo Pérsico.

            (cf. ANDRE, J. M; HUS, A; La Historia de Roma, ed. Argentina, Buenos Aires 1975, p. 136).

[83] Archivos secretos de Roma.

[84] Diario oficial de Roma.

[85] “Tenemos la intención de seguir el testimonio concorde de los autores, pero pasamos a ellos la responsabilidad de sus divergencias (cf. TACITO, Anales, XIII, 20, 3).

[86] VELEYO PATERCULO fue partidario de Tiberio, y en su Historia Romana se había dedicado a ensalzar a Cesar, Augusto y Tiberio.

[87] Status político que, según TACITO, siempre suponía una regresión en la línea de los grandes historiadores, siendo capaces únicamente de escribir con libertad géneros menores.

            (cf. LOPEZ DE AYALA GENOVES, M. J; “Una presentación de la historia de Roma a través de los historiadores menores, biógrafos y panegiristas del s. I”, en Revista de Filología, VII, Madrid 1991, pp. 90-91).

[88] Cronista de la época de TIBERIO, y autor de Libri belli germanici, AUDIFIO BASO será uno a los que recurrirá Tácito para componer su Germania. También cogerá de él su descripción sobre los años 41-40 a.C. de guerra civil.

[89] Cronista de la época de CALIGULA, y cuya historia estuvo muy bien valorada debido a que, por su función política, SERVIO NOVANO había tenido acceso a altos niveles de información.

[90] Cronista de CLAUDIO, y fuente principal para la composición de Anales, CLUVIO RUFO narró la muerte de CALIGULA y el ascenso al poder de Claudio, hasta la muerte de VITELIO.

[91] Cronista de NERON, y fuente principal para Agrícola, FABIO RUSTICO estuvo muy informado sobre los secretos de la corte.

[92] cf. ESPADAS BURGOS, M; La periodización de la historiografía romana, ed. Fundación universitaria española, Madrid 1961, p. 76.

[93] En este sentido cabe explicar que casi todos los historiadores romanos fueron pro-republicanos, y por eso atacan siempre el modelo pro-imperial. Así, fueron uno tras otro creando la visión idílica que hoy se tiene de la República.

[94] A pesar de tratarse de la época gloriosa de Roma.

[95] Motivo de continuas críticas por parte de los estudiosos, y a las que ya el mismo TACITO se encargó de responder en su obra: “No ignoro que la mayor parte de los sucesos que he referido… pueden parecer insignificantes… y que mi tarea es angosta y sin gloria… porque la paz se mantuvo inalterada o conoció perturbaciones leves”.

[96] Como es el caso del eclipse, que puede llegar a decidir guerras y batallas.

[97] A la que llama desordenada, crédula, apática. Se trataba, según ANDRE y HUS, de dar una lección política: la incapacidad de la multitud, la fatalidad de la monarquía, la necesidad del control aristocrático.

            (cf. ANDRE, J. M; HUS, A; La Historia de Roma, ed. Argentina, Buenos Aires 1975, p. 167).  

[98] Pues “el sector más sano de la sociedad romana es, sin duda, la nueva clase de provincianos promocionados, herederos de las viejas virtudes, que habían ido accediendo a puestos importantes en la vida del estado gracias a medidas como las que Claudio tomó para introducirlos en el Senado”.

            (cf. TACITO, Anales, ed. Gredos, Madrid 1984, introd).  

[99] Por lo que expresa JEAN BAYET en su obra.

[100] cf. ROVIRA SOLER, M; Introducción a la historiografía latina; textos para su lectura, ed. Palas Atenea, Madrid 1989, p. 95.

[101] cf. AMIANO, Historia (trad. de M. L. Harto), ed. Akal, Madrid 2002, p. 16.  

[102] cf. AMIANO, Historia del Imperio Romano (trad. de F. Castilla), ed. Orbis, Barcelona 1986, p. 15.  

[103] cf. AMIANO, Historia (trad. de M. L. Harto), ed. Akal, Madrid 2002, p. 23.

[104] Así como PABLO OROSIO fue el primero de los medievales. Pues:

-AMIANO MARCELINO, ultimo clásico, continua con la vieja escuela de describir la historia,
-PABLO OROSIO, primer medieval, comienza la nueva escuela de sintetizar la historia.

[105] Amiano era consciente de la enorme problemática política, militar, histórica, social, religiosa y literaria de su época, y su obra fue encaminada en ese sentido, en un esfuerzo inteligente para que el Imperio comprendiera su ocaso.

[106] Impulsado por JULIANO EL APOSTATA y defendido por Amiano. Aunque, siempre recuerda el historiador, habría que estar más preocupados por la integridad moral de las personas que por la confesión religiosa que profesen.

[107] De ahí vendrá la crítica feroz que hará de JULIANO EL APOSTATA, por su prohibición que hizo a los maestros cristianos de enseñar en las escuelas.

[108] cf. ALONSO NUÑEZ, J. M; “La visión historiográfica de Amiano Marcelino”, en Studia Romana, II, Valladolid 1975, pp. 44-51.

[109] cf. ALONSO NUÑEZ, J. M., op.cit, p. 50.  

[110] cf. BAYET, J; Literatura latina, ed. Ariel, Barcelona 1972, p. 489.