IBERIA INDÍGENA
Tierra en la que nació España, entre los habitantes de los ríos Ana e Iber
Madrid,
1 septiembre 2024 España nació
hacia el s. XIII a.C, tras una larga y
oscura prehistoria. Con algún que otro siglo de retraso
cultural, los indígenas
ibéricos empezaron a concentrarse en pequeños
núcleos de población, hacia el 1.250 a.C. No obstante, la península Ibérica albergaba en su seno multitud de recursos naturales (madera, mercurio, oro...), todos ellos de primerísima categoría, y razón por la que los orientales venían y cantaban las glorias que se podían ganar en España. Diodoro de Sicilia llegaba a indicar que la plata y el estaño obtenido en Iberia eran casi siempre claves en las batallas y negocios entre los orientales.
Entre los primeros nombres que se referían con certeza a la península, se
hallaban: -Ofiusa,
o “tierra de serpientes”, según un poema de Avieno, Ispania fue el nombre que los fenicios dieron a España en el s. XII a.C, y venía a significar según Trigueros “costa del norte” (lit. i-sphan-ya), por oposición a las tierras africanas del sur, desde las cuales divisaban el estrecho de Gibraltar y la península Ibérica.
Iberia
fue el nombre que los griegos dieron a España en el s. VII a.C, y venía a significar “tierra
del Iber”,
que fue como los griegos llamaron al río Ebro. Fue nombrado así
por los griegos por su parecido con el otro extremo oriental del mundo: la
Iberia del Ponto, en el Mar Negro: -las
dos en los extremos del mundo conocido,
Hispania fue el nombre que los romanos
dieron a España en el s. III a.C, y venía a significar según Bochart
“tierra de conejos”, pues se dice que, estando el cronista Estrabón en
Baleares, escribió que era imposible cultivar estas tierras por estar invadidas
por conejos. a) España tartésica Fue la cuna en la que nació España, y el primer reino histórico del Occidente atlántico. Enclavada en el extremo occidental mediterráneo, Tartesos contó con propio área geográfica específica, desde el 1.250 a.C. Durante más de 600 años, Tartesos desarrolló una interesante cultura en torno a: -los
ríos
Tinto y Odiel, de Huelva,
Tartesos
debe su nombre a la primitiva palabra con
que los griegos se referían a Occidente (antes de que adoptaran el término Iberia, a partir del s. VII
a.C). Estrabón aclara que sólo hacía referencia a esta zona de Occidente,
surgida en torno a su río principal Oleum flumen (río del aceite, llamado
posteriormente Betis por los romanos, y Guadalquivir por los árabes). Hoy en día se desconoce todavía el punto 0 de Tartesos, surgido en la etapa final de la Edad de Bronce. No obstante, se tiende a situar el centro de Tartesos en Mesas de Asta, futura Hastia Regia romana y actual Jerez de la Frontera. De allí abundan elementos que debieron pertenecer a la antigua realeza tartésica, aparte de: -casas
indígenas, Según Avieno, el punto 0 de Tartesos se hallaba al oeste del río Ana (Guadiana), en torno a la desembocadura del Guadalquivir. Y a lo largo de toda su cuenca se extenderían el resto de pueblos tartesios, hacia Extremadura y hacia el interior. No obstante, parece bastante arriesgado establecer una capital de un reino en plena desembocadura del Guadalquivir, con sus aguas y cursos tan irregulares. b) España post-tartésica
Recogió
los frutos del esplendor tartésico, en toda su línea Huelva-Cartagena. No
obstante, perdió su unidad comercial y cultural, diluyéndose el fantástico espíritu tartésico
en el indigenismo de sus regiones.
Los turdetanos
fueron históricamente los sucesores de los tartesios, y debieron tener contacto con los
escasos comerciantes que ya se acercaban a la España del Sur. Perdieron su uniformidad
de lengua y escritura, aunque mantuvieron leyes en forma métrica de más de 6.000
versos de longitud. Poseían las ciudades de Itálica, Hispalis (Sevilla), Urso
(Osuna)
y Astigi (Ecija).
Los túrdulos
eran los vecinos de los turdetanos, y con ellos apenas apreciaban diferencias
sustanciales. Poblaban las ciudades de Tucci y Sacilis, Corduba (Córdoba) e
Iliberris (Granada).
Los bastetatos
se situaban en las montañas penibéticas, y poblaban una extensa zona que tenía
su centro en Basti (Baza) y Acci (Guadix).
Los bástulos
aparecían situados en las costa malagueña y granadina, llegando desde el peñón
de Gibraltar hasta Almería. Poblaron las antiguas factorías y
poblados fenicios de Málaga, Almuñécar y Adra, aunque apenas supieron
sacarlos adelante. Los oretanos se situaban en las sierras de Cazorla y Morena, y poblaron los núcleos de Castulo, Oria y Oretum, Sisapo (Almadén) y Baecula (Bailén). b.1) Política post-tartésica Se multiplicó en pequeños estados independientes, gobernados por monarquías de reyezuelos.
Incluso se puede hablar de tensiones
de unas monarquías contra otras, dados los fuertes amurallamientos de Tejada o
de Carmona. Algunas de estas monarquías duraron hasta muy tarde. Era el caso del rey Indo, que mantuvo a su reino en pie hasta la llegada de César a España, y no puedo ser doblegado sino por el mismo Pompeyo. b.2)
Sociedad post-tartésica
Sabemos de ella por la existencia de tumbas de distinta
riqueza, e incluso de alguna tumba real. No obstante, todavía no ha
podido ser probado que existieran castas sociales post-tartésicas.
Respecto al mundo militar,
el arte figurativo distingue en esta zona a jinetes con atuendo de guerrero, y
a sacerdotes
tonsurados y con velo.
Como novedad
post-tartésica, empezó a desarrollarse el caso de servidumbre
colectiva, ante el derrumbamiento económico que había seguido a la
gran etapa de Tartesos. b.3) Economía post-tartésica
En la línea Huelva-Turdetania, y a lo largo
del curso del Guadalquivir, 70 poblados producían productos de todas las clases,
exportando por sus ríos navegables trigo, vino y aceite, cera, miel y pez, y
lana de hermosura insuperable. Vacas, bueyes y caballos constituían las
especies ganaderas mayores. En cuanto a la riqueza de sus metales, abundó el
oro, plata, cobre y hierro, no sólo en cantidad sino también en calidad. De
hecho, estos materiales empezaron a ser exportados a Roma nada más llegar
César a España, y literalmente quedaron
expoliadas sus minas de cobre del Riotinto y del Odiel.
En la línea Málaga-Bastetania se apreciaban
comarcas de gran rendimiento agrícola.
En la línea Cazorla-Oretania se comenzó la
explotación de varios yacimientos de plata, lo que atrajo el interés de
algunos aventureros que todavía venían del Oriente.
En la zona de costa
meridional, siguieron funcionando las viejas factorías tarteso-fenicias,
pero dedicadas a lo mucho a la pesca, y no a ninguna otra industria
manufacturera más. b.4) Religión post-tartésica
Mantuvo las manifestaciones
religiosas tartésicas, pero desde una óptica griega y
autóctona, y no sólo oriental. Las crónicas de Estrabón mostraban
gran devoción en la zona por los héroes y dioses griegos. Así mismo, las estatuillas,
relieves, decoraciones y cerámicas encontradas, mostraban un tipo de dioses
desconocidos para el resto de civilizaciones.
Las divinidades
orientales siguieron siendo
incuestionables, y no perdieron su hegemonía. Pero resulta difícil saber si llegaron a
recibir culto post-tartésico o no. Eso sí, siguieron siendo añoradas por los
post-tartésicos: -Astarté,
que había dejado su recuerdo en los puertos, cabos y golfos,
Los amuletos orientales
también fueron abundantes, como los de Baal en Churriana, Medina de las Torres y
Aliseda. No obstante, fue el Heracleion, o Templo
Melkart de Cádiz, el verdadero centro de influencia de toda la península
Ibérica. Levantado 600 años atrás por la casa real de Tiro, todavía seguía imitando
la planta salomónica del Templo de Jerusalén, y en su interior los sacerdotes
seguían yendo descalzos y tonsurados, vestidos de lino blanco y celebrando los
mismos ritmos ceremoniales de antaño.
En cuanto a la religión
indígena propiamente dicha, parece poco realista querer distinguir, entre
tanta mezcolanza religiosa, lo que era propiamente indígena, respecto de los elementos
importados. No obstante, existían 2 tipos de iconografía indígena: -el
“señor de los caballos”, composición constante que se repetía por
todo el mediterráneo español,
En este tipo de diosa indígena femenina, destacaban
en el mundo post-tartésico las imágenes de: -la
“dama de Baza”, surgida hacia el s. IV a.C, ataviada a la manera jonia y portadora de urna cineraria
para el difunto (como se aprecia en una tumba de guerrero indígena),
En cuanto a santuarios indígenas a resaltar, destacaron el Santuario de Castellar de Santisteban
(Jaén) y Santuario de Collado de los Jardines (Jaén), en
los altos de Despeñaperros c) España ibérica
Debe su nombre al río Iber
(Ebro). Así, el concepto ibérico se aplicaba desde el s. VI a.C. a las poblaciones de Levante,
desde el cabo de la Nao hasta la desembocadura del río Ródano.
Todo este territorio presentó
3 constantes: -trama
urbana,
Y en él se podía advertir la
influencia de 2 corrientes
culturales: -la
indoeuropea, en el caso de los campos de urnas, todavía presentes en Cataluña, Navarra
y Aragón,
En cuanto a la escritura, hubo 2 sistemas diferentes
de alfabeto en el área ibérica: -el
ibérico meridional, cuyo foco quedaba situado en Murcia y Alicante, Por último, las fuentes antiguas proporcionan nombres de pueblos ibéricos pero no aportan de ellos más información, y la arqueología tampoco ha podido situarlos, reconstruirlos o proporcionar algo sobre su devenir. c.1) Política ibérica
Alternaba tanto pequeñas monarquías
(en pueblos y lugares recónditos) como formas republicanas de gobierno (en las
ciudades y mescolanza de culturas).
El rey vivía acompañado por sus
familiares inmediatos y por su clientela, y rara vez tenía reglas sucesorias.
Salvo en el caso de Barranco Alto (Murcia), con el descubrimiento de una tumba
monumental real, no existía sacralización del rey después de su muerte.
Las primeras noticias nos
llegan de Indíbil
y Mandonio de
Ilerda (Huesca), reyezuelos del s. III a.C. que actuaban
siempre en coalición. Con la llegada de los romanos a sus dominios, se negaron a pagar
los impuestos de dinero y mujeres, y prefirieron ir al combate (acabando
derrotados y ejecutados). También nos llegan noticias de Edecón de Tarragona, quien tras conocer la romana Conquista de Cartagena-208 a.C, se pasó al lado de los romanos, con toda su clientela.
Otro rey de la zona fue Amúsico
de Vic, que al verse atacado por Escipión, se encerró en
su ciudad y aguantó el asedio un mes entero del 207 a.C, tras lo cual entregó su ciudad al
ejército romano. Al lado de las monarquías, muchas comunidades ibéricas estuvieron gobernadas por consejos aristocráticos, presididos por magistrados y su portavoz, el más anciano de ellos. c.2)
Sociedad ibérica En Levante era distinguible una aristocracia militar, una masa de población libre, un grupo de población campesina, y un grupo de población esclava. Decía a este respecto Estrabón que se trataba de “pueblos divididos por su terquedad, en pequeñas partes y sin unión entre sí, y endebles frente a los extranjeros que los atacaban”. Por ello, concluía el cronista, “se atrevían muy poco a llevar a cabo empresas de envergadura, por no tener alianzas ni entre sí”. A la cabeza de la sociedad ibérica estaban los reyes y los senadores, enriquecidos por la tierra, el ganado, el comercio y la piratería. Por debajo de ellos, una especie de falange combatía a sus órdenes, dotada de mallas, escudo y lanza.
Fue una sociedad basada en la fides ibérica,
concepto en torno al cual se organizaban el hospitium, la clientela
y la devotio.
Fueron numerosos los pactos
de clientela,
en los que se aliaban varias partes: -sobre
un plano de igualdad, Una clase especial fue la del hospitium militar. Sabemos, por ejemplo, que los ciudadanos de Valencia eran clientes del hospitium Afranio, legado de Pompeyo en España. Los devoti eran aquellos que hacían votos respecto a su jefe, y prometían no sobrevivir a su jefe si éste moría. De hecho, algunos romanos como Sertorio, utilizaron tropas de devoti para su guardia personal. c.3)
Economía ibérica
Era predominantemente agrícola, base del futuro desarrollo
demográfico surgido en el s. V a.C.
En los pueblos interiores,
la producción de especies
ganaderas menores (como ovejas y cabras) constituía su rasgo
diferenciador. En los pueblos del mar, el comercio
costero era mucho más desarrollado.
En casi todas las viviendas
habían aves y se usaba el arado. Las especies cultivadas eran el cereal, la vid, el
olivo, legumbres y frutales. La apicultura
se conoce en la zona desde la prehistoria. La caza se desarrolló en los pueblos
interiores, y la pesca en los costeros.
La industria del tejido de lino ibérico
fue famosa fuera del territorio español. Otras industrias como la viticultura o la
oleicultura, dejaron testimonios en muchos poblados.
Dos manufacturas importantes fueron: -la
alfarería de vasijas decoradas, de cerámica al torno y con el uso del horno,
El trabajo predominó en
pequeñas explotaciones familiares de trabajo directo. También en las ciudades
hubo propiedades de la aristocracia local. En cuanto a la esclavitud, sabemos de la existencia de 40.000 esclavos
norteafricanos trabajando en las minas
de Cartagena.
Existían, así mismo, dos grandes vías
de comunicación: -vía
terrestre heraklea, que partía de Cartagena, atravesaba la costa levantina
y catalana, y se adentraba en los Pirineos;
Por último, el comercio
de minerales y metales siguió
siendo desarrollado en las
viejas factorías tarteso-fenicias y cartaginesas, pero con muy poca participación
de la aristocracia ibérica. c.4) Religión ibérica
Veneró
las mismas
iconografías del “señor de los caballos” y “diosa indígena” del mundo
post-tartésico, trasladándolas además al mundo celtibérico.
No hubo, sin embargo, rastro alguno de las religiones extranjeras veneradas en
la Antigüedad.
En cuanto a los dioses indígenas, existió culto a: -las
diosas curótrofas, como las de Albufereta (Alicante) y Serreta de Alcoy, En cuanto a santuarios indígenas, destacaron: -el Santuario de la
Luz (Murcia), con personal religioso a su cargo, visitas individuales de fieles, actos de culto,
fiesta de la divinidad y comidas campestres,
En cuanto a simbologías, el lobo estuvo asociado a idea de la muerte, y los montes
solían ser el lugar apropiado para la
manifestación divina. Los rituales funerarios mostraron la creencia generalizada en una supervivencia del alma después de la muerte. Estaba generalizada la incineración, en la cual se depositaban las cenizas en una urna (o vaso de cerámica), que a su vez era depositada en una tumba. En cuanto a ajuares funerarios, con el difunto siempre se depositaba el quemaperfumes y los jarros rituales de su purificación. Además: -en
las
tumbas de mujeres se depositaban sus objetos de tocador. c.5) Moneda ibérica
Desde el s. VI a.C. había
empezado a utilizarse en el Mediterráneo la moneda acuñada, como medio de transacción
comercial. A partir del siglo V a.C. los pueblos ibéricos también
comenzaron a acuñar propia moneda. El uso de moneda griega y jonia
también fue frecuente en las zonas de Alicante y Cataluña, lugares donde el
comercio griego impactó con mayor fuerza, a través de sus intermediarios de
Sicilia y Magna Grecia.
Ampurias fue la primera
ciudad ibérica en acuñar moneda propia. Tras y ella y su gemela Rodas, cuatro ciudades más continuaron la acuñación:
La Unión (Murcia), Saitabi (Játiva), Arse (Sagunto) y Kese (Tarragona). Cuando Roma
comience las guerras de conquista, la amonedación ibérica se extenderá también
a las provincias celtibéricas, pero nunca a las lusitanias ni a las célticas.
La moneda íbera era acuñada
en plata, a diferencia de la post-tartésica del Sur que lo hacía en bronce. En la zona
del Ebro surgieron además los denarios,
caracterizados por una cabeza masculina y un jinete. c.6) Pueblos ibéricos de Levante
Los contestanos
se situaron entre los ríos Tader (Segura) y Sucro (Júcar). Eran el pueblo con más
marcada identidad propia y fuerte iberización. Poblaban la ciudad de Cartagena,
Ilici (Elche), Lucentum (Alicante), Iaspis (Aspe), Saetabis (Játiva), Jumilla, Yecla y
Alcoy.
Los
edetanos
se situaron entre los ríos Júcar y Turia, y contaban con las poblaciones de
Sagunto y Valentia.
Los
ilergavones
se situaron entre los ríos Udiva y Ebro, e incluían las poblaciones de
Dertosa (Tortosa), ciudad atacada en el futuro por los Escipiones, el año 215 a.C. c.7) Pueblos ibéricos de Baleares
Habitaron las islas de Baliarides (Mallorca) y
Gimnesias (Menorca), probablemente por gente que iba desnuda. Ophiussa (Formentera), o
“isla de
las serpientes”, parece
ser que permaneció deshabitada.
Pitiusas
(Ibiza), o “isla de los pinos”, existía ya antes del dominio ibérico, pues desde el s. VII
a.C. había contado con colonias cartaginesas, como la de Ebusos.
Con
excepción, pues, de las colonias cartaginesas, no pareció existir desarrollo
urbano alguno ibérico en las islas Baleares. c.8) Pueblos ibéricos de Aragón
Los edetanos
se situaron entre los ríos Júcar y Turia, y las sierras de Albarracín y
Teruel.
Los
ilergetes
se situaron en la zona pirenaica interior, experimentado la
penetración de los campos de túmulos desde el s. VIII a.C, con llegada de
gente indoeuropea. Tenían monarquías militares, como las de los jefes Indíbil
y Mandonio, y conformaron los primeros pueblos sometidos por Aníbal tras cruzar el Ebro.
Habitaban los poblados de Ilerda, Osca (Huesca) y Bergidum (Berga).
Los cesetanos
se situaron al norte del Ebro, y tenían en Tarraco (Tarragona) su principal
ciudad. También poblaron Cese y Cissa, no dando del todo a la costa.
Los
layetanos
se situaron en torno al río Llobregat, y sus principales ciudades fueron
Barcino (Barcelona), Baetulo (Badalona), Iluro (Mataró) y Blanda (Blanes).
Los
indigetes
se situaron entre el río Ebro y los Pirineos, y fueron descritos por Avieno como feroces, duros,
ásperos, hábiles en la caza y habitantes de escondrijos. Sus principales
enclaves fueron Ampurias y Rosas. Los ausetanos se situaron en la cuenca del río Ter, y fueron los principales aliados de los otros pueblos pirenaicos del interior. Contaban con monarquías militares, como las del jefe Amúsico, y fueron sometidos por Aníbal el 209 a.C. Sus principales ciudades fueron Ausa (Vic) y Gerunda (Gerona). d) España celtibérica
Poblaba el valle más interior del Ebro y la Cordillera
Ibérica al completo, bajo una única y misma lengua,
emparentada con las lenguas célticas de Europa. El nombre celtíberos venía a denominar, por tanto, a “los celtas de Iberia”, dado que en ningún caso se podía negar su fuerte iberización. d.1)
Política celtibérica Se organizó en torno al concepto de ciudad-estado, dotada de organización militar y administrativa, propia moneda e innovaciones tecnológicas. Aunque todavía resulta difícil datar el origen de todo este desarrollado urbanismo.
En la organización política celtibérica
existía: -una
asamblea popular,
Lo que aparecía
con mayor relieve era el tribunal judicial, formado por 5 jueces y encargado de dirimir los litigios. En cuestiones militares, existía un ejército celtibérico compuesto por hombres de distintos pueblos. Aunque cada ciudad definía su política defensiva, ciertas decisiones eran tomadas en común por un conjunto de pueblos. En algunos casos, la liga o confederación celtibérica llegó a incluir a 5.000 hombres, para defender sus intereses comunes. Es lo que sucedió en Lutia, a la que Retógenes llegó solicitando refuerzos para hacer frente a los romanos. Los jóvenes estaban dispuestos a dárselos, pero los ancianos no, y éstos avisaron a Escipión. d.2)
Sociedad celtibérica
Estuvo gobernada por aristocracias militares,
terratenientes de grandes rebaños
y clientelas indígenas de ambos.
El aristócrata celtíbero se basaba
en el número de clientes, y a éstos les hacía luchar hasta la muerte.
Por debajo de la
aristocracia aparecía la masa
popular, que carecía de iniciativa propia para proponer
resoluciones. Se trataba de una masa poblacional formada por
pequeños propietarios agrícolas, dotados de armaduras básicas por si llegada
una necesidad, o había que acudir al combate. Existía un binomio popular basado en la edad, y formado por: -los
iuvenes, de primer ímpetu formidable, y partidarios de la
resistencia frente a toda agresión exterior, Se encubrían, pues, bajo estas dos expresiones: -el
pueblo, d.3)
Economía celtibérica Dependía de las circunstancias ecológicas concretas de cada zona celtibérica. La Celtiberia del Sur era casi siempre agrícola y ganadera. Pero las serranías sorianas, por ejemplo, estaban pobladas de bosques, y albergaban cabañas de ganado vacuno y lanar (sustento de carne que mantuvo en pie a Numancia, pero que llevó a la desesperación a sus sitiadores romanos).
La trashumancia era la auténtica
base económica celtibérica, e incluía rutas trashumantes establecidas y diversos pactos de
hospitalidad, a lo largo de la Meseta Central.
Hacia
el valle del Duero, la economía celtibérica estaba
basada en los cultivos de regadío, trigo, cebada y cereal, y en una auténtica propiedad
comunal. Los salmantinos y los palentinos, por ejemplo, ponían
juntos los frutos y repartían a cada uno su parte, castigando con la pena de
muerte a aquel que retenía algo y no lo entregaba a la comunidad. Sistema, por
otro lado, propio de estadios primitivos de cultura y de insuficiencia de
desarrollo, y no al revés.
Otro elemento importante era la explotación
minera del hierro y de la siderurgia. Las espadas celtibéricas eran
abundantes y famosas en toda la Antigüedad, al igual que la cantidad de
explotación minera en los filones celtibéricos, como los del Moncayo.
La moneda, por último, también fue
un fuerte factor de urbanización, sirviendo para: -expresar
la autonomía política de cada ciudad, d.4) Religión celtibérica
Adoraba a una única divinidad, todas las noches de
plenilunio y bailando
en circulo fuera de las casas.
Varias inscripciones votivas
nos transmiten el nombre indígena de esta divinidad: Lug.
Pero nada más, pues la religión celtibérica era una religión sin mitos
escritos, ni explicación racional de sus creencias.
Los santuarios celtíberos debían
ser construidos en el claro del bosque, en la cima de la montaña y a cielo
abierto. Acumulaban las ofrendas de oro y plata (que nadie se atrevía a tocar)
y gran abundancia de exvotos (de caballos, toros y pies calzados).
Dentro de ellos, el banquete en torno al caldero sagrado era primordial. El Santuario de Peñalva de Villastar (Teruel) dejó constancia de esta piedad hacia Lug. En él, el dios Lug recibía ofrendas de líquidos, una cofradía regulaba las peregrinaciones, y un tal sacerdote Togias dirigía el culto. También se ha encontrado cuernas de toro y cuchillos relacionados con el sacrificio, en el Templo de Monreal de Ariza (Zaragoza) y Templo de Tiermes (Soria).
En cuanto a la existencia de
druidas,
sabemos de: -Olíndico,
que blandía una lanza de plata (enviada por los dioses), profetizaba el futuro
y lideraba a un grupo de seguidores,
El calendario
religioso celtibérico tenía un día señalado: el Lugnasad, o día
de Lug. Era el día en que se
celebraban todas las bodas, y probablemente coincidía con el 1 agosto.
En creencias funerarias se seguía el ritual de incineración, donde se acompañaba las cenizas del
difunto con sus armas inutilizadas. Por otra parte, se establecía conexión
entre la vida de ultratumba y la región celeste, a tenor de los abundantes símbolos
astrales descubiertos en las estelas celtibéricas. d.5) Escritura celtibérica
Todos los pueblos de
Celtiberia hablaban una misma lengua. De acuerdo con
165
inscripciones de textos (de longitud variable), se deduce que el parentesco lingüístico de
esta lengua celtibérica venía de una doble vía: -de
las lenguas celtas del noroeste de Europa, Se trató, por tanto, de una lengua que se separó en fecha muy antigua del tronco celta común.
La escritura
celtibérica fue desarrollada por los celtibéricos en su contacto con
los ibéricos y de sus signos íberos vecinos, adecuando a cada sílaba
celtibérica (no a cada fonema) un
signo escriturístico ibérico. Los textos más largos e
importantes recogidos de la lengua celtibérica son los legales Textos de
Botorrita (Zaragoza),
y la rupestre Inscripción de Peñalva de Villastar (Teruel), dedicada al dios
Lug. d.6) Pueblos celtibéricos del Ebro
Los lusones
era un pueblo autóctono celta, que se había ido desplazando hacia el valle del
Jalón. En esta zona quedaron incluidas Cascantum, Turiasu (Tarazona) y Bursau (Borja).
Los
arévacos
se ubicaron en torno al río Areva, y conformaban el más fuerte de los pueblos
celtibéricos (como se comprueba en la resistencia a Roma o Guerras Numantinas-153
a.C). Sus
poblaciones más importantes eran Numancia, Pallantia (Palencia) y Termes (Soria).
Los
belos
se ubicaron en torno al valle de Huerva, y formaban una comunidad política
juntos con los titos. Sus poblados más importantes eran Segeda, Carbica y
Leucade.
Los
bebrices
se ubicaron en Teruel y Cuenca, y se alimentaban de leche, suero y quesos. Poseían
el Santuario de Lug en Peñalva de Villastar (Teruel).
Los pelendones
se ubicaron en torno a las serranías sorianas, y aparecen citados muy tardíamente.
Sus poblados más importantes eran Vinuesa, Augustobriga (Agreda) y Savia.
Los
olcades
se ubicaron en la Meseta meridional, y aparecen mencionados entre el contingente
de pueblos que Aníbal envío íntegramente a Africa en el s. III a.C, para
luchar contra Roma. Su ciudad más importante era Altia.
Los berones
se ubicaron en el sur de la provincia de Álava, y fueron producto de la
inmigración celta. Su enclave más importante era Varea (Rioja).
Los vacceos
se ubicaron en torno al río Duero, y siguieron resistiendo tras la caída de
Numancia. Abarcaban extensos territorios de Valladolid, Zamora, Segovia y
Burgos: Avia, Rauda, Cauca, Intercatia (Paredes de Nava), Viminatium (León) y
Septimanca (Simancas). Era en esta zona donde se desarrolló la Cultura de
Medinilla, propia de agricultores itinerantes que vivían en pequeños poblados de
cabañas circulares de adobes. A partir del desarrollo de la metalurgia del
hierro, se configuraron auténticos núcleos proto-urbanos, que vendrían a
protagonizar la resistencia contra los romanos.
Los carpetanos
se ubicaron en la ribera del río Tajo, y aparecían ampliamente en las
expediciones de Aníbal. Y es que tras atacar otros poblados, Aníbal
fue derrotado al pasar por esta zona, lo que provocó una 2ª vuelta púnica a la orilla del Tajo,
para aplastar y esclavizar a la población carpetana.
Su
principal ciudad fue Toletum (Toledo), emplazamiento estratégico del s. III a.C.
para atravesar la península, con su rey Hilerno al frente.
Aparte, otros pueblos que pertenecían a Toletum eran Compluton (Alcalá de
Henares), Laminion, Barnacis, Ipsinon, Ilarcuris, Egelesta e Ilurbida. Lo que podía
comprobarse en esta zona era: -jerarquización de poblados, Junto a Toletum, la otra gran ciudad carpetana fue Alce, todavía sin localizar (quizás porque fue derrotada, saqueada e incendiada al completo). También destacó Talavera de la Reina, junto a la Sierra de San Vicente, y la fértil zona argentífera que fue los montes de Toledo y auríferos del Tajo. e) España celta Los clásicos pintaban muy mal el hábitat y costumbres celtas. Según Estrabón, los celtas: -sólo
bebían agua, y se alimentaban 2/3 del año de bellotas, Eso sí, la España celta fue el último rincón español en ser conquistado por alguien (en este caso Roma, que tras su fracaso del 138 a.C, el año 25 a.C envió 7 legiones hasta su total sometimiento, movilizando para ello al mismo Augusto). El año 23 a.C. el 100% de astures y cántabros fueron vendidos como esclavos a Aquitania, o aniquilados. Agripa degolló a todos los hombres con edad de llevar armas, y vendió como esclavos a los ancianos, los niños y las mujeres. A los otros pueblos los obligó Augusto a abandonar las montañas y establecerse en los valles (para poder ser vigilados más estrechamente). Estrabón, Ovidio, Virgilio, Plinio y Orosio no pararán de recordar esta situación política del área norte peninsular. e.1)
Sociedad celta
Contaba
con individuos acumuladores de riquezas, según se desprende de la
existencia de ricas joyas. Por otro lado, la mayoría de población carecía de lo más necesario.
La existencia de esculturas de guerreros galaicos (en el
norte de Portugal y sur de Galicia) inducen a
pensar en la existencia de una aristocracia celta, aunque sus expresiones fuesen
toscas. Incluso pudo consistir en una aristocracia por razón de sangre, dadas
la repetición de genealogías epigráficas, tales como “dedicada a Adrono, hijo de Veroto”... En cuanto al ejército, éste proporcionó un armamento básico para todo el pueblo llano, consistente en: -escudo
redondo,
Pudo
haber cierto grado de matriarcado
celta, pues según Estrabón “los hombres dan dote a las mujeres, las hijas reciben
la herencia, las hermanas casan a los hermanos”. Pero del análisis de la
epigrafía norteña, se deduce que: -la
filiación se establecía por línea masculina,
Otro tema de confusión es
el de una posible organización
gentilicia. Tras los análisis epigráficos se concluye la
coexistencia de dos tipos de organización diferente, ambas basadas en la
consanguinidad y no en la territorialidad: -el
área de las centurias, del noroeste,
En el mundo celta existía
también pacto
de hospitalidad. El documento más importante para conocer la relación
entre gentes y gentilitates nos habla de: -grandes
divisiones tribales (en astures y cántabros), Para algunos estas divisiones no están hablando de divisiones internas, sino de distintas zonas geográficas, pues los romanos luego aplicaron iguales nombres para cosas distintas. Lo que sí está claro es que se trataba de organizaciones de parentesco superior a la familia restringida, de derecho privado, y nunca público, y que afectaba sólo a algunos sectores sociales y no a todos. e.2)
Economía celta Mantuvo a los celtas al borde de la desnutrición. En primer lugar porque el nivel de desarrollo de los pueblos celtas no era alto. Y en segundo lugar porque 2/3 del año sufría la España celta una estación fría cercana a la congelación.
Todos los clásicos resaltaban las carencias de las dietas celtas, y la poca importancia
que los celtas daban a la recolección agrícola.
De hecho, la castaña y la
bellota eran sus principales frutos recolectados,
aunque los análisis policlínicos muestren también la existencia de cultivos de cebada, centeno y
mijo, todo ello trabajado con azada y no con arado.
La ganadería era la actividad económica
más productiva. De las mantecas como ingrediente básico para cocinar, se
entiende la importancia del cerdo para los celtas.
En cuanto a la minería, es muy
dudoso que existiese a nivel subterráneo en la España celta antes que llegara
Roma, aunque el norte de España sí abundaba en plomo, estaño, minio, malaquita y hierro.
En algunos poblados cántabros
del s. III a.C. se han encontrado cerámicas celtibéricas, lo que supone una inmigración
hacia el sur en busca de recursos económicos. En todo caso, la ausencia de
intercambios y de moneda nos advierten que el nivel económico del norte era muy
bajo. e.3) Religión celta
No contó con imágenes
de dioses. Según algunos, este dios
innominado celta podía tratarse de la misma Luna,
pues estas gentes adoraban las noches de plenilunio. Otros dicen que los celtas
contaban los días por noches, y se hacían descender del dios irlandés Dis
Pater.
La epigrafía transmite
nombres de dioses
indígenas de difícil identificación, aunque también dejó constancia
de: -Ares,
nombre dado por igual a varios dioses distintos, en distintos lugares,
Hay constancia de sacrificios
animales y alguno humano, como el sucedido entre los astures para sellar la paz
entre pueblos vecinos (en este caso, sacrificando a un hombre y a un caballo).
No contó con templos arquitectónicos. Pues el culto celta se celebraba a cielo abierto, en un claro del bosque, junto a lagos o
fuentes, y en santuarios naturales denominados bosques
sagrados. También se desarrollaban cultos animistas en los montes, los bosques y los ríos,
pero nunca en el interior de ningún edificio.
En cuanto a las creencias funerarias, no quedó
rastro de necrópolis alguna, lo que hace pensar en el rito de la incineración. e.4) Pueblos celtas del Atlántico
Los galaicos
se situaron en el extremo noroeste de la península, entre los ríos Limia y Miño,
y presentaban viviendas circulares de la Edad del bronce, modelo de cultura
castreña.
Los
lucenses
se situaron al interior de la zona galaica, continuaban con la cultura de
castros, y tenían gran densidad de población. Tenía 16 pueblos reconocidos
aunque todos con nombres bárbaros.
Los
ártabros
se situaron desde el río Miño hasta el cabo de Nerión (Finisterre), y formaban
un golfo conocido como Puerto de los Artabros. Sus poblados más
destacados se situaban en Ferrol y Coruña.
Los célticos
se situaron entre el cabo de Nerión y el norte del río Limia, y desde siempre
había sido el pueblo más diferenciado del resto peninsular. Poblaban las islas
Siccas y la ciudad de Abobrica.
Los navios
se situaron en torno al río Navia, y poblaban las comarcas de Noya, Tyde (Tuy) y
Bacara (Braga). De aquí parece proceder el concepto romano de Gallaeci, por su
fuerte sustrato galo.
Los zoelas
se situaron en la comarca portuguesa norteña de Tras os Montes, y su principal
núcleo urbano fue Curunda. Dedicaban culto al dios indígena Aerno.
Los astures
del norte constituían un conglomerado de pueblos, en torno al río
Sella, y con castros o cabañas circulares de piedra. Fueron identificados por
Ptolomeo como: -los
bedunienses,
cuya capital era Bedunia,
Los astures
del sur se situaron entre los ríos Navia y Esla, dando hasta el
norte de Portugal. Estrabón incluye en ellos el río Melsos como su límite
occidental, y hacia el sur hasta la ciudad de Asturica Augusta (Astorga).
Los cigurros
se situaron al sur de las montañas cantábricas, en la zona de Nemetobriga, o
de “bosques sagrados”, con capital en Brigaecium, la “ciudad
fortificada”, y de gran autonomía política.
Los lancienses
se situaron al sur de la cordillera cantábrica, y fueron los que primero
hicieron oposición al invasor extranjero. Sus poblados fueron incendiados en
una siguiente campaña militar.
Los cántabros
se situaron en la costa entre los astures y un conglomerado de pueblos confusos.
Sus inscripciones revelan una gran conciencia de grupo, y una organización
gentilicia. Estrabón señala de entre ellos a: -los
orgenomescos,
tribu limítrofe con los astures, y cuyo puerto principal era Vaseiuaseca,
Los turmogos
se situaron en la comarca de Salas de los Infantes, noreste de Burgos, y no era
una comunidad muy numerosa. Su principal ciudad fue Segisamo.
Los autrigones
se situaron entre Flaviobriga y el río Nervión, y abarcaron la mayor parte de
las provincias de Vizcaya y Alava.
Los caristios
se situaron en la cuenca del río Deva, y a ellos se le atribuía el condado de
Treviño. Los várdulos-vascones se situaron en la costa de Oyarzun, y poblaban 14 pueblos de las montañas de Guipúzcoa, con lengua de difícil origen peninsular. f) España lusitana
Fue la zona de la actual Portugal y Extremadura española, habitada por 4 razas
de bastante parecido social y económico.
Los lusitanos
poblaban el sur del río Tajo, hasta los navegables Mondego y Vouga.
Aparecen mencionados por primera vez el s. III a.C. Capitaneados por un tal Púnico,
derrotaron a dos ejércitos extranjeros y saquearon el Algarve. Sólo entre
reveses, Roma pudo controlar a estos pueblos. Destacaron las ciudades de
Aeminium (Coimbra), Collipo (Lleiría) y Olisipo (Lisboa).
Los
conios
poblaban el extremo lusitano occidental, y su emplazamiento más importante fue
Conistorgis.
Los
beturios
poblaban la cuenca del Ardila, afluente del Guadiana por la
izquierda, y explotaban las minas del entorno. Sus poblados eran fortificados y
pequeños (5 ha), y el más importante fue el de Tamusia. Los vetones poblaban el límite España-Portugal por el río Tormes, y en las alturas montañosas, durante la Edad del hierro. Destacaron por las figuras zoomorfas en piedra de toros, cerdos y jabalíes. Otro rasgo suyo era el poblamiento en castros, con impresionantes defensas. Los vetones desarrollaron técnicas del hierro para fabricar útiles de labranza, provocando el crecimiento demográfico. Su ciudad más importante fue Lacimurga, en torno a Navalvillar de Pela (Badajoz). f.1)
Sociedad lusitana
Acumulaba casi toda la riqueza en manos de un grupo
reducido. Riqueza que era la suficiente como para poseer propio
armamento, dotado incluso de yeguadas (símbolo adoptado por este
status social).
La sociedad lusitana tenía
la división
siguiente: -jefes
de guerras,
La aristocracia era la clase
dirigente de la sociedad, y la única capaz de acceder a la posesión de
caballos. De ahí que sea una aristocracia ecuestre y que en el reverso de las
monedas se aluda al jinete. También era el grupo poseedor de tierras y ganado,
y tenía solvencia suficiente como para levantar fortificaciones y tener
clientelas más o menos amplias.
Frente a este grupo director
de la sociedad, tampoco hay que creer que la masa
del pueblo careciese absolutamente de todo. En Lusitania existía un grave problema de social y económico, derivado del reparto desigual de la propiedad agraria, lo que hacía que los individuos más pobres se alquilasen como mercenarios de bandas de bandoleros, dedicadas al saqueo. Las fuentes clásicas son unánimes en poner al frente de todas estas bandas lusitanas a Viriato, capitán de ejércitos lusitanos dedicados al saqueo de ciudades y personas. Elegido al parecer por su coraje personal, y a semejanza del buen salvaje, no corrompido por la civilización, Viriato había nacido en la Sierra de la Estrella y fue un pastor lusitano que lideró la resistencia del s. II a.C. Algunos autores lo presentan como superviviente de la matanza de Galba (procónsul del 150 a.C.), e iniciador de la táctica de guerrillas adaptada al terreno. f.2)
Economía lusitana
Era rica en frutos
y ganado, en oro, plata y estaño, según Estrabón. Y en ella el caballo
constituía su objeto más preciado, sobre todo por su calidad y velocidad (y no
tanto por haber sido fecundados por el viento, como afirmaban reiteradamente los
mitos literarios).
La caza y la pesca constituían
actividades complementarias, en los ríos y en las aguas costeras. La bellota y
la castaña también debieron jugar importante en la alimentación, sobre todo
en los pueblos de montaña.
Aparte del hilado y el
tejido, las armas encontradas son un ejemplar valioso, por su damasquinado en
plata, por sus decoraciones con nielados, por sus joyas de la zona de Castelo
Branco.
Lusitania, en relación al tráfico
de metales, estaba atravesada por dos líneas internacionales de
comercialización: -vía
costera. Procedía de las islas Británicas, Finisterre, bordeaba toda la
costa lusitana y llegaba a Gibraltar,
En todas estas zonas,
sistemas de fallas y fracturas del terreno proporcionaban afloramientos mineros.
Los parajes de Arribes del Duero (Salamanca), por ejemplo, estaban llenos de filones de estaño, wolframio y
urano. Los hallazgos de monedas griegas del s. IV a.C. en los yacimientos costeros hace suponer, al igual que Cancho Roano, un comercio fuerte de intercambios, en el sistema de don-contradón. En él: -las
aristocracias locales controlaban el tráfico de metales,
Con la llegada de los púnicos, las campañas de Aníbal del s. III a.C.
buscaron ante todo esclavos-mercenarios y riquezas materiales.
Incluso los celtíberos se adentraban constantemente en la Lusitania en busca de
sus famosas minas, y comerciaba allí con los indígenas del lugar (como dejan constancia las monedas que se pagaban a los individuos que
trabajaban en las minas). f.3) Religión lusitana Contó con gran variedad de divinidades indígenas, según 1/3 de las inscripciones votivas encontradas. Pero muchas veces eran nombradas mediante epítetos, y sólo los nombres de 2 dioses eran bastantes repetitivos e insistentes: Vaelicus y Ataecina, ambos como protectores de la población. Así: -Vaelicus,
dios-lobo infernal, centralizaba su culto en el Santuario de Postoloboso (Avila),
Contó
con santuarios
levantados con excelente piedra de granito, y llenos de escaleras, oquedades y
canales. Canales de agua que servían para la sangre de los sacrificios, y no
por ningún culto a las aguas (como algunos han creído ver). Destacaban el
Santuario de Castro de Ulaca (Avila) y el Santuario de Panioias (Portugal). En cuanto a la existencia de sacrificios, éstos consistieron en ofrendas de tortas, leche, cerveza, liebres o pichones. Así mismo daba al jabalí el mayor de los significados funerarios, representando al difunto si éste era alanceado por un jinete. De hecho, eran famosos los verracos de Ulaca (Avila) y Padierno (Salamanca), ejemplares del s. IV a.C. Mercabá,
1 septiembre 2024 |