IMPERIO HELÉNICO
Expandido de Grecia al océano Indico, integrando territorios y culturas de todo tipo
Madrid,
1 septiembre 2024 El s. IV a.C supuso la época de tránsito de la gran Grecia Clásica a la nueva Grecia Helenística, y vino marcado por la crisis definitiva de las polis griegas y la consolidación de una nueva monarquía hegemónica griega: la macedónica. La desintegración política y socio-económica hizo que el mundo griego se desgarrara en luchas faccionales con una virulencia especial, como revela una Matanza de Argos- 370 a.C en que la multitud dio muerte a garrotazos a casi 1.000 miembros de la clase dirigentes de la ciudad. Sin embargo, el declive socio-político de Grecia no significó su extinción cultural, pues siguió produciendo grandes filósofos (Platón y Aristóteles), oradores (Lisias, Isócrates y Demóstenes) y edificios públicos, embellecidos por la talla y genio de sus escultores. Eso sí, la serenidad y equilibrio de la Grecia Clásica son sustituidos ahora por la inquietud y tensión, y entre desequilibrios y contrastes va adoptando una nueva personalidad. a) Grecia del s. IV El triunfo de Esparta sobre Atenas en las Guerras Civiles (o Guerra del Peloponeso) había tenido consecuencias negativas en: -la
Jonia, donde las colonias griegas pasaron bajo el dominio persa, a causa de los acuerdos de Esparta con el rey persa
en los últimos años de guerra, Sin embargo, la rudeza y arbitrariedades del régimen espartano mostró su absoluta incapacidad para desempeñar el papel hegemónico en Grecia, y provocó la sublevación popular[1], como bien recoge Plutarco[2]. Por su parte, Atenas, bajo el mando de Conón, empezó a dar nuevas muestras de su poderío naval en la Batalla de Cnido-394 a.C, reconstruyó los muros de la ciudad y empezó a crear un novedoso ideal panhelénico, de la mano del orador Isócrates. También fue capaz de conformar la II Liga Ateniense-378 a.C[3], y su almirante Cabrias logró doblegar a Esparta en la Batalla de Naxos-376 a.C. Las fuerzas en el mundo griego volvían así, paulatinamente, a equilibrarse con la reaparición de Atenas y la emergencia de nuevas potencias como Tebas o Tesalia, ésta última unificada bajo el mando de Jasón de Feras[4]. En cuanto a Tebas, ésta había conseguido un admirable potencial militar con Epaminondas, derrotando a un ejército espartano tres veces superior en la Batalla de Leuctra-371 a.C[5]. Como resultado, la Confederación Peloponesia se disolvió, y durante 9 años Tebas comenzó a agrupar a las pequeñas polis de la Grecia central a su alrededor. Hasta que una coalición de Atenas y Esparta le plante cara en la Batalla de Mantinea-362 a.C, y ponga fin a la hegemonía tebana de Pelópidas y Epaminondas. Respecto al Egeo, la penuria general dejó indefensas a sus numerosas islas, ocasión que aprovechó el sátrapa Mausolo de Caria para imponer su dominio en la zona. En el 357 a.C se produjo la sublevación de la Liga Egea (pro-ateniense) contra Mausolo (apoyado por Rodas, Quíos y Cos), y se desató la Guerra Social, que tras dos años acabó con el dominio total sobre el Egeo del propio Artajerjes III de Persia, tras la Paz del Rey-355 a.C o rendición de Atenas ante el Imperio Persa. b) Ascenso de Macedonia Macedonia era una vasta región del norte de Grecia que había permanecido al margen de la historia griega, y que muchos griegos consideraba más bárbara que helénica, a pesar de los vínculos lingüísticos, culturales y religiosos que tenía con el resto de los griegos. No obstante, su dinastía de los argéadas no cesaba de intentar estrechar los lazos con el resto de Grecia, alegando su supuesto origen argivo y remontando su genealogía hasta el mismísimo Hércules. Ciertamente, se trataba de una región griega atrasada, basada en una monarquía semifeudal. No tenía ciudades, y sus zonas agrarias dependían de las armas para su supervivencia. No obstante, su posición fronteriza frente a los bárbaros, y la fortaleza de su monarquía, garantizaba la seguridad del resto de la Hélade. A lo largo del s. V a.C, desde Alejandro I de Macedonia[6] hasta Arquelao I de Macedonia, la provincia comenzó a aglutinar unos recursos considerables, a explotar las Minas del Pangeo y a domesticar caballos. Macedonia alcanzó el millón de habitantes, y su capital Pela vio llegar a los primeros eruditos en la zona: Agatón, Zeuxis y Quérilo. Se llegó así al surgimiento de Filipo II de Macedonia, que durante su etapa de rehén en Tebas había observado los entrenamientos militares y las destrezas políticas del mundo tebano. Una vez elevado al trono, Filipo II forjó un ejército capaz de entablar batallas, impulsó la caballería[7] y adiestró a la infantería[8], para combatir dentro de una formación compacta denominada falange. Macedonia fue dividida en 4 circunscripciones, que debían aportar obligatoriamente los contingentes militares correspondientes. Y a todos se les empezó a pagar con el filipo, moneda estatera de oro que llegó a competir con el dárico persa y la lechuza ateniense. Tras una primera fase de expansión hacia los territorios vecinos, como Peonia, Tracia, Iliria y el Epiro, y haber conseguido salir al golfo Termaico, la península Calcídica y la costa Tracia, Filipo II dirigió su mirada hacia las regiones de la Grecia central, bajo pretexto de mediar en los conflictos griegos y buscar la koine eirene-paz general. Su reconquista del Santuario Apolo de Delfos, durante su intervención en la III Guerra Sagrada contra los focidios, hizo saltar a Filipo II y a toda Macedonia a la palestra griega, y a convertirse en el centro de las miradas. Tras la Batalla de Olinto-348 a.C Filipo II consiguió anexionarse toda la Tesalia y las importantes ciudades griegas de la costa. En la Paz de Filócrates-346 a.C comienza a difundir sus ideas panhelénicas[9], y a sugerir la creación de un ejército panhelénico que vaya dirigido contra los persas. No obstante, el ateniense Demóstenes consiguió armar una Liga anti-Macedónica en torno a Atenas[10], y plantar cara a Filipo II en la Batalla de Queronea-338 a.C. La superioridad militar y táctica de Filipo II fue aplastante, y Macedonia pasó a ser la líder indiscutible de toda Grecia. Asesorado por el orador Isócrates, Filipo II convocó el Congreso Panhelénico de Corinto-337 a.C, en el que pacificó el agitado mundo griego y preparó su ansiada (y no retórica) expedición contra Persia. Él se convertía en el hegemon[11] de la confederación griega y en strategos autokrator[12]. La Liga Panhelénica fue en serio, estuvo dirigida por un Sunedrion[13] y contaba con la representación proporcional de cada uno de los estados miembros. c) Llegada de Alejandro Magno Hijo de Filipo II y de Olimpíade, princesa del Epiro, heredó Alejandro III de Macedonia el valor y la energía de su padre, así como las raíces y desenfreno de su madre. Fue educado bajo la tutela cultural griega de Aristóteles, y bajo las tradiciones macedonias de la caza y destreza militar. Obligado con 18 años a acceder al trono, ante el asesinato inesperado de su padre, Alejandro solventó la coyuntura interna griega con relativa facilidad, dada su arrolladora capacidad militar. Tras lo cual siguió adelante con el plan mecedónico de reunir fuerzas ante el enemigo persa, bajo la idea de vengarse de las Guerras Médicas y evitar una nueva ola de tropelías persas en suelo helénico. ¿Y cómo hacerlo? Yendo A por los persas a su propio territorio, para aniquilar al enemigo y sus dominios por completo. Con 20 años decidió hacer pública a toda Grecia su inminente Campaña Oriental-334 a.C, pidiendo voluntarios para recorrer más de 20.000 km a través de llanuras infinitas, regiones cenagosas, montañas elevadas, pavorosos desiertos y caudalosos ríos, y estar dispuestos a enfrentarse a gigantescos ejércitos, poderosos monarcas y fortalezas imposibles de asediar. Los apoyos helénicos no se hicieron esperar, y a sus filas empezaron a llegar generales[14], historiadores[15] y amigos[16]. Alejandro ofreció a todos ellos una escueta caja de 70 talentos, que apenas permitía afrontar el 1º día de batalla, y la gloria una vez vueltos a Grecia. La base principal del ejército alejandrino, estrictamente helénico, fue: -la falange
macedonia, que había creado su padre Filipo II para sus campañas contra
Tebas, Fundamental para esta expedición alejandrina, de conquista y civilización del mundo, será también: -el
conocimiento de rutas y enclaves, que Alejandro fue obteniendo del
propio enemigo, c.1) Conquista de Asia Menor Nada más cruzar los estrechos Dardanelos, Alejandro desembarcó de manera solemne en tierra asiática y clavó su lanza en el suelo, declarando esa tierra chora doriktetos-objeto de conquista. Inmediatamente después rindió visita obligada a la supuesta Tumba de Aquiles, y procedió a la reconstrucción del Templo Atenea de Troya. Su primer enfrentamiento con el enemigo se produjo en las riberas del río Gránico, contra el general rodio Memnón, que estaba al servicio de Darío III de Persia. Tras su victoria en la Batalla del Gránico-334 a.C, envió Alejandro 300 panoplias del enemigo a Grecia, bajo la inscripción: "Alejandro, hijo de Filipo, y los griegos con excepción de los lacedemonios, sobre los bárbaros que habitan Asia". Y mandó erigir en el Santuario Dion del Olimpo 25 estatuas de jinetes con sus caballos, en memoria de 25 compañeros muertos en el combate. A partir de este momento, marchó por la costa jonia hacia las colonias griegas, a las que liberó, reedificó y limpió de tiranías pro-persas, estableciendo en ellas la democracia bajo una guarnición macedónica y una caja económica helénica. En Mileto licenció la flota griega, y desde ella fue sometiendo las regiones interiores de Licia, Panfilia y Pisidia. Sometida la costa egea de Asia Menor, se adentró Alejandro en el interior de la Anatolia, hasta llegar al simbólico enclave de Gordion, antigua capital de Frigia. Allí desenmarañó el famoso nudo gordiano[17] con un solo tajo, y emprendió la ruta hacia Cilicia. Llegado a la Cilicia, en la costa sur-oriental del Asia Menor, sometió Alejandro su capital Tarso, donde sufrió por imprudencia una grave enfermedad que le tuvo en vilo, hasta que un médico acarnanio consiguió devolverle la salud. c.2) Conquista de Fenicia y Egipto Alejandro consiguió atravesar las Puertas Cilicias, estrecho desfiladero que comunicaba el sur de Asia Menor con las llanuras del norte de Siria. Inmediatamente después, Alejandro tuvo que librar una nueva batalla contra las tropas persas, esta vez estaban comandadas por el propio Darío III de Persia y un enorme contingente de tropas. La Batalla de Issos-333 a.C dio a Alejandro una nueva victoria, gracias a los errores tácticos cometidos por el enemigo[18]. Alejandro no sólo consiguió la victoria, sino que se apoderó de toda la familia real y del tesoro depositado en Damasco. Pudiendo dirigirse ya en territorio nuclear persa, Alejandro optó por continuar su marcha hacia el sur, con el objetivo de cerrar la costa mediterránea de potenciales adversarios futuros, y embocó la costa fenicia para eliminar las bases de la flota persa y su posible salida al Mediterráneo. En la fenicia Tiro encontró Alejandro una enconada resistencia durante 6 meses, tras lo cual ordenó masacrar a 8.000 de sus habitantes y vendió como esclavos a otros 30.000. En la ciudad de Gaza impuso un asedio de 2 meses, y tras su victoria impuso al líder gazatí un ejemplar castigo, arrastrándolo de los tobillos a la manera de Aquiles con Héctor, en torno a las murallas de la ciudad. Entre tanto, el sátrapa rodio Memnón logró reclutar nuevos efectivos persas en Capadocia, y hacia él envió Alejandro a su general Antígono el Tuerto, obteniendo la victoria en la Batalla de Paflagonia-332 a.C y cerrando la conquista de la Capadocia, junto a la muerte imprevista del gran estratega rodio. En estos momentos, Darío III de Persia envió una embajada de paz a Alejandro, que éste rechazó de plano. La entrada en Egipto resultó para Alejandro un auténtico paseo triunfal. Alejandro apareció ante los egipcios como un auténtico liberador, y fue coronado como rey del país bajo la titulatura tradicional faraónica. Mantuvo aquí Alejandro buenas relaciones con el clero egipcio, y prosiguió su política de restauración y reconstrucción de los templos. Fundó la ciudad de Alejandría en el delta del Nilo, junto al mar, y dividió Egipto en 3 administraciones gobernadas por los egipcios, si bien bajo el único mando militar macedonio. Realizó también una visita trascendental al oráculo del Santuario de Ammón, en el oasis de Siwah, en pleno desierto y a unos 300 km de la costa. Y a partir de entonces empezó a ser visto por sus seguidores como el enviado de Dios, para instaurar la paz y libertad en la tierra. c.3) Conquista del Imperio Persa Desde el Santuario de Siwah se decidió Alejandro a afrontar de lleno la campaña contra los persas, yendo a por ellos a su propio territorio. Y movilizó todas sus tropas hacia Irán, atravesando Siria, haciéndose con los tesoros de Damasco y estableciendo en ella nuevos contingentes helenos, de los voluntarios griegos que había ido reclutando por Asia Menor. Percatándose de todo ello, Darío III de Persia propuso un nuevo ofrecimiento de paz a Alejandro, basado en dominios y la mano de su hija, que el macedonio al momento rechazó. En previsión de la llegada de Alejandro, Darío III conformó un brutal contingente de soldados persas en el norte de Irak, y lo colocó de forma meticulosa en la inmensa llanura de Gaugamela[19], especialmente allanada para facilitar la acción de las tropas persas y su escuadrón de carros falcados, entrenado para provocar estragos entre las filas macedonias. La Batalla de Gaugamela-331 a.C se desarrolló mediante la táctica habitual de Alejandro, de intentar abrir brecha entre las filas enemigas mediante la carga de la caballería. Y se solventó con una nueva y aplastante victoria de Alejandro, que vio huir de nuevo a Darío III a la desesperada. Desde el norte de Irak, Alejandro avanzó hacia Babilonia, donde hizo su 2ª entrada triunfal (tras la de Egipto) tras haber pactado con las autoridades locales y ser coronado rey de la ciudad. Mantuvo estrechos lazos con el clero babilonio[20], procedió a la restauración del Templo de Marduk e inició una política de colaboración con la aristocracia babilonia. Prosiguió después Alejandro su avance hacia el centro neurálgico del Imperio Persa, y se internó en Irán. En territorio iranio de hizo con Susa, capital que albergaba el tesoro real, y de ella obtuvo cuantiosos recursos financieros para seguir adelante en todas sus campañas. Continuó después su camino hacia Persépolis, encontrando importantes resistencias en el fortificado desfiladero de las Puertas Persas, y la hostilidad de los uxios, con los que inició una política de sedentarización de las poblaciones nómadas, para controlar los territorios sometidos. La Conquista de Persépolis-330 a.C supuso el jaque mate al Imperio Persa, y por eso Alejandro ordenó su saqueo y su devastación, a través de un incendio que devastó todas las estructuras de la ciudad. Con este gesto, pretendía Alejandro demostrar a los griegos que había culminado la guerra de represalias, que daba por acabado el dominio sobre Persia y que empezaba su propio imperio personal, de reconstrucción y civilización. Tras arrasar Persia, Alejandro subió hacia el norte (hacia donde había huido Darío III), se adentró en Media y se apoderó de Ecbatana, la última de las grandes capitales del Imperio Persa. Una vez allí, Alejandro licenció a la Liga de Corinto y pidió nuevos voluntarios para sus nuevas expediciones, esta vez a título personal y no panhelénico. c.4) Conquista del Asia central Desde Ecbatana, Alejandro se dirigió más al norte todavía, y se adentró en las regiones meridionales del mar Caspio. Cuando llegó allí, recibió la noticia del asesinato de Darío III de Persia, a manos de los sátrapas rebeldes Bessos y Nabarzanes. Tras hacerse con su cadáver, le tributó los honores debidos y ordenó su traslado a Persépolis, para que se le rindieran un apropiado entierro. A partir de entonces, la persecución frenética de Alejandro tuvo como objetivo la captura del sátrapa rebelde Bessos, que se había auto-proclamado sucesor de Darío III bajo el nombre de Artajerjes V de Persia. Alejandro inició entonces una enorme marcha a través de un territorio altamente agreste y montañoso, nevado e inhóspito, cuyos habitantes presentaban una dura resistencia y continuas rebeliones tras haber sido sometidos. Tuvo que hacer frente también al acoso continuo de las poblaciones nómadas sacas, que habitaban en los márgenes de la Partia y Bactria. Se trató, sin duda, del episodio más difícil y dramático de toda la expedición helénica, pues a la geografía de desiertos y montañas, de largas jornadas y climatología agotadora, se unían la escasez de suministros y las numerosas bajas por la acción enemiga, así como el cansancio de los altos mandos. Localizado el rebelde Bessos junto al río Oxo, en la frontera entre Afganistán y Turkmenistán, la avalancha de macedonios sobre él hizo que sus seguidores bactrios le abandonaran a su suerte, y Bessos fuese decapitado por Alejandro, el 329 a.C. Sin embargo, la desaparición de Bessos no significó la pacificación de la zona, pues a la cabeza de los rebeldes se puso ahora Espitámenes, el sátrapa de Sogdiana, la inmensa región que unía hacia el norte Uzbekistán y Tayikistán. Lideró Espitámenes la resistencia indígena contra el avance macedonio a través de una guerra de acoso, que causó numerosos problemas logísticos y de manutención a las guarniciones griegas. Ante este panorama, Alejandro se vio obligado a adoptar una nueva estrategia de conquista: el terror, a través de masacres indiscriminadas y destrucciones masivas a lo largo y ancho de los territorios en los que actuaba. Al mismo tiempo, reorganizó sus tropas en contingentes pequeños y mucho más rápidos, adaptados al complejo terreno y operativos en cualquier momento. Tras una intensa y dura campaña, que le condujo incluso a atravesar el río Yaxartes, en la actual Kazajistán, Espitámenes fue asesinado por los aliados nómadas de Alejandro el 327 a.C, tras lo cual el propio Alejandro fue asaltando y pegando fuego a todas las fortalezas de la Sogdiana, algunas de ellas imponentes como Roca de Sogdianos[21]. Como colofón final, Alejandro consiguió la pacificación de la zona mediante su matrimonio con la princesa local Roxana, de común acuerdo por ambas partes. A pesar de la conquista total de la Asia Superior, las tropas griegas se encontraban extenuadas y enfermizas, nostálgicas de su tierra y condenados a no poder volver. La propia adopción de la proskinesis oriental[22], por parte de Alejandro, fue vista como un punto final al mundo griego y un punto y seguido al nuevo mundo oriental, sin vuelta atrás. De hecho, ese gesto de “no vuelta atrás” provocó revueltas entre los griegos contra el entorno de Alejandro, que desembocaron en los asesinatos del general Filotas, de su padre Parmenión, del historiador oficial Calístenes, o de su compañero de armas Clito el Negro. Alejandro emprendió una política intensa de urbanización y culturización en toda la zona, que comportaba el asentamiento obligado de las poblaciones nómadas de la región. El principal objetivo era facilitar el control militar del territorio, y la integración de sus habitantes dentro del circuito agrícola y fiscal. c.5) Conquista de la India El siguiente objetivo de la expedición griega fue poner la frontera del incipiente Imperio Helénico en el final de la tierra firme, conquistando para ello las regiones del actual Pakistán y las zonas del Punjab e Indostán, completamente desconocidas para los griegos. Sobre la India circulaban los relatos fantásticos de Ctesias de Cnido[23], y es posible que Alejandro se decidiese a ello para obtener riquezas que le permitiesen sostener su vasto Imperio. Alejandro preparó la campaña a conciencia, reforzando sus tropas con contingentes iranios y estableciendo relaciones diplomáticas con algunos de los reyezuelos indios. En su avance hacia el río Indo tuvo que superar la resistencia de una serie de plazas fuertes, como Aornos[24]. El año 326 a.C la expedición griega alcanzó el río Indo, y atravesó sus aguas gracias a un puente de barcas que mandó construir. El momento decisivo de esta fase de la campaña fue su enfrentamiento con el rey Poro, junto a la ribera del río Hidaspes. El monarca indio contaba con un poderoso ejército compuesto por 200 elefantes y 300 carros de guerra, y planificó su estrategia para que Alejandro no atravesase el río. No obstante, Alejandro distrajo la atención de Poro, mediante la repetición de una serie de operaciones, y encontró finalmente la ocasión de cruzar el río durante una intensa tormenta, que impidió que los enemigos se percataran de sus movimientos. Alejandro continuó sus conquistas hasta el río Hifasis, último de los afluentes del Indo, y allí ordenó erigir 12 altares a los dioses sobre su ribera izquierda, para remarcar que ése sería el límite y frontera del Imperio Helénico. La conquista de esta zona resultó bastante pesada, ya que las poblaciones locales mostraron una resistencia implacable al avance griego, y Alejandro se vio obligado a provocar numerosas bajas entre la población indígena, sobre todo entre los malios. De esta manera, Alejandro conquistó toda la India hasta la desembocadura del Indo en el océano Indico, y exploró por mar las inmediaciones de la costa, comprobando que se trataba de aguas oceánicas y no de un mar interior[25]. c.6) Camino de Vuelta La gigantesca ruta de retorno a Babilonia de las tropas helenas, desde el Océano Indico, se llevó a cabo por tres caminos diferentes, al mando de: -Crátero,
que volvió por la vía norte que conectaba con Aracosia (Afganistán),
junto a los heridos y encargados de organizar lo conquistado; La ruta seguida por Alejandro fue la más complicada y difícil, y la que a la postre le costó la vida. Sobre todo a la hora de atravesar el inhóspito desierto de Gedrosia (Baluchistán), sin suministros de agua y bajo un sofocante calor que provocaba decenas de muertos al día. Tras los desiertos, sucesivas tormentas arramblaron con numerosos campamentos helenos, y éstos tuvieron que seguir adelante sin alimentos. Finalmente, la expedición de Alejandro llegó al estrecho de Ormuz el 325 a.C, y al año siguiente logró reunir a los tres contingentes en la localidad de Carmania, con una gran celebración. La llegada a Babilonia de Alejandro fue inesperado para la mayoría, que no pensaba que volvería vivo de la India. De hecho, tan cierto se tenía esto que los sátrapas de la zona habían empezado a actuar por su cuenta, la población local vivía en el descontento, y hasta se había saqueado la Tumba Ciro II de Pasargadas. Nada más llegar, la población se sintió aliviada, los sátrapas vasallos no supieron dónde meterse, y Alejandro ordenó el castigo implacable a los responsables de las profanaciones. c.7) Capitalidad en Babilonia Los últimos años de Alejandro no fueron fáciles. Alejandro instaló su sede en Babilonia, y desde allí fue organizando su extenso Imperio. Entre otras medidas, ordenó: -el regreso a
Grecia de los voluntarios griegos, que habían apoyado a los
macedonios, y que ahora volvían con su licencia y los botines
adquiridos, Sin embargo, la enfermedad contraída en el regreso de la India acabó definitivamente con la vida de Alejandro el año 323 a.C, tras encomendar su alma y testamento a los sacerdotes babilonios, basado éste en un Imperio universal que englobara toda la ekumene. d) Imperio Helénico La muerte de Alejandro Magno no fue fácil de gestionar, pues solía ejercer todo el control imperial a través de: -sus fieles
colaboradores macedonios, tanto los ya muertos como los vivos Eumenes de
Cardia[28] o
Hárpalo de Marcatas[29], En general, con Alejandro las situaciones iban variando en cada lugar, y la gobernación del Imperio se mantenía en permanente construcción, supeditada a los desplazamientos. d.1) Época de los diádocos La inesperada muerte de Alejandro Magno dejó sin claro sucesor al Imperio Helénico, pues: -su hermanastro Arrideo no se hallaba mentalmente
capacitado, Se suscitó así el debate entre los principales generales de Alejandro, sobre todo entre: -Pérdicas,
que aspiraba a suceder a Alejandro a todos los niveles, como único
emperador indiscutido, Como resultado del debate, se estableció entre los helenos el compromiso de una realeza helénica colegiada, a cuyo frente se situó al triunvirato compuesto por: -Pérdicas, el quiliarca que había
permanecido en Asia, Se procedió a continuación a la división de las satrapías persas entre los generales más destacados[31], tras el Acuerdo de Triparadisos-321 a.C entre: -Ptolomeo,
que se quedó con Egipto, Como se ve, el conflicto estaba a punto de estallar, sobre todo por la división interna entre: -la idea unitaria, que alentaban los generales de Alejandro, como Pérdicas y
Antígono, No conseguida una decisión unánime, las coaliciones y guerras comenzaron a sucederse entre los griegos, hasta un total de 12 coaliciones y 6 guerras internas que acabaron con la vida de Pérdicas (+321), Crátero (+321), Antípatro (+319), Eumenes (+316), Poliperconte (+303), Antígono (+301), Casandro (+297), Seleuco (+281) y Lisímaco (+281), resultando tan sólo superviviente Ptolomeo. d.2) División en monarquías Con la muerte de Antígono-301 a.C desaparecía definitivamente la ilusa pretensión de volver a aunar todo el Imperio Helénico bajo un solo liderazgo, y se abandonó la tentativa unitaria. A partir de entonces, los diádocos supervivientes impusieron entre sí cierto pragmatismo, con el fin de mantener los dominios que cada uno había ido asegurándose. Fueron los casos de: -Seleuco,
que quedó como único
dueño y señor de toda Asia, incluida la costera Celesiria[32], Tras estos diádocos, hicieron su aparición en escena los descendientes de los diádocos, personajes tan ambiciosos como sus padres. Fueron los casos de: -Ptolomeo II
Cerauno, hijo de Ptolomeo, que impulsó el asesinato de Lisímaco a
manos de Seleuco[34] y
el posterior asesinato de Seleuco[35], De esta forma, con la desaparición de Lisímaco y Seleuco, y los nuevos protagonistas en acción, tres fueron las grandes dinastías helénicas que pasaron a gobernar el Imperio Helénico: -los ptolomeos, en
Egipto y dominios de África, e) Imperio helénico en África La monarquía ptolemaica puso en marcha en Egipto una poderosa maquinaria burocrática y administrativa, que impulsó un reino homogéneo desde el punto de vista étnico, territorial y cultural, sobre las sólidas estructuras del período faraónico anterior: -a
nivel territorial, con unas fronteras naturales que permitían su fácil
defensa, Todo el poder se ejercía desde Alejandría, que albergó la corte real y sustituyó a la antigua Menfís. Y desde ella el monarca intentó proyectar una doble imagen: -tradicional,
mostrando a los indígenas la continuidad con el mundo faraónico
precedente, A nivel exterior, los ptolomeos gozaban en el Egeo Oriental de una posición hegemónica, y lograron asentar sus posiciones desde Chipre hasta el Bósforo. En ese sentido, se aliaron con los atenienses para frenar, entre ambos, las salidas de Macedonia por tierra o mar. A nivel comercial, potenciaron la imagen de Alejandría como nueva capital del Mediterráneo: -movilizando
hacia ella todas las riquezas del Nilo, A nivel interior, los ptolomeos mantuvieron buenas relaciones con el clero egipcio[36], como soporte de la monarquía ante la población local, y realizaron grandes concesiones a los templos en forma de donación de tierras o exención de impuestos. Potenciaron también la ficción del rey como protector de sus súbditos, inventándose numerosas peticiones (enteuxeis) que los campesinos y colonos dirigían al rey o multiplicando los decretos de amnistía (pbilantbropa) y perdón generalizado, cuando en realidad no había crisis alguna. De hecho, ninguno de los ptolomeos aprendió nunca la lengua egipcia[37], en una clara demostración de distancia con los indígenas y pura propaganda real en sus decisiones. Fuera de Alejandría apenas existían ciudades, salvo alguna nueva fundación como Ptolemaida, todas las tierras pertenecían al rey, y el territorio quedó organizado en: -comunidades aldeanas, en las que
los campesinos cultivaban los dominios reales en régimen de
arrendamiento, Sobre la población pesaban importantes cargas fiscales, que gravaban el trabajo y todas las actividades de la vida cotidiana de los egipcios. Para ello, la monarquía contaba con una impresionante red de funcionarios y almacenes, cuya función principal era recaudar y atesorar beneficios en manos del rey, con el fin de costear el ejército y los gastos de una corte opulenta, empeñada en mostrarse magnífica y benefactora. El Egipto ptolemaico vivió en continua expansión y apogeo del 330 al 150 a.C, hasta que una serie de pérdidas en el Egeo intensificó la recaudación fiscal interior y provocó un descontento general en la población, con frecuentes rebeliones en el campo e intentos de secesión en el sur. A partir de Ptolomeo VI se iniciaron también ciertas disputas en el seno de la corte[38], y aumentó la inestabilidad del país en un proceso de declive que se acentuó todavía más con la entrada de Roma en escena. El posicionamiento de Cleopatra VII con Marco Antonio frente a Augusto, en la Batalla de Actium-31 a.C, sellaba el destino definitivo del reino de los ptolomeos, y con su derrota ponía fin a la dinastía ptolemáica y al Imperio Helénico en África, ahora en manos de Roma. f) Imperio helénico en Asia El territorio de los seléucidas equivalía a las 4/5 partes del antiguo Imperio de Alejandro (desde el Bósforo a la India), abarcaba una enorme variedad de entidades sociopolíticas, culturales y lingüísticas, y nunca mostró interés por las regiones helénicas occidentales. Además, la ausencia de datos escritos en algunos territorios[39] impide saber si el dominio seléucida fue igual o desigual en todas partes, o la fortuna que éste tuvo en cada región. A diferencia de lo sucedido en África, entre los griegos fueron frecuentes en Asia los actos de usurpación a los indígenas y las luchas intra-dinásticas[40], que provocaron: -el
descontento general, de los fenicios en Siria, El centro neurálgico del Imperio Seléucida se situó en: -Seleucia
del Tigris, al principio, con el fin de controlar los trasiegos de
población y las rutas comerciales, Por su parte, el interés particular del Imperio se centró en las regiones más remotas[41], donde los seléucidas comenzaron dando continuidad a las antiguas estructuras del Imperio Persa, para poco después empezar a implantar: -colonias
militares, por todas partes, para controlar el territorio, La derrota sufrida frente a Roma en la Batalla de Magnesia-189 a.C, y la Capitulación de Apamea-188 a.C, marcan un antes y un después en la historia del Imperio. A partir de entonces quedó fuera de su esfera Asia Menor[42], y los seleúcidas proceden a la división del vasto Imperio en 6 grandes reinos (sin contar la India), con capitalidad sobre todos ellos del Reino de Siria, en adelante sede imperial. f.1) Reino de Bactria La región de Bactria abarcaba las provincias de Aracosia, Fergana y Sogdiana, en las actuales Afganistán, Kazajistán, Uzbekistán y Tayikistán. Desde que fue conquistada por Alejandro Magno había permanecido bajo el dominio de los seléucidas, e importantes contingentes griegos se habían ido instalando en la zona, con guarniciones de mercenarios y colonos en 25 nuevas fundaciones. No obstante, la irrupción de los parni a mediados del s. III a.C, con invasión incluida, dejó aislada a la Bactria del resto del Imperio Seléucida, por entonces bajo la regencia del heleno Diódoto. Desde ese momento, Diódoto I de Bactria pidió la autonomía de su región al monarca Antíoco II de Seleucia, y el año 230 a.C consigue la plena independencia. Desconocemos la historia de los monarcas griegos de la Bactria[43], pero de lo que sí ha quedado constancia arqueológica es del impresionante desarrollo en la zona, y de un audaz reino bactriano que fue prosperando gracias a su: -riqueza agrícola, de
los ríos Oxo y Yaxartes, junto a sus afluentes, Tuvo su capital en Alejandría de Oxiana, en la confluencia del río Oxo con uno de sus afluentes, con espectaculares restos arqueológicos que han revelado la existencia de: -toda la
estructura griega urbana, con todos los edificios apropiados, Durante el s. III a.C Eutidemo I de Bactria, llegado expresamente desde la griega Magnesia, logró apoderarse de las antiguas satrapías persas de los maurias del Hindu Kush, y se hizo así con la zona fronteriza de la India. A lo largo del s. II a.C, las sucesivas invasiones desde el norte, de variopintos pueblos nómadas, fueron desplazando los límites del reino bactriano hacia el sur (a lo largo del s. II a.C) y hacia el oeste (durante el s. I a.C), hasta que finalmente hicieron desistir a los griegos bajo sus amenazas, y se dio paso a la barbarie. f.2) Reino de Comagene Comagene surgió como reino a partir de de la división del Imperio Seléucida del 163 a.C, en la montañosa y estratégica región del Caucaso y sus subidas a través de la Capadocia (desde los Taurus), Armenia (desde el Aratat) y Media (desde los Zagros). Anteriormente, ya en el s. III a.C había consolidado Antíoco I de Seleucia en la zona una política de reorganización de dominios, y una región en plena construcción. Además, había logrado imponer la ideología real seleucia del "gran rey Antíoco, dios justo y manifiesto", instaurando un culto dinástico a través de numerosos santuarios funerarios[44] y de santuarios greco-iranios[45]. Uno de esos santuarios fue el de Nemrut Dag, situado a más de 2.000 m. altitud y auténtico corazón neurálgico de la zona, en el que una vía procesional bordeada de estatuas y relieves monumentales enlazaba tres terrazas consecutivas que simbolizaban la potencia real. Llegada su independencia en el s. II a.C, el Reino de Comagene se convirtió en un enclave original que englobaba una doble tradición cultural, política y administrativa, en una corte real híbrida compuesta por una élite indígena[46] y un grupo notable de greco-macedonios. En definitiva, Comagene constituye un claro ejemplo de los procesos de helenización en todo el Oriente helenístico, de la pervivencia de una fuerte tradición cultural indígena, y del recuerdo orgulloso de la antigua dominación persa. Todo ello, mantenido en pie hasta la conquista que hizo Roma de la zona, el 72 d.C. f.3) Reino del Ponto El Ponto fue otra de las regiones importantes en el curso de la historia helenística, y la última que resistió el avance de Roma. Había surgido de la mano del persa Mitrídates a comienzos del s. III a.C en la denominada Capadocia Póntica, al noreste de Asia Menor. Una vez desgajado del Imperio Seleúcida, los primeros reyes helénicos del Ponto se apoyaron inicialmente en la aristocracia irania implantada en la zona, en su principal enclave de Sínope y en los poderosos santuarios de la región[47]. No obstante, en cuanto pudo adoptó el Ponto el modelo de la plena realeza helenística, con la puesta en marcha de una jerarquía áulica y la expresión del poder real a través de la acuñación de monedas. Su política de expansión chocó con las polis griegas instaladas desde antiguo en la costa sur del Mar Negro, que se resistían a perder su independencia. Curiosamente, su monarca Mitrídates VI del Ponto extendió sus dominios hacia las regiones del norte del Mar Negro, precisamente tras acudir en ayuda de las polis griegas que en ese ámbito se veían amenazadas por los escitas. Más adelante, el Ponto pasó también a controlar las regiones más orientales de la pequeña Armenia y la Cólquide. La integración de numerosos greco-macedonios en la corte real auspició que el Ponto plantase férrea oposición a Roma, a través de 3 campañas que acabaron con la definitiva ocupación romana y la propia muerte del monarca póntico. f.4) Reino de Bitinia Bitinia fue otra de las zonas activas dentro de la política helenística, dentro del Asia Menor. Tras la caída del Imperio Persa bajo Alejandro, y las disputas de los diádocos, la aristocracia local logró consolidar su posición, y bajo Zipoites I de Bitinia logró vencer a los diádocos que todavía quedaban vivos, el año 297 a.C. Su sucesor, Nicomedes I de Bitina, estableció una nueva capital para su reino, Nicomedia, y empezó a acuñar monedas a imitación de las de Antíoco I de Seleucia. También proyectó su imagen hacia el mundo griego con una efigie suya en marfil que envió al Santuario de Olimpia. La política de expansión por la zona fue llevada a cabo por Prusias I de Bitinia, que rompió la buena relación existente con las ciudades griegas circundantes[48] y dirigió su mirada hacia el interior, haciéndose con Frigia y Paflagonia. El reinado de Prusias I significó la verdadera entrada de Bitinia dentro del marco internacional griego, con refundaciones y ofrendas a los principales santuarios griegos. f.5) Reino de Pérgamo Pérgamo había sido fundada por los troyanos en el valle del río Caico, bajo unas condiciones defensivas excepcionales (gracias a su imponente ciudadela) y como una de las principales aliadas de Troya. Con el tiempo había pasado a poder del rey de Lidia y de Persia, sucesivamente, hasta que Alejandro Magno la conquistó y la puso en manos de Filetero, alto oficial macedonio al que Lisímaco había confiado la custodia de parte de su tesoro. A partir de 281 a.C quedó integrada en el Imperio Seleúcida, a causa del odio que su gobernanta Arsínoe profesaba a Lisímaco, pero tras el asesinato de Seleuco comenzó a ejercer una política muy activa de evergetismo[49] hacia las ciudades griegas, que la convertía en una auténtica ciudad neutral, que protegía celosamente su territorio y proyectaba su imagen hacia el mundo griego. El momento de su independencia vino de la mano de Eumenes I de Pérgamo, sobrino de Filetero, que accedió al poder a su muerte y al año siguiente derrotó a Antíoco I de Seleucia en la Batalla de Sardes-262 a.C, con una paz posterior que incluía: -la
plena autonomía de Pérgamo, A nivel interior, la ciudad acentuó todavía más el carácter defensivo de su ciudadela, forjó un ejército experimentado y acrisoló considerablemente su tesoro, empezando a acuñar monedas con la imagen de Filetero y no ya la de Seleuco I de Seleucia. A nivel exterior, el reino inició una fase de expansión de territorios hacia el territorio circundante, y logró resistir los asaltos a sus nuevos dominios de Antíoco II de Seleucia y de los gálatas, que se habían instalado en Asia Menor y constituían un foco de inestabilidad en la zona. Atalo I de Pérgamo consiguió una importante victoria sobre los gálatas, que tuvo una amplia resonancia en toda Asia Menor y que se tradujo en la construcción de importantes monumentos de carácter conmemorativo en la ciudad. A partir de entonces, el reino de Pérgamo se erigió en el principal bastión del helenismo, sobre todo ante: -el
panorama de continuos enfrentamientos internos del
Imperio Seléucida, Tras la Caída del Imperio Seleúcida-189 a.C ante el ejército romano, Eumenes II de Pérgamo hizo una alianza con Roma, que incluía que: -toda Asia
Menor iría pasando a Pérgamo, según la fuese conquistando Roma, El último monarca de la dinastía, Atalo III de Pérgamo, legó finalmente el reino de Pérgamo a Roma en el momento de su muerte (ca. 133 a.C), y provocó con ello la intervención directa y legítima de Roma en el escenario oriental helenístico. g) Imperio helénico en Europa La dinastía antigónida no consiguió imponerse sobre el trono de Macedonia de forma estable hasta la llegada de Antígono II de Macedonia, el hijo del diádoco Demetrio. Gobernar en Macedonia tenía una gran importancia simbólica, y comportaba el control del mundo griego a través de sus 4 cerrojos: Demetríade, Calcis, Acrocorinto y el Pireo. Tras su victoria los gálatas en la Batalla de Delfos-277 a.C, Antígono II de Macedonia consolidó el poder en Macedonia y dirigió su mirada hacia el oeste, sobre todo tras la muerte de su adversario Pirro I de Epiro-272 a.C. También hubo de sofocar las resistencias surgidas en el sur, por la: -alianza
Esparta-Atenas-Egipto, culminada con la capitulación de Atenas[50],
el castigo a Esparta[51]
y la
victoria sobre la flota ptolemaica en la Batalla de Cos-262 a.C, Demetrio II de Macedonia contempló el declive de la influencia macedonia en el Peloponeso, fortificó el puerto del Pireo y murió combatiendo contra los norteños dardanios de Serbia. Antígono III de Macedonia consiguió sofocar a los etolios del Peloponeso y derrotar a Cleómenes de Esparta[53] en la Batalla de Selasia-222 a.C, así como restaurar las instituciones abolidas por Cleómenes. Filipo V de Macedonia destrozó la coalición de etolios y espartanos, y encomendó a Demetrio de Faros la expansión militar hacia el Oriente, planificando las conquistas del Egeo, Tracia, Helesponto, Pérgamo y Rodas. Una de ellas, Pérgamo, era ya aliada de Roma en la zona (para hacer frente conjunto al Imperio Seleúcida), y pronto dio la voz de alarma a Roma, que el 200 a.C declaró la guerra total a Filipo V. En previsión de una conjunción de fuerzas entre Filipo V de Macedonia y Antíoco III de Seleucia, Roma optó por la vía rápida de acción, y en suelo abierto griego cazó y derrotó a Filipo V en la Batalla de Cinoscéfalos-197 a.C. Filipo V se convirtió en un nuevo vasallo de Roma, renunció a numerosas plazas y se vio obligado a pagar una enorme indemnización de guerra. Perseo I de Macedonia consiguió una gran popularidad entre los griegos, además de consolidar su posición mediante varias alianzas matrimoniales con los ptolomeos y bitínios. No obstante, al paso de Eumenes II de Pérgamo por el Santuario de Delfos le tendió una emboscada, y eso hizo que Roma volviese a la zona y le infligiese una nueva derrota, en la definitiva Batalla de Pidna-168 a.C. Paulo Emilio se llevó preso a Perseo I a Roma, toda Macedonia pasó a ser una provincia romana más, y la monarquía antigónida quedó abolida. g.1) Etapa final de Grecia En la última etapa de su historia libre, Atenas había pasado a una simple ciudad que conservaba sus escuelas filosóficas y sus tradiciones, y poco más. Hizo frente al dominio macedonio con la ayuda de los ptolomeos, pero poco más dio de sí. Desde su victoria en las guerras civiles griegas, Esparta había sufrido un proceso de declive que le llevó a ser insignificante incluso dentro del Peloponeso. Sus caudillos Agis IV y Cleómenes III apenas pudieron suprimir el eforado y aumentar el cuerpo cívico a los 4.000 periecos, respectivamente, pero a cambio se quedaron sin sus lotes de tierras en el Taigeto. En este panorama de desastre, algunas ciudades griegas se fueron agrupando en forma de confederaciones, tales como: -la Liga Aquea,
que agrupaba a varias polis del
Peloponeso, y aspiraba a conseguir la reconquista bajo la
dirección de Arato de Sición, y sus alianzas con las grandes potencias y las
circunstancias, La Liga Etolia se dedicó a provocar revueltas internas, que afectaron de lleno a toda la Hélade. La Liga Aquea, por su parte, se mostró siempre opuesta y equidistante con el monarca macedonio de Grecia. Y ambas cosas desembocaron, conjunta y separadamente, al desastre final de Grecia, con la intervención romana y derrota final sufrida en la Batalla de Corinto-145 a.C, que supuso el final del mundo griego libre e independiente. h) Ciudad helenística El fenómeno de la urbanización masiva es, sin duda, uno de los acontecimientos fundamentales del mundo helenístico, con más de 400 nuevas ciudades creadas por el Imperio Helénico por motivos: -militares,
como centros de acuartelamiento que luego se convirtieron en centros urbanos, o
desde el inicio sirvieron para controlar una zona limítrofe; Otro aspecto importante del mundo helenístico fue la composición y estratificación social de sus habitantes, compuesta ésta por: -veteranos
de guerra, macedonios a los que se les habían
concedido lotes de tierras provistos de una serie de ventajas fiscales, y todos los instrumentos necesarios para iniciar las labores de
cultivo; En cuanto a la planificación urbana, el planteamiento inicial era sin duda igualitario, en cuanto a la distribución barrial de la población. No obstante, los veteranos y colonos hicieron uso de sus derechos de propiedad privada (o lotes de cleros), y siempre eligieron la mejor ubicación inter-urbana. De ahí que la población indígena permaneciera casi siempre segregada, a pesar de su inclusión dentro de los muros de la ciudad[57]. En cuanto al territorio adyacente a la ciudad, o chora, las tierras confiscadas a los indígenas pasaban a ser propiedad de la ciudad, y arrendatariamente de la población campesina, la cual era controlada por los cargos públicos de la ciudad. Esta circunstancia suponía una sería ruptura de los vínculos de las comunidades aldeanas preexistentes. Ya los persas habían utilizado las ciudades como un instrumento de dominación política y social[58]. Pues bien, eso fue lo que continuó haciendo Alejandro Magno, y posteriormente los seleúcidas. De hecho, no es que los griegos copiaran de los persas, sino al revés, pues ésa misma era la estrategia que aparece en la literatura griega precedente[59]. Con todo, el Imperio Helénico hizo de la fundación de ciudades un instrumento de civilización, y un signo claro de la extensión de la civilización griega por las regiones indígenas del Oriente, como se verá a continuación i) Civilización helenística La conquista del mundo que hizo Alejandro Magno introdujo una serie de cambios en todas las formas y modos de vida. Las nuevas ciudades fundadas, sobre todo en el Imperio Seléucida, adoptaron patrones griegos, y por todas partes se levantaron: -grandes
edificios públicos, como teatros, stoas, gimnasios, bibliotecas,
estadios, liceos y ágoras, La espectacularidad de las ciudades helenísticas quedó reflejaba, igualmente, en las fiestas populares y en las procesiones religiosas[62], así como en los negocios transaccionales o en la carrera política que habían de recorrer sus aspirantes, para acceder a los puestos administrativos. En cuanto a las limítrofes zonas del campo, comenzó a desarrollarse en el mundo indígena una actividad artesanal sin precedentes, y poco a poco fue teniendo lugar cierto mestizaje, y el acceso de los indígenas al ejército y mundo del arte. Con el paso del tiempo, el proceso de degeneración natural dio paso: -en
el mundo cortesano, al confort, exotismo, novedismo, golpe de efecto
y exquisitez cultural[63], j) Cultura helenística Uno de los principales problemas a la hora de abordar el mundo helenístico es el de la compleja relación entre griegos e indígenas. Al respecto, algunos han propuesto la idea de: -helenización
de los indígenas, por los modelos culturales que éstos adoptaron, En el caso de la población indígena, ésta quedó casi siempre alejada de las tareas del poder, y dependió casi en todo de los recién llegados, recluyéndose en un principio en las labores manuales o agrícolas. Pero no porque hubiese una ley que lo impidiese, sino por su inferioridad cultural. Y de ahí que muchos decidiesen culturizarse, y escalar en la escala social, y en la administración, y en las actividades más elevadas. De ahí el proceso de alfabetización indígena, por parte de ellos mismos y aceptando, y aprovechando, la alfabetización que ya poseían los griegos. Entre los estratos indígenas que se alfabetizaron, destacaron: -las clases dirigentes indígenas, que deseaban salvaguardar su estatus
anterior, El proceso de culturización indígena incluyó, por parte de muchos indígenas, de: -el
aprendizaje de la escritura (el griego), artes y hasta religión
dominante, De igual manera, esta adopción de la cultura griega provocó en otros indígenas el proceso contrario de anachoresis-alejamiento, a forma de huelga[65], mesianismos patrios[66] o rebelión abierta[67], por motivos psicológicos, religiosos o ideológicos. En todo caso, se trató de un proceso (de alfabetización y cultura adquirida) que los propios indígenas eligieron de forma individual, para pláceme de la potencia dominante. Como se ve, en el fondo de todo ello había una impronta cultural individualista, como bien quedó reflejado en las nuevas corrientes filosóficas que incidían en el individuo, siguiendo los pasos de Sócrates[68] y los filósofos cínicos[69]. Por su parte, los filósofos estoicos parecían más propensos al entendimiento colectivo[70], y la escuela aristotélica siguió filosofando a su aire[71]. En cuanto a obras culturales, el museo de Alejandría fue quizás el resultado más brillante y espectacular del mundo cultural helenista. Fue fundado y sufragado por Ptolomeo II de Egipto, con la ayuda del ateniense Demetrio de Falero, discípulo de Aristóteles. El museo[72] reunía a una serie de sabios de todas las partes del mundo griego, que vivían organizados en comunidad y se dedicaban a catalogar y recopilar todas las formas del saber existente. La famosa biblioteca del museo daba acogida a todos los textos que el gobierno ptolemáico fue capaz de adquirir, y en ella se fueron traduciendo y editando todos sus volúmenes[73]. Por su parte, el laboratorio del museo, dotado de zoológico y jardín botánico, se dedicaba a la investigación científica, y contó entre sus invitados a Eratóstenes[74], Euclides[75] y Arquímedes[76]. Entre sus miembros internos, el laboratorio contó con la labor del ingeniero Ctesibio[77] y del médico Herófilo[78], entre otros. En definitiva, se trató de un mundo helenista extraordinariamente diverso, complejo y globalizado, con grandes variaciones socio-económicas entre regiones pero con un mismo alma cultural y civilizador, lleno de amplios horizontes por explorar y conocer. Madrid,
1 septiembre 2024 ________ [1] Revueltas que, en Atenas, fueron lideradas por TRASIBULO, contra el régimen tiránico de los Treinta impuesto por Esparta. [2] Al decir en su biografía de LISANDRO DE ESPARTA, verdadero artífice de la victoria espartana sobre Atenas, que “Grecia se ve obligada a beber, después del dulce vino de la libertad, el aguachirle que le sirven los taberneros de Lacedemonia”. [3] Esta vez, con una mayor prudencia hacia sus aliados, tal y como revela el Decreto de Aristóteles-377 a.C, aprobado por la Eklesía de Atenas. [4] Tras auto-designarse tagos de Tesalia (lit, oficial supremo). [5] En concreto, el general EPAMINONDAS reforzó el ala izquierda mediante una doble fila de soldados, ante la tendencia natural de la falange hoplítica a desplazarse hacia la derecha (dada la posición del escudo y la espada), y consiguió un éxito militar sin precedentes contra la hasta entonces invencible Esparta. [6] Ex-campeón los Juegos Olímpicos. [7] Formada por la nobleza. [8] Compuesta por campesinos. [9] Lideradas por él, claro. [10] En la que se integraron Eubea, Tebas, Acaya, Corinto, Megara y las regiones occidentales, bajo el mando de Atenas. [11] Lit. “líder supremo”. [12] Lit. “comandante plenipotenciario”. [13] Lit. “Asamblea de Delegados”. [14] Como Parmenion. [15] Como Calistenes. [16] Como Clito el Negro y su íntimo amigo Hefestion. [17] Bloque enmarañado del que no sobresalían los cabos, y que auguraba el dominio de Asia a quien consiguiera deshacerlo. [18] El cual libró batalla en un espacio completamente inadecuado, para las dimensiones de sus numerosos efectivos persas. [19] En las afueras de Nínive, y de la actual Mosul. [20] A la postre, sus consejeros estratégicos. De hecho, con los sacerdotes babilonios elaboró ALEJANDRO MAGNO su testamento, y en sus brazos murió. [21] Donde ALEJANDRO MAGNO se vio obligado a escalar una escarpada atalaya, en una operación enormemente arriesgada, para conseguir su captura final. [22] Costumbre que consistía en la inclinación respetuosa de los súbditos ante el monarca persa, y a partir de ahora ante ALEJANDRO MAGNO. [23] Que describían un país repleto de maravillas y riquezas de todas clases. [24] Donde se decía que había fracasado hasta el propio Hércules. [25] Mar interior que, según se creía, conectaba las tierras de la India y las de Etiopía (como el propio ARISTOTELES pensaba). [26] Lo que produjo el estallido de un motín griego en la localidad de Opis (Irak), que fue reprimido por ALEJANDRO MAGNO con una mezcla de dureza y reconciliación con sus tropas. [27] En esa misma línea, organizó ALEJANDRO MAGNO en Susa una suntuosa y multitudinaria ceremonia de boda, entre los macedonios más ilustres y algunas princesas iranias. [28] El quiliarca archicanciller. [29] Encargado general de las finanzas. [30] De hecho, los antiguos sátrapas tuvieron que recaudar para la Tesorería Imperial, para mantener sus privilegios, hasta 6 tipos diferentes de impuestos, que gravaban la producción agrícola de unas tierras que eran por definición propiedad de ALEJANDRO MAGNO, y posteriormente del rey heleno en la zona. [31] Y sus descendientes, por vía hereditaria. [32] En la que existían roces por su posición limítrofe entre Egipto y Asia Menor, y conflictos constante entre las dos monarquías helénicas (a pesar del acuerdo tácito de no agresión entre ambas). [33] Fundando incluso una nueva capital en el Golfo de Pagasas, a la que dio su nombre: Demetríade. [34] En la Batalla de Corupedión-281 a.C, lo que supuso el final de la estabilidad en las fronteras del norte, frente a las tribus bárbaras europeas. [35] Cuando percibió que sus aspiraciones al trono de Macedonia se hallaban en peligro. [36] Sobre todo a nivel social y económico, como se ve en el ejemplo de: -permitir
el monarca producir aceite propio al clero egipcio, contraviniendo el
monopolio real ptolemaico, En concreto, lo que estaba detrás de todo eran las viejas fundaciones fundiarias del clero egipcio (como “estado dentro del estado”), que: -los
ptolomeos permitieron, bajo vasallaje político de los sacerdotes, De hecho, de 59 contratos encontrados en Menfis de los ptolomeos, los porcentajes hablan por sí solos, ya que: -27
están realizados por sacerdotes, Esa misma conclusión se obtiene de otros 122 documentos encontrado en Tebas, en que: -4/6
aluden al trato de los ptolomeos con los sacerdotes, [37] A excepción de última reina, la griega CLEOPATRA VII DE EGIPTO. [38] Debidas al protagonismo creciente de las reinas. [39] Del Asia Superior y Asia Central, sobre todo. [40] Como las que tuvo ANTIOCO III DE SELEUCIA contra su pariente AQUEO, que había conseguido hacerse con el dominio de Asia Menor. [41] Como revelan las famosas expediciones de ANTIOCO III DE SELEUCIA, llamado el Grande, sobre la Bactria, Celesiria, Golfo Pérsico o India, en un intento de rememorar los pasos de Alejandro Magno. [42] Una Asia Menor que, desde ese momento, se convirtió en el ámbito de expansión del nuevo Reino de Pérgamo, auténtico artífice de la ruina de los dominios seléucidas en la zona. [43] Ya que no se han conservado fuentes literarias al respecto, y tan solo podemos echar mano de las monedas acuñadas en la región, a la hora de establecer la secuencia de sus dirigentes. [44] Erigidos a la gloria de sus antepasados. [45] Que asociaban el culto del monarca a divinidades de carácter mixto greco-iranio, como Zeus Oromazdes o Apolo Mitra. [46] Como se ve en sus monarcas TIGRANES I y II DE ARMENIA y ARTAVASDES I y II DE ARMENIA. [47] Como el Santuario Ma de Comana, que gozaba de una completa autonomía. [48] Como Heraclea Póntica. [49] Acción realizada en beneficio de la comunidad, por un particular. [50] A la que se impuso un duro castigo. [51] A la que se impuso varias tiranías pro-macedonias, en ella y en diferentes ciudades del Peloponeso (como Argos, Megalópolis o Sición). [52] Que perseguía la expulsión de las tropas macedonias del Peloponeso y contaba con el apoyo y sostén económico y logístico de los ptolomeos. [53] Que había conseguido restaurar temporalmente el poder de Esparta, gracias a sus audaces reformas sociales. [54] De hecho, la mayoría de las ciudades helenísticas fueron fundadas en zonas donde existía una densa red de aldeas indígenas. [55] Como fue el caso de: -Alejandría del Yaxartes, cuyos habitantes procedían de los prisioneros de guerra de la Sogdiana. [56] Como fue el caso de: -Seleucia del
Tigris, levantada en las cercanías de la antigua
Babilonia, [57] De hecho, los planos urbanísticos confirman la existencia, en una misma ciudad helenística, de: -barrios separados, [58] En la que un gobernador civil: -disponía
de un contingente militar a mano, en caso necesario, [59] ARISTOTELES, por ejemplo, proponía que las tierras de la ciudad debían ser cultivadas por los esclavos o periecos de raza bárbara. Y JENOFONTE observó en su Anábasis que existían numerosas aldeas bárbaras cuya fuerza de trabajo podría ser aprovechada por los griegos. [60] Que fueron colocadas en el centro todas las ágoras, y llenaron todas las ciudades del mundo helénico. [61] Como se ha podido ver en los vasos de vidrio procedentes de Begram (Afganistán), que reproducen el faro de Alejandría. [62] Como la que organizó PTOLOMEO II DE EGIPTO en memoria de su padre, de la que tenemos noticia a través de la descripción de un tal CALIXENO DE RODAS, que nos ha conservado ATENEO DE NAUCRATIS. [63] Muy lejana ya, en sus formas, de los antiguos esquemas de austeridad griega clásica. [64] Fenómeno que explica la aparición de géneros tan diversos como: -la
poesía épica, de carácter erudito y mitológico, como la de APOLONIO DE
RODAS, Así como la aparición de tratados tan variopintos como los: -relatos
paradoxográficos, sobre cosas raras y curiosas, [65] Como ocurrió en el Egipto ptolemaico. [66] Como ocurrió en el Israel seleúcida, con JUDAS MACABEO. [67] Como describe: -la
Crónica Demótica, surgida en el medio sacerdotal de
Herishef, que califica de perros a los greco-macedonios y
propugna el retorno de la monarquía nacional, [68] En su enfrentamiento a un orden del mundo que a SOCRATES no terminaba de satisfacerle del todo. [69] Seguidores de ANTISTENES, que se mostraban contrarios a toda costumbre establecida, y perseguían una pureza moral que rayaba en el primitivismo. [70] Como buenos seguidores de ZENON DE CITIO, que estimulaban el sentimiento de concordia entre los individuos bajo un mismo cosmos (lit. universo ordenado). [71] Bajo el gran discípulo peripatético TEOFRASTO, que seguía alentando a la consecución y ordenación del conocimiento. [72] Lit. “casa de las musas”. [73] En este caso, fundamental para la composición de la Biblia, cuando 70 sabios judíos intervinieron para traducir y editar los libros en hebreo del Antiguo Testamento. [74] Un polifacético ERATOSTENES que capaz de practicar: -desde
la geografía, con su realización de un mapa del orbe, [75] EUCLIDES, padre de la geometría. [76] ARQUIMEDES, padre de la física hidráulica. [77] CTESIBIO DE ALEJANDRÍA, descubridor de la fuerza neumática del gas. [78] HERÓFILO DE CAPADOCIA, descubridor del ritmo de la circulación sanguínea. |