SUEÑO DE D'ALEMBERT

 

Libro emblemático de Denis Diderot,

el gran recopilador de la Ilustración

 


Diderot y d'Alembert, amigos y confidentes, elaborando su Enciclopedia

Madrid, 1 septiembre 2023
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá

            La Ilustración fue la etapa histórica y filosófica en que una serie de ilustrados trataron de poner en marcha un Nuevo Régimen para toda la humanidad, tras haber aniquilado antes todo rastro del Antiguo Régimen precedente. Y para ello fueron tocando las diversas teclas del piano, para ver si daban con la melodía adecuada.

            Fue así como empezaron las experimentaciones de los ilustrados, a base de tocar las teclas del empirismo (Bacon-1620), utilitarismo (Hobbes-1651), liberalismo (Locke-1666), naturalismo ( Shaftesbury-1709), realismo (Berkeley-1734) y positivismo (Hume-1776), por parte inglesa. Así como las teclas del evolucionismo (La Mettrie-1745), separación de poderes (Montesquieu-1748), sufragio universal (Rousseau-1762), constitucionalismo (Voltaire-1764), iluminismo (d'Alembert-1772) y propagandismo (Condorcet-1782), por parte francesa.

            Denis Diderot (1713-1784) fue el experimentador del materialismo, y por ende el padre del materialismo moderno. Ya en su Enciclopedia-1752 había planteado que un nuevo pensamiento debía ser la herramienta para cambiar todos los sistemas de la vida, partiendo del escepticismo (por todo lo espiritual) y aspirando a un nuevo orden (únicamente material). Y a través de su Sueño de d'Alembert-1769 fue desgranando en qué debía consistir ese nuevo pensamiento, o herramienta ilustrada del nuevo orden mundial.

            Por supuesto, Diderot estaba equivocado, o por lo menos eliminó demasiados elementos de la realidad (lógica, metafísica, ética, astrofísica...) a la hora de construir ese nuevo mundo suyo. Y por eso su propuesta filosófica se quedó en otra mera utopía más. Pero conviene conocer los intríngulis de este pensamiento materialista, pues en cierta medida todavía subyace en muchos ensoñadores de una antropología y sociedad meramente material, o incluso en algunos desertores de lo espiritual.

a) Diderot

            Nació en Langres en 1713, hijo de un artesano cuchillero y de una curtidora de pieles, y el 2º de 6 hermanos. De pequeño fue enviado a estudiar al Colegio Jesuítico de Langres, con la idea de sus padres de que se hiciera sacerdote. No obstante, a sus 15 años abandona el colegio de curas para ir a estudiar Arte a la Universidad de la Sorbona, en la que se gradúa en 1732. Hasta los 30 años frecuenta los salones parisinos del espectáculo, y empieza a traducir obras del latín al francés[1] para ganar dinero y pagar sus deudas.

            Con 30 años se casa en secreto con la costurera Antoinette Champion[2], contacta con Rousseau y Condillac y escribe su 1ª obra filosófica: Pensamientos Filosóficos-1746[3]. Junto con d’Alembert planifica la redacción de una enciclopedia ilustrada, y empieza a recopilar artículos de los diversos pensadores ilustrados. Para financiar dicho proyecto publica sus novelas Paseo del Escéptico-1747[4], Joyas Indiscretas-1748 e Hijo Natural[5], y comienza así a obtener ganancias como escritor independiente, sin depender de los subsidios de ningún mecenas.

            En 1749 publica su Carta para Ciegos[6], y el escándalo que provoca es inmediato, pasando varios meses encarcelado en la Cárcel de Vincennes. A partir de 1750 comienza a compilar la Enciclopedia, en la que se propone reunir la totalidad de los conocimientos de las ciencias, las artes y los oficios humanos de la época[7]. En 1752 comienza a publicar por fascículos los artículos la Enciclopedia, a medida que los suscriptores la van pagando. Y así hasta 1758, en que la Enciclopedia almacena ya más de 70.000 artículos sobre los temas más variados, y es prohibida por la publicación en ella del artículo espíritu de Helvecio.

            Al mismo tiempo, se va acercando al pensamiento de Grimm y Holbach, y en su Carta para Sordos Interpretación de la Naturaleza va afianzando cada vez más su carácter materialista. En 1760 muere su padre, y Diderot se enemista con su hermano Didier (sacerdote de Langres[8]) y su hermana Angélique (monja ursulina[9]), a quienes dedica su Intolerancia y Religiosa[10]. Y decide entrar en el Círculo de Críticos de Arte, para el cual escribe su Sobre la Pintura[11] y Salones[12].

            En 1762 llama Diderot la atención de Catalina II de Rusia por sus trabajos de dirección en la Enciclopedia, y ésta le propone seguir publicándola en Rusia a cambio de una renta vitalicia. Para ello, Diderot deja París y marcha a la corte de San Petersburgo, en la cual estará hasta 1765. Y allí compone su Plan de Universidad, por encargo de Catalina II.

            Sus últimas grandes obras las escribe alrededor de 1770. El Sueño de d’Alembert-1769, así como su Materia y Movimiento-1770, clausura la evolución de sus concepciones materialistas, mostrando su testimonio más acabado en su Jacques el Fatalista-1771[13], Viaje de Bougainville-1772 y Diálogo con la Mariscala-1777. A partir de ese momento, Diderot dedica sus últimos años a viajar por Europa, con el dinero obtenido de Catalina II (que decidió comprarle su biblioteca y manuscritos). Y empieza a componer sus sus últimas obras (Paradoja del Comediante[14], Sobrino de Rameau[15] y Comentarios a Raynal[16]), hasta que muere de apoplejía en 1784.

a.1) Estilo

            Se trata de un estilo teatral. Como escritor de ficción, Diderot comenzó destacando en la novela y en el teatro, y en estos dos géneros logró modernizar la novela por medio de un nuevo género teatral: el drama burgués. Es lo que podía verse en la escritura y representación de su Pruebas de la Virtud.

            Se trata de un estilo crítico. La abundante actividad crítica de Diderot se vio publicada principalmente en el Correspondance Littéraire, para el que escribió numerosas reseñas de libros. Aunque también compuso numerosos epílogos para numerosas obras de particulares, y catálogos expositivos para las obras de arte del Salón de París.

            Se trata de un estilo comentarista. Diderot desarrolla a menudo sus obras a partir del lienzo de la obra de un tercero, para comentarla. Es el caso de la Paradoja del Comediante, en la que Diderot desarrolla sus ideas sobre el teatro de Garrick o los actores ingleses de Sticotti. Con el mismo espíritu, Diderot se apoya a menudo en el trabajo de un tercero para desarrollar sus ideas, para contradecir (como en Viaje de Bougainville) o provocar una controversia (como en Apología del Abad de Prades).

            Se trata de un estilo dialogante. Lejos de querer componer una cosmovisión coherente, Diderot recoge ideas y las contrapone. Su obra es, por tanto, una invitación a la reflexión, a través de una forma dialogada en la que ninguno de sus personajes tiene la razón. Cuando no existen diálogos reales entre personajes, ficticiamente Diderot añade o niega lo dicho por ellos, e incluso en reediciones posteriores reelabora lo dicho por ellos, con adiciones novedosas que dan cuenta de su evolución reflexiva (como en su Carta para Ciegos).

            Se trata de un estilo disgregador. La digresión es el principio existencial de Diderot, como se ve en Jacques el Fatalista (que podría estar centrado en los amores que Jacques nunca cuenta, y en torno a los cuales gira la trama de la obra). Y mediante la digresión trata también Diderot de aligerar sus obras, con detalles ajenos al contenido del texto que sirven para observarlo desde otro punto de vista. Es lo que puede apreciarse en la 1ª línea de la Paradoja del Comediante: No hablemos más de eso.

            Se trata de un estilo enciclopedista. A la edad de 40 años, Diderot comenzó a dirigir y coordinar, junto a d’Alembert, la elaboración de la Enciclopedia. Y eso le llevó a invertir 15 años en la redacción, recopilación, investigación y producción de los tableros enciclopédicos, escribiendo personalmente el Prospecto y más de 1.000 artículos.

            Se trata de un estilo divulgativo. Diderot comenzó su carrera literaria con las traducciones, lo que le permitió mantener a su familia. Pero más adelante se mostró como un trabajador incansable, eternamente insatisfecho, corrector atento, siempre dispuesto a prestar sus servicios a los amigos (como Holbach) y principiantes (como Madeleine de Puisieux o Madame d'Epinay). También dedicó gran energía a las obras de los demás (como a la ingente obra de Raynal), dándole publicidad de buena o mala fe.

            Se trata de un estilo ideológico. Con Diderot, las ideas nunca dan paso a un método, pero sí a tratar de imponer sus puntos de vista personales sobre los diferentes argumentos. Más que un filósofo, Diderot es ante todo un pensador, que cuestiona, arroja luz sobre un debate, plantea paradojas, deja evolucionar sus ideas y observa su propia evolución.

            Se trata de un estilo con puesta en escena. Como buen teatrista, Diderot combina la exposición de una teoría con su aplicación. Es lo que puede verse en su Hijo Natural, en que el drama de la obra y su comentario personal están mezclados. De esta manera, Diderot hace sus incisos en la obra, a forma de subirse al escenario y asistir al desarrollo de los acontecimientos, discutiendo sobre lo que se está poniendo en cuestión.

b) Pensamiento de Diderot

            El pensamiento de Diderot es todo lo contrario a un sistema filosófico cerrado, que trata de establecer de una vez para siempre o que trata de erigir como monumento estereotipado a la verdad. Al contrario, su pensamiento se asemeja al movimiento de la vida, que busca con lucidez la vía más segura. De hecho, Diderot confiesa su ignorancia frente a una cuestión determinada, para acabar proponiendo una solución años más tarde. Dichas fluctuaciones tratan de mostrar su honestidad intelectual, así como conciliar el conocimiento teórico con lo concreto de la naturaleza. El filósofo ha de hacer suyas las reglas del mundo vivo, vendría a decir Diderot, si lo que desea es unir su pensamiento con las necesidades reales.

            En el centro del pensamiento de Diderot está el conflicto entre razón y sensibilidad. Para Diderot, la razón se caracterizaba por la búsqueda de conocimientos (con fundamento científico) y por la verificabilidad de los hechos (observados empíricamente), pero sin quedarse estancados en la evaluación meramente cuantitativa de la realidad (a través de enunciados matemáticos). Es en lo que consistió su Teoría de la Sensibilidad Universal.

            En torno a ese núcleo de pensamiento, Diderot colocó a las ciencias naturales, como círculo concéntrico capaz de arropar y encontrar soluciones a esos conflictos entre razón y sentidos. Eso sí, unas ciencias naturales cuya investigación no debería ir encaminada a los porqués, sino al cómo. En el transcurso de su vida, Diderot se rodeó de los distintos representantes de la ciencia de su tiempo (químicos, físicos, médicos...), manteniéndose al tanto y participando activamente en las principales discusiones de la época.

            En cuanto a religión, Diderot fue educado por sacerdotes, recibió la tonsura del obispo de Langres y desarrolló su carrera académica en la universidad católica de la Sorbona. Pero su fe se fue marchitando con el tiempo, y fue evolucionando desde el teísmo al deísmo y por ocasiones ateísmo, para volver a la fe tras la muerte de su hermana religiosa. Finalmente, Diderot evoca la religión natural como la más idónea de practicar (en su Diálogo con la Mariscala), y rechaza los excesos de la religión como sistema de creencias.

            En cuanto a moral, la rectitud moral del padre de Diderot había hecho a éste apartarse de toda norma impuesta de conducta, y dicho distanciamiento aparece en su crítica artística, en su teatro y en algunas novelas juveniles. No obstante, el regreso a su tierra natal, para las exequias de su difunto padre, fueron una oportunidad para volver a plantearse el asunto. Eso sí, desde la óptica de una moral utilitarista, basada en la naturaleza.

            En cuanto a arte, los contactos de Diderot con los pintores, y con sus obras expuestas en los salones parisinos, llevaron al pensador ilustrado a desarrollar su propio pensamiento sobre el arte pictórico, que expuso en su Sobre la Pintura y Pensamientos Separados de Pintura.

            En cuanto a educación, Diderot elaboró hasta 4 estudios sobre el sistema educativo y su propia propuesta educativa, que envió tanto a la princesa de Nassau-Saarbruck (su Educación de los Niños-1758) como a la condesa de Forbach (su Carta sobre la Educación-1772), el propio Helvecio (su Refutación de Helvecio-1773) y la misma Catalina II de Rusia (su Plan de Universidad-1775). También parece ser que ayudó a Rivard a elaborar su Sobre la Educación Pública.

            En cuanto a política y economía, Diderot no participó nunca en los debates políticos de su tiempo, y tampoco encontramos en él ni un solo tratado político, ni una obra extensa que sintetice sus ideas (como se ve en su escueta Carta de un Ciudadano Celoso-1748, que escribió a Morand). De hecho, una vez fue Diderot encarcelado, otra vez vio prohibidas sus obras y a gran parte de las altas esferas se las puso en contra. De ahí su discreción y escarceos, a la hora de sortear la censura. No obstante, en líneas generales Diderot rechazó el despotismo, y defendió una sociedad capaz de desarrollarse por sí misma, sin intervención religiosa ni estatal. Al respecto, escribió Apología del Padre Galiani, Entrevistas con Catalina II y Reinados de Claudio y Nerón.

b.1) Pesimismo

            Entre 1773 y 1774 Diderot realiza un viaje a Rusia para visitar a la emperatriz Catalina II, pues mientras Francia era, a los ojos de Diderot, una nación sobre la pendiente de la decadencia, Rusia podía construir instituciones firmes sobre la roca. Sin embargo, señalaba Diderot, la roca se agrieta a la larga[17], y de ahí que su Plan de Universidad muestre las dudas de Diderot al respecto:

Los griegos fueron bárbaros, se instruyeron y su nación devino floreciente ¿Cuál es el estado actual de esa nación? Hoy es ignorante y bárbara. Italia fue bárbara, se instruyó y devino una nación floreciente ¿Cuál es el estado actual de esa nación? Hoy es bárbara. Tal fue la suerte de África y de Egipto y tal será el destino de los imperios  en todos los lugares de la tierra y en todos los siglos por venir[18].

            Más pesimistas aún son sus Observaciones sobre el Nakaz-1774, sobre el tratado de teoría política Nakaz que la misma Catalina II escribió en 1767, inspirada en las teorías de Montesquieu y Beccaria y con el objetivo de reemplazar el código de leyes ruso. El temor al despotismo sobrevuela las Observaciones de Diderot, y hasta le impide distinguir entre buenos y malos monarcas[19]. En las últimas páginas dice expresamente que el poder no se diferencia del despotismo, o que sólo lo hace formalmente[20].

            En 1778 Naigeon encargó a Diderot una Vida de Séneca, y el ensayo de Diderot no viene a ser otra cosa que una moral privada, una renuncia a la política y una predicción muy negra sobre el porvenir, por la ambición de poder y su consecución a toda costa.

            En sus Comentarios a Raynal-1781, Diderot toma incluso distancia del programa reformista de la Ilustración, y de su idea progresiva del tiempo. Y tras su amistad con el padre Galiani (gran economista y autor del Comercio de Trigo-1769) pasa incluso a la ofensiva, criticando la libre exportación de trigo en nombre del interés general[21].

            Como el propio Diderot dirá en esos momentos, en todos los siglos el hombre avanza de lo salvaje hacia la civilización, pero luego él mismo vuelve a su estado primitivo[22]. Y es que, según Bernard Papin, Diderot nunca creyó en la ilustrada Teoría del Buen Salvaje, y no tuvo ninguna intención de hacer del hombre primitivo el buen salvaje que su siglo había creído encontrar al fondo de los bosques[23].

b.2) Escepticismo

            Elisabeth de Fontenay sostenía que Diderot estuvo a veces más cerca de Montaigne y de Nietzsche que de sus contemporáneos[24]. Y la relación que mantuvo con los trabajos de Bayle, uno de los padres del escepticismo moderno[25], sustenta esta afirmación. Por su parte, el propio Diderot muestra sus quejas amargas, en su primerizo Paseo del Escéptico-1747, por aquellos que niegan que exista otra cosa que las impresiones[26], sin llegar al extremo de aquellos que creen que no hay ni jardín, ni árboles, ni viajeros, y que todo lo que uno ve podría ser otra cosa, o podría no ser nada[27].

            Poco antes de ello, el propio Diderot diferencia, en los cap. XXII, XXIV y XXX de sus tempranos Pensamientos Filosóficos-1746, al ateo del escéptico, y al escéptico del pirrónico, distinguiendo entre el escepticismo como metodología y el escepticismo metafísico. Como bien señala Bourdin, Diderot no aceptó nunca este último tipo de escepticismo[28], sino tan sólo la metodología escéptica.

            Y es que Diderot mostró siempre su rechazo al escepticismo extremo, pues éste conduce al idealismo, y a una negación solapada de la realidad. El escepticismo es para Diderot, por tanto, el primer paso hacia la verdad[29], y no hacia su negación. Como bien deja claro en su entrada pirrónico o escéptico de la Enciclopedia:

No escucharé más a aquellos que niegan la existencia de los cuerpos, las reglas de la lógica, el testimonio de los sentidos, la distinción de lo verdadero y lo falso, del bien y el mal, del placer y la pena, del vicio y la virtud, de lo decente y lo indecente, de la justicia y la injusticia, de lo honesto y lo deshonesto[30].

            Incluso en una obra tardía, como el Reinados de Claudio y Nerón, se pregunta Diderot cómo Parménides pudo pensar que nada de lo que vemos existe, y  Zenón, que no existe nada, pues estas cosas representan, para Diderot, una vergüenza para la razón humana[31].

            Cabe entonces preguntarse por qué tipo de escepticismo fue partidario Diderot, a lo que responde él mismo: Si salimos con éxito de esta empresa, estaremos en deuda  principalmente con el canciller Bacon(48), jactándose más adelante (en el artículo arte de la Enciclopedia) de haber introducido a Bacon en Francia[32]. Es decir, se trata de un escepticismo empírico.

            En efecto, el escepticismo de Diderot fue el plasmado por Bacon en su Novum Organum, como modelo epistemológico dinámico en que el saber es como un edificio que se va levantando poco a poco[33]. El conocimiento no es, por tanto, un dato, sino algo incompleto que se va perfeccionando con el correr de los siglos, de forma débil, limitada e irregular. En términos actuales, Diderot no niega que exista la verdad, pero sí que exista una verdad completamente definitiva (escepticismo gnoseológico).

b.3) Materialismo

b.3.1. El problema de la naturaleza

            La revolución astronómica fraguada por Copérnico, Kepler y Galileo había traído consigo el nacimiento de una nueva física (la de Newton), y la naturaleza había empezado a dejar de ser vista como un orden jerárquico y teleológico, para convertirse en un espacio homogéneo y mensurable del universo[34].

            En el mundo francés, Descartes se mantuvo en línea con los desarrollos de la nueva física mecánica, pero consideraba a la materia como un principio totalmente pasivo, a merced de la causalidad mecánica de la naturaleza en su conjunto. Es decir, que los seres naturales no serían más que máquinas, en el conjunto activo de la naturaleza.

            Junto al mundo físico (res extensa), Descartes consideraba la existencia del mundo espiritual, sobre todo de otras dos sustancias: el alma (res cogitans) y Dios (res infinita). De ahí que, dejando de lado la sustancia de Dios (generador del movimiento 1º de la naturaleza), nos encontramos ante un dualismo asimétrico: de un lado, el pensamiento humano (res cogitans), y del otro el conjunto de la naturaleza (res extensa), incluido el propio cuerpo humano. Por decirlo en pocas palabras, Descartes explicó el pensamiento, pero a costa de establecer un dualismo de sustancias, incapaz de explicar el origen y sentido de la vida. Es decir, redujo la biología a pura física mecánica.

            Para superar esta dicotomía del tardo-Renacimiento, Diderot y otros cuantos ilustrados (La Mettrie, Helvecio y Holbach) deciden desprenderse de todo el pensamiento especulativo precedente, incluido el mecanicismo físico, y optan por otra vía distinta de explicación: el monismo material.

            Es aquí donde descuella entre todos Diderot, cuyo objetivo fundamental es explicar el mundo sin recurrir a ninguna entidad trascendente. Es decir, establecer un monismo de la materia. Pero no como alternativa ideológica, sino como exigencia teórica y como presupuesto filosófico necesario para pensar la realidad, especialmente la realidad abordada por las ciencias de la vida, bloqueadas no sólo por la presión teológico-ideológica sino por la herencia cartesiana[35]. La física mecanicista no permite explicar la biología, viene a decir Diderot, y se hace necesario otro desarrollo ontológico.

b.3.2. El monismo, como vía de explicación

            La primera tarea del monismo[36] materialista de Diderot era demostrar que no se podía contar con Dios para explicar el origen de la vida, como bien explica en su Carta para Ciegos: Si la naturaleza nos ofrece un nudo difícil de deshacer, tomémoslo por lo que es, y no empleemos para cortarlo la mano de un Ser que enseguida se nos convierte en un nudo más indisoluble que el primero[37]. Tras lo cual, lanza Diderot su 2º principio en la elaboración de su filosofía materialista: todo en la naturaleza debe ser explicado a partir de la propia naturaleza, a partir de la materia y del movimiento material.

            Antes de adentrarse en esa explicación, Diderot opta por rechazar de antemano las leyes de Newton, pues más que hipótesis científicas, expresan propiedades indubitables de la materia. Así como critica la naturaleza geometrizada de d'Alembert, la naturaleza-máquina de La Mettrie, la idea de materializar al Dios panteísta de Spinoza y la opción de mecanizar al hombre para incluirlo en la res extensa.

            Una vez adentrado en la explicación material del mundo material, Diderot consulta a algunos médicos de la época[38] y resume sus primeras conclusiones en su Interpretación de la Naturaleza-1753, tratando de obtener un todo desde la variabilidad de los seres concretos. Y continúa su búsqueda de explicaciones, hasta que en su Sueño de d''Alembert-1769 desarrolla de manera acabada su concepción materialista del universo, en torno a sus teorías de:

la naturaleza es una,
2º nada hay fuera de la naturaleza,
3º todo está en movimiento,
4º no hay diferencia cualitativa entre los reinos animal, vegetal y mineral,
5º el movimiento es inherente a la naturaleza
[39].

            Diderot introduce para ello la noción de sensibilidad, que puede ser inerte (como sucede en la tierra, la piedra o el agua) o activa (como en el caso de las plantas y los animales), pues los seres vivos tienen la asombrosa capacidad de transformar la sensibilidad inerte en sensibilidad activa[40]. Desde esta perspectiva, la explicación natural de la vida resulta más plausible, pues:

-la vida no surge de la nada,
-sino que es fruto de la organización de otra forma de sensibilidad.

            A partir de ahora, para Diderot la sensibilidad lo inunda todo, de forma que la materia deja de ser reducida a un conjunto de fuerzas y reacciones: La materia ha sido enriquecida para poder, desde ella, pensar el mundo en una representación biologicista que sustituye así a la imagen físicomatemática, mecanicista, imperante[41]. De esta manera, existe una unión profunda entre todos los elementos materiales que conforman la naturaleza, y todo está en flujo perpetuo: Todo animal es más o menos hombre; todo mineral, más o menos planta; toda planta, más o menos animal. En la naturaleza nada está totalmente precisado[42].

b.3.3. Raciocinio materialista

            Rota la barrera entre la materia inerte y el mundo de la vida, queda todavía por explicar a Diderot el fenómeno de la razón o capacidad de pensar, como algo incluido en la materia. Tras analizar las diversas versiones ofrecidas por el empirismo inglés de Locke[43] y Hume[44], Diderot concluye que nuestro conocimiento proviene de la percepción sensible, y que esta información de los sentidos es procesada por una única facultad corporal, que realiza dos operaciones fundamentales, a las que podemos denominar:

-memoria sensorial, o almacenamiento de percepciones,
-imaginación-razón, o combinación de percepciones.

            La actividad razonadora, por tanto, no se distinguiría cualitativamente de la imaginativa, y las dos serían el resultado de unir unas percepciones con otras, en un nivel básico de abstracción. Y el fundamento de ambas sería la memoria, al retener ésta en la mente las experiencias pasadas[45]. Es decir, que la memoria ocuparía el lugar reservado de siempre al alma.

            Diderot explica esta teoría del raciocinio mediante una metáfora: somos instrumentos de cuerda (lit. clavecines), dotados de sensibilidad y memoria, y el paso de una a otra se asemeja a la propagación del sonido de una cuerda a otra. La impresión, por tanto, es el primer paso de todo saber.

            De esta manera, el pensamiento y sus complicados problemas teóricos, no sería para Diderot sino una simple facultad de la materia, y uno más de los principios que actúan en la naturaleza, al igual que el calor o el frío. Como escribe en su Sueño de d'Alembert, apuntando ya al último aspecto de su Teoría Materialista, el hombre no es más que materia organizada, con calor, movimiento, sensibilidad, memoria, conciencia, pasiones, pensamiento. Sólo eso: una parte de la naturaleza, un momento de la misma, una forma de organización de una única sustancia[46].

b.3.4. Hombre materialista

            Asumido por Diderot que el ser humano no es más que un eslabón en la cadena de los seres, de forma que en su pensamiento rigen las mismas leyes causales que en la naturaleza, queda por analizar al filósofo ilustrado el campo de la acción humana, comenzando por definir la libertad como una mera palabra hueca.

            Surge aquí un importante conflicto de coherencia, pues si por un lado Diderot es un fatalista materialista, por otro manifiesta su optimismo en el campo del arte. No obstante, no hay que olvidar las formulaciones cronológicas de cada hipótesis de Diderot, pues como ya se ha dicho el pensador francés fue evolucionando en su pensamiento, y nunca trató de crear un sistema filosófico cerrado teórico. Así, si el Diderot de 1750 piensa que las leyes del pensamiento están determinadas por una acción mecánica externa, en 1769 otorga mayor importancia a la organización interna del individuo.

            En líneas generales, para Diderot ningún hombre se parece perfectamente a otro, y los pensamientos de cada individuo son producto de la peculiar organización biológica de cada uno, como explica en su Refutación a Helvecio-1774[47].

            Es decir, que el cuerpo humano no es un engranaje dentro de la gran máquina del alma, sino una unidad organizada biológica, cuya conducta es efecto de sus iniciativas internas, con gran capacidad de respuestas ante los estímulos externos. No vuelve por ello a la concepción del hombre libre, situado por encima de la naturaleza, ya que es la estructura orgánica la que garantiza su individualidad, y ésta opera en el terreno de la necesidad natural.

c) Sueño de d'Alembert de Diderot

            Es un conjunto de tres diálogos filosóficos escritos por Diderot en el verano[48] de 1769[49], que aparecieron de forma anónima[50] en el Correspondance Litteraire, Philosophique et Crítica a lo largo de 1782, y que no fueron publicados como volumen único hasta que Diderot murió[51]. Diderot no dio un nombre al conjunto de los tres diálogos, pero tradicionalmente se hace referencia a ellos con el nombre del 2º y más largo de los tres, el Sueño de D'Alembert[52]:

-la Conversación entre d'Alembert y Diderot, o diálogo I del Sueño,
-el Sueño de D'Alembert, o diálogo II del Sueño,
-la Continuación de la Conversación, o diálogo III del Sueño.

            El Sueño de D'Alembert fue una de las obras favoritas de Diderot, y ha sido considerado como uno de sus textos filosóficos más importantes[53]. En sus diálogos, Diderot se encuentra en el cenit de sus teorías materialistas, siendo aquí donde introduce su teoría sobre la vida y la naturaleza, indicando que la materia no es fija sino sujeta a evolución, y que cada especie existente se transforma y da a luz a una nueva especie.

            En cuanto a fuentes consultadas, para su Sueño de d'Alembert Diderot cotejó los trabajos médicos de Buffon, Von Haller, Maupertuis y Robinet (en especial el Doctrine Médicale de École de Montpellier), así como consultó personalmente a los médicos Petit, Roux, Tronchin y Bordeu (el enemigo de su médico de cabecera Bouvart, y a la postre uno de sus personajes), realizó un curso de cirugía y examinó los modelos anatómicos de Biheron[54], sintetizando en su Sueño los conocimientos adquiridos y dejando abiertas las preguntas por él formuladas[55]. También se mostró Diderot influenciado por el De Rerum Natura de Lucrecio, y a punto estuvo de elaborar sus diálogos en torno a los personajes clásicos de Leucipo, Demócrito e Hipócrates[56].

            En cuanto a generalidades, el Sueño de d'Alembert resumió los diversos problemas científicos y filosóficos que ya había planteado Diderot en su Interpretación de la Naturaleza-1754, en torno a la pregunta de si podía producirse vida orgánica a partir del estado inorgánico, a través de una materia sensible o sensibilidad universal. Sobre todo, el ilustrado rechaza las ideas mecanicistas de Boerhave, y opta por seguir la visión vitalista de École de Montpellier.

            En cuanto a la estructura, el Sueño de d'Alembert muestra ciertas similitudes con el Naturaleza, Mundo Físico y Moral de Holbach (gran amigo de Diderot) y su trilogía naturaleza-explicación física-consecuencias éticas. En el caso de la obra de Diderot, sería el matemático d'Alembert el encargado de ir desgranando la descripción de la naturaleza (el universo móvil), el propio Diderot de ir aportando las explicaciones físicas (a través de su materia sensible), y el doctor Bordeu de sacar las implicaciones morales (la mezcla y creación de nuevas especies).

            En cuanto al contenido, el Sueño de d'Alembert absorbe el estudio de la medicina (sobre todo la fisiología y la anatomía), se sumerge en la antropología (tratando de interpretar la memoria, voluntad y raciocinio humano) y trata de dar cuenta de la astronomía (cuyo universo estaría compuesto tan sólo de materia, y ésta en eterno movimiento magnético). Además, aporta ejemplos de la biología (de los minerales, plantas y animales, cuyas distinciones no serían sino transitorias).

            Pero entiéndase bien, porque dicho materialismo no consistió en el clásico materialismo descrito por Comte (para quien materialismo era dar cuenta de lo superior por lo inferior), sino en un materialismo totalmente invertido, en el que se daba cuenta de lo inferior por lo superior (lo inerte de lo vivo, el mármol de las palpitaciones de carne...) A fin de cuentas, Diderot venera una naturaleza infinitamente viva, inagotablemente inventiva, previsora, a la que han sido trasplantados todos los atributos de Dios. El materialismo de la inercia y del azar, que sería el de Helvecio o La Mettrie, no recibe más que críticas por parte del Sueño de Diderot.

            Por lo demás, es inolvidable en el Sueño de d'Alembert la forma del coloquio, en su forma más pura. El vivo retrato de los personajes, el ingenio picante y delicado de las intervenciones, el intencionado recato de la dama, el sólido cientifismo del médico, el planteamiento mismo de la escena... todo parece proporcionarnos una invitación a uno de esos salones de 1769, mezcla de audacia intelectual y exquisita cortesía. Sólo en Francia se ha hecho de la filosofía algo tan ameno y encantador. La maestría literaria de Diderot alcanza en este Sueño su punto más alto de fervor expresivo, y de irreprimible y jubilosa vivacidad.

c.1) Sueño I de d'Alembert

            El 1º diálogo (al igual que el 2º y 3º) tiene lugar en la casa y salón de Julie de l'Espinasse, compañera sentimental del matemático Jean Baptiste le Rond d'Alembert, al cual Diderot plantea la cuestión de cómo surge lo inorgánico (en el ejemplo del mármol) y lo orgánico (en el ejemplo de la carne). Ambos comienzan su reflexión en torno al concepto de movimiento, el cual no debe entenderse como un movimiento físico en sentido estricto (como transporte de un cuerpo de un lugar a otro) sino como una propiedad más del propio cuerpo:

D'ALAMBERT: Me gustaría mucho que me dijeseis qué diferencia hacéis entre el hombre y la estatua, entre el mármol y la carne.
DIDEROT: Bastante poca. Se hace mármol con la carne y carne con el mármol.
D'ALAMBERT: Pero el uno no es la otra.
DIDEROT: Tal y como lo llamáis, la fuerza viva no es la fuerza muerta.
D'ALAMBERT: No lo entiendo.
DIDEROT: Me explico. El transporte de un cuerpo de un lugar a otro no es el movimiento; no es más que su efecto. El movimiento está igualmente tanto en el cuerpo transferido como en el cuerpo inmóvil.
D'ALAMBERT: Y eso, ¿cómo?
DIDEROT: Al comer, ¿qué hacéis? Apartáis los obstáculos que se oponían a la sensibilidad activa del alimento. Lo asimiláis a vos mismo; hacéis de él carne; lo animalizáis, lo hacéis sensible. Y lo que ejecutáis con un alimento, yo lo haré cuando quiera con el mármol.

            Pone como ejemplo de ello Diderot una analogía de la física, cuando d'Alembert compara las fuerzas de la naturaleza, tanto las vivas (force vive) como las muertas (force morte). La fuerza viva tendría el significado físico moderno de trabajo o energía cinética[57], mientras que la fuerza muerta el de energía potencial[58]. Es decir, que para Diderot la sensación es como la energía, la cual puede existir en estado potencial (cuando un objeto está en reposo) o en estado cinético (cuando un objeto se pone en movimiento). De manera similar, la sensación puede existir en un estado potencial (en las sustancias no vivas) o en un estado real (en los seres sintientes):

D'ALAMBERT: Sea, pero ¿qué relación hay entre el movimiento y la sensibilidad? ¿Será, por casualidad, que reconocéis una sensibilidad activa y una sensibilidad inerte, tal como hay una fuerza viva y una fuerza muerta que se manifiesta por la presión? ¿O una sensibilidad activa que se caracteriza por ciertas acciones notables en el animal y quizás en la planta? ¿Y una sensibilidad inerte de la que se estará seguro por el paso al estado de sensibilidad activa?
DIDEROT: ¿Que cómo pasará esta masa a otra organización, a la sensibilidad, a la vida? Por medio del calor. ¿Y qué producirá calor? El movimiento. ¿Pretenderéis, con Descartes, que todo es una pura máquina imitadora? Porque los niños se reirán de vos, y los filósofos os replicarán que, si eso es una máquina, vos sois otra. No os queda más que tomar uno de estos dos partidos: el homogéneo, que es material; o el heterogéneo, que no se concibe, ni él ni su inercia, antes del desarrollo, ni su energía en el animal desarrollado.
D'ALAMBERT: ¡Una suposición!
DIDEROT: ¿Y de dónde sacáis que la sensibilidad es esencialmente incompatible con la materia, vos, que no conocéis la esencia de cosa alguna, ni de la materia ni de la sensibilidad? ¿Entendéis mejor la naturaleza del movimiento, su existencia en un cuerpo y su comunicación de un cuerpo a otro?

            El diálogo continúa con una discusión en la que Diderot, al defender su visión materialista[59] y monista[60] del universo, afirma su creencia de que la sensación no está restringida a los seres sintientes, sino que es más bien una cualidad indivisible de toda la materia:

DIDEROT: Hago, pues, carne o alma. O como dice mi hija, una materia activamente sensible.
D'ALAMBERT: Convengo en ello. Pero, pese a todo...
DIDEROT: ¿Es que no veis que todas las cualidades, y todas las formas sensibles de que está revestida la materia, son esencialmente indivisibles? No hay más que una sustancia en el universo, en el hombre, en el animal. Y uno y otro tienen el mismo origen, la misma formación, las mismas funciones y el mismo fin.

            Un ejemplo que ofrece Diderot es el mármol, que si se tritura y se agrega suelo, puede ser convertido en nutriente por las plantas (que a su vez puede ser consumido por humanos, y así formar parte de un cuerpo sensible, actualizando así el potencial de sensación del mármol original). También ofrece el ejemplo del ciclo de la vida, cuyas moléculas de las células sexuales de la madre y el padre de d'Alembert (Claudine Guerin y Louis Camus) pasan inmediatamente a formar parte del cuerpo de d'Alembert, tras la fecundación:

DIDEROT: Cuando el bloque de mármol se vea reducido a polvo impalpable, mezclo este polvo con el humus o la tierra vegetal. Los amaso juntos bien, riego la mezcla y la dejo pudrirse un año, dos años, un siglo o el tiempo no me importa. Cuando todo se haya transformado en una materia más o menos homogénea, en humus, ¿sabéis lo que haré?
D'ALAMBERT: Estoy seguro de que no comeréis humus.
DIDEROT: Muy bien. Siembro allí guisantes, habas, coles y otras plantas leguminosas. Las plantas se alimentan de la tierra, y yo me alimento de las plantas.
D'ALAMBERT: Verdadero o falso, me gusta ese paso del mármol al humus, del humus al reino vegetal, y del reino vegetal al reino animal, a la carne.
DIDEROT: Tomáis las palabras demasiado al pie de la letra, pero quiero deciros una cosa. Antes de que tu madre, la bella y pérfida canonesa Tencin, hubiera alcanzado la edad de la pubertad, o antes de que el militar La Touche fuese adolescente, las moléculas que debían formar los primeros rudimentos de mi geómetra estaban esparcidas por las jóvenes y frágiles máquinas de uno y otra, y se filtraron con la linfa, y circularon con la sangre hasta que al fin llegaron a los recipientes destinados a su coalición (los testículos de su padre y de su madre). Ya tenemos formado ese raro germen; helo ahí, llevado por las trompas de Falopio a la matriz; helo ahí sujeto a la matriz por un largo pedúnculo; helo ahí creciendo sucesivamente y avanzando al estado de feto; he ahí llegado el momento de su salida de su oscura prisión; helo ahí, ya nacido, expósito en los escalones de Saint Jean le Rond.

            Diderot aprovecha la oportunidad de este último ejemplo para ridiculizar la noción de gérmenes preexistentes, aportando la noción de que las células sexuales contienen todas las generaciones futuras, anidadas unas dentro de otras por la epigénesis[61]. Es entonces cuando explica Diderot la conexión entre la radiación solar y el desarrollo de los organismos, planteando la cuestión de si, en caso de una hipotética interrupción temporal de la radiación solar, y de una posterior desertificación de la tierra, surgirían organismos de la misma forma que existían antes:

DIDEROT: ¿Qué es este huevo? Una masa insensible, antes de que el germen haya sido introducido en él. Y después de que el germen haya sido introducido, ¿qué sigue siendo? Una masa insensible, pues ese germen no es en sí mismo más que un fluido inerte y grosero.
DIDEROT: Y una vez apagado el sol, ¿qué sucederá? Las plantas perecerán, los animales perecerán, y he aquí la tierra solitaria y muda. Encended de nuevo ese astro y al instante restablecéis la causa necesaria de una infinidad de generaciones nuevas. Porque todo se da en la naturaleza, y quien supone un nuevo fenómeno, o repite un instante pasado, recrea un nuevo mundo.

            Impulsado por las preguntas de d'Alembert, Diderot pasa a la 2ª de las temáticas del diálogo: el concepto de pensamiento (sobre la asociación de sensaciones) y de pensamiento humano (sobre la conciencia de sensación sobre sí mismo):

D'ALAMBERT: Pese a todo, el ser sensible no es el ser pensante todavía.
DIDEROT: Galimatías teológico-metafísicas.
D'ALAMBERT: Eso es algo que un pensador profundo no podría negar. Pero volvamos al hombre.
DIDEROT: Si un ser que siente, y que tiene esa organización propia de la memoria, une las impresiones que recibe, forma por medio de esa unión una historia que es la de su vida, y adquiere la conciencia de sí mismo que niega, afirma, concluye y piensa.

            De igual manera, la memoria se explica mediante una comparación con una cuerda que continúa vibrando incluso después de que otras cuerdas hayan dejado de vibrar. Así, tanto la sensación como el pensamiento se explican sin referencia a la intervención de ninguna fuerza inmaterial:

DIDEROT: Esto es lo que me ha hecho comparar a veces las fibras de nuestros órganos con cuerdas vibrantes sensibles. La cuerda vibrante sensible oscila, y resuena mucho tiempo después de haber sido tañida. Es esta oscilación, esta especie de resonancia necesaria, la que tiene el objeto presente, en tanto que el entendimiento se ocupa de la cualidad que le conviene. Pero las cuerdas vibrantes tienen otra propiedad aún, que es la de hacer estremecerse a otras. De este mismo modo, una primera idea llama a una segunda, estas dos a una tercera, las tres juntas a una cuarta, y así en adelante, sin que se pueda fijar el límite de las ideas despiertas y encadenadas del filósofo que medita o que se escucha en el silencio y la oscuridad. Este instrumento da saltos asombrosos, en intervalos incomprensibles. Pues bien, si el fenómeno se observa entre las cuerdas sonoras, inertes y separadas, ¿cómo no había de ocurrir entre los puntos vivos y unidos, entre las fibras continuas y sensibles?

            El diálogo termina cuando los dos amigos se dan las buenas noches. En resumen, se diseña una concepción naturalista del universo en que Diderot defiende su posición materialista, mientras que d'Alembert asume la actitud más escéptica. Diderot explica a d'Alembert que no es posible un equilibrio de opiniones, sino que ha de inclinarse hacia una de las dos posiciones opuestas. Diderot se despide y d'Alembert, exhausto, se va a la cama:

DIDEROT: Conceded al hombre no digo la inmortalidad, sino solamente el doble de su duración, y veréis lo que sucederá.
D'ALAMBERT: ¿Y qué queréis que pase? Y a mí, ¿qué me importa? Que pase lo que tenga que pasar. Quiero dormir; buenas noches.

c.2) Sueño II de d'Alembert

            El 2º diálogo tiene lugar a la mañana siguiente en el apartamento de Mademoiselle de l'Espinasse (Julie, la amante de d'Alembert), la cual se despierta y vigila al durmiente d'Alembert. Ella llama al doctor Bordeu (Theofile, amigo personal de d'Alembert), y le explica que d'Alembert vivió la noche anterior en un estado de agitación, y que cuando se fue a dormir empezó a soñar, despotricando en su sueño sobre algunos temas que había tratado con Diderot. Por lo visto, l'Espinasse ha ido anotando lo que d'Alembert decía mientras soñaba:

BORDEU: Bueno, ¿qué hay de nuevo? ¿Acaso está enfermo?
MLLE. L'ESPINASSE: Eso temo, porque ha pasado una noche muy agitada.
BORDEU: Es un pequeño movimiento febril que no tendrá consecuencias. ¿Qué ha tomado para cenar?
MLLE. L'ESPINASSE: No quiso tomar nada, pues estaba muy preocupado. Cogió su bata, su gorro de dormir, y se echó en su sillón, donde se amodorró. Cuando estuvo acostado, en lugar de reposar como de costumbre, pues duerme como un niño, se puso a dar vueltas y más vueltas, a estirar los brazos, a apartar las mantas y a hablar en voz alta.
BORDEU: ¿Y de qué hablaba? ¿De geometría?
MLLE. L'ESPINASSE: No; parecía una especie de delirio, en que hablaba de galimatías de cuerdas vibrantes y de fibras sensibles. Todo eso me pareció tan loco que, resuelta a no abandonarle en toda la noche, y no sabiendo qué hacer, aproximé una mesita a los pies de la cama y me puse a escribir todo lo que pude coger de sus ensoñaciones.

            El resto del diálogo toma la forma de una conversación entre l'Espinasse y Bordeu, en la que mademoiselle lee a menudo al doctor las notas que ha ido tomando del somniloquio de d'Alembert, con intervenciones ocasionales (en voz alta) del durmiente. Es el momento en que el doctor explica el estado onírico de d'Alembert (como síndrome oniroideo o sueño lúcido), y empieza a corroborar científicamente las hipótesis de Diderot:

BORDEU: Buena humorada, muy propia de vos. ¿Y se puede ver eso?
MLLE. L'ESPINASSE: Sin dificultad, pero que me muera si vais a poder entender algo.
Escuchad: "Un punto vivo... No; me equivoco. Primero, nada; luego, un punto vivo. A ese punto vivo se le aplica otro y otro más; y merced a esas aplicaciones sucesivas resulta un ser uno, porque yo soy uno, de eso no hay duda". Al decir esto se palpaba por todas partes. ¡Eh, amigo mío!, le dije, ¿qué hacéis? Dormid. Se calló, pero después de un momento de silencio empezó de nuevo, como si se dirigiese a alguien: "Vamos, filósofo; veo un agregado, un tejido de pequeños seres sensibles, pero ¡un animal!..., ¡un todo!..., ¡un sistema uno, con conciencia de su propia unidad! Eso no lo veo; no, no lo veo". ¿Entendéis algo, doctor?
BORDEU: De maravilla. Eso es muy divertido y muy loco. Esto es lo que se llama soñar, y una visión que me lleva a ciertos fenómenos bastante singulares.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y de lo que habla?
BORDEU: ¿De lo que habla? De simples animales, que la ley de continuidad mantiene en una simpatía, una unidad y una identidad generales.
MLLE. L'ESPINASSE: Estoy confundida, pues es eso mismo, y casi palabra por palabra, de lo que hablaban.

            El primer problema abordado es el de la unidad de los organismos pluricelulares, pues ¿cómo puede la unificación de muchas diminutas células vivas dar como resultado un ser con un sentido de individualidad, como un ser humano? Las explicaciones que aporta el somnoliento d'Alembert hacen referencia al alma[62] y a la materia, ésta última en continuo movimiento inmanente (sin que le sea causado desde fuera) y con propia capacidad de desarrollo hacia formaciones independientes. Sin que se dé cuenta, el soñador d'Alembert está confirmando la tesis de Diderot de que este movimiento es capaz de ser producido por la materia, con tal que ésta asuma su sensibilidad (y active así su inicial inactividad):

D'ALEMBERT (somnoliento): ¿Mademoiselle? ¿Amigo mío? Acercaos. Más, más, que tengo que proponeros una cosa. Tomad ese racimo.
BORDEU: ¿Cuál?
D'ALEMBERT (somnoliento): Ése de ahí; creed que está ahí, ahí; hagamos una experiencia. Tomad vuestras tijeras. ¿Cortan bien? Aproximaos cautelosamente, y separadme esas abejas; pero tened cuidado de dividirlas por la mitad del cuerpo; cortad justo en el sitio donde se han aglutinado por las patas. No temáis; las heriréis un poco, pero no las mataréis. Muy bien; sois hábil como un hada. ¿Veis cómo vuelan cada una por su lado? Vuelan de una en una, de dos en dos, de tres en tres. ¡Cuántas hay!
MLLE. L'ESPINASSE: A fe mía, doctor, que no sé de lo que habla, ni eso estaba escrito. ¿No veis en todo esto algo alarmante?
BORDEU: Yo lo supliré, si queréis.
MLLE. L'ESPINASSE: Y bien, doctor, ¿concebís vos pólipos de todas clases, incluso pólipos humanos? Pues la naturaleza no nos presenta ninguno.
BORDEU: No conoce el caso de esas dos chicas unidas por la cabeza, hombros, espalda, nalgas y caderas, que vivieron así pegadas hasta los 22 años, y que murieron con pocos minutos de diferencia.

            Entre los tres interlocutores, se propone el ejemplo de una colmena de abejas[63], en el que la estimulación de una abeja incita a esa abeja a moverse y estimula a sus vecinas (que se mueven a su vez, y así sucesivamente, de modo que el grupo en su conjunto reacciona a la estimulación de una sola de ellas). En este punto, el soñador d'Alembert expresa su apoyo a la teoría de la generación espontánea de Needham[64], lo que explicaría la existencia de la vida sin necesidad de la intervención divina:

MLLE. L'ESPINASSE: ¡Todos nuestros órganos!
BORDEU: Nada más fácil. Suponed a esas abejas tan pequeñas, tan pequeñas que su organización escapase del todo al filo grosero de vuestras tijeras: llevaríais la división tan lejos como quisierais, sin hacer morir a ninguna.
MLLE. L'ESPINASSE: ¡Pólipos humanos en Júpiter o en Saturno! Los machos resolviéndose en machos; las hembras, en hembras; qué gracioso... el hombre resolviéndose en una infinidad de hombres atómicos.
BORDEU: La historia de todas las especies de animales subsistentes y futuras. Si el hombre no se resuelve en una infinidad de animálculos, se resuelve, por lo menos, en una infinitud de animálculos de los que es imposible prever las metamorfosis y la organización futura y última.
D'ALEMBERT (somnoliento): ¿Y quién sabe si no es la semilla de una segunda generación de seres, separada de ésta por un intervalo inabarcable de siglos y de desarrollos sucesivos?
MLLE. L'ESPINASSE: Pues eso no es nada, doctor, porque toda la noche se la ha pasado diciendo: "Voltaire puede bromear cuanto quiera, pero el Anguilero tiene razón. ¡Las veo!; ¡cuántas hay!; ¡cómo van!; ¡cómo vienen!; ¡cómo se agitan!". Tras lo cual, decía: "En la gota de agua de Needham todo se ejecuta y pasa, en un abrir y cerrar de ojos". Entonces su rostro se coloreó, y parecía experimentar una convulsión. Lanzó un profundo suspiro, se dio la vuelta en la almohada y se quedó dormido.
BORDEU: Eso produce ordinariamente tal efecto.

            L'Espinasse ofrece al problema de la unidad del organismo la analogía de una araña en el centro de su telaraña, pues así como la araña reacciona cuando se toca su tela, alguna parte del cerebro puede sentir y reaccionar a la estimulación en las diversas partes del cuerpo:

MLLE. L'ESPINASSE: Bien pensado. Pero en lo de los pólipos humanos, prefiero nuestra forma de repoblar. Doctor, vos que sabéis lo que pasa aquí y más allá, decidme: ¿la disolución de las diferentes partes no origina hombres de diversos caracteres? El cerebro, el corazón, el pecho, los pies, las manos, los testículos... Doctor, ¿qué es el sofisma del efímero?
BORDEU: Es el de un ser pasajero, que cree en la inmortalidad de las cosas.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Como la rosa de Fontenelle, de la que se decía que nunca había visto morir a un jardinero?
BORDEU: Precisamente; eso es ligero y profundo.
MLLE. L'ESPINASSE: O como una araña en el centro de su tela. Moved un hilo y veréis acudir, alerta, al animal.

            Ampliando la idea del cuerpo como un manojo de hilos, Bordeu describe muchos casos de deformidad corporal, explicando cómo en cada caso la razón de la deformidad fue un trastorno físico, o un daño de parte de la red física de las fibras del cuerpo. También hace referencia a un paciente muerto con trepanación, cuya función cerebral cambiaba dependiendo de si se aplica o no presión a su cerebro, enfatizando la base física y material del pensamiento y la acción:

BORDEU: Tiene razón; los órganos producen las necesidades y, recíprocamente, las necesidades producen los órganos.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Acaso deliráis también vos, doctor?
BORDEU: ¿Por qué no? He visto que dos muñones se convertían a la larga en dos brazos. Y en defecto de dos brazos, que faltaban, he visto dos omóplatos alargarse, moverse como pinzas y convertirse en dos muñones.
MLLE. L'ESPINASSE: ¡Qué locura!
BORDEU: Es un hecho. Pero así es: la conformación original se altera o se perfecciona por la necesidad y las funciones habituales.
D'ALAMBERT: Así pues, soy tal porque fue necesario que fuese tal. Cambiad el todo y me cambiáis necesariamente. Pero el todo cambia sin cesar. El hombre no es más que un efecto común, el monstruo sólo un efecto raro. Los dos son igualmente naturales, igualmente necesarios, igualmente en el orden universal y general. ¿Y qué tiene eso de asombroso? Todos los seres circulan los unos en los otros, y por consiguiente todas las especies. Todo está en un perpetuo flujo, y todo animal es más o menos hombre, y todo mineral es más o menos planta, y toda planta es más o menos animal. Nada hay de preciso en la naturaleza. La cinta del padre Castel, s
i, padre Castel, es vuestra cinta y nada más.
MLLE. L'ESPINASSE: Ya no dice nada más.
BORDEU: No; ha hecho una excursión muy hermosa. Esa es una filosofía muy alta, pero por el momento es sistemática.
MLLE. L'ESPINASSE: Esperad, esperad... Yo estaba en lo de mi araña y su tela de araña.
BORDEU: Y yo en un paciente con trepación. Pero quedaos tranquila, mademoiselle, pues en la cuestión de nuestras sensaciones en general, todas ellas no son más que un tacto diversificado, y hay que dejar de lado las formas sucesivas que la red toma y atenerse solamente a la misma red.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y qué red es esa?
BORDEU: La corteza cerebral.
MLLE. L'ESPINASSE: Que guarda memoria de todas esas impresiones sucesivas que constituyen para cada animal la historia de su vida y de sí mismo.
BORDEU: Y que no tiene en su origen en ningún sentido que le sea propio, al cual ni ve, ni oye, ni sufre. Sin embargo, esta red cerebral es producida y alimentada, y emana de una sustancia blanda, insensible e inerte, que le sirve de almohada y sobre la que se instala, escucha, juzga y se pronuncia.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y cómo sabéis eso? ¿Acaso se ha hecho alguna vez renacer y morir a un hombre a discreción?
BORDEU: Sí.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y cómo fue?
BORDEU: Os lo voy a decir; es un hecho curioso. La Peyronie, a quien pudierais conocer, fue llamado a la cabecera de un enfermo que había recibido un violento golpe en la cabeza. Ese enfermo sentía palpitaciones. El cirujano no dudó de que se le hubiese formado un absceso en el cerebro y de que no había tiempo que perder. Afeita al enfermo y lo trepana. La punta del instrumento cae precisamente en el centro del absceso. El pus se había formado; vacía el pus y limpia el absceso con una jeringa. Cuando empuja la inyección en el absceso, el enfermo cierra los ojos, y sus miembros quedan sin acción, sin movimiento, sin el menor signo de vida. Cuando aspira con la inyección y alivia el origen del haz del peso y de la presión del fluido inyectado, el enfermo vuelve a abrir los ojos, se mueve, habla, siente, renace y vive.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y ese enfermo curó?
BORDEU: Se curó. Y cuando estuvo curado reflexionó, pensó y razonó, y tuvo el mismo ingenio, la misma sensatez, la misma penetración, con buena parte menos de su cerebro.
MLLE. L'ESPINASSE: Ese juez es un ser muy extraordinario.
BORDEU: A veces, se equivoca, pues está sujeto a prejuicios por la costumbre. Se siente dolor en un miembro amputado, y se le engaña cuando se quiere. Cruzad dos dedos uno sobre otro, tocad una bolita, y se pronunciará porque hay dos.
MLLE. L'ESPINASSE: Es como todos los jueces del mundo, y tiene necesidad de la experiencia, sin la cual tomaría la sensación del hielo por la del fuego.
BORDEU: También hace otra cosa: da un volumen casi infinito al individuo o se concentra casi en un punto.

            Tras varias digresiones y reflexiones, D'Alembert se despierta del sueño, y l'Espinasse invita a Bordeu a quedarse con ellos a desayunar. Es el momento del desayuno, en que se deja claro que el universo está todo él compuesto de las diversas formaciones de las moléculas sensibles, y que el ser concreto nunca es definitivo en la forma adquirida, sino que depende del todo siempre cambiante del mundo inanimado y animado (que es lo que va distinguiendo entre minerales y organismos vivos). Tras el cual, el doctor se despide (porque ha de visitar a otro paciente) y promete volver para la hora de la comida:

D'ALAMBERT (levantándose, en bata y gorro de dormir): Y del sueño, doctor, ¿qué decís? Es una cosa buena.
BORDEU: Y el que, ya sea por cansancio, ya sea por costumbre, toda la noche te ha relajado y dejado inmóvil.
D'ALAMBERT: Así que hay el sueño ascendente y el sueño descendente. He tenido uno de éstos esta noche: ignoro el camino que ha tomado.
BORDEU: No hay distracción en el sueño, y de ahí su vivacidad.
D'ALAMBERT: ¿Queda bien claro esto para vos, mademoiselle?
MLLE. L'ESPINASSE: No infinitamente, pero ahora lo va a explicar el doctor. Doctor, recapitulemos. Según vuestros principios, me parece que, por una serie de operaciones puramente mecánicas, reduciría al primer genio de la tierra a una masa de carne desorganizada, a la que no se dejaría más que la sensibilidad del momento, y podría volver a llevar esa masa informe del estado de estupidez más profundo que pueda imaginarse a la condición de hombre de genio. Uno de esos dos fenómenos es mutilar la madeja primitiva de un cierto número de sus briznas y enrevesar bien las restantes; y el fenómeno inverso, en restituir a la madeja las briznas que se le hubiesen desprendido y abandonar el todo a un feliz desarrollo. Ejemplo: quito a Newton las dos briznas auditivas y se le acabaron las sensaciones de sonidos; le quito las briznas olfativas y se le acabaron las sensaciones de colores; las briznas gustativas y se le acabaron las sensaciones de sabores; suprimo o enreveso las otras y adiós a la organización del cerebro, la memoria, el juicio, los deseos, las aversiones, las pasiones, la voluntad, la conciencia de sí, y tenemos una masa informe que no ha conservado más que la vida y la sensibilidad.
BORDEU: Dos cualidades casi idénticas; la vida es del agregado; la sensibilidad es del elemento.
MLLE. L'ESPINASSE: Doctor, deberíais venir a almorzar con nosotros.
BORDEU: Haré lo que pueda; no prometo nada. Si vengo, me recibís. Casi todas las conversaciones son rendiciones de cuentas. No sé dónde he puesto mi bastón... Y mi sombrero...
MLLE. L'ESPINASSE: Os esperaremos hasta las dos.
BORDEU: Convenido. Adiós, adiós.

c.3) Sueño III de d'Alembert

            El 3º diálogo comienza a la hora de la comida, cuando el doctor Bordeu vuelve a la casa de l'Espinasse (a las 14.00h) y mademoiselle ofrece a éste la comida. En el postre, ésta ofrece al doctor una copa de málaga (que por lo visto se le subió a la cabeza) mientras dialogan. D'Alembert está fuera, porque se ha tenido que ir con los criados a un asunto, y ha comido en otra parte:

MLLE. L'ESPINASSE: Vamos, doctor, bebed un vaso de málaga y después me contestaréis a una pregunta que me ha pasado cien veces por la cabeza y que no me atrevo a haceros más que a vos.
BORDEU: Excelente este málaga... ¿Y vuestra pregunta?
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Qué pensáis de la mezcla de las especies?
BORDEU: A fe mía que la pregunta también es buena. Pienso que los hombres le han dado mucha importancia al acto de la generación, y que han hecho bien; pero estoy descontento de sus leyes, tanto civiles como religiosas.
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Y qué les objetáis?
BORDEU: Que están hechas sin equidad, sin fin último y sin ninguna consideración para la naturaleza de las cosas y la utilidad pública.
MLLE. L'ESPINASSE: Intentad explicaros.
BORDEU: Tal es mi propósito, pero esperad... (consultando su reloj). Todavía puedo concederos una hora larga; iré de prisa y nos bastará. Estamos solos, no sois una pacata, y no imaginaréis que pretendo faltaros al respeto que os debo. Así que, sea cual fuere el juicio que os merezcan mis ideas, espero que no concluiréis nada contra la honestidad de mis costumbres.
MLLE. L'ESPINASSE: Indudablemente, pero vuestro preámbulo me intriga.
BORDEU: En tal caso, cambiemos de tema.
MLLE. L'ESPINASSE: No, no. Seguid a vuestro aire. Aquí está vuestro café. Tomaos vuestro café.
BORDEU: Omne tuli punctum, qui miscuit utile dulci, decía Horacio. El mérito supremo es haber reunido lo agradable y lo útil.

            L'Espinasse pide a Bordeu su opinión sobre la bestialidad natural, y Bordeu responde que no se deben censurar los actos que dan placer sin causar daño a nadie, y ve como saludables la masturbación y los actos sexuales homosexuales. No obstante, ve como dañina la castidad, aun cuando ésta no haga daño a nadie (cayendo así en su propia contradicción):

MLLE. L'ESPINASSE: Dadme vuestra opinión de aquello que hace enrojecer. ¿A dónde nos llevará esto?
BORDEU: Ahora vais a verlo: mademoiselle, ¿podríais decirme qué provecho o qué placer proporcionan la castidad y la continencia rigurosas, sea al individuo que las practica o sea a la sociedad?
MLLE. L'ESPINASSE: A fe mía que ninguno.
BORDEU: Así pues, a despecho de los magníficos elogios que el fanatismo les ha prodigado, a despecho de las leyes civiles que les protegen, nosotros las tacharemos del catálogo de las virtudes y concluiremos que no hay nada tan pueril, tan ridículo, tan absurdo, tan dañoso, tan despreciable, nada peor, a excepción del mal positivo, que esas dos raras cualidades...
MLLE. L'ESPINASSE: Puede concederse eso.
BORDEU: Cuidado, mademoiselle, que pronto retrocederéis, pues ¿qué tal de los actos sexuales solitarios?
MLLE. L'ESPINASSE: ¿Qué hay con ellos?
BORDEU: Que proporcionan al menos placer al individuo.
MLLE. L'ESPINASSE: ¡Qué, doctor!
BORDEU: Sí, mademoiselle, sí. Son una necesidad, y, aun cuando no se estuviese urgido por la necesidad, es una cosa grata. Yo censuro todo exceso, pero hay cien consideraciones razonables a su favor, sin contar el temperamento y las funestas consecuencias de una continencia rigurosa.
MLLE. L'ESPINASSE: Sois monstruoso.
BORDEU: Yo, no; la naturaleza y la sociedad. La naturaleza no soporta nada inútil. Escuchad, mademoiselle, qué dos acciones son igualmente restringidas al placer sin utilidad: la que comparte con un ser semejante un macho y una hembra.

            Pero no sólo eso, sino que el doctor Bordeu (según la pluma de Diderot) continúa defendiendo la interacción sexual entre y con las diferentes especies, como forma de explorar la posibilidad de crear nuevas especies de animales (ya sea de forma natural o por laboratorio, o sea dañino o no para ambas y la nueva especie). Tras lo cual, mademoiselle le recuerda al doctor que es la hora de partir, y ambos se despiden:

MLLE. L'ESPINASSE: Todo eso me parece contra natura.
BORDEU: Todo lo que es no puede ser ni contra natura ni fuera de la naturaleza, y no exceptúo ni siquiera la castidad y la continencia voluntarias, que serían los primeros crímenes contra naturaleza.
MLLE. L'ESPINASSE: Son malditos vuestros silogismos y no hallo cómo aprobarlo. Pero mirad, doctor: lo más honrado es saltar por encima ese lodazal y volver a mi primera pregunta: ¿qué pensáis de la mezcla de las especies?
BORDEU: Os diré que, gracias a nuestra pusilanimidad, a nuestras repugnancias, a nuestras leyes, y a nuestros prejuicios, hay muy pocas experiencias hechas, y que se ignoran cuáles serían las copulaciones completamente infructuosas, y qué tipos de especies podrían prometerse tentativas variadas y continuadas, si se multiplicara en cien formas diversas las razas de unos animales con otros.
MLLE. L'ESPINASSE: Pero ¿qué entendéis por tentativas continuadas?
BORDEU: Pues que sacaríamos de ellas una raza vigorosa, inteligente, infatigable y veloz, de la que obtendríamos excelentes criados y bestias de carga.
MLLE. L'ESPINASSE: Muy bien, doctor. Ya me parece que veo tras el coche de vuestras duquesas a cinco o seis insolentones pezuñas de cabra.
BORDEU: Sí, mademoiselle, ya es hora de marchar.
MLLE. L'ESPINASSE: Pues esto organizaría un buen barullo en la Sorbona. ¿Y si se supiesen todos los horrores que me habéis contado?
BORDEU: El cardenal de Polignac decía un día: "Habla y te bautizo". Bien seguro que vos os callaréis.
MLLE. L'ESPINASSE: Adiós, pues, doctor. No nos abandonéis durante siglos, como soléis, y recordad a veces que os amo con locura.

d) Comentario al Sueño de d'Alembert

            Del término inglés enlightenment-alumbramiento, traducido al francés lumieres-luces y al despectivo italiano illuminismo-iluminismo, la Ilustración consistió en un programa filosófico que buscó reformar, mediante la ciencia (en Inglaterra) y la razón (en Francia), la sociedad tradicional (en Inglaterra) y cristiana (en Francia).

            Habían sido precedentes de ruptura con el Antiguo Régimen[65]:

-el jansenismo francés, fundado por C. Jansen en 1638, en disputa con la jerarquía eclesial,
-el pietismo alemán, fundado por P. Spener en 1670, dada su gran difusión luterana,
-el metodismo inglés, fundado por J. Wesley en 1738, e impulsor de la independencia colonial en Norteamérica.

            Fueron factores que favorecieron el movimiento iluminista[66]:

-la alfabetización, que pasó en Europa del 30% al 47%, de 1690 a 1790,
-la universalización del francés, lengua hegemónica desde 1650,
-los medios de comunicación, desde el primigenio The Daily Courant-1702 hasta el Hamburg Correspondent-1730 y Le Journal des dames-1761.

            Entre sus motivaciones, los filósofos ilustrados buscaron[67]:

-crear élites intelectuales, separadas del pueblo[68] y las mujeres[69],
-la autonomía afectiva de los hijos, dentro del pro-individualismo inglés,
-eliminar las supersticiones del vulgo, dentro del anti-antiguo régimen francés,
-suplantar a la Iglesia en el poder temporal, dentro del anti-clericalismo francés
[70].

d.1) Empirismo inglés

            Fue el origen cronológico de la Ilustración, desarrollándose a lo largo del s. XVII y encontrando escritores que supieron reflejar una nueva mentalidad filosófica, económica, política… y traspasar sus ideas a Francia y Norteamérica, en el s. XVIII.

            Se trató de un nuevo modo de pensar inglés que vino motivado por:

-su contraposición al racionalismo imperial europeo[71],
-el relativismo político-económico,
-la ausencia de una tradición que hiciese de contrapeso,
-la convicción de inutilidad de la institución eclesiástica.

            Se trató de una mentalidad que trató de poner al hombre como dueño de su destino, y a la ciencia como principal aliado para conseguir sus objetivos.

            Francis Bacon (1561-1627) fue el fundador del Empirismo[72], precursor del positivismo, del pensamiento técnico y del método científico. Separó definitivamente la fe de la ciencia, y la razón de la revelación. Planteó en su Novum Organum-1620 resolver todos los problemas de la vida a través de la analogía científica, incluidas las secuelas del pecado original[73]. Pero para ello el hombre debía librarse de ciertos eidolas-prejuicios:

-los idola tribus, o propios del pensamiento común,
-los idola especus, o propios de cada individuo,
-los idola fori, o propios del lenguaje,
-los idola teatri, o propios de la tradición.

            Thomas Hobbes (1588-1679) fue el fundador del Utilitarismo[74], y pivotó la política y moral en torno a su utilidad social, afirmando que todas las cosas, y también la Iglesia, debían estar al servicio del estado. Planteó en su Leviatán-1651 una filosofía y psicología al servicio del absolutismo político, concluyendo que:

-el hombre es materialista y pesimista, y no sirve más que para la causa estatal,
-la religión no debe ser la que dé órdenes morales a la sociedad,
-el pacto de ciudadanos entre sí
[75] debe ser el verdadero origen del estado,
-cada gobernante debe ser el que organice la sociedad.

            John Locke (1632-1704) fue el fundador del Liberalismo[76], y rechazó las ideas innatas del racionalismo, afirmando que todas ellas[77] provenían de impresiones sensoriales o de las propias percepciones. Planteó en su Ensayo-1666 los principios de que:

-las creencias dependían del medio ambiente[78],
-las diferencias humanas no se debían a la sangre, sino al medio ambiente,
-la sociedad debía ser capaz de transformar la condición moral de los ciudadanos.

           Ashley Shaftesbury (1671-1713) fue el fundador del Naturalismo[79], e insistió en una religión natural basada en el sentimiento de simpatía hacia los individuos y armonía social. Planteó en su Moralistas-1709 su rechazo a los juicios dogmáticos tradicionales[80], insistiendo en que el hombre será virtuoso sólo si consigue reconocer lo que es bueno por su naturaleza.

           George Berkeley (1685-1753) fue el fundador del Realismo[81], y defendió las plenas facultades humanas para provocar el bienestar de la sociedad. Planteó en su Analista-1734 el rechazo a toda irracionalidad que empezaba a introducirse en la Ilustración inglesa, como consecuencia de una actitud premeditada frente a la religión[82].

           David Hume (1711-1776) fue el fundador del Positivismo[83], y animó a mantener una actitud escéptica frente a toda certidumbre tradicional. Planteó en su Diálogos-1776 la lógica de los análisis para civilizar la sociedad, y una religión civil para poder educar al hombre en esa dirección[84].

d.2) Racionalismo francés

            El s. XVIII francés significó el eslabón decisivo entre la Ilustración inglesa del XVII y la Ilustración americana del XIX. Fue posible gracias a que la sociedad francesa empezó a experimentar y gozar de 3 factores importantes de crecimiento:

-demográfico, pasando de 14 a 24 millones de habitantes en 200 años,
-económico, pasando a convertirse en la 1ª potencia mundial,
-político, convirtiéndose en la cabeza visible de todos los movimientos internacionales
[85].

            Y empezó a mostrar ya un cierto desasosiego, a sentir la necesidad de cambios, a querer superar muchas situaciones caducas y dar nuevos cauces a nuevas instituciones. Es así como surgieron los exponentes y movimientos complejos de lo que hemos llamado Ilustración[86].

            Diversas causas colaboraron en la creación de este nuevo clima francés[87]:

-las guerras de religión, que habían provocado un enorme cansancio, a causa de convicciones religiosas personales,
-el caso Galileo, que podía llevar a obstaculizar nuevas tendencias políticas por una mentalidad religiosa
[88].

            Así, los nuevos filósofos franceses empezaron a:

-buscar nuevos fundamentos filosóficos[89], como núcleo del cambio,
-prescindir de toda referencia clásica al respecto
[90],
-tachar a las creencias religiosas de supersticiosas e irracionales, o a lo sumo de referente moral
[91].

            Se trataba en el fondo, pues, de un rechazo:

-a toda sumisión al pasado,
-a toda aceptación de una verdad que escapase al crisol ilustrado,
-a toda actitud dogmática por encima de la razón ilustrada.

            Y de una búsqueda de[92]:

-una filosofía sin sueños metafísicos,
-una política amparada sólo en el derecho positivo, y nunca divino,
-una religión útil y moral, desembarazada de todo misterio e imposición
[93].

            La cuestión de una nueva sociedad francesa, sincrética con el resto de sociedades pro-francesas[94], llevó a una nueva mutación francesa: la de su vieja idea de superioridad, sustituida ahora por la idea de diferencia. Es decir, que todo dependía de los lugares, y lo único común debía ser la naturaleza.

            De ahí los últimos retoques de la nueva mentalidad francesa:

-el bien natural, independiente de toda revelación, divinidad y tradición[95],
-la moral natural, consistente en ajustar la conducta humana a la convivencia con el ecosistema
[96].

            Así, pues, mediante una mutación total, la nueva sociedad natural se vería libre de toda intolerancia, superstición, conflictividad y malestar. Y encontraría en su vuelta a la naturaleza su liberación y el verdadero camino hacia el futuro.

           Charles de Montesquieu (1689-1755) fue el fundador de la Separación de Poderes[97], y compaginó para ello todo aspecto geográfico, social, político, económico y religioso. Planteó en su Espíritu de las Leyes-1748 que para que exista ambiente de libertad en una sociedad:

-debe abolirse todo precepto impuesto desde las ideas o autoridad,
-debe evitarse la guerra, por medio de la tolerancia y relación de culturas.

            François Voltaire (1694-1778) fue el fundador de la Constitucionalidad[98], y propuso la suplantación de Dios por el estado moderno, y de la providencia cristiana por el progreso humano[99]. Planteó en su Tratado sobre la Tolerancia-1764:

-el horror a un gobierno de populacho, masa no pensante o canallas,
-eliminar todo sistema de clases sociales,
-la supresión
[100] o utilización política de la Iglesia[101].

            Jean Jacques Rousseau (1712-1778) fue el fundador del Sufragio Universal[102], e insistió en la idea de conciencia como juicio moral personal, innato y no necesitado de educación[103] ni presión externa[104]. Planteó en su Contrato Social-1762:

-erradicar el mal de la sociedad[105],
-introducir la idea de absoluto en el hombre,
-la entrega de voluntades enajenadas
[106], para construir entre todos el bien común.

            Julien de Lamettrie (1712-1751) fue el fundador del Evolucionismo[107], y redujo al hombre a pura materia pensante, privada de alma[108]. Planteó en su Hombre Planta-1745 que siempre se impone el mejor y más fuerte, explicando que la virtud puede darse igual con espíritu que sin espíritu.

            Jean d’Alembert (1717-1783) fue el fundador del Iluminismo, y rechazó las ideas innatas y metafísicas, así como toda esencia absoluta de las cosas. Planteó en su Enciclopedia-1752[109] que los fenómenos naturales deben consistir en la herramienta para iluminar todo sistema de pensamiento, siempre desde el escepticismo por todo concepto extra-sensorial.

            Denis Diderot (1713-1784) fue el fundador del Materialismo, y redujo a Dios a pura materia gravitatoria y auto-creadora de vida[110]. Planteó en su Enciclopedia-1752[111] que el pensamiento debe consistir en la herramienta para cambiar los sistemas de vida, siempre desde el escepticismo por todo concepto espiritual.

            Nicolas Condorcet (1743-1794) fue el fundador del Propagandismo ilustrado, y animó al entusiasmo por la revolución, y a la antipatía por el cristianismo. Planteó en su Bosquejo del espíritu humano-1782 que:

-la naturaleza ha concedido a todos los hombres la justicia, benevolencia y sensibilidad,
-hay que conocer y admirar al resto de sociedades
[112], salvo la cristiana[113].

d.3) Masonería

            Fue el primer fruto de la Ilustración, manifestado en un grupo de personas desconocidas que trataron de fundar una Iglesia anti-católica, mediante la práctica de unos ritos complicados y simbologías ambiguas[114].

            Tuvo su fecha de nacimiento en 1717, con la fundación de la gran logia de Inglaterra y un gran maestre al frente. Las Constituciones de Anderson-1723 reglamentaban ya el código y norma de funcionamiento de las logias, y aportaban los dos principios generales:

-la creencia en Dios[115],
-el seguimiento de una religión natural
[116].

            Tras la denuncia pública[117] que hizo el mundo aristocrático inglés sobre estos círculos masónicos, la gran logia de Inglaterra aceptó introducir un tercer principio básico:

-el secretismo[118].

            Contó la Masonería con los medios de la ayuda mutua interna y la tolerancia exterior[119], y empezó a reclutar a todos los intelectuales de la época, bajo los ideales de anti-absolutismo, anti-catolicismo y culto a la naturaleza.

            Poco a poco empezó a extenderse clandestinamente por la zona continental[120] y norteamericana[121], con aberraciones puntuales que fueron achacadas por los gobiernos al fenómeno masónico en general.

           Así, a su rápida expansión siguió una rápida condena por parte de los gobiernos[122] de Holanda-1735, Francia-1737, Suiza-1738, Suecia-1738, Alemania-1738, España-1751. El papa Clemente XII también la condenó en su In eminenti-1738, bajo pena de excomunión[123].

d.4) Derecho absolutista

            Fue el 2º fruto de la Ilustración, consistente en la implantación del modelo ilustrado del iuspositivismo o positivismo jurídico, concepción de ley elaborada exclusivamente por los órganos estatales (como únicos constitucionalmente dotados de potestad normativa) y como norma jurídica que tenía que ser acatada por la totalidad de personas[124].

            Se trataba, pues, de prescindir de:

-cualquier referencia a la naturaleza metafísica del ser humano[125],
-cualquier otra autoridad distinta a la impuesta por el estado
[126],
-cualquier vínculo con otras realidades diferentes a las estatales.

            La Constitución, escrita o no, pasó a ser la 1ª norma positiva en vigor[127], por un acto de imperio (salvo en Inglaterra, que nunca ha tenido una Constitución articulada). Y a partir de esa norma absoluta podrían ser fijadas el resto de leyes y principios regidores[128], con sistema de sanciones y consecuencias incorporadas para todos los campos.

d.5) Revolución francesa

            Fue el 3º fruto de la Ilustración, consistente en una destrucción del Antiguo régimen[129] orquestada por el iluminismo ateo, la masonería y la secta de los iluminados[130], aún a costa de provocar la anarquía del orden institucional.

            Amparada en causas menos o más legítimas[131], y con el miedo metido en el cuerpo del ignorante y hambriento pueblo[132], la Revolución francesa:

-sembró París y sus provincias de sangre[133],
-aniquiló todas las estructuras que habían llevado a Francia a ser grande,
-robó a la Iglesia todos sus bienes eclesiásticos
[134],
-prohibió la entrega y votos voluntarios a Dios
[135],
-costeó panfletos públicos de mofa clerical,
-obligó a los ciudadanos[136] a colaborar con el poder civil,
-exigió a los ciudadanos jurar la Constitución[137], bajo pena de expulsión,
-introdujo en la Constitución la existencia de un Ser Supremo y el proceso de descristianización
[138].

d.6) Desmembración de Europa

            Fue el 4º fruto que la Ilustración provocó en toda y entre toda Europa:

-desde Carlos IV de España, y su miedo a que se introdujesen en su reino las ideas revolucionarias,
-hasta los principados alemanes, que perdieron 21.000.000 francos anuales de bienes inmuebles a manos de los napoleónicos,
-pasando por la desobediencia civil de Suiza,
-hasta llegar al cambio de nombre de Holanda por Batavia,
-sin olvidar los pillajes sistemáticos napoleónicos a los edificios y propiedades de Italia.

            En Italia, Roma se identificó desde el primer momento con la coalición de países que se enfrentaron a la revolución ilustrada. No obstante, fue incapaz de defender sus dominios, y pronto Napoleón[139] sometió el norte (llamado República Cisalpina) y el centro (llamado República Cispadana). Pío VI se vio obligado a salvar Roma del saqueo[140] mediante la entrega 51.000.000 escudos, 5.000.000 joyas, 100 cuadros de arte, 100 estatuas de piedra, 50 manuscritos, y las ciudades de Venesino, Bolonia, Ferrara, Romagna, Ancona, Macerata, Perugino y Camerino[141].

            En Bélgica se pasó de una política autonomista y religiosa permitida por los Habsburgo de Austria[142] a un Directorio francés lleno de contradicciones[143]. Así, el clero belga se negó a prescribir los preceptos franceses, y el pueblo belga en masa se levantó el 28 noviembre 1798[144]. Napoleón resolvió aplicando el orden por la fuerza, y castigando con la expulsión a más de 8.000 sacerdotes belgas y 10.000 religiosos exclaustrados.

            En Alemania fueron secularizados los principados religiosos de Paderborn, Hildesheim, Münster, Etten, Essen, Werden, Fulda, Corvey, Weingarten, Wurtzbourg, Bamberg, Passau, Freising, Augsbourg y Eichstadt[145], y todos sus bienes, abadías, rentas y tierras fueron expropiados y declarados de bien nacional francés[146].

            En España se estableció un cordón sanitario anti-ilustrado, encargándose al Inquisidor general la prohibición de todo papel, libro o panfleto revolucionario francés[147]. Se trataba de “una guerra por la religión, el rey y la patria”, “contra un pueblo sin ley, sin rey y sin Dios”[148], con ayuda desde todos los rincones, municipios, casas nobiliarias, órdenes religiosas y pueblo llano.

d.7) Desmembración de América

            Fue el 5º fruto de la Ilustración, y el último recoveco que le quedaba por echar abajo. El cual fue llevado a cabo:

-contra los criterios de la Ilustración inglesa, en el caso de EE.UU,
-siguiendo los criterios de la Ilustración francesa, en el caso de Iberoamérica.

            En efecto la Independencia de EE.UU fue una suma de revoluciones atlánticas, con movimientos a ambos lados del Océano, y con la ideología del liberalismo ilustrado de fondo[149], que quería poner en marcha la construcción política de las 13 colonias en base a los ideales ilustrados ingleses[150].

            Tras una serie de declaraciones unilaterales de independencia[151], y el consiguiente inicio de hostilidades[152], los EE.UU de América pudieron conformar un propio estado independiente, fundado sobre los objetivos de:

-dar fórmula jurídica al nuevo estado[153],
-equilibrar el poder
[154],
-la expansión hacia el oeste
[155].

            En el caso de la Independencia de Iberoamérica, ya habían ido gestándose otra serie de causas colaterales[156], pero fueron los ilustrados franceses, moviéndose entre líneas pro-independentistas, los que desde el fondo empujaron a la imposición del liberalismo francés[157].

            Sin ser reconocida nunca por España[158] ni por el papa[159], fueron independizándose rocambolescamente las zonas geográficas de Río de la Plata[160], Nueva Granada[161], Perú[162] y Nueva España[163].

Madrid, 1 septiembre 2023
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad

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[1] Junto a sus amigos TOUSSAINT y EIDOUS, con los que tradujo la Historia de Grecia de STANYAN, la Virtud y Mérito de SHAFTESBURY y el Diccionario Médico de JAMES.

[2] A la que engañará durante muchos años, con su gran amante SOPHIE VOLLAND (a la que DIDEROT dedicó 187 cartas).

[3] En la que presenta cierto pensamiento deísta, y un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural.

[4] En el que plantea tres vías posibles en la actuación humana, y critica las extravagancias del catolicismo.

[5] Bella pieza teatral, donde DIDEROT manifiesta tranquilamente los sentimientos.

[6] Para mostrar la dependencia de las ideas del hombre, respecto a sus cinco sentidos.

[7] Eso sí, reduciendo su concepto de ciudadanía a la población masculina, pues para él los ciudadanos son por definición, los hombres, que son los que deben cumplir con los deberes que implica la pertenencia a la sociedad, y beneficiarse de sus derechos”. De hecho, para DIDEROT las mujeres, como los niños y los sirvientes, no son ciudadanos por derecho propio, sino solo por su parentesco con quienes sí lo son”.

         (cf. MARTINEZ HOYOS, F; Voltaire, Rousseau y demás ilustrados sexistas”, en La Vanguardia, Barcelona 14-IV-2022).

[8] cf. MARCEL, L; Le frere de Diderot: Didier Pierre Diderot: chanoine de la Cathedrale et grand archidiacre diocèse, fondateur des Écoles chretiennes de Langres, ed. Champion, Paris 1913.

[9] cf. Retrato de Denise Diderot, en Museo Breuil de Saint Germain.

[10] En la que critica la vida en los conventos, a través del relato de una monja que ingresa forzada por la familia. Planteada como hecho real, se trató de una novela exitosa, cuyo eco polémico duró hasta el s. XX, cuando fue llevada al cine por RIVETTE.

[11] En la que aporta varias críticas de arte,  alabadas por GOETHE.

[12] Diario en el que DIDEROT va publicando sus críticas sobre las diversas exposiciones artísticas del Salón de París, a nivel estético.

[13] En la que analiza la psicología del libre albedrío, con un diálogo abierto entre Jacques y su amo.

[14] Una de sus piezas más polémicas y ricas, a nivel especulativo. Pues de lo que se trata es de mostrar lo que es ficción y lo que es realidad, a través del mundo del teatro y de la estética, y de una vuelta a plantear paradojas.

         (cf. BELAVAL, Y; L'esthetique sans paradoxe de Diderot, ed. Gallimard, 1991, cap. V).

[15] Raro diálogo con un personaje real de la época, que le sirve a DIDEROT para criticar la sociedad y mostrar las complejidades de la mente, algo que fue destacado por HEGEL.

[16] Empezada en 1781, que trató de comentar extensamente la Historia Filosófica y Política de las dos Indias de Raynal con un alegato contra el colonialismo, señalando la importancia de las civilizaciones no europeas para la cultura europea.

         (cf. BENOT, Y; Diderot: del ateísmo al anticolonialismo, ed. Siglo XXI, México 1973).

[17] cf. TOURNEUX, M; Diderot et Catherine II, ed. Maurice Tourneux, ed. Calman Levy, París 1899, p. 119.

[18] cf. DIDEROT, Plan de Universidad, en AT, vol. III, París 1875, p. 429.

[19] cf. VENTURI, F; La vieillesse de Diderot, en Recherches sur Diderot et sur l'Encyclopedie, XII (1992), p. 15.

[20] cf. DIDEROT, Observaciones sobre el Nakaz, en MASON, J. H; WOKLER, R; Denis Diderot: Political Writings, ed. Cambridge University Press, Cambrigde 1992, cap. 8-14.

[21] cf. DAVISON, R; Diderot, Galiani et Vico: un itinéraire philosophique, en Diderot Studies, XXIII (1988), p. 40.

[22] cf. RAYNAL, G.T; Histoire philosophique et politique des etablissements et du commerce des Europeens dans les deux Indes, ed. Pellet, Génova 1780, vol. II, libro IX, p. 369.

[23] cf. PAPIN, B; Sens et fonction de l'utopie tahitienne dans l'uvre politique de Diderot, ed. Voltaire Foundation, Oxford 1988, p. 123.

[24] cf. FONTENAY, E; Diderot o el materialismo encantado, ed. Fondo de Cultura Económica, México 1988, p. 14.

[25] cf. POPKIN, R.H; The History of Scepticism: from Savonarola to Bayle, ed. Oxford University Press, Oxford, 2003, pp. 283 y ss.

[26] cf. DIDEROT, Paseo del Escéptico, en AT, vol. I, París 1875, p. 216.

[27] cf. DIDEROT, op.cit, p. 216.

[28] cf. BOURDIN, J.C; Materialisme et scepticisme chez Diderot, en Recherches sur Diderot et sur l'Encyclopedie, XXVI (1999), p. 85.

[29] cf. DIDEROT, Pensamientos Filosóficos, en AT, vol. I, París 1875, p. 140.

[30] cf. DIDEROT, Pirrónico o Escéptico, en DIDEROT, D; D'ALEMBERT, J; Enciclopedia, vol. XIII, París 1765, p. 614.

[31] cf. DIDEROT, Reinados de Claudio y Nerón, ed. cit., p. 257.

[32] cf. DIDEROT, D: D'ALEMBERT, J; Enciclopedia, vol. V, París 1755, p. 647.

[33] cf. MALHERBE, M; Bacon, Diderot et l'ordre encyclopedique, en Revue de Synthese, I-II (1994), p. 26.

[34] cf. SCOTTO BENITO, P; Naturaleza humana y política en Denis Diderot, en Oxímora, V (2014), pp. 107-114.

[35] cf. BERMUDO, J.M; Diderot, ed. Barcanova, Barcelona 1981, pp. 121-122.

[36] Doctrina que sostiene que materia y espíritu son, en cierto sentido, la misma cosa. Se distingue así el monismo del dualismo, o doctrina que sostiene que ambos (materia y espíritu) están hechos de sustancias diferentes.

[37] cf. DIDEROT, Carta para Ciegos, ed. Pretextos, Valencia 2002, p. 43.

[38] Entre los que destaca:

-BENARD, que en su Anatomía Comparada constata la similitud de los sentidos y de la morfología del cerebro entre los hombres y otros animales,
-MAUPERTIUS, que en su Venus Física contribuye a la crisis del preformacionismo, y permite que la generación de la vida comience a ser explicada naturalmente.

[39] cf. RATTO, A; Naturaleza e historia en la obra de Denis Diderot, en Revista de Filosofía y Teoría Política, XLI (2010), pp. 137-138.

[40] cf. DIDEROT, Escritos Filosóficos, ed. Nacional, Madrid 1981, p. 25.

[41] cf. BERMUDO, J.M; op.cit, p. 120.

[42] cf. DIDEROT, El Sueño de d'Alembert y Viaje de Bougainville, ed. CSIC, Madrid 1992, p. 19.

[43] Un LOCKE que hacia 1700 mantenía que:

-no existen las ideas innatas, pues nuestra mente al nacer es una tabula rasa,
-sí existe el concepto de sustancia, el de la metafísica tradicional.

[44] Un HUME que hacia 1730 mantenía que las percepciones sensibles se dividen en:

-impresiones, que son las que entran con mayor fuerza y violencia,
-ideas, o imágenes débiles de las impresiones suscitadas al razonar y al pensar.

         Es decir, que las impresiones darían lugar a ideas, y éstas a su vez harían aparecer nuevas impresiones. Con ello, de las impresiones de la sensación se pasaría a las ideas de sensación, que son las generan las impresiones de reflexión, y estas las ideas de reflexión.

         Este proceso tendría lugar a través de las dos facultades del entendimiento, apunta Hume: la memoria y la imaginación, dos modos distintos por los que opera una facultad corporal única: el alma, o raciocinio o entendimiento.

[45] cf. RODRIGUEZ CAMARERO, L; La novela del alma: la comprensión natural del hombre en la Ilustración inglesa y francesa, en GONZALEZ FERNANDEZ, M (dir); O legado das Luces, ed. Universidad de Santiago, Compostela 2002, p. 136.

[46] cf. BERMUDO, J.M; op.cit, p. 123.

[47] En efecto, HELVECIO consideraba al hombre como una suerte de materia prima, sobre la cual actúan los condicionantes externos (especialmente la educación) para dar lugar a un individuo que es producto de su medio político y cultural.

[48] A nivel sentimental, aquel verano de 1769 DIDEDOT tenía a su mujer (ANTOINETTE) e hija (ANGELIQUE) alojadas en Sevres, mientras él seguía visitando a su amante (SOPHIE VOLLAND) en su castillo de Isle sur Marne. Por otra parte, su colega GRIMM estaba en Alemania desde mayo, por lo que la redacción de la Correspondencia Litteraire estuvo en manos de Diderot durante una larga temporada.

[49] cf. VARLOT, J; Introducción al Sueño de d'Alembert, en DIDEROT, Obras completas, vol. XVII, ed. Hermann, París 1975, pp. 25-27.

[50] No obstante, ya en una carta a su amiga SOPHIE VOLLAND, fechada el 2 septiembre 1769, informa Diderot sobre el progreso de su trabajo en la trilogía.

[51] cf. TANCOCK, L.W; Introducción al Sueño de d'Alembert, en DIDEROT, Sobrino de Rameau y Sueño de D'Alembert, ed. Penguin, Nueva York 1976, p. 136.

[52] cf. DUFLOT, C; Introducción, en DIDEROT, Sueño de d'Alembert, ed. Flammarion, París 2002, p. 185.

[53] cf. WOLFE, C.T; SHANK, J.B; Denis Diderot, en ZALTA, E.N (dir); The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Stanford 2019.

[54] cf. VERNIER, P; Introducción, en DIDEROT, Sueño de d'Alembert, ed. Didier, París 1951, pp. viii-x.

[55] cf. TANCOCK, L.W; op.cit, pp. 133-135.

[56] cf. VERNIER, P; op.cit, p. xii. No obstante, Diderot optó por meter en la obra a:

-JULIE DE L'ESPINASSE, a la que no le gustó, cuando se enteró de su aparición por obra del periodista SUARD,
-THEOPHILE DE BORDEU, cuyo diálogo final sobre la sexualidad le enfadó, cuando lo leyó en
el Correspondance Litteraire,
-JEAN BAPTISTE LE ROND D'ALEMBERT, que se enojó y pidió, según su allegado NAIGEONQUE, que sus diálogos fuesen quemados en su presencia.

[57] El concepto de energía cinética había sido introducido hacía pocos años por CHATELET, a partir de las consideraciones de LEIBNIZ. Hasta este punto, la opinión de NEWTON era que la energía cinética era proporcional a la velocidad.

[58] Pues las diferencias entre la fuerza mecánica y la energía aún no estaban claramente diferenciadas en 1769.

[59] cf. TANCOCK, L.W; op.cit, p. 137.

[60] cf. DUFLOT, C; op.cit, p. 34.

[61] cf. DIDEROT, Sobrino de Rameau y Sueño de D'Alembert, ed. Penguin, Nueva York 1976, p. 235.

[62] cf. DUFLOT, C; op.cit, p. 195.

[63] Imagen tomada de MOREAU DE MAUPERTUIS y su Formación de los Cuerpos Orgánicos-1754, en que unas colmenas de ovejas (o bloques de construcción) se combinan en un todo coherente, con el potencial de desarrollar una conciencia común (a través de una combinación de moléculas sensibles). Mostraría así DIDEROT la posibilidad de transición de lo inorgánico a lo orgánico, como última instancia para explicar el origen de la vida (a través de la sensibilidad mostrada por las moléculas entre sí).

[64] cf. TANCOCK, L.W; op.cit, p. 235.

[65] cf. FLORISTAN, A (dir); Historia Moderna Universal, ed. Ariel, Barcelona 2009, p. 530.

[66] cf. FLORISTAN, A; op.cit, pp. 531-532.

[67] cf. Ibid, pp. 535-537.

[68] De hecho, la fundación de la Royal Society de Londres-1660 y resto de iniciativas inglesas fueron en esa dirección.

[69] De hecho, en la voz ciudadano de la Enciclopedia de DIDEROT y sus 130 ilustrados franceses, se afirmará que la mujer no tiene propiamente los derechos de un ciudadano.

[70] Lo que acabaría verificando, a vista de los resultados finales y como decía el CHESTERTON, que “el pensamiento demasiado individualista y orgulloso acaba por idiotizar. Pues todo el que no deja que se ablande su corazón, tendrá que sufrir que se le reblandezca el cerebro”.

         (cf. CHESTERTON, G.K; Ortodoxia, Londres 1908, cap. 3).

[71] Racionalismo liderado por LEIBNIZ, que en el s. XVII escribía a la electora Sofía: “Al contrario, entiendo por razón no ya la facultad de razonar, sino el encadenamiento de verdades que no puede producir más que verdades, y una verdad no puede ser contraria a otra… Por otro lado, estoy convencido de que la religión no tiene nada que sea contrario a la razón”.

          (cf. KLOPP, O; “Leibniz”, en GUSDORF, G; La conciencia cristiana en el siglo de las luces, ed. Verbo Divino, Estella 1977, p. 134).

[72] Educado en el Colegio Trinidad de Cambridge, donde estudió filosofía y derecho y se dio cuenta de que los métodos filosóficos antiguos ya estaban caducos. Ingresado en la inglesa Sociedad de Magistrados, fue enviado a tareas diplomáticas por Europa, componiendo a su vuelta Notas sobre el estado de la Cristiandad-1579. Fue nombrado canciller de Inglaterra en 1618.

[73] Como buen creyente y practicante que era.

[74] Educado en el miedo por su madre (que dio a luz ante el anuncio de llegada de la Armada Invencible española) y en la Iglesia de Westport, fue enviado a estudiar filosofía a la universidad de Oxford, donde trabó amistad con el literato BEN JONSON y empezó a traducir obras del griego al inglés. Fue uno de los co-fundadores de la Royal Society de Londres-1660.

[75] Unica solución posible al estado natural previo del “todos contra todos”, y única vía de solución al “estado solitario, pobre, brutal y breve de auto-conservación”.

         Y es que para superar esta forma social primigenia del hombre (estado natural primigenio) sólo cabe la elaboración de una forma de convivencia donde el hombre renuncie a sus derechos y los transfiera a un poder absoluto que le garantice la paz (estado civil moderno).

[76] Educado en la Iglesia de Cristo de Oxford, donde estudió medicina y filosofía, e impartió posteriormente clases de griego y retórica. Su idea principal no fue crear un nuevo sistema educativo, sino aplicar éste a los hijos de la nobleza.

          No obstante, sus ideas desembocaron en el escepticismo de HUME, y fueron fundamentales para la Declaración de Derechos ingleses-1689, 100 años antes de la revolución francesa, e impuesta por el Parlamento inglés al nuevo monarca holandés GUILLERMO III DE ORANGE.

[77] Incluidos los valores morales, surgidos de las sensaciones de placer o desagrado.

[78] No obstante considerarse un verdadero creyente, como demuestra en su Racionalidad del Cristianismo-1695, en que recalca que “la existencia de Dios se trata de la verdad más evidente descubierta por la razón, pues su evidencia es de la misma categoría que la certeza matemática”.

         De hecho, fue de la cuestión de los dogmas (ideas racionales surgidas por la reflexión) la que le llevó a buscar otra manera de entender la religión, de entender la realidad.

[79] Educado experimentalmente según las ideas de LOCKE (que había convenido el matrimonio de sus padres, por amistad), fue enviado a estudiar filosofía a la universidad de Winchester, que tuvo que abandonar al burlarse todos los alumnos de él. Llevado por sus padres a Francia, allí siguió aprendiendo los clásicos, hasta que volvió a Inglaterra e ingresó por su calidad de noble en el Parlamento.

         No obstante, fue acusado de no ser de fiar por los tradicionalistas wighs, y expulsado del Parlamento. Tras lo cual marchó para siempre a Holanda.

[80] Situándose aquí la ruptura de la Ilustración inglesa a todo lazo de unión con el Cristianismo. Pues ya no era necesario, al haber encontrado una religión natural capaz de imponer universalidad (por su carencia de contenido) a todas las sociedades humanas.

[81] Educado dentro de la nobiliaria familia de los BERKELEY, fue enviado a estudiar matemáticas al Colegio Trinidad de Dublín, donde se quedaría impartiendo clases de griego en adelante, atacando con escritos y conferencias toda intromisión del materialismo en la Ilustración inglesa.

[82] Religión que, por otro lado y según BERKELEY, era necesaria para el hombre en medio de un mundo economizado y politizado.

[83] Educado en su Escocia natal, fue enviado a estudiar derecho a la universidad de Edimburgo, donde tuvo que cambiar su apellido HOME al no saberlo pronunciar en su correcto inglés. Decantó su trabajo por las oficinas mercantiles de Bristol, desde donde viajó por numerosos lugares, y entabló relaciones con los jesuitas que encontraba.

          Fue acusado por el Parlamento inglés de traicionar los intereses ingleses en el extranjero, e incluso de lunático por viejos compañeros de Edimburgo. No obstante, logró encontrar un trabajo de bibliotecario en su tierra natal, y centrarse en su vida intelectual.

[84] Como mera religión natural-civil a posteriori, que tapara los agujeros “incivilizados” del hombre, e infundiera en ellos el espíritu de orden y obediencia a la ley y autoridad civil.

[85] De hecho, no hay más que ver los viajes que los franceses habían empezado a hacer por todas partes, entre nuevos mundos... y con mayor pérdida de los propios valores.

         De ahí que DE LA BRUYERE se quejara en su Caracteres-1688 de que “algunos acaban de corromperse mediante largos viajes y pierden la poca religión que les queda, pues ven de un día a otro un nuevo culto, una nueva costumbre, una diversa ceremonia”.

         (cf. HAZARD, P; La crisis de la conciencia europea, Madrid 1975, p. 11).

[86] O también Siglo de las luces, e incluso Enciclopedismo.

[87] cf. VILLOSLADA, R; LABOA, J.M; Historia de la Iglesia Católica.  Edad Moderna, ed. BAC, Madrid 1991, pp. 411-412.

[88] Y es que la autoridad de la Biblia fue siempre incuestionable, hasta en el más profundo Enciclopedismo.

[89] No ya tanto inspirados en la física y metafísica (sobre el mundo), sino en torno al hombre y su adaptación y relación con el ambiente.

[90] Como ya venía pregonando desde fuera el inglés BACON, que en su Enrique VII-1605 decía que “los hombres se han retrasado en el progreso científico a causa de su reverencia por la Antigüedad”.

[91] Es curioso observar como el Iluminismo francés quiso despojar al cristianismo de todo su bagaje dogmático, autoridad y presencia pública, y por otro lado quería mantener su fe en Dios.

          Y es que desde fuera, hasta el mismo ilustrado inglés LOCKE no paraba de repetir en su Racionabilidad del cristianismo-1695 que “las obras de la naturaleza demuestran suficientemente la existencia de la divinidad”.

         E incluso desde dentro, el mismo ROUSSEAU reconocía en su Emilio-1762 que “Sirvo a Dios con sencillez de corazón… Creo en todo lo conveniente a Dios, y creo que el culto esencial a Dios es el del corazón”.

         (cf. ROUSSEAU, J.J; Emilio, ed. Oeuvres, París 1962, I, 4).

[92] cf. HAZARD, P; La crisis de la conciencia europea, Madrid 1975, p. 13.

[93] Como explicaba al respecto DIDEROT en su Pensamientos filosóficos-1746: “Todo lo que ha tenido un comienzo, tendrá también un fin, y el judaísmo y cristianismo tuvieron un comienzo bien conocido… Ahora bien, sólo existe una religión cuyo nacimiento no sea conocido: la religión natural. Es la que no acabará nunca, mientras las demás pasarán”.

         Como se ve, se trata de una copia literal de la religión natural fundada por el inglés SHAFTESBURY en su Mérito y Virtud-1699.

[94] Incluida la musulmana, pues ya BOULAINVILLIERS escribía en su Vida de Mahoma-1731 que “cada nación posee una sabiduría peculiar, y Mahoma es la figura de la sabiduría de los árabes”.

[95] Como ya había indicado por 1ª vez SPINOZA, al sugerir en su Etica geométrica-1661 que “no se puede distinguir por su vida a un cristiano de un pagano, de un turco, o de un chino, pues aunque éstos practiquen un ateísmo deliberado, son tan piadosos y virtuosos como los cristianos”.

[96] Como bien indicaba DIDEROT en su Viaje de Bougainville-1773, donde defendía que “es necesario librarse del yugo de la religión, de la soberbia rival, del desprecio de otros derechos… Vuelve, pues, a la naturaleza. Pues sólo la naturaleza te consolará, y sólo ella expulsará de tu corazón los temores que te dañan, las inquietudes que te dividen, los transportes que te agitan, los odios que te separan del hombre al que tú debes amar”.

          (cf. DIDEROT, D; Viaje de Bougainville, ed. Oeuvres, París 1969, pp. 199 y ss).

[97] Separación de poderes operante ya desde hacía 500 años en el Parlamento inglés, desde aquella Carta Magna-1215 de JUAN I DE INGLATERRA, que perdió Normandía en 1204 a manos del rey de Francia y tuvo que nombrar 25 varones consejeros del reino (Parlamento inglés) para intentar recuperarla, y obtener el dinero para ello (a costa de limitar y “dividir” sus poderes).

[98] Constitución legal inventada ya por HAMMURABI DE BABILONIA en el 1.800 a.C, unos 3.500 años antes que VOLTAIRE la propusiese para su estado ilustrado.

[99] En ambos casos en un intento de:

-conceder importancia a individuos seleccionados, como motores de la historia, en detrimento del papel jugado por los pueblos,
-hallar una idea dominante de la época, que acelerara los procesos secularizadores.

         (cf. FERNANDEZ, G; “Historiografía en la Francia del s. XVIII”, en Arbil, CXXVI).

[100] Ya que representa y mantiene el entramado del Antiguo Régimen, ahora no tolerado.

[101] Ya que, según escribe en su Diccionario filosófico-1764:

-“Newton ha demostrado la existencia necesaria de un Ser absoluto,
-la creencia de los monarcas en Dios evita su tiranía y favorece la convivencia social”.

         (cf. MORNET, D; Los orígenes intelectuales de la Revolución francesa, París 1967, p. 87).

[102] Sufragio universal inventado ya por PERICLES DE ATENAS en el 450 a.C, unos 2.200 años antes de que ROUSSEAU la propusiese para su estado ilustrado.

[103] Como ya advierte en su Emilio-1762, donde dice que “los verdaderos deberes de la religión son independientes de las instituciones humanas, pues un corazón justo es el verdadero templo de la divinidad”.

          (cf. ROUSSEAU, J.J; Emilio, París 1762, I, 4).

[104] Aunque reconoció que “esa voz interior se encuentra íntimamente relacionada con Dios, a quien se le intuye y se le escucha en la espontaneidad humana”.

          (cf. RAVIER, A; La educación del hombre nuevo. Ensayo sobre el Emilio de Rousseau, Lyon 1941, pp. 329).

[105] Encarnado en los propios enciclopedistas, intelectuales, científicos, racionalistas... con todos los cuales rompió relaciones ROUSSEAU (ganándose el título de traidor de la Ilustración).

[106] Por decisión propia de cada hombre, sin renunciar luego a seguir ejecutando sus ideas.

[107] Copiando y extrapolando los descubrimientos en Canadá del jesuita y misionero francés LAFITAU, que en su Descubrimientos del Nuevo Mundo-1718 había fundado la Teoría de la Evolución, en base a sus descubrimientos científicos de los iroqueses, el ginseng y la tartaria, cuyas desecaciones causaron conmoción en toda la ciencia europea.

          No obstante, el misionero LAFITAU defendió siempre la unidad psíquica del género humano, aun habiendo descubierto la inevitabilidad del progreso continuo de los humanos, hacia su perfeccionamiento.

         Muy tardío queda en el tiempo, pues, DARWIN, que cuando publicó su Origen de las especies-1859 habían transcurrido ya más de 150 años de Teoría de la Evolución.

[108] Lo que le valió todo tipo de críticas, encabezadas por el mismo VOLTAIRE, que decía de él que “existe un médico en Berlín que se llama LAMETTRIE, el más ateo y audaz de todas las facultades... y que es sin duda el peor médico de la tierra en la práctica de lo profesional”.

          (cf. CONARD, P; Memorias de la vida de Voltaire, Paris 1914, p. 37).

[109] Obra fundamental dentro de la Ilustración francesa, donde él se encargó de la parte de ciencias, y su colega DIDEROT de la parte de letras.

[110] Famosa fue su exclamación, en su Interpretación de la Naturaleza-1754: “Oh Dios, no sé si existes... No pido nada en este mundo, porque el curso de los sucesos está determinado por su misma necesidad (si no existes) o por un decreto tuyo (si existes)... Estoy aquí tal como soy, como una parte necesariamente organizada de la materia eterna”.

         (cf. DIDEROT, D; Interpretación de la naturaleza, La Haya 1754, pref).

[111] Obra fundamental dentro de la Ilustración francesa, donde:

-DIDEROT se encargó de los artículos de letras,
-D’ALEMBERT se encargó de los artículos de ciencias,
-VOLTAIRE se encargó de los artículos de historia,
-ROUSSEAU se encargó de los artículos de música,
-TURGOT y QUESNAY se encargaron de los artículos de economía,
-BUFFON y D’HOLBACH se encargaron de los artículos de ciencias naturales.

         (cf. FLORISTAN, A (dir); Historia Moderna Universal, ed. Ariel, Barcelona 2009, p. 538).

[112] En espacial la americana y la china.

[113] Por ser ésta supersticiosa y fanática, y no confiar en el futuro.

[114] Como la escuadra, el compás y el delantal (cf. VILLOSLADA, R; LABOA, J.M; Historia de la Iglesia Católica, vol. IV: Edad Moderna, ed. BAC, Madrid 1991, p. 459).

[115] “Para no ser un masón estúpido ni libertino” (cf. MELLOR, A; El secreto masónico, Barcelona 1980, p. 82).

         De ahí la formulación posterior de creencia en el Gran Arquitecto del Universo, que dividió en 1877 a las 2 ramas de masonería:

-la rama regular, inglesa, que no aceptó desprenderse de la creencia en Dios,
-la rama irregular, francesa, que optó por desprenderse de la creencia en Dios.

         Y es que ese principio inglés (según el texto de ANDERSON era obligatorio profesar públicamente la religión de cada país) ya desde 1737 había empezado a no ser aceptado en Francia (donde se había cambiado la palabra “religión” por la palabra “moral”).

[116] “En la que todos los hombres futuros puedan estar de acuerdo” (cf. MELLOR, A; El secreto masónico, Barcelona 1980, p. 82).

         No obstante, poco a poco se dio cuenta la masonería de que esta religión aceptada por todos tenía que ser necesariamente cristiana. Lo que llevó a admitir la proposición de una religión cristiana con la introducción del:

-deismo, para que los no cristianos se fuesen integrando,
-diversidad, para que el papa de Roma se enfureciera contra ellos.

         Fue el resultado de largas controversias sobre la forma de configurar esta nueva religión, en la que los masones ingleses y franceses lograron confeccionar sus dos puntos básicos.

[117] En el Daily Journal de Londres del 15 agosto 1730, donde se ataca violentamente la falta de sentido nacional de los nuevos grupos religiosos.

[118] Para ocultar sus actividades y evitar así las críticas de la opinión pública. Lo que no quiere decir que:

-sus actividades internas encubriesen algo, como reconocerá después JOSE DE MAISTRE,
-sus simbologías y ritos representasen alegóricamente cosas, como explicará FERRER BENIMELI.

[119] Como describía en 1745 el masón DE LA TIERCE, admitiendo que “la masonería reúne bajo un mismo espíritu de paz y fraternidad a todos sus miembros, sean del partido que sean, sea su educación la que sea”.

          (cf. LA TIERCE; Historia de los francmasones, París 1745, p. 85).

[120] Sobre todo en Francia, bajo MONTESQUIEU, VOLTAIRE, MIRABEAU y LAFAYETTE y el modus operandi de:

-imbuir la sociedad de principios ilustrados,
-encadenar todas las democracias a la francmasonería de París,
-utilizar la agitación como método de presión popular.

         (cf. BROCOS FERNANDEZ, J.M; “Ilustración, liberalismo y masonería”, en Arbil, LXXXII, Zaragoza 1989).

[121] Sobre todo en:

-Estados Unidos, de la mano de BENJAMIN FRANKLIN, antiguo propietario de industrias químicas y periodísticas, que había introducido el papel-moneda en 1727 en las colonias norteamericanas (tras lo cual fue captado e ingresó en la masonería-1731)... y que fue enviado como embajador colonial a pedir ayuda a los países europeos (de donde obtendrá ayuda de Francia, Polonia y muchos ilustrados para la guerra de la Independencia).

-Iberoamérica, de la mano de FRANCISCO DE MIRANDA, conocido como el Precursor por los americanos, con todos los títulos militares de la Corona española, y que había participado en la Revolución francesa-1789 (donde apoyó a los jacobinos y torturadores de los monarcas).

[122] Sobre todo por su carácter secreto, que podía ser contrario a la seguridad de los reinos.

[123] En el que fue el 1º de los 14 documentos pontificios consecutivos sobre la masonería, aparte de 240 documentos sobre las sociedades secretas en general. En la condena de la masonería se cita su:

-secretismo ilícito,
-carácter contrario a una verdadera religión,
-oposición sistemática a la Iglesia.

[124] cf. BROCOS FERNANDEZ, J.M; “Frutos de la Ilustración. Filosofía y teología positivistas”, en Arbil, LXXXVII, Zaragoza 1991).

[125] Reduciéndola exclusivamente al análisis metódico y sistemático que el estado haga sobre ésta y su forma de convivir jurídicamente en la sociedad.

[126] En especial la autoridad de la Iglesia, que por esta concepción pasa a ser ilegítima y sujeta a la supremacía del estado público.

[127] Constitución que podía ser aprobada simplemente por el populacho, o por un grupo exclusivo de iluminados, o fuese conocida y aceptada por el pueblo o no. Se trata de una norma absoluta, de pies subjetivos, sin referencia moral ni jurídica objetiva.

[128] Pues el estado ya estaba legitimado y dotado de imperium por esa norma constitucional máxima (fuese conocida, respaldada, objetiva y universal, o no).

[129] Asentado sobre la pirámide monarquía-nobleza-pueblo cristiano.

[130] Secta que, bajo el nombre “de los iluminados”, unificó a los sofistas, impíos, adeptos de la rebelión, adeptos de la anarquía… y acabó formando el Club de los Jacobinos.

          (cf. GREGOIRE, H; Memorias de la historia del Jacobinismo, Hamburgo 1798, p. 23).

[131] Como fueron las causas remotas de:

-las ideas anti-clericales desde 1745, que habían ido introduciendo los ilustrados franceses,
-la independencia de EE.UU de 1776, como triunfo de las ideas ilustradas,
-las malas cosechas de 1787, con aumento de hambrunas y bandidaje,
-la Asamblea de notables de 1788, que empezó a lanzar panfletos contra el gobierno, y pidió unos Estados generales.

[132] Auténtica causa inmediata de la Revolución francesa. Pues el pueblo estaba muerto de hambre, nervioso por los robos y rapiñas sin control, y ahora muerto de miedo por ver que algo se estaba gestando en el gobierno, y él no se enteraba de nada.

          Fue la Toma de la Bastilla-1789, pues, una explosión de sentimientos populares contra todo (y no sólo una parte) el sistema intelectual y político francés (comandado, eso sí, por la masonería, secta de iluminados y ateos ilustrado).

[133] Desde la noche del 13 julio 1789, con la toma de la Bastilla, incendio de castillos, abadías, casas particulares, iglesias, archivos...

[134] Valorados en más de 2.000.000.000 francos, por 100 millones que recibió a cambio la Iglesia para sus necesidades. Expropiación aprobada y reafirmada en los decretos revolucionarios del 28 septiembre 1789, 10 octubre 1789, 2 noviembre 1789, 19 diciembre 1789, 14 abril 1790, 14 mayo 1790.

          Se trató de una apropiación de 2.000.000.000 francos eclesiásticos que el nuevo estado francés consideró dentro de su lógica ilustrada, la lógica de que:

-ahoraFrancia es una nación católica,
-
ahorala Iglesia es una asamblea de fieles franceses,
-
ahorahay que identificar a la Iglesia con la nación.

         (cf. TALLEYRAND, O; Moniteur, vol. II, París 1789, p. 37).

[135] En el decreto del 13 febrero 1790, prohibiéndose el voluntario ofrecimiento a Dios “porque va contra la libertad individual de la persona, que se degrada por la emisión de votos y ofrendas a Dios”.

          (cf. LATREILLE, A; La Iglesia católica y la Revolución francesa, vol. I, París 1970, p. 93).

[136] En este caso a los clérigos, en su Constitución civil del clero, como punto 3º de la Declaración de los derechos del ciudadano-1789.

[137] En el decreto del 27 noviembre 1791, bajo el juramento de “Yo... juro preocuparme con interés y ser fiel a la nación, a la ley, y a mantener con todas mis fuerzas la Constitución decretada por la Asamblea Nacional”.

         (cf. PLONGERON, B; Conciencia religiosa en la Revolución francesa, París 1970, p. 32).

[138] Mediante un decreto posterior del 10 abril 1794, por obra de ROBESPIERRE (que también había introducido el calendario ilustrado revolucionario, con los decadis, fiestas del Ser Supremo, de la Naturaleza, de la libertad e igualdad, de los mártires de la libertad...).

          (cf. TALLEYRAND, O; Moniteur, vol. II, París 1789, p. 411).

[139] Gran artífice de esta fracturación de Europa, al intentar implantar las ideas ilustradas en todos los dominios mediante la extorsión militar y todo tipo de pillajes, saqueos, asesinatos, revueltas, hurtos, desobediencias, escaramuzas, roturas fronterizas, mezclas parlo-hablantes, centralizaciones sin capacidad administrativa, forcejeos y violaciones sobre la población, imposición de gobernantes venidos de fuera... y todo tipo de irracionalidades culturales y aberraciones geo-políticas.

[140] En el Armisticio de Bolonia-1796 y posterior Tratado de Tolentino-1797.

[141] Pese a lo cual no se pudo evitar que la Ilustración francesa:

-desterrase al papa de Roma, a las 04.00 h. del 20 febrero 1797, cautivo hasta su muerte en Valence,
-Roma fuese finalmente saqueada, sin defensa alguna en sus museos, iglesias, palacios...
-las iglesias católicas fuesen convertidas en guaridas revolucionarias.

[142] Pues había sido entregada por España a la Casa austriaca, en el Tratado de Utrecht-1713.

[143] Por no decir de rapiñas, explotación de soldados, actos sacrílegos, eliminación por la fuerza de la piedad popular... que no provocó sino la irritación del pueblo belga y su alzamiento.

[144] “No sabemos qué admirar más (decía el comisario del departamento belga de los Bosques), si la capacidad de seducción de nuestros sacerdotes o el acuerdo unánime de un pueblo capaz de unirse ante la inseguridad”.

         (cf. LANZAC DE LABORIE, L; La dominación francesa en Bélgica, París 1895, p. 228).

         De hecho, “nadie observaba la festividad ilustrada del Decadi, ni el calendario republicano, ni las fiestas francesas”.

         (cf. PIRENNE, H; Historia de Bélgica, vol. VI, Bruselas 1926, p. 116).

[145] Salvo el de Ratisbona, cuyo obispo TEODORO DE DALBERG pudo seguir gobernando su principado.

[146] cf. DROZ, J; La Alemania de la revolución francesa, París 1949, p. 47.

[147] cf. MARTI GILABERT, F; La Iglesia en España durante la revolución francesa, Pamplona 1971, p. 297.

[148] cf. GODOY, M; Memorias del Príncipe de la Paz, Madrid 1956, p. 41.

[149] De hecho, esta fue la 1ª revolución liberal ilustrada, a la que seguirían la Revolución francesa-1789, la Revolución hispanoamericana-1812 y la Revolución nacionalista europea-1848 (que acabó con las independencias de Alemania e Italia).

[150] Reconociendo, eso sí, que otras causas de la Independencia fueron:

-la desventaja fiscal de los colonos norteamericanos, que veían como en 1765,
-el monopolio comercial otorgado por la Corona inglesa a la Compañía británica real (fue entonces cuando surgió la rebelión del Tea Party-1773, con respuesta represiva brutal de Londres y apoyo del resto de colonias a Boston).

         Así, los colonos norteamericanos:

-pagaban los mismos impuestos, o más, que los marinos británicos,
-no tenían voz propia en el Parlamento inglés,
-no recibían los mismos beneficios que los británicos, aportando a la Corona lo mismo.

[151] Que tuvieron lugar con la celebración de los congresos:

-I Congreso de Filadelfia-1774, con boicot decidido a los productos venidos de Inglaterra,
-II Congreso de Filadelfia-1775, donde se crea un ejército colonial propio, al cargo de WASHINGTON,
-III Congreso de Filadelfia-1776, donde se produce la Declaración del 4 Julio de JEFFERSON, que recogió las ideas centrales de:

-independencia,
-derechos naturales del hombre: a la vida, libertad, propiedad, felicidad,
-la vieja idea del poder del soberano venido de Dios (rompiendo la ilustrada europea que basaba éste en la legitimidad dada por el pueblo).

         Tras el III Congreso de Filadelfia, 1/3 de los colonos se asustó al escuchar y aprobar la ruptura y deslealtad a la metrópoli, sabiendo que la guerra estaba servida.

[152] Surgidas en 1776, sin hacerse esperar, y con dos frentes abiertos:

-una guerra civil entre colonos,
-la guerra abierta declarada a la metrópoli.

         La guerra con Inglaterra tuvo batallas navales, terrestres y periféricas, hasta la definitiva rendición-1781 del ejército británico, y el Tratado de Versalles-1783.

[153] Con una Constitución común para las 13 colonias independientes.

[154] Con un poder central que coordinase los poderes locales ya existentes.

[155] A forma de Conquista del Oeste, con protagonismo para el conquistador individual (que se quedaría con los derechos a poseer la tierra que conquistase).

          No obstante, cuando Estados Unidos llegó a la frontera con la América española, optó por negociar y comprar con dinero las zonas españolas (el centro, sur y oeste) y rusas (Alaska).

[156] Como fueron las causas españolas de:

-la crisis monárquica española, que hizo que elementos aislados de independencia fuesen cobrando aire, al ver la inoperancia y la concentración en otro sitio de la Corona española,
-la Junta Central de Cádiz y su Consejo de Regencia, que habían nombrado a 6 delegados americanos por 36 delegados españoles.

         Así como las causas americanas de:

-el sentimiento de frustración criolla, que siempre se habían sentido marginados por la Corona española, y los elegidos para los cargos por los BORBON,
-el arraigo de las doctrinas eclesiales sobre el despotismo político, que abrían la mano de la Iglesia a la sublevación popular, si el gobernante caía en la tiranía;

         Así como las causas internacionales de:

-la independencia de EE.UU, ejemplo de que era factible y posible hacerlo,
-los intereses económicos de Inglaterra, sobre los enclaves americanos de España.

[157] Empezando por reclutar a los descontentos con el antiguo régimen, a los que se ganaron sin mentarles la desestabilización del sistema español.

         Fue el caso de FRANCISCO DE MIRANDA, auténtico Precursor de los americanos, con todos los títulos militares de la Corona española, y que había participado en la Revolución francesa-1789 (donde apoyó a los jacobinos y torturadores de los monarcas). Fue el encargado de introducir en América el pensamiento ilustrado francés, uniendo el ejemplo de lo sucedido en las 13 colonias norteamericanas, y dándole tintes independentistas. Entabló relaciones para ello:

-con Bolívar, el cual rechaza sus programas,
-con el ministro británico Pith, que le envía en 1806 una legión entera inglesa, para la lucha militar contra España.

[158] Pues FERNANDO VII DE ESPAÑA nunca reconoció la independencia de América. Cosa que tuvo que hacer, caso por caso, el Consejo de Regencia de Cádiz en 1836, coincidiendo con la minoría de edad de la pequeña ISABEL II DE ESPAÑA.

[159] Pues la labor eclesial americana dependía de España (en concreto, el nombramiento de obispos, que dependía directamente de Toledo, sede primada de las Españas).

[160] Con sus fechas claves de:

-Revueltas mercantiles de Buenos Aires-1806,
-Junta de Chuquisaca-1809,
-Cabildo abierto de Buenos Aires-1810,
-Forzamiento de Buenos Aires a todos los lugares a unirse a ella, 1810-1816,
-Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica-1816.

[161] Con sus fechas claves de:

-Cabildo abierto de Caracas-1810,
-Guerras civiles entre los independentistas, 1810-1816,
-Forzamiento de Bolívar a todos los lugares a unirse a Caracas, 1816-1819,
-Independencia de la Gran Colombia-1819.

[162] Con sus fechas claves de:

-Cabildo abierto de Quito-1810,
-Resistencias populares a la idea independentista de Quito, 1810-1820,
-Independencia del Perú-1821.

[163] Con sus fechas claves de:

-Grito de Dolores del Padre Hidalgo-1810,
-Rebelión armada del Padre Morelos, 1812-1820,
-Plan de Iguala de Iturbide-1821,
-Independencia de las Provincias Unidas de Centroamérica-1821.