TARTESSOS
Reino misterioso del rey Argantonio, negociante con los griegos foceos y los fenicios
El Mediterráneo había sido siempre considerado como un mar inmenso, inexplorado, peligroso e incierto, el centro del mundo y un límite infranqueable para todos sus pueblos costeros. Para el mundo oriental el Mediterráneo (mar Amurru, amargo) suponía un reto, un horizonte lleno de enigmas, un desafío lleno de posibilidades. Pero demasiado peligroso para el confort de sus ciudades-estado, que sólo a finales del II milenio a.C. empezaron a plantear iniciativas para adentrarse en sus aguas. Hasta que Fenicia logró conseguirlo, hacia el 1.200 a.C.
Para el mundo
occidental el Mediterráneo suponía la única salida al silencio de
sus pueblos y gentes. -Egipto
destinó una flota a la costa somalí con barcos de 30 remeros, a) Geografía de Tartessos Enclavada en el extremo occidental mediterráneo, y dando ya para el océano Atlántico, Tartessos tuvo en el suroeste de España su área geográfica específica, desde el 1.150 a.C. hasta el 550 a.C. Fueron 600 años en que Tartessos compartió procesos comerciales con los fenicios y griegos, y acabó desarrollando una interesante cultura orientalizante en torno al Coto de Doñana y: -sus
colaterales ríos
Tinto y Odiel, en Huelva,
Tartessos era la palabra coloquial que los griegos utilizaban para referirse al
extremo occidental, antes de que adoptaran el término Iberia a partir del s. V
a.C. Y la llamaban así por el nombre de su río principal, según Estrabón. Río
que se llamaba Tarteso, que surtía de agua toda la zona y que los primeros romanos
llamaron Oleum Flumen (río del aceite), los tardo-romanos llamaron Betis, y
finalmente los árabes llamaron Guadalquivir (río Grande).
Parece ser que contó Tartessos con un centro
gravitatorio, hacia el final de la Edad de Bronce y con estructuras
palaciegas incluidas. Y que en torno a ese centro aristocrático, se extendía
un hábitat comarcal que incluía: -casas
indígenas, Según el cronista romano Avieno: -la
comarca de Tartessos se hallaba entre los ríos Ana (Guadiana, extremo
izquierdo) e Iberus (Guadalquivir, extremo derecho),
No obstante, hoy en día se pone en
entredicho la capital tartésica descrita por Avieno. Pues es improbable
establecer un gran núcleo urbano en plena desembocadura del Guadalquivir, con sus aguas
y cursos tan irregulares. La investigación sigue avanzando hoy día, tratando de recuperar el ecosistema que condicionó aquel tipo de actividades tartésicas, que como veremos a continuación dejaron deslumbrados a los pueblos griegos, fenicios, egipcios y mesopotámicos. b) Mitología sobre Tartessos
Ya en la Antigüedad Oriental la comarca de Tartessos había adquirido cierto status mítico
reconocido y consensuado, tanto por la cantidad de oro y plata en sus ríos,
cuanto por la calidad de sus bueyes (toros y caballos, se supone) y longevidad de sus reyes.
Para los mesopotámicos, las leyendas vinculadas con este lejano
Occidente estaban contenidas en el Ciclo de los Nostoi, regresos de héroes
que habían participado en la Guerra de Troya (ca. 1.100 a.C) y a cuyo término vivían
diversas aventuras. Para la Biblia hebrea existían ecos que hablaban de una tal Tarsis, en torno a la legendaria Tartessos. Los libros de Crónicas, Ezequiel y Jeremías hablaban de un puerto oriental en Occidente, y el rey Salomón hablaba hacia el 950 a.C de una Tarsis: -situada
en las islas lejanas occidentales, Para los griegos, Tartessos era famosa por: -sus bueyes,
según Estesícoro de
Himera, del s. VI a.C, También era el lugar mítico donde, según la Teogonía de Hesiodo, del s. VII a.C: -Atlas sostenía la bóveda celeste, Para los romanos, la Historiarum Philippicarum de Pompeyo Trogo (del s. I a.C) y el Mito de Habis de Justino (del s. II d.C) nos describen una monarquía tartésica compuesta por: -Gerión,
rico y monstruoso, poseedor de bueyes y espadas,
Sin duda, la
enigmática Tartessos fue la referencia occidental más antigua
a nivel literario. Minas de plata y reyes míticos daban pie a leyendas y mitos
sobre sus enigmas. c)
Arqueología de Tartessos
Antes de que fuese descubierto ningún yacimiento tartésico, ya dos arqueólogos
habían inspeccionado el terreno del Coto de Doñana (Huelva), en busca de la mítica
y literaria Tartessos. George Bonsor realizó la 1ª prospección arqueológica de la zona, y abordó la cuestión de Tartessos llevando sus indagaciones hasta Inglaterra. Allí pudo contrastar allí la veracidad del estaño que había dado fama al bronce tartésico, y que él había descubierto en Doñana.
Adolf
Schulten abordó el estudio a partir de los textos
conservados, y de la búsqueda de refrendo a sus interpretaciones. Centró sus
estudios en la desembocadura del Guadalquivir, en busca de elementos de
conexión con lo descubierto por su compatriota Schliemann en Troya. Descubrió
un anillo griego en Cerro del Trigo, y acabó declarando que Tartessos fue la
1ª ciudad del continente europeo, y el 1º centro cultural de Occidente. No obstante, todos esos estudios no aportaban más que resultados prospectivos. Hasta que en 1958 fue descubierto en el yacimiento de Camas (Sevilla) un impresionante tesoro lleno de las más ricas joyas tartésicas descubiertas jamás. Fue llamado Tesoro del Carambolo, y estaba lleno de: -ricos
brazaletes cilíndricos de oro, El nombre de Tartessos saltó a la arqueología mundial, y empezó a superarse la escasa y particular literatura al respecto. En el Simposio de Jerez-1968 se puso en circulación la receta a seguir, bajo el lema “déjate de Avieno y husmea el terreno”, y empezó a hacerse evidente la polémica entre literatos y arqueólogos de Tartessos. c.1) Hábitat tartésico Ha sido obtenido a través de la estrategia de su poblamiento, la forma de concebir el control de su territorio y la explotación de sus recursos naturales. Durante la etapa formativa de Tartessos, las viviendas fueron cabañas circulares de adobe y ramas, y la cocina se almacenaba en toscos tiestos de barro fabricados a mano. Incluso sus recias espadas incluían en una misma pieza la larga hoja y la empuñadura. Tuvo su primera urbe poblacional en San Bartolomé de Almonte (del 950 a.C), con 40 ha de superficie, 35 cabañas y numerosos cobertizos. Y su poblado más exuberante en Tejada la Vieja (Huelva): -cerca
de las minas de Aznalcollar y Riotinto,
En la época orientalizante, Tartessos avanzó en organización
urbanística (con casas de planta rectangular, -aumentado
en varias fases, c.2)
Guerreros tartésicos Quedaron recogidos en las Estelas de Guerreros tartésicas, aparecidas desde la Baja Andalucía hasta Extremadura, Ciudad Real y Toledo, aunque removidas muchas veces de su lugar originario. Tuvieron un sentido: -de profunda penetración interior, lo que barrunta afán por controlar las
tierras del ambicionado estaño, -piedras duras y sin tallar,
Sirvieron a los tartesios para remarcar
sus territorios
(según Galán), y en ellas dejaron plasmados los elementos
del grupo o pueblo al que pertenecían esos guerreros (según
Gabaldón). Advierten una presunta simplicidad
de la
sociedad tartésica, y reproducen siempre las 3 mismas armas
tartésicas: el
escudo circular, -la
pertenencia a una casta social superior, Destacaron: -la
Estela de Solana de Cabañas,
llena de lujos (espejos...)
Puede ser interpretada tan sólo con escepticismo, dados
los pocos y dudosos datos disponibles al respecto, y al contar tan sólo con 3
elementos religiosos tartésicos muy inconexos.
Por las Estelas de Guerreros suponemos
la creencia en el más allá de la muerte.
De hecho, las estelas están llenas de compleja ritualidad funeraria,
ceremonias, sacrificios personales, heroización del difunto y ritos de danza.
Por la existencia de armas en los ríos, posibles partes de un botín, se
supone la práctica de un sepelio fluvial y dedicaciones votivas a los
dioses. En
este último punto se puede suponer la vivencia común del politeísmo
mediterráneo, con la superioridad de una gran diosa de la vida y la muerte, la diosa
Madre: -alada, En cuanto a las necrópolis tartésicas descubiertas, se puede hablar del ritual funerario de incineración, por el proceso de cremación sobre piras funerarias, lavado de huesos sobrantes y depósito de cenizas y huesos en urnas funerarias. Se trata de necrópolis en las que: -abundan
tumbas principescas, tanto epogeas como en
túmulos de tierra, Es lo que se aprecia en: -la
Necrópolis de La Joya, Huelva, en cuya Tumba
17 de mujer abundan los objetos rituales, pintura, vasijas griegas,
ánforas con
aceite c.4) Escritura tartésica Fue la más antigua de la península Ibérica, la base signaria para la posterior escritura ibérica (que se aplicó a la lengua ibérica), y la plasmación escrita de una lengua tartésica diferente y todavía desconocida. Escritura y lengua tartésica que todavía siguen, por tanto, sin descifrar. Se trató de una escritura de 20 caracteres signarios diferentes, que se empleó de forma escasa en las cerámicas autóctonas de Doñana, y de forma excepcional en algunas piedras al otro lado del Guadiana, en Almodóvar, Benifrasim y Lagos. Lo más probable es que se tratase de una escritura derivada de la escritura fenicia, que había inventado el alfabeto el 1.200 a.C y que había establecido colonias fenicias en Gibraltar el 1.100 a.C, estableciendo desde ellas contactos con Tartessos. Así lo creyó Gómez Moreno, descifrador de la escritura ibérica. d) Historia de Tartessos Tartessos fue el primer estado autóctono y organizado de la Europa extremo-occidental. En efecto, Tartessos aparece como un lugar situado en el extremo occidental, rico en plata y oro. Herodoto narra que los griegos foceos comerciaban con Tartessos y su rey Argantonio, el cual “les ofreció dejar Focea y venirse a vivir a Tartessos”, en el s. VII a.C. Tartessos pasó por las fases históricas de: -etapa
del Bronce
final, de 1.150 al 950 a.C, indígena y autóctona, d.1)
Etapa autóctona
Se desarrolló en el contexto del proceso de despertar del
Mediterráneo occidental, e incremento de la capacidad
de acción de las culturas occidentales. Más en concreto, en el contexto
del metal atlántico, cuyo bronce había empezado a ser utilizado para
armamento humano, y seres humanos dotados de esas armas podían atacar a otros
seres humanos. Así, el surgimiento del reino de Tartessos estuvo ligado a su posición fronteriza respecto al bronce atlántico, al fenómeno de unión de sus gentes para defenderse mutuamente de las amenazas exteriores. Se trató de una etapa que unió a las gentes de la zona bajo una misma comunidad, con rey propio, adquisición de escritura común, avances en la tecnología metalúrgica e inédita explotación del estaño. Contó Tartessos en esta etapa con 2 ingredientes (indigenismo local y opulencia natural), 3 enigmas (oro, miticismo y mundo de muertos) y 4 constantes (economía pesquera, comercio de materias primas, búsqueda de metales preciosos y política monárquica).
En esta etapa, Tartessos
ofrecía además una posición privilegiada fronteriza,
que hacía de puente entre los mundos
mediterráneo y atlántico, y que pronto los exploradores orientales supieron aprovechar.
Numerosas cerámicas micénicas del s. XIII a.C. muestran la importancia de este
área de acción, en torno a la desembocadura del Guadalquivir. d.1) Etapa orientalizante
El
pueblo fenicio era comerciante y navegante. En no malas embarcaciones, que
inundaron de pecios fenicios el
Mediterráneo, navegaron los fenicios desde edades tempranísimas a las costas de Chipre y Creta, saltando desde allí
hasta Sicilia, bajando hasta Africa y costeando las mismas costas de España.
De
la llegada de los fenicios al Sur español se refiere el
mismo Estrabón, que dice incluso que los fenicios poseían lo mejor de Iberia y
Libia antes de los tiempos de Homero, así como que a poco de la Guerra de Troya
(ca. 1.100 a.C) pasaron las columnas de Hércules (estrecho de
Gibraltar) y fundaron ciudades allí y en las costas
africanas. Está claro que los fenicios buscaban cómo llegar a fuentes de minería, e indudable que sabían dónde ir. La llegada de sus naves a Tartessos fue cuestión de tiempo, y si se establecieron allí es porque allí encontraron lo que iban buscando. Además, Tartessos les permitía proteger por el norte su granero de oro y marfil en Africa, y completarlo con sus nuevos emporios de plata y estaño.
El impacto cultural fenicio en
Tartessos no fue
sino un corolario del impacto comercial y mercantil, importante en todas las
costas adonde arribó Fenicia. Sobre todo porque el impacto surgió en una comarca
donde los autóctonos tartesios ya habían empezado a dar muestras de
atesorar bienes, desde el final de la edad de Bronce. Los primeros contactos de los navegantes fenicios con Tartessos debieron ocurrir hacia el s. XI a.C, desde la fundación que había hecho la Casa Real de Tiro del emporio fenicio insular de Gadir (Cádiz), el año 1.103 a.C. Sobre todo en la bahía de Doña Blanca, lado continental situado justo en frente de la insular Gadir, y oficialmente en negociaciones tarteso-fenicias desde el 950 a.C. Desde Doña Blanca, quedaría bajo predominio tartesio la parte continental, y bajo predominio fenicio las islas de: -Kotinusa,
zona fenicia religiosa, con los templos de Baal y Melkart,
Todo esto unido por un canal, llamado Bahía-Caleta,
que separaría Gadir en dos islas diferentes. Fenicia salvaguardaba Africa,
Gadir y el Mediterráneo de las manos tartesias, y Tartessos dictaminaría las
factorías fenicias en suelo continental andaluz.
Tras Doña Blanca, las costas andaluzas fueron pronto llenándose de
nuevas factorías tarteso-fenicias, como Toscanos, Morro de Mezquitilla, Chorreras, Sexi,
Abdera y Cerro
del Villar, todas ellas con el objetivo de garantizar el círculo
del Estrecho de Gibraltar.
Tras ellas, y en una siguiente oleada de fundaciones que llegó hasta Cartagena
(al este) y Extremadura (al norte), los emporios tarteso-fenicios permitían
hablar ya de cierto Imperio tartésico,
con diversos tipos de liderazgo.
La estrategia tarteso-fenicia comercial tuvo un doble objetivo: -intensificar
la producción de plata en Tartessos,
Para conseguir este objetivo, la importación
fenicia trajo a Tartessos el hierro, su
alfabeto, la técnica y la arquitectura (con manzanas de casas separadas por
calles y rodeadas por murallas). Lógicamente, de todo ello se beneficiaron los
indígenas tartesios, y en todo ello quedaron marcados bajo el sello oriental.
Este sello trajo consigo 3 elementos culturales
mixtos: -técnica. Los
tartesios aprendieron las técnicas orientales fenicias, y con ellas
desarrollaron su propia soldadura, granulado, filigrana, laminado y repujado; Hacia el 750 a.C, y al margen de las factorías de la costa, empezó a producirse un espectacular desarrollo de la sociedad tartésica en el interior, alcanzando a Ciudad Real, Toledo y Cáceres. Los tartesios empezaron a poner en marcha la explotación de un extenso territorio interior en minería y metalurgia, empezando a multiplicar las fabricaciones de todo tipo de objetos.
A lo que se unieron las toneladas
de lujo
llegado del Oriente, que llenaron de joyas y cerámicas el suelo
tartésico, y empezaron a crear diferencias entre las clases sociales
tartésicas, y a dar muestras de una clase superior sobre el resto de clases
inferiores.
Jarros, pateras, candelabros, armas, adornos,
cuarzos, collares, fíbulas, arreos de caballos... inundaron las casas de la alta sociedad tartésica,
y llenaron sus alcobas con suntuosos vestidos y prendas inauditas. Los tesoros
tartésicos, como los de Aliseda (Cáceres) o Cumas (Sevilla), mostraban ajuares
de mujeres de alcurnia. Los poderosos de Tartessos no poseían personas, pero sí
los medios de producción y el producto mismo. Y esto les llevó a enfrentarse a
sus propios mensajeros fenicios, e incluso a su propio mensaje interno social
tartésico. d.2) Etapa helenizante Constituyó la fase de máximo apogeo de la cultura tartésica, gracias a la llegada de los colonos griegos, y a la sustitución que tuvo lugar de éstos por los viejos colonos fenicios, cuya presión demográfica en Tartessos había llegado a crear numerosos conflictos fenicio-tartésicos, encabezados por el rey Therón. Todo comenzó en esta etapa hacia el 650 a.C, cuando un navío de Focea, arrastrado por la corriente desde la isla de Samos, arribó según la leyenda en Tartessos, con gran acogida por parte de los naturales y comienzo de relaciones tartesio-foceas. De hecho, marfiles de origen tartésico han sido descubiertos en la isla de Samos y costas de Focea. Se trató de una etapa dominada por el rey Argantonio (640-590 a.C), el monarca occidental más conocido de toda la Antigüedad. Probablemente con ciertos topos legendarios (como el de su longevidad, para mostrar su felicidad y prosperidad). Pero conocido por todos como un tirano y comerciante, por ser el rey de la Plata (de hecho, Argantonio significa señor de la plata, y pudo ser su pseudónimo) y por: -sus
contactos con Coleo de Samos, Se trató de un reinado, el de Argantonio, que fue ejemplo de: -monarquía
hereditaria y derecho divino, según Herodoto En general, se trató de una etapa en que el bronce tartésico, para mejorar su materia prima, empezó a circular entre sus compradores con el sello de calidad de origen tartésico.
En cuanto a la plata tartésica, ésta se hizo
imprescindible para la fijación de precios mediterráneos, una vez que su
coaligada Focea inventase la moneda el año 600 a.C. en las costas jonias, y
pusiese en circulación el dracma griego. Los tartesios avanzaron, así mismo, en estructura organizativa, sabiendo distribuir equitativamente los excedentes de los ríos Guadiana y Guadalquivir, cuencas del Riotinto y Aznalcóllar, y otros lugares fluviales del interior y Levante mediterráneo. Y supieron crear rápidamente nuevos emporios comerciales, centralizados en este caso en torno al gigante y nuevo emporio comercial de Spal (Hispalis). Surgió así la plataforma del futuro mundo ibérico. Pues la impronta orientalizante dejada por los fenicios en Tartessos, puesta en marcha por los tartesios a la llegada de la cultura griega traída por los foceos... originó en el Mediterráneo bético una cultura hispánica que empezó a sentirse ya a nivel mundial (en las damas de Baza, esculturas de Porcuna...), y que quedó plasmada pocos años después en la imagen por excelencia de la España antigua: la Dama de Elche, mujer hispánica de enigmático rostro, adornada con todo tipo de joyas inusuales, y que hoy descansa en su Museo Arqueológico de Madrid. Lejos quedó ya aquella mítica civilización tartésica, hundida como se verá como una Atlántida, y que al hundirse dejó paso a otra civilización más real: la civilización ibérica. d.3) Etapa final
Tuvo lugar hacia el 550 a.C,
cuando inexplicablemente Tartessos entró en crisis, y
desapareció 10 años después: -coincidiendo
con la Caída de Focea-546 a.C, a mano de los persas, Se trató de una desaparición total de la estructura tartésica, pues a la caída brutal del 540 a.C. se unió que en los años posteriores: -llegaron
los cartagineses a la zona, con planes de implantación y no coaligación,
El detonante fue la emigración
de colonos extranjeros, que fueron reclamados por sus metrópolis
para el reclutamiento militar. Por otra parte, el control
cartaginés de Aníbal sobre la zona, y sus torres de vigilancia en todos los pasos fronterizos de Sierra Morena,
provocó que la emigración tartésica no sobrepasara los límites del sur. Así, al no poder salir la población tartésica de sus deprimidas comarcas, algunas de sus antiguas factorías (Cádiz, Málaga, Sevilla, Huelva, Jerez...) evolucionaron no económicamente pero sí demográficamente, hasta convertirse en auténticas ciudades. Madrid,
1 diciembre 2018 |