VITA
KAROLI MAGNI
Narrada
por el mismo Eginardo,
cronista
privado y público de Carlomagno
Bautismo real, costumbre merovingia que continuó
el Imperio carolingio
Madrid,
1 marzo 2020
Manuel Arnaldos, historiador de Mercabá
Eginardo
nació
el año 770[1]
en el valle del Main, de una noble familia asentada en la parte oriental de
los territorios francos. De niño había recibido una educación
esmerada en el Monasterio de Fulda de San Bonifacio, especializándose
con los monjes en el oficio de escriba, y trasladándose desde allí a la Escuela Palatina
de Aquisgrán, bajo la dirección de Alcuino de York.
Por sus
cualidades intelectuales llegó a ganarse Eginardo el aprecio de la corte franca,
siendo nombrado cronista privado por parte de Carlomagno el año 793,
así como secretario
imperial por parte de su hijo Luis I, y preceptor
imperial por parte de su nieto Lotario I. Permaneció en los asuntos imperiales hasta el 829, año en que se retira de la corte[2]
y se dedica a la administración de las abadías[3].
Desempeñó
Eginardo misiones diplomáticas ante el
papa León III, y el año 806 fue él mismo en persona el que entregó el Acta de Thionville del mismo Carlomagno, por la que dividía el Imperio entre
sus tres hijos.
Las actividades de
Eginardo
fueron siempre de carácter artístico
y cultural, tanto en la corte como fuera de ella. Sucedió en el cargo a Alcuino
en la Escuela Palatina, y se dedicó por entero, entonces, a la enseñanza
de la aritmética y al estudio de los clásicos latinos.
Murió el
año 840 en el Monasterio de
Seligenstadt, tras haber contraído
matrimonio con Enma, haber tenido un hijo llamado Vusino, y haber recibido los apodos
de Beseleel[4]
y Nardulus[5].
a)
Contexto del Vita Karoli
Tuvo por finalidad
el Vita Karoli Magni de Eginardo mantener vivo el recuerdo del mayor rey de su
época (Carlomagno), así como mostrar el profundo
agradecimiento y afecto del autor hacia el que había sido su mentor. Al mismo
tiempo, trata de ser veraz en los hechos narrados, ya que en la mayoría de
ellos Eginardo fue testigo ocular.
Su fecha de su composición debió
oscilar entre los años 829 y 836, ya que una carta de esta época, que Lupo de
Ferrieres escribió a Eginardo, alababa ya el estilo de la obra.
Se trata de una obra, además, que puede ser incluida dentro del género
hagiográfico, a modo de material que recoge los méritos
excepcionales de Carlomagno, y que lo propone a nivel ejemplar de santidad para
el resto de personas:
-por
sus grandes virtudes,
-por
su amor a la cultura,
-por
su profunda religiosidad.
Relata además de Carlomagno, y al modo
épico de los césares de Roma:
-sus
conquistas militares,
-su
actividad política y administración del reino.
En lo que se refiere al retrato y vida privada de Carlomagno,
Eginardo
utilizó los recuerdos personales que él había
vivido en Aquisgrán, y los más de 40 años que había vivido en estrecha
relación con Carlomagno y su familia.
En la parte relativa a la actividad militar, política y administrativa,
Eginardo siguió los Annales Regni Francorum escritos
en latín, y que le aportaron una versión más completa de las experiencias que
él ya tenía.
En lo que se refiere a las dinastías merovingia y carolingia,
Eginardo
se basó en la Gesta Episcoporum Mettensibus de
Pablo Diácono.
Por último, es interesante constatar que también el De
Vita Caesarum de Suetonio se encontraba en la biblioteca del
monasterio de Fulda, donde Eginardo había estudiado en su juventud[6].
b)
Contenido del Vita Karoli
Consta
el Vita Karoli Magni de Eginardo de 3 partes
claramente diferenciadas:
1ª el contexto
histórico, cap. I al IV, sobre el desmoronamiento de la dinastía
merovingia franca, y su sustitución por la dinastía carolingia,
2ª la expansión carolingia, cap. V al XV, sobre las campañas
militares desarrolladas por el ejército carolingio, comandadas por el
propio Carlomagno,
3ª el esplendor carolingio, cap. XVI al XXX, sobre la
administración e impulso renovador del Imperio carolingio, a nivel
cultural, espiritual, artístico, filológico, de obras públicas...
A
lo que hay que añadir los incisos introducidos
por Eginardo sobre la figura, espíritu y obra póstuma del principal
autor de todo ello: Carlomagno, sobre todo en la 3ª parte y en los
finales cap. XXXI al XXXIII.
Algunos hechos relevantes que van a ir
apareciendo en el Vita Karoli, y que ahora datamos
cronológicamente, fueron:
-año
771: Campaña contra los aquitanos y gascones,
-año
772: Campaña contra los lombardos,
-año
773: Inicio de campaña contra los sajones,
-año
774: Conquista de Italia norte,
-año
778: Expedición a Hispania, y emboscada de Roncesvalles,
-año
786: Campaña contra los bretones,
-año
789: Campaña contra los eslavos,
-año
795: León III es elegido papa,
-año
800: Coronación de Carlomagno en Roma,
-año
813: Carlomagno nombra a Ludovico Pío su sucesor,
-año
814: Muerte de Carlomagno,
-año
823: Nacimiento de Carlos el Calvo, que dividió a los descendientes
carolingios,
-años
830-839: Rebeliones de los hijos de Carlomagno,
-año
843: Tratado de Verdún, y división del Imperio carolingio.
b.1)
Caída del reino merovingio
Comienza Eginardo describiendo en su Vita Karoli la
decadencia
de Childerico III, último rey de la dinastía merovingia sobre
el reino franco de Francia:
“El
rey merovingio Childerico hacía ya tiempo que carecía de todo vigor,
y que no se distinguía por nada más que por esa vacía palabra rey.
De hecho, del palacio a las asambleas públicas iba Childerico en un
carro de bueyes, conducido por un boyero y a la manera rústica”
(Vita Karoli, I).
“Al rey de la familia merovingia no le quedaba
ya nada más que sentarse en el trono y oír a los embajadores que
venían de todas partes y, cuando marchaban, entregarles las
respuestas que se le habían indicado, desde la prefectura de la corte”
(Vita Karoli, I).
“El prefecto de la corte, llamado Pipino, era
el que proveía la administración del reino, y de todo lo que debía
atenderse y disponerse, por dentro y por fuera y con poder supremo
(Vita Karoli, I). Y todas
las riquezas y poderío del reino se hallaban en manos de los
intendentes del palacio, los mayordomos del prefecto”
(Vita
Karoli, I).
A
lo que había que añadir las mayores aptitudes espirituales de Pipino
el Breve,
que hacen decantarse al papa Esteban II por la sustitución
de Childerico III por Pipino, aunque éste no fuese de la
familia merovingia, y perteneciese a otra casa nobiliaria franca:
“Entonces
Childerico fue depuesto, tonsurado y relegado a un monasterio por
orden del pontífice romano Esteban (Vita
Karoli, II),
que lo relegó por Pipino y a éste lo elevó a la dignidad de rey de
los francos”
(Vita
Karoli, II).
“Y es que su cargo no
era hereditario sino honorífico y concedido por el papa, y debía
ocuparlo de modo
ilustre el que más destacase sobre los demás, por su ilustre linaje
y la amplitud de sus riquezas”
(Vita Karoli, II).
b.2)
Surgimiento del Reino carolingio
Resume con brevedad Eginardo el
reinado
de Pipino III, primero de los reyes francos no
merovingios e ilustre por haber iniciado la expansión carolingia hacia
el exterior, así como por haber inculcado esas ideas en sus hijos:
“Después que Pipino pasó de administrador de palacio a rey por la
autoridad del pontífice de Roma, reinó sobre los francos durante 15
años, terminando una guerra contra Waifre, duque de Aquitania, que se
había prolongado durante 9 años continuos, y muriendo en París de
hidropesía”
(Vita Karoli, III).
Tras
cuya muerte, todavía con capital franca en París, tuvo lugar la sucesión
de Pipino III, a partes iguales sobre cada uno de sus hijos,
por decisión propia de Pipino y con visto bueno del papa:
“Tuvo Pipino dos hijos, Carlos y Carlomán, a quienes, por voluntad
divina, tocó la sucesión del reino a partes iguales, iniciando así
una nueva dinastía entre los francos”
(Vita Karoli, III).
b.3)
Ascenso de Carlomagno
Tras 2 años de reino conjunto, se produce entonces la inesperada
muerte
de Carlomán,
por motivos confusos y todavía sin resolver, y sin un heredero para su
parte de herencia recibida:
“A la muerte de Carlomán por enfermedad y al bienio de su reinado,
su esposa e hijos junto con algunos que eran los primeros de entre sus
grandes, huyeron a Italia, sin que existiera causa alguna, y más por
sospecha que por peligro”
(Vita Karoli, III).
Momento
en que la asamblea franca de nobles se decide por la elección
de Carlos como Carlos I o Carlomagno (el hermano de Carlomán) para ocupar la parte de herencia de su hermano,
con poderes absolutos y sobre todo el territorio, ya unificado, de los
francos:
“A la muerte de Carlomán, Carlos fue nombrado rey por
consentimiento de todos los francos (Vita
Karoli, III). Un rey de cuya infancia no se sabía nada
declarado ni escrito, pero que por por sus actos y costumbres podía
justificarse a sí mismo”
(Vita Karoli, IV).
b.4)
Fisonomía de Carlomagno
Partió
de una robusta personalidad, que
Eginardo describe en su Vita Karoli desde los términos de
parquedad y sobriedad, a todos los niveles y tanto hacia sí mismo como
a sus cercanos e Imperio que forjará:
“Carlos
tuvo cuerpo amplio y robusto, de estatura elevada, ojos muy grandes,
nariz mayor que la media y cabellos largos y blancos. Practicaba con
asiduidad la equitación y la caza, y también se deleitaba con los
vapores de las aguas termales, en su palacio de Aquisgrán”
(Vita
Karoli, XXII).
“Era
Carlos parco en la comida y la bebida, y abominaba la ebriedad en
cualquier hombre y los banquetes, que apenas ofrecía. No daba más
que 3 sorbos al vino, pero a menudo se quejaba de que los ayunos
podían ser dañosos para su cuerpo”
(Vita
Karoli, XXIV).
Personalidad
de Carlomagno a la que Eginardo añadió sus gustos
y costumbres, sobre todo su admiración por las hazañas
culturales y cristianas de la Antigüedad:
“Quiso
siempre Carlos que en las cenas le leyeran las hazañas e historias de
los antiguos, así como los libros de San Agustín, y en especial el
titulado La ciudad de Dios”
(Vita
Karoli, XXIV).
“Cultivó
con gran afán las artes liberales, y trató con la máxima
veneración a los sabios de su época. Aprendió el latín como si
fuese su lengua materna, y tuvo gusto siempre por la astronomía
y artes liberales”
(Vita
Karoli, XXV).
Gustos
y costumbres que Eginardo completó mediante la descripción de su
propia familia real, que él mismo
decidió crear, y finalmente engendró:
“Carlos
tomó en matrimonio a Hildegarda, del pueblo de los suabos, y de ella
tuvo 3 hijos (Carlos, Pipino y Luis) y otras tantas hijas (Rotruda,
Berta y Gila). A
la muerte de su mujer tuvo Carlos 4 concubinas: Madelgarda, Gersvinda,
Regina y Adalinda. Su madre, Bertrada, envejeció junto a él rodeada
de la máxima reverencia”
(Vita
Karoli, XVIII).
b.5)
Espiritualidad de Carlomagno
Fue
la 2ª cara de la moneda de Carlomagno, que se acopló su fisonomía y
carácter físico de una manera formidable, en sus términos de celo,
constancia y magnanimidad:
“Practicó Carlos devotísimamente y con gran
piedad la religión cristiana, en la que se educó desde la primera
infancia. Frecuentaba infatigablemente la iglesia por la mañana y la
tarde, e igualmente en los oficios de la noche y en el momento del
sacrificio de la misa, mientras la salud se lo permitió. Y se cuidaba
mucho de que todo lo que ocurría en ella se hiciera con la mayor
honestidad”
(Vita
Karoli, XXVI).
Todo
lo cual se enardecía con mayor brío cuando se trataba de Roma
y el Romano Pontífice, que Carlomagno tuvo siempre como
inspiradores y mentores de todas las obras que él en adelante
emprenderá, tanto militares como arquitectónicas o diplomáticas:
“Así mismo, cuando se le anunció el
fallecimiento del romano pontífice Adriano, a quien consideraba el
principal entre sus amigos, Carlos lloró como si hubiese perdido a un
hermano o un hijo amadísimo”
(Vita
Karoli, XIX).
“Pues más que a los demás lugares sagrados y
venerables distinguía Carlos a la iglesia del bienaventurado apóstol
Pedro, en Roma, donándole muchas piedras preciosas y enviando a sus
pontífices muchos e innumerables presentes”
(Vita
Karoli, XXVII).
A
lo que añadió Carlomagno su sensibilidad por
los pobres y peregrinos, a los que socorrió el monarca en
todas las ocasiones en que tuvo oportunidad, o aunque ésta no se le
presentase:
“Amaba Carlos a los peregrinos y demostraba
suma atención al recibirlos, de tal modo que no sin razón su gran
número parecía una carga onerosa no sólo para el palacio sino
también para el reino. Sin embargo, él, con su grandeza de ánimo,
no se sentía molesto en absoluto por un peso de tal tipo, y elogiaba
sus peregrinaciones”
(Vita
Karoli, XXI).
“Se mostró Carlos amante de la práctica del
sustento de los pobres y la liberalidad gratuita, al punto de no
conformarse con ocuparse de ello sólo en su patria y en su reino,
sino también allende los mares, en Siria, Egipto, África,
Jerusalén, Alejandría y Cartago, de donde le habían llegado
noticias de la existencia de cristianos que vivían en la pobreza”
(Vita
Karoli, XXVII).
b.6)
Conquista de Aquitania
Fue la 1ª de las
guerras de expansión llevada por Carlomagno, sobre aquellos territorios
cuya anexión ya había sido intentada por
Pipino III, su padre:
“De todas las guerras que llevó a cabo Carlos, la primera que
emprendió fue la de Aquitania, comenzada, pero no terminada, por su
padre, porque le parecía que podía concluirse rápidamente”
(Vita Karoli, V).
La cual fue llevado
a cabo por Carlomagno mediante la estrategia del destierro
de su caudillo, y luego pedir por él su captura y
capitulación:
“Carlos obligó a dejar Aquitania y dirigirse a Gascuña a Hunoldo,
quien después de la muerte de Waifre había intentado ocupar
Aquitania (Vita Karoli, V). Y, después
de atravesar el río Carona, ordenó al jefe de los gascones, Lobo,
enviándole embajadores, que le entregara al refugiado, amenazándole
con declararle la guerra si no cumplía su orden de inmediato”
(Vita Karoli, V).
Jugada que le salió
bien a Carlomagno, y le permitió apropiarse amistosamente de Aquitania
y Gascuña al completo, bajo régimen de
vasallaje:
“Lobo, pensándolo mejor, no sólo entregó a Hunoldo sino también
se sometió a la autoridad de Carlos junto con la provincia que
gobernaba”
(Vita Karoli, V).
b.7)
Conquista de Lombardía
Había
sido ya desechada por Pipino III por
su complicada vía de acceso a los soldados francos, y eso que no había
parado de pedírselo el papa Esteban I:
“Fue
una guerra contra los longobardos que ya había suplicado el papa
Esteban a Pipino contra el rey Astulfo, y que éste había emprendido y
cancelado con gran celeridad, a los pocos días del asedio de Pavía y
por mostrarse contrarios a ello algunos francos”
(Vita Karoli, VI).
Lo
cual no fue obstáculo para que ésta fuese retomada
por Carlomagno, no sin antes convencer a los francos de su
necesidad[7],
a pesar de no estar unida físicamente Lombardía a Francia, sino
separada por una montaña inmarcesible:
“En
este caso, Carlos emprendió la guerra contra los longobardos una vez
solucionadas las cosas en Aquitania, y no cejando hasta obtener la
rendición de su rey Desiderio”
(Vita Karoli, VI).
“Resultó
difícil a Carlos esta empresa, sobre todo el entrar a Italia y la
travesía de los Alpes. Pero con gran esfuerzo superaron los francos
las cimas inaccesibles de los montes, las peñas que sobresalían
elevándose al cielo y los ásperos escollos”
(Vita Karoli, VI).
Se
trató de una conquista larga y costosa,
dada la resistencia de las estructuras lombardas y de la amplitud de su
territorio, con conexiones de resistencia entre unos sitios y otros:
“Tras
un largo asedio a Pavía, obligó Carlos al rey Desiderio a marcharse de
su reino, junto a su hijo Adalgiso, hacia quien parecían inclinarse las
esperanzas de todos”
(Vita Karoli, VI).
“Tras
lo cual sometió el ducado de Friul, cuyo prefecto Rodgaud intrigaba
para rebelarse”
(Vita Karoli, VI).
Tras
la cual impuso la ley marcial Carlomagno a toda la población lombarda,
obligando a la devolución de todo lo robado a Roma y bajo régimen
de sumisión:
“Ordenó
Carlos a los longobardos que restituyeran a los romanos todo lo que les
habían arrebatado, incluido el patrimonio que sus reyes habían
usurpado a Adriano, cabeza de la Iglesia romana”
(Vita Karoli, VI).
“Con
todo, el fin de esta guerra fue la sumisión de Italia”
(Vita Karoli, VI).
b.8)
Conquista de Sajonia
Fue
llevada a cabo por la cercanía de fronteras
que tenía el reino carolingio respecto a los pueblos bárbaros de la
Sajonia, con el peligro real y diario que eso suponía para la paz y
seguridad del reino franco:
“Existían
contra los sajones causas que podían turbar cada día la paz. En
especial, el hecho de que nuestras fronteras y las de ellos estaban
contiguas y casi en todas partes en lugar llano, salvo unos pocos
lugares en los que, o grandes bosques o las cimas de las montañas
interpuestas, delimitan con claridad los campos de unos y otros”
(Vita Karoli, VII).
“En
todas esas partes no cesaban de producirse matanzas, robos e incendios
recíprocos. Con todo esto, los francos terminaron por irritarse tanto
que ya no juzgaron suficiente devolver las ofensas, sino emprender
contra ellos una guerra abierta”
(Vita Karoli, VII).
Se
trató de la hora de la verdad para el ejército carolingio. Y no tanto
por las estructuras defensivas de la Sajonia, sino por la naturaleza
feroz de los sajones, mucho más guerrera y violenta que la
naturaleza franca:
“La
guerra sajona fue la más larga, atroz y penosa de las que el pueblo
de los francos nunca emprendió, y parecía no tener final”
(Vita Karoli, VII).
“Esto
sucedió porque los sajones, como casi todos los pueblos que habitan
Germania, era feroces por naturaleza, entregados al culto de los
demonios y adversarios de nuestra religión. Y no consideraban
deshonesto violar o transgredir lo que hiciera falta, turbando cada
día la paz”
(Vita Karoli, VII).
Se
trató de una guerra que duró más de 33 años
de ataques y revueltas, entre perfidias y traiciones,
deportaciones y sacrilegios, conjuras y engaños... y agotamiento de los
unos y los otros, con más que perder para los francos:
“Así
pues, se les declaró la guerra a los sajones, que se llevó a cabo
con grandes pérdidas para ambos lados, durante 33 años
ininterrumpidos”
(Vita Karoli, VII).
“Hubiera
podido terminar antes, si la perfidia de los sajones lo hubiera
permitido. Pues a veces estaban los sajones tan dominados y
debilitados, que hasta prometían abandonar el culto de los demonios y
someterse a la religión cristiana. Pero, así como a veces se
mostraban inclinados a hacerlo, igualmente estuvieron siempre
dispuestos a quebrantar sus juramentos, volviendo otra vez a la guerra”
(Vita Karoli, VII).
Hasta
que Carlomagno entra con todas sus huestes y fuerzas en Sajonia, a un
todo o nada decisivo, y logra engañar a los sajones para que entablen
con él una batalla final y decisiva a campo abierto, que resolviera el entuerto
de una vez por todas, entre francos y sajones:
“La
magnanimidad del rey Carlos, y su perpetua constancia en las
circunstancias adversas, no podía ser vencida por la mutabilidad de
sus enemigos”
(Vita Karoli, VII).
“Y
poniéndose él mismo al frente de todo su ejército, junto con todos
los condes y deportados, y 10.000 hombres que habitaban las orillas
del Elba, junto a sus mujeres e hijos, partió de la Galia a Germania”
(Vita Karoli, VII)
“Al
entrar en Germania, distribuyó a sus combatientes en pequeños grupos,
proponiendo a los enemigos acabar con tantos años de guerra de una
vez por todas, y formar al fin del resultado un sólo pueblo”
(Vita Karoli, VII).
Batalla
que finalmente pudo producirse en torno al monte Osning, y que tuvo sus
2 episodios de batalla de Thetmold
(en plena montaña) y batalla de Haase
(junto al río), ambas en el mismo recinto y a escasos días de
diferencia, ambas sangrientas y desgarradoras por ambos lados, y ambas
con victoria carolingia:
“Durante
esta entrada en Germania de Carlos, logró dar batalla al enemigo en
dos ocasiones: una vez cerca del monte que se denomina Osning, en un
lugar llamado Thetmold, y otra junto al río Haase. Y ambas en el
mismo mes, con pocos días de diferencia”
(Vita Karoli,
VIII).
“En estas dos batallas los enemigos fueron
derrotados y desbaratados de tal modo que, con posterioridad a ellas,
no osaron ya provocar al rey, ni oponerle resistencia en su avance (Vita Karoli,
VIII).
En ellas perecieron tantos hombres de los nobles francos como de los
sajones, y algunos de los que desempeñaban altos cargos”
(Vita Karoli, VIII).
Tras
la victoria carolingia, impuso Carlomagno la ley del perdón al pueblo
sajón, subsanando lo ocurrido a cambio de su completa conversión a la
fe, e imponiendo para toda Alemania un régimen
de amistad:
“Tras lo cual se hizo Carlos con toda la
Germania, y comenzó a fortificar sus lugares y a proteger a toda su
población”
(Vita Karoli, VIII).
“Ellos abjuraron tras tantos años su culto a
los demonios, abandonaron sus ceremonias patrias y adoptaron los
sacramentos de la fe cristiana, empezando a formar con los francos un
solo pueblo”
(Vita Karoli, VIII).
b.9)
Conquista de los Pirineos
Tuvo
lugar como campaña de apoyo a los cristianos hispanos que allí
luchaban contra los moros de Al Andalus, y establecimiento de una marca
hispana de resistencia al Islam, que hiciese de espacio
intermedio separador respecto al Imperio carolingio:
“Mientras combatía contra los sajones
asiduamente y casi sin interrupción, y tras disponer guarniciones en
lugares convenientes de sus confines, Carlos decidió atacar la tierra
de España con él mayor aparato bélico que le era posible”
(Vita Karoli, IX).
“Atravesado
el obstáculo de los Pirineos, fue recibiendo el ejército de Carlos
la sumisión de todos los castillos y plazas fuertes que iba
encontrando en su camino”
(Vita
Karoli, IX).
Lo
cual no se vio libre de los imprevistos, como el ofrecido por el pillaje
vasco sobre las guarniciones francas, que el ejército
carolingio llevaba en retaguardia en su camino de vuelta a Francia:
“Iniciado
el ejército de Carlos su camino de retorno, le tocó en suerte
experimentar algo de la perfidia vasca. Pues como el ejército
marchara desplegado en largas filas, según lo exigía la estrechez
del lugar, los vascos, tendiendo una emboscada en la parte más
elevada de la montaña y el espesor de los bosques, se precipitaron a
la hondonada”
(Vita
Karoli, IX).
“Atacando
los vascos la retaguardia que portaba el ejército, la impedimenta y a
quienes cubrían la marcha del grueso del ejército, trabaron combate
con ellos hasta apoderarse de los bagajes. Hasta que cayó la noche y
se dispersaron con la mayor rapidez en diversas direcciones”
(Vita
Karoli, IX).
“En
esta batalla resultaron muertos Egiardo, senescal real, el conde de
palacio Anselmo y Rolando, duque de la marca de Bretaña”
(Vita
Karoli, IX).
b.10)
Conquista de Bretaña
Alargó
la extensión del reino carolingio hasta el
Atlántico, evitando así futuros focos de desobediencia ante
las largas distancias respecto a la capital y corte franca:
“Sometió
también Carlos a los bretones, quienes habitaban en el occidente y en
una de las zonas extremas de la Galia, junto a las riberas del océano.
Y por eso no obedecían”
(Vita
Karoli, X).
Lo
cual fue llevado a cabo mediante una aleccionadora expedición de
castigo, que infundió miedo a los bretones y les obligó a cumplir el régimen
de cooperación establecido:
“Así,
pues, envió Carlos una expedición contra ellos, que les obligó a
entregar rehenes y a prometer que en lo sucesivo harían lo que se les
ordenara”
(Vita
Karoli, X).
b.11)
Conquista del Tirrénico
Alargó
la extensión del reino carolingio hacia el sur
de Italia, bajo la idea de Carlomagno de crear un cinturón
de seguridad en torno a la ciudad de Roma, y poner en vilo a los
habitantes de todos aquellos territorios, mediante el recurso a la
amenaza:
“Entró
luego el rey en persona con su ejército en Italia, atravesando Roma y
dirigiéndose a Capua, ciudad de Campania. Una
vez llegado allí, y tras haber acampado, amenazó a los habitantes de
Benevento con la guerra, si no se le rendían”
(Vita Karoli, X).
“El
jefe de los beneventos, Aragiso, conjuró el peligro enviando al
encuentro del rey a sus hijos Romualdo y Grimaldo, con una gran suma
de dinero y rogándole que recibiera a los nombrados como rehenes.
También prometió Aragiso que él y su pueblo cumplirían con lo que
se les mandara”
(Vita
Karoli, X).
Tras
lo cual, y en vista de la positiva respuesta recibida, entabló Carlos
con los territorios de Campania y Benevento un régimen
de cordialidad, e intercambio mutuo de beneficios:
“El
rey Carlos, por consideración al interés del pueblo benevento antes
que a la obstinación, aceptó los rehenes y concedió favores
especiales a Aragiso. Tras lo cual veneró los santos lugares de Roma
y regresó a la Galia”
(Vita
Karoli, X).
b.12)
Conquista de Baviera
Surgió
como reacción a los desterrados por Carlomagno tras la conquista de
Alemania, que habían decidido formar una rebelión
de desterrados contra el nuevo orden franco establecido, en
la zona sur alemana:
“Después
estalló repentinamente la guerra en Baviera, producto de la soberbia
del duque Tasilón, quien, animado por su esposa (hija del rey
Desiderio, que quería vengar el exilio de su padre por parte de
Carlos), pactó con los hunos no sólo la desobediencia a Carlos, sino
la guerra”
(Vita
Karoli, XI).
Rebelión
ante la cual reaccionó Carlomagno de ipso facto, presentándose
él en persona con el grueso de su propio ejército, a orillas del río
Lech y con intención de poner bajo sitio a las
poblaciones bávaras:
“Convocó
Carlos a sus tropas de todas partes, y las dirigió en persona al río
Lech (que separa a los bávaros de los alamanes) con un gran ejército,
para atacar Baviera, estableciendo su campamento a orillas del mismo”
(Vita
Karoli, XI).
Tras
lo cual se produjo el desmoronamiento de los sublevados, ante las graves
penas que se le venían encima, y decidieron pactar la paz bajo régimen
de fidelidad:
“Entonces
Tasilón, considerando que no sería de utilidad empecinarse en seguir
con las acciones, se presentó al rey Carlos como suplicante, entregó
los rehenes que se le ordenaban y a su hijo Teodón, y prestó además
juramento de fidelidad. Y así se puso rapidísimo fin a una guerra”
(Vita
Karoli, XI).
b.13)
Conquista del Báltico
Fue
provocada por los constantes desórdenes originados en el entorno de la península
de Jutlandia, a raíz de las incursiones realizadas por
algunas tribus eslavas (orientales, y venidas de fuera de las fronteras
carolingias) contra las tribus federadas del reino carolingio:
“Entonces
los eslavos, que así mismos se llaman velátabos, empezaron a hacer
frecuentes incursiones contra los abodritos, antiguamente aliados de los
francos, alrededor del golfo que va del océano occidental hacia el
oriental, en una amplitud de cien mil pasos”
(Vita
Karoli, XII).
“Esto
provocó el desorden en la zona, entre los daneses y suecos (a los que
llamamos normandos), en la parte occidental del golfo, y entre los estes
y otros pueblos en la parte oriental”
(Vita
Karoli, XII).
Lo
cual fue resuelto por Carlomagno con el propio apoyo de sus tribus
federadas, a las que coaligó y lideró personalmente, con posterior aniquilamiento
de los eslavos:
“Con
sólo una expedición, que el rey Carlos comandó personalmente, con
la ayuda de tropas auxiliares de sajones, los velátabos quedaron
aniquilados y vencidos, de tal forma que con posterioridad nunca
pensaron en negarse a cumplir sus órdenes”
(Vita
Karoli, XII).
Tras
lo cual dirigió entonces sus miradas hacia los normandos, que en la zona
de Calais se dedicaban a
la práctica de la piratería contra las poblaciones germánicas
federadas, con ideales y prácticas de sometimiento a los federados
carolingios:
“Dirigió
entonces Carlos sus campañas hacia los normandos, que así mismos se
llaman daneses, y que no paraban de practicar la piratería y devastar
con su poderosa flota las costas de Calia y Germania”
(Vita
Karoli, XIV).
“Y
también porque su rey Godofrido se había llenado de la esperanza de
hacerse con Frisia y Sajonia, como provincias de su propiedad”
(Vita
Karoli, XIV).
Situación
que que fue solventada por Carlomagno mediante el complot y asesinato de
su rey Godofrido, y posterior sometimiento
tributario de los normandos:
“Hasta
que la muerte de Godofrido, a manos de uno de sus guardianes, aceleró
el fin de su vida, y de la guerra que había empezado. Así fueron
sometidos los normandos, y hechos tributarios del rey Carlos”
(Vita
Karoli, XIV).
b.14)
Conquista de los Balcanes
Se
trató de una conquista incruenta y de larga distancia, que alargó el
Imperio carolingio todavía más, con el objetivo de poner su frontera
oriental en Panonia, antiguo y todavía presente feudo de los
hunos:
“Contra
los avaros y hunos emprendió Carlos la mayor de sus campañas, salvo
la que emprendiera contra los sajones. Una guerra incruenta que costó
numeroso ánimo y recursos, y cuya sangre derramada durante 8 años lo
atestigua Panonia, que quedó vacía de todo habitante”
(Vita
Karoli, XIII).
Frente
y frontera oriental que logró abrir el propio Carlomagno en persona,
aunque dejara su establecimiento y consolidación en manos de todo un aparato
imperial articulado a la perfección, dadas las distancias:
“Sólo
realizó Carlos una campaña personal contra Panonia, dejando que se
encargaran de las restantes batallas sus hijos y los prefectos de las
provincias, junto a los condes y legados, bajo la dirección de Carlos
el Joven”
(Vita
Karoli, XIII).
Hasta
que a los 8 años consiguió el Imperio carolingio la victoria final y
el establecimiento de la fronteras, con genocidio
y desvalijamiento de los hunos incluido, y eliminación de
los futuros peligros e infiltraciones:
“Toda
la nobleza de los hunos pereció en esta guerra, y toda su gloria se
desmoronó, así como sus tribus aliadas de bohemos y linones”
(Vita
Karoli, XIII).
“Su
palacio real del khagan fue vaciado y arrasado, y toda su riqueza y
tesoros del pasado se convirtieron en botín. Los francos se hicieron
con enormes cantidades de oro y plata, y de todos los despojos que
durante siglos los hunos habían ido robando de sus combates”
(Vita
Karoli, XIII).
b.15)
Consolidación del Imperio carolingio
Tras
haber descrito una a una todas las campañas y conquistas llevadas a
cabo por Carlomagno, Eginardo dedica la 2ª parte de su Vita Karoli
Magni a la descripción administrativa y espiritual del Imperio
carolingio, comenzando por la enumeración de
provincias carolingias conseguidas por las buenas o las malas
por parte del monarca:
“Durante
47 años amplió el rey Carlos el reino de los francos, dominando la
Galia, el Rin, el Loira, el océano y el mar Balear, la Sajonia, el
Danubio y el Saale, que separa a los turingios de los sorabos, y a los
alamanes y bávaros. Así mismo, logró la anexión de Aquitania,
Gascuña, toda la cadena de los montes Pirineos y la zona que llega
hasta el río Ebro. Añadió toda la Italia, de Aosta hasta la
Calabria inferior y con una longitud de más de un millón de pasos. Añadió
ambas Panonias, la Dacia, Istria y también Liburnia y Dalmacia,
excepción hecha de las ciudades marítimas que concedió al emperador
de Constantinopla en razón de su amistad y del acuerdo alcanzado con
él”
(Vita
Karoli, XV).
Con
mención especial al sometimiento
que tuvo que hacer de los pueblos germánicos, a lo largo de 33 años y
que fue su auténtica causa de desgaste personal:
“Sometió
Carlos a todos los pueblos bárbaros y feroces, muy semejantes por su
lengua pero absolutamente distintos por costumbres y forma de vida,
que habitan en Germania y los principales de ellos que son los
sajones, los velátabos, los sorabos, los abodritas y los bohemos”
(Vita
Karoli, XV).
b.16)
Gobierno del Imperio carolingio
Contó
con un ligero y mínimo aparato legislativo
común, que sirviese para que los francos se adaptasen a la nueva
situación, así como para que los nuevos pueblos conquistados se
fuesen integrando en la administración de los francos:
“Carlos
trató de hacer coherente lo discrepante entre todos los pueblos
sometidos a su dominio, pues tanto éstos como los francos tenían
leyes muy diferentes en muchísimos puntos. Para ello, corrigió los
errores y las faltas de redacción, agregando nada más que algunos
pocos artículos a las antiguas leyes de los francos”
(Vita
Karoli, XXIX).
Así
como contó con un largo y máximo aparato
cultural, común y diversificado, que revalorizase tanto las
hazañas culturales de los bárbaros como las de los francos:
“Dio
nombre Carlos a los meses del año, ya que antes de entonces se
llamaban en parte con nombres latinos y en parte con nombres bárbaros
(Vita
Karoli, XXIX).
Y también dio principio a una gramática de su lengua materna”
(Vita
Karoli, XXIX).
“Igualmente
ordenó transcribir los antiquísimos poemas bárbaros, en los que se
cantaban los actos y las guerras de los antiguos reyes, para que su
recuerdo no se perdiese”
(Vita
Karoli, XXIX).
b.17)
Relaciones diplomáticas del Imperio carolingio
Fueron
realizadas por Carlomagno, a juicio y descripción de Eginardo, de la manera
más fiable posible, tanto
“Se
vinculó estrechamente Carlos con Alfonso, rey de Asturias y Galicia
(Vita
Karoli, XVI),
consiguió que los reyes escoceses se inclinaran a su voluntad (Vita
Karoli, XVI),
mantuvo concordia en la amistad con el rey de los persas, Harun
(Vita
Karoli, XVI)
y despachó embajadas con los emperadores de Constantinopla,
Nicéforo, Miguel y León”
(Vita
Karoli, XVI).
Con
mención especial al tratado con Bizancio
que tuvo que atar bien atado Carlomagno, dadas las sospechas de los
griegos ante un nuevo Imperio de los romanos:
“Como los bizantinos sintieran fuertes
sospechas de Carlos, por haber tomado el título de emperador, como si
quisiera arrancarles el imperio, concluyó con ellos un solidísimo
tratado, para que no quedara entre las partes ninguna ocasión de
agravio”
(Vita
Karoli, XVI).
Así
como con mención especial al tratado con
Persia, en que Carlomagno consiguió la custodia de los
santos lugares a cambio de grandes sumas de dinero:
“Permitió
el rey Harun que los sitios sagrados de nuestro Salvador fuesen
colocados bajo la autoridad de Carlos, a cambio de enviarle
embajadores cargados de enormes regalos para él, como tejidos,
perfumes y otras riquezas”
(Vita
Karoli, XVI).
b.18)
Ornamentación del Imperio carolingio
Fue
llevada a cabo por Carlomagno bajo las coordenadas de utilidad y decoro,
en todas partes por igual y de la manera más robusta posible, con el
objetivo de dar grandiosidad al naciente Imperio carolingio. Lo cual
comenzó por la ejecución de obras públicas,
tanto terrestres como navales:
“Inició
Carlos y acabó las obras del puente sobre el Rin en Maguncia, de 500
pasos de longitud (Vita
Karoli, XVII),
dos palacios de admirable arquitectura, uno en Ingelheim, cerca de
Maguncia, y otro en Nimega, sobre el río Waal”
(Vita
Karoli, XVII).
“Desde
la guerra contra los normandos, armó Carlos una flota para emplear en
la guerra, construyendo para ese fin numerosas naves junto a los ríos
y en el océano septentrional y colocando puestos de guardia en todos
los puertos y desembocaduras de los ríos, con sus centinelas”
(Vita
Karoli, XVII).
Con
mención especial a los arzobispados
eclesiásticos, de los cuales tomó nota personalmente
Carlomagno, y en los cuales se ocupó y preocupó:
“Pero
sobre todo tomó nota de las casas de Dios que en todas partes de su reino
se encontraban en ruinas, y ordenó a los pontífices y prelados a
cuyo cargo estaban que las restauraran, preocupándose, a través de
sus enviados, de que sus órdenes fuesen cumplidas”
(Vita
Karoli, XVII).
b.19)
Continuidad del Imperio carolingio
Comenzó
con la elección de Luis
I, o Ludovico Pío, como sucesor de Carlos I o Carlomagno,
como único poseedor de todos los reinos y territorios conquistados, y
ahora unidos bajo nombre de Imperio carolingio:
“Al
final de su vida, como le doblegara el peso de la enfermedad y la
vejez, hizo llamar Carlos a su presencia a su hijo Luis, el único de
los hijos de Hildegarda que le quedaba. Congregados en asamblea
general los principales de todo el reino de los francos, por consejo
de todos le nombró heredero del título imperial. Luego,
imponiéndole la diadema en la cabeza, ordenó que se le llamara
augusto y emperador”
(Vita
Karoli, XXX).
Y
continuó con el testamento carolingio,
dejado por Carlomagno para la administración del reino que debían
hacer sus sucesores, el año 811 y cuando veía que le quedaba poco
tiempo de vida:
“El
año 811 de nuestro Señor Jesucristo, y 43 de su reinado, hizo Carlos
la partición de sus bienes, mobiliario, dinero, tesoros y vestidos,
en presencia de sus servidores y amigos, a modo de testamento”
(Vita
Karoli, XXXIII).
“Las
disposiciones eran que todo se dividiese en 3 partes, cada una de
ellas divididas en 21 subpartes, para las 21 capitales metropolitanas
de su reino. La 1ª parte iría destinada a la iglesia, a repartir por
sus 21 arzobispos; la 2ª iría destinada a las necesidades
cotidianas, a repartir por sus sucesores, y la 3ª al socorro de los
pobres, a repartir por el pontífice de Roma”
(Vita
Karoli, XXXIII).
“Los
nombres de estas metrópolis son Roma, Ravena, Milán, Cividale, Orad,
Colonia, Maguncia, Salzburgo, Tréveris, Sens, Besanzón, Lyon, Rúan,
Reims, Arles, Vienne, Tarantaise, Embrun, Burdeos, Tours y Bourges”
(Vita
Karoli, XXXIII).
c)
Comentario del Vita Karoli
La historia no fue una ciencia con entidad propia en la
Alta Edad Media, sino
que estuvo presente en los métodos de estudio eclesiales (trivium y quadrivium)
como suplemento de la Gramática y Retórica,
y como ejemplo de lo que se debía seguir o evitar.
Y
es que desde Agustín
y su De Civitate Dei, la ciudad de
Dios y la ciudad del mundo habían venido a enfrentarse, no introduciendo
el determinismo en la historia, pero sí
con absoluto libre albedrío del hombre para actuar. De hecho, y bajo la
idea de dejar el asunto resuelto, Ororio tuvo que recoger y describir,
en su Adversus contra Paganus,
los 4 grandes imperios de la historia:
-explicando
por qué los cristianos no estuvieron a favor de la caída de Roma,
-entregando
el testigo de la historia a los pueblos bárbaros[8].
Veamos,
por tanto, en qué consistió, y los hilos que movió, esta
historiografía de la alta edad medieval, a nivel general. Para pasar
luego a analizar el concepto de historia que movió al propio Eginardo,
como historiografía subyacente de su Vita Karoli Magni, sobre la
obra y legado dejado de la época del emperador Carlomagno.
c.1)
Historiografía alto-medieval
Fue
puesta por escrito:
-por
un grupo de personas muy concreto, el clero y las cortes palaciegas,
-para
el público popular, introduciendo elementos historicistas,
-introduciendo
formas poéticas, para memorizar,
-siempre
por las mismas vías, como los Cantares de Gesta, Romanceros...
Utilizó
los géneros, según Isidoro de Sevilla, de:
-las
Historiae, escritas por autores contemporáneos, o testigos de aquello que
se narraba,
-los Annales, que relataban sucesos anteriores a la época del escritor,
-las Chronicas, que relataban fechas a las que se añadían los hechos acaecidos.
Recurrió
a las fuentes de:
-la
tradición oral, contrastando lo que contaban los soldados de las
batallas, los cortesanos del rey...
-el
testimonio ocular, muchas veces in situ y en el lugar y momento
de los hechos,
-los
archivos escritos, tanto de escritores primarios como de bibliotecas o
comentaristas de la época.
Dató
la cronología, en todas sus obras
escritas, desde:
-la creación del mundo, desde Eusebio de Cesarea y Orosio[9],
-el nacimiento de Cristo, después de la reforma gregoriana.
Contó
con los historiadores, y fuentes de
historiadores que acabaron siendo, de:
-Isidoro
de Sevilla, que en su Historia Gothorum narró las crónicas de Hispania y de los pueblos
visigodos, suevos y vándalos;
-Beda
el Venerable, que en su Historia
ecclesiastica Anglorum narró las crónicas de las Islas Británicas y de los
pueblos sajones, anglos, jutos y bretones,
-Gregorio
de Tours, que en su Historia Francorum
narró las crónicas de las Galias y de los pueblos merovingios, francos
y germanos,
-Pablo
el Diácono, que en su Historia gentis
Langobardorum narró las crónicas de Italia de y de los pueblos
ostrogodos y lombardos.
c.2)
Historiografía del Vita Karoli
Se
trató de una obra en la que Eginardo antepuso la personalidad del
personaje principal (Carlomagno) a la narración propia de la obra
narrada (la expansión del Imperio carolingio).
En cuanto a
los hilos subyacentes, o ideología que intentó plasmar Eginardo,
copió éste el
modelo de las biografías suetonianas de su De
Vita Caesarum, según los patrones de:
-orígenes
familiares, sobre los antepasados, así como su nacimiento,
infancia y juventud,
-retrato
físico y psicológico, con perfil imperial más que real,
-vida
política, incluyendo sus campañas militares y obras públicas,
-muerte,
presagios y funerales, aunque éstos se hayan omitido en este resumen (cap.
XXXI y XXXII) por motivos de universalidad.
Así, pues, tendríamos en Vita
Karoli Magni la estructura
de:
-prefacio,
con los motivos que habían llevado a escribir la obra, garantizando además la
veracidad,
-caída
merovingia y ascenso carolingio, donde se menciona a los reyes holgazanes, a
Carlos Martel, a Pipino el Breve y a sus hijos,
-conquistas
de Carlomagno, donde se narra las campañas aquitana, lombarda, sajona,
hispana, bretona, welataba, avara y danesa,
-límites
imperiales y relaciones exteriores, con el rey de Galicia y de Asturias, con
el rey de los persas, y con el emperador de Constantinopla,
-obras
públicas y defensa marítima, como palacios, edificios, y flota de guerra,
-retrato
físico y psicológico de Carlomagno, destacando su robustez[10],
firmeza[11],
moderación[12],
religiosidad[13],
-muerte,
presagios y reparto de bienes, con presagios inverosímiles[14],
testamento[15]
y causas de su muerte[16].
En
cuanto a otras obras de Eginardo, que como paralelismos
también reflejan la finalidad propagandística de su Vita Karoli
Magni, tendríamos su:
-Translatio et
miracula sanctorum Marcellini et Petri, en la que narraba Eginardo el traslado a
Roma de los restos de estos santos, y de los numerosos milagros acaecidos por su
intercesión,
-Quaestio de
adoranda Cruce, en la que elaboraba Eginardo un tratado teológico dirigido a
Lupo de Ferrieres, sobre el culto a la representación iconográfica de Dios,
centrando el tema en la adoración de la cruz.
También
dejó Eginardo más de 50 epístolas a los alumnos de su Escuela Palatina
de Aquisgrán, con reflejos continuos al Vita Karoli Magni, y que
desde el año 823 pasaron a ser
materia de estudio curricular. Reflejos que más tarde pondría por escrito y
desde los recuerdos en su Vita Karoli, del 829 al 836, y mientras
se daba al descanso en su
última etapa de la vida, residiendo en Seligenstadt.
Madrid,
1 marzo 2020
Mercabá, artículos de Cultura y Sociedad
________
[1]
HALPHEN se inclina hacia el 775 (cf. HALPHEN, L; Einhard,
Vie de Charlemagne, ed. Belles Letres, París 1967, p. 5).
[2]
Parece ser que motivado por el enfrentamiento entre LUDOVICO y LOTARIO,
por el reparto de tierras.
[3]
Fundando alguna nueva más, como la abadía de Seligenstadt.
[4]
Personaje de la Biblia que fue inspirado por Dios para custodiar el Arca de
la Alianza (cf. Exodo 31, 2-35).
[5]
Diminutivo de EGINARDO.
[6]
cf. WAITZ, G; “Einhardi Vita Karoli Magni”, en MGH,
SRG, XXV, Hannover 1911, p. 6.
[7]
Como el propio EGINARDO recuerda en sus escritos, al decir que “podría
estar aquí escribiendo cuan difícil esto resultó, si no es porque tuviera
que escribir más de la vida de Carlos que de las guerras que llevó a cabo”
(cf. EGINARDO, Vita Karoli Magni, 6).
[8]
Para que escriban ellos sus propias historias.
[9]
OROSIO, por ejemplo, establece:
-4.000 años desde Adán a Abraham,
-2.000 años
desde Abraham a Cristo.
[10]
Altura física que contrastaba con su cuello corto, pero que le hacía
alcanzar dignidad ante los enemigos.
[11]
Como la mantenida por CARLOMAGNO, al soportar la envidia de su hermano
CARLOMAN.
[12]
Como la mantenida en sus relaciones con el papa, y llevada a cabo para
establecer el orden cristiano imperial.
[13]
Que le llevó a hacer de su Capilla Palatina de Aquisgrán su centro de
operaciones, acudiendo diariamente a los oficios litúrgicos.
[14]
Como fueron supuestamente el eclipse de luna y sol, el hundimiento del pórtico
de una Iglesia, el hundimiento del puente del río Rihn, y los temblores de
un terremoto por el que sufrió graves daños el palacio de Aquisgrán.
[15]
Repartiendo su herencia a sus hijos, a la Iglesia y al papa, a cada uno con
significado y mensaje incluido, y pensando cada uno de los dones para su
destinatario adecuado.
[16]
A los 72 años de edad, y a causa de una pleuresía.
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