Isaías

Consuelo Lozano
Mercabá, 11 enero 2021

           Isaías (lit. Dios salva) nació en Jerusalén el 765 a.C, de una familia aristocrática que le transmitió un modo de hablar y comportarse de alto nivel cultural, necesarios para su futuro liderazgo nacional en Israel. Pues la elegancia de su estilo, la viveza de sus imágenes, y la belleza literaria de sus profecías, lo van a ir convirtiendo, con el tiempo, en un clásico de la literatura de Israel.

           En el cap. 6 de sus profecías narra cómo fue llamado Isaías por Dios: "Vi al Señor Dios, sentado en un trono excelso y elevado y miles de serafines lo alababan cantando: "Santo, Santo es el Señor Dios de los ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de tu Gloria." Yo me llene de espanto y exclame: "Ay de mí que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo pecador y mis ojos ven al Dios Todopoderoso". Entonces voló hacía mí uno de los serafines, y tomando una brasa encendida del altar la coloco sobre mis labios y dijo: "Ahora has quedado purificado de tus pecados". Y oí la voz del Señor que me decía:"¿A quién enviaré?, ¿quién irá de mi parte a llevarles mis mensajes?". Yo le dije: "Aquí estoy Señor, envíame a ti".

           En aquel tiempo, el temible Senaquerib I de Asiria atacó a Jerusalén y amenazó con destruirla y matar a todos. Pero Isaías animó al piadoso rey Ezequías I de Judá, diciéndole: "Prudencia y calma. Confía en Dios, y la ciudad no caerá por en manos de los enemigos". Y sucedió entonces que al ejercito invasor le llego una espantosa epidemia de disentería (inflamación y ulceración de los intestinos), y murieron muchos soldados asirios, teniendo Senaquerib que alejarse sin apoderarse de la ciudad. Con esta profecía, adquirió Isaías una gran popularidad entre las gentes.

           Isaías empezó entonces a llevar a las gentes los mensajes de Dios, pidiéndoles que se apartarán de su vida de pecado, y empezaran una vida agradable a Dios. Pero se cumplía lo que le había avisado el Señor: "Teniendo oídos, no querrán escuchar". Y avisó que, si no convertían, serían llevados presos al destierro. Sus coetáneos no le hicieron caso, y la nación de Israel fue ocupada y desterrada al extranjero.

           El libro de Isaías es el más largo de los 73 que componen la Biblia (con 70 páginas), y se compone de 2 partes: la 1ª (escrita por el propio Isaías) y la 2ª (o Deutero Isaías, escrita por sus discípulos).

           Isaías tiene bellísimas comparaciones para enseñar sus mensajes. Por ejemplo la de La Vid y el Viñador (en el cap. 5), en la cual compara al pueblo de Dios, con una vid (plantación de uvas, a la que el Señor cuidó, regó y abonó y luego fue a buscar sus frutos (buenas obras), encontrando que sólo había producido frutos amargos (malas obras). Tras lo cual, el Señor abandona la plantación a su suerte, haciendo que sus enemigos la pisoteen y destruyan.

           Otra de las famosas profecías que hizo Isaías fue la del nacimiento de Enmanuel: "He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz a un niño al cual llamarán Enmanuel". Avisando con ello, y con 7 siglos de anticipación, el nacimiento del mesías, de una virgen.

           También aporta Isaías numerosos datos sobre lo que será la vida del Mesías o enviado de Dios, pudiéndose afirmar que su libro es la 1ª biografía de Jesucristo, escrita 7 siglos antes de que naciera. A este respecto, son impresionantemente hermosas sus descripciones del cap. 53 acerca del Siervo de Yavheh, donde parece estar viendo la pasión y muerte de Jesús, describiéndola, tal como ella iba a suceder. E insiste en que estos sufrimientos, del enviado de Dios, serán para pagar por nuestros pecados.

           Después de Cristo y de Moisés, el más grande profeta de todos los siglos ha sido Isaías, el profeta de la confianza en Dios. Su mensaje insiste en que, a pesar de las terribles situaciones de la vida, jamás debemos dejar de confiar en Dios, que un día llegará con su poder y nos rescatará. Anuncia un Mesías o Salvador, de la familia de David, portador de paz y de justicia, cuyo oficio será implantar en la tierra el amor hacía Dios.

           Isaías fue el mayor genio religioso de la Antigüedad, que ejerció enorme influencia en la verdadera religión, y cuyos escritos fueron seguidos por las propias religiones paganas (sibilas griegas...), y hoy día en el mundo entero. Una antigua tradición judía nos dice que a Isaías fue mandado martirizar por el impío rey Manasés I de Judá.