Educar en todas las disciplinas, buscando lo que une

Batangas,.3.noviembre.2025
Armin
.Luistro,.superior
.general.de.La.Salle

         Impresionado por el desamparo que sufrían los hijos de los artesanos, San Juan Bautista de la Salle consagró su vida a la educación humana y cristiana de este tipo de jóvenes. Hacia 1680 las escuelas de San Juan de la Salle recibieron el nombre de Escuelas Cristianas, y los seguidores que él fue reuniendo Hermanos de las Escuelas Cristianas.

         Fieles a la llamada del Espíritu Santo, y al carisma de nuestro fundador, los Hermanos de la Salle luchamos por conseguir un futuro profesional para los jóvenes con carencias sociales, y levantamos escuelas que acerquen un poco más a las personas y los pueblos.

         Cada hermano se esfuerza por integrar en sí mismo las dimensiones constitutivas de nuestra vocación: fe, celo y comunidad. Lo hacemos desde nuestra consagración a Dios (fe), nuestro compromiso activo (celo) y el espíritu de nuestro instituto (comunidad).

         El espíritu de nuestro instituto es el espíritu del diálogo, que nos saca de nosotros mismos y nos abre a las diferentes formas de relación. Sobre todo, a la relación que Dios quiere tener con cada uno de nuestros alumnos, hermanos o desconocidos.

         Los lasalianos invitamos a nuestros alumnos a considerar la tradición católica, como base espiritual para su propia vida y brújula ética para su desempeño laboral. La escuela lasaliana es académicamente rigurosa, pero también ofrece la perspectiva de la fe a la hora de desarrollar una profesión en el mundo.

         Hoy la misión lasaliana abarca diversas expresiones, a lo largo de todo el mundo. Actualmente tenemos 1.066.395 alumnos (ca. 2021), repartidos en 1.154 colegios educativos de 81 países del mundo, que son atendidos por más de 90.000 profesionales y 3.100 hermanos consagrados.

         El mundo lasaliano está marcado, como se ve, por la diversidad de experiencias culturales y religiosas, a forma de identidad compartida. No obstante, las diferencias de país, cultura, tradición religiosa, situación económica, o de género, nunca han impedido que nuestros niños, adolescentes, jóvenes y profesionales reivindiquen a La Salle como parte de su identidad.

         Esta identidad surge de la búsqueda, integración, y puesta en común, de todo aquello que nos une, a nivel de principios educativos y humanidad. Para nosotros, unidad y diversidad son una misma palabra, bajo la fuente unificante de Cristo y el deseo de habitar un mundo más fraternal.

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  Act: 03/11/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A