Construir la hospitalidad universal, y no sólo hospitales

Navarra,.15.septiembre.2025
Jesús
.Etayo,.superior
.general.de.Hospitalarios

         La Orden Hospitalaria fue fundada por San Juan de Dios en 1538, en una humilde casa alquilada de Granada. Hoy en día, nuestra Orden está presente en 50 países de los 5 continentes, con más de 400 hospitales, 65.000 sanitarios contratados, 7.000 voluntarios y numerosos bienhechores económicos.

         Siguiendo el carisma de la hospitalidad, heredado de nuestro fundador, los hospitalarios nos dedicamos a los enfermos (en general) y a los enfermos mentales (en particular). También tenemos unidades para pacientes con sida, alzheimer, discapacidad física y adictos a las drogas y alcohol.

         En nuestro compromiso con quienes sufren, los hospitalarios trabajamos en los ámbitos de la salud y el trabajo social. En diferentes países, y en diversos servicios, trabajamos junto a los organismos estatales, los ministerios de sanidad, seguridad social y administraciones locales.

         Estamos también presentes en los países menos afortunados, donde los centros de la Orden, basados en el principio de subsidiariedad, suplen las deficiencias locales existentes en materia de asistencia sanitaria y servicios sociales.

         Además de brindar atención, rehabilitación y apoyo a enfermos e impedidos, nuestra identidad católica nos lleva a promover la evangelización, transmitiendo con nuestras palabras y vidas la Buena Nueva que nos trajo Jesucristo. Este enfoque nos lleva a intervenir en el proceso de acercamiento a Cristo, y a su Iglesia, en todos nuestros pacientes, en su búsqueda del verdadero sentido de la vida.

         En nuestro mundo cada vez más materialista y secular, los hospitalarios luchamos por crear una hospitalidad universal, y no sólo hospitales o centros hospitalarios.

         La Orden Hospitalaria nació en una humilde casa alquilada por San Juan de Dios en Granada, y ese espíritu ha vibrado en nosotros durante casi 500 años, y ha transformando a miles de hombres y mujeres de diferentes razas, pueblos y épocas, en beneficio de la hospitalidad humana.

         Vivimos en una era no sólo de cambio, sino de un verdadero cambio de época. Por ello, el legado recibido de Juan de Dios debe traducirse en nuevas expresiones, vivirse en nuevas formas culturales y sentirse con renovado fervor, si lo que queremos es tener un mundo hospitalario.

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  Act: 15/09/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A