Dar testimonio laico de Cristo en el mundo entero

León,.10.marzo.2025
Kiko
.Argüello,.resp.
.internac..del.Camino.Neocatecumenal

         El Camino Neocatecumenal nació en 1964 en las chabolas de Palomeras Altas (Madrid), en un ambiente de barracas formado por los más degradados de la sociedad (gitanos, vagabundos, ladrones, prostitutas, delincuentes, emigrantes...). En ese ambiente germinó la semilla del camino neocatecumenal, entre los pobres y marginados que, al recibir el anuncio de Cristo, iniciaron un proceso de iniciación cristiana a imagen del catecumenado de la Iglesia primitiva.

         En todas esas personas sufrientes, el pintor español Francisco José Gómez Argüello (Kiko), después de una crisis existencial, descubrió el misterio de Cristo Crucificado, presente en los últimos de la tierra. Esta experiencia le llevó a abandonar todo, a seguir las huellas de Charles de Foucauld, y a irse a vivir entre esos pobres de Palomeras Altas.

         Con los años conoció Kiko a la química española Carmen Hernández, que llegaba a Madrid desde Tierra Santa con la idea de formar un grupo misionero para evangelizar a los mineros de Oruro (Bolivia), a invitación del arzobispo de La Paz. A través de una hermana suya entró en contacto con Kiko Argüello en las barracas de Palomeras, construyó su propia chabola (sobre la tapia de una fábrica) y comenzó a colaborar con él.

         Kiko y Carmen llegaron a Roma en 1968, tras encomendar su misión a la Virgen de Pompeya (Nápoles). Y en Roma, presentaron su proyecto a la Santa Sede.

         En 1985 Juan Pablo II encomendó a Kiko una tarea: reevangelizar el norte de Europa con el envío de familias misioneras, acompañadas de un presbítero. En 1986 Kiko envió las primeras 3 familias: una al norte de Finlandia, otra a Hamburgo (Alemania) y la tercera a Estrasburgo (Francia). En 1987 fueron enviadas las primeras 3 familias a los pueblos jóvenes de Latinoamérica.

         Desde entonces, casi 1.800 familias han sido enviadas por el Camino Neocatecumental a los cinco continentes, con la misión de evangelizar a través de su testimonio de vida cristiana, a imagen de la Sagrada Familia de Nazaret, y de las diversas tareas eclesiales encomendadas. Se trata de familias que han dejado las comodidades de sus lugares de origen, que han realizado un itinerario de formación postbautismal, que tienen abundantes hijos y que se van arraigando en las iglesias locales a las que se van incorporando.

         Otro de los principales carismas del Camino es el de los catequistas itinerantes. Gracias a ellos, este proyecto se ha extendido por los cinco continentes. Estos equipos son constituidos por el equipo responsable internacional, y están compuestos por un presbítero, un matrimonio y un/a célibe. Su misión principal es iniciar nuevos proyectos del Camino en lugares nuevos de cualquier país. Los equipos itinerantes suelen responder a las propias peticiones de los obispos, o bien son ellos los que se ofrecen a los obispos de las diócesis más lejanas.

         El carisma principal del Camino Neocatecumenal es el redescubrimiento del bautismo y de la formación permanente en la fe, y su principal misión es reavivar en todas partes la riqueza de la iniciación cristiana. Todo ello, a través de la comunión de personas de diversa edad y condición social, y de un proceso gradual de intimidad con Jesucristo, hasta la plena transformación en testigos creíbles de la Buena Noticia y sujetos activos de la Iglesia.

         Hoy en día, el Camino Neocatecumenal está presente en 135 naciones, 212 missio ad gentes, 1.366 diócesis, 6.293 parroquias y 21.066 comunidades. En todos esos sitios, el Camino cuenta con 121 seminarios propios, 1.900 seminaristas, 2.950 sacerdotes, 1.000 familias abriendo misión en 62 naciones, 800 familias reforzando los proyectos en marcha y 300 familias en equipos itinerantes.

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  Act: 10/03/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A