Educar a los jóvenes, con pasión y los ojos abiertos

Brisbane,.15.diciembre.2025
Peter
.Carroll,.superior
.general.de.Maristas

         El Instituto Marista fue fundado por Marcelino Champagnat en 1817, con el nombre de Hermanitos de María. La Santa Sede lo aprobó en 1863 como instituto autónomo y de derecho pontificio, y nos dio el nombre de Hermanos Maristas de la Enseñanza. Hoy en día estamos presentes en 80 países, contamos con 72.000 miembros maristas y atendemos directamente a casi 700.000 jóvenes del mundo.

         Los hermanos maristas somos personas consagradas a Dios, que seguimos a Jesús al estilo de María. María supo tener los ojos abiertos, y por ello captó las necesidades de su prima Isabel, o los apuros de una pareja recién casada en Caná. Marcelino también supo tener los ojos abiertos, y por eso captó la realidad de la juventud de su tiempo. Hoy en día, los maristas también tratamos de abrir bien los ojos, para apreciar las inquietudes y sensibilidades, carencias o abandonos, generosidades y respuestas del mundo juvenil y escolar.

         Marcelino fue un apasionado propagador del reino de Dios, y trasladó esa pasión hacia el hombre y la mujer, como expresión más acabada del proyecto de Dios. Su lema fue "amar y afanarse, dar a conocer y hacerlo amar", en referencia a dicho proyecto de Dios. La pedagogía y psicología, por tanto, son indispensables para acercarse a los jóvenes, pero no bastan para los colegios maristas si no participan del espíritu apasionado y comprometido por el reino de Dios.

         María desempeñó un papel esencial en la historia de la salvación, pero sin ser protagonista. Pues bien, ése es el estilo marista. Como se dice en el teatro, "no existen pequeños papeles, sino pequeños actores". Así pues, nosotros somos esos pequeños actores, dentro del magnífico papel que Dios nos ha encomendado. El educador juvenil, por tanto, ha de ser discreto, próximo, entregado... y nunca protagonista. Sobre todo, ha de reflejar las formas de ser de María.

         La espiritualidad marista es la del continuo crecimiento humano y espiritual, tanto en el mundo como en la Iglesia. Es la espiritualidad que no cesa de crecer, y mira al futuro con audacia y esperanza.

         La misión marista consiste en "dar a conocer a Jesucristo" y "hacerlo amar". ¿A quién? A los jóvenes, llevándolos a una experiencia personal con Cristo al mismo tiempo que se hace de ellos buenos cristianos y buenos ciudadanos.

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  Act: 15/12/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A