Vivir el anonadamiento de Cristo, como lo vivió María

México.D.F,.11.agosto.2025
Judit
.Chavoya,.superiora
.general.de.Guadalupanas

         La Congregación de Misioneras Guadalupanas nació en el contexto de la inestabilidad económica, política, social y religiosa de la Revolución Cristera de 1926.

         En Guadalajara (Jalisco), el padre Escanes y la madre Jiménez Urzúa decidieron dejar de lado sus ideales y unir fuerzas para ayudar a la niñez desvalida, pobre y desamparada. El 16 diciembre 1926 inician la obra de Dios con seis niñas huérfanas (a las que dotan de hogar y pan), y en ese momento surge la misión guadalupana.

         Desde ese momento, tanto los fundadores como las nuevas guadalupanas, tocadas por Dios en el corazón, lo dejan todo y siguen la voz de Jesucristo que les dice: "Ven y sígueme". Recibimos la aprobación diocesana el 15 mayo 1963, y la aprobación pontificia el 12 diciembre 1993, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.

         Nuestro carisma es anunciar el evangelio desde el anonadamiento de Cristo y según el proceder de Santa María de Guadalupe. Es decir, llevamos el mensaje de Cristo sabiendo que Dios asume nuestra fragilidad, eleva nuestra dignidad (perdida por el pecado) y nos pone un ejemplo a seguir: Santa María de Guadalupe.

         En su proceder con Juan Diego, por ejemplo, Santa María de Guadalupe elige al humilde, lo llama por su nombre, adapta su comunicación, suscita la confianza, anima la esperanza y promueve la superación.

         Nuestra espiritualidad consiste en la contemplación del anonadamiento de Cristo y la ternura de Santa María Guadalupe. Esta contemplación esta centrada en el Verbo encarnado (que habita entre nosotros) y en Cristo crucificado (que por amor muere en la cruz para redimirnos). Se encierra en el alimento eucarístico que nos da vida eterna, y se oculta misteriosamente en las necesidades del hermano.

         Los medios que ayudan a vivir nuestra espiritualidad son:

-la unión íntima con Dios, en la oración constante,
-la meditación continúa de la Biblia,
-la participación consciente y activa en la liturgia,
-la frecuencia en el Sacramento de la Confesión.

         Nuestra misión, nuestro carisma y nuestra espiritualidad los proyectamos en nuestra acción apostólica, consistente en construir el templo espiritual que pidió Santa María de Guadalupe en cada corazón de los niños y jóvenes.

         Nuestra misión específica en la Iglesia, por tanto, es la educación cristiana en colegios, internados y casas de acogida, a través de la educación escolar, catequesis pre-sacramental, animación litúrgica e iniciación misionera. A través de estos medios anunciamos la buena nueva de la fe, del amor, del perdón y de la paz. Nuestra manera de hacerlo es según el proceder de Santa María de Guadalupe.

         La educación que impartimos comprende la formación humana y cristiana, para que nuestros alumnos desarrollen su propia personalidad, crezcan de manera integral y vivan según el hombre nuevo en justicia y valor, tras haber conocido, amado y adorado al Padre en espíritu y verdad.

         Nuestras casas-hogar y nuestros internados están abiertos a los niños y niñas no deseados, o a los que carecen del calor de un hogar. Allí les damos nuestra atención y ternura de madre, como hizo la Virgen con el indio Juan Diego.

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  Act: 11/08/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A