Hacerse esclavas de María, viviendo el evangelio
La Congregación de Religiosas Esclavas de María Inmaculada fue fundada por Juana María Condesa en Valencia, y desde 1884 ha ido estableciéndose a lo largo de Europa y América bajo un mismo ser y hacer, basado en la espiritualidad de Jesús Sacramentado y María Inmaculada, junto a nuestros rasgos característicos de la humildad, la alegría y el amor. Jesús Sacramentado es el centro de nuestra vida, y la fuente inagotable que alienta nuestra unión con Dios y nuestra entrega a los hermanos. La oración ante el Santísimo es el acicate de nuestra vocación. María Inmaculada es para nosotras el modelo más perfecto de consagración plena y total a los planes de Dios. De hecho, de esta devoción a la Virgen surgió el nombre de nuestro instituto: Esclavas de María Inmaculada. Esclavas por el vaciamiento de nosotras mismas, para que Dios sea tenido como único Señor. María por esa mujer que fue el modelo más acabado de consagración a Dios, e Inmaculada por la gratuidad que hacemos de nuestra vida y en nuestro apostolado. Dentro de nuestra espiritualidad, las esclavas de María queremos cultivar y fomentar los valores evangélicos. Con ese deseo de hacer vida el evangelio, las esclavas cultivamos y potenciamos actitudes como: -la
acogida, para que nuestras casas sean un espacio abierto para quienes
tienen que buscar un nuevo medio de vida; .
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