Discernir los caminos de Dios en el mundo

Caracas,.19.mayo.2025
Arturo
.Sosa,.superior
.general.de.Compañía.de.Jesús

         La Compañía de Jesús fue fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola, cuando reunió a su alrededor a un grupo de hombres dinámicos y bien educados que no deseaban más que ayudar a otros a encontrar a Dios en sus vidas.

         El plan original de Ignacio era que los jesuitas fueran misioneros itinerantes, predicando y administrando los sacramentos allí donde pudiera lograrse un bien mayor. Desde su fundación, la Orden ha ido creciendo, desde los 10 jesuitas iniciales hasta los más de 16.000 actuales en todo el mundo.

         La misión de San Ignacio y sus compañeros nació de la experiencia personal de Dios. Este encuentro con Dios, por tanto, es el corazón vital de nuestra vocación, viviendo el evangelio y ayudando a otros a hacerlo.

         El camino espiritual trazado por Ignacio insistió en discernir la presencia de Dios en todas las cosas y situaciones, así que nuestra espiritualidad se basa en la convicción de que Dios actúa en el mundo.

         Nada más conformar la Compañía, San Ignacio comenzó a escribir las emociones que experimentaba en la vida cotidiana, y esas meditaciones terminaron convirtiéndose en los Ejercicios Espirituales que el propio Ignacio publicó, por primera vez, en 1548.

         Los Ejercicios Espirituales son un manual que ayuda a los directores espirituales a acompañar y guiar a las personas, a través de un proceso dinámico de reflexión que ha de desembocar en la apertura a los planes de Dios sobre esas personas.

         El discernimiento es, por tanto, el tema capital de la Compañía de Jesús. Consiste en encontrar la voz del espíritu de Dios, que habla en los detalles de la vida. Al tratar de escuchar al Espíritu, y no a nuestros propios deseos o ideas, los jesuitas tratamos de descubrir adonde conducen los caminos de Dios, y tratamos de hacer responder a los implicados con humildad y alegría.

         Desde sus comienzos, la Compañía encabezó la Reforma Católica de la Iglesia. Doctores como Belarmino y Canisio, o valientes misioneros como Javier, Nobili, Claver o Brebeuf, llenaron de instrucción las universidades europeas y llevaron el evangelio hasta los confines de la tierra.

         Los jesuitas nos hemos dedicado firmemente al estudio, a la ciencia y a la exploración. En 1750, los astrónomos jesuitas dirigían 30 de los 130 observatorios astronómicos del mundo. Hasta 35 cráteres lunares llevan el nombre de científicos jesuitas, y el Calendario Gregoriano fue obra del jesuita Clavius, el "maestro más influyente del Renacimiento".

         Otro jesuita, Ferdinand Verbiest, llevó a cabo la difícil tarea de determinar la frontera entre Rusia y China, y hasta hace poco tiempo ningún extranjero era tan conocido en China como el jesuita Matteo Ricci, o Li Ma Teu. Durante los 200 primeros años de la Compañía, los jesuitas trabajaron en más de 740 colegios mayores o universidades.

         Los jesuitas estamos llamados a ir a cualquier lugar, atravesando fronteras geográficas y culturales, para llegar allí donde hay necesidad de trabajar para la gloria de Dios. "El mundo es nuestra casa", dijo en su día Jerónimo Nadal, en referencia a la expansión jesuita entre las culturas humanas. Como explicaron los líderes jesuitas en su Congregación General en 2008, "el mundo entero es objeto de nuestro interés y desvelos".

         No obstante, los jesuitas no vamos a ningún lugar o situación sin previo discernimiento. Para ello, nuestras Preferencias Apostólicas llevan a cabo un trabajo de discernimiento de dos años. Las Preferencias ofrecen un horizonte, captan las posibilidades y despiertan nuestra atención a las cuatro áreas que nosotros consideramos vitales en la situación actual del mundo.

.

  Act: 19/05/25         @carismas de la iglesia            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A