Hacer de todos los pueblos una gran familia
La Obra de María, o Movimiento de los Focolares, es un movimiento laico nacido en la Iglesia Católica que tiene como finalidad la realización de la unidad entre las personas, para que "todos sean uno" (Jn 17,21) y también constructores de una familia de pueblos. El movimiento fue fundado por la profesora italiana Chiara Lubich durante la II Guerra Mundial, entre jóvenes seguidoras y matrimonios que participaron según su propio estado. Desde los comienzos se adhirieron al proyecto personas de toda cultura, vocación, categoría social, etnias y religiones. Hoy en día, está organizado en 15 áreas geográficas a lo largo de 182 países, y cuenta con la colaboración de 350 entidades religiosas. Para alcanzar una mayor unidad de la familia humana, los focolares abrimos diálogo con personas y organizaciones de toda expresión y cultura: -desde
el interior de la Iglesia Católica, El primer y fundamental punto de nuestra espiritualidad es haber descubierto que "Dios es amor" (1Jn 4,16), y este principio lleva al segundo y último: "la mutua y continua caridad que hace posible la unidad y ofrece la presencia de Jesús en la colectividad" (cf. Estatutos Focolares). Nuestras raíces, por tanto, ahondan en el evangelio, y suscitan un estilo de vida que construye en el mundo la paz y la unidad. El movimiento focolar es una gran y variada familia, un "nuevo pueblo nacido del evangelio" (como lo definió nuestra fundadora), una corriente de renovación espiritual y social que ofrece al mundo el mensaje de la unidad. Para alcanzar esa meta, los focolares estamos al servicio del diálogo, desde nuestro compromiso constante por construir puentes y relaciones de fraternidad entre las personas, los pueblos y los ámbitos culturales, incluso entre aquellos que no se reconocen en un preciso credo religioso. .
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