Murcia, 1 septiembre 2020
Equipo Catequético de Mercabá

        Cristóbal Colón ya había expuesto a Juan II de Portugal sus sueños de llegar a la India a través de rutas bastante extravagantes[1], y no a través del cabotaje costosísimo africano-oriental.

        Parece ser que nadie apostaba por el genovés, hasta que los franciscanos de la Rábida llamaron al aventurero a su convento de Palos de la Frontera (Cádiz), en mayo de 1485. Fray Antonio de la Marchena recibió con los brazos abiertos a Cristóbal y a su hijo Diego (de 8 años), y fray Juan Pérez (antiguo confesor de Isabel la Católica) se comprometió a convencer a la reina Isabel I de España sobre el proyecto colombino.

        Tras 5 años de tenaces discusiones con los doctores de Salamanca[2], el 17 abril 1492 concedieron los Reyes Católicos a Colón:

-el permiso y autoridad para embarcarse a los nuevos mundos[3],
-el título de Cristóforo, o portador de Cristo[4],
-la nao Santa María, como expresión del profundo proyecto colombino[5].

        El 3 agosto 1492 partió Colón de Cabo de Palos, con su nao Santa María, las carabelas Pinta y Niña, y el contingente de 70 andaluces, 5 vascos, 5 gallegos y 4 presos en redención de penas. Al canto de la Salve Regina[6], partió la expedición de Colón.

        Hasta que el 12 octubre 1492, y dos horas después de la medianoche, “pareció la tierra, de la cual estarían dos leguas”. Era la isla de Guanahaní (Bahamas), donde por 1ª vez pisó suelo Colón.

a) Fenómeno del Descubrimiento

        Ante el prodigio y contemplación de lo descubierto en América, los países europeos tomaron dos formas de entrar en contacto con los elementos culturales descubiertos:

-los países mediterráneos, que optaron por el mestizaje biológico y cultural,
-los países anglosajones, que optaron por el poblamiento ario, tras la eliminación del elemento indígena[7].

        En el caso español, la opción del mestizaje fue mucho más difícil que la tomada por el resto, y pronto se encontró con problemas irresolubles como[8]:

-la poligamia,
-el politeísmo,
-la adoración a los huesos.

        La conquista ya estuvo en 25 años (1518-1543) prácticamente finalizada, con crónicas de la época que nos dicen que:

-hay procesiones[9],
-hay pacificación y poblamiento[10],
-los españoles se pelean entre sí, pero no contra los indios[11],
-muchos indios prefieren el gobierno actual al de las élites precedentes[12].

        A nivel general, fueron 4 las actitudes españolas ante lo descubierto:

-elementos demoníacos, como era el hecho de que “se hieren y descalabran unos a otros” y de que eran capaces de “danzar revestidos con el pellejo de las víctimas”[13];
-excusas ante España, de que “no todos los indios cometen perversidades, ni son completamente responsables”[14];
-compasión por los indios, que “son ingenuos y todo lo hacen con sencillez, ajenos a aspavientos”[15];
-esperanza en lo descubierto, pues “entusiasma ver que en el mundo no puede haber mejor gente, que nos ayudan con sus canoas y personas en cuanto les es posible”[16].

b) Administración religiosa de América

        Fue llevada a cabo por España en continuidad con su tradición multisecular: avanzar, predicar, bautizar, alzar cruces, fundar pueblos, levantar iglesias... Además, en ella se implicaron reyes, virreyes, vasallos, frailes, soldados, teólogos, navegantes y prisioneros, en el caso religioso todos trabajando sin distinción. Se puede decir, pues, que fue un hecho inédito lo que hizo España en 1492, y que lo que hizo España en 1492 sólo ha ocurrido una vez en la historia... Además, en ella se implicaron reyes, virreyes, vasallos, frailes, soldados, teólogos, navegantes y prisioneros, en el caso religioso todos trabajando sin distinción. Se puede decir, pues, que fue un hecho inédito lo que hizo España en 1492, y que lo que hizo España en 1492 sólo ha ocurrido una vez en la historia.

        Fenómeno inédito que se debe a un concepto muy español: la Reconquista de España (722-1212) fue la clave de la Conquista de América (1492-1542). Y que el impulso espiritual llevado a cabo por España en la Reconquista al Islam... fue la clave de la Cristianización de América. De ahí que la fácil América le durase a España menos de 50 años, frente al difícil Islam que le costó a España casi 500 años.

        De esa idea religiosa se desprende que España buscase siempre integrar territorios a la Corona, y nunca implantar colonias con mera finalidad comercial[17] (como sí hizo Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda). La conquista de América no fue sino el medio para agrandar el fin: la integración de territorios a la fe.

        Así, el espíritu religioso español fue trasplantado a América en dimensiones gigantescas, con todas sus viejas órdenes mendicantes y conventuales reformadas humanísticamente, y con el cardenal Cisneros poniendo las universidades españolas a la vanguardia del mundo entero.

        Como conclusión, se puede decir que sólo un pueblo con una hipersensibilidad religiosa tan extrema, como era la España de 1492, pudo acometer una osadía y aventura tan gigantesca.

c) Encomienda papal y real

        Desde antiguo, la Iglesia otorgaba un conjunto de privilegios-obligaciones a los patronos que iban a ser promover alguna obra religiosa.

        Tras el descubrimiento de América, y tras el Padroao que ya Portugal había obtenido para la costa africana, ahora el papa Alejandro VI encomendó a los reyes de España[18], como delegados papales en América, la administración general de la Iglesia en las Indias.

        La mayoría de los indios ignoraban el arado, la rueda y el trabajo rutinario de cada día. Fue por ello por lo que los Reyes Católicos impusieron la encomienda real, bajo supervisión de los misioneros, y donde:

-se otorgaba a los indios su carta de derechos-deberes,
-se imponía al encomendero la tarea de dirigir el trabajo de los indios,
-se concedía al encomendero el derecho a recibir del indio un tributo.

        Con ello se prevenía en América la acumulación de extensas propiedades[19], aunque se corría el peligro de convertir a los encomenderos en una poderosa casta hereditaria.

        Para evitar abusos entre los encomenderos, los Reyes Católicos pusieron al frente de las Indias[20] al comendador civil Bobadilla, que desde 1499 pasó a ser virrey general de América. Otro comendador eclesiástico[21], enviado en 1502 para sofocar cualquier disputa nativos-colonos, fue enviado desde España para completar la estructura organizativa.

        Las instrucciones dadas por los Reyes Católicos en las Instrucciones de Granada-1501 habían sido claras[22]:

-dar plena libertad y seguridad a los indios,
-otorgar a los indios los mismos deberes-derechos que los de Castilla.

        Incluso el testamento de Isabel I había sido claro: “no consentir ni dar lugar a que los indios reciban agravio alguno en sus personas y bienes, sino mandar que sean bien y justamente tratados”[23].

        Sin embargo, pronto empezaron a llegar voces religiosas[24] desde América que alertaban de abusos españoles y clamaban en defensa de los indios. Y es que, tras la muerte de Isabel-1504 y Fernando-1516, hasta las ideas esclavistas intentaron penetrar en las estructuras españolas[25].

d) Evangelizadores de América

        España había forjado en el s. XV una rara densidad homogénea de cristianismo, con naturalidad y evidencia. Y, posiblemente, ningún país del mundo ha tenido nunca una densidad tan elevada de santos en un mismo periodo y metro cuadrado[26].

        Los religiosos españoles se desgastaban, pues, por el bien de los indios, arriesgando incluso sus vidas. E inculcaban en los conquistadores la posibilidad de condenarse en el infierno, pues tendrían que dar cuentas a Dios (y no sólo al rey) del trato que habían dado a los indios[27].

        Los indios estaban habituados a la servidumbre, y guardaban un profundo respeto hacia el superior. De ahí que la gran mayoría de indios fuesen siempre fieles a la Corona española.

        Por otro lado, mucho más difícil fue para España la conquista por las buenas, ya que requería mayor gasto de fuerzas, paciencia y tiempo, sin resultados militares inmediatos.

d.1) Alonso de Hojeda

        Compañero de Colón en el 2º viaje, obtuvo Alonso de Hojeda (Cuenca 1466-Santo Domingo 1515) la gobernación de Nueva Andalucía, actual Colombia-Venezuela, y allí implantó la devoción a la Virgen.

        En efecto, el gobernador Hojeda llevaba siempre consigo una imagen de la Virgen[28], y cada vez que hacía descansar a su destacamento en su exploración por el Caribe, plantaba allí su imagen, y exhortaba a todos a que rezasen el rosario.

        En su mayor angustia, hizo voto de regalar la Virgen en el primer pueblo que hallase, que fue el de Camagüey (Cuba), y donde levantó, junto al cacique indio del pueblo, una ermita en su honor[29].

        Finalmente, y tras finalizar su gobernación, decidió el conquistador entrar en el convento de Santo Domingo, en 1510.

d.2) Núñez de Balboa

        Gobernador de Santa María de la Antigua, Vasco Núñez de Balboa (Badajoz 1475-Panamá 1519) fue el primer europeo en divisar el Océano Pacífico[30] y el primero en fundar una ciudad americana de grandes dimensiones.

        Fue el principal amigo de los indios, haciendo muchas veces de árbitro entre las tribus enfrentadas, y respetando siempre sus estructuras tribales. Lo que no hizo sino ganarle la enemistad del gobernador de Panamá Pedrarias Dávila, que lo acusó de conspirar contra la Corona, lo juzgó culpable y lo ejecutó en Acla (Panamá).

d.3) Pedro de Valdivia

        Conquistador y poblador de Chile, Pedro de Valdivia (Badajoz 1497-Chile 1554) ponía siempre la oración por delante de toda estratagema o munición militar, invocando a sus compañeros a pedir el auxilio del glorioso Santiago, protector de las Españas.

        Nos dice su cronista, Mariño de Lobera, que “en todas sus exploraciones repetía a soldados e indios que eran todos españoles, pero que mucho más lo eran cristianos, gente que tiene de su parte el favor y socorro del Señor universal”[31].

        Y añade su teniente general Monroy que “cuando estaban los dos ejércitos frente a frente, se postraba Valdivia rostro en tierra y con voz potente hacía la profesión de la santa fe católica”[32].

        En efecto, el conquistador Valdivia supo poner siempre a los sacerdotes al frente del ejército, y en todo lo que pudo hizo el bien espiritual de los indios[33].

d.4) López de Gómara

        Cronista oficial de la Corona para el virreinato de México, Francisco López de Gómara (Soria 1511-Soria 1566) fue el principal relator de los hechos de Hernán Cortés.

        Nos dice de los mejicanos que eran en todo como los españoles, salvo en el color de la piel... al mismo tiempo que nos dice que la conquista de América supuso:

-una continuación a la conquista de los moros,
-un éxito rotundo en la extensión de las costumbres y lenguajes españoles,
-el mayor camino abierto en la historia, por tierra y por mar,
-la voluntad divina de que España siempre combatiese ante los infieles,
-un motivo de mutua ayuda entre indios y españoles,
-el más heterogéneo, más unido y más grande Imperio de la contemplación y admiración.

        Para Gómara, la finalidad de ir y estar España en las Indias era muy clara: predicar y ensalzar la fe en Cristo[34].

d.5) Francisco de Xerez

        Voluntario español para el Panamá[35], Francisco de Jerez (Sevilla 1497-Lima 1565) fue escribano de Acla (Panamá) y secretario personal de Pizarro, dejando claros los principios que movieron a unos y otros españoles a la hora de impulsar una conquista de América tan audaz y paciente.

        En efecto, nos dice el sevillano que fueron dos, por orden de preferencia, los objetivos de las expediciones españolas  a las Indias:

-llevar el conocimiento de la santa fe a los indígenas,
-sujetar América al vasallaje del rey de España.

        Fue Xerez el cronista de aquel encuentro dramático entre Pizarro y Atahualpa, y en él introdujo rápidamente cuál fue el elemento primero y esencial que trató Pizarro con el jefe inca: la fe cristiana[36].

d.6) Cabeza de Vaca

        Explorador español del golfo y norte de México[37], Alvar Núnez Cabeza de Vaca (Jerez 1490-Sevilla 1558) descubrió las cataratas del Iguazú, el curso del río Paraguay, y acabó como gobernador y adelantado del Río de la Plata.

        Prototipo de conquistador español, Cabeza de Vaca luchó por:

-eliminar la comida de carne humana entre los indios,
-sustituir su culto al demonio por el culto al Dios altísimo[38],
-inaugurar cada nuevo poblado con el ritual cristiano español[39].

d.7) Cieza de León

        Voluntario español hacia el mundo andino, Pedro Cieza de León (Badajoz 1519-Sevilla 1554) fue cronista del pacificador de la Gasca, narrando las guerras civiles del Perú.

        A la hora de relatar las causas que movieron la conquista del Perú, relata el extremeño por su orden de importancia:

-considerar que nosotros y todos estos indios traemos origen de nuestros antiguos padres, Adán y Eva,
-que fuesen reducidos al gremio de la Iglesia tan multitud de gentes,
-sufrir como españoles, y como ningunos otros hacen, los trabajos de la evangelización.

        Reconoce Cieza de León que hubo en aquella empresa crueldades, pero añade que éstas fueron individuales, y siempre acompañadas de:

-arrepentimiento, por temor a Dios,
-religiosidad profunda,
-compasión por los indios, al verlos sujetos a tantos engaños del demonio[40].

d.8) Díaz del Castillo

        Luchador en 129 batallas del Nuevo Mundo[41], Bernal Díaz del Castillo (Valladolid 1496-Guatemala 1584) fue regidor de Santiago de Guatemala, y cronista de las 3 grandes campañas sobre Cuba[42].

        Se dedicó Bernal a purificar las crónicas españolas de prodigios falsos y de victorias sobrenaturales, pero acentuaba mucho cómo los soldados[43] daban una importancia extra a un asunto común: la evangelización de los indios.

        Ya de anciano, explicaba el polifacético Bernal cómo para explicar los heroísmos pasados, “hay que reconocer que nuestros hechos no los hacíamos para nosotros mismos, sino que iban encaminados hacia Dios”[44].

d.9) Soldados evangelizadores

        De lo analizado hasta ahora se puede deducir que los soldados:

-tenían la misión de apoyar la evangelización de América,
-participaban libremente en ese apoyo consciente a la evangelización.

        Por otro lado, Cieza pasó a las Indias cuando tenía 15 años, Xerez cuando tenía 16, Cabeza de Vaca cuando tenía 17, Díaz del Castillo a los 18... y una vez allí se habían mezclado con la soldadesca. ¿De dónde sacaron, pues, esa joven y profunda fe?

        Estaba claro que los soldados[45]:

-habían mamado la fe en sus casas e infancia,
-habían escuchado y aprendido las hazañas españolas contra los moros,
-habían sido ilusionados para esta nueva empresa “conquistadora” española[46].

        Simples soldados, pues, pasaron a ser vehículos explícitos del evangelio[47], con competencias para hacerlo de manera individual  e inmediata[48].

d.10) Nativos evangelizadores

        Fueron el tercer soporte de la evangelización de América, tras el de los soldados y los misioneros[49], y la finalidad principal de la planificación ideada en España al respecto.

        En efecto, y sobre la base teológica de que no puede haber cristianismo sin familia cristiana, la tarea de los misioneros fue siempre en esa dirección[50].

        Poco a poco los indios fueron entendiendo la forma de convivir cristiana, monógama, mestiza, con solicitud por la formación en valores de los hijos.

        Y, a partir de esa educación doméstica de los indios, ellos mismos comenzaron la organización de sus propias escuelas[51], cofradías[52], catequesis[53], hospitales y asilos. Otras tareas de más responsabilidad, como las de fiscales[54] y ordenados en grado menor, pronto empezaron también a integrar a los indios en el proceso evangelizador. Hasta que llegó el momento del grado heroico en la fe, al que muchos indios lograron llegar en un espacio de tiempo record[55].

        Según el Concilio I de Lima-1552, los indios fueron “el principal y más excelente servicio que España y América están haciendo al pueblo cristiano”. Y es que los esfuerzos del peruano Nicolás de Ayllón[56], del mexicano Baltasar de Cholula[57], de los jóvenes tlaxcaltecas[58], de las muchachas chichimecas[59]... prendieron rápido y fuerte en la nueva sociedad hispanoamericana.

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