José
Murcia,
1 septiembre 2024 Las principales fuentes de información acerca de la vida de José son los primeros capítulos del 1º y 3º evangelios. Éstas son prácticamente las únicas fuentes fiables, ya que la literatura apócrifa abunda en detalles pero no recoge los datos aportados por el canon de las Escritura. Entre dichas producciones apócrifas, que tratan más o menos vastamente los episodios de la vida de José, pueden destacarse el Protoevangelio de Santiago, el Pseudoevangelio de Mateo, el Pseudoevangelio de la Natividad de María, la Historia de José el Carpintero y la Vida de la Virgen y Muerte de José. A ellos nos referiremos, en alguna ocasión. a) Nacimiento de José Mateo llama a José "hijo de Jacob", mientras que Lucas lo llama "hijo de Elí". Este no es el lugar apropiado para recitar los distintos y variados esfuerzos en resolver las irritantes incógnitas que surgen de las divergencias entre ambas genealogías, ni tampoco es necesario puntualizar las explicaciones que mejor responden a todos los requerimientos del problema. Con todo, es necesario recordar que, contrariamente a lo que fuese anteriormente afirmado, los escritores más modernos admiten prestamente que en ambos documentos poseemos la genealogía de José, y que es bastante factible conciliar ambos datos. Belén, la ciudad de David y sus descendientes, aparenta haber sido el lugar de nacimiento de José. Cuando, sin embargo, la historia del evangelio comienza, unos pocos meses antes de la anunciación, José era situado en Nazaret. Cuándo y por qué él abandonó su tierra natal para radicarse por sí mismo en Galilea no ha sido averiguado. Algunos suponen que las entonces humildes circunstancias de la familia, y la necesidad de ganarse la vida, pueden haber motivado el cambio. José, por cierto, fue un tekton, como podemos leer en Mt 13,55 y Mc 6,3. La palabra significa tanto mecánico en general como carpintero en particular. San Justino se inclina por la última acepción, y la tradición ha aceptado esta interpretación, la cual es seguida por la Biblia inglesa. b) Matrimonio de José Fue probablemente en Nazaret cuando José comprometió y desposó a aquella que sería luego la madre de Dios: María. Cuándo el matrimonio tuvo lugar, si antes o después de la encarnación, no es materia fácil de establecer, y en este punto los maestros de la exégesis han disentido en todo tiempo. La mayoría de los intérpretes modernos, siguiendo las huellas de Santo Tomás de Aquino, entienden que, para la época de la anunciación, María estaba solamente comprometida con José. Tal como Santo Tomás informa, esta interpretación se adapta mejor a todos los datos evangélicos. No será poco interesante de recordar aquí, a pesar de lo poco (o nada) fiables que son, las extensas historias concernientes al matrimonio de José que podemos encontrar en los escritos apócrifos. Cuando contaba con 40 años de edad, José desposó a una mujer llamada Melcha (Escha para algunos, Salomé para otros), con quien convivió 49 años y con quien tuvo 6 chicos (2 hijas y 4 hijos), el menor de los cuales fue Santiago (el Menor, llamado "el hermano del Señor"). Un año después de la muerte de su esposa, y siguiendo este fabuloso relato, los sacerdotes anunciaron por toda Judea que deseaban encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María (de entre 12 y 14 años). Entonces, José (de ¡90 años!) fue a Jerusalén entre los candidatos, y un milagro manifestó la elección de José realizada por Dios. Para terminar el apócrifo, 2 años después tendría lugar la anunciación de María. Estos escritos apócrifos, como apunta San Jerónimo, están viciados en su autoridad. Pero a pesar de ello adquirieron popularidad, y en ellos algunos escritores eclesiásticos buscaron la respuesta a la dificultad evangélica de "los hermanos del Señor", popularizando la falsa creencia de que José era un hombre anciano en el momento de su matrimonio con la madre de Dios. El matrimonio de José, por tanto, el único y auténtico que tuvo, estuvo pensado por sus cónyuges bajo la idea de un matrimonio virginal. Es lo que defienden San Agustín y Santo Tomás de Aquino. No obstante, pronto la fe de José en su esposa iba a ser dolorosamente probada: ella iba a tener un hijo. Pese a lo doloroso que el descubrimiento debió haber sido para él, sin conciencia de lo que significaba el misterio de la encarnación, sus delicados sentimientos le prohibieron a sí mismo difamar a su prometida, y resolvió "abandonarla en secreto". Mientras pensaba en dichas cosas, el ángel del Señor se le apareció en sueños, diciéndole: "José, hijo de David, no temas recibir a María como esposa, ya que lo que ha sido concebido en ella, es obra del Espíritu Santo". Y José, levantándose del sueño, hizo tal como el ángel del Señor le recomendó, y "tomó a María por esposa". c) Vida pública de José Unos pocos meses más tarde, llegó el tiempo para José y María de ir a Belén para ser censados, de acuerdo con el decreto emitido por el emperador Augusto. Una nueva fuente de angustia para José, puesto que "sus días se habían cumplido, y ella debía ser asistida para el parto", y "no había lugar para ellos en la posada". ¿Cuáles serían los pensamientos de este santo varón en el nacimiento del Salvador? Lo que sí sabemos es que influyó en ello la venida de los pastorcitos y de los sabios. Y que en los sucesos ocurridos durante la presentación de Jesús en el templo, también podemos adivinarlos. Por su parte, Lucas dice únicamente de él que estaba "admirado de las cosas que sucedían". Nuevas pruebas seguirían pronto. Las noticias de que un rey de los judíos había nacido bastó para encender en el malvado corazón del viejo y sangriento tirano (Herodes I de Judea) el fuego de los celos. Nuevamente, un ángel del Señor se apareció en sueños a José, diciéndole: "Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Y permanece allí hasta que te sea avisado". La citación para regresar a Israel llegó recién después de unos pocos años, y la Sagrada Familia se estableció nuevamente en Nazaret. La vida de José es, de aquí en adelante, la simple y apacible vida de un humilde judío, que se mantenía a sí mismo y a su familia con su trabajo, y observando fielmente las prácticas religiosas prescriptas por la ley u observadas por los israelitas piadosos. El único incidente digno de mención, recogido en los evangelios, es la pérdida y angustiosa búsqueda de Jesús, de entonces doce años de edad, cuando él se extravió durante la peregrinación anual a Jerusalén. d) Muerte de José Lo anterior es lo último que escuchamos acerca de José en las Sagradas Escrituras, por lo que bien podemos suponer que José falleció antes del comienzo de la vida pública de Jesús. En varias circunstancias, por cierto, los evangelios nos hablan de la madre y hermanos, pero nunca hablan acerca de su padre en conexión con el resto de la familia. Solamente nos cuentan que nuestro Señor, durante su vida pública fue identificado como "el hijo de José, el carpintero". ¿Es posible pensar que Jesús, además, cuando estaba a punto de morir en la cruz, haya confiado su madre al cuidado de Juan, estando José todavía con vida? De acuerdo con la apócrifa y sospechosa Historia de José el Carpintero, José había alcanzado los 111 años cuando murió, el 20 julio 19. San Epifanio le asignaba 90 años en el tiempo de su deceso, y si vamos a creer a Beda el Venerable, fue enterrado en el Valle de Josafat. A decir verdad, no sabemos cuándo murió José, y es bastante improbable que hubiera alcanzado la edad (111 ó 90 años) de la cual nos hablan la Historia de San José y San Epifanio. Lo más probable es que muriera, y fuese enterrado, en Nazaret. . CATECISMO JUVENIL MERCABÁ .
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