Persona Humana


Ser humano, compuesto de memoria, sentido, entendimiento y voluntad

Murcia, 1 febrero 2021
Equipo Catequético de Mercabá

        Según Boecio, la persona es la sustancia individual de naturaleza racional. Luego:

-no todo individuo subsistente es persona,
-existen distintas naturalezas de sustancia racional.

        Dicho de otro modo, la subsistencia no depende de los accidentes, y:

-la individualidad es superior a la racionalidad,
-la racionalidad es la peculiaridad de esa individualidad.

a) Identidad

        El concepto persona nació como un concepto cristiano que hacía referencia a las máscaras teatrales griegas, como rostros singulares y concretos. Fue empleada por la teología para explicar el problema de las personas divinas, la singularidad de Dios y la creación divina del hombre.

        Hasta ahora se ha visto aquello por lo que el hombre es: corporeidad, potencialidad y fin. Pero eso no basta. En el estudio del alma ya se advirtió la peculiaridad del ser humano, como inteligencia corporeizada, como unidad sustancial.

        Y es que el hombre es una identidad personal, un rostro humano y singular, un alguien y no algo[1].

b) Dignidad

        Viene de la existencia en el mundo de sujetos individuales[2], y porque el cristianismo luchó culturalmente por ello, como imagen y semejanza de su Creador.

        La dignidad está unida al valor de la libertad, que como consecuencia de la naturaleza racional, es vehículo del hombre individual y subsistente.

        La dignidad de la persona radica en el hecho de estar vivos, lo sepamos o no, llevemos un tipo de vida u otro. La dignidad se tiene, y lo único que cabe es reconocerlo[3]. Y si esto es así, la dignidad no radica en la voluntad, pues sería digna por algo exterior a ella, haciendo a unos dignos y a otros no.

        La persona es un fin, no un medio. Es un fin porque se reconoce en ella algo que nos lleva a comportarnos de una manera determinada. Luego con el hombre no se puede hacer cualquier cosa, ni consigo mismo, sin que esto tenga sus consecuencias. Pues el hombre no es sólo un objeto de estudio, sino también es alguien, y está llamado a un fin.

        Si la naturaleza de todos los hombres es la misma, eso lleva inmediatamente a reconocer al otro igual de digno que yo.

c) Muerte

        Para entender qué se será al final, hay que entender qué se fue al inicio. Existen 2 posibilidades:

-el hombre como ser material, y su origen fue él mismo,
-el hombre como ser creado, y su origen fue algo distinto a él.

        En la 1ª concepción no hay más posibilidades que evolución de la nada. Y en la 2ª sí cabe aceptar que no sólo existen cosas materiales. En la 1ª concepción el hombre sería algo solo e independiente, y en la 2ª cabe pensar en algo más con lo que el hombre podría depender.

        Aquí cabe preguntarse si el fin de la vida:

-¿es el cese del fin de la vida?
-¿no tiene continuidad?
-¿es realizable, o acaba en fracaso?

        La muerte es la separación del alma y el cuerpo. Pero ¿puede seguir el alma conociendo por sí misma, una vez separada del cuerpo? Tomás de Aquino responde que el alma prefiere conocer unida al cuerpo, porque lo hace desde su unidad sustancial.

        Morir es un fastidio para el alma, porque el alma es el principio de la vida, necesita la vida para estar conforme a su naturaleza, para tener un sentido.

        El alma separada no puede decidir su destino final, pues no pudo decidir su origen inicial. Sigue subsistiendo en su ser, porque éste le fue dado. Luego el hombre, unidad sustancial de alma-cuerpo, está llamado a la vida.

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CATECISMO JUVENIL MERCABÁ.

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[1] En el giro antropológico o “exaltación del yo”, se trata de resaltar la singularidad humana por encima de todo, y la subjetividad como signo de su identidad.

        En la filosofía personalista, el hombre no pasa de ser poesía, aunque esta sea atractiva. En ese sentido, todos los perros son iguales, se podría decir, y todos los hombres son distintos.

[2] Todo hombre es persona, sin que sea necesaria la conciencia del yo personal.

[3] Un matemático, por ejemplo, no deja de serlo mientras está durmiendo. Y un feto, por ejemplo, es racional aunque no pueda manifestarlo.