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CLUB
DE AMIGOS DE MERCABÁ
Por la Colaboradora
de Mercabá
ESCUELA DE JÓVENES
CRISTIANOS
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Agosto
2022 |
Apartado
210, 30500 MOLINA DE SEGURA, Murcia, España |
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LA
SABIDURÍA DIVINA
la
biblia, más que un libro
«Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y
amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero.
¿Cuándo acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los
hombres? Por David amé el canto, merecedor de la amargura humana. En
Eclesiastés hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida, y tan mío
ha llegado a ser vuestro acento que ya ni sé cuándo digo mi queja y
cuándo repito solamente la de vuestros dolores.
Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres. Siempre eres
fresco, recién conocido, como la hierba de julio, y tu sinceridad
es la única en que no hallo peligro, mancha disimulada de
mentiras.
Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu dureza es odiosa a los
libertinos. Yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta
el adjetivo crudo de los Números»
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el
corazón, más que un sueño
«Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.
Creo en mi corazón, el que no pide nada
porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado, ¡inmenso Dueño!
Creo en mi corazón que cuando canta
sumerge en el Dios hondo el flanco herido
para subir de la piscina viva como recién nacido.
Creo en mi corazón, el que tremola,
porque lo hizo el que turbó los mares,
y el que da a la vida orquestaciones
como de pleamares.
Creo en mi corazón en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado en el pecho
del que es Dios terrible y fuerte» |
«La
Biblia es mi libro favorito, y el mejor amigo de mi corazón. Dame,
Señor, la perseverancia, para hacer de cada retroceso un nuevo
punto de partida»
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*
GABRIELA
MISTRAL, Premio Nobel de Literatura
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«Puesto
que las soluciones materialistas no consiguen dar cuenta de nuestra singularidad,
y ésta existe por experiencia, me veo obligado a atribuir la singularidad del
yo (o alma) a una creación espiritual sobrenatural. Dicho en otros términos: cada alma es una nueva creación divina. Afirmo que ninguna otra
explicación resulta sostenible. Esto supone reconocer al Dios
trascendente, al Creador del cosmos, y al Dios amoroso a quien debemos nuestro ser»
*
John
C. Eccles, Premio Nobel de
Medicina
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«Al
discurso de la ideología marxista del gulag, los cristianos responden con su
fe, que no es otro discurso, ni una doctrina ni una moral, sino la experiencia del
encuentro con Dios hecho carne»
Alex.
Solschenitzyn
Premio Nobel de Literatura
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«Quiero
creer y creo todo lo que la Iglesia Católica quiere que creamos. Y no
experimento en ello ninguna dificultad, ya que no encuentro ninguna oposición
con los datos reales de la ciencia»
ALEXIS
CARREL
Premio Nobel de Medicina
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«A
María siempre la imagino como
madre, y la devoción a la Virgen va siempre
unida en mí a la devoción por mi madre. A Ella le
pido paz para el mundo y una
buena muerte para mí»
JACINTO
BENAVENTE
Premio Nobel de Literatura
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«Nuestros
vecinos alemanes liquidaron el país, y la Iglesia sirvió como refugio. Sin
Iglesia no existiría Polonia»
Lech
WalesA
Presidente de Polonia
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«La
Iglesia Católica fue el único baluarte que se opuso a los deseos de Hitler de
aniquilar toda verdad»
ALBERT
EINSTEIN
físico alemán
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«Las
inagotables fuentes del progreso humano son el culto a Dios y la caridad con el
prójimo»
ALCIDE
DE GASPERI
Padre
de Europa
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«La
Iglesia es el eje de oro de nuestra cultura. Cuando todas las instituciones
caen, ella permanece en pie; cuando la unidad se rompe por guerra o conquista,
ella la restablece. Y en medio de los siglos más oscuros y tormentosos, la
Iglesia se levanta, como la columna de fuego que guiaba a los israelitas por el desierto. Con nuestra Iglesia se explican
todas las cosas, y sin ella la historia se reduciría a unos fragmentos sueltos»
*
Marcelino
Menéndez y Pelayo,
historiador
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NO
ESTOY YO SOLO
Tras
el temblor opaco de las lágrimas,
no estoy yo solo.
Tras el profundo velo de mi sangre,
no estoy yo solo.
Tras la primera música del día,
no estoy yo solo.
Tras la postrera luz de las montañas,
no estoy yo solo.
Tras el estéril gozo de las horas,
no estoy yo solo.
Tras el augurio helado del espejo,
no estoy yo solo.
No estoy yo solo;
me acompaña, en vela,
la pura eternidad de cuanto amo.
Vivimos junto a Dios eternamente.
Leopoldo
Panero, poeta
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Cristo
Crucificado
del Greco
Museo
Louvre de París
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-Oye,
¿qué pasó ayer de 6 a 7, en el mercadillo?
-Una
hora, según
mis cálculos.
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-El
pelo se me cae a puñados. ¿Conoces algo que pueda frenar su caída?
-Sí, el
suelo.
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-Juanito,
¿qué fue lo último que hizo Fernando VII? -Morirse,
señorita.
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