Hombre y Hábitat, I

Antonio Moroni
Mercabá, 4 agosto 2025

a) Medio ambiente natural

        A través de un largo proceso de evolución química, inorgánica y orgánica, acaecido en la Tierra primitiva, en medio de una atmósfera falta de oxígeno y en presencia de determinadas fuentes de energía (radiaciones ultravioletas y descargas eléctricas, provocadas por perturbaciones atmosféricas), se habrían originado en nuestro planeta moléculas complejas (DNA) con capacidad de autoduplicarse y adaptarse continuamente a los cambios del sistema de factores físicos y químicos que les rodeaba, y que ellas mismas habían contribuido a cambiar. Se acababa de poner en marcha la evolución biológica.

        A través de la relación dialéctica ser vivo-medio ambiente se fueron formando con el tiempo varios niveles de organización de la vida (macromoléculas, células, individuos, gentes, comunidades, ecosistemas, biomas, biosfera). Ningún sistema vivo (un individuo, un lago, un poblado) era el resultado de la sola suma de los componentes, factores y procesos que constituían su estructura, sino del conjunto de interacciones entre esos mismos componentes, factores y procesos.

        Cada nivel presentaba su propio medio, interno y externo. Este concepto es importante, pues cuando se habla de medio ambiente se suele sobre-entender que se trata de un ecosistema (un lago, un prado, un bosque, un poblado), y esto es visión limitada que hay que superar.

        Cada uno de los niveles de organización de la vida en la Tierra tiene su propio medio (interno y externo), trátese de personas o de lagos. No existe una línea de separación entre ser vivo y su correspondiente medio externo. Cada una de las realidades vivas presenta, además, una estructura, un funcionamiento y una evolución en el tiempo.

        Todos los niveles de organización de la vida se diferencian por la estructura, pero los procesos que caracterizan la dinámica de un sistema vivo (por ejemplo, el flujo de la energía o el ciclo de las sustancias nutritivas) acontecen de manera sustancialmente similar en todos los seres vivos.

        Siguiendo con la narración, los primeros seres vivos de metabolismo heterotrófico existentes en el planeta adquirieron la energía y el alimento que necesitaban: las moléculas orgánicas de origen abiótico.

        El proceso fotosintético, con el que la evolución biológica ha respondido al agotamiento de estas sustancias, produjo un cambio drástico en el medio abiótico terrestre, trastornando las condiciones preexistentes. El oxígeno producido en la fotosíntesis provocó el paso de una atmósfera carente de él a una atmósfera con él.

        La consecuencia han sido dos situaciones importantes: el fin de la evolución química espontánea de las moléculas (con capacidad para autoduplicarse) y, debido a la aparición de la ozonosfera, el abandono por parte de especies vegetales y animales acuosas (dulces o marinas) de sus antiguos medios, para entrar en los medios aéreo o terrestre (con la profunda modificación consiguiente).

a.1) La ecosfera

        La Tierra es hoy un medio diversificado y variado, formado por un determinado número de subsistemas (litosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera). A través de la acción de las plantas, animales y microorganismos, entre litosfera, hidrosfera y atmósfera, se han ido creando (con el correr del tiempo) complicados sistemas de relaciones.

        En este sistema de relaciones, la materia y la energía solar han entrado a formar parte del proceso de la vida (ciclos biogeoquímicos y flujo de la energía) y se han ido formando procesos de regulación de los sistemas vivientes, para evitar eventuales perturbaciones de su medio interno y externo y devolverlo a la norma.

        El lento desarrollo de estos procesos, acorde con las condiciones climatológicas, ha favorecido la formación de nuevas organizaciones funcionales naturales: los ecosistemas (la tundra, taiga, floresta tropical pluvial, desiertos...) y la biosfera.

a.2) El ecosistema

        El ecosistema es el nivel en el que es posible estudiar mejor el funcionamiento de los sistemas naturales en el espacio y en el tiempo y en condiciones normales y alteradas. Todo ecosistema (como una célula o una persona) presenta una estructura, un funcionamiento y una historia.

        Desde el punto de vista de la estructura, los ecosistemas están constituidos por factores fisiográficos (orografía, hidrografía, geomorfología...), físicos (meteorología y climatología, radiactividad...), químicos (sustancias químicas presentes en el agua, en el suelo, en el aire) y biológicos (plantas, animales y microorganismos que viven en el agua). La descripción de estos componentes y factores es tarea de ciencias especializadas (geología, meteorología, climatología, química, física, zoología, botánica o microbiología).

        Los ecosistemas difieren entre sí por los componentes y factores que constituyen la estructura. Pero ninguno de estos factores por separado determina la identidad de un ecosistema. Esta identidad es el resultado de un sistema de relaciones vivo, frágil y complejo entre todos estos componentes y factores y los procesos ecológicos derivados.

b) Ecosistema natural

        Piénsese en un lago. Los productores (plantas verdes), los consumidores (animales herbívoros y carnívoros) y los descomponedores (hongos y bacterias) están vinculados entre sí por relaciones alimenticias, formando las llamadas cadenas alimenticias. Todas las cadenas alimenticias existentes en un lago están relacionadas entre sí y forman la red alimenticia (es decir, la comunidad biótica característica del lago).

        Los procesos fundamentales que caracterizan el funcionamiento de un lago se pueden resumir de la siguiente manera. Al penetrar en el agua, la radiación solar es captada por los productores o plantas verdes (algas, macrofitas...). Gracias al proceso de la fotosíntesis, la energía solar se almacena en forma de energía química con posibilidad de vincularse a los azúcares producidos por las plantas, y queda a disposición de los animales y de aquellos vegetales (por ejemplo, los hongos) carentes de clorofila.

        Una parte de las algas así producidas la comen (por ejemplo, los pequeños crustáceos herbívoros), y otra parte se deposita en el fondo. De los herbívoros, una parte se la comen los carnívoros (por ejemplo, las truchas), y el resto cae al fondo del lago. En el caso de las truchas, o las pesca el hombre o mueren y caen al fondo. 

        En el fondo del lago, bacterias, hongos y pequeños animales que se nutren de cadáveres y residuos inorgánicos, realizan el proceso de la biodescomposición, liberando aquellas sustancias químicas (fosfatos, nitratos...) que entrarán de nuevo en el ciclo gracias a las plantas verdes.

c) Puesto del hombre en la naturaleza

        El hombre forma parte del medio físico, químico y biológico que le rodea. Y a semejanza de cualquier otra especie viviente, está implicado en los procesos de la circulación de las sustancias alimenticias, del flujo de la energía y del mantenimiento de los equilibrios necesarios para asegurar el funcionamiento de los ecosistemas naturales.

        Debido a una adquisición gradual de conciencia de sí y de los procesos del funcionamiento de la naturaleza, los humanos se han ido gradualmente liberando del determinismo que caracteriza la relación plantas-animales-medio abiótico, y han ido desarrollando una confrontación natural con el propio marco de vida.

        En este marco se entiende por el término cultura el sistema de concepciones, valores, medios, expresiones socio-políticas, económicas, artísticas y éticas por los que una persona que vive en un grupo, y el grupo mismo, entra en contacto con su medio ambiente.

        La historia de la humanidad no es sólo la historia de príncipes, guerras y alianzas, sino también del sucederse de culturas, con las que en el correr de los siglos las comunidades humanas han administrado su propio medio ambiente, confiriéndole identidad y armonía o comprometiendo (incluso dramáticamente) su funcionamiento. La presencia de la cultura en el escenario de la humanidad ha ejercido una influencia creciente en la adaptación del hombre a su medio ambiente.

d) Medio ambiente humano

        Para la población humana, el medio social tiene el mismo peso que el medio físico. La integración de ambos medios configura el sistema medioambiental humano.

        En la cultura de las sociedades industriales actuales, viciadas de reduccionismo, existe un claro dualismo entre naturaleza y ciudad. En realidad, la ecología, o ciencia que estudia los procesos del funcionamiento del medio ambiente en el espacio-tiempo y en la dimensión normal y alterada, propone hoy una visión más realista del problema. Los procesos de funcionamiento medioambiental se desarrollan de manera muy similar en el medio natural y en el medio humano.

        A semejanza de la unidad del fenómeno vida, y a pesar de la multiplicidad de las formas vivientes, el medio ambiente es, en su realidad dinámica, unitario, difiriendo únicamente:

-por el sustrato en el que se desarrollan los procesos ambientales (agua, aire, suelo, diversas formas de plantas, de animales y de microorganismos),
-por el diferente modo de gestión de los procesos y recursos ambientales, determinista (por parte de plantas, animales y microorganismos) o consciente (por parte humana).

        Los ecosistemas humanos (una familia, un pueblo...), y ellos mismos con estructura, funcionamiento e historia propios, nacen y se desarrollan como sistemas de relaciones entre medio natural, realidad biológica y expresiones sociales (económicas, éticas, científicas, políticas, religiosas...), en continua evolución de la cultura humana.

        Las sociedades humanas, y cada persona en particular, han desarrollado la capacidad de manipular el medio y los procesos medioambientales según un proyecto propio. Cada persona, por consiguiente, tiene la responsabilidad de hacer uso de esta conciencia con una finalidad de promoción o destrucción de la calidad del medio ambiente en el que vive y actúa. Este concepto está en la base de la construcción de una nueva ética medioambiental, y de la reflexión sobre la presencia humana en el escenario natural.

        A este respecto, resulta importante señalar el cambio que ha experimentado en la legislación medioambiental el concepto de responsabilidad para con el medio ambiente. Se decía habitualmente que se está en regla actuando según las prescripciones legales. Con las Directrices de Seveso (CEE) se viene a decir que "ninguna ley estatal puede exonerar a un ciudadano de la propia responsabilidad en la administración del medio ambiente".

        Es científicamente erróneo sostener (como se sigue haciendo en algunos ámbitos) que en la naturaleza todo es equilibrio, armonía y orden, y que todos los dramas que afligen al medio ambiente hay que atribuirlos exclusivamente a las personas. En realidad, en el curso de las eras geológicas, las tragedias ingentes han trastornado y trastornan el asentamiento del planeta, llevando a la extinción a floras y faunas exuberantes.

        Más aún, la presencia humana no queda sólo vinculada a aspectos que imitan los determinismos de un comportamiento puramente instintivo. La calidad del medio natural, que Hugo Foscolo expresaba en sus Sepulcros con el término "hermosa familia de hierbas y animales", se hace realidad en la naturaleza fundamentalmente a través del proceso violento de depredación (que está en la base de las cadenas alimenticias) y a través de los ciclos biogeoquímicos, del flujo de la energía y de los procesos homeostáticos.

        El arte, la poesía y la música, la organización social y económica de las comunidades, la participación en las alegrías y penas de los demás, la actividad política, la actuación gratuita, o la lucha contra todos los factores (frío, peste, carestía...) que durante milenios han diezmado la población humana, y atraído la atención a las naciones en vías de desarrollo... todo ello constituyen aspectos de un progreso que, respetando los procesos del funcionamiento de la naturaleza, ha enriquecido con nuevas expresiones el medio humano, hasta el punto de poder afirmarse que "el medio humano es, al menos en potencia, más rico que el medio natural, al que abarca".

        Junto a esta constatación, la experiencia cotidiana presenta episodios dramáticos, indicativos del agravamiento del disenso entre sociedad y medio ambiente. El término ambigüedad describe mejor que ningún otro el comportamiento ético del hombre para con su medio ambiente. A semejanza del concepto "crisis ecológica", invita a trabajar en la formación e información medioambientales, capaces de promover actitudes éticamente correctas hacia el medio ambiente y sus recursos.

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  Act: 04/08/25       @portal de ecología            E D I T O R I A L    M E R C A B A     M U R C I A