Reto II de la Tierra: el agua Joaquín
Menacho Enumeraremos a continuación los hechos y síntomas del deterioro ecológico de nuestro planeta, en el 2º de sus campos en cuestión: el agua. Nuestro tratamiento no es exhaustivo, y algunos temas, como la escasez de recursos no renovables, se nos han quedado en el tintero por falta de espacio. Como en toda enumeración, se puede tener la impresión de asistir a una especie de exposición alarmista de estilo apocalíptico. No es esta la intención. Más bien se trata de localizar los problemas, intentar calibrarlos y entenderlos para poder afrontarlos. a) Agua marina Todo el mundo sabe que la contaminación de los mares es un problema real. Esta contaminación proviene de la acción industrial del hombre, en proporciones que desde 2010 (la entrada total de China en los mares) vienen siendo gigantescas. Uno de los principales problemas de la ecología marina es la descarga directa o indirecta (a través de los ríos) de residuos industriales. El caso del mercurio (y del cadmio) es especialmente grave[1], y por ello se han puesto en marcha legislaciones que han conseguido reducir drásticamente el vertido de estos productos al mar. En cambio, los efectos de la intensa fertilización de los mares, debido a los fertilizantes agrícolas y a los restos orgánicos animales y humanos, puede perturbar seriamente el equilibrio ecológico marino. El aumento de sustancias fertilizantes en las aguas marinas provoca el fenómeno de la eutrofización, que consiste en el desarrollo masivo de algunas especies, como las medusas o de determinado tipo de algas. La hipertrofia de estas especies representa un grave desequilibrio. Por ejemplo, las mareas de algas presentes en los últimos años en la Costa Azul, en el Adriático Norte y en la Costa Danesa impiden el paso de la luz y la oxigenación de las aguas inferiores, deteriorando la vida de la fauna subacuática. Un efecto parecido tienen las emisiones de hidrocarburos por parte de los petroleros, ya sea accidentalmente, ya por operaciones (ilegales, pero no perseguidas) de limpieza de las bodegas en alta mar. La contaminación por petróleo tiene consecuencias múltiples. Impide el paso de luz y oxígeno a las aguas inferiores. Aniquila el plancton marino. Además, los animales más grandes lo ingieren mezclado con su alimento. De esta manera, el petróleo tiene un efecto tóxico prácticamente sobre la totalidad de la fauna y flora marinas. Hasta las aves marinas se ven afectadas, ya que su fuente de alimentación se halla en las zonas superficiales y costeras, que son las más afectadas. Por último, está la contaminación causada por la pérdida de instrumentos de pesca. En ese sentido, miles de redes e hileras quedan a la deriva del mar, y representan una trampa mortal para la fauna marítima. Se cree que, por esta causa, mueren al año 1 millón de aves marinas y más de 100.000 animales grandes. La pesca corre grave riesgo de provocar un colapso por extinción de las especies utilizadas en alimentación. La FAO pidió que las capturas anuales no excediesen los 100 millones de toneladas, cifra ya superada en 1990. Las normativas internacionales han intentado frenar este peligro, pero, estamos, en el límite de un proceso de extinción progresiva. b) Aguas dulces Huelga decir la importancia que tiene la presencia de agua dulce para la posibilidad de vida vegetal y animal en el suelo continental. De hecho, el promedio de precipitaciones caídas sobre las tierras continentales es suficiente para la vida (más de 500 mm anuales). Pero la distribución de estas precipitaciones es terriblemente desigual, y provoca enormes diferencias. Además, tenemos que tener en cuenta que de las precipitaciones procede el agua dulce continental. Porque, a fin de cuentas, las aguas subterráneas tienen el mismo origen. Por ello, el aprovechamiento de las aguas subterráneas en las zonas de escasa pluviosidad no puede considerarse como un recurso ordinario a largo plazo. Dos problemas ecológicos afectan al agua dulce: la escasez y la contaminación. En cuanto al segundo, es indiscutible la gravedad de la contaminación del agua por los vertidos industriales o domésticos y también por la filtración de fertilizantes (sobre todo nitrogenados) agrícolas. En cuanto a la escasez de agua, vale la pena destacar el incremento espectacular del consumo de agua, que se ha cuadruplicado en la última mitad del siglo. Este incremento tiene mucho que ver con el aumento demográfico del planeta, pero todavía más con la industrialización. Así, por ejemplo, mientras en Norteamérica se consumen más de 2.000 m3 anuales por habitante, en Guinea Bissau la cifra es cien veces inferior: sólo 20 m3. No sólo se trata de un problema de escasez, sino de igualdad y de justicia. Hay que recordar que, según datos del informe del PNUD de 1998, el 43% de la población de los países menos desarrollados y el 29% de los países en vías de desarrollo no tienen acceso a agua potable: esto representa a unos 1.500 millones de personas. No es de extrañar que este sea uno de los principales factores de la baja esperanza de vida de estas regiones. Finalmente, tanto por las perspectivas de crecimiento demográfico, como del deseable desarrollo, el consumo humano de agua aumentará en los próximos decenios. Tendremos que hallar nuevos recursos de captación y regulación, de ahorro y de reciclaje para hacer frente a estas necesidades. c) Gestión del agua El desarrollo humano comporta un incremento espectacular del consumo de agua (electrodomésticos, riego, higiene...). El consumo de agua potable en los países ricos se ha multiplicado por 500 en el siglo presente. Este aumento no es tolerable en países de clima seco. Es cada día más urgente mejorar la gestión del agua potable. Por otro lado, las técnicas modernas de explotación agropecuaria, que se caracterizan por su carácter intensivo y por la separación de agricultura y ganadería, presentan tres problemas principales: -la
erosión del suelo fértil, Actualmente se están ensayando los métodos biológicos alternativos a la utilización del agua. La utilización de fertilizantes naturales (estiércol, purines y paja) se topa con la dificultad de la separación de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Por otro lado, todavía pasará tiempo antes de que se desarrollen métodos garantizados que sustituyan los plaguicidas artificiales por métodos naturales (hormonas, depredadores). .
_______ [1] Entre 1952 y 1972 murieron al menos 400 personas en Minamata (Japón), y algunos miles quedaron con graves secuelas cerebrales, a causa de la fijación del mercurio en la fauna marina de la zona. El mercurio provenía de una fábrica de aldehídos cercana. |