PAPIRO DE WENAMÓN
Crónica de Ramsés XI

Año 5, mes 3º de la 3ª temporada[1], día 16, día de la partida del mayordomo de la casa de Amón, de Ramsés (XI), señor de las dos tierras, Wenamón: para traer la madera para la gran y augusta barcaza de Amon-Ra, rey de los dioses, que está en el río llamado Userhet.

El día de mi llegada a Tanis (Dan), en el lugar de residencia de Nesubenebded y Tentamon, les di los escritos que Amon-Ra (Ramsés XI), rey de los dioses, me había dado. Hicieron que se leyeran en su presencia, y dijeron: "Lo haré, lo haré de acuerdo con lo que dice Amon-Ra, rey de los dioses, nuestro señor". Permanecí allí hasta el 4º mes de la 3ª temporada, estando en Tanis.

Nesubenebded y Tentamon me enviaron con el capitán del barco, Mengebet, y descendí al gran mar sirio en el 4º mes de la 3ª temporada, el 1º día. Llegué a Dor, una ciudad de Thekel. Y Bedel, su rey, hizo que me trajeran mucho pan, una jarra de vino y un trozo de carne.

Entonces un hombre de mi barco huyó, habiendo robado ... vasijas de oro, que ascienden a 5 deben; 4 vasijas de plata, que ascienden a 20 deben; 1 saco de plata, de 11 deben. El total de lo que él robó fue de 5 deben de oro, y 31 deben de plata.

Por la mañana me levanté y fui a la morada del príncipe, y le dije: "Me han robado en tu puerto. Ya que tú eres el rey de esta tierra, tú eres, por tanto, su investigador, que debe buscar a mi dinero. Porque el dinero pertenece a Amon-Ra, rey de los dioses, el señor de las tierras. Y pertenece a Nesubenebded, y pertenece a Hrihor mi señor, y a los demás magnates de Egipto. Pertenece también a Weret, a Mekmel y a Zakar-Baal, el príncipe de Biblos".

Bedel me dijo: "Por mi honor y excelencia, que no sé nada de esta queja que me has presentado. Si el ladrón fuera de mi tierra, el que subió a bordo de tu barco para robar tu tesoro, te lo pagaría de mi tesoro hasta que encuentren a tu ladrón por su nombre. Pero el ladrón que te robó es de tu barco. Quédate unos días aquí conmigo, y lo buscaré".

Después de pasar 9 días amarrado en su puerto, fui a él y le dije: "He aquí que no has encontrado mi dinero. Por tanto, déjame partir con el capitán del barco, y con los que conmigo vienen".

Me dijo: "Cállate".

...

Tras zarpar del puerto, llegué a Tiro. Salí de Tiro al amanecer, con intención de visitar a Zakar-Baal, el príncipe de Biblos. Entonces encontré 30 deben de plata en el barco. Lo agarré, diciéndole: "Tomaré vuestro dinero, y permanecerá conmigo hasta que encontréis mi dinero".

Se fueron, mientras yo llegué al puerto de Biblos. Allí hice un escondite y escondí mis cosas en él. El príncipe de Biblos me envió ... diciendo: "Vete de mi puerto". Yo le envié la respuesta, diciendo: "Si navegan desde tu puerto, que me lleven a Egipto".

Pasé 19 días en su puerto, y él continuamente me enviaba a diario un ... diciendo: "Vete de mi puerto".

Un día que ellos sacrificaban a sus dioses, el dios se apoderó de uno de sus nobles jóvenes, haciéndolo frenético y diciendo: "Traed al mensajero de Amón, coged el dios que tiene, enviádmelo, y luego dejadlo ir".

Mientras los frenéticos jóvenes continuaban frenéticamente durante esa noche, encontré un barco con destino a Egipto, y cargué todas mis pertenencias en él. Esperé la oscuridad, diciendo: "Cuando descienda, embarcaré también al dios, para que ningún otro ojo pueda verlo".

El capitán del puerto se acercó a mí y me dijo: "Quédate hasta la mañana junto al príncipe". Yo le dije: "¿No eres tú el que continuamente viene a mí todos los días, diciendo 'Vete de mi puerto'? ¿Por qué dices ahora 'quédate en tierra?) ¿Para dejar partir al barco que he encontrado? Para que vengas y digas de nuevo '¡fuera!".

Fue y se lo contó al príncipe, y el príncipe envió al capitán del barco, diciendo: "Quédate hasta la mañana junto al rey".

Cuando llegó la mañana, me hizo subir cuando ocurrió la ofrenda divina en la fortaleza donde él estaba, a la orilla del mar. Lo encontré sentado en su habitación superior, con la espalda apoyada en una ventana, mientras las olas del gran mar sirio golpeaban contra el ..., detrás de él. Le dije: "Bondad de Amón".

Él me dijo: "¿Cuánto tiempo hace desde que saliste lejos de la morada de Amón?". Dije: "Cinco meses y un día hasta ahora". Él me dijo: "Si eres veraz, ¿dónde está la escritura de Amón, que estaba en tu mano? ¿Dónde está la carta del sumo sacerdote de Amón, que estaba en tu mano?".

Le dije: "Se las di a Nesubenebded y Tentamon".

Entonces se enojó mucho, y me dijo: "Mira, la escritura y la carta no están en tu mano. ¿Dónde está el barco de cedro que te dio Nesubenebded? ¿Dónde está su tripulación siria? Entrega tu negocio a este capitán de barco, para que no te mate y te arroje al mar.

Así me habló él. Le dije: "Ciertamente, hay barcos egipcios y tripulaciones egipcias que navegan bajo Nesubenebded, pero él no tiene tripulaciones sirias".

Me dijo:" Seguramente hay 20 barcos aquí en mi puerto, que están en conexión con Nesubenebded y Sidón, donde tú también irías. Hay también 10 barcos que están en conexión con Berketel, y navegan a tu casa".

Yo guardé silencio en esta gran hora. Pero él me dijo: "¿A qué negocio has venido aquí?".

Le dije: "He venido a por madera, para la gran y augusta barcaza de Amon-Ra, rey de los dioses. Tu padre lo hizo, tu abuelo lo hizo, y tú también lo harás".

Así hablé yo. Él me dijo: "Lo hicieron, en verdad. Y si me das algo por hacerlo, yo lo haré también. De hecho, mis agentes tramitaron el negocio, y el faraón envió 6 barcos cargados con los productos de Egipto, descargados de sus graneros. Pero tú también me has de traer algo".

Zakar-Baal hizo que trajeran el diario de sus padres, y que lo leyeran antes que yo. Y encontraron que estaba escrito en ese libro ...

Luego me dijo: "Si el gobernante de Egipto fuera el dueño de mi propiedad, y yo también fuera su siervo, él no enviaría plata y oro, diciendo: 'Haz el mandato de Amón". No fue el pago de tributo lo que exigieron a mi padre . En cuanto a mí, yo no soy siervo tuyo ni siervo del que te envió. Si clamo al Líbano, sus cielos abre para mí, pues los troncos yacen aquí, a la orilla del mar. Dame las velas que has traído para impulsar tus barcos, los que han de llevar tus troncos a Egipto. Dame la cuerda que has traído para atar los árboles. Pues las velas de tus barcos son ... y las tapas son demasiado pesadas y se rompen, antes de llegar a la tierra de Egipto, de donde vienes.¿Cuáles son estos miserables viajes que te han hecho hacer?".

Le dije: "Oh, culpable. No son viajes miserables los que yo estoy haciendo. No hay barco en el río que no sea de Amón. Porque de él es el mar, y de él es el Líbano, del que tú dices 'es mío'. Userhet hizo esta barcaza de Amón, el señor de todos los barcos. Y fue Amón-Ra, rey de los dioses, quien dijo a Hrihor, mi señor: 'Envíalo'. Y él me hizo ir, llevando este gran dios. Pero he aquí que tú has dejado que este gran dios espere 29 días en tu puerto, sabiendo que yo estaba aquí. En cuanto a lo que dices de que los reyes anteriores os enviaron plata y oro, vida y salud, no es así. Pues enviaron a vuestros padres los objetos de valor, en lugar de vida y salud".

Y seguí diciéndole: "Ahora, en cuanto a Amon-Ra, rey de los dioses, él es el señor de la vida y la salud, y fue el señor de tus padres, que pasaron toda su vida ofrendando a Amón. Y tú también eres siervo de Amón. Si le dices a Amón 'Lo haré, lo haré', y cumples su mandato, vivirás y serás próspero, estarás sano y serás agradable para ti y toda tu tierra y todo tu pueblo. Pero no desees para ti nada que pertenezca a Amon-Ra, rey de los dioses. Sí, el león ama a los suyos. Que me traigan a mi escriba, para que pueda enviarlo a Nesubenebded y Tentamon, los gobernantes que Amón ha dado al norte de su tierra. Y ellos enviarán todo lo que yo les escriba, diciendo 'Que se traiga'. Hasta que vuelva al sur y te envíe todo, a todas tus bagatelas otra vez".

Así le dije, y él entregó mi carta en manos de su mensajero. Cargó en la quilla la cabeza de la proa y la cabeza de la popa, con otras 4 vigas talladas y 7 juntas, y los hizo llevar a Egipto. Su mensajero fue a Egipto y volvió a mí a Siria, en el 1º mes de la 2ª temporada.

Nesubenebded y Tentamon enviaron en este 2º viaje a Siria: 4 vasos pequeños de oro, 1 vaso grande de oro, 5 vasos pequeños de plata, 10 prendas de lino real, 500 rollos de papiro, 500 pieles de buey, 500 bobinas de cuerda, 20 medidas de lentejas y 30 medidas de pescado.

El príncipe Zakar-Baal se regocijó, y ordenó a 300 hombres y 300 bueyes, colocando supervisores sobre ellos, que talaran los árboles. Pasaron la 2ª temporada con eso, y en el 3º mes de la 2ª temporada los arrastraron a la orilla del mar. El príncipe se acercó y se paró junto a ellos, y envió a decirme: "Ven".

Cuando iba a presentarme ante Zakar-Baal, la sombra de su parasol cayó sobre mí. Y Penamon, un mayordomo mío, se interpuso entre mí, diciendo: "La sombra de faraón, tu señor, cae sobre ti". Yo me enojé con él, diciendo; "¡Déjalo en paz!".

Me presenté ante él, y él me dijo: "El mandamiento que antes ejecutaron mis padres, yo lo he cumplido. Aunque tú, por tu parte, no has hecho por mí lo que tus padres hicieron por los míos. Ha llegado lo último de tu madera, y allí está. Haz según mi deseo y ven a cargarlo, porque en verdad te lo darán. Pero no vengas a contemplar el terror del mar, porque si contemplas el terror del mar, contemplarás también el mío. De hecho, no te he hecho lo que hicieron con los mensajeros de Khamwese, cuando pasaron 17 años en esta tierra. Murieron en este lugar". Después, Zakar-Baal dijo a su mayordomo: "Llévalo y déjale ver su tumba, donde duermen".

Yo le dije: "¡No me dejes verlo! En cuanto a Khamwese, meras personas eran los mensajeros que te envió, pero personas no había dios entre sus mensajeros. Y sin embargo tú dices 've a ver a tus compañeros'. ¿No estás contento? ¿No te has hecho una tablilla en la que dices 'Amon-Ra, rey de los dioses, me envió su mensajero divino, y a Wenamon su mensajero humano, tras la madera para la gran y augusta barcaza de Amon-Ra, rey de los dioses?'. La derribé, la cargué, le suministré mis barcos y mis tripulaciones, los devolví a Egipto y me devolvieron 10.000 años de vida de Amón'?. Luego, en los días futuros, cuando un mensajero venga de la tierra de Egipto, que sepa escribir y lea tu nombre en la estela, recibirás agua en el Oeste, como los dioses que están allí".

Él me dijo:" Es un gran testimonio el que me dices".

Yo le dije: "En cuanto a las muchas cosas que me has dicho, cuando llegue al lugar de residencia del sumo sacerdote de Amón se las diré, y él verá lo que hay que hacer, y él hará que se te entregue algo".

Fui a la orilla del mar, al lugar donde estaban las vigas, y vi 11 barcos que venían del mar, pertenecientes al Thekel, diciendo: "¡Arrestadlo! ¡No dejéis que un barco suyo pase a Egipto!".

Me senté y comencé a llorar. El escribano del príncipe se acercó a mí y me dijo: "¿Qué te pasa?". Yo le dije: "Mira esas aves, que descienden 2 veces sobre Egipto. ¡Míralas! Vienen al estanque ¿Y cuánto tiempo estaré yo aquí, abandonado? Porque ciertamente, ya ves que vienen a arrestarme otra vez".

El escribano fue y se lo contó al príncipe. El príncipe comenzó a llorar por las malas palabras que le dijeron. Me envió su escriba, me trajo 2 tinajas de vino y un carnero. Me envió a Tentno, una cantante egipcia que estaba con él, diciendo: "Canta para él; no dejes que su corazón sienta aprensión".

Me envió también un mensajero que me dijo: "Come y bebe, y no dejes que tu corazón sienta aprensión. Oirás todo lo que tengo que decir por la mañana".

Llegó la mañana, y me presenté ante Zajar-Baal. Pero también se presentó Thekel. Al verlo, el príncipe le dijo: "¿Por qué habéis venido?". Ellos le dijeron a Zakar-Baal: "Hemos llegado después de que ... los buques que tú envías a Egipto, con nuestros compañeros". Pero el príncipe les contestó: "Yo no puedo arrestar al mensajero de Amón en mi tierra. Dejadme despedirlo, y vosotros lo perseguiréis para arrestarlo".

Me subió a bordo, y me envió desde el puerto del mar.

El viento me llevó a la tierra de Alasa, y allí los de la ciudad vinieron hacia mí para matarme. Me llevaron entre ellos a la morada de Heteb, la reina de la ciudad. La encontré cuando salía de una de sus casas y entraba en la otra. La saludé, y le pregunté a la gente que estaba a su alrededor: "¿Alguno de vosotros entiende egipcio?".

Uno de ellos dijo: "Lo entiendo".

Le dije: "Dile a mi señora: Se dice en Tebas, la morada de Amón, que en toda ciudad se comete injusticia, pero que en la tierra de Alasa se hace justicia. Pero lo que yo veo es que aquí se comete la injusticia todos los días".

Ella dijo: "¡De veras! ¿Qué es esto que dices?".

Le dije: "Si el mar se enfureció y el viento me empujara a la tierra donde estoy, no dejarás que se aprovechen de mí para matarme. Soy un mensajero de Amón, y soy uno a quien buscarán sin cesar. En cuanto a la tripulación del príncipe de Biblos, a quien pretendían matar, su señor seguramente encontrará 10 tripulaciones tuyas, y las matará por su parte".

La reina Heteb hizo llamar a mi gente, e hizo que estacionara ante ella. Y a mí me dijo: "Pasa aquí la noche".

[1] Mes 11º de los 12 meses del año.