INSCRIPCIÓN DE KARNAK
Tratado de Paz de Kadesh, versión egipcia

Año 21, mes 1º de la 2ª temporada, 21º día, bajo la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto, Usermare-Setepnere, hijo de Ra, Ramsés (II) Meriamon, dador de vida por los siglos de los siglos, amado de Amón-Ra-Harakhte, amado de Ptah al sur de su muro, señor de las dos tierras, Mut, amante de Ishru y Khonsu-Neferhotep; brillando sobre el trono de Horus de los vivos, como su padre Harakhte, por los siglos de los siglos.

En este día, su majestad estaba en la ciudad llamada "casa de Ramsés Meriamon", realizando las agradables ceremonias de su padre, Amón-Ra-Harakhte-Atum, señor de las dos tierras de Heliópolis, y dando la eternidad en jubileos y años pacíficos para todas las tierras y todos los países postrados bajo su sandalias para siempre.

Llegó el mensajero del rey de Kheta, Terteseb, y su diputado mayordomo, trayendo al rey Ramsés II una tablilla de plata que el gran jefe de Kheta, Khetasar, hizo que fuera llevada al faraón.

Copia de la tablilla de plata, que el gran jefe de Kheta, Khetasar, hizo que fuera llevada al faraón de la mano de su mensajero Terteseb y su mensajero Ramose, para anhelar la paz de la majestad de Ramsés II, haciendo su límite hasta donde él desea en cada país.

El tratado que el gran jefe de Kheta, Khetasar el Valiente, el hijo de Merasar (gran jefe de Kheta), el nieto de Seplel (gran jefe de Kheta), ha hecho en una tablilla de plata para Usermare-Setepnere (Ramsés II), el gran gobernante de Egipto, el hijo de Menmare (Seti II, gran gobernante de Egipto), el nieto de Menpehtire (Ramsés I, gran gobernante de Egipto), es un buen buen pacto de paz y de hermandad, que establece la paz para siempre.

Al principio, desde la eternidad, las relaciones del gran gobernante de Egipto con el gran jefe de Kheta eran tales que el dios impedía las hostilidades entre ellos, mediante un tratado. Mientras que en el tiempo de Metella, el gran jefe de Kheta, mi hermano luchó con Ramsés II, el gran gobernante de Egipto. Pero ahora, comenzando con este día, Khetasar, el gran jefe de Kheta, está en tratado para establecer las relaciones que Ra hizo y que Sutekh hicieron en su día, para la tierra de Egipto y para la tierra de Kheta, para no permitir que las hostilidades surjan entre ellos, para siempre.

Khetasar, el gran jefe de Kheta, está en relación de tratado con Usermare-Setepnere (Ramsés II), el gran gobernante de Egipto, a partir de este día, a fin de lograr una buena paz y una buena hermandad entre nosotros para siempre. Mientras él esté en hermandad conmigo y en paz conmigo, yo estaré en hermandad con él y en paz con él, para siempre. Desde que Metella, el gran jefe de Kheta, mi hermano, sucumbió a su destino, yo me senté como gran jefe de Kheta en el trono de mi padre. Yo estoy junto con Ramsés-Meriamon, el gran gobernante de Egipto, y él está conmigo en paz y hermandad, mejor que la antigua paz y hermandad que había.

Yo, el gran jefe de Kheta, estoy con Ramsés II, el gran gobernante de Egipto, en buena paz y en buena hermandad.

Los hijos de los hijos del gran jefe de Kheta estarán en hermandad y paz con los hijos de los hijos de Ramsés-Meriamon, el gran gobernante de Egipto, estando nuestras relaciones en hermandad y en paz. La tierra de Egipto puede estar con la tierra de Kheta en paz y hermandad, igual que lo estaremos nosotros para siempre.

No habrá hostilidades entre nosotros, para siempre. El gran jefe de Kheta no pasará más a la tierra de Egipto para tomar nada de ella. Ramsés-Meriamon, el gran gobernante de Egipto, no pasará a la tierra de Kheta para tomar nada de allí, para siempre.

En cuanto al tratado anterior que había en el tiempo de Seplel, gran jefe de Kheta, o el que había en el tiempo de Metella, gran jefe de Kheta y mi padre, yo lo sostendré. Ramsés-Meriamon, el gran gobernante de Egipto, se mantendrá junto con nosotros a partir de este día. Nos aferraremos a ello y trataremos de la manera anterior.

Si otro enemigo viene contra las tierras de Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, y envía al gran jefe de Kheta diciendo "ven conmigo como refuerzo contra él", el gran jefe de Kheta vendrá y matará a su enemigo. Pero si el gran jefe de Kheta no desea venir, enviará su infantería y su carroza, y matará a su enemigo.

Si Ramsés-Meriamón, gran gobernante de Egipto, es provocado por los delincuentes, y éstos cometen alguna falta contra él, y él viene a matarlos, entonces el gran jefe de Kheta actuará con el señor de Egipto.

Si otro enemigo viene contra el gran jefe de Kheta, y él enviara al gran jefe de Egipto, Usermare-Setepnere, en busca de refuerzos, entonces él vendrá como refuerzo, para matar a su enemigo. Si no es el deseo de Ramsés-Meriamon, gran gobernante de Egipto, venir él, entonces enviará su infantería y su carroza, y matará a su enemigo, además de devolver respuesta a la tierra de Kheta.

Si los súbditos del gran jefe de Kheta se rebelan contra él, Ramsés-Meriamon, gran gobernante de Egipto, gobernará la tierra de Kheta y la tierra de Egipto, y castigará a los rebeldes diciendo que yo (Khetasar, gran jefe de Kheta) vendré después de su castigo, para siempre, a la tierra de Kheta. Y que él, Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, quedará en silencio para siempre. Y volverá de nuevo el gran jefe de Kheta.

Si cualquier gran hombre de la tierra de Egipto huyere y viniere al gran jefe de Kheta, ya sea de una ciudad o de las tierras de Ramsés-Meriamon, gran gobernante de Egipto, entonces el gran jefe de Kheta no los recibirá, y hará que sean llevados por eso a Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto y su señor.

O si huyen de un hombre, o dos hombres desconocidos, y vienen a la tierra de Kheta para convertirse en súbditos extranjeros, entonces no serán establecidos en la tierra de Kheta, y serán llevado a Ramsés-Meriamon, gran gobernante de Egipto,

O si cualquier gran hombre huye de la tierra de Kheta, y viene a Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, de una ciudad o un distrito, o cualquier región de las que pertenecen a la tierra de Kheta, entonces Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, no los recibirá, sino que hará que sean llevados al gran jefe de Kheta, sin que sean liquidados.

Del mismo modo, si un hombre, o dos o tres, que no son conocidos, huyen y llegan a la tierra de Egipto para convertirse en súbditos extranjeros, Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, no los liquidará, sino que hará que sean llevados al gran jefe de Kheta.

En cuanto a las palabras de este contrato del gran jefe de Kheta con Ramsés-Meriamon, gran gobernante de Egipto, escritas sobre esta tablilla de plata, mil dioses de los dioses masculinos y de los dioses femeninos de los de la tierra de Kheta, junto con mil dioses de los dioses masculinos y de los dioses femeninos de los de la tierra de Egipto, estarán como testigos de estas palabras. El dios del sol, señor de los cielos; el dios del sol de la ciudad de Ernen; Sutekh, el señor de los cielos; Sutekh, de la tierra de Kheta; Sutekh, de la ciudad de Ernen; Sutekh, de la ciudad de Zepyerened; Sutekh, de la ciudad de Perek; Sutekh, de la ciudad de Khesesep; Sutekh, de la ciudad de Seres; Sutekh, de la ciudad de Alepo; Sutekh, de la ciudad de Rekhsen.

Estas palabras, que están en esta tablilla de plata, son para la tierra de Kheta y para la tierra de Egipto. En cuanto al que no los guarde, los mil dioses de la tierra de Kheta, y los mil dioses de la tierra de Egipto, asolarán su casa, su tierra y sus súbditos.

Ahora bien, en cuanto al que guarde estas palabras que están en esta tablilla de plata, sean de Kheta o sean pueblo de Egipto, y no idee nada contra ella, los mil dioses de la tierra de Kheta, junto con los mil dioses de la tierra de Egipto, preservarán su salud y su vida, junto con su descendencia, su tierra y sus súbditos.

Si un hombre huye de la tierra de Egipto, o dos o tres, y llega al gran jefe de Kheta, el gran jefe de Kheta se apoderará de ellos y hará que los devuelvan a Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto. En cuanto al hombre que sea traído de vuelta a Ramsés-Meriamón, gran gobernante de Egipto, no será dañada su casa, ni sus mujeres, ni sus hijos. Ni a él se le matará, ni se le hará daño a los ojos, los oídos, la boca o los pies. No se le impondrá ningún crimen.

Del mismo modo, si un hombre huye de la tierra de Kheta, ya sea uno, dos, o tres, y viene a Usermare-Setepnere, gran gobernante de Egipto, que Ramsés-Meriamon, el gran gobernante de Egipto, los haga llevar al gran jefe de Kheta. Y el gran jefe de Kheta no acusará su crimen contra ellos, ni dañará su casa, ni sus mujeres, ni sus hijos. Ni a él lo matarán, ni le harán daño a los oídos, los ojos, la boca o los pies. No se le impondrá ningún crimen.

Esto es lo que está en el medio de esta tablilla de plata. En su anverso hay una figura de Sutekh abrazando al gran jefe de Kheta, rodeada por las palabras: "Sello de Sutekh, gobernante de los cielos. Sello del tratado que hizo Khetasar, el gran jefe de Kheta, el valiente, el hijo de Merasar el Valiente". Lo que está en medio del diseño circundante es el sello de Sutekh, gobernante de los cielos. Lo que está en su otro lado es una figura de Kheta, abrazando a la princesa de Kheta, rodeada por las siguientes palabras: "Sello del Sol, dios de la ciudad de Ernen, señor de la tierra. Sello de Petkhep, la princesa de la tierra de Kheta, la hija de la tierra de Kezweden, la ... de Ernen, la dueña de la tierra, la devota de la diosa". Lo que está en medio del diseño circundante es el sello del dios Sol de Ernen, el señor de todas las tierras.

TABLILLA DE ESTAMBUL
Tratado de Paz de Kadesh, versión hitita

Se concluye que Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey de la tierra de Egipto, y Hattusili (III), el gran rey, el rey de la tierra de Hatti, su hermano, establecen una buena paz y una buena fraternidad para siempre entre ellos, para la tierra de Egipto y la tierra de Hatti.

Así habla Reamasesa, gran rey, rey de la tierra de Egipto, el héroe de todo el país, hijo de Minmuaria, gran rey, rey de la tierra de Egipto, el hijo del hijo de Minpahiritaria, gran rey, rey de la tierra de Egipto, a Hattusili, hijo de Mursili, gran Rey, rey de la tierra de Hatti, el héroe, el hijo del hijo de Suppiluliuma, gran rey, rey de la tierra de Hatti:

He establecido una buena fraternidad y una buena paz, ahora para siempre, entre nosotros, a fin de establecer para siempre una buena paz y una buena fraternidad entre la tierra de Egipto y la tierra de Hatti.

En lo que se refiere a la relación del gran rey, el rey del país de Egipto, y del gran rey, el rey del país hitita, desde la eternidad los dioses no permiten, por razón de un tratado eterno, que el la enemistad existe entre ellos.

Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, establecerá el vínculo que el dios Sol Ra ha querido, y que el dios de la Tempestad ha querido, para el país de Egipto y para el país de Hatti, según el vínculo eterno, de no dejar que la enemistad se asiente entre ellos.

Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, ha establecido este vínculo mediante un tratado en una tablilla de plata con Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti, su hermano, a partir de este día, para establecer para siempre entre ellos una buena paz y una buena fraternidad.

Estamos unidos y ya existe entre nosotros un vínculo de fraternidad y de paz, mejor que el vínculo de fraternidad y de paz que existía antes entre el país de Egipto y el país de Hatti. Él es un hermano para mí y está en paz conmigo, y soy un hermano para él y estoy para siempre en paz con él.

Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, está en paz y fraternidad con Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti.

Los hijos de Reamasesa, el gran rey, el rey del país de Egipto, estarán para siempre en estado de paz y de fraternidad con los hijos de Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti. Permanecerán en la línea de nuestro vínculo de fraternidad y de paz. El país de Egipto y el país de Hatti estarán para siempre en un estado de paz y de fraternidad, como lo estamos nosotros.

Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, nunca atacará el país de Hatti para tomar posesión de una parte de este país. Y Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti, nunca atacará el país de Egipto para tomar posesión de una parte de ese país.

El orden fijado para la eternidad, que el dios Sol y el dios de la Tempestad han creado para el país de Egipto y el país de Hatti, es que haya paz y fraternidad, sin dejar lugar entre ellos a ninguna enemistad.

Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, ha establecido la paz a partir de este día. El país de Egipto y el país de Hatti vivirán ya para siempre en paz y fraternidad.

Si un enemigo extranjero marcha contra el país de Hatti, y si Hattusili, rey del país de Hatti, me envía este mensaje: "Ven en mi ayuda contra él", Reamasesa-mai-Amana, el gran rey, el rey del país egipcio, tiene que enviar sus tropas y sus carros para matar a este enemigo, y dar satisfacción al país de Hatti.

Si Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti, se enoja contra sus ciudadanos después de haber cometido un crimen contra él. Y si por esta razón envía un mensaje a Reamasesa, el gran rey, el rey del país de Egipto, entonces Reamasesa-Mai-amana tiene que enviar sus tropas y sus carros, y éstos deben exterminar a todos aquellos que se han alzado con ira.

Si un extranjero marcha contra el país de Egipto, y si Reamasesa-Mai-amana, el gran rey, el rey del país de Egipto, envía a Hattusili, el rey del país de Hatti, su hermano, el siguiente mensaje: "Ven en mi ayuda contra él", entonces Hattusili, rey del país de Hatti, enviará sus tropas y sus carros y matará al enemigo.

Si Reamasesa, rey del país de Egipto, se enoja contra sus ciudadanos después de haber cometido un agravio contra él, y por eso envía un mensaje a Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti, entonces éste tiene que enviar sus tropas y sus carros, y tiene que exterminar a todos los que están en su contra.

El hijo de Hattusili, rey del país de Hatti, tendrá que asegurar su soberanía sobre el país de Hatti en lugar de su padre Hattusili, después de los numerosos años de Hattusili, rey del país de Hatti. Si los hijos del país de Hatti se rebelan contra él, entonces Reamasesa tiene que enviar en su ayuda tropas y carros, y darle apoyo.

Si una gran persona huye del país de Hatti y si viene a Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, entonces Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, tiene que apoderarse de él y entregarlo en manos de Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti.

Si un hombre o dos desconocidos huyen y vienen a Reamasesa para servirle, Reamasesa tiene que apoderarse de ellos y entregarlos en manos de Hattusili, rey del país de Hatti.

Si una gran persona huye del país de Egipto y se escapa al país de Amurru o a una ciudad, y llega al rey de Amurru, entonces Benteshina, rey del país de Amurru, tiene que agarrarlo y llevarlo al rey del país de Hatti; y Hattusili, el gran rey, el rey del país de Hatti, que hará que lo lleven a Reamasesa, el gran rey, el rey del país de Egipto.

Si un hombre, o dos desconocidos, huyen y escapan del país de Egipto y no quieren servirle, entonces Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti, tiene que liberarlos en manos de su hermano Reamasesa, rey de Egipto, y no les permitirá habitar el país de Hatti.

Si un noble huye del país de Hatti, o dos hombres, y no quieren servir al rey de Hatti, entonces Reamasesa, rey de Egipto, tiene que apoderarse de ellos y ordenar que se los lleven a Hattusili, rey de la tierra de Hatti, y no les permitirá residir en el país de Egipto.

Si uno o dos nobles huyen del país de Egipto y se van a la tierra de Hatti, entonces Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti, tiene que apoderarse de ellos y hacer que los lleven a Reamasesa, el gran rey, el rey del país de Egipto, su hermano.

Si un hombre huye del país de Hatti, o dos o tres hombres, y llegan a Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, entonces Reamasesa, el gran rey, rey de el país de Egipto, tiene que apoderarse de ellos y ordenar que se los lleven a Hattusili, su hermano. En cuanto a su delito, éste no debe imputarse, y no se les arrancará la lengua ni los ojos, ni sus orejas ni pies serán cortados, ni serán destruidas sus casas con sus mujeres e hijos.

Si un hombre, o dos o tres hombres, huyen del país de Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, y vienen a Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti, entonces Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti, tiene que apoderarse de ellos y ordenar que sean llevados ante Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, porque Reamasesa y Hattusili son hermanos. En cuanto a su delito, éste no será imputado, y no se les arrancará la lengua ni los ojos, ni se les cortará sus orejas y sus pies, ni se destruirá sus casas con sus mujeres e hijos.

Si un hombre, o dos personas, huye del país de Hatti y viene al país de Egipto, o si un noble huye del país de Hatti para ir al país de Egipto, entonces Reamasesa tiene que ordenar que se los lleven a su hermano. Porque los hijos del país de Hatti y los hijos del país de Egipto están en paz.

Si alguna gente huye del país de Egipto para ir al país de Hatti, entonces Hattusili, el gran rey, rey del país de Hatti, tiene que ordenar que se les lleve con su hermano. Porque Hattusili el gran rey, el rey del país de Hatti, y Reamasesa, el gran rey, rey del país de Egipto, son hermanos y están en paz.

Si Reamasesa y los hijos del país de Egipto observan este tratado, entonces los dioses del juramento los protegerán a ellos y a sus descendientes. Pero si Reamasesa y los hijos del país de Egipto no observan este tratado, entonces los dioses y diosas del país de Egipto, y los dioses y diosas del país de Hatti, exterminarán a los descendientes de Reamasesa, el gran rey, el rey del país de Egipto.

A los que observen las palabras que están en esta tablilla de plata, los grandes dioses del país de Egipto y los grandes dioses del país de Hatti les permitirán vivir y prosperar en sus casas, su país y con sus sirvientes. A los que no observen las palabras que están en esta tablilla de plata, los grandes dioses del país de Egipto, así como los grandes dioses del país de Hatti, exterminarán sus casas, su país y sus sirvientes.

PAPIRO ANASTASY
Sobre el Tratado de Paz egipcio-hitita

Mi hermana me ha escrito para preguntar por mi paz y las relaciones de buena paz y fraternidad que existen entre el gran rey de Egipto y el gran rey de Hatti, su hermano. Ra y Teshub se ocuparán de esto, para que puedas levantar la mirada. Que Ra asegure la paz, y fortalezca la buena fraternidad entre el gran rey de Egipto y el gran rey de Hatti, su hermano, para siempre.

Hoy hay fraternidad entre el gran rey de Egipto y el rey de Hatti, entre Ra y Teshub.

Éste será vuestro límite norte: desde el gran mar os señalaréis el monte Hor; desde el monte Hor señalaréis vuestro término hasta la entrada de Hamat; y las salidas de la frontera serán para Zedad. El límite continuará hasta Zifrón, y sus salidas estarán en Hazarenán. Éste será vuestro límite norte.

PAPIRO DE LEIDEN
Sobre la paz egipcio-hitita

El gran rey, el rey de Egipto, hijo de Ra, Ramsés (II), amado de Amón, habla así a la reina de la tierra de Hatti, a la gran reina Puduhepa:

"Yo, tu hermano, estoy bien. Mis casas, mis hijos, mis ejércitos, mis caballos, mis carros y todo en mis tierras está muy bien. Que tú, hermana mía, estés bien. Que tus casas, tus hijos, tus ejércitos, tus caballos, tus carros, tus nobles y todo en tu tierra estén muy bien.

Mira, mis mensajeros me han llegado acompañados de tus mensajeros, y me han traído noticias de que mi hermano, el rey de la tierra de Hatti, el gran rey, goza de buena salud.

El gran rey, el rey de la tierra de Hatti, me ha escrito así: Que venga la gente y derrame aceite aromático sobre la cabeza de mi hija, y que la lleven a la casa del gran rey, el rey de Egipto, mi hermano. Esta decisión que me ha hecho saber mi hermano es maravillosa. El dios Sol lo ha aprobado, el dios del tiempo lo ha aprobado. Y los dioses de Egipto y los dioses de Hatti lo han aprobado, para tomar esta excelente decisión de unir dos grandes tierras para siempre.

Mira, te envío un regalo para saludarte, hermana mía. Es un collar de oro puro para tu cuello, compuesto de 12 bandas y con un peso de 88 siclos[1], de material maklalu de lino, de color ... Y un vestido real para el rey, de 12 prendas de lino. Los dioses lo entregarán a la casa del rey, y ella será la gobernante reina de los egipcios".

[1] 880 gramos.