E.P: ¿Qué es lo que más le gusta de la música?
Aprender de otros músicos, y combinar distintas músicas con un objetivo común. Divas Duets, por ejemplo, fue una experiencia maravillosa. A mí me tocó cantar con Jewel, y desde entonces nos hemos hecho muy amigas. También he cantado con Chaka Khan, Stevie Wonder, Whitney Houston, Mary Blige… Y para mí es un honor estar continuamente en compañía de artistas de esa talla.
E.P:
¿Dónde
realizó su primer espectáculo?
En la peluquería de mi madre. Pues allí iba con mis amigas cada semana, para probar nuestras canciones ante los clientes. En general, a la gente le gustaba y recibíamos propina. El reto nº1 era que nuestras voces superaran el volumen de los secadores.
E.P: Ha comentado Ud. que ya no es una niña en el mundo de la música. ¿A qué se debe?
A que la gente no sabe cómo soy en realidad, y a que yo quiero que mi yo interior quede reflejado en mis discos. Empecé en este mundo a los 9 años, y cuando publicamos el primer disco en Destiny’s Child sólo tenía 15. De manera que me he visto obligada a madurar muy rápido. Me he propuesto grabar un álbum que resulte atemporal, y sacar a la luz mi lado más vulnerable.
E.P: ¿Le halaga que le hayan asignado el calificativo de diva?
Depende de quien lo diga. Para mí una diva es puro espectáculo, una artista que no para de hacer conciertos. Pero para otra gente es alguien que vive la fama de forma insoportable. Yo no soportaría convertirme en una de esas estrellas. Pero si alguien me llama diva después de verme actuar, me parece bien.
E.P:
¿Cómo vive su
celebridad?
Al principio, lo desconocido provoca vértigo. Luego surge el sentimiento de ser la elegida por los dioses, o momento lentejuela. Pero pronto nos damos cuenta que no somos igual de libres que antes. A partir de ahí ya no importa lo que hacemos, pues siempre hay gente que empieza a contar de nosotros lo que quiere, y empiezan a correr por ahí los rumores falsos. Es la otra cara de la moneda.
E.P: ¿Cómo vive en la calle una mujer tan popular?
La verdad es que cuando entro a un supermercado sólo soy capaz de centrarme en hacer la compra de mi hija, y después me voy enseguida. Además, mi madre está siempre ahí para recordarme que no soy una reina, y eso me gusta.
E.P: ¿Cómo vive por dentro una mujer tan sexy?
Las mujeres tenemos que sacar tiempo para nosotras mismas, para cuidar el espíritu y la salud mental, sin sentirnos culpables o egoístas. Así, el mundo te verá de la forma en que tú te ves, y te tratará de la que misma manera que te tratas tú a ti misma.
E.P:
Ud.
asume sus curvas, pero denuncia la tiranía de las dietas.
Cuando veo a todas las jóvenes actrices que hacen dietas adelgazantes, no lo entiendo. Tenemos que prestar atención a lo que comemos, y comer bien durante el crecimiento o cuando consumimos mucha energía. La comida es como un carburante. Si no pones suficiente, tendrás una avería. Es tan sencillo como eso.
E.P: Para su debut en solitario se decantó el espíritu del soul. ¿Por qué?
Me apetecía recrear ese espíritu. Aunque también he procurado combinar lo vintage con lo más moderno, en canciones como Crazy in Love. Me chifla la combinación de los sonidos de la vieja escuela con lo más rompedor, soy una apasionada de los contrastes.
E.P: Una vez que se ha probado en solitario, ¿no se ha planteado dejar Destiny’s Child?
En ningún momento. Me hace muy feliz saber que el año que viene grabaremos un nuevo disco juntas. Adoro a las chicas, me encanta grabar con ellas y espero que hagamos juntas muchos más discos. Si todas hemos sacado discos en solitario es porque queríamos demostrar que podíamos hacer algo a nivel individual.
Pero no competimos entre nosotras, y yo retraso mis discos para que no coincidan con los de Kelly ni Michelle. Ni tampoco con los de mi hermana pequeña Solange. Jamás publicaría nada a la vez que ella. Ellas me abrieron las puertas, y yo rezo para que todo lo que yo haga sirva para abrírselas a ellas.
E.P: ¿Por qué canceló su sesión de fotos para The Face?
Porque me propuso fotografiarme desnuda y cubierta de miel. Yo me niego a hacer ese tipo de cosas, y todo lo que me haga sentir incómoda.
E.P: ¿Cómo puede ser que Ud, que compuso Independent Women para Los Angeles de Charlie, dependa tanto de unos padres tan tradicionales?
Dependo de ellos porque son mi familia, y necesito que me quieran y me aconsejen. Yo soy el resultado de las oraciones de mi abuela. Dios es real, y yo encontré mi voz cantando en la Iglesia los domingos por la mañana. Mis padres rezaban siempre para que yo guarde mis raíces, y siga creciendo en la fe. Puede que Dios quiera usar mi voz, y mis padres me hacen no perder el contacto con la realidad.
E.P: Siendo una persona tan religiosa, ¿cómo lleva eso de ser una sex symbol?
Lo que sucede es que hay dos Beyoncés distintas. Una es la que ve la gente en la tele y en las fotos provocativas, que hago para promocionar mis discos. Seguro que mucha gente piensa que soy superficial y que me paso el día de fiesta en fiesta, en tacones y con tops mínimos. Pero en mi vida diaria soy una persona sencilla y tranquila, que vive muy pendiente de los demás.
Mi relación con Dios es algo muy personal, que también influye en todos los aspectos de mi vida. Evidentemente, a la iglesia no voy en minifalda. Para ser sexy no hay que enseñar carne, es más una cuestión de actitud y fuerza interior.
E.P: ¿Y qué ocurre cuando va a la iglesia?
Cuando voy a la misa del domingo, la gente me asalta durante el sermón y quieren ver todo lo que hago. También se acercan y me graban con los móviles. Son muy simpáticos, pero a veces me incomodan un poco.
E.P: Sólo su madre puede tocar su pelo antes de subir a escena. ¿Es eso verdad?
Sí, al principio de mi carrera. Pero ahora no. Pues un equipo profesional cuida mi estética y me peinan a su manera. Una vez, aquí en Europa, un artista capilar quería dejarme un pelo más sexy, y me puso un bote de gel en mi cabeza. Pero cuando me miré al espejo, más que a una artista afro-americana parecía a una loca que acababa de poner sus dedos en un enchufe.
E.P:
¿Cuánto tiempo pasa delante del
espejo?
Como máximo 30 minutos. No obstante, si tengo que ir a una alfombra roja y pasar las pruebas de maquillaje y peluquería, puede llevarme 2 horas. Se dice que para estar bella hay que sufrir. Yo diría que hay que tener paciencia.
E.P:
¿Cuál es el accesorio que
más le gusta de su guardarropa?
Los escarpines. Son como una enfermedad incurable. Mi guardarropa está a punto de explotar de tantos zapatos.
E.P:
¿Y
su
lugar ideal de vacaciones?
Miami. Porque el agua es más caliente que en California. Y sobre todo porque puedo evitar los tiburones y a los fans histéricos.
E.P:
¿Donde
viajaría Ud. a través del tiempo?
Me gustaría vivir en la Francia del siglo XVIII, y vestir esos vestidos de princesas. Por otro lado, me gusta la ciencia-ficción y me gustaría visitar otros planetas a la velocidad de la luz, como en Star Trek.
E.P: ¿Y lo de hacer películas? ¿Es que su ambición no conoce límites?
No, mientras me sienta capaz de hacer todo lo que me ofrecen, y me sigan presentando oportunidades. Me gustaría ganar un premio Tony de teatro y un Oscar de cine, y ser la 1ª mujer de color en conseguir semejante logro.
* Beyoncé Knowles-Carter nació en Houston en 1981, haciéndose famosa en 1990 como vocalista del grupo femenino Destiny's Child y sus posteriores Baby Boy, Crazy in Love, If I were a Boy y Beautiful Liar, por los que obtuvo 6 grammy. En 2009 se casó con el rapero de hip-hop Shawn Corey, con quien ha tenido 3 hijos. A nivel profesional, fue educada para la música por el sacerdote Rudy Rasmus, que en su Parroquia St. John de Houston fundó el programa Pan de Vida para ayudar a las familias más necesitadas, acogió al matrimonio Knowles-Carter desde sus inicios, y puso a sus hijas Beyoncé y Solange en el coro parroquial. Hoy día sigue siendo Rudy su director espiritual, su padre Matthew su representante, y la inspiración de sus canciones el libro bíblico de Daniel. Lleva Beyoncé en sus giras a su equipo de oración, pues como ella dice en su autobiografía Soul Survivor, "hay muchas tentaciones, y no es fácil ser cristiana ni vivir tu vida correctamente con Dios todo el tiempo". Eso sí, como ella misma dice en su libro, "no soy perfecta y cometo muchos errores. Pero no soy sucia por cantar así, e intento ser cristiana siempre, no sólo cuando me conviene".