E.P: ¿Cuándo entró Ud. en el mundo de la música?

            De niño. A los 7 años, más o menos, empecé a tocar la guitarra con mis hermanos y con mis padres. Y a los 15 entré a formar parte de Ekhymosis, una banda de rock de Colombia. Unos 11 años después inicié mi carrera como solista.

E.P: ¿Cómo entiende Ud. la música?

            La música es mi manera de entender a Dios, la política y al demonio.

E.P: Y eso, ¿le hace feliz?

            Hoy tengo claro que mi vida es y será para siempre la música. No hay nada que me haga tan feliz como tocar la guitarra y cantar para mis fans en un escenario. Eso ha sido una bendición, y me ha salvado en más de una ocasión.

E.P: Entonces, ¿le gustan los escenarios?

            Los conciertos son uno de los mejores lugares para inspirar nuevas cosas, las emociones, las tristezas y las historias de la vida.

E.P: ¿Qué papel juegan los fans en su carrera?

            Son lo más importante para mí, y los que dan vida a mis canciones. Son los que mantienen la carrera de cualquier artista.

E.P: ¿Se corre peligro estar en la cresta de la ola? ¿Se puede subir a la cabeza?

            Se puede correr ese peligro, pero al mismo tiempo pienso que, si se recuerda bien el camino recorrido, no tiene por qué pasar eso. Yo llevo en la música 17 ó 18 años, y me ha costado muchísimo llegar donde estoy. En consecuencia, la valoro mucho, y estoy muy agradecido a mis fans, a los críticos y a los medios de comunicación, por el apoyo que me han prestado.

E.P: Entonces, ¿lleva bien la fama?

            La fama es efímera y crea confusiones, y el éxito lo puede tener cualquiera. Particularmente, la fama es algo que llevo muy mal, y por eso no pienso en ella, básicamente. Es muy relativa, y yo prefiero seguir concentrado en la música.

E.P: Su primer gran éxito fue A Dios le Pido. ¿Le pide realmente Ud. cosas a Dios?

            Todos los días. Le pido por mi hija, le pido por los míos, le pido por mi país. Por supuesto que no todo se resume en pedir, sino que también sé dar gracias. Rezo, y también le hablo todas las noches a mi padre, que falleció hace 12 años.

E.P: Así que ¿da Ud. gracias a Dios?

            Doy gracias a Dios todos los días. Cuando uno tiene fe, y cree en sí mismo, y es positivo, las cosas mejoran. De hecho, llevo siempre conmigo 2 rosarios al cuello, que me regalaron mi madre y mi esposa. A ellas trato de dar todo el amor que puedo.

E.P: Su último álbum se llama De mi Sangre. ¿Por qué este título?

            Porque es un trabajo en el que se habla mucho de lo que soy, de mis orígenes y de mis sueños. Y todo eso es la sangre, la raíz de la vida.

E.P: Háblenos de su carrera profesional.

            Mi carrera de solista comenzó en 1997, tras disolverse la banda de rock a la que pertenecía. Era el último semestre de la universidad, estaba estudiando diseño industrial y había un chance de ir a Estados Unidos a buscar oportunidad. Ya Ekhymosis se había terminado, y yo estaba muy triste porque no sabía qué hacer. Entonces me dije: "Hermano, lánzate a esta vaina, me voy para los Estados Unidos".

E.P: ¿Y qué hizo Ud. para financiarse, en Estados Unidos?

            Vendí mi moto, el amplificador y el computador. Lo único con lo que me quedé fue la guitarra y la grabadora tascam. Y a pesar de las insistencias de mis amigos para que finalizara la universidad (que de hecho terminé, a través de fax), me fui a buscar el sueño americano, sin saber cómo iba a lograrlo.

            Sin saber nada de inglés, y con 5.000 dólares metidos en un sobre bajo mi chaqueta, estuve 3 meses en Miami. Allí no encontré el sonido que buscaba, y por eso me mudé a Nueva York, que tampoco me convenció por su alto voltaje. Finalmente llegué a Los Ángeles, donde pasé los 2 años más duros de mi vida.

            Cuando llevaba varios meses en Los Ángeles metía la mano en la chaqueta, tocaba el sobrecito y decía: "Mierda, esto se está acabando, ya no hay tanto billete aquí". Cuando empezó a escasear el dinero, desayunaba un café y compraba un sándwich del Subway de 30 cm, que dividía en dos para que me alcanzara para almorzar y cenar.

E.P: ¿Cómo ve la situación de la industria discográfica?

            La veo en una crisis absoluta, pues al tiempo que se consume más música que nunca, el mercado de hoy está muy mal. Las compañías no tienen dinero, los discos no se venden, y el avance de la piratería no tiene fin.

E.P: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

            Me gustaría ir a la India y a Turquía, países en los que aún no he tenido la ocasión de actuar. 

E.P: ¿Sigue creyendo que la música puede cambiar el mundo?

            La música no puede cambiar el mundo, pero puede ser una herramienta de paz para ayudar a crear conciencia sobre ciertos temas. Desafortunadamente, no puede cambiar el mundo.

E.P: Su concierto en La Habana, ¿formará parte de ese compromiso público?

            Será un compromiso que haré en favor de la paz, pese a las lecturas políticas que se intenten dar al acto. No se puede castigar a un pueblo por una ideología.

E.P: De aquí a 10 años, ¿cómo le gustaría que fuese la situación de Colombia?

            Espero que se haya aprobado una ley de restitución de tierras, y se permita a los campesinos recuperar las tierras que les fueron quitadas de forma violenta. Se tendrán que cambiar también las políticas del narcotráfico.

E.P: Usted cantará en el encuentro mundial de familias con el papa, en Filadelfia. ¿Y eso?

            Es un gran honor para mí representar a los latinos, y cantar en español para una audiencia mundial. Siento una profunda admiración por el papa, porque creo que ha direccionado la Iglesia de una manera crucial, muy de acuerdo a esta época. Él ha tenido mucho respeto por mí, y sobre todo ha sido muy incluyente con todo tipo de personas. Eso es muy importante para la Iglesia de este momento. Y no sólo para la Iglesia, sino para toda la humanidad. Por eso me siento muy contento, e identificado.

E.P: Se muestra Ud. muy creyente, pero ¿qué opinión le merece el Vaticano?

            Yo tengo un concepto muy personal de Dios, y mi familia es extremadamente católica. Yo me siento conectado con Dios. Sobre el Vaticano, no sigo a la Iglesia como institución, y creo que la gente joven se está distanciando por una falta de comunicación con ella.

            Pero ya digo, yo he ido encontrando mi forma personal de conectarme con Dios, a través de la creación y de la existencia, de mi familia, de la música y de las pruebas que me ha puesto la vida. Yo creo que la religión fue la que me dio ese manual (la Biblia) para encontrar la parte espiritual y para meditar. Si no hubiera sido por eso no habría podido entender la música. Siempre he sido una persona creyente, un fanático de Jesús. Pero lo interpreto como quiero.

E.P: Háblenos de su familia, si no es una importunidad.

            En mi familia todo era felicidad, e incluso gozaba de la expectativa de convertirme en tío por 1ª vez gracias a mi hermana Luz Cecilia, que estaba embarazada. Pero una dura noticia golpeó nuestras ilusiones, sobre todo cuando mi mamá me llamó y me dijo: "Hijo, Luz ha tenido una complicación en el parto, y está en urgencias. Ha tenido una hemorragia interna y está perdiendo mucha sangre".

            Cuando llegué a la habitación del hospital, me quedé de cuadros. Cuando entré a la habitación vi el cuarto con todas las luces apagadas, y a mi mamá y a mi tía llorando, y la cama tendida. Entonces yo pregunté: "¿Qué ha pasado?". Como no había suficiente sangre en el hospital, tanto mi hermano como yo tuvimos que servir de donantes. No obstante, ya era demasiado tarde, y mi hermana se había quedado en coma, en estado vegetal irreversible.

E.P: Díganos algo de su mujer.

            Se llama Karen, llevamos juntos 5 años y espero que estemos juntos toda la vida. He tenido la suerte de encontrar a una mujer que tiene una gran fuerza interior, y que además es preciosa y me ha ayudado mucho. Casi hemos crecido juntos, y sobre todo nos hemos ayudado mutuamente a crecer, que es muy importante. Por otra parte, es una persona muy discreta, y a ninguno de los dos nos gusta llevar una vida de escaparate.

E.P: ¿Ha conocido alguna vez el desamor?

            Por supuesto, así como sé, por mi hija, lo que es el amor puro. Pero también he conocido el desamor. Digamos que he amado muchas veces, y que también he sufrido por amor.

E.P: ¿Y le inculca eso a su hija?

            A mi hija le inculco la fe, el amor propio, que se valore y que sepa que Dios está en su corazón y en la creación. La niña está en un colegio católico, y cuando llega a casa juega con los instrumentos musicales. Ya toca el piano y canta muy bien, y está muy conectada con el arte.

E.P: ¿Cuando posa con su mujer e hija, ¿no teme Ud. perder admiradores?

            Personalmente no creo que el hecho de hablar de mi mujer, o de aparecer con mi hija, me vaya a quitar fans. Para mí lo importante es compartir mi música con todo el mundo, a la vez que mis seguidores conozcan realmente quién soy. Es más, quiero que mis fans sepan que estoy esperando otra hija. Nacerá en junio y se va a llamar Ada.

E.P: ¿A qué teme Juanes?

            A la muerte. Cuando me monto en un avión también pienso mucho. Y también temo a la soledad, la que te impone el destino.

 

* Juan Esteban Aristizábal Vásquez nació en Medellín (Colombia) en 1972, siendo el artista mundial con más premios grammy ganados de la historia (29, de sus 48 nominaciones). Ha vendido más de 20 millones de álbumes a nivel mundial, fue reconocido como la "estrella de la década de 2010" por la prestigiosa revista norteamericana Billboard, y llegó a ser el más joven artista en entrar en la lista de leyendas de los premios MTV, así como el único autor masculino latino en hacerlo hasta el momento. A nivel personal, tiene 3 hijos con su esposa Karen, perdió a una hermana tras 27 años de agónica enfermedad y ha celebrado más de 800 conciertos por todo el mundo (en Cuba, ante 1,2 millones de fans, como 3º concierto más multitudinario de la historia).