E.P: ¿Ama Ud. la F1?

            Sí, me encanta correr.

E.P: ¿Y vale la pena morir por ello?

            No, no diría que vale la pena morir por la F1. Vale la pena morir por su sueño, pasión, ambición y objetivos, pero no por ser campeón de la F1. No creo que la búsqueda para tener éxito sea algo por lo que morir.

E.P: Entonces, ¿qué le motiva a Ud. a correr en la F1?

            El poder influir en la vida de las personas de manera positiva. En el 2007, por ejemplo, una mujer se acercó a mí y me dijo: "estoy pasando por un cáncer y recibo quimioterapia, pero hoy tú me has hecho pasar un buen rato''. A esa mujer yo le contesté que cómo podía ser eso, y ella me contestó que cada fin de semana me veía subir al coche y observar cómo lo manejaba, y que lo que luego explicaba en la rueda de prensa le hacía conectar conmigo, y avanzar en su enfermedad.

E.P: ¿Y que pasó al final, con ella?

            Yo aquel día me quedé en shock, y en adelante no tuve idea de su paradero. Pero parece ser que ella estuvo en esa situación 6 ó 7 años, y que finalmente dijo haber superado el cáncer gracias a mí. Es difícil comprender eso, e imaginar por lo que está pasando una persona en esa situación. Pero ella se aferró a algo, y en este caso ese algo fue quizás aquel niño que venía de la nada, y que se enfrentaba a la adversidad, como era mi caso.

E.P: ¿Le motiva eso a seguir en la F1?

            Sí, definitivamente vale la pena luchar por eso, así como tocar a los niños y animarlos a desarrollar sus capacidades, inspirándolos para que persigan sus propios sueños. Por eso sí vale la pena luchar.

E.P: Hábleme de su infancia.

            Yo de pequeño era disléxico, y tuve problemas en la escuela. Por eso tuve que pasar mucho tiempo en el sofá de mi padre, en nuestra finca de Stevenage.

E.P: ¿Fue fácil para un niño llegar a la F1?

            Para mí fue un poco odioso. Porque los adultos solían decirme que 'tenía 8 años, y que era mejor dejarlo y buscar otra cosa'. Los padres de los otros conductores me decían que 'no era lo suficientemente bueno'. Y los directores deportivos no me dejaban actuar por mi mismo, con libertad.

E.P: ¿Cómo es la vida de un piloto de F1?

            Es un torbellino de viajes, entrenamiento físico y compromiso, entremezclado con todo lo que se pueda de relajación y motivación. Para mí también es importante encontrar tiempo para la fe.

E.P: ¿Cómo es el ambiente entre los corredores?

            Es un ambiente de pasión, por lo que hacemos y por la voluntad de ganar. Es algo difícil de expresar, pero todos lo tenemos de alguna forma.

E.P: ¿Cómo afrontan los pilotos cada carrera?

            Con actitud de riesgo, pero de un riesgo controlado y calculado. Y también se tiene que estar a tope en fuerza mental. Es casi como si pudieras relacionarlo con la película Star Wars. El jedi tiene la fuerza dentro de él, pero no sabe cómo utilizarla. Nosotros tenemos esa fuerza dentro de nosotros, pero tenemos que saber controlarla.

E.P: ¿Sigue Ud. entusiasmado con la F1?

            Sí. Mi entusiasmo no disminuye, aunque se va moderando y se va abriendo a perspectivas más amplias de la vida.

E.P: ¿Qué le ha aportado la F1?

            Me ha ayudado a crecer y tener confianza en mí mismo. Me ha dado también una plataforma para poder hacer las cosas que me gustan, y vivir una vida que sólo en sueños podría haber imaginado. Me ha brindado la oportunidad de trabajar con grandes equipos de personas, viajar por el mundo, ver diferentes culturas, sumergirse en diferentes idiomas y probar diferentes alimentos.

            La F1 me lo ha dado todo en la vida, me ha dado propósitos y cosas que no esperaba. Pero también me ha roto y me ha construido el corazón, me ha roto y me ha construido.

E.P: ¿Qué le ha roto y construido la F1?

            Cuando subes al podium y tienes éxito, la F1 te levanta. Pero cuando fallas o tropiezas te mata y te rompe el corazón. Todos te miran cuando tropiezas. Pero siempre hay que levantarse y seguir adelante.

E.P: ¿Y cómo lleva Ud. esos alti-bajos?

            Como persona emocional, vivo muy mal los malos momentos. Pero esto también le pasa a los atletas y artistas, cuyos latidos siempre están oscilando arriba y abajo, y les es difícil mantenerse enfocados. Es como si estuvieras disparando a un objetivo, pero te estuvieras moviendo al mismo tiempo. No obstante, también hay corredores que se salen de este patrón, y son más equilibrados.

E.P: ¿Cuál ha sido el mayor peligro que ha vivido en la F1?

            El día que estrellé mi McLaren en Nurburgring, en mi temporada de novato. Todo sucedió cuando una tuerca de la rueda hizo explotar mi neumático en la curva 8 y a 260 km/h, y lanzó mi automóvil de punta a punta en la barrera. Pero aquí hay que lidiar a diario con tales eventualidades, muchas de ellas extremas.

E.P: ¿Qué es lo que peor lleva Ud. de la F1?

            No tener tiempo para rezar. Porque aquí puede suceder cualquier desgracia cualquier día, y no sé si estoy preparado para afrontarlo. No obstante, yo siento que Dios tiene su mano sobre mí. Aquí nada puede darse por hecho, y no hay nada escrito que diga que vivirás hasta tu próximo cumpleaños. Aquí tienes que dejar tus cosas hechas entre hoy y el día siguiente.

E.P: Veo que le gusta a Ud. rezar.

            Sí. Trato de sacar tiempo por las mañanas para rezar, antes del desayuno. También rezo antes de comer, y a veces rezo mientras estoy comiendo. Yo invitaría a todos a rezar, a tomarse un momento para rezar aunque sólo sea un minuto o por un par de segundos, y aunque estén en medio de una conversación. Yo voy a la Iglesia nada más despertarme, antes de desayunar. Y luego voy a las reuniones que tenga.

E.P: ¿Y qué se saca de todo eso?

            Con dos amigos cercanos, por ejemplo, quedamos para desayunar y luego vamos juntos a la Iglesia. Yo te puedo decir que la mayoría de las veces volvemos de la Iglesia a los trabajos más iluminados y motivados. Es como si volviéramos a centrarnos. A veces te vas de la Iglesia y dices 'no entendí eso de hoy', pero la mayoría de las veces te vas de la Iglesia y dices 'wow, sé a dónde voy'.

E.P: ¿Por eso reza Ud. en sus carreras?

            Yo no rezo nunca para ganar ni obtener beneficios, sino porque Dios es el pilar de mi vida. La fe cristiana juega un papel muy importante en mi vida, y no sólo en mis carreras.

E.P: Para el futuro, ¿tiene ya algo pensado?

            Lo que vaya surgiendo, pero seguro que en un lugar diferente al de la F1. Utilizaré mi dinero para crear plataformas que muevan a la gente y les enseñe cosas nuevas. No seré el más idóneo en ello, pero seguro de daré lo mejor de mí.

E.P: ¿Cuáles son sus aficiones favoritas?

            El buceo, porque me encanta el océano y me fascina la vida marina. También me gusta aprender cosas nuevas y desafiar mi mente, así como superar ciertas pruebas que supongan algo de dolor. Así me desafío a mí mismo. 

E.P: ¿Y sus deportistas favoritos?

            Serena Williams y Mohamed Alí, porque han sido deportistas tranquilos, que con mucha calma supieron mejorar.

E.P: ¿Qué le diría Ud. a los jóvenes de hoy día?

            Que todo es posible. No obstante, en la sociedad actual los jóvenes quieren conseguirlo todo ahora mismo, y no saben esperar. Cuando yo era joven, también era pura adrenalina y pensaba 'quiero ser piloto de F1 ya mismo'. Y ya ves, he necesitado 20 sangrientos años hasta llegar allí. Pero todas las personas tienen posibilidades, si se lo proponen.

E.P: Veo que es Ud. sentimental.

            Sí, en las cosas en las que creo y en la religión. Porque hay cosas emocionales que sientes en tu corazón, que exponen tu lado vulnerable y que te hacen ser franco y honesto con las personas, aunque eso lo puedan utilizar para atacarte y ridiculizarte.

 

* Lewis Carl Hamilton (Inglaterra, 7 enero 1985) es actualmente sextacampeón mundial de la F1, con 6 campeonatos mundiales y 84 victorias y 150 podios en sus 250 carreras disputadas, a una sola victoria mundial de superar al mítico Michael Schumacher (su gran amigo, y también hombre de fe). Hijo de madre británica y padre afrobritánico, fue llevado de pequeño Hamilton a la escuela católica John Henry Newman, donde se inició en las actividades deportivas y aprendió a "no rezar nunca para ganar, sino para dar gracias a Dios", según relató a la BBC. De sus padres aprendió a ir a misa todos los domingos, o como él dice, a "estar orgulloso de ser católico y siempre practicante", según dijo a El País. De su hermano pequeño Nicolás recibe constantemente la inspiración, pues "él nació con una parálisis cerebral que le ha dejado secuelas, y siempre será mi maestro del corazón". Su padre Anthony es su agente de F1, su madre Carmen gestiona toda la logística necesaria, y él mismo lleva siempre al cuello para sus carreras un crucifijo de Jesucristo, junto a una imagen de la Piedad de la Virgen María.